22

Santino estaba cambiando, y eso a sus amigos no les gustaba. Pero es que él estaba pendiente en otra cosa, en otra cosa realmente hermosa para él.

Cada vez que veía esa cosa, Santino podía experimentar una serie de síntomas extraños. Pero eran hermosos, y es que él nunca sintió eso por nada ni nadie.

Esa cosa hermosa tiene el pelo castaño claro, pero en el sol se le vé dorado, tomado en una cola baja, sólo dejando de el unos mechones delanteros que le enmarcaban el rostro delgado y pómuloso. Albergaba unos ojos verde pardo, muchas veces confundido como ojos de gato, que demandaban verlos, aún mas cuando sonreía, porque estos de pasar a ser ojos grandes y hermosos quedaban como rendijas diminutas. Y su sonrisa. Era bella. Había tenido 2 años ortodoncias y eso le había surgido efecto, porque ahora, era la sonrisa más hermosa que Santino hubiera visto jamás. Esa cosa se llamaba Fatima Contrerás, y lo hacía suspirar.

Hacía ya rato que le gustaba. Él la veía en secreto sin que sus amigos supieran que le parecía hermosa. Es que ellos dirían: "te gusta una nerd". Pero a Santino no le importaba, al contrario, amaba que fuese inteligente.

Cuando la profesora Sosa dijo que debía sentarse al lado de ella, él comenzó a bailar por dentro. Apenas se sentó al lado de Fatima, le envió una nota, pero esta no le respondió, y él sabía porque. Fatima lo odiaba, a él y a todos sus amigos. Y eso a Santino le dolía, le dolía en el pecho.

Pero Santino no se rindió. Y al día siguiente volvió a escribirle, otra vez no le contesto, pero no perdería la esperanza. Así durante un mes entero, de hecho a medida que transcurían los días y no recibía mesajes de ella, pensaba: "debo ser re denso" pero, el en serio quería una nota con la caligrafía de Fatima. Hasta que un día ella, decidió contestarle.

Y ahí todo fue más claro, él sería amigo de ella, y después le diría lo que sintiese y estarían juntos. Pero, si ese plan llegase a fracasar, aún así a él no le importaría, porque lo que en verdad quería era estar cerca de Fatima. Amigo o novio. Daba igual si ella se encontraba al lado suyo.