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Lo peor de todo es que me sigue doliendo…

Cuando James tomo la chaqueta escuche la voz empalagosa de Ava. La rubia llegó y beso con descaro a James, frente a nosotros y el corazón me dolió más. Albus tomo mi mano y me alejo de ese dolor.

— Te veré pronto — Albus me abrazó con fuerza y dio un beso en mi cabeza.

— Gracias Sev, que tengas un buen viaje.

Me despedí, gire para regresar con mis padres. Faltaban diez minutos para partir, mis padres esperaban tranquilos cerca del andes 4 y 5, pero justo antes de que llegara una mano me tomo por sorpresa y arrastró al muro. Ocultando mi presencia.

Una fuerza me detuvo, al levantar la vista mis ojos se encontraron con los de James.

— ¿Qué…que quieres? — la voz me falló.

— ¿No te vas a despedir?

— No eres un niño James — suspiré enojada, necesitaba todo el valor del mundo — Soy tu vecina solamente ¿No? Asi que buen viaje vecino.

Lo empuje y se movió, me permitió alejarme y sentí el cuerpo de gallina.

— Lo siento… — la voz de James fue un susurro.

Me detuve pero no lo vi, mi cuerpo no me permitía verlo.

— Yo, no quería decir aquello…no eres solo mi vecina… — el lamento de su voz me dolía.

— Pues, lo dejaste muy claro esa noche, vete, tu novia te espera.

Vamos muévete, vamos….muévanse piernas.

Pero mi cuerpo no hacía caso. Seguí plantada esperando escuchar una ilusión, una de la cual iba a despertar y la realidad me daría un golpe fuerte al saber que James solo se burló de mi.

— Ava no es ni novia.

— Parece que ella no entendió eso cuando te beso.

— ¡La aleje! Ella no significa nada… — sentí por un momento el tacto de James.

— Adiós Potter — me aleje, antes de arrepentirme.

Fue lo más doloroso que una vez hice, pero fue mejor así. Olvidar a James seria la prioridad.