Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

8. El beso

Miércoles 24 de abril de 2024.

Desde que comenzó el día he estado distraída en el gym, me equivoqué varias veces en la rutina lo que generó el regaño de mi entrenadora.

No podía dejar de pensar en que hoy es la cena con Alan a las 8:00 pm. El reloj marca las 6:00.

Saco mil vestidos del closet, no me decido por uno. Al fondo de éste veo una falda de cuero negro que hace meses no uso. Saco una blusa blanca con plumas en los puños de la manga.

Pongo el playlist de señora divorciada más de 5 meses mientras me maquillo un poco, canto la canción de la gata bajo la lluvia.

Estoy delineando mis ojos cuando me llega una notificación a IG. Es Alan pidiendo mi ubicación para venir por mí, me niego; pero él es terco y termino cediendo.

20 minutos más tarde el timbre suena indicando su llegada. Termino de aplicar mi labial, agarro mi bolso y abro la puerta.

Alan se ve muy bien, lleva puesta una camisa blanca y un jeans.

—Wow, te ves guapísima —me saluda con un beso en la mejilla.

—Gracias, tú también te ves guapo.

Soy sincera. Huele muy rico como siempre.

—Thank you, ¿Nos vamos?

—Sí, ¿Y a dónde vamos? —le pregunto.

Vegeta está dormido en el sillón me despido de él y me voy.

—Es sorpresa.

Me subo a su jeep y él cierra la puerta como todo un caballero. Su carro huele a limpio y a perfume.

—¿Te gustan los tacos? —me pregunta mientras maneja.

Me siento como en la película de rápido y furioso, va a gran velocidad.

—Obvio que me gustan, mis favoritos son los de pastor —me saboreo.

—Que coincidencia, los míos también —responde frenando.

Baja el volumen del estereo y se estaciona frente a una taqueria.

—Aquí es la taqueria de la familia del nene, estaremos seguros.

El local está vacío y tiene el letrero de cerrado.

—Está cerrado —digo viéndolo a los ojos.

—Sí, cerraron temprano para atendernos a nosotros.

What. Esto no lo esperaba.

Pongo mis lentes oscuros para ocultarme y sea más difícil reconocerme, no es que yo sea famosa. Pero hay aficionados que van a los entrenamientos y me han visto ahí.

Al entrar al lugar nos saludan alegremente, nos acompañan a la mesa.

—A mí me trae 3 tacos al pastor con mucha piña, por favor —ordeno.

El aroma tan rico me provoca el doble de hambre. Me sirven el agua de horchata que pedí.

A Mozo le entregan una coca cola. La mesera se retira dejándonos solos y yo no puedo evitar ponerme un poco nerviosa, Alan no me quita la vista de encima.

—¿Tengo algo en la cara? —pregunto tocando mi mejilla derecha.

Él sonríe y niega.

—No, estás perfecta y hermosa.

Bebo del agua para controlar mis nervios. Le agradezco y cambio de tema.

—Cuéntame ¿Ya estás listo para el partido siguiente? —le pregunto.

No sé que más decirle, no quiero que haya un silencio incomodo.

Preparamos a nuestro gusto los tacos, le pongo bastante guacamole.

—Estoy listo para dedicarte otro gol —responde poniéndole mucha salsa roja a sus 4 tacos.

—Te vas a enchilar.

—Nel no pasa nada —muerde el taco y segundos después lo escupe en el plato.

Su cara se vuelve roja como un tomate y tose. Yo me aguanto la risa cuando rápido bebe del refresco.

—Te lo dije —canturreo.

Comemos y platicamos sobre futbol, yo pregunto y él responde. También hablamos sobre mi trabajo.

Cuando es momento de pagar Alan se niega a que yo pague mis tacos.

—Yo invito el postre —le digo cuando nos vamos.

—Jalo hasta donde dice empuje —responde abriendo la puerta de su auto.

Le doy indicaciones sobre como llegar y se detiene en el local llamado "La creperia del amor".

—Interesante nombre, ¿Es alguna indirecta? —pregunta apagando el carro.

—Nop, aquí se venden las mejores crepas.

—Ok Meli, sorpréndeme.

Entro yo sola al local, no quiero que Alan sea reconocido. Pido 2 crepas para llevar y espero 10 minutos.

Le entrego a Mozo su crepa con Nutella y plátano.

Mi crepa es de fresas con Nutella, le doy una mordida y me siento en el paraíso.

—Está muy rica —se saborea, saca su lengua para limpiar su labio.

Yo quisiese hacer eso.

La música suena en volumen bajo, es la canción "La curiosidad", esa canción la bailó con nene.

—Tienes algo, cierra los ojos —me pide viendo mi cara.

Tal vez se trata de algún animal, cierro los ojos evitando hacer un escándalo.

Siento su cercanía y su olor invade mi nariz provocando mi nerviosismo.

En mi boca una presión húmeda hace que un cosquilleo recorra todo mi cuerpo, desde mi cabello hasta los dedos de mis pies.

Me ha dado un beso tan fugaz como una estrella.

Abro los ojos y él ya se ha alejado de mí.

—Perdón no pude resistirme. .

Me quedo callada, pues no sé que decir.

—Esto no puede volver a pasar, Alan.

—¿No te gustó? —pregunto.

Quiero decirle que me hubiera gustado que el beso durará más tiempo, pero me callo.

—Eso no importa, no puede pasar de nuevo. Llévame a mi casa, porfa.

Alan suspira y enciende el auto.

—¿Por qué tienes miedo? —me pregunta sin quitar la vista del camino.

—¿Miedo a qué?

Tal vez a la oscuridad o a las cucarachas.

—A enamorarte... de mí.

El amor no me da miedo, lo que temo es volver a entregar el corazón a alguien que no lo merezca. Que no merezca mis abrazos y besos.

—No me da miedo.

—Entonces, ¿Por qué te resistes a mis encantos?

Me aguanto las ganas de sonreír al escucharlo decir eso.

—Hay reglas que respetar —le digo.

—Las reglas son para romperse Melissa.

—En mi caso no.

No diré que soy la típica niña buena que no rompe un plato. Sin embargo no quiero drama en mi vida.

Hemos llegado a mi edificio y Mozo se baja para abrir la puerta. Me acompaña hasta la entrada de mi edificio.

—Buenas noches —dice frente a mí.

Arriesgate la vida es una sola. Una vez dentro de mí dice.

—Espera —le pido acercándome más a él.

Sin dudarlo y antes de que me arrepienta lo agarro del cuello jalándolo hacia mí.

Lo beso.

Él se queda pasmado unos segundos, me sigue el kiss volviendolo más apasionado, su lengua invade mi boca. Sus manos aprientan mi cintura y yo le doy una mordida en su labio.

El aire me hace falta, así que aunque no quiero me separo de su cuerpo.

Su frente se recarga en la mía, un suspiro sale de mi boca.

—¿Qué fue ésto? —cuestiona con la voz entre cortada.

Su mano no ha soltado mi cintura, doy unos paso atrás.

—Un beso, sorry. No pude resistirme.

Trato de quitarle importancia.

—Sé que fue un beso, pero ¿Por qué? —pregunta.

—Tenía ganas de hacerlo y esto no va a pasar otra vez.

Quiero salir de aquí huyendo a mi lugar seguro.

—Pero...

—Shh —le pongo mi mano en su boca.

Salgo corriendo hacia el edificio; cierro la puerta detrás de mí, dejándolo en la acera. Seguramente súper confundido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro