Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2. Tus ojos

Sábado 23 de marzo de 2024.

Anoche después de ver a Mozo en el elevador y de subir las fotografías de la afición en Instagram, no negaré que estuve a punto de stalkear el perfil de Alan, segundos después me arrepentí.

Hoy no me ha hablado, es lo mejor. Le tomé una foto al bajar del autobus cuando llegamos al estadio y fue como si yo no existiera.

El partido está por iniciar, ambos equipos ya se encuentran en la cancha y yo estoy en la zona de banca tranquila comiendo un chocolate snicker.

Es la primera vez que vengo a un partido de futbol, hace unos años fui a uno de béisbol.

—Melissa —grita Gago, el director técnico.

—Mande señor —respondo guardando el dulce en mi bolsillo.

—La foto.

Upss, cierto tengo que tomar la foto grupal del inicio, corriendo me acerco a la cancha y rápido la tomo.

Al momento de publicarla en las redes sociales, sin querer le hago zoom en donde está Alan; lo observo detenidamente. El grito de gol me saca del embobabiento en el que estaba.

Chivas a metido el primer gol, al minuto 11 el piojo Alvarado dio un cabezazo imposible para el portero contrario de atrapar.

El festejo en la banca, en la cancha y en la tribuna es impresionante. El sonido es ensordecedor y al verlos tan felices me contagian y brinco también.

El medio tiempo y nos vamos a los vestidores.

—Buen gol, felicidades —le digo al piojo.

—Gracias Melissa.

El juego finaliza empatado 1-1, la verdad me he divertido, pero cansado al mismo tiempo.

Mis ojos se cierran cuando vamos en el camión, ni siquiera el sonido de la música impide mi siesta.

Despierto asustada cuando Mimi mueve mi brazo.

—¿Dónde estoy? —pregunto confundida bostezando.

—Ya llegamos a Guadalajara —responde.

He dormido casi dos horas, ya quiero llegar a mi departamento y ver a Salem, me debe de extrañar.

Me despido de todos y voy al estacionamiento. A un lado de mi carro esta una jeep verde seco y a un lado de está se encuentra Mozo.

Por querer irme lo más rápido posible de aquí, mis llaves caen al suelo y al juntarlas noto como la mirada de él está sobre mí.

—Adiós fotógrafa.

—Adiós futbolista —respondo sacando la lengua.

Enciendo mi carro y por el espejo retrovisor lo veo sonreír.

Martes 26 de marzo de 2024.

Estoy en el entrenamiento esperando para realizar mi trabajo, mientras bebo un frappe de galleta,mi favorito. Amo las cosas dulces.

Hoy es una tarde soleada y un poco calurosa. Camino hacia la cancha y veo las pelotas volar, realmente espero no recibir un golpe.

El portero ataja algunos balones y yo hago increíbles fotos.

—¡Cuidado!

Yo estoy de espaldas, por lo que no sé a quién le gritan, el chisme puede más y volteo. Veo como un balón viene a toda velocidad a mi dirección, trato de cubrir mi cara con la mano libre, sin embargo es demasiado tarde, la pelota me golpea en la frente.

¡Ahí te voy san Pedro! Ese es el último pensamiento antes de que mis ojos se cierren.

—¡Melissa! —escucho distintas voces hablándome a lo lejos.

Abro los ojos y no sé donde estoy, en la habitación hay varios instrumentos médicos.

—Que bueno que despiertas —me dice la enfermera del equipo.

Toco mi frente al sentir una punzada de dolor y trato de recordar que ocurrió.

—¿Qué me pasó? —pregunto sentándome en la cama.

—Te dieron un balonazo —me explica.

¡Oh, vaya! Que raro.

Me da un espejo de mano y observo la mancha roja en mi frente. Lo poco que recuerdo fue mirar en la zona de donde vino el balón a Mozo, Pocho y el pollo, así que alguno de ellos fue.

—¿Sabes quién fue? —la cuestiono y ella niega.

Me entrega una bolsa con hielo para que la ponga en mi cabeza, recojo mi fleco con un pasador.

Tocan la puerta y se abre, asomándose Alan.

—¿Puedo pasar?

—No —respondo viéndolo con coraje.

