No me dejes!!
-quieres?
-no... gracias...
-estas bien?
-si...no tengo hambre.
Llevaba un par de días en que comía menos de lo habitual, se disculpó con la excusa de estar cansado y se retiró del recinto principal.
El pequeño cubo había entrado en una pequeña depresión, la idea de no poder concebir un hijo y el miedo a que Zaphiri lo abandone por esto lo estaba consumiendo por dentro.
Bajó las escaleras más rápido de lo habitual ya que su organismo le exigía un baño con urgencia, el cosquilleo en su estómago paso a sus muslos y piernas...genial ahora tenía colitis nerviosa. Cuando terminó se dió un rápido baño con agua tibia tomo la camisa que usaba para dormir y se acostó en la cama...abrazando al oso.
-Krest?!
Zaphiri lo encontró dormido, acostado en su cama. Desde que regreso de la misión Krest se había "mudado" a su alcoba, dormía con una de sus camisas e incluso se apoderó de un par de sus pantalones los cuales corto un poco más arriba de su rodilla, hace mucho calor, Fue la respuesta escueta que dió.
La verdad es que al bicho no le molestaba, incluso estaba encantado aunque no lo demostrará, le dió un beso en su mejilla y procedió a ocupar su lugar, que gracioso, él adoraba dormir en el lado izquierdo y Krest en el derecho, parece que se habían puesto de acuerdo, apagó la vela y con mucho cuidado lo abrazó, ya que no lo quería despertar...grave error.
*****-----*****-----*****-----
-si quieres marcharte hazlo...no me importa!!
No entendía muy bien que es lo que le pasaba al castaño pero, se veía nervioso, intranquilo... asustado. Por lo general Krest era un hombre serio que nunca mostraba sus emociones, al menos no todas, lo había visto reír en un par de ocasiones pero de forma discreta, era muy raro que se burlara de sus camaradas o enfadará, la verdad es que era muy estable y centrado. Por lo que verlo de esa manera...le dolía.
Desde hace unos días Krest estaba actuando...raro. Se había vuelto más atento y parlanchín con él, preguntando tal o cual cosa, que le gustaba, que no, porque casi no socializada con los demás, qué tipo de amistad tenía con Aeras, en la cual se enfoco mucho y cosas así. La verdad es que a Zaphiri eso le había gustado mucho... muchísimo y es que hace tiempo tenía la intención de avanzar más con su compañero en el ámbito... romántico. Por desgracia el bicho tenía de romántico lo mismo que una roca ...o sea nada. Aunque odiara admitirlo era muy torpe en eso de las conquistas.
Si, había tenido sexo con algunas mujeres pero...solo eso, era fácil llegar con una prostituta y calmar sus ganas, no tenía que hablarle bonito o llevarle presentes, solo pagarle y ya, fácil.
Por lo que tratar con Krest...le estaba costando mucho trabajo.
Había respetado la privacidad del otro, aguantando los celos y coraje que le ocacionaba el verlo ser tan atento con Itia, la verdad es que siempre que lo veía bajar a la casa de libra, o subir al azabache a acuariano, prefería salir a dar una vuelta por el santuario para suprimir las ganas de ir y correr al otro a patadas o dejarlo como coladera.
En la cena mantenía la mirada siempre en la mesa para no quedarse como bobo mirándole todo el tiempo, con el cangrejo y gato era más que suficiente. Buscaba darle su espacio y no acosarlo, pese a que quería estar con el todo el tiempo.
Pero la verdad es que Zaphiri ya llevaba un tiempo enamorado de él, desde antes de que iniciara la guerra santa.
Cuando había comenzado...no lo sabia, pero fue antes de enterarse de su secreto, siempre le había llamado la atención ya que le pareció alguien culto e interesante y después de escuchar eso... aumento.
En poco tiempo se encontró buscándolo con la mirada, empezó a estar al tanto de sus gustos, gestos, charlas, todo, admiraba hasta el más mínimo detalle de ese francés. No negaría que incluso llegó a fantasear con él y con el paso del tiempo a desearlo, pero no solo en el plan carnal. Deseaba ser dueño de todas sus risas, miedos, alegrías, compartir sus metas y más, simplemente quería ser parte de su vida y que él fuera parte de la suya.
