Capítulo XVII: Paz.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
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Hinata llevaba mucho tiempo esperando dentro de la casa en el país del hierro, se encontraba ansiosa y confundida por la falta de noticias de Obito. Se paseaba de un lado a otro en su habitación, con la mirada fija en la puerta y el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. La idea de escapar para dirigirse al campo de batalla es lo único en lo que podía pensar por ahora.
De repente, mientras estaba inmersa en sus pensamientos, escuchó pasos acercándose y giró la cabeza para ver a su amiga Sakura entrar en la habitación. La sorpresa iluminó el rostro de Hinata, que no esperaba ver a nadie más en ese momento.
—¡Sakura!— exclamó Hinata con alegría, sintiendo un alivio inmediato al tener a alguien conocido cerca en ese momento de incertidumbre.
—¡Hinata!— sin poder pensar en algo más, Sakura corrió para abrazar a su amiga. Le hacía feliz verla de nuevo y saber que estaba bien.
—¿Dónde están los demás?— preguntó Hinata, todavía un poco ansiosa. Ahora que Sakura estaba ahí podría obtener respuestas.
—Obito-san me envió aquí después de que Karin le ayudó a recuperar su energía. Gaara regresó cuando Tsunade curó sus heridas, él los ayudará a sellar a Madara— Sakura le dedicó una sonrisa cálida, apartándose de ella sólo para poder examinarla mejor con su vista.
Hinata suspiró —Entonces, ellos estarán bien— la Hyuga juntó sus manos, como dando un pequeño agradecimiento a los dioses.
—Sí, no debes preocuparte— Sakura tomó los hombros de su amiga para guiarla hacia la cama. Con Sakura a su lado, Hinata se sintió más tranquila y reconfortada, sabiendo que ahora no estaba sola.
Obedeciendo los suaves movimientos de Sakura, Hinata se recostó en la cama —¿Por qué todavía me siento muy cansada?— quiso saber.
—Bueno, no te hemos dejado reposar lo suficiente. Me gustaría ponerte un suero con vitaminas cuando regresemos a Konoha— Sakura sonrió, revisando entre su porta armas algunas pastillas que pudieran servir para hacer sentir mejor a su amiga —Te sentirás un poco mejor después de tomar esto— le indicó mientras le ofrecía el medicamento.
La Hyuga aceptó la pastilla —Gracias—
—Hinata, quiero disculparme contigo— comenzó la Haruno mientras hacía un esfuerzo para que el nudo en su garganta no le impida hablar.
—¿Por qué?— indagó Hinata con una clara muestra de sorpresa.
—Hice mi mejor esfuerzo pero creí haber perdido a tu bebé debido a un sangrado, además, las enfermeras se equivocaron con tu resultado— confesó Sakura al mismo tiempo que bajaba la mirada —Debió ser demasiado para ti, cuando quise buscarte para aclararlo ya te habías marchado— la joven no se atrevió a ver a su amiga, se sentía demasiado culpable por haberla lastimado con aquella noticia, pero con toda la cantidad de heridos, tampoco podía culpar a las enfermeras por haber confundido los resultados.
—Creo en el destino, quizá había una razón para que eso sucediera— le respondió Hinata mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios, por fin comprendía que probablemente todo pasó de esa forma para que Shisui pudiera regresar.
—¿No estás molesta conmigo?— Sakura la observó entre confundida y aliviada.
—No lo estoy, gracias por cuidar de mi— Hinata tomó la la mano de su amiga y sonrió nuevamente.
—Aunque Ino se enoje, quiero ser la médico encargada de tu embarazo— se apresuró a decir Sakura, seguramente Ino podría seguir un poco ocupada con Itachi, y para reparar su error, Sakura deseaba cuidar el embarazo de Hinata personalmente.
Hinata rió un poco ante su entusiasmo—Tú nos salvaste, creo que Ino lo podrá entender— le dijo, aunque no estaba segura de que Ino realmente lo autorice.
—Naruto... Él está enamorado de ti, pero... ¿Cómo es que ahora estás con Obito-san?— Sakura cambió de tema sin ser plenamente consciente, le habría gustado que Naruto pudiera hablar con Hinata sobre todo lo que su carta le había hecho sentir.
Naruto había pasado mucho tiempo sin sentirse querido, él buscaba ser amado y cuando Hinata le mostró esa oportunidad, Naruto se había aferrado a ella. Le entristecía que ahora debiera dejarla ir, pero quizá habría sido diferente si Naruto se hubiera percatado antes de los sentimientos de Hinata, o si su amiga se hubiera confesado hace tiempo.
