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11: Él se ha ido

El abrazo se estaba haciendo eterno y nadie parecía querer separarse antes.

Era tenso, apretado, fuerte. La mano de Yeonjun se aferraba a la camisa de Soobin de tal forma, que sus nudillos estaban blancos por el agarre en la ahora tela arrugada, Soobin apoyaba su frente en el hombro contrario.

Nadie quería abrir los ojos, porque eso significaba despertar.

Cuatro años de tranquilidad y curación al carajo.

O por lo menos así lo sentía Yeonjun. Solo era cuestión de un toque de su parte para hacerle perder los estribos.

Una de sus manos acunó el rostro de Soobin, su pulgar descansando en la suave mejilla contraria, pegó sus frentes juntas.

No sabía si era su imaginación o ambos habían alterado el ritmo de su respiración. Tal vez era solo él.

Sin premeditarlo, su rostro bajó un poco y sus labios rozaron dos segundos antes de que Soobin apartara la cara bruscamente.

Se levantó dándole la espalda y tomó unos segundos para acomodarse el cabello, aún sin verlo.

Yeonjun se asustó de sus propias acciones.

¿Qué carajo había sido eso?

Soobin volteó a ver a Yeonjun con una pequeña sonrisa.

--Deberías saludar a mamá y a papá.

Yeonjun asintió confundido por lo sucedido segundos atrás.

Se levantó y siguió al castaño hasta su casa, que se veía exactamente igual que antes. Sintió cosquillas en la boca del estómago.

Cuando entraron estaba completamente vacía.

Sooyoung no demoró en entrar a la escena cuando escuchó el picaporte de la puerta.

--Oh ya volv- --sus ojos se fijaron en Yeonjun. La mujer parpadeó varias veces antes de procesar la idea de que Yeonjun estaba parado en el medio de su sala después de cuatro años.

--Hola mamá --le dijo Yeonjun --. Te he extrañado mucho...

Sooyoung estaba en una clase de shock.

Hasta que reaccionó.

--¡DIOS MÍO! ¡MI NIÑO! --la mujer se abalanzó sobre Yeonjun y él entonces, pudo abrazarla --¡Ay, mi bebé volvió a casa! ¡No me lo creo! --se separó de él por los hombros para verlo mejor --¡Estás tan guapo! ¡Y alto! ¡Ay cariño! --ella volvió a abrazarlo y Yeonjun rió porque nadie se había emocionado tanto como Sooyoung por su llegada --Voy a matar a tu madre por no decirme nada a pesar de que hablamos todos los días con esa amargada mujer.

Yeonjun soltó risitas y se separó una vez más.

--Era una sorpresa según ella.

--¿Ella no está aquí? ¿Y Yiren?

--Solo he venido yo a quedarme. Ellas son felices allá, pero vendrán apenas le den vacaciones a Yiren en la universidad.

Sooyoung se tapó la boca con exageración, se veía muy emocionada y feliz.

--Mis niños ya están tan grandes... --se acercó a ambos y con cada brazo, rodeó a los anchos hombros --Le diré a tu padre.

Ella se limpió en la parte final del ojo lo que parecía ser una lagrimita y ellos rieron por el drama.

--¡Kun! --exclamó sonriente, silencio --¡Kun! --silencio --¡KUN! --las madres no suelen ser muy pacientes.

--¡¿Qué quieres, mujer?! --se escuchó al padre de Soobin desde la planta de arriba.

--Baja, cariño... --ella intentó mostrarse sonriente y amable por Yeonjun, pero cuantas ganas le dieron de ir a bajarlo a escobazos.

--¡Está dando Mary Poppins! ¡¿Qué quieres?! --Soobin y Yeonjun rieron bajito.

--Solo baja.

--Tú sube.

--Que bajes, cariño --un tic en el ojo de Sooyoung.

--¡No molestes, mujer!

Sooyoung cerró los ojos y suspiró.

--¡TRAE TU RASTRERO TRASERO AQUÍ ABAJO AHORA MISMO ANTES DE QUE TE AGARRE A PINCHES ESCOBAZOS!

No hubo respuesta, solo el sonido de pasos apurados.

Ellos volvieron a reír. Cuantas veces habían sido ellos en lugar del pobre señor Choi.

El señor Choi bajó rápidamente, sólo usando su bata negra, antes de que terminara de bajar las gradas, lo vio.

