Capítulo 6
Clarissa
Después de una noche de insomnio, me desperté tarde. Nunca me había retrasado y no quería ni podía llegar tarde a la escuela. No sabía que era lo que me había impedido dormir bien, pero esperaba que no se hiciera costumbre. Una chica necesitaba dormir, una mujer como yo lo necesitaba aún más.
Después de una ducha rápida, me puse mi uniforme y salí sin desayunar. Mientras peleaba con la gorra que había comprado un día anterior, lo escuché.
Daniel.
Al parecer no me libraría de él, seguramente me preguntaría mi número de teléfono. Y como yo, estúpidamente, había aceptado una cita pues debía dárselo. Mi mamá hizo un enorme escándalo al enterarse, mi papá solo me pidió que me cuidara. Como si fuera a pasar algo más que una plática rara entre Daniel y yo.
No pude evitar brincar, me espantó. Iba prácticamente distraída y como que aprovechó para llegar sin avisar. Le dije lo primero que se me había ocurrido, como no respondió, tuve que voltear a verlo.
Fue ahí cuando me percaté de que no llevaba mi gorra, estaba embobado viendo mi cabello. Típico. Seguro que ahora venían las bromas sobre las chicas pelirrojas, ya me las conocía todas y estaba harta, fastidiada, asqueada y...en ese momento llegó Christian.
Lo cual fue un alivio, me libró de escuchar a Daniel.
Chris sonrió al verme tan exaltada.
—¿Otra vez hablando con Daniel?
Volteé a verlo con los ojos entrecerrados.
—No me gusta el tono que usaste en esa pregunta, sabes que entre él y yo no hay nada ni lo habrá...
—¿Y eso por qué?
Solo puse los ojos en blanco y seguí mi camino, era como tratar de explicarle a mi padre que no corría ningún peligro por salir con Daniel, simplemente no lo entenderían. Además de que no olvidaba que estaba saliendo oficialmente con Jessica, o eso me había dicho ella ayer que habló a mi casa.
Christian me siguió sin dejar de reír. Ya me las pagaría cuando volviera a tener novia, seguramente eso sería pronto.
Cuando llegamos al salón, tomé mi asiento de siempre. Primera fila, cerca de la ventana, la primer butaca y Christian detrás de mí. Seguimos hablando mientras esperábamos que el profesor llegara. El salón comenzó a llenarse conforme pasaba el tiempo, algunos como Jessica llegaron verdaderamente tarde.
Ella no iba sola, Daniel la acompañaba y detrás venía su amigo, Rafael.
Christian saludó al trío conforme entraban, yo solo hice lo mismo que todos los días, traté de minimizarme con mi entorno, hasta el momento lo había conseguido con mucho éxito.
El resto del día fue muy tranquilo en comparación con la mañana y salí de la escuela prácticamente en buen horario. Iba caminando relajada hacia mi casa cuando escuché la voz de Jessica, la chillante voz de Jessica. ¿Cómo es que a alguien le parecía seductora un tipo de voz así?
Jamás lo entendería. Bueno, pensándolo bien, tal vez ni siquiera se fijaban en su voz. Quizás incluso se volvían sordos para poder estar con ella.
Jessica no era fea, era completamente diferente a mí pero no era desagradable a la vista. No estoy diciendo que yo sea la belleza que México esperaba, no, pero tampoco me consideraba fea. Lo que trato de explicar es que ella y yo somos completamente diferentes. Mientras mi piel es clara, la de ella es morena; mis ojos son azules, los de ella son oscuros; mi cabello es rojo fuego, el de ella es más negro que la noche. Aunque ella no parece niño con vestido. Mientras que yo...bueno, yo no uso vestido.
No me giré para verla, sabía que seguramente estaba con Daniel. Por alguna razón no me gustaba verlos juntos, sentía que ella no sería buena para él. Ilógico, ¿cierto?
Hasta que algo hizo click en mi cabeza. Si Daniel y Jess eran novios, y yo saldría con él, eso me convertía en la otra. Me horroricé ante esta conclusión.
Al parecer Daniel no era tan buen muchacho, otra vez me había equivocado.
Ahora... ¿Qué hago?
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