Cuando llegó la guerra santa hizo todo lo posible para protegerlo, poco le importó separarse de su grupo solo para asegurar que el cubo estuviera a salvó, intento evitar que peleará pero era inevitable, jamás habian luchado juntos pero... habían hecho una mancuerna increíble! se entendían con solo una seña o mirada, pese a ser tan diferente el fuego y hielo lograron un buen equilibrio que les permitió salir victoriosos y sobrevivir.
Todo ello lo tomo como una buena señal, algo que le daba la esperanza de que tal vez podría existir algo entre ellos.
Cuando le propuso formar una familia. La verdad estaba aterrado y no dejo de golpearse mentalmente al decir eso, es que...que diablos era eso de quiero tener un hijo contigo!
Imbécil!
Primero tenía que conquistarlo, hacer de todo por ganar su amor y después,bueno, dar el siguiente paso. No, empezar del final como él lo había hecho, fue un milagro que Krest no lo castrara en ese momento y un milagro mayor que este aceptará.
Su vida dió un enorme giró que le inundó de felicidad, ser el primero y único que había poseido a semejante ángel lo volvía loco, adoraba hacer el amor con Krest, saborear su piel blanca y sensible, observar sus gestos, escuchar sus gemidos, perderse en eso ojos tan profundos y... cálidos, saborear esos dulces labios que adornaban su rostro, los cuales al curvarse hacían un hermoso hoyuelo en el lado izquierdo de su mejilla cuando sonreía, embriagarse con ese rico aroma a vainilla que el menor despedía y escucharlo decir su nombre, todo, simplemente todo era perfecto cada que hacían el amor, porque Zaphiri se entregaba por completo y algo le decía que Krest también.
Pero el bicho quería más, no quería hacerle el amor en la cama, también quería hacerlo en su vida, quería ser cariñoso, atento, amable, protector, quería que Krest deseara pasar su vida con él, que le dejara entrar y ser su familia, eso es lo que más deseaba Zaphiri, una familia...una familiar con Krest.
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Cuando despertó y se encontró solo en la cama una fuerte punzada se incrustó en su pecho. Se supone que esa noche lo intentaron de nuevo pero, se había quedado dormido y Zaphiri no lo molesto.
Si bien esto no era algo malo...para Krest si. Y es que el miedo al abandono había aumentado con el paso de los días, si no podía darle un hijo Zaphiri lo dejaría y no podía darle un hijo si no hacían el amor con el. Por tal motivo se la había pasado todas las noches seduciendo al bicho, lo que era muy fácil, esperando finalmente quedar en cinta y así poder complacerlo...pero nada.
Una parte de él estaba convencido de que no tenía la habilidad de procrear vida y el viejo se había equivocado, pero otra, ya minúscula, aún guardaba la esperanza de poder cumplir el deseo de formar una familia con el bicho.
Últimamente había cambiado su trato con el moreno, intentaba ser más atento y cariñoso con él, tal vez si se volvían más unidos Zaphiri no lo dejaría por no darle un hijo, tal vez la oportunidad de formar una relación normal que se basará en el cariño y respeto mutuo y no solo en lo carnal. Parecía que si estaba funcionando, ya hablaban más y Zaphiri era más atento con él, bueno, la verdad es que siempre lo había sido, desde el primer día fue amable y cariñoso, cuando lo hacían lo trataba de forma delicada, era muy cuidadoso para no lastimarlo y atento después de cada acto, cosas que Krest adoraba.
Le encantaba sentirse protegido y amado, sentirse especial, Zaphiri lo hacía sentir así... único. Por eso el miedo a perder a esa persona que lo había hecho sentir tan importante, pero que podía hacer, no podía darle un hijo y es lo que el azabache deseaba.
Esa mañana se había encontrado con una enorme sorpresa al curiosear en el templo de escorpio, adentrándose en una bodega al final del pasillo donde al bicho le gustaba pasar las tardes, no sabía que Zaphiri era tan buen carpintero, había un pequeño buró al cual le faltaba solo colocarle una puerta, una mesa, mucha madera y...y...lo que vendría siendo una pequeña cuna, Zaphiri estaba construyendo una cuna para su hijo!
El cubo se acercó despacio, tocando con la yema de los dedos las barras de madera, estaban finamente talladas y daban la forma de una pequeña reja adornada con...copos de nieve, Zaphiri le había tallado copos de nieve en los barrotes, clara alusión a su persona.
Su estómago dió un vuelco por lo que apretó los labios. Salió de ahí y bajó corriendo al coliseo, tenía que hablar con el torpe y viejo Claudio, ese curandero loco tenía que revisarlo de nuevo y confirmar que si podía tener hijos y de ser así, decirle que carajos estaba asiendo mal para que finalmente quede en cinta.
Bajo las escaleras sin prestar atención a nada, poco le importó el saludo de Itia y su invitación a comer, que Sage e Ilias se encontrarán en un duelo de miradas para ver quién invitaba a Lugonis a salir, o la escena tan comprometedora de los gemelos en géminis que al estar jugando Héctor había tropezando y termino en el suelo arriba de su hermano con la cara muy cerca de la intimidad de este y que ambos estuvieran rojos pero sin moverse, nada le importaba, solo quería llegar donde el doctor.
Dejo las doce casas y se adentro en el coliseo, ahí Aeras y Gateguard entrenaban a los nuevos reclutas...bueno la verdad los estaban usando como sacos de boxeo.
Estaba por llegar, solo tenía que cruzar las pocas ruinas, dar vuelta a al izquierda y atravesar un invernadero lleno de plantas medicinales, faltaba poco, estaba por tomar la encrucijada cuando algo, más bien alguien, captó su atención.
En la pendiente que bajaba al pueblo se encontraba Zaphiri... hablando con una amazona.
El moreno estaba de espaldas y frente a él una hermosa y escultural joven con una máscara de plata.
El bicho estaba como si nada, con la cara de póker de siempre, sosteniendo una bolsa llena de manzanas que recién había comprado en Rodorio. La verdad es que ni siquiera le prestaba atención a lo que la mujer decía, la cual en ese momento se le estaba declarando, su mente estaba concentrada en cierto acuariano pensando en como invitarlo a salir. Su cerebro reaccionó al ver como la joven dirigía su mano a su máscara, con la clara intención de mostrarle su rostro. Esta chica loca, acaso quería morir, porque era obvio que ella jamás podría ganarle y el no tenía ningúna intención de amarla.
Estaba por detenerla cuando alguien se le adelanto, logró sentir un cambio brusco de temperatura, un frío que recorrió su columna, en segundos la chica frente a él había quedado atrapada en una estructura de hielo.
-pero que...
Al girarse recibio un fuerte golpe en la mejilla que lo hizo ver estrellitas y le hizo tirar sus manzanas. Krest estaba parado frente a él, enojado, con las mejillas rojas y... llorando.
No tuvo tiempo de reacciónar ya que el cubo salió corriendo de ahí. Parpadeo unos segundos y se apresuró a actuar, lo primero fue lanzar una aguja a la chica, le importaba un bledo lo que le pasará a ella pero no quería que el cubo se metiera en problemas por andar congelando a los reclutas, después salió corriendo tras su niño.
El pobre cubo no paro hasta llegar a Escorpión, apenas sus pies tocaran el área privada se tumbó en el suelo y comenzaron a llorar, lo iba a dejar ya no había duda. Se acercó enojado a ver qué estaban hablando esos dos, la chica se le declaraba y Zaphiri, él no decía nada, sabía que el bicho había aceptado ya que ella le pidió que aceptara sus sentidos y le permitiera mostrar su rostro, de nuevo silencio, Zaphiri lo aceptaba? No logro soportarlo y por ello la congeló, para después abofetear a su compañero y salir de ahí. Era obvio que Zaphiri aceptará a aquella chica, una mujer con la que podría tener una familia.
Cuando el bicho llegó su corazón se partió al ver a su niño llorando, se acercó a él e intentaba abrazarlo pero Krest no se lo permitió lanzándose golpes para que lo dejará.
-krest escuchá, no es lo que piensas.
-claro que sí, ella se te declaró y tú aceptaste.
-no, claro que no...la verdad ni siquiera le preste atención.
-no es verdad! Yo te Vi.
-krest te juro que no le estaba prestando atención a nada de lo que decía yo...
-me vas a decir que estabas ahí paradote como idiota nada más.
-em...si...
-... mentiroso!
-te juro que es la verdad, venía pensando en como... bueno...yo...
-la prefieres a ella porque ella si te puede dar un hijo...verdad... por que ella si puede y yo no.
-QUE!!!
-esta bien, si es lo que quieres vete, no me importa.
-krest...
-largate! Ve a revolcarte con esa zorra!
-te éstoy diciendo qué no es...
-que te vallas!
El bicho alcanzo a esquivar por los pelos el impulso azul, el cual congelo una columna. Al girar vio a su compañero lleno de enojo y rabia, sabía que no podría razonar por las buenas con él, cuando el cubo hacia berrinche era peor que un niño...pero tampoco lo dejaría así.
-ah! Lo siento.
Usando su velocidad sujeto una de las manos del castaño y la giro asiendo palanca y quedando de espaldas a este, el menor se quejó e intentaba liberarse, por lo que el bicho acabo golpeando su pantorrilla y mandándole al suelo, Zaphiri lo sujeto con fuerza impidiéndole moverse, apresando lo entre su cuerpo y el piso.
-sueltame maldito bicho traidor!
- maldición deja hablar...Auch! No me muerdas!
-dejame, te odio.
-carajo Krest ya...
-no, déjame, lárgate no te quiero ver!
De acuerdo, jamás creyó el día en que de verdad deseara golpear a ese cubo necio...y ese día tampoco era hoy, tomo una gran bocanada de aire y...
-YA CÁLLATE!!!
El grito asustó al menor que dejó de revolverse como lombriz y comenzó a hipear debido al llanto.
-no...no me dejes...por favor...
Y de nuevo se soltaba como Magdalena.
-krest jamás haría eso.
Soltó al menor que inmediatamente se colgó a su cuello abrazándolo con desesperación.
-no me dejes Zaphiri...no lo hagas...te daré un hijo lo prometo...no me dejes...
-krest!
El bicho comenzó a acariciar su cabello empezando a entender cuál era el problema...el bebé.
-krest...lo siento, jamás debí de pedirte eso...
-eh?!
-escucha yo... perdón, se que estás triste porque aún no tenemos noticias del bebé y...no debí de pedirte eso...
-Za... Zaphiri tu...ya no quieres tener un hijo conmigo?!...
- no hielito claro que quiero, lo que más deseo es formar una familia contigo es solo que...lo hice mal, primero tenía que conquistarte, ganarme tu amor y después...lo demás vendría solo. Es mi culpa que estés así, tan preocupado y triste por el bebé... cúbito, si deseo tener hijos contigo pero, no quiero que te angusties por ello...que te parece si iniciamos de nuevo, de la forma tradicional...
Una pequeña sonrisa adorno el rostro del castaño, permitió que el mayor limpiará sus lágrimas y le diera un tierno beso en los labios.
-y que dices... empezamos de cero?
-si...como sería?
-no se...podríamos empezar por casarnos...
-....
Animal sin cerebro! Pero es que él no entendía, NOVIOS, iniciar siendo NOVIOS, porque siempre se quería saltar los pasos?
-lo...lo siento yo...
-...ja,ja,ja...si... sí acepto...
Por fortuna tenía una maldita suerte que el cubo aceptaba su desesperación sin problemas.
-y... nuestro bebé?
-...bueno, de momento quiero disfrutarte solo para mí y...no te preocupes amor, cuando sea el momento llegará...
-no te molesta que yo...
-no, pero si eso te preocupa podemos ir a ver a Claudio, para saber que ocurre...
-...y si dice que se equivocó y...no puedo tener hijos...
-...
-me dejaras por eso, busca...
-Nunca!... Krest no es broma, de verdad te quiero, si, me gustaría un hijo, pero si ese es el precio para estar contigo no dudes que lo pagaré.
-pero...
-copito, está bien, si no podemos tener hijos no importa, yo solo deseo estar a tu lado, sin importar nada...
-...lo...lo prometes? Prométeme que si yo no puedo darte un hijo no me dejaras, nunca?
-te lo prometo amor.
Con una sonrisa el bicho hizo una cruz en el pecho sellando su promesa. Esto ocaciono un burbujeo en el estómago del menor y que sus mejillas se tiñeran de carmín. Ya más confiado se abrazo a su cuello y dejo que lo cargara a su habitación.
-Zaphiri
-mm?
-yo... Yo también te quiero... mucho...
-😶.. gracias Krest 😆
-y... cuando nos vamos a casar?!😄
-em...te parece esta noche
Y dale con adelantar todo.😣
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