Una sonrisa de boca abierta se formó en su semblante.

--¡Mi hijo pródigo! --ya estaba abrazando a Yeonjun --Mira nada más como has crecido... ¡Ya eres todo un hombre! --lo observaba orgulloso.

Después de un par de halagos más, los cuatro se sentaron en la sala a conversar sobre la vida en Incheon, el trabajo de cada uno, las ganancias, la estadía, sus vidas en general.

--¿Dónde te vas a quedar, Junnie? --preguntó Sooyoung mientras bebía de su chocolate caliente.

--Compramos un departamento cerca de la estación de metro, por el centro de la ciudad.

--¿Compramos?

--Sí... Eh, yo no vine solo --sonrió avergonzado.

--¿Quién está contigo?

--Tengo un novia, Mia es su nombre --dijo bajito.

Los padres de Soobin se sorprendieron gratamente.

--Y tú jovencito malcriado, ¿cuándo piensas presentárnosla? --se quejó Sooyoung. Yeonjun soltó una risita aireda.

--La próxima vez que venga a esta casa, será con mi pareja --aseguró.

--Vaya, ¿viste Soobin? Deberías aprender de él y mudarte con Huening Kai de una vez, ya estás viejo como para vivir con tus padres --se quejó su papá.

--Vamos... A ustedes les encanta tenerme cerca --ronroneó Soobin.

--Yeonjun, dile por favor que se mude a un departamento solo. Hyuka ya le ha dicho miles de veces para vivir juntos y este niño dependiente no quiere. Tiene que crecer e independizarse.

--¡Papá!

--Extrañaría demasiado a mi Binnie, pero en parte tu padre tiene razón, cielo. Necesitas tu propia privacidad ahora --dijo Sooyoung --Hasta Yiren vive sola con su novio.

--Yo nunca he dicho que no me vaya a mudar. Solo... que quiero esperar un poco más.

La verdad era que Soobin se habría mudado hace mucho si no fuera por el estúpido parque que lo mantenía atado a esa casa.

Era su única nave de recuerdos hacia su infancia: Gyu, Yeonjun...

Se negaba a dejar todo aquello atrás cuando ahora había adoptado el antiguo hobbie de Yeonjun de leer todas las tardes en ese parque.

Ese parque significaba demasiado para él como para dejar de verlo todos los días.

No se iría.

--Todo a su tiempo --Yeonjun palmeó su espalda --. Cuando estés lo suficientemente seguro de que en verdad amas a Huening Kai, entonces lo harás.

¿Dijo lo que dijo? ¿Se refería a lo que Soobin creía que de refería?

Soobin quiso reír. ¿Suficientemente seguro?
¿Estaba insinuando que no sabía lo que sentía por su novio? ¿En serio?

--Bueno, eso te lo debería decir yo a ti. Después de todo tres años no se comparan con uno, ¿no?

Los señores Choi empezaban a perderse en la conversación.

--El tiempo no define nada.

--El tiempo tiene mucho que ver, porque cuanto más días pasan, más lo amo. ¿Entiendes mi ejemplo?

--El tiempo solo es un impedimento o una excusa tonta para encubrir la falta de amor, creo yo.

--¿Entonces por eso pediste tiempo? ¿Como excusa?

--No te lo pedi a ti, fue para mí, por mí.

--Creo que el tiempo es engañoso también, porque yo no lo recuerdo así.

Ok, esto se estaba poniendo incómodo.

--Cariño... --murmuró Sooyoung intentando detener lo que sea que hubiera pasado.

--La gente siempre recuerda lo que más lo conviene de todos modos --se encogió de hombros.

--Y también dice lo que más le convenga --dijo Soobin entre dientes con una sonrisa torcida.

Antes de que Yeonjun respondiera, recibió una llamada, sacó su teléfono y vio una foto de Mia en él.

Atendió y luego de responder con unos cuantos monosílabos, colgó y se levantó .

--Tengo que irme, la reunión terminó --Soobin un poco aturdido se levantó después.

--Te llevo --Yeonjun asintió y se acercó a la familia Choi.

--Gracias por lo de hoy. De verdad los extrañé mucho.

Llovieron los abrazos antes de salir de la casa.

Subieron al auto en silencio.

