Capítulo XIV: La caída de Konoha.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
El tiempo parecía detenerse en aquella pequeña guarida, una de las tantas que tenía Akatsuki, misma donde justo ahora los anhelos y el calor del fuego creaban un precioso lienzo de momentos compartidos. Hinata sabía que, pese a las adversidades que pudieran enfrentar, siempre podría encontrar consuelo y fortaleza en la compañía mutua, como dos almas afines unidas por lazos indestructibles.
Justo en ese momento Obito y Hinata se encontraban juntos en una acogedora habitación, contemplando el cálido resplandor del fuego danzante en la chimenea. El crepitar de las llamas llenaba la habitación con su música reconfortante, mientras el frío que siempre se sentía cuando se acercaban al país del hierro se atenuaba lentamente. Hinata miraba fijamente el fuego, perdida en sus pensamientos, mientras Obito observaba con ternura cómo las sombras bailaban en su rostro iluminado por el resplandor anaranjado.
—A veces siento que el calor de esta chimenea es como un abrazo que nos reconforta y me recuerda lo importante que es tener a alguien con quien compartir estos momentos— Hinata rompió el silencio suavemente.
Obito asintió con una suave sonrisa, agradecido por la compañía de Hinata y por la calidez de aquel refugio en medio del frío.
Ambos se sumergieron en una cómoda quietud, sintiendo la conexión entre ellos crecer con cada chispa que saltaba en el hogar. En ese instante, Hinata se dio cuenta de lo afortunada que era por tener a Obito a su lado.
—Toma— sin querer romper ese momento, Obito le extendió a Hinata un pequeño frasco, mismo donde se podía apreciar un ojo.
Hinata le miró confundida —¿Qué es esto?— la Hyuga dirigió su vista al frasco, sintiéndose extraña al imaginar a Obito llevando consigo un objeto de ese tipo.
—Es el ojo de Shisui, se lo quité a Danzo— Obito suspiró al ver que Hinata no tomaba el frasco —Necesito que lo cuides, eres a la única a quien se lo puedo encargar—
—¿De qué debo protegerlo?— Hinata aceptó el frasco en sus manos y lo guardó en su porta armas gracias a su pequeño tamaño.
—Muchas personas matarían por tenerlo, no voy a exponerlo llevándolo conmigo— le explicó Obito, sabía que él también podía darle un buen uso al ojo de su hermano, pero no se atrevía a hacerlo.
—Danzo no debió atacar a Shisui, esto es lo único que dejó— la azabache bajó la mirada, sintiéndose triste, recordaba a Shisui como una persona sonriente y amable. No era justo que una persona así hubiera sido traicionada por alguien en quien se suponía debía confiar.
—Aún conservo el cuerpo de Shisui...— murmuró Obito, Hinata abrió más sus ojos, asombrada por lo que había escuchado —Lo he cuidado desde que se fue, está en mi guarida de...
Sasuke irrumpió en la habitación, abriendo la puerta y deteniéndose sólo hasta que la madera chocó contra la pared. Cuando su mirada se posó en Hinata, una mueca de disgusto se formó en su rostro, misma que se intensificó al notar la cercanía de ella hacia Tobi. Aunque no pudo evitar notar la palidez en el rostro de su compañera, lo que le generó cierta inquietud.
—Necesitamos hablar, quiero saber que pasa en Konoha— se dirigió Sasuke hacia el único que parecía notar su presencia, entendía que había interrumpido algo, pues Tobi parecía más hostil que de costumbre.
—Hinata, ¿Puedes dejarme a solas con Sasuke un momento?— le pidió Obito, dando un pequeño toque en su hombro oara llamar su atención.
Ante la petición de Obito de quedarse a solas con Sasuke, Hinata, con una expresión aturdida, asintió y se levantó del sofá en silencio, saliendo de la habitación sin dirigir una mirada a Sasuke.
—¿Es algo que ella no deba escuchar?— se burló Sasuke sólo al percatarse de que ella se fue por completo.
Y como una precaución extra, terminó cerrando la puerta.
—Konoha ha entrado en crisis— respondió Obito, ignorando su último comentario.
—¿En crisis?, ¿Por qué?— los ojos de Sasuke demostraron su sorpresa, dejando de lado la expresión altanera de antes.
—Ino Yamanaka resultó ser muy interesante— el Uchiha rió un poco, haciendo que Sasuke le mire sin comprender —Mostró en radio la cinta que Hinata grabó, ahora todos en la aldea saben que Danzo le ordenó a Itachi asesinar a su clan, y que el tercer Hokage no hizo algo para impedirlo—
—¿Ella realmente lo hizo?— el menor de los Uchiha parpadeó un poco, no existía razón para que Ino lo hiciera, menos cuando ellos no habían respetado el trato al no entregarle a Hinata.
Obito asintió lentamente —Debido a lo que hizo Ino, los ninjas y los aldeanos de Konoha se sienten traicionados por su Hokage, por Danzo y por raíz— continuó hablando, disfrutando cada palabra y sintiendo satisfacción al decirlo en viz alta.
Su aldea pagaría por sus pecados, por haberle arrebatado a su hermano menor.
—El maldito de Danzo seguro volvería a morirse— Sasuke sonrió, quizá habría sido divertido que siguiera con vida sólo para que viera como sus sueños de obtener mas poder se frustraban.
—Lo último que escuché, fue que ninjas y aldeanos se unieron para atacar a los integrantes de raíz. Fue una masacre por Itachi y por el Clan que murió en manos de Danzo— Obito colocó una de sus manos distraídamente sobre su máscara, recordaba lo bien que se sintió al ver que los últimos rastros de la voluntad de Danzo se extinguían.
Sasuke comenzó a reír con más fuerza —¿Ahora resulta que adoran a mi hermano?—
—Para ellos, Itachi es una víctima del sistema, al igual que lo eres tú— le dijo Obito, tomando su hombro y apretándolo con más fuerza de la que pretendía.
—Cumpliste tu parte del trato, ¿Ahora qué debo hacer?— Sasuke se apartó de él, entendía que ese gesto de antes es porque ahora buscaba algo a cambio de su ayuda.
—Capturar a Hachibi— fue la única respuesta de Obito.
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Mientras Ino y Sakura caminaban juntas de regreso a casa, compartían por fin un momento de apoyo al poder hablar sobre algunos de sus problemas. A medida que la situación en la aldea se volvía más tensa, su unión las hacía sentirse más seguras y reconfortadas, sabiendo que tienen a una amiga en quien confiar.
—¡Ino!— la voz de Shikamaru logró interrumpir su tranquilidad.
Ambas jóvenes se detuvieron, dándose la vuelta en dirección a su compañero, Shikamaru corría desde la torre Hokage, por lo que Sakura imaginó que debía haber venido detrás de ellas.
—¿Shikamaru?— lo llamó Sakura, su compañero parecía llevar tiempo corriendo.
—Necesitamos hablar, Ino— ignorando a Sakura, Shikamaru tomó la mano de Ino, quién se sorprendió ligeramente.
—¿Qué ocurre, Shikamaru?— los ojos de Ino se quedaron fijos en la unión de su mano con la de Shikamaru, su corazón dió un ligero salto, aunque pudo disimularlo.
—¿Por qué lo hiciste?— preguntó Shikamaru, justamente venía de dejar su investigación a Tsunade sobre el incidente en la estación de radio.
Ino era la única culpable, y no se sentía cómodo al haberla delatado con Tsunade.
—¿De qué hablas?— Ino se soltó de su amigo, después de su última discusión en el hospital no habían hablado demasiado, por lo que se sentía extraña su repentina aparición.
—Sabes perfectamente de que hablo, fuiste tú quien transmitió la cinta de Danzo— le recriminó Shikamaru, Sakura les miró muy sorprendida, sin embargo, Ino se mantuvo sin expresión alguna.
—¿Qué hiciste, Ino?— preguntó Sakura, que para ese momento ya se sentía como un intruso en esa conversación.
—Todos tenemos derecho a saber la verdad, Danzo es el responsable de todo lo malo que les ocurrió a los Uchiha— le gritó Ino mientras levantaba sus brazos al aire —Niños inocentes perdieron la vida en esa masacre, solamente porque Danzo buscaba más poder— la Yamanaka apretó sus manos con impotencia, no quería tener esa conversación, no con Shikamaru.
—No era la forma correcta, por tu culpa Konoha ahora está en caos. Nos volviste vulnerables a un ataque— intentó explicar Shikamaru, entendía que lo que sentía Ino por Itachi Uchiha era su principal motivación, no su sentido de justicia.
—Sunagakure tuvo que amenazar a las demás aldeas diciendo que tomarán medidas si intentan atacarnos— intervino Sakura con un suspiro, Gaara también se estaba metiendo en problemas al amenazar otras aldeas.
—No lo haces porque te moleste lo que le ocurrió al clan Uchiha. Lo hiciste por Itachi— le hizo ver el Nara, la relación de ambos era algo que lo molestaba, más ahora que Ino se estaba arriesgado a tanto.
—Y lo volvería hacer. Haría todo lo que esté en mis manos para salvar a Itachi— aceptó Ino sosteniendo la mirada de Shikamaru, no estaba dispuesta a dar un paso atrás, no ahora que habia llegado tan lejos.
Sakura se asombró por su confesión, pues su amiga estaba reconociendo que ella era la responsable de todo el caos que había comenzado en la aldea, y le dolía que no tuviera la confianza de decirlo. Shikamaru, por otro lado, de lamentaba que Naruto e Ino fueran más parecidos de lo que recordaba. Ambos eran muy tercos.
—Te dije que tu acercamiento con Itachi se estaba saliendo de control— murmuró el pelinegro mientras daba un largo suspiro, sentía que la situación se salía de sus manos.
—Esto no te molesta por lo que pasa en la aldea, tiene que ver conmigo, ¿No?— Ino apoyó una de sus manos sobre su cadera, sintiendo sus mejillas calientes al ver la reacción de Shikamaru y confirmar que había dado en el blanco.
—No trates de desvíar el tema— pidió el Nara.
—Ahora resulta que te gusto— ironizó la joven Yamanaka con una mezcla de molestia y vergüenza.
—Mis sentimientos por ti no tienen que ver en esta conversación— quiso aclarar Shikamaru, aunque sabía bien que para ese momento no lograría persuadir a Ino.
—Lo tienen, te has opuesto a que trate a Itachi porque estás celoso, cuando no deberías— sintiendo que sus emociones la sobrepasaban, Ino golpeó el torso de Shikamaru con sus manos, su amigo suspiró al ver las lágrimas de la Yamanaka —No deberías, fuiste tú quien se alejó primero—
—Y tal vez fue un error, Ino— reconoció Shikamaru acariciando un poco su cabello —Me gustas demasiado como para negarlo— se sincero, aunque fuera muy tarde para hacerlo.
—Pero escogiste a Temari, quizá porque era más sencillo, no lo sé— le recordó Ino cabizbaja, no sabía bien cuando había dejado de doler su romance fallido con Shikamaru.
Tal vez las caricias de Neji habían ayudado, o quizá la verdadera razón era Itachi.
Porque Itachi le hacía sentirse cálida.
—Y tú también escogiste, ¿Verdad, Ino?— habló Shikamaru, resistiendo el impulso que tenía por abrazarla.
—Ya sabes la respuesta— Ino volvió a verlo una última ocasión.
Dolía ver como el amor que él sentía por ella volvía a florecer, porque ahora no podía corresponder.
Su amor por Shikamaru se había marchitado.
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Hinata se encontraba en un parque pintoresco de Amegakure, un lugar que normalmente se consideraría un refugio de tranquilidad y belleza. Sin embargo, su experiencia era todo menos placentera en ese momento. Con la cara pálida y las manos temblorosas, la Hyuga estaba inclinada sobre un bote de basura, luchando contra las náuseas.
La mañana había comenzado de manera prometedora, con Hinata y Konan disfrutando de un desayuno juntas. No obstante, el malestar de Hinata emergió de repente durante su regreso, obligándola a detenerse en el parque.
Konan, siendo una persona atenta y comprensiva, se acercó a Hinata con una mezcla de preocupación y empatía en su rostro. Sin decir una palabra, le ofreció una botella de agua para que pueda enjuagarse la boca y aliviar un poco su malestar. Hinata la aceptó con gratitud, con sus ojos demostrando vergüenza.
—Lo siento mucho, Konan-san— susurró Hinata con voz débil pero sincera mientras tomaba pequeños sorbos de agua.
Konan sacudió la cabeza, restando importancia a la disculpa de Hinata.
—No tienes por qué disculparte, Hinata— respondió Konan suavemente —Todos tenemos días difíciles. Lo importante es que te sientas mejor pronto. Tal vez deberíamos regresar para que puedas descansar un poco—
Hinata asintió pero en silencio se dirigió a un banco cercano, donde Konan ayudó a Hinata a sentarse y a recuperar algo de su compostura. Konan comprendió entonces que seguía sintiéndose mal, así que lo ideal sería esperar un poco.
—Te he escuchado cuando estás con Madara— le dijo Konan directamente, sin un poco de la delicadeza que había mostrado antes.
Hinata se sonrojó y escupió el agua al árbol que estaba de su lado —¿¡Cómo dices!?—
—Es muy evidente que ambos están juntos ahora— agregó Konan mirándola fijamente.
—Y-yo sólo...—
—¿Se han cuidado?— la interrumpió Konan, no pretendía ofender a Hinata, pero lograba ver en ella a una hermana menor. Sacaba su instinto de protección.
Hinata se encogió de hombros —La verdad es que... Desde que salí de la aldea, no he seguido con el tratamiento que se les da a las Kunoichi— confesó avergonzada, ni había sido muy cuidadosa desde que comenzó sus encuentros con Obito.
—Te ayudaré a encontrar un nuevo tratamiento entonces— Konan le dió una pequeña palmada en la espalda, misma que pareció darle consuelo.
—Gracias, Konan-san— Hinata le sonrió, sintiéndose más aliviada.
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Tsunade, Shizune y Sakura estaban por entrar a la torre Hokage cuando Tsunade se detuvo repentinamente al recibir el golpe de varias frutas en su ropa. Sus ojos se giraron en la dirección del ataque, al mismo tiempo que Shizune y Sakura se paraban delante suyo a manera de protección.
—Asesina—
Varios aldeanos gritaban mientras arrojaban más frutas, las cuales Sakura se encargó de desviar sin problema. Al percatarse del disturbio, varios ninjas se acercaron para detenerlos.
—Es suficiente, pueden dejarlos ir— Tsunade suspiró y entró a la torre, le cansaba la sola idea de tener que subir tantas escaleras para llegar a su oficina.
—No es justo, Tsunade-sama. Usted no le hizo daño a Itachi, fue Danzo quien se aprovechó de un niño— soltó Sakura molesta, detestaba que la mayoría desquitaba su molestia con su maestra.
—Pero mi maestro tampoco hizo algo por evitarlo— reconoció Tsunade mientras abría la puerta de su oficina, tomando asiento sobre el escritorio.
Estaba demasiado cansada.
—Tsunade-sama, ¿Qué hará ahora que Shikamaru terminó la investigación sobre el incidente en la estación de radio?— preguntó Shizune, sin percatarse de que Sakura se tensó al escucharla.
—Con todo el desorden, esa investigación se perdió— mintió Tsunade mientras dirigía su vista hacia la ventana por un momento.
No tenía intensión en delatar a Ino como la responsable, porque después de reflexionar sentía que ella hizo lo correcto al revelar la verdad. Sólo de esa forma, Itachi y Sasuke podrían tener una vida tranquila en la aldea.
—¡Tsunade!—
Homura Mitokado entró a la oficina acompañado de Koharu Utatane, Tsunade solamente pudo suspirar al saber que perdía su pequeño momento de tranquilidad.
—Es necesario que comiences a poner orden— el anciano trató de limpiar los rastros de frutas de su vestimenta, la Hokage se obligó a no reír.
—Usar la violencia no será de ayuda— habló la rubia después de fingir toser un poco.
—Asesinaron a hombres de nuestra aldea— le recordó Koharu mostrando su mal humor.
—Y me encargué de detener ese enfrentamiento— les gritó Tsunade tratando de contener su molestia, mientras ella limpiaba los errores de esos dos ancianos, ellos solamente exigían más.
Lamentablemente se habían perdido varias vidas, y de los antiguos hombres de Danzo solamente logró salvar a unos cuantos, entre ellos Sai.
—No es suficiente, necesitamos encontrar a la persona que está organizando estos disturbios— le dijo Homura, sin dejarse intimidar por la reacción de Tsunade.
—¿Y qué quieres que haga cuando lo encuentre?, ¿Crees que castigarlos ayudará en algo?— indagó Tsunade con tono sarcástico, a una parte de ella le sorprendía que ambos no parecían aprender de sus errores.
—Debí saber que un Hokage joven y sin experiencia como tú no podría entenderlo— intervino Koharu, ganándose un mirada molesta por parte de Sakura —Nosotros hicimos lo mejor para la aldea hace años, y lo volveremos a hacer—
—Están equivocados, hablé con el Daimyo del País del Fuego— les dijo Tsunade, disfrutando de jugar la carta que tanto había preparado.
—No fuimos convocados a esa reunión— comentó Homura desconcertado.
—Porque el tema principal eran ustedes— Tsunade les miró y sonrió ligeramente —El Daimyo al igual que yo, desea prescindir de sus servicios por su papel en la masacre Uchiha— les informó, sintiendo por fin un peso menos sobre sus hombros.
—¿Qué estás diciendo?— exclamó Koharu dando un fuerte golpe al suelo con su bastón.
—Se les asignará a cuidar de un orfanato a elección del Daimyo, pero él no los quiere en la aldea, no ahora— finalizó Tsunade cruzando sus brazos, no sentía ni un poco de pena por haber actuado a sus espaldas, necesitaba sacar a las personas que apoyaban a Danzo si quería conseguir que la aldea vuelva a confiar en el Hokage.
Además, con ellos lejos y con Itachi completamente recuperado, podría reintegrarlo a la aldea. Sería cuestión de tiempo para que Sasuke regrese y la situación con Konoha se estabilice.
Ambos ancianos se negaron a seguir aquella discusión, así que salieron de la oficina dando un portazo. No servía ir en contra de la decisión que había sido tomada, por lo que debían aceptar su destino por ahora.
Sakura miró a su maestra, después de tres semanas tratando de controlar las disputas entre raíz y los Shinobi, Tsunade se notaba muy agotada.
—Tsunade-sama— Shikamaru entró a su oficina, aprovechando que la anterior visita se había manchado —Reuní a las personas que me pidió—
Tsunade se limitó a hacer una señal de mano para permitirles el pase, Shizune no se sorprendió de ver a Shikaku Nara, Inoichi Yamanaka, Hiashi Hyuga y Kakashi Hatake entrar, ya se imaginaba lo que sucedería a continuación. Konoha necesitaba un nuevo consejo.
Sakura sonrió, sintiendo que no todo estaba tan mal al ver que el padre de Hinata por fin se había recuperando. Gracias a la investigación de Ino, Hiashi fue atendido por Tsunade y ahora incluso caminaba sin necesidad de un bastón.
—Los he llamado porque tengo noticias para ustedes de mi última reunión con el Daimyo— la Hokage frotó un poco su cuello, tratando de aliviar la tensión que sentía desde hace días.
—Me imagino que tiene que ver con el problema que tenemos ahora— habló Inoichi, de haber sabido de lo que era capaz Danzo, nunca habría dejado que se relacione con Ino.
—Otras aldeas comienzan a vernos como un objetivo— Shikaku suspiró cansado, y sólo entonces Sakura pudo percatarse de su gran parecido con Shikamaru.
Probablemente ambos sólo pensaban en lo problemática que era la situación ahora.
—De no ser porque Sunagakure intervino por nosotros, probablemente intentarían una invasión— Hiashi habló despacio, su recuperación había sido rápida, pero seguía teniendo algunas dificultades para sentirse en óptimas condiciones. Sólo debía seguir esperando pacientemente.
—Por eso decidimos que ustedes tres serán los nuevos consejeros del Hokage. Reemplazarán al anterior consejo, y espero buenos resultados de los tres— Tsunade sonrió cuando miró a los tres hombres realizar una corta reverencia, le aliviaba que ninguno se niegue —Como petición personal, me gustaría que involucren a Shikamaru. Para que en el futuro pueda unirse como consejero—
—Esa es una buena elección— aceptó Hiashi mientras asentía, estaba especialmente agradecido con Shikamaru por ayudarlo en la búsqueda de su hija mayor.
—Si es de esa forma, ¿Qué hago yo aquí?— habló Kakashi sin demasiado interés, Sakura lo vió incrédula, no podía entender porque su maestro siempre era tan apático.
—Kakashi, estoy segura de que habrías deseado no preguntar— se burló Tsunade, Kakashi pareció despertar entonces, al comprender lo que iba suceder —Felicidades, Kakashi. El Daimyo te ha nombrado sexto Hokage—
La mirada de asombro de Sakura se alternaba entre Kakashi y Tsunade, sin saber bien que estaba pasando.
—Kakashi-sensei será Hokage— murmuró Sakura sin poder salir de su asombro, estaban sucediendo tantas cosas que no sabía cómo le explicaría a Naruto cuando regrese de su entrenamiento.
—Konoha está pidiendo un cambio, y tú puedes dárselo, Kakashi— le animó la Hokage ante el aparente estado de shock del peliplata.
Tsunade suspiró, si tenía que renunciar por proteger a Ino e Itachi, lo haría, su aldea ya le había hecho mucho daño a Itachi, y por eso comprendía a la perfección el actuar de su alumna. No sé lo diría, pero se sentía orgullosa de su crecimiento.
—Pero...—
—Tsunade-sama hemos sido invadidos— interrumpió Tokuma en la oficina, impidiendo que Kakashi termine y llamando la atención de todos los presentes.
—¿Qué dices?— Tsunade se levantó del escritorio de un salto.
—¡Sakura!— llamó Shikamaru señalando detrás de su compañera para ponerla en alerta.
A través de la ventana se podía observar que el edificio de a lado comenzaba a caer en dirección a ellos.
—Sakura— Kakashi logró abrazar a su alumna antes del impacto.
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Ino colocaba con cuidado las flores en el buró al lado de la cama de Itachi, su rostro reflejaba cierta preocupación como era su costumbre. Itachi, recostado en la cama, no pudo evitar sonreír al verla tan concentrada en su tarea.
—¿Por qué sonríes tanto, Itachi?— preguntó Ino, devolviéndole la sonrisa, aunque un poco sonrojada.
—Me da gusto ver de nuevo. Eres más linda de lo que imaginaba, Freesia— respondió Itachi con una mirada suave pero intensa.
Ino sintió un cálido rubor en sus mejillas al escuchar sus palabras. Se había acostumbrado a la serenidad de Itachi, por eso no esperaba un comentario tan directo.
—¿Estás coqueteando conmigo?— indagó, intentando mantener un tono juguetón para disimular su nerviosismo.
—Lo estoy haciendo— confirmó Itachi, su sonrisa se hizo presente y sus ojos brillaron con una chispa de diversión.
Ino e Itachi compartían una conexión especial, un entendimiento silencioso que sólo se profundizaba con cada palabra y mirada compartida.
—En dos semanas más deberías estar en condiciones para salir del hospital— le indicó Ino, cambiando de tema por su propio bien. Tenía que concentrarse en cosas más importantes que su atracción por Itachi Uchiha.
—Realmente ya no debo estar aquí, me gustaría entrenar un poco para recuperar mi condición— contestó el Uchiha con cierta pesadez, una de sus razones de no haber escapado es que temía meter en problemas a Ino.
—Eso sería difícil, creo que Tsunade-sama está esperando a que se controle la crisis para revelar que te ha salvado— admitió la Yamanaka, si bien Tsunade le hizo saber de su conocimiento sobre el incidente en la estación de radio, nunca la había reprendido por sus actos.
Itachi suspiró —No debiste hacerlo, mi clan no es por completo una víctima— sus ojos oscuros se fijaron nuevamente en Ino, que seguía distraída acomodando los pétalos de las flores.
—Pero tú y Sasuke-kun lo son. Danzo se aprovechó de que eras un niño y Sasuke-kun creció con engaños— los ojos azules de Ino chocaron con los de Itachi, el momento entre ellos se sentía íntimo, incluso sus pequeñas diferencias los hacían cómplices en algo más grande.
—Ino-san...—
—Danzo asesinó a Shisui, es el culpable de la creación de Tobi, ¿No es eso lo que me quisiste decir al contarme la verdad?— continuó Ino, sin dejarse caer ante la mirada cargada de preocupación de su acompañante. Ino sabía que aunque él no lo entienda, estaba haciendo lo correcto.
Itachi merecía un verdadero reconocimiento por haber protegido a la aldea en el pasado así como lo continuó haciendo incluso cuando moría.
—No era eso, me pediste una explicación y te la di. La identidad de Tobi es algo que también necesitabas saber— le respondió Itachi colocando por un momento su mano sobre su frente, en una discusión contra Ino no ganaría fácilmente.
—Hinata-chan dice que está enamorada de él, pero también quiere asesinarlo— le contó la joven en voz baja, no comprendía por completo el actuar de su amiga, pero admiraba su valentía al poner su deber como shinobi por encima de sus sentimientos.
—Necesito volver, soy yo quien debe enfrentarlo— Itachi bajó la mirada, se sentía un poco avergonzado de estar en el hospital mientras su antigua aliada cargaba con el peso de protegerlos.
—¿Crees que puedas derrotarlo tú solo?— Ino apretó sus manos, era consciente de que sólo conocía un poco de las habilidades de Madara, era un hombre que difícilmente podrían derrotar.
Necesitaban un plan, es por ello que pensaba en Shikamaru. Itachi y Shikamaru eran demasiado inteligentes y calculaban sus movimientos, ellos dos podrían llegar a hacer un equipo que funcione para detener la amenaza que Madara representaba.
—Siendo sincero, me es difícil prevenir un resultado de un encuentro con él. No creo ser capaz de derrotarlo pero él tampoco puede derrotarme, o tendría problema para hacerlo— reconoció Itachi mientras seguía meditando su respuesta, nunca pensó más allá de lo que sucedería después de su muerte, por ello no imaginaba enfrentar a Madara.
Pero reconocía que era una persona demasiado peligrosa, por alguna razón, Pain lo obedecía sin protestar.
—Quizá debamos...—
El ruido de una explosión seguido de varios gritos alertó a ambos. Por un momento los temblores y el polvo junto al olor de la sangre se hicieron presentes en los alrededores. La piel de ambos se erizó, así como los latidos de su corazón fueron en aumento. El peligro y el miedo eran palpables en su entorno.
—Ino-san— Itachi se levantó de la camilla donde estaba sentado anteriormente, queriendo acercarse a la joven que lo acompañaba.
Ino intentó agarrar el florero que tanto había cuidado, pero este se cayó antes de que pueda tomarlo.
—¿Qué estará sucediendo?— Ino se sorprendió al ver el Sharingan en los ojos de Itachi.
Además de su batalla frente a un hospital cuando intentaron recuperar a Hinata de Tobi, no había visto a Itachi con intenciones de entrar en combate.
—Parece que están invadiendo la aldea— Itachi abrió la puerta de la habitación, deteniéndose un momento para darse la vuelta, esperando alguna reacción por parte de Ino.
—Debo evacuar el hospital— murmuró Ino sintiéndose todavía aturdida, sus oidos zumbaban por el ruido de la última explosión.
Había estado muy cerca.
Itachi apretó el pomo de la puerta, quería salir para ver que sucedía pero no deseaba dejar sola a Ino
—Está bien, te ayudaré—
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Hinata caminaba por los pasillos dentro de la torre en que Pain y Konan vivían, buscaba a Obito o cualquier indicio que la llevará a su paradero. Los dos habían estado conversando en su habitación muy animadamente, pero desde hace una hora Obito se había manchado sin demasiadas explicaciones y no había regresado, así que decidió salir para mostrarle la bufanda y gorro que había terminado de tejer para él.
Aunque sabía que era descortés, terminó usando el Byakugan para encontrarlo más rápido, descubriendo que él seguía en la torre, precisamente en un salón cerca de ella, junto a Pain y Konan. La Hyuga caminó hasta llegar a la puerta del salón, decidiendo esperar afuera.
Su cuerpo se quedó paralizado al escuchar lo que las tres personas, ajenas a su presencia, estaban hablando dentro del salón.
—¿Qué fue lo que les pasó?— la voz de Obito parecía un tanto divertida.
—Tuve un visitante inesperado— fue la corta respuesta que recibió por parte de Pain.
—¿Alguien se las arregló para retrasar al invencible Pain?, Parece que Jiraiya el legendario Sannin hace honor a su reputación, ¿No?— se burló Obito mientras recargaba su espalda de mejor manera en su asiento.
—De todas formas, ya está muerto. Ya puedo ir por el Kyubi— habló Pain, sin importarle la anterior muestra de poco respeto.
El corazón de Hinata pareció dejar de latir por un segundo, no imaginaba lo mucho que debía estar sufriendo Naruto por culpa del aliado de Obito.
—Konoha justo ahora está en crisis, pero cuánto más tiempo tardes, les darás oportunidad de recuperarse. Incluso pueden recibir ninjas de Sunagakure— le explicó Obito, sintiéndose bien al comprender que su plan estaba resultando justo como lo esperaba. Pain y Konan podrían invadir Konoha y capturar al Kyubi sin mayor problema —Deben moverse antes de que las cosas se compliquen—
—Pain es invencible, conseguirá al Kyubi sin problemas— le aseguró Konan, siempre con su total confianza hacia su compañero.
—Sólo quedan dos bestias con cola, y Sasuke se está encargando de Hachibi— les hizo saber Obito.
—¿Podrá hacerlo él solo?— preguntó Konan, no confiaba demasiado en Sasuke y creía que Itachi podría hacer un trabajo más limpio.
—Tiene que— Obito se levantó de su silla, dispuesto a marcharse y dando por finalizada aquella reunión.
Hinata sintió sus lágrimas correr por sus mejillas, con el Byakugan aún activado, pudo notar que Obito se había manchado de la sala.
—Konan, haz los preparativos. Nos vamos a la aldea de Konoha— le pidió Pain, ganando una afirmación por parte de la mujer.
La bufanda y el gorro que llevaba consigo cayeron de sus manos, Hinata cubre su boca para ahogar sus sollozos y terminó corriendo en dirección contraria a dónde se veía venir a Konan. Con su Byakugan buscó todas las rutas de salida para huir. Afortunadamente, Obito parece no estar en ningún lugar de la torre.
