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21
James

¿Caramelo? ¿Vainilla? ...no importa, sus labios saben a dulce.

Al rodear su cintura, sentir su cuerpo pegado al mío y deleitarme con sus labios sabor caramelo me excito, más de lo que pensé. Necesite una gran fuerza de voluntad al separarme de ella.

Recuerda....ella tiene...quince...cielos ahora entiendo un poco a mi padre.

Ver los labios hinchados, el cabello un poco despeinado y sus mejillas sonrojadas me lleno de orgullo pero la realidad me abofeteo con fuerza.

Me empujo y me dio una bofetada.

¿¡Que!?

Por fin abrí mi corazón, mis impulsos y ella, ella solo me golpea.

— ¿¡Que ocurre contigo!? — el grito de su voz me confundió.

— ¿De qué hablas...? Te acabo de besar y tú me das una maldita bofetada — le vi molesto

— ¡Tienes novia! — me acusó al señalar mi casa.

— Ella no es mi novia, solo es...la... — me tragué mis palabras al ver la sorpresa en su rostro.

— La chica, es la chica de la semana ¿Verdad?

— Algo así...

— ¡James! ¿Cómo puedes jugar con el corazón de ella?

— Perdón preciosa, pero Ava sabe a lo que se enfrenta — cruce los brazos y rodar los ojos, sonaba igual a Lily.

— ...¿Y que soy yo? ¿La de año nuevo?

— ¡Claro que no! — pensar en eso era descabellado.

— ¡Entonces! ¿¡Dime que soy para ti James!?

Eres distinta, eres especial para mí, eres mi amiga, mi mejor amiga, mi confidente, aliada...pero sobre todo mi chica.

Pero ninguno de mis pensamientos salió de mi boca, ninguno, en su lugar el James que conocían las mujeres ocupo su lugar y me arrepentí de abrir la boca.

— Solo, solo mi vecina ¿No?

— Solo...tu vecina... — el dolor de sus ojos fue un puñal en mi corazón.

— Tal vez, yo... ¡Carajo! Sabes que no soy bueno con estas cosas, no soy un cursi como tú.

— ¿Cómo yo? Pues disculpe señor casanova, lamento que mis cursilerías le molestaran tantos años, lamento que mi amistad no fuera suficiente, lamento que fuera tan estúpida para escribir una carta e ir a dejarla ese maldito día a los ocho años y conocerte...adiós señor Potter.

No, no te vayas...no te vayas.

Pero se fue, avanzo y cuando le di alcance la detuve, recibí sus golpes en el pecho, grito que le soltará y Albus llegó, me empujo y me dio un puñetazo.

Mi propio hermano me dio un golpe.

— Albus...— escuchar su voz de alivio me irritó.

— ¿¡Que ocurre contigo James!? — Albus siempre se mostró alterado con las rupturas de las chicas con las que salía, pero verlo fuera de sí me sorprendió.

— Vete Severus, esto es entre ella y yo.

Solo llamaba de ese modo a mi hermano cuando realmente estaba enojado, hacía nombre al antiguo director de Hogwarts, Severus Snape,  héroe que salvó a mi padre incontables veces.

— No, no voy a irme...no hasta que te disculpes.

— Por favor, el bueno de Severus y sus malditos modales — rodé los ojos — Vete serpiente rastrera.

— Disculpe su majestad, olvidaba que los leones siempre lanzan sus garras sin medir las consecuencias de sus actos.

— Hasta aquí llegaste maldito Slytherin.

Escuche dos gritos esa noche antes de navidad. El primero fue de Lily al intentar pararnos en nuestra pelea y el segundo fue de ella al gritar el nombre de Albus.