Domingo 19 de mayo de 2024.

-¿Entonces ayer recibiste otro ramo de rosas? -dice Mimi.

-Sí, pero esta vez fueron girasoles.

No puedo evitar sonreír al recordar cuando me entregaron el ramo.

-¿Y tampoco puso su nombre?

-No, sigue siendo anónimo.

Eso me causa una gran curiosidad, no quiero pensar que se trate de Mozo. Él es de los pocos que saben mi dirección.

-Podrá ser romántico, pero también da miedo. Ten cuidado Mel -aprieta mi mano.

-No te preocupes Mimi.

Estamos rumbo al estadio del Atlas, es el clásico tapatio. La ciudad de Guadalajara está enloquecida, uno de los equipos pasará a la semfinal.

Los aficionados en la calle gritan, echan porras, ondeando las banderas e incluso algunos traen chivas reales. Hay desde bebés hasta ancianitos.

Tomo algunas fotografías de los fans fuera del estadio, mientras los jugadores calientan en la cancha.

Toda la institución está nerviosa, incluso yo. Estoy devorando unas papitas adobadas con mucho chamoy y limón.

Alan me saluda de lejos y continua haciendo el estiramiento.

⚽️⚽️

El partido ha comenzado lleva 20 minutos y chivas ha tenido 2 veces la oportunidad de anotar gol. La suerte no ha estado de nuestro lado.

El primer tiempo ha terminado y estamos en el vestidor. Les estoy tomando fotos mientras están en un círculo diciendo palabras de motivación.

Alan y yo intercambiamos miradas de vez en cuando. Yo trato de ser discreta.

Camino hacia su dirección con la cámara lista.

-Una sonrisa -le digo.

Su seriedad se transforma en una sonrisa que achica sus ojos. Aquí estamos fingiendo que no nos hemos besado nunca.

Hace unas semanas le pregunté sobre el beso que me robó y se hizo el loco, como si no hubiera pasado nada. Incluso he llegado a pensar que yo lo imaginé.

-Meli podemos hablar después del partido -me dice Mozo.

-Sí claro.

Me da curiosidad saber de que quiere que hablemos, lo veo irse secando el sudor de su cara con una toalla.

El segundo tiempo del partido está cárdiaco, el atlas va ganando con un gol. Faltan 10 minutos para que termine.

Alan recibe el balón y corre hacia la porteria. Mis manos sudan de nervios. Mozo patea la pelota y ésta se estrella contra el travesaño.

En el tiempo que llevo aquí he aprendido que la posición en la que juega Alan no es de anotar goles.

-¡Gol!

El piojo Alvarado ha anotado en penal. Todos en la banca enloquecemos de emoción.

5 minutos más tarde, el conejito brizuela a metido otro gol.

Chivas ha ganado.

Acabamos de llegar a verde valle, son las 11:00 pm. Estoy muy cansada, quiero ya estar en mi camita.

-Buenas noches -me despido de Mimi.

Cuando llegué busqué a Alan para que hablaramos. Sin embargo no lo veo por ningún lado y su camioneta ya no está en el estacionamiento.

Supongo que se le olvidó por la felicidad de avanzar a la semifinal.

Lunes 20 de mayo de 2024.

Estoy terminando de editar algunas fotos que tomé hace meses cuando vivía aún con mis padres.

Vegeta está dormido en mi cama como si estuviera cansado de trabajar.

El sonido de la notificación me interrumpe, se trata de un mensaje de Mozo. Tardo unos minutos en abrirlo, no quiero parecer una desesperada.

Está pidiendo que nos veamos y me manda la ubicación de una cafeteria. Le confirmo que iré.

Busco que ropa ponerme, no puedo irme en pijama y sin peinar.

30 minutos más tarde llego al lugar, el local está casi vacío por lo que rápido encuentro a Alan.

Me dirijo a él y Mozo me recibe con una sonrisa.

-Hola -lo saludo sentándome.

-Qué onda.

Lleva lentes oscuros como si acá adentro hubiera mucho sol.

-¿Se te perdió el sol? -no puedo evitar decir.

-Tu brillo me deja ciego.

Como siempre una sonrisa es su compañera.

-Ay aja, mejor dime de que quieres hablar.

Me aguanto la risa.

El mesero de cabello azul se acerca a la mesa a dejarnos el menú. Es un milagro que no enloquezca al ver a Mozo.

Él ha pedido un café américano y yo un frappe de caramelo.

-No has dejado de gustarme -rompe el silencio.

Vigilo que no haya alguien cerca escuchando, pero no hay pájaros en el alambre.

-Y tú a mí tampoco -susurro no sé porque.

Vida solo hay una... No sé que estoy haciendo, pero luzco genial.

-Te pedí que vinieras aquí, porque quiero intentar algo contigo. No te estoy pidiendo que seas mi novia.

Dejo de beber mi frappe, lo veo detenidamente para buscar alguna señal de que sea una broma.

-¿Hablas en serio?

-Sí, lo hago. Me gustas un chingo.

-¿Quieres que seamos amigos con derechos?

El mastica el panque de nuez que pidio.

-Solo te pido que nos dejemos llevar y disfrutemos de lo que sentimos.

La vida se trata de aprovechar oportunidades y de equivocarnos, así aprendemos.

-Acepto.

Sé que tal vez me arrepienta después.

-No te arrepentirás hermosa -toma mi mano entre la suya.

-Alguien puede vernos -suelto su mano.

Reviso el local, parece que nadie está viéndonos.

-Nadie nos presta atención.

Hablamos otro rato sobre futbol, me explica un poco sobre este tema nuevo para mí. En unos días es el partido contra los Xolos de Tijuana, el equipo de mi ciudad y tendremos que viajar.

-¿Estás emocionada de volver a tu ciudad? -me pregunta.

-Obvio, llevo meses sin ver a mis papás.

Aunque solo estaré ahí 2 días, me pone feliz volver abrazarlos.

-Te entiendo, me ha pasado igual con los míos.

Aunque Alan ve a sus padres más seguido. Las ciudades están más cerca.

-Y eso que tú los ves más veces.

-Sí, oye ¿Te gustaron los girasoles?

Me sorprende que sepa lo de mis flores.

-¿Cómo sabes? ¿Fuiste tú?

-Fui yo -muerde su labio.

Lo llegue a pensar, sin embargo me parecio algo imposible. Sin duda quedó demostrado que mi intuición no falla.

-Wow, ¿Por qué lo hiciste?

-Pues, a todas las mujeres les gusta y las hace feliz. Yo quisé darte esa felicidad -responde viendo mis ojos.

Me pone nerviosa, tiene una mirada fuerte, sin embargo no bajo la mirada. El duelo dura unos segundos, hasta que él aparta la suya.

-Thank u, pero ¿Qué tal si no me gustan? O peor aún si soy alérgica al polén.

-Mierda, no lo había pensado. Estoy seguro que no eres alérgica, porque yo te veo perfecta.

No puedo evitar sonreír, no soy perfecta ni de cerca. Pero a todas nos gusta que nos chuleen, hoy me sentía fea. En mi mejilla hay un grano que parece un volcan.

-No lo soy. Gracias, sí me gustaron. De hecho los girasoles son mis favoritos -confieso.

-Para mí lo eres hermosa. Que bueno que te gustaron.

Le doy el último sorbo a la bebida.

-Gracias otra vez. Oye, ya tengo que irme Alan.

-¿Por qué tan pronto?

-Tengo cosas que hacer.

No miento tengo que lavar y guardar alguna ropa antes de viajar a Tijuana.

-Ok, yo pago -habla cuando ve que estoy sacando mi cartera.

Insisto en pagar lo mío, pero él gana el piedra, papel o tijera.

Si muy maduro de nuestra parte decidir así.

-Nos vemos, bye.

-Chao guapa.

Nos despedimos con un apreton de manos. Si por mí fuera lo besuquiaba, pero hay personas cerca.

⚽️⚽️

Llevo 2 horas haciendo lo que dije y cantando canciones de Karol G, cuando Mimi me envía un DM. Es una publicación de IG.

Casi me caigo de la silla cuando veo una foto de Alan y mía en la cafeteria. Por fortuna yo salgo de espaldas, solo se ve mi cabello y una parte de mi brazo.

En la fotografía Mozo está sonriendo y se ve muy guapo.

La publicación fue subida por un muchacho y él menciona a una mujer misteriosa que no le vio la cara, pero que hizo sonreír mucho al futbolista.

Leo algunos de los comentarios de fans celosas. Wtf.

Le explico a Mimi que fue lo que sucedió y más tarde Alan me envía un mensaje y hablamos sobre lo ocurrido con la foto.

En un audio me pide que no me preocupe que no hay forma que sepan que soy yo yo la chica que sale con él.

Y es la verdad no soy la única en la ciudad con cabello negro y una camiseta azul cielo.

Disfrutaré lo que dure. Total ya lo dijo Romeo Santos en su canción una aventura es más divertida si huele a peligro.

🤍🤍🤍

Holiii nuevo capítulo de Alan y Melissa 💕

Gracias por el apoyo que le dan a la historia 😊

Ig: martha_books95