Hinata comprendía muy bien que debía escapar de él, Pain y Konan podrían estar distraídos preparando la invasión así que no se darían cuenta de su ausencia. La Hyuga sentía la fuerte necesidad de alertar a sus amigos de que la aldea sería invadida.
Aunque tenía su pequeño trato y le era posible asesinar a Obito, sabía bien que no era rival para Pain y Konan, no podía hacerlo sola.
Necesitaba ayuda.
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—Hinata— Obito tocó a su puerta, llevaba una bolsa de papel con algunos pastelillos que ella había querido probar la última vez que salieron juntos.
El silencio dentro de la habitación le pareció un poco extraño, pero imaginó que seguramente podría encontrarse con Konan, por alguna razón que no entendía, Hinata parecía estar muy unida a ella.
—¿Hinata?, Voy a entrar— avisó antes de abrir la puerta, por si de casualidad ella estaba por ahí.
No encontró rastro de la joven, pero sus cosas parecían un tanto desordenadas. Depositó la bolsa de papel sobre el tocador, estaba tentado a activar el Sharingan para buscar algún rastro de ella, pero lo veía como una violación a su privacidad. Su único ojo visible se posó sobre el armario, Hinata solía tener una mochila colgada cerca de ahí, misma que usaba para llevar su ropa siempre que salían hacia otro lugar. Le pareció extraño encontrar la puerta del armario entreabierta, pero antes de que llegue hasta aquel mueble, se dió la vuelta al sentir la presencia de alguien a su espalda.
—Hinata huyó de la aldea— le dijo Konan sin ninguna expresión, había distraído lo suficiente a Nagato como para que no se percate de que la joven se escapaba.
Para Konan, era mejor que Hinata esté lejos de Madara, sólo de esa forma ella podría estar bien.
—¿Qué demonios?, Se supone que Pain y tú la estaban vigilando— Obito se acercó a su compañera, tomando y apretando su brazo sin ninguna delicadeza.
—Pain y yo estábamos preparando todo para la invasión, ella debió aprovechar el momento para irse— Konan de apartó de él con un suave golpe, Madara parecía molesto, pero no precisamente con ella.
—No es posible—
—Ella salió de la aldea, por eso Pain no puede rastrearla con exactitud. Se ha adelantado hacia Konoha y yo detrás de él, es el único lugar al que pudo haber huido— Konan trató de razonar con él, su tono y su expresión le daban a entender a Obito que no mentía —Si la encontramos en el camino, la traeré de regreso— prometió, aunque estaba segura de que no lo cumpliría.
Obito asintió, un tanto perdido —No se atrevan a lastimarla— fue su única advertencia.
Konan se fue de la habitación después de entregarle al Uchiha la bufanda y el gorro que había encontrado, dejando a Obito demasiado confundido. Era verdad que Hinata no tenía a dónde más que ir, Itachi ya no estaba y su relación con Sasuke no era tan cercana como para poder ver en él al aliado que encontró en Itachi anteriormente.
Probablemente, de alguna forma, Hinata se había enterado de sus planes.
Y el debía partir para encontrarla antes que Pain y Konan, o la situación se podría complicar más.
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Notas de la autora:
• Puede contener errores ortográficos.
• Este es un capítulo que me emocionaba mucho escribir, suceden muchas cosas importantes como la aldea queriendo de regreso a Sasuke y lamentando "la perdida" de Itachi, el nombramiento de Kakashi y el nuevo consejo son cosas que irán tomando peso en el futuro muy cercano.
• También hay cosas turbias, como que Obito conserve el cuerpo de Shisui 😣 pero es más porque como le dijo a Hinata, no quería que le den mal uso, cómo Danzo a su ojo. Y también tiene que ver para que pueda volver.
• El plan de Obito siempre fue debilitar a Konoha para poder capturar a Naruto, y lo consiguió cuando los ninjas de la aldea decidieron enfrentarse entre sí, poco a poco Tsunade los ha controlado pero igual se perdieron vidas. Para Nagato sería mucho más sencillo terminar con ellos ahora. Aparte de que, por venganza personal, Obito disfruta ver caer el legado de Danzo, que es lo que siempre quiso.
• Después de este capítulo creo que las cosas se irán en picada y quizá un tanto rápidas 👀 lo que han dicho Kaede e Izanami se va cumplir.
Dejen sus votos y comentarios 💖
Nos leemos en la próxima actualización 👀❣️
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