Él se queda en la puerta y se ve preocupado, aunque de seguro viene a burlarse de mí.

—Melissa, Alan te trajo hasta aquí —dice la enfermera mientras abre la puerta.

La decepción, la traición hermana.

Mozo se acerca a mi cama y ve el golpe.

—Yo... vengo a disculparme, yo te di el golpe —murmura poniéndose rojo.

Obvio lo hizo a propósito para vengarse de mí.

—Felicidades —le aplaudo.

Sus cejas se fruncen.

—¿Por qué? —confundido pregunta.

—Por cumplir tu venganza, estamos a mano yo casi te atropello. Ah y no te perdono.

La enfermera nos deja solos y quiero gritarle que no se vaya.

—Te digo la neta, fue sin querer, tú te atravesaste —me quita el hielo de la mano y se acerca más.

Su cercanía me pone nerviosa, finjo que no me afecta.

—Pues no te creo, Alan Mozo.

Quiero quitarle el hielo, sin embargo el tiene más agilidad que yo. Con cuidado presiona la bolsa en mi piel.

Sus ojos ven los míos.

—¿Son pupilentes? —pregunta y yo miro su boca.

Mis ojos son tan azules como el mar, diría la canción de Christian Castro, algunas personas piensan eso.

—No son pupilentes, es como decir que tu lunar es falso y pintado con plumón.

Él se ríe antes de tomar mi mano para colocarla en su mejilla y tallar el lunar.

Dios, que está haciendo.

—Queda comprobado que es real —su voz causa escalofríos.

Rápido quito la mano, justo a tiempo porque entra la enfermera. Mozo se levanta y me da el hielo.

—Melissa puedes irte a tu casa y descansa.

—Excelente —me levanto con cuidado.

Quiero llegar a mi casa y abrazar a mi michi.

Me da un leve mareo y termino deteniéndome de la pared blanca.

—No puedes manejar así.

Sí puedo y lo voy hacer.

—Yo la puedo llevar —se ofrece el hombre.

Parece que él recibió el golpe.

—Ni loca me subo contigo, pediré un Uber y asunto arreglado —saco mi celular.

 —¿Por qué no aceptas la oferta de Mozo? —me pregunta la chica.

—Casi me mata, no pienso irme con él. ¿Qué tal si lo vuelve hacer? —digo buscando el número.

Alan se ríe y niega con la cabeza.

—No mames, que exagerada eres morra —dice viéndome.

—Sí lo soy y qué.

En 10 minutos llegará por mí el uber y sonrió triunfante.

—No te voy a rogar, ni que fueras una diosa.

—Nadie te lo está pidiendo —respondo.

Él está por contestarme cuando lo interrumpe el nene Beltrán y se lo lleva. Gracias Dios.

**
Estoy en mi casa acostada viendo una película en Netflix y comiendo una pizza hawaiana, cuando llega una notificación de whatsapp de Mimi, me pregunta como estoy, le respondo que mejor y me despido de ella.

Minutos después vuelve a llegar una notificación, esta vez de IG de mi perfil personal. Es una solicitud de seguimiento del nene, me parece un poco raro y tardo en aceptarlo, pero lo hago.

Al instante le da me encanta a la foto mía que subí a mi historia en la mañana en el gym.

Oye, tranquis.

Despierto agitada y asustada, he tenido una maldita pesadilla. Soñé con Alan y me dio un beso en la comisura de la boca, lo peor es que me gustó.

¡Qué asco! Me levanto a buscar una toalla desmaquillante para limpiarme. El reloj marca las 4:15 am. La alarma sonará en 2 horas.

Doy muchas vueltas en la cama sin conseguir dormir otra vez. Vegeta se molesta porque no lo dejo dormir.

—Perdóname mi bebé —le doy un beso en la panza y vuelvo a recordar el sueño.

¡Guacala! Prefiero besar un animal asqueroso.

Ay ajaaa, eso ni tú te la crees.

No hay duda, el golpe me dejó loca.

⚽️⚽️⚽️

Holaaa!! Recuerden que todo es ficción, trataré de actualizar seguido.

Espero sus comentarios si les gusta los capítulos y gracias por leerlos🤍

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro