Capítulo XIII: Obito y Sasuke.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
Shisui estaba colocando algunas fresas sobre el pastel que habían preparado con betún anteriormente, mientras tanto, Obito le ayudaba a cortar la fruta. El aroma dulce de las fresas frescas llenaba la cocina, y el pastel comenzaba a tomar forma con las delicadas decoraciones que Shisui añadía cuidadosamente.
—Ya casi está listo, niisan— dijo Shisui con una sonrisa satisfecha, con sus manos moviéndose con precisión sobre el pastel.
—Hinata llegará pronto— respondió Obito, concentrado en cortar las fresas en perfectas rodajas.
Justo en ese momento, Hinata apareció en la entrada de la cocina, con sus ojos curiosos y una sonrisa en el rostro.
—¿Estaban hablando de mí? — preguntó Hinata, notando la actividad inusual en la cocina.
—¡Hey, no puedes entrar! — exclamó Shisui, apresurándose a ir con Hinata para cubrirle los ojos con sus manos. No quería que viera el pastel de cumpleaños antes de que estuviera completamente terminado.
—Pero...—
—Es una sorpresa, Hinata-chan— dijo Shisui suavemente, guiándola hacia afuera de la cocina mientras ella reía.
Obito observó la escena con una sonrisa, satisfecho de que su esfuerzo en conjunto pronto haría feliz a Hinata.
—No uses el Byakugan, Hinata— le advirtió Obito desde la cocina, siendo apoyado rápidamente por su hermano menor.
—¡Eso no es justo!— se quejó Hinata desde la sala, y aunque Obito y Shisui no podían verla, imaginaban su ceño fruncido.
Los ojos de Obito se abrieron lentamente, su sueño parecía una posibilidad tan lejana que le hacía sentir nostálgico. Por un momento se había sentido muy real, ver a Shisui y Hinata reír lograba acelerar su corazón.
Su vista se dirigió a la pequeña mujer que dormía entre sus brazos, sus manos se movieron en automático hasta su rostro, disfrutando de su suave piel en cada caricia.
—Le agradarías a Shisui— murmuró sintiendo una punzada en el pecho, decirlo en voz alta era recordar que su hermano ya no estaba.
Suspiró para alejar por un momento aquel recuerdo que lo torturaba, Hinata sin siquiera notarlo había llegado para sanar un poco a su corazón, verla a ella le hacía sentirse feliz, alejaba cualquier pensamiento oscuro de su mente. Parecía hacerle honor a su nombre, pues con ella sentía una nueva luz, sin duda era como un bonito lugar soleado.
Continuó acariciando su rostro, bajando lentamente hacia sus hombros y sintiéndose un poco culpable al ver las marcas que había ido dejando sobre ella. Llevaban casi una semana en el país del hierro y él prácticamente no le había permitido abandonar la habitación, incluso la