Y condujeron hasta el lugar en silencio también, no fue en ningún momento incómodo, mas tampoco fue placentero.

No se sintió incómodo porque cada quien estaba debatiendo consigo mismo sobre lo que había pasado en el parque y casa.

Las conclusiones a las que llegaron ambos, eran parecidas, pero a ambos les disgustaban.

Después de unos minutos, llegaron y se acercaron a sus amigos quienes hablaban muy tranquilos.

Yeonjun sonrió al ver a Mia tan involucrada, riendo y también un poco tomada.

--¡Llegaron los daddys! --exclamó una ya muy borracha SinB.

Examinó a todos, y efectivamente, no solo era SinB la pasada de tragos, sino todos.

--Vengan aquí --balbuceó Tae.

--¿Qué están haciendo? --preguntó con diversión el más alto.

--Mia nos estaba contando de tus babosadas en Incheon --respondió Hyuka torpemente mientras señalaba a Yeonjun con flacidez, luego sus ojitos cafés y brillantes por el alcohol se posicionaron en Soobin y estos parecieron brillar más --Amor, ven siéntate conmigo --le extendió la mano.

Los ojos de Soobin se iluminaron, o tal vez era el brillo de la luna sobre ellos. Tomó su mano y se sentó a su costado, dándole un besito para después apegarse a él con una sonrisa.

--Tú eres el que peor está de todos --rió bajito --¿Qué te dije de no tomar mucho si no sabes lidiar con el alcohol aún?

--Ni siquiera tomó mucho --intervino la peligris --. Solo que no importa que tenga 23, él siempre va a a ser nuestro bebé.

--Oye universitaria, respeto --se quejó Hyuka.

--Sigo siendo mayor que tú aunque no me haya graduado --le respondió. Ella parecía ser la menos... ebria.

--Estudiamos medicina, idiota --espetó con una mueca SinB.

Mia rió, a ella en verdad le había agradado SinB.

--¿Tienes frío? --le susurró a Mia en el oído después de que se sentaran juntos.

Ella negó, estaba ruborizada por el alcohol, dejó caer su cabeza en el hombro de su novio.

Llegó alguien por detrás de Tae, que le susurró algo y le dio algo a la mano antes de irse a otro grupo.

--¿Que es? --preguntó Hyuka.

Tae no respondió, pero lo mostró. Le sacó el seguro, inhaló desde la boquilla y luego soltó una gran tandada de humo blanco.

--Vapo --dijo luego.

--¿Vapeas? --Yeonjun no se esperaba eso.

--No tiene nicotina, es mil veces mejor que un cigarro, ¿alguien quiere?

--Es el de uva, ¿no? --balbuceó Hyuka. Tae asintió --Pasa.

Tae se lo arrojó un poco chueco y fue Soobin quien lo atrapó, se lo extendió a Hyuka.

Hyuka iba a tomarlo, pero luego bajó las manos y le sonrió con picardía a Soobin.

--Hazlo tú.

--¿Qué?

--Vamos amor, tu hacías esto antes --sus dedos subieron por el pecho de Soobin.

Sí, hace cuatro años.

--No tiene nicotina, Bin, no te preocupes --añadió Tae sabiendo que Bin ahora era muy cuidadoso con lo que ingería.

--Hazlo amor, me lo pasas --la mano del pelinegro se posicionó en la nuca de Soobin.

--Jamas he visto eso del humo --comentó Mia.

Hyuka le quitó el vapo y puso la boquilla de esta en los labios del mayor, Soobin dudó un momento, pero al final terminó inhalando la sustancia que no era tóxica.

Jaló a Hyuka del cuello de la casaca de cuero y sus bocas quedaron a unas pulgadas de distancia, Hyuka abrió la boca y Soobin expulsó muchísimo humo que fue inmediatamente inhalado por el menor.

Cuando todos creían que Hyuka iba a expulsar el humo, él lo mantuvo un momento y sonrió pícaramente hacia Soobin antes de besarlo, por no decir meterle la lengua hasta la garganta, que fue correspondido por Soobin después de que se tensara por lo repentino del acto.

El humo empezó a salir por ambas narices.

Se oyeron silbidos y risas dentro y fuera del círculo de amigos.

Fue un beso bastante largo y húmedo, incluso el humo ya se había disipado.

La casaca de SinB les cayó en la cabeza, cubriéndolos parcialmente.

