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— ¿Seguro que ya no te duele?
— Si…y no...¡Ay! Deja de tocar, eso duele.
Sonreí era lo único que me faltaba en ese momento. Albus estaba en mi cuarto mientras esperábamos a que la película se cargará. Deje el tazón de palomitas aún lado y ver su rostro.
El moretón en su ojo, el labio partido y una pequeña bandita en su mejilla me daba gracia. Sobre todo porque la bandita tenía un gatito de color blanco.
Sin duda resultaba un poco sorprendente que el pacífico de Albus fuera tan bueno peleando.
— ¿Qué?
— Gracias Sev — le sonreí agradecida.
— Eres mi mejor amiga ¿Qué esperabas? No iba a quedarme al margen cuando el imbécil de Potter…lo siento, arruinó el fin de semana.
— Tranquilo — tomé el tazón de palomitas y me recargue en su hombro — Si es un imbécil.
— Ese lenguaje señorita.
Reí y la película se terminó de cargar. Ambos éramos fanático de los superhéroes, en especial de Spiderman.
En un impulso, Albus entrelazó su mano con la mía para darme apoyo. Y solo le sonreí apenada. Conocía el secreto de Albus, sabía que le gustaba, y me dolía mucho no poder corresponderle.
Intenté emparejarlo con una amiga que me visito en las vacaciones después de año nuevo, Eleonor Fey, una linda Parisina de carácter dulce. Pero Albus la rechazo con tacto.
— Albus, yo…quisiera decirte algo, yo ya se...
— Lo se — apretó mi mano mirando la pantalla de la laptop — Soy algo obvio, eso me lo dice Lily, pero no quiero perderte…me importante más nuestra amistad.
— ¿De verdad?
— Si — me miró a los ojos y me atrajo a si para abrazarme — Eres y serás siempre mi mejor amiga, y no voy a permitir que imbéciles como James te lastimen.
— Gracias Sev, gracias…— lo abrace con fuerza.
Unas pocas lágrimas aparecieron enseguida al escuchar el nombre de James.
Albus sabía que aún sentía algo por ese imbécil.
Faltaba poco para las once, el tren partía justos a esa hora y seguía abrazada de mis padres. Una sonrisa asomo mis labios al ver a mi hermanito extender sus brazos, tenía ya tres años. Dilan y Amy me sonrieron divertidos al ver los pucheros de Simón.
— ¡No! To quiero ir tamben.
— Te traeré un lindo recuerdo Simón, pero me tengo que ir — aguante una risa cuando Simón se cruzo de brazos y saco la lengua.
— Cariño no saques la lengua, tu hermana va a venir pronto — sonrió mi madre — ¿Llevas todo?
— Si, deje unas cosas en casa para que las veas Amy — sonreí — Hay un libro interesante para ti Dilan, será bueno que lo leas bien, la directora es un poco estricta.
Mis hermanos pronto iniciarían sus estudios en la misma escuela en la que estaba.
Más tarde que nunca.
Cerca del andes 8 vi caminar a Albus y Lily, ellos igual regresaban a la escuela. Me acerque a ellos corriendo y abrace con fuera a mi amiga. De acuerdo a los rumores que me comentó Fred, Lily tenía un enamorado.
— Ten cuidado ¿Si?
— Claro, descuida, voy a descubrir quién es — frunció el ceño — Te veo en vacaciones, debí despedirme de mis padres.
— Descuida, la voy a cuidar — sonrió Albus.
— No dudo de eso, te voy a extrañar, ten.
Le entre una carta, y las manos me temblaron. Ese año no iba a darle a James el resto de las cartas de los meses que restan para terminar el año.
— No tienes que hacerlo — me regreso la carta — Te escribiré como usualmente lo hago.
— Lo se, es…la maldita costumbre.
— Ese lenguaje señorita — rio Albus — ¿Estarás bien?
— Si, soy fuerte, te escribiré todos los días para que estés tranquilo Sev.
— Creo que voy a vomitar.
El corazón me latio con fuerza al escuchar su voz. El puño de Albus se tenso, no quería girar, no deseaba verlo, pero debía entregarle la chaqueta de cuero de esa noche. Busque en mi bolso y me gire para encararlo.
La sonrisa socarrona de James, su brillo en los ojos castaños, el cabello alborotado lo hacía atractivo. Incluso el ojo morado, el corte en su ceja y el labio herido le daba ese aire de ensueño.
Controlate, solo es un chico más…solo uno más…
Nerviosa extendió la cachetes doblada. Sentí la mano de Albus en mi hombro y agradecí su apoyo.
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