Después de esa  peculiar afirmación, YoonGi no pospuso más el momento. Exactamente, sin escrúpulos o dudas, sus pálidas y venosas manos se posaron en la cintura del menor, reafirmando el agarre en él. Dando sus primeras señales de territorialidad.

—Eres la lujuria en su forma más pura y corpórea—. Fueron las palabras exactas y precisas que murmuró el pelinegro, antes de ser asaltado sin previo aviso por los labios del Omega.

HoSeok, juntó sus labios, dejándose llevar por sus instintos. Sus deseos, pero sobre todo por su sentimientos, porque. HoSeok podría asegurar sin rechistar ni titubear...que YoonGi era la persona con quién quería pasar el resto de sus días. Sus brazos rodearon el cuello de Min, pegando su cuerpo al contrario, tomando impulso. Saltando sobre el alfa y enrollando sus largas piernas en su cintura. YoonGi automáticamente lo tomó por los muslos para asegurar su agarre, emprendiendo su camino a pasos torpes y con tropiezos de por medio. Hacia la habitación del casero.

—Maldita sea Yo-yoongi...— La puerta fue abierta de par en par, y la voz de Hoseok anunció la presencia de ambos chicos—. Me encantas.

YoonGi sonrió ladino. Sus ojos centelleando en profunda lujuria, contemplación, profundo deseo y amor. A diferencia de los ojos color oro de su Omega, el alfa los tenía de un intenso color plata. Mirándolo con ansias, con tentación. Relamiendo sus finos labios en hambre, necesidad...queriendo de la divina figura que sostenía en sus brazos.

Queriendo probar todo de Jung hoseok.

—Lenguaje, Omega—. Observó YoonGi, propinandole una patada leve a la puerta,  cerrandola—. Me aseguraré de probar todo de ti...conocer cada parte de tu cuerpo, saber tu punto placentero y hacerte olvidar tu nombre—. Se acercó lentamente a la cama, sin apartar sus ojos del pelirrojo.

Sus rodillas chocaron contra la cama, sus brazos aminoraron la fuerza. Permitiendo que el menor se deslizara con gracia de su agarre, cayendo sutilmente sobre la colcha de su dormitorio. HoSeok suspiró, su cuerpo se contrajo en un leve espasmo de su cuerpo, estremeciéndose al solo contacto de la fina tela de su cobija. Vulnerable se removió en el colchón, mirando con ojos anhelantes a su pareja. El pelinegro sonrió mientras que deshaciéndose de su prenda superior, se arrodillaba sobre la cama. Acercándose gateando asechante a su amado.

Plata y oro chocando, ambas conectadas y sincronizadas. Danzando en una misma melodía, siguiendo una misma canción.

—¿Quieres ser mi Omega?—. Preguntó el alfa, escudriñando al pelirrojo con la mirada, firme. Determinada.

—¿Quieres ser mi Alfa?—. Repuso, pasando sus brazos alrededor del cuello del mayor, atrayendolo de un tirón. Exigente—. ¿Quieres?.

El pelinegro sonrió nuevamente, encandilado con el menor.

—Quiero.

—Quiero.

Un silencio afloró a continuación, ninguno no dijo nada, pero tampoco rompieron la conexión. Alfa y Omega asomados en lo máximo. Su lado salvaje liberado casi en su totalidad. Determinando quien haría el primer movimiento.

—Mío—. Y el Omega acortó la distancia.

El de tez pálida no dudó en seguir el ritmo.

—Mío.— Gruñó a su vez, tomando entre sus dientes su labio inferior. Succionando, lamiendo, chupando.

«Tuyo». Pensaron a la vez.

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Hola, aquí les dejo otro capítulo :3, espero y sea de su total agrado. Se que no seré la mejor haciendo Smutt pero estoy satisfecha por cómo va iniciando...

Gracias por su atención, sus votos y comentarios 💕. (Cuando hay mejores historias que está, y se toman la molestia de leer...lo aprecio en verdad)

Feliz día/tarde/noche 🐾🐾💕.