Capítulo XIX: El camino iluminado por la luna llena.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
Naruto observaba con preocupación a Hinata después de escuchar lo que Kakashi les había contado acerca de su nueva misión de rescate, entendía que debía ser muy difícil para ella que hayan secuestrado a su familia antes de que pudieran poner a prueba el sello que protegía el Byakugan, por lo que cualquiera podía intentar robar los ojos de Hanabi o incluso de Tsuki, que los heredó de Hinata.
Dentro de la oficina de Kakashi, también se podía observar a Shisui y Sai compartiendo algunos detalles de los secuestradores al Hokage, además de Shikamaru recibiendo un extraño reloj que le informaba sobre los días que quedaban para que la luna cayera sobre la tierra.
—Shisui partirá con ustedes, pero se irá en dirección diferente. Shisui se unirá a Obito y Sasuke, ellos parecen estar encontrando una conección entre la caída de la luna y el secuestro de Hanabi Hyuga, Tsuki Uchiha y Hiro Uchiha— les informó Kakashi después de haber escuchado lo que Shisui y Sai tenían que decir, la investigación de Sasuke y Obito le daba cierta idea del enemigo a quien se enfrentaban, pero no de su propósito o lo que realmente buscaba.
—¿Realmente no puedo ir con el equipo de rescate?— preguntó Shisui preocupado, no le agradaba el no haber podido proteger a los hijos de su hermano, no quería reunirse con él para darle las malas noticias.
—Sasuke necesita apoyo, nuestro enemigo sigue siendo desconocido— le dijo Kakashi, le parecía mejor si Sasuke tenía algo de ayuda en caso de encontrarse con Toneri.
—No te preocupes, Shisui-niisan. Yo protegeré a Hinata-chan y traeré de regreso a Hanabi, Tsuki y Hiro, dattebayo— Naruto sonrió y levantó su pulgar, su gran seguridad en sí mismo pronto logró mejorar el ambiente.
—Gracias, Naruto— Shisui le sonrió de vuelta, confiaba plenamente en él.
—Antes de partir, hay alguien que se unirá a su equipo— interrumpió Kakashi antes de que ambos se desvíen de su tema principal.
—Ah, ¿Si?, ¿De quién se trata?— Naruto se cruzó los brazos por detrás de la cabeza, estaba un poco desesperado y deseaba partir pronto.
—¿No te has olvidado de tu mejor amiga, Naruto?— la voz de Sakura se hizo presente en cuanto la puerta de la oficina se abrió.
—¡Sakura!— Naruto y Hinata corrieron al mismo tiempo para abrazar a su amiga, haciéndola caer al suelo debido a su gran entusiasmo.
Sai y Shikamaru se asombraron por su repentina aparición, Shisui en cambio estaba atento a la reacción de Kakashi.
—Me da mucho gusto verlos, aunque la situación no sea la mejor— Sakura intentó levantarse con la ayuda de Naruto, le preocupaba saber que los hijos de Hinata estuvieran en peligro.
—Vamos a rescatar a nuestra familia— le aseguró Naruto mostrando una gran determinación.
—Es verdad, lo haremos— Hinata asintió para apoyar a Naruto, ella compartía su sentir, estaba muy ansiosa por recuperar a su familia.
—Entonces dejemos el reencuentro para el camino— les pidió Shikamaru, quien comenzaba a caminar hacia la salida, Sai no tardó en seguirlo.
—Los alcanzaré en cinco minutos, pueden adelantarse. Necesito informarle algo a Kakashi-sensei— Sakura observó un momento a sus amigos, todos parecían estar preparándose para partir aunque Kakashi todavía no les diera la orden. Quizá algunas cosas no cambiaban.
—De acuerdo, nos vemos en la entrada— Shikamaru dió una corta despedida con su mano, no creía tener que decir más si se verían pronto, por lo que todos salieron detrás de él.
—¿Qué sucede?— preguntó Kakashi al darse cuenta de que estaban solos.
—Lamento mucho haber huido— se disculpó Sakura, sus mejillas estaban rojas debido a la vergüenza y sus ojos comenzaban a llenarse de pequeñas lágrimas.
—Sakura...—
—Por favor, no me interrumpas— le pidió Sakura tratando de contener sus sollozos —¡Perdóname por ser tan cobarde!— continuó ella tratando de mostrar su gran sinceridad.
—¿A qué te refieres?— Kakashi apoyó su barbilla sobre su mano, no había nada entre ellos, no tenía porqué disculparse.
—No me lo dijiste, pero podía sentir tu cercanía, siempre he tenido miedo de no ser suficiente...— Sakura apretó sus manos, sintiéndose igual de frustrada que en el momento en que decidió aceptar la propuesta de Sasuke para acompañarlo —Porque si yo nunca fui suficiente para Sasuke-kun, que decía quererme, ¿Cómo podría ser suficiente para ti, Kakashi?—
Kakashi se sorprendió al escucharla llamándolo por su nombre y no como su maestro o incluso Hokage como siempre solía hacerlo.
—Pero me equivoqué, aún si no puedo ser para ti, ya comprendí que Sasuke-kun y yo no funcionamos juntos— siguió Sakura mirándolo directamente a los ojos, Sasuke y ella eran más como un par de amigos, probablemente Sasuke sólo quería aliviar un poco su soledad y por eso pidió su apoyo —Voy a enmendar mis errores— le prometió ella, y por un momento, Kakashi notó una fuerza en la joven que no había visto antes.
Kakashi sonrió por debajo de la máscara.
—Hablaremos cuando regreses, Sakura— murmuró el Hatake fingiendo cierto desinterés, lo que pareció motivar más a la joven.
Sakura asintió rápidamente, no se dejaría vencer ni siquiera por el propio Kakashi. Se prometió a sí misma que se esforzaría para poder ganar el corazón de Kakashi Hatake.
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—Te pido disculpas por haber raptado a tus hijos y a tu hermana— Toneri entró a la habitación en donde había dejado a Hanabi y los hijos de Hinata, sabiendo que ese era el único sitio en que encontraría a su nueva invitada.
Hinata se sobresaltó un poco al escuchar su voz, estuvo por separarse de su hermana, pero ella le apretó la mano en un movimiento inconsciente. Sus hijos parecían seguir ajenos a la situación, pues después de que ella llegara al castillo de Toneri, por fin habían dejado de llorar y ahora dormían profundamente, cada uno en su propia cuna.
—¿Tenías que quitarle los ojos a mi hermana?— preguntó Hinata intentando ocultar el rencor que sentía, por ahora quería llegar a alguna tregua con él.
—Sí, tenía que hacerlo— contestó Toneri con calma, su propósito original eran los ojos de Neji Hyuga, pero él estaba entre los heridos de su último encuentro, y al igual que a Hiashi, no logró encontrarlo.
—¿Le harás más daño a Hanabi o a mis hijos?— Hinata soltó la mano de su hermana para ponerse de pie y enfrentar a Toneri, los ojos de él llamaban su atención.
Toneri negó rápidamente —Puedo aceptarlos, como te dije antes, siento en ellos los ojos que estoy buscando— no era de extrañarse que Hinata tuviera cierto rastro de Hamura al ser su descendiente, y más al ser una reencarnación de una de sus primeras hijas.
Toneri conocía bien la historia, había estado observando en ocasiones a Hinata, interesado en ella al descubrir que Hamura le obsequió parte de su chakra. Ese mismo espíritu había sido transmitido a sus hijos, y al ser descendientes directos de una Hyuga, les daba la posibilidad de obtener la evolución del Byakugan. Cuando sus hijos despierten el Tenseigan, podrían ser parte de su nuevo mundo perfecto. Y él podría acceder a tener otros herederos con Hinata, mismos que serían parte del comienzo de una nueva era.
—¿A qué te refieres?— Hinata le miró desconcertada, si bien sus hijos tenían la posibilidad de despertar el Byakugan, aún faltaba tiempo para descubrir su lo conseguirían.
—Tenseigan...— Toneri acarició el borde de una de las cunas, ahora que podía verlos con sus propios ojos, notaba lo realmente lindos que eran.
—Hay algo que debo decirte, Hamura me confió su verdadera voluntad, él no quiere destruir el mundo que su hermano construyó— le dijo Hinata, sintiéndose un poco presionada al notar el interés que Toneri tenía en sus hijos. No deseaba que el plan de ese hombre siga avanzando tanto, por eso debía hacerle ver la verdad.
—No hablemos sobre eso, estamos a poco tiempo de nuestra boda— murmuró Toneri con un tono de molestia y frustración, ella le atraía pero no queria permitirle el hablar de sus antepasados a la ligera.
—Escúchame, por favor— le suplicó Hinata tomando su mano, acción que sorprendió a ambos.
—¿Por qué debería?, En tus recuerdos, sigue existiendo ese hombre...— en un hábil movimiento, Toneri se soltó del agarre de la Hyuga para ser él quien sostenía su muñeca —El Uchiha que también quiso destruir el mundo— continuó, conocía la historia y entendía perfectamente sus motivos.
Quizá, ese hombre y él no eran tan diferentes. Sólo querían corregir el mundo porque sabían que las enseñanzas del mundo shinobi estaban equivocadas. Pero Obito Uchiha se había rendido por Hinata, y él no cometería el mismo error.
Amaba a la joven, pero era ella quien debía ver cuál era el camino correcto.
—Obito-kun también estaba equivocado, pero escuchar a los demás le hizo entender— insistió Hinata, extrañamente, no se sentía intimidada por la fuerza con que Toneri apretaba su muñeca —Te suplico que me acompañes a la tierra para mostrarte la verdad— sus ojos perla siguieron puestos en él, esperando que pudiera creer aunque sea un poco en ella.
—Lo siento, debes entender que no puedo confiar en ti— Toneri soltó a la joven, el contacto con su piel comenzaba a quemar. Sí, entendía porque Obito Uchiha había renunciado por ese lindo rostro.
—Yo confío en ti, estás un poco perdido... Pero sé que encontrarás la respuesta correcta— Hinata permaneció a su lado, porque por un instante, había logrado percibir todas las dudas de Toneri.
Toneri estuvo por ceder y aceptar de nuevo su contacto, sin embargo, sus ojos se cerraron involuntariamente debido al dolor, lo que le obligó a tomarse el rostro con gran desesperación. Hinata trató de acercarse nuevamente al escucharlo quejarse.
—Continuemos más tarde con esta conversación— Toneri colocó su mano delante de Hinata para impedir que ella se acerque y sin esperar una respuesta de su parte, prefirió retirarse a su propia habitación.
Hinata activó el Byakugan cuando la puerta se cerró detrás del albino, ya tenía localizado el Tenseigan gracias a su petición anterior de rezar a Hamura en el templo, sabía bien que necesitaba destruir el Buque de Energía. Quizá sólo de esa forma Toneri podría escucharla.
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Los ojos de Obito se dirigieron de inmediato hacia su familia, el equipo de rescate regresaba junto a Hanabi, podía ver a Naruto cargando a sus hijos y a Hinata caminando a lado de Sakura. Sin pensarlo demasiado terminó corriendo para poder abrazar a Hinata, su corazón por fin latía con fuerza al sentirla entre sus brazos, estaba feliz al saber que ella estaba bien.
Obito había vuelto a la aldea junto a Sasuke y Shisui con el único propósito de traer de regreso a Hiashi y Neji al igual que otros Hyuga, habían encontrado al grupo y decidieron que era momento de ir a Konoha para que alguien les diera atención médica. Cuando Hiashi recuperó la consciencia, se llevó la sorpresa de que Hinata y sus hijos estaban en la luna, pero antes de que pudiera siquiera pensar en irse para rescatarlos, resultaba que Naruto había vuelto a salvar el mundo.
Naruto y Hinata habían logrado destruir el Tenseigan y recuperar los ojos de Hanabi, además de conseguir que Toneri creyera en sus palabras. La voluntad de Hamura había sido protegida.
—Gracias por traerlos de regreso, Naruto— le agradeció Obito mientras soltaba poco a poco a Hinata.
Naruto sonrió ampliamente, sabiendo que podría chantajear a Obito por varios meses —Lo volvería hacer, mis sobrinos son lo más bonito— aseguró el Uzumaki, que Obito le deba un favor no era su propósito pero terminaba siendo bueno. En realidad, Naruto estaba encantado de poder llevar entre sus brazos a los bebés de Hinata.
Ante la mirada de todos los presentes, el rubio se sentó en el suelo para acomodar de mejor manera a Tsuki y Hiro, que parecían muy inquietos desde que notaron la presencia de su padre. Obito se emocionó al ver lo que realmente estaba sucediendo, sus hijos estaban dando sus primeros pasos.
—¿Tambien me han extrañado?— el Uchiha apoyó sus rodillas en el suelo, extendiendo sus brazos para recibir a sus hijos.
—Regresen con su padre— los animó Naruto dando algunos aplausos y ayudándoles a no perder el equilibrio al comienzo.
—Tsuki— Obito se sintió feliz, su hija fue la primera en llegar, y él no tardó en abrazarla con gran entusiasmo mientras besaba sus mejillas.
—Hiro— Hinata recibió a su hijo con una gran sonrisa, el pequeño parecía haber preferido caminar hacia ella.
—Ahora que Karin está embarazada seré un experto, ya he practicado suficiente con los niños— Naruto apretó sus manos y asintió varias veces para sí mismo, a su lado, Ino sintió ternura al ver lo mucho que había crecido su amigo.
—Presiento que será un niño— Ino frotó su barbilla ligeramente, el embarazo de Karin llevaba muy poco como para poder descubrir el género, pero tenía una fuerte corazonada.
—¡Oye, hermano Obito!, Mi hijo y tu hija podrían llevarse muy bien— el Uzumaki se cruzó los brazos por detrás de la cabeza, satisfecho al ver cómo el Uchiha se sonrojaba por culpa de su enojo.
—¿Qué estás diciendo, imbécil?— Obito apretó más el pequeño cuerpo de su hija, tratando de esconderla de los pervertidos ojos azules de Naruto.
—Me lo debes, recuerda que he salvado a tu familia— se burló Naruto, ganando otro par de malas palabras por parte del Uchiha.
—Parece que Naruto realmente quiere ser el suegro de Tsuki, ¿Eh?— Shisui no tardó en unirse a la broma, y no le sorprendió ver como su hermano le miraba con el Sharingan activado.
—Tsuki no saldría con el hijo de un idiota— les advirtió Obito al mismo tiempo que acariciaba el suave cabello de su hija. Iba criar a sus hijos para ser niños inteligentes, así no se dejarían asombrar por cualquier cosa.
—¿A quién llamas idiota?— se quejó Naruto de inmediato, acercándose más a la familia para poder protestar contra Obito.
—No deberían discutir antes de tiempo— Hinata cubrió su boca mientras reía un poco, le parecía gracioso ver a Obito y Naruto discutiendo cuando sus hijos ni siquiera se habían conocido.
Un poco alejados de ellos, Sakura giró en dirección a Kakashi, quién terminó de dar algunas órdenes para reparar los daños de la aldea. Aprovechando el momento de verlo solo, decidió acercarse a Kakashi, tomándolo por sorpresa.
—¿Ahora podemos hablar?— la voz dulce de Sakura pareció interrumpir los pensamientos de Kakashi, que apartó su vista de la carpeta que llevaba en sus manos.
—Tendrás que esforzarte, Sakura. Un lo siento no será suficiente— Kakashi le sonrió, no le guardaba alguna clase de rencor a la joven, puesto que ellos nunca iniciaron una relación. Ella no lo había abandonado como probablemente estaba creyendo, pero sería entretenido ver como el papel tradicional cambiaba.
Sería Sakura quien intente conquistarlo.
—Lo sé, voy a esforzarme para ganarme tus sentimientos— Sakura lo miró determinada, alzando su puño mientras se hacía una promesa a sí misma.
Bajo la luz de la luna, a Kakashi le pareció realmente adorable.
Kakashi frotó su cabello como una muestra de cariño —Espero impaciente—
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Los rayos del sol se filtraban a través de las ramas del inmenso bosque, creando un juego de luces y sombras en el camino por el que corrían Shisui y Natsuki. El crujir de las ramas bajo sus pies era el único ruido que tenían mientras ambos se adentraban más y más en el sitio. Cada mirada que se compartían por segundos parecía demostrar la complicidad entre ellos, lo que confirmaba lo cómodos que siempre se sentían al estar juntos
A medida que avanzaban, los árboles parecían dibujarse con más delicadeza a su alrededor, haciendo notar que el verano estaba pasando para dar paso al otoño. El viento soplaba ligeramente entre las hojas, consiguiendo que Shisui pudiera disfrutar de la libertad que solo el bosque le podía ofrecer.
—Estoy cansado de tener que lidiar con mis sobrinos, ahora que tienen tres años son todo un desastre— Shisui rompió el silencio con aquella queja, se frotó el cuello sintiéndose un poco mejor al escucharlo tronar. Estaba demasiado tenso.
—¿Y Himawari?— Natsuki dio un pequeño suspiro, no entendía del todo porque Shisui se quejaba si siempre se ofrecía para cuidar de los hijos de Obito.
—Solamente tiene un año, sigue tratando de dar sus primeros pasos— contestó el Uchiha con un tono de evidente alivio, aunque imaginaba que cuando Himawari creciera también podría causar problemas.
—¿En qué problemas se pueden meter tus sobrinos?— la risa de Natsuki provocó que Shisui se gire a verla, le gustaba ese sonido.
—Tsuki es quien siempre termina causando algún alboroto, es tan parecida a Obito— murmuró Shisui, que parecía un poco perdido dentro de sus propios pensamientos.
—Ah, ¿En serio?— Natsuki le observó no tan convencida, conocía a los sobrinos de Shisui debido principalmente a Kakashi y Hinata, pues a su primo le encantaba cuidar de ellos, y a él no lo escuchaba quejarse.
—La última vez que los llevé al parque me distraje para comprarle un juguete a Hima y Tsuki ya se estaba peleando con unos niños que le llevaban dos años— Shisui divagó un poco en aquel recuerdo, Tsuki solía ser muy impaciente, por lo que seguía creyendo que no era buena idea que Hiashi haya pedido comenzar a entrenarla en el Taijutsu de los Hyuga.
—¿Y por qué lo hizo?— Natsuki mostró más interés en su conversación, no esperaba que la niña fuera de meterse en problemas.
—Parece que se burlaron de sus ojos— el Uchiha apretó sus manos inconscientemente, le molestaba que alguien se atreva a insultar a su familia —No se lo dije, pero estaba orgulloso de que iba ganando antes de que la separé de ese niño—
—Te quejas pero aún así estás orgulloso, eres todo un caso— Natsuki se frotó la frente con su dedo índice y medio, realmente era difícil entender por completo a Shisui.
—Oye, si ella fuera más tranquila al igual que Hiro, la historia sería diferente— intentó defenderse Shisui, sí, quizá sus palabras no eran las mejores al momento de expresarse.
—No deberías quejarte tanto, Shisui. Tus sobrinos también se parecen a ti— le dijo Natsuki, porque para Shisui no parecía ser tan evidente como lo era para los demás.
—¿Qué dices?, Yo no era tan inquieto— se apresuró a decir Shisui, cuando era un niño nunca hacía nada malo, porque sabía que Obito es quien se hacía responsable de todo.
—Tú también solías meterte en muchos problemas cuando eras un niño. No olvido que golpeabas a cualquiera que diga algo malo de Obito— Natsuki le miró de nuevo, Shisui se sonrojó fuertemente al escucharla. Tenía razón, pero no estaba dispuesto a perder en esa conversación.
—Esa era una situación diferente— trató de explicar el Uchiha, quien no se percató del momento en que se detuvo.
—No lo creo— la joven continuó caminando, comenzando a dejar cierta distancia de él.
—¡Vuelve aquí, Natsuki!— le gritó Shisui, colocando sus manos a los costados de su boca.
—Si logras alcanzarme, invitaré la comida en nuestra próxima cita— le retó Natsuki riendo, salir con Shisui siempre le parecía muy entretenido.
—Te vas a arrepentir de tus palabras— Shisui corrió detrás de ella, siendo él tan veloz había sido un error retarlo de esa manera.
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En la acogedora casa de la familia Hatake, Sakura y su segunda hija Mitsuha se encontraban preparando la comida con gran esmero y cariño. El aroma irresistible de la comida recién hecha llenaba el ambiente, y mientras Sakura se encargaba de colocar los platos en la mesa, su hija iba asegurándose de que cada detalle estuviera perfecto. Mitsuha, con una sonrisa en el rostro, le ayudaba a servir los platillos.
Un poco ajeno a ellas, los pasos apresurados en la entrada se hicieron escuchar después del sonido de la puerta al cerrarse bruscamente, llamando la atención de ambas. Sarada había llegado corriendo y ahora se apoyaba en sus rodillas mientras trataba de recuperar el aliento, su hermana menor la observó curiosa al percatarse de que Sarada tenía la cara llena de raspones y el cabello alborotado por el viento.
—¿Estás bien, Sarada?— Sakura se preocupó al ver a su hija tan agitada, no la esperaba tan pronto de regreso debido a su horario en la academia. En realidad, imaginaba que su hija llegaría después de que Kakashi termine algunos pendientes con que estaba ayudando a Naruto.
—¿Hermana?— la llamó Mitsuha en vista de que la mayor no respondía.
—¿Quieres explicarme esto?— Sarada abrió sus ojos, fijando su vista en su madre. Tanto Sakura como Mitsuha se sorprendieron al ver que tenía el Sharingan, aunque la más afectada con la noticia parecía ser Sakura.
—¿Sharingan?, Pero Otosan le devolvió su ojo al tío Obito— Mitsuha se perdió un instante en los recuerdos sobre las historias que le contaba su tío Naruto, él le había hablado un poco sobre la guerra, y le explicó cómo curó a su padre y le pudo recuperar el ojo que perdió al dárselo de nuevo a Obito —¿Por qué Sarada tiene esos ojos, Okasan?— preguntó la menor, no entendía mucho como Sarada tenía esa habilidad si su padre hace muchos años dejó de contar con ella.
—Sarada, yo...— Sakura se quedó sin palabras por un momento, trataba de analizar lo que sucedía porque no estaba preparada para ello. Kakashi y ella planeaban contarle de Sasuke en otro momento y de una forma diferente.
—¿Por qué no me dijiste que Kakashi no es mi padre?— los ojos rojos de Sarada se vieron opacados por las gruesas lágrimas que los llenaron, ella amaba demasiado a Kakashi, él siempre la había cuidado. Es por él que deseaba convertirse en Hokage.
—Sarada, estaba esperando...—
—¿Esperando que?, En el entrenamiento con mis amigos me sentí en peligro y después estos ojos... Me sentía tan avergonzada de que todos me vieran— le gritó Sarada mientras continuaba llorando, se encontraba muy molesta porque por más que lo pensaba, en Konoha solamente había tres Uchiha, y los tres estaban casados con las amigas de su madre. Lo que significa que su madre engañó a su padre con el esposo de una de sus amigas.
—Estoy en casa— Kakashi habló desde la entrada —Les he traído un postre— el Hatake se detuvo cerca del comedor al notar el ambiente tan tenso entre su familia, parecía que la única en haber notado su presencia era Sarada.
—Otosan...— Sarada giró a verlo, sintiéndose preocupada al ver la cara de asombro que tenía Kakashi al darse cuenta de su Sharingan.
—¿Estás bien, Sarada?— Kakashi dejó caer el postre que llevaba en sus manos y se acercó a ella en un intento por revisar sus pequeñas heridas, Sarada retrocedió y casi de inmediato corrió hacia la salida.
—¡Sarada!— Sakura trató de ir detrás de ella pero Kakashi la detuvo con un suave apretón a su hombro.
—Iré yo, no se preocupen— Kakashi le sonrió a Sakura, y aunque ella ya se había acostumbrado a recordar sus facciones debajo de la máscara, justo ahora no podía encontrar paz en ese pequeño gesto.
Mitsuha se acercó a su madre después de que su padre partiera, no tardó demasiado en abrazarla, preocupada por todo lo que estaba sucediendo. Sakura sintió un poco de consuelo en la cercanía de su hija menor, ella era tan parecida a Kakashi que en ocasiones le sorprendía.
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Sarada corría en dirección a la casa de Obito y Hinata luego de no haber querido hablar con Kakashi, no quería distraerse de su propósito original, que era hablar con la persona que conocía tan bien a su padre como para darle respuestas. Por el momento no deseaba tener un contacto con su madre, y mucho menos con Kakashi, sentía vergüenza de que fuera otra víctima de las mentiras de su madre, porque no existía una razón para que él la quisiera tanto si no era otra que pensara que realmente era su hija.
Cuando divisó a lo lejos la casa a quien consideraba un tío por ser buen amigo de su padre, pudo notar que Obito se encontraba en el jardín principal, su pequeña sonrisa se borró en el momento que también descubrió a Hinata, quien estaba atacando a su propio esposo. Le preocupaba que Hinata estuviera en un enfrentamiento con Obito al haberse enterado del Sharingan que había conseguido despertar, porque si ese era el motivo, quería decir que Obito y ella guardaban una relación. Quizá por eso Kakashi había decidido adoptarla, porque era hija de su mejor amigo.