—Obito-kun me salvó de otro miembro de Akatsuki, yo le pedí quedarme en su dimensión más tiempo porque trataba de encontrar una forma de que no sellen a mi hermana...— comenzó Hinata sintiéndose un poco incómoda, le daba cierto temor que Sakura no pudiera comprenderla.
Sakura asintió en silencio, recordaba que Tokuma les había confesado que Akatsuki había raptado a Hinata, pero no sabía que ella al final decidió quedarse por voluntad propia.
—De esa forma debieron acercarse más— murmuró Sakura más para sí misma, aparentemente, Obito había ayudado a Hinata a esconderse.
—Al principio, creo que Obito-kun me miraba como un estorbo— Hinata no pudo evitar reír al recordar como Obito la trataba al principio —Pero cuando nos separamos, él me volvió a buscar— confesó la joven con un tierno rubor en sus mejillas.
Probablemente se había enamorado de él en un intento por ayudarle a retomar el camino correcto, pero Obito debió sufrir de esa pequeña separación entre ambos para comprender que la extrañaba por una razón más que la de ayudar a sus planes.
—Ah, Shikamaru dijo que te llegaron a ver con Itachi. ¿Fue por qué te habías separado de Obito-san?— preguntó Sakura, que lentamente iba armando las piezas del rompecabezas que significaba el romance de su amiga.
—Sí, Itachi-san me pidió que detuviera a Obito-kun después de que él muriera a manos de Sasuke-kun. Estuve en el país del hierro la mayor parte del tiempo, compartiendo con Obito-kun— la Hyuga jugó con sus dedos por varios segundos, después de que ella pudo encontrar de nuevo paz con ayuda de sus vidas pasadas, estar con Obito se volvió algo muy cómodo.
Le gustaba que parecía que realmente habían formado una familia, sus vecinos los iban integrando poco a poco a la comunidad, y solamente en ese sitio es que podían usar su verdadero nombre.
—Obito-san parece una persona herida, pero no alguien malo. Kakashi-sensei me contó su historia— habló Sakura cabizbaja, sentía pena por como Obito perdió a su familia, y entendía que le afectó demasiado la muerte de Shisui. Si ella hubiera perdido a su familia de la misma forma que él, también estaría decepcionada de la vida shinobi.
—Obito-kun perdió su camino cuando Madara lo encontró y vió morir a su primer amor, pero la muerte de Shisui-kun fue lo que lo llevó a querer terminar su plan. Él se quebró— Hinata bajó la mirada hasta sus propias manos, la culpa por haber lastimado a Obito con su muerte recién le comenzaba a doler.
—Obito-san protegió a Naruto y Kakashi-sensei en la batalla, espero que todos tomen eso en cuenta para perdonarlo— le animó Sakura tomando su mano, tal vez si existía una posibilidad para que Obito pudiera regresar a Konoha.
Si Kakashi confiaba tanto en Obito, Sakura también lo haría. Su maestro incluso le había pedido que le devuelva a Obito su ojo para que él pueda pelear contra Madara en su mejor forma. Sakura realmente confiaba en que Obito ahora era su aliado.
—¡Hinata-chan!— Shisui fue el primero en aparecer dentro de la habitación, Hinata se sorprendió al verlo correr hacia ella,
Sakura apenas y alcanzó a moverse cuando Shisui ya había saltado encima de su amiga
—¿Estás bien, Shisui-kun?— Hinata le miró preocupada al notarlo con heridas en el rostro y rastros de sangre en la ropa
—Por supuesto, esta lindura me ayudó a recuperarme— Shisui se separó de Hinata para sentarse a su lado, Sakura se sonrojó cuando Shisui le guiñó con su ojo derecho
—¡Obito-kun!— Hinata se emocionó al verlo en la habitación, quiso levantarse pero Obito fue más rápido que ella al ir a abrazarla.
Hinata sintió que su voz se ahogó cuando Obito la besó, estaba tan avergonzada de que Shisui y Sakura los estén viendo.
—¿Cómo te sientes, ojos de ángel?— Obito acarició su cabello, sonriendo al verla de nuevo, lejos de todo el caos del campo de batalla.
—Bien, Sakura cuidó de mi— le respondió Hinata con una sonrisa —¿Tú estás bien?— la joven Hyuga le observó pero no encontró en él alguna herida.
La ojiperla se sonrojó más al por fin percatarse de que Obito sólo lleva un pantalón puesto.
—Ahora lo estoy— Obito besó suavemente su frente, le causaba ternura verla tan avergonzada.
—¡Debiste vernos, Hinata-chan!, Mi hermano y yo creamos una buena combinación— contó Shisui con gran emoción, después de varios años por fin volvía a estar con su hermano, y había sido increíble poder pelear a su lado.
—¡Es verdad!, Aunque creo que con Itachi-san también conectabas muy bien— comentó Sakura pareciendo recordar lo que pasaron en el campo de batalla.
—Cállate, niña— Obito le miró con cierto enfado, Sakura sólo atinó a dar un respingo mientras Shisui se reía fuertemente.
—Eres demasiado posesivo, Obito. Hubieras visto tu cara cuando Madara besó a Hinata-chan— Shisui rió más al ver que Obito cayó en su provocación, las expresiones de su hermano mayor eran dignas de quedar grabadas en su memoria.
—¿Te gustó ese beso, Hinata?— preguntó Sakura con toda la intención de unirse a Shisui para provocar más a Obito.
—¿¡Eh!?, ¿Qué dices?— Hinata cubrió sus mejillas, completamente avergonzada al recordar aquel momento.
—¿Por qué no lo estás negando?— Obito le tomó la muñeca para llamar su atención —Soy yo quién está aquí porque derrotó a ese anciano— le recordó, si tuviera a Madara enfrente, le volvería a dar un golpe en la cara.
—Parece que vas a necesitar más que estar sin camiseta para hacer que Hinata-chan se olvide de Madara— se burló Shisui, quien junto a Sakura no podía parar de reír.
—¡Guarda silencio, Shisui!— le gritó Obito enfadado, un color rojo cubrió sus mejillas, pero no precisamente por sentir pena.
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Hinata caminaba por los pasillos de la prisión acompañada de Kakashi, el silencio parecía cómodo, y que Kakashi tuviera su mano sobre su hombro les ahorraba tener que responder cualquier posible pregunta de los guardias. El Hatake observó a su alumna, era más baja de estatura que él, y su vestimenta en esos días había tenido sutiles cambios, Hinata llevaba un vestido amarillo claro de tirantes y debajo una blusa blanca de manga larga. Parecía estar cómoda, pero Kakashi optaba más porque quería ocultar su embarazo.
—Obito se niega a comer, dice que no lo necesita— Kakashi rompió el silencio con aquella frase.
—No está mintiendo, pero me gustaría poder traerle algo— respondió Hinata rápidamente, quería que Kakashi le permita introducir comida a la prisión, lo cual podría ser complicado.
—Se lo diré al guardia, seguro que Obito te obedecerá— Kakashi suspiró pesadamente, su amigo sólo parecía acceder a las peticiones de Hinata.
—Gracias, Kakashi-sensei— la Hyuga le miró feliz.
—Creo que será interesante escuchar tu historia, Hinata— habló Kakashi, para gran sorpresa de Hinata, quien no logró evitar el rubor que se extendió por sus mejillas.
—¿En verdad?— ella se sintió un poco avergonzada ante la idea, todos siempre querían saber cómo es que terminó involucrada con "la principal amenaza del mundo shinobi".
Y con su padre fue muy difícil de tratar el tema.
La ligera risa de Kakashi llamó su atención de nuevo —Creo que deberé invitarte a cenar para pedir los detalles— le propuso, también había otros temas que tratar con ella al ser la líder de su clan.
Hinata se encogió de hombros —De acuerdo—
—Por seguridad, debo quedarme aquí. Lamento no poder darles privacidad— se disculpó Kakashi, quién ya estaba un poco cansado de que Hiashi siempre le pida que no permita que su hija esté a solas con Obito.
—Está bien. Gracias por acompañarme, Kakashi-sensei— la ojiperla hizo una corta reverencia antes de entrar a la celda.
Sus ojos lucharon en vano por no derramar lágrimas al visualizar a Obito entre la oscuridad del sitio. Le dolía ver al Uchiha con una camisa de fuerza que impedía sus movimientos y con sus ojos cubiertos por un sello que su padre e Inoichi elaboraron para que no pueda usar el Sharingan. Obito lo único que podía hacer ahora era escuchar y sentir la presencia de los demás.
—Ya sabes que no puedes acercarte... Pero fingiré que no los miré— murmuró Kakashi fingiendo poco Inter, Hinata sonrió y se acercó a Obito cuando el Hokage le dió la espalda.
La azabache se apresuró a quitarle la venda que cubría su boca, acariciando sus mejillas para poder demostrar su afecto.
—Obito-kun, pronto te sacaré de este lugar— le prometió Hinata llevando sus manos hacia su cabello, le gustaba poder sentirlo.
—Lárgate de aquí, Kakashi. Tu presencia me da náuseas— soltó Obito molesto, nunca podía estar a solas con Hinata porque su amigo siempre se encontraba ahí.
—Mi presencia es lo único que permite que tu prometida pueda verte— le contestó Kakashi sin molestarse por la falta de respeto del Uchiha —Sé más cortés, no me obligues a pedirle a Hinata que cubra tu boca de nuevo— lo amenazó con un tono entre divertido y despreocupado.
—N-no es mi prometido— se apresuró a aclarar Hinata, que observaba a Kakashi, sintiéndose avergonzada.
—Lo serás, en cuanto salga de este lugar, quiero casarme contigo— le dijo Obito sonriendo, no podía verla, pero su cabeza había girado en la dirección que escuchaba su voz.
—¿En serio?, ¿Quieres casarte conmigo?— la voz de Hinata se quebró por un momento, Obito se sentía inquieto al escucharla sollozar, no le gustaba el hecho de estar inmóvil, pues quisiera poder abrazarla.
—Creí que sería demasiado obvio, pequeña torpe— el Uchiha volvió a sonreír, le sorprendía que Hinata no parecía haber pensado en esa posibilidad, pero entendía que con todo lo que habían pasado, no debía tener cabeza para ello.
Hinata mordió sus labios en un intento por reprimir el impulso que sentía de empujarlo por llamarla así. No sería justo hacerlo si Obito no podía moverse por la camisa de fuerza.
—Pero, casarte conmigo es... Nunca lo habías mencionado— murmuró la Hyuga, queriendo que él pueda comprenderla mejor.
—Había olvidado que en algún momento soñé con formar una familia— habló Obito despacio, su hermano y él antes salían fantasear con su vida de adultos —Pero quiero hacerlo, ojos de ángel. Quiero estar contigo siempre— le aseguró, ya era momento de soltar su pasado y comenzar a ver lo que el presente y el futuro le tenían planeado.
Hinata sonrió —Quisiera que puedas sentirlos— le dijo ella con mucha ilusión.
—¿Sentirlos?— repitió Obito confundido.
—Sakura dijo que pudo observar dos bebés— le explicó Hinata, quien estaba demasiado emocionada como para sentir que Kakashi había girado a verlos.
—Dos bebés... Sí, quisiera sentirlos— Obito le sonrió, estaba muy sorprendido, pero su corazón latía más rápido al sólo imaginarlo.
Kakashi suspiró por enésima vez en el día —Lo hago por Hinata, así que comportate bien— le pidió el Hatake mientras entraba a la celda con la clara intención de remover los sellos en la espalda de su amigo.
Obito trató de moverse cuando se sintió liberado, pero su cuerpo aún parecía estar muy pesado. Al notarlo, Hinata tomó las manos de Obito y lo guió hasta su vientre.
—¿Puedes sentirlos?— preguntó Hinata, la emoción seguía siendo palpable en su tono de voz.
Obito sonrió mientras acariciaba el vientre de la joven, el sello en sus ojos le impedía incluso llorar, pero estaba seguro que podría estar llorando en ese momento. Se recordó a sí mismo siendo más pequeño, nunca imaginó que Hinata podría volverlo tan sentimental como en aquel entonces.
—Los siento—
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Kakashi terminó de leer otra de las peticiones que recibió para liberar a Obito, Hinata quizá tenía suerte de que su alumno también tuviera sentimientos por ella, pues el hecho de que Naruto pidiera personalmente que liberen a Obito tenía peso para los otros kages, que por la deuda que sentían con Naruto, decidieron dejarle la decisión final.
—Los reuní con excepción de Hiashi por su propia decisión, para que sea justo, pidió ser excluido de esta reunión. Hiashi está involucrado en el tema que vamos a tratar— comenzó Kakashi con su tono cansado de siempre, los temas administrativos no eran precisamente sus favoritos, pero parecía que nunca terminaban.
Ahora al menos estaba un poco más relajado gracias a que la reconstrucción de la aldea resultó ser un éxito.
—Imagino que debe tratarse de Obito Uchiha— murmuró Shikamaru aburrido, que a Hinata le terminen gustando los criminales es algo que no esperaba —Mendokuse—
—Sí, les pido analizar la petición de Hiashi y Hinata para liberar a Obito. Naruto parece haber convencido a los otros kages, quienes me pidieron dar la última decisión— les explicó Kakashi, realmente deseaba saber la opinión del consejo, pues no quería que su amistad por Obito nuble su juicio.
—Hiashi debe querer que ese idiota se haga responsable por el embarazo de su hija— soltó Inoichi mientras se cruzaba de brazos, entendía que en un clan tan tradicional como el Hyuga, que su líder tuviera un hijo fuera del matrimonio sería muy complicado. Y como padre, ahora comprendía perfectamente porque Hiashi había querido asesinar a Obito Uchiha con sus propias manos, ese hombre había manchado la pureza de su hija mayor.
—Es verdad que es algo que lo involucra demasiado, entiendo porque Hiashi se hizo a un lado— Shikaku frotó un poco su barbilla, le parecía correcto que Hiashi se hiciera a un lado, pero su constante presión para resolver el tema le resultaba molesta.
—Hiashi está insistiendo demasiado en el tema, por ello decidí apresurar la decisión. Los Hyuga no quieren que el honor de su princesa se vea manchado— continuó Kakashi, apoyando su barbilla sobre su mano. Su máscara ayudaba mucho a no mostrar sus emociones, pero se sentía preocupado por Hinata.
—Como si casarse con Obito no mancha su honor— soltó Shikamaru de forma sarcástica, Inoichi trató de disimular su risa ante el comentario.
—Creo que es pronto para siquiera pensar en liberarlo— opinó Shikaku sinceramente, no le agradaba la idea de que el valor Hyuga tuviera tanta influencia sobre el Hokage. Pero algo le decía que se debía también a que era un asunto personal para Kakashi.
—Pero Naruto se está involucrado, tal vez porque Obito le salvó de Madara— les dijo Inoichi, aún en contra de su razón, quería ayudar a Hiashi. Porque él también tenía una hija, y no le gustaría imaginar lo que podía ser de Ino en una situación similar.
—Eso fue después de iniciar una guerra para capturarlo— le recordó Shikamaru, no podía dejarse llevar por sentimentalismos, como le sucedía al padre de su amiga.
—Lo hizo porque pensó que Hinata había muerto— Kakashi trató de meditar la conversación, o defender a Obito, no estaba completamente seguro.
—Lo único que nos salvó es que Hinata esté viva y que Shisui haya revivido milagrosamente— Inoichi suspiró, aunque Ino les había explicado todo lo que sucedió con ayuda de Kakashi, seguía pareciendo como un cuento de fantasía.
—Obito es demasiado inestable sin Hinata o Shisui— reconoció Shikamaru con cierto aire pensativo, algo similar había sucedido con Naruto cuando Pain los invadió.
—Yo sólo aceptaría liberarlo condicionalmente para vigilar su comportamiento, pero con la condición de que Shisui Uchiha sea su guardián. Que él evite que pueda salirse de control— terminó por aceptar Shikaku, pues presentía que, con o sin la opinión del consejo, Kakashi ya había tomado una decisión. Probablemente sólo estaba pidiendo una opción para abordar la salida de Obito de la mejor manera.
—Shisui tiene una técnica que le permite atrapar a otros en un genjutsu que los manipula para hacerles creer lo que él quiera. Puede ser capaz de detenerlo— reconoció Shikamaru muy a su pesar —Aunque no me gustaría liberarlo, le agradezco que salvó a mi padre y a Inoichi-san— aceptó el Nara desviando su mirada por un instante.
—No creo que a Hiashi le agrade mucho la idea de que su hija viva a solas con dos hombres— murmuró Kakashi sintiéndose más cansado que antes, ya podía imaginarse las protestas de Hiashi al escuchar su resolución.
—Pues tendrá que aceptarlo, es la única opción que le daremos— habló Shikaku, ya estaban haciendo mucho por Hiashi y Hinata al acceder a liberar a Obito también pronto.
—Le debe preocupar más que tiene un límite de tiempo para que el embarazo de Hinata comience a notarse— Inoichi le restó importancia a la futura queja de Hiashi, sabiendo que terminaría aceptando los términos.
—Reestablecer el territorio del Clan Uchiha también podría ser una opción, si Itachi vive cerca de ellos, puede ayudar a Shisui a contener a Obito— les propuso Shikamaru, aunque no lo aceptaba del todo, Itachi era una persona en quien Konoha podía confiar.
—Es buena opción— Inoichi asintió, estando de acuerdo con aquella idea.
—Entonces le comunicaré a Hiashi, a Shisui y a Itachi la decisión— finalizó Kakashi, que sin querer, sonrió al imaginar a su amigo de regreso en la aldea.
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El jardín principal ubicado dentro del ala este del terriortio de los Hyuga era el favorito de Hinata, le parecía tan lleno de color y vida. En el centro del jardín había un delicado comedero de aves, decorado con detalles elegantes y rodeado de hermosas flores de colores brillantes que atraían a toda clase de aves.
La joven Hyuga se encontraba sentada en un banco de piedra cerca del comedero, acompañada de Tokuma, con un suave y cálido sol acariciando su rostro. Tenía una expresión serena y tranquila mientras alimentaba a las pequeñas aves con migajas de pan.
El sonido alegre de los trinos de las aves llenaba el aire, creando una atmósfera mágica y pacífica en este rincón especial del clan. Ante los ojos de Tokuma, Hinata mostraba una conexión especial con las aves, que acudían confiadas a su presencia para disfrutar de su generosidad y su amor por la naturaleza.
—¿Por qué se enamoró de él, Hinata-sama?— Tokuma se sintió un poco incómodo al ser tan directo, pero después de que se enteró por Hiashi que Hinata estaba enamorada de Obito Uchiha, había decidido romper el compromiso y ahora creía justo recibir algunas respuestas.
Si bien ellos continuaban siendo amigos, era un poco difícil que ella no hubiera querido tocar el tema por cuenta propia.
—Perdóname, Tokuma-kun. Siento no haber podido corresponder a tus sentimientos— se disculpó Hinata, dejando de alimentar a las aves por un momento. Era natural que esa platica se diera entre ambos, pero le dolía poder lastimar a su amigo.
—La he perdonado, Hinata-sama. Pero me gustaría entender— habló Tokuma sólo un poco preocupado al notar el semblante triste que opacaba la sonrisa que ella tenía antes.
—Obito-kun parece estar siempre de mal humor, pero es una buena persona y es tierno— le confesó Hinata con una ligera risa, Tokuma se preguntó entonces qué tenía de tierno iniciar una guerra.
—¿De verdad?— preguntó Tokuma, aún sin estar muy convencido.
Hinata asintió rápidamente —De verdad, él siempre me compra postres— continuó la Hyuga con un bonito rubor en las mejillas.
—Ya veo— murmuró Tokuma, imaginando entonces que Obito quizá se comportaba con ella de una manera diferente que con los demás.
—Obito-kun en realidad es alguien que necesita de mucho amor para sanar sus heridas— le dijo Hinata sonriendo, sabía que Obito sólo estaba buscando lo que él creía mejor para sí mismo e incluso para los demás, pero gracias a Naruto por fin parecía haber reflexionado de buena manera.
—Me alegra que pueda elegir por sí misma y no porque el clan se lo impuso— Tokuma le devolvió la sonrisa, Hinata siempre aceptaba todo lo que su padre le decía, era bueno verla defender lo que ella quería por primera vez.
—Gracias, Tokuma-kun— Hinata le compartió del pan que llevaba para las aves, era una pequeña invitación para que siguiera acompañándola.
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Como ya se estaba haciendo costumbre, Neji y Lee se reunían en un acogedor dojo dentro del Clan Hyuga, ambos parecían disfrutar de un tranquilo momento tomando el té juntos. Las lámparas de papel que Lee le había traído la última ocasión estaban encendidas, emanando un cálido resplandor que iluminaba el sitio con una luz suave y acogedora. El aroma reconfortante del té recién preparado llenaba el aire, añadiendo un toque de calidez al ambiente.
Los dos conversaban animadamente mientras se servían el té en elegantes tazas de porcelana, compartiendo temas que principalmente tenían que ver con su maestro y su recuperación. Se sentían cómodos y relajados en la compañía del otro, disfrutando de la serenidad y la complicidad que solo la amistad verdadera le podía ofrecer.
A través de las ventanas, se podía ver el jardín bañado por la luz dorada del atardecer, creando una atmósfera tranquilizadora y apacible. El sonido de la tetera silbando suavemente se mezclaba con las palabras de los ambos, creando una armonía perfecta en ese momento especial que Lee guardaba en su memoria para siempre.
—Tsunade-sama dijo que con terapia Gai-sensei podrá mover su pierna de nuevo— le contó Lee sintiéndose feliz de que su maestro no estaría por siempre en la silla de ruedas que hoy ocupaba.
—Shisui e Itachi lo protegieron de algo peor— Neji se alegró de que ambos Uchiha hayan sido de apoyo a su maestro, así no terminó gravemente herido después de su combate contra Madara.
—Por eso es que los invitaré a comer cuando Gai-sensei deje el hospital— Lee aplaudió para festejar su decisión, ver asentir a Neji fue como una respuesta silenciosa de que estaba dispuesto a acompañarlo.
—Les he traído más bocadillos— Hinata apareció con una bandeja de pastelillos, Neji se levantó de su lugar para tomar la bandeja y evitar que su prima se incline.
—Gracias, Hinata-san. Aunque justo ahora creo que debo ir a lavar mis manos— le dijo Lee mientras frotaba su cabello, quería irse un momento con cualquier pretexto pero al ver la expresión de la joven creyó que no usó el mejor.
—Puedes usar el baño que está al final del pasillo— le indicó Neji, un tanto confundido por su repentino comentario.
Lee asintió y salió del Dojo en silencio, creyendo que era un buen momento para darles algo de privacidad, pues desde que Hinata regresó a la aldea, Neji no había querido quedarse a solas con ella.
—Neji-niisan... ¿Estás molesto conmigo?— Hinata le observó con preocupación, su primo aunque seguía siendo amable con ella, se mostraba incómodo en varias ocasiones.
Neji negó dando un gran suspiro —Solamente estoy preocupado, no sé si tomó la decisión correcta— intentó explicar, ya sabía que su prima no estaba enamorada de él, pero esperaba verla con Tokuma, no con alguien tan diferente.
—Lamento mucho no poder estar contigo de la forma que deseas— murmuró Hinata bajando la mirada, se sentía culpable por lastimar a su primo cuando él siempre cuidaba de ella.
El castaño sonrió y le frotó el cabello —Si ese Uchiha se atreve a lastimarla, me encargaré de darle una lección— le prometió, tratando de cambiar un poco el tema. Hinata no tenía porqué disculparse con él si no había hecho algo malo.
En un acto que tomó por sorpresa a Neji, Hinata lo abrazó, el joven sonrió y se vió a sí mismo correspondiendo a la muestra de afecto de su prima.
—No sé qué haría sin ti, Neji-niisan— Hinata se aferró a él con más fuerza.
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—Voy a liberar a Sasuke— les confesó Kakashi a sus alumnos, que ya comenzaban a preguntarse la razón por la que los habían llamado a la oficina del Hokage.
Naruto y Sakura le vieron con gran emoción al recibir la noticia, no esperaban que Kakashi consiguiera que liberen a su amigo tan pronto, pero la amistad de Naruto con Bee había ayudado a que éste último pueda convencer al Raikage de perdonar a Sasuke por haber intentado capturarlo en el pasado.
—¿De verdad?— preguntó Naruto, su sonrisa tan brillante hizo sentir un poco más de paz a Kakashi.
—Aunque algunos se negaron, finalmente llegamos a un acuerdo. Liberar a Sasuke será un paso para liberar a Obito también— les confirmó Kakashi, los Nara eran los únicos en el consejo que no estaban del todo convencidos, pero aceptaban que, ignorando el hecho de que Sasuke y Naruto tuvieron un enfrentamiento después de derrotar a Madara, Sasuke les ayudó en la guerra.
—Será bueno tener a Sasuke de regreso— Naruto llevó sus manos detrás de su cabeza, poco a poco sus preocupaciones iban disminuyendo.
—¿Y qué hay de Obito-san?— quiso saber Sakura, pues estaba preocupada por su amiga.
—También saldrá, el consejo y yo lo hemos autorizado— le contestó Kakashi, un tanto curioso por saber el motivo de Sakura para preguntar por su amigo. Ellos no parecían especialmente cercanos, pero Obito le había agradecido por proteger a Hinata.
—Hinata estará muy feliz— Sakura se sintió aliviada al escucharlo, Hinata ya no tendría que estarse preocupando por Obito todo el tiempo.
Naruto bajó la mirada, estaba un tanto frustrado por ese tema, una parte de él estaba agradecido con Obito por protegerlo en más de una ocasión durante la guerra, pero aún no olvidaba que él le había robado el amor de Hinata.
—Será bueno que Hinata-chan ya no deba visitar la prisión— fue lo único que pudo decir Naruto, si bien no había tenido oportunidad de ver a Hinata, sabía por Kakashi que ella siempre visitaba a Obito.
Kakashi asintió, apoyando sus codos arriba del escritorio en un intento por descansar un poco.
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Kakashi cerró los ojos, disfrutando de los fideos del ramen que estaba comiendo, llevaba tiempo deseando probar algo de comida caliente de Ichiraku. A su lado derecho estaba Sakura y a su izquierda Obito, de lado de su amigo estaba Shisui y finalmente Itachi.Los cinco habían decidido reunirse a cenar después de haber ayudado a Kakashi con algunos de los pendientes de su oficina.
—Los Hyuga nunca me dejan visitar a Hinata desde que salí de prisión, podía verla más seguido cuando estaba encerrado— se quejó Obito de mal humor, ni siquiera el ramen de Ichiraku podía hacerlo sentir mejor esa noche.
—Hiashi no te quiere cerca para no crear rumores sobre la repentina ruptura del compromiso de su hija— intentó explicar Kakashi, sabiendo perfectamente que a Obito no le importaba lo que Hiashi pudiera estar planeando.
—Y menos por su nueva boda en menos de un mes— agregó Sakura suspirando, dos de sus amigas iban a casarse muy pronto, y estaba sólo un poco celosa de ello.
—Tener a Hiashi Hyuga de suegro será tu verdadero castigo por tus crímenes— se burló Shisui dándole una fuerte palmada a su espalda, Kakashi y Sakura no ocultaron sus risas, pero Itachi decidió ser más discreto.
—No me estás ayudando— Obito le miró enfadado, había olvidado lo irrespetuoso que podía llegar a ser su hermano menor.
—No te preocupes, Obito. Podrás ver a Hinata-san en mi boda— Itachi continuó comiendo tranquilo, Ino parecía tener una competencia no muy sana con Obito, por eso fue que al enterarse de que Obito se casaría con Hinata, la joven Yamanaka había decidido proponerle matrimonio para poder casarse antes que él.
—¿Cuándo será su boda, Itachi-san?— preguntó Sakura, Ino estaba tan ocupada con los preparativos que pocas veces podía verla.
—Dentro de dos semanas— contestó Itachi, logrando que la Haruno casi se ahogue con su comida.
Kakashi debió darle algunas palmadas a su espalda mientras le ofrecía un vaso con agua, Sakura se cubría el rostro, avergonzada por verse en esa situación tan embarazosa.
—Ino es tan envidiosa y competitiva, sólo hace esto porque quiere casarse antes que yo. Es una fastidiosa, no sé cómo la soportas, Itachi— le dijo Obito todavía de mal humor, aunque ahora parecía que su enojo era dirigido hacia la Yamanaka y no hacia los Hyuga o Hiashi.
—¿A quién llamas fastidiosa, engendro del demonio?— Ino apareció detrás de ellos, cruzando sus brazos con gran molestia por las palabras del Uchiha.
—Sabes perfectamente la respuesta, no sé porqué lo preguntas— le retó Obito sin ningún rastro de arrepentimiento.
—Eres un...— Itachi tomó a Ino y cubrió su boca antes de que ella salte para atacar a Obito.
Sakura rió un poco al ver cómo Itachi llevaba a Ino hacia su lado incluso ante sus constantes protestas.
—Sé más educado con las damas, Niisan. Hinata-chan estaría muy decepcionada de tu comportamiento— le regaño Shisui negando varias veces, sólo por diversión estaba tratando de recordar todo lo malo que hacía su hermano para contarle a su amiga más tarde. No se lo había contado a Obito, pero Hiashi si le permitía visitar a Hinata.
Obito maldijo en voz baja y volvió a comer su ramen, creía a Shisui tan capaz de lograr que Hinata lo regañara que prefería no seguir con ese tema.
—No entiendo cómo alguien tan tierna como Hinata terminó enamorándose de ti— soltó Kakashi de pronto, Obito le golpeó con su codo al escucharlo.
—¿Y eso qué significa?— exigió saber el Uchiha.
—Que nosotros pensábamos que con esos ojos que tiene, Hinata tendría mejor gusto— se burló Ino mostrándole la lengua, aprovechando el momento para molestar más a Obito.
—Cállate, adicta al tinte— le dijo Obito mientras la señalaba con los palillos que todavía tenía en su mano.
—¿Qué dijiste, fenómeno?— le gritó Ino pasando por encima de Itachi para tratar de alcanzarlo.
Shisui sonrió nervioso, apresurándose a tomar las manos de Ino para evitar que ella use sus palillos contra su hermano.
—Obito solamente bromea, es evidente que tu cabello es natural— comentó Shisui mientras reía y golpeaba su hermano discretamente para obtener su apoyo.
—No estarás invitado a mi boda, Obito. Olvídate de ver a Hinata-chan— le advirtió Ino, contagiada del mal humor que tenía el Uchiha.
—No necesito una invitación— respondió Obito, quien le sonrió divertido.
Molestar a Ino se había vuelto entretenido.
—Ahora eres tú el que no me está ayudando, Obito— se quejó Shisui con tono molesto.
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Notas de la autora:
• Puede contener errores ortográficos.
• La imagen al principio del capítulo fue creada por mi amiga -danversss le quedó taaan bellaaa 🥰 y aprovecho para recomendarles sus historias 😈💜
• Este capítulo fue para retratar un poco lo que fue cambiando, Madara fue sellado, Naruto y Sasuke si pelaron, peeero Shikaku, Inoichi y Neji están vivoos y Gai-sensei no estará para siempre en silla de ruedas 🥹
• Me parece divertido que la dinámica entre Obito e Ino realmente no ha cambiado mucho, ellos no se llevan muy bien y aprovechan la oportunidad para insultarse jajaja Ino con tal de ser primero que Obito, fue ella quien le propuso matrimonio a Itachi, se saltó el noviazgooo 🙈
• La historia en sí va llegando a su final, pero les tengo planeados algunos capítulos extra para retratar su vida después de la guerra y cerrar las historias de otros personajes también 😌
Dejen sus votos y comentarios 💖
Nos leemos en la próxima actualización 👀❣️
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