--Interesante... --enarcó las cejas Mia, satisfecha.

--Ugh, ignora eso --entornó los ojos Sorn --. Hyuka siempre se pone así de intenso cuando está borracho.

--No es nada nuevo --Tae tomó de su vaso.

--¡Consíganse una habitación! --balbuceó SinB.

--Quiero intentarlo --se escuchó la delgada voz de Mia.

Yeonjun estaba rígido y callado, no dijo nada ni opinó nada, ni hizo nada.

--Claro --dijo Tae --¿Lo has hecho antes? --Mia negó.

--Fumaba en la secundaria --confesó.

--Es lo mismo, solo que esto sabe mejor y no hace daño --guiñó.

Tae se giró hacia la pareja que seguía haciendo lo suyo.

Le metió un golpe seco a la espalda de Hyuka, quien soltó un gemidito.

--Mi vapo, idiota.

Hyuka rompió el beso, se quitó la casaca de SinB de la cabeza y se lo extendió. Soobin lo acomodó sobre su pecho para que durmiera. Él ya conocía perfectamente las etapas de un Hyuka borracho.

Se relamió los labios sintiendo muchos ojos encima.

--¿Qué? --tomó la casaca de SinB para taparlo.

Tae solo negó con la cabeza y le pasó el vapo a Mia.

Ella no demoró en inhalar y soltar el humo.

--Mmm... uva.

--Delicioso, ¿no? --Tae contestó sonriente.

--Te puedo conseguir uno si quieres --ofreció Soobin.

--Así puedes hacer con Yeonjun lo que Soobin y Hy- --interrumpieron a Tae.

--Suficiente --bramó Yeonjun levantándose, con su mirada fija al suelo --. Nos vamos --tiró de la muñeca de Mia con brusquedad.

--Recién son las 8:00 pm --se quejó Sorn.

--Oye, sí, ¿qué pasa? --habló Tae ceñudo.

--Tenemos que irnos ya --ni siquiera quería dar una explicación. Estaba molesto, y ni él sabía de qué.

--¿Por qué? --SinB, quien estaba más en el otro plano, apenas pudo decir.

--Mia tiene frío y no tiene una casaca.

--Pero yo no tengo- --Mia murmuró un poco mareada.

--¡Hombre no seas aburrido! Han sido cuatro años. ¡Venga! --bramó Tae.

--Mañana salimos, ¿les parece? --apegó a Mia a su cuerpo y ella chocó con él por lo frágil de su estabilidad --Ya está haciendo frío, Mia no está acostumbrada a este clima.

--¿Vas a huir otra vez? Ni siquiera nos has dado tu número --se quejó Sorn.

--Les prometo que mañana salimos todos.

Maldita sea, que insistentes.

--Tienen el número de Mia, ¿no? --preguntó el mayor a Sorn, ella asintió --Llaman ahí y cuando nos veamos, yo les dejo el mío. Nos vemos.

Antes de que pudieran decir algo más, Yeonjun se fue a zancadas largas junto con Mia.

•+×+•

Mia se levantó con un ligero dolor de cabeza, hallándose en pijamas y en la cama del hotel. Los rayos de sol molestándole.

Se sentó y se frotó los ojos, haciendo ruiditos mañaneros.

Yeonjun salió del baño y se sentó a su costado.

--¿Cómo te sientes? --sintió su mano en su espalda.

--Bien... --dijo con voz suave y ronca --¿Cómo es que-

--Cuando llegamos al hotel, ya estabas dormida, te cambié y te acosté --se levantó a recoger un sobrecito y una botella de agua del tocador --. Te compré esto en la mañana --se lo extendió --, es efervescente, te ayudará para la resaca.

Mia lo tomó porque la cabeza sí le dolía. Era raro en ella porque no solía sufrir de esta.

--¿Qué tomaste ayer?

--Mezcla.

--¿De qué? --sonaba demasiado serio para su gusto.

--No lo sé, SinB me ofreció.

Sus amigos eran bárbaros...

--Llamó Sorn en la mañana a tu celular -- se levantó hacia el baño para peinarse --. Nos invitaron a un bar bastante conocido de la ciudad --donde solían ir a diario antes --¿Te apetece ir?

Di que no.

Di que no.

--Claro --sonrió.

--Pero, cariño, tienes resaca...

--Oh, tú muy bien sabes que soy fuerte --dijo entre risitas --. Además me interesó la oferta de Soobin ayer y también lo que dijo Tae...

Ella había ido hasta él para abrazarlo por la espalda.

--¿No vamos a salir hoy, verdad? --preguntó con inocencia.

--No creo, estoy cansado, solo en la noche.

--Perfecto --ella lo empujó a la cama.

La verdad él no estaba de mucho humor para eso, se sentía extrañamente tenso, pero aun así intentó dejarse llevar.

• +×+ •

Yeonjun y Mia, ahora sí muy bien abrigados, tomaron un taxi hasta el lugar.

Mientras ella revisaba su celular, él intentaba dejar de pensar en la propuesta que le había hecho Mia, después de haberlo hecho en la mañana.

No era que no le agradara la idea, solo que era muy pronto.

"Cuando estés suficientemente seguro de que lo amas, entonces vivirás con él."

Yeonjun quiso reír. Con que esto era una cucharada de tu propia medicina...

Pero su caso no era el mismo, la propuesta iba mucho más allá.

No, aún no.

Se convenció. Todavía eran jóvenes ¿Cuál era la prisa?

Llegaron y todos saludaron. Ya estaban jugando billar, como siempre solían hacer antes.

Se distribuyeron en dos mesas diferentes, Sorn y Tae contra Yeonjun y Mia. Mientras que en la otra mesa eran Soobin y Hyuka contra SinB.

Entre trago y trago, el juego era divertido y amistoso.

Todo muy bien.

Bromeaban entre todos y cambiaban de mesa.

Después de dos horas de juego, decidieron sentarse todos en una de las mesas redondas.

SinB y Sorn se excusaron porque tenían una cita doble con sus novios después.

Solo quedaron Hyuka, Tae, Soobin, Yeonjun y Mia.

Y otra vez ya estaban pasados de copas.

--¿Siempre toman así? --balbuceó Mia, Tae sonrió ladino.

--No. De hecho, casi nunca nos vemos a pesar de estar en la misma ciudad. Ya somos todos adultos, tenemos nuestras vidas, nuestras propias responsabilidades. No tenemos tiempo para ser esos adolescentes inmaduros de nuevo. Pero a veces es bueno recordarlo, ¿sabes? --sonrió cabizbajo --No nos habíamos visto por más de 5 meses hasta ayer, y el hecho de que ustedes vinieran solo lo hizo mejor, por eso queríamos celebrarlo así... --su sonrisa desapareció de a pocos --. Pero después de hoy no creo que se repita de nuevo hasta dentro de un buen tiempo.

--Los envidio... --Mia empujaba los hielos en su ron con el dedo, su barbilla descansando en la palma de su mano --Tengo amistades cercanas, pero nada como lo de ustedes --sonrió viendo su bebida.

Hyuka ya se había ido también, pues tenía que esperar a su hermana menor en casa.

Soobin había ido al baño hace 20 minutos después de la ronda de tragos que no dudó en aceptar.

Un duelo con el mayor para ver quien tenía mejor resistencia después de todo ese tiempo, estaba lejos de ser lo que él había corregido por esos 4 años.

Yeonjun seguía en la mesa, con la cabeza recostada entre sus brazos, todos pensaban que estaba durmiendo, pero no era así. Estaba escuchando atentamente a lo que decían todos.

--No sé si Yeonjun te habrá contado --siguió Tae --. Pero nunca fuimos los amigos tan buenos que ves ahora.

--Me contó un poco, pero por alguna razón cuando le preguntaba más a fondo, siempre evitaba el tema.

--Él estaba demasiado adelantado a su edad como para lidiar con adolescentes inmaduros y hormonales como nosotros. Diría que él fue la verdadera víctima de toda la mierda --sonrió apenado Tae --. Es demasiado bueno, Mia. No lo lastimes.

--No podría hacerlo. No lo conozco tanto como ustedes, pero aun así siento que lo amo --sonrió.

--Hacen una linda pareja --admitió.

--¿Tú no tienes novia?

Tae sonrió melancólico y negó con la cabeza.

--Digamos que hace unos años alguien se fue de mi vida y se llevó mi corazón consigo --sonrió ladino --. Ahora no siento nada. A veces tengo sexo, claro, pero ya no puedo sentir nada.

--¿Y no crees que vuelva?

Tae miró al suelo y negó de nuevo con la cabeza.

--Él no lo hará. Estoy seguro. Él se ha ido.

Lo que no sabía Tae, ni nadie de aquel lugar, era que Beomgyu sí se había ido, él se había ido hace mucho.

De la forma figurativa y literal.

Él se había ido hace tres años desde que intentó volver a Seúl, cruzando toda la frontera norte, en auto.

A veces los sentimientos son más grandes que nuestra convicción...

Un accidente en la carretera 33, un día lluvioso que no permitía ver nada a los conductores a pesar de tener en funcionamiento los limpiaparabrisas todo el tiempo.

Él se fue esa noche.

Pero no tenían porque saberlo.

Él jamás hubiera querido que alguno de ellos sufriera.

Y mucho menos por la razón de su regreso.

El problema sí era él.

Porque al final, todo volvió a ser como antes solo que sin las mentiras esta vez.

Y con eso, él estaba feliz.

--Solo quiero que sea feliz, en donde sea que esté --continuó Tae, tragando duro, pausó un momento porque decir lo siguiente se sentía como caer en un pozo profundo de dolor --. Todavía lo extraño... --una pequeña lágrima rodó por su mejilla, y a Mia le dolió el corazón de tan solo imaginarse su dolor.

Se inclinó a limpiar la lágrima fugitiva con su pulgar.

--Estoy segura de que él también te extraña, Tae.

Yeonjun se levantó de golpe, cortando el ambiente.

--Voy al baño --balbuceó para luego dejarlos solos.

Yeonjun estaba sensible.

Beomgyu, Gyu...

Después de Soobin, él siempre fue su hermano más cercano.

Él amaba el sonido de su risa tan contagiosa, su humor negro, sus malas bromas, su preocupación mayor por otros, incluso mayor que la propia.

Arrastró los pies hacia al baño mientras escuchaba la risa de Beomgyu resonar en su cabeza, martillándolo.

Él siempre tan maduro, tan centrado, tan amoroso...

¿Estaría bien? Yeonjun esperaba que sí.
Que tuviera una hermosa pareja, tal vez un hijo para ese entonces, un buen salario...

Choi Beomgyu estaba bien.

A pesar que nadie decía nada, lo extrañaban con todas las fuerzas del mundo.

Siempre faltaría esa pequeña pieza en el rompecabezas para que se sintiera completo.

Antes de notarlo, Yeonjun ya estaba llorando de nuevo.

No había llorado en muchos años.

Y simplemente volvió a él.

--¿Yeonjun? --Soobin salió de su cubículo al oír sollozos.

El pelinegro estaba apoyándose en el lavabo mientras se miraba furioso en el espejo.

--¿Que pasa? --se acercó preocupado.

Yeonjun se pasó una mano por la cara intentando tranquilizarse. Sintió la mano de Soobin en su espalda baja.

Ya no podía simplemente retenerlo.

Se giró hacia él y se dejó caer en sus brazos mientras sollozaba dolorosamente.

Soobin seguía mareado, pero aún así podía mantenerse de pie a pesar del peso del mayor.

--Lo extraño tanto... --Soobin no necesitó preguntar por quién, porque él lo sabía, y se sentía igual todos los malditos días.

"Abrígate."

"Tienes que dormir más, tonto."

"¿Has comido ya?"

"Necesito que dejes eso."

"Los amo chicos."

Soobin luchó inútilmente por no llorar contra Yeonjun, pero la vulnerabilidad del alcohol estaba ahí, hundiéndolo en la culpa.

Y la última vez que te vi, te di un golpe...

Lloraron aferrados el uno al otro por unos momentos más.

"En vez de estar llorando por mí ¿Por qué no aceptan sus sentimientos y ya? Que molestos..."

Como una caricia al corazón...

Yeonjun tomó el rostro de Soobin entre sus manos y apegó sus labios juntos, con delicadeza, como si el contacto quemara.

Porque lo que está mal, se siente bien cuando estoy contigo.

--Bebé... --susurró entre sollozos el pelinegro


Porque entre las estrellas más bonitas, sé que estás tú.

A esa que le pedí un deseo el otro día.. ¿eras tú, no es así?

Porque en mis siguientes mil vidas, voy a seguir amándote así.






















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