—Siempre eres muy rápida, ojos de ángel— Obito trató de esquivar los golpes de Hinata, ella llevaba el Byakugan activado, lo que le hizo saber que su entrenamiento se había vuelto muy serio.
—¿Eso te emociona?— Hinata sonrió, le gustaba entrenar con Obito para no perder la práctica. Que él también active su dojutsu le animaba a dar su mejor esfuerzo.
—Demasiado— Obito se entusiasmó aún más al ver como las palmas de Hinata se rodeaban de un fuego color blanco. Ella le había impresionado cuando logró cambiar la intensidad del calor de su técnica.
—¡Alto!— Sarada se adelantó a Hinata para colocarse frente a Obito, pensando que quizá ahora que podía ver desde antes los movimientos de los demás, podría detener a Hinata.
—¿Sarada-chan?— la ojiperla apenas y logró desviar su mano, Obito siendo más rápido había tomado a Sarada para protegerla de un posible golpe de su esposa.
—¿Qué haces, Sarada?— el Uchiha revisó a la niña en busca de cualquier herida, un ligero roce de las palmas de Hinata podía terminar en una herida seria. Sin embargo, cuando los ojos de la menor se abrieron, sus movimientos se detuvieron, su sorpresa fue grande al ver el Sharingan en Sarada.
—¿Están bien?— Hinata no tardó en desactivar su Byakugan y acercarse a ellos, llevándose una fuerte impresión al ver el rostro de Sarada —¿Sharingan?— la Hyuga cubrió su boca, decir que estaba asombrada podría ser poco.
—¿Están peleando por culpa de mi madre?, sé que ella engañó a mi padre... Siento que ella se involucre entre ustedes— para Sarada fue inevitable no llorar, y buscando un poco de consuelo, había decidido abrazarse a Obito, quien se sintió muy confundido por su última acción.
Hinata parpadeó varias veces, tratando de procesar lo que estaba pasando. No lograba comprender porque de pronto Sarada parecía refugiarse en su esposo, si bien ellos eran muy cercanos gracias a Kakashi, Sarada no buscaba a Obito más que para entrenar en algunas ocasiones.
—¿Qué sucede?— Hinata miró a Obito en busca de respuestas, pero él estaba igual de confundido que ella.
—Sarada... ¿Quieres decirme cómo obtuviste estos ojos?— el Uchiha acarició el cabello de la niña para tratar de tranquilizarla, pues ella seguía llorando y eso le preocupaba.
Sarada se apartó un poco de Obito para poder verlo —En el entrenamiento de hoy en la academia, Hiro-kun estaba en un combate contra nosotros y mi equipo... Creí que iba a resultar herida pero después él se detuvo, y todos comenzaron a decir que teníamos los mismos ojos— murmuró ella desanimada, el recuerdo del incidente en la academia es algo que la estaba torturando.
Ese día Shino había pedido a los hijos mayores de Hinata por ser su amiga, buscando un apoyo de su parte para simular un combate real y motivar a los aspirantes a genin. A ella le había tocado formar equipo con Shikadai Nara y Chocho Akimichi y su oponente era Hiro Uchiha, que no se mostraba ni un poco flexible contra ellos. Cuando creyó que sería herida con el Tanto de su compañero, el golpe nunca llegó, Shikadai había logrado inmovilizar a Hiro y ella había ganado unos nuevos ojos.
—¿Hablaste con Sakura?— Hinata continuaba un tanto confundida, aunque le causaba más sorpresa el saber que Sarada no era hija de Kakashi.
—¿Qué tendríamos que hablar?, Ella engañó a mi padre... Kakashi no es mi...—
—Lo es, Kakashi te ama porque eres su hija— la interrumpió Obito, no sabía que había sucedido realmente entre Kakashi y Sakura, pero dudaba mucho que su amigo no estuviera enterado del origen de Sarada. Si de algo estaba seguro es de que ellos dos no se guardaban secretos, eran demasiado unidos.
—¿Y cómo explicas mis ojos?, ¿Por qué ustedes dos peleaban?— Sarada apretó ambas manos con tanta fuerza que verdaderamente le dolía, se sentía demasiado frustrada con esa situación. Amaba a Kakashi y no era justo que él no fuera su padre biológico.
¿Y si Kakashi dejaba de quererla?
—Oh, nosotros solamente estábamos entrenando juntos. No sabíamos lo que sucedió en la academia— le explicó Hinata con cierto rastro de vergüenza, le daba pena imaginar que otros pudieran creer que ella en verdad quería lastimar a Obito.
—¿De verdad?— Sarada se frotó los ojos para eliminar el rastro de sus lágrimas.
—Nosotros no estábamos peleando por tu culpa, no te preocupes por eso— la consoló Obito dándole unas suaves palmadas a su hombro, no era bueno cuando alguien más lloraba, así que estaba agradecido de que Sarada estuviera más tranquila.
—¿No eres mi padre biológico?— preguntó Sarada con cierto temor, no es que no le agrade Obito, pero que él resulte ser su padre solamente podría traerle más cosas en que pensar.
—No lo soy, nunca me atrevería a ver a otra mujer que no sea Hinata— Obito le sonrió a su esposa, quien se sonrojó fuertemente y terminó escondiéndose detrás de sus mejillas.
Sarada sintió cierto alivio al escucharlo, eso le confirmaba que no era hermana de los hijos de Obito y Hinata, por lo que sus sentimientos por Hiro Uchiha no eran incorrectos después de todo. Sus ojos volvieron a la normalidad al sentirse más tranquila, y al verla en mejor estado de ánimo, Hinata frotó su cabello con gesto amable.
—¿Sabes quién es mi padre biológico?— Sarada se dirigió de nuevo a Obito, que pareció un poco frustrado con su pregunta —Tú eres el mejor amigo de mi padre— insistió ella.
—No lo sé, Kakashi nunca me ha mencionado algo sobre el tema— el Uchiha fue sincero, quisiera poder ayudar a Sarda pero estaba igual de perdido que ella, Kakashi siempre había tratado a Sarada como a su propia hija, y Obito nunca había dudado que no lo fuera.
—Sarada-chan ha venido a visitarnos— Mako Uchiha apareció en el jardín, corriendo hacia Sarada con gran entusiasmo —¿Quieres que te muestre mi nueva Katana?— continuó el menor, estaba emocionado por poder compartir el regalo que recibió de su padre.
—¿Puedo quedarme con ustedes?, No quiero volver a casa ahora— pidió Sarada, porque ante el ofrecimiento de Mako, vió su oportunidad para poder huir de casa.
—Puedes quedarte con nosotros, ¿Quieres comer sushi?, Lo preparé hace poco— Hinata no dudó demasiado en aceptar su petición, podría avisar a Sakura y Kakashi que Sarada estaría algunos día con ellos, así que no veía ningún problema.
En silencio, Sarada asintió para aceptar la idea de comer con ellos, y finalmente tomó la mano que Mako le ofrecía para caminar junto a él. El niño hablaba muy animadamente sobre los progresos que tenía en los entrenamientos con sus padres y su abuelo, incluso prometía dejarle usar la Katana que tanto mencionaba. Sarada se permitió hasta entonces sentirse segura, caminando a lado de Hinata y su hijo menor.
Obito fue detrás de de los tres, aún se encontraba muy confundido, y aunque no lo admitía, también se preocupaba por Kakashi.
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Itachi disfrutaba de entrenar junto a sus tres hijos mayores, Inojin era el mayor de todos al tener doce años, le seguía Souta con diez y la menor era Hana, que sólo tenía siete. Inojin mostraba una gran destreza al usar el Sharingan, y Souta se especializaba en las técnicas del clan Yamanaka. Hana aún era pequeña por lo que Itachi optaba más por instruirla en el taijutsu. Ese día era uno de los tantos en que los tres niños se habían unido para enfrentar a su padre como un gente unido, sus planes por lo regular solían terminar en fracaso, pero Inojin tenía un buen presentimiento.
Ino los observaba desde cierta distancia, estaba sentada en una de las sillas que tenían en el jardín para cuando salían a comer al aire libre. Sus ojos azules se movian de un lado a otro tratando de seguir el ritmo de Itachi y de sus hijos, como ya era una costumbre ella se dedicaba a evaluar el desempeño de los niños y a darles algunos consejos. Le gustaría poder entrenar con su familia, pero por ahora debía cuidar del pequeño bebé que llevaba en brazos. Hodaka fue el último en integrarse a ellos, su pequeño había cumplido un año hace poco y parecía ser el niño más consentido hasta ahora.
Quizá ser el menor del nuevo clan Uchiha le daba ciertas ventajas.
—¿Por qué Sarada tiene el Sharingan?— soltó de pronto Inojin, captando la atención de todos.
—¿Qué dices?— Itachi se quedó inmóvil por un momento, su sorpresa y dudas fueron lo que Inojin y Souta aprovecharon para poder derribarlo.
—Otosan— Hana se acercó a Itachi y le ofreció su pequeña mano para ayudarlo a levantarse.
Sus hermanos parecían más ocupados chocando sus puños.
—Desconcentrar a Itachi para vencerlo es un plan inteligente— Ino se levantó de su asiento para caminar hacia su esposo, y aún con Hodaka en brazos, no se resistió a golpear ligeramente a Itachi con su codo.
Esa era la primera vez que sus hijos lograban ganarle.
—No era una estrategia, en el entrenamiento de hace unos días ella despertó el Sharingan— Inojin frotó su barbilla con aire pensativo, su maestro Shino había invitado a los mellizos de su tía Hinata para ayudarles a entrenar en simulaciones de combate real, y todos habían quedado sorprendidos al ver en ella los mismos ojos que mostraba Hiro Uchiha.
—¿Sarada es hija del tío Obito?, Está viviendo con su familia ahora— agregó Souta, pues sabía por Himawari y Mako que Sarada se estaba quedando en su casa desde el incidente del que hablaba su hermano mayor.
—¿Qué dices?, Sarada debe estar teniendo una pijamada, se lleva muy bien con Tsuki— Ino le restó importancia a los comentarios de sus hijos, aunque fuera cierto que Sarada tuviera el Sharingan, dudaba mucho que ella sea hija de Obito.
Inojin negó —Creo que Sarada es hija del tío Obito, eso significa que él engañó a la tía Hinata— estaba convencido de su deducción, antes creía que su tío Obito era la persona que más amaba a su tia Hinata gracias a las historias que contaban sus padres acerca de la guerra, pero ahora creia describir una gran ruptura en esa historia.
Ino comenzó a reír fuertemente, asustando un poco a sus hijos —Ustedes dos tienen mucha imaginación. Obito ama tanto a Hinata-chan que es capaz de destruir a cualquiera si algo le sucede, no la engañaría con Sakura— la Yamanaka tuvo que presionar su abdomen para tratar de controlar el pequeño dolor que sentía al estar riendo tanto. Incluso Hodaka que seguía con ella reía, contagiado de su madre.
—¿Entonces que otra explicación existe?— Souta cruzó sus brazos, si descartaban a Obito como el padre de Sarada, solamente quedaban tres opciones, y una de ellas no le agradaba.
Su padre por ningún motivo podía ser el padre de Sarada.
—¿Mi padre es el padre de Sarada?— Hana frunció el ceño, no quería compartir q su padre con alguien más, suficiente tenía con la llegada de Hodaka.
—Antes lo asesino— le respondió Ino en aparente calma.
Itachi y sus hijos sintieron un fuerte escalofrío recorrerles la espalda, puesto que aunque Ino estaba sonriendo, su semblante parecía muy intimidante.
—¿Están seguros de que Sarada tiene el Sharingan?— Itachi desvió el tema para volver a lo que realmente le interesaba, tratando de encontrar una explicación a los nuevos ojos de Sarada.
—Sí, no creo que ella estuviera fingiendo. Parecía estar muy avergonzada ese día— Inojin sintió cierta pena por ella al verla llorar en el entrenamiento, según sabía por Chocho, Sarada tenía sentimientos por Hiro, y fue muy impactante tanto para ella como para él ver qué tenían la misma línea sucesora.
Ino guardó silencio mientras intentaba imaginar que sucedía realmente con Sarada y la familia Hatake, descartaba por completo a Itachi y a Obito como los padres de Sarada, y Shisui aunque había tenido algunas aventuras antes de casarse con Natsuki, resultaba que Sakura no era una de ellas. Su amiga había tratado de conquistar a Kakashi por un tiempo y no lo arruinaría involucrandose con Shisui. Siguiendo ese mismo hilo en la reconstrucción de los hechos, recordaba que poco después del incidente de Toneri, Sakura había descubierto que estaba embarazada, por lo que Kakashi y ella se habían vuelto aún más unidos.
—Sasuke-kun...— murmuró Ino, cubriendo su boca al por fin caer en cuenta.
Itachi se sorprendió al escucharla, pero no se atrevió a debatirlo, tenía sentido que Sasuke sea el padre De Sarada. Su hermano menor y Sakura habían viajado juntos por un año antes de que ella finalmente se decidiera por Kakashi.
Ino se preguntó entonces si es que Sasuke y Kakashi sabían la verdad, le parecía cruel engañar a ambos.
—Tiene que ser Sasuke— confirmó Itachi después de unos minutos, necesitaba confrontar a Naruto para saber del paradero de su hermano.
Sasuke tenía que darle algunas respuestas.
—¿El tío Sasuke?— Souta y Hana hablaron al mismo tiempo, no esperaban que él sea el padre de Sarada, pues llevaba alrededor de doce años sin pisar la aldea.
—¿Entonces Sarada es nuestra prima?— Inojin observó a sus padres, esperando que pudieran asegurar sus sospechas.
—Debo hablar con Kakashi y Sakura— Itachi suspiró, no sabía que sucedió en el pasado, pero ahora debía comenzar a investigar.
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Notas de la autora:
• Puede contener errores ortográficos.
• Les dejo unos dibujos de Obito y sus bendiciones jaja
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• Me di a la tarea de buscar algunos fanart para representar a la pequeña nueva generación del Clan Uchiha 🥹 Obito y Hinata tuvieron 4 hijos, Itachi e Ino también 4 bendiciones (me faltó imagen del último bebé), Shisui al final si está con Natsuki y tiene 3 hijos, Sasuke tiene a Sarada, sabe de su existencia pero por seguridad la dejó pasar como hija de Kakashi. Kakashi y Sakura tienen otra hija que es menor a Sarada. Y Naruto y Karin también tienen tienen dos hijos, Boruto y Kushina 👀
• Ahora le tocó el drama a la familia Hatake, pero hay una razón para todo, y tanto Kakashi como Sasuke saben la verdad 😌
• A Toneri creo que es el último Otsutsuki que planeo mencionar, creo que él todavía encajaba en la historia de que Kaguya era la diosa de todo y eso. Los marcianitos que vinieron después de él no me terminaban de convencer 😮💨 y bueno en esta historia no se mencionó que Kaguya haya revivido, ojo ahí 🌚
Saliendo del tema, como creen que sería una historia donde Shisui sea Hokage? 🤔
Dejen sus votos y comentarios 💜
Nos leemos en la próxima actualización 👀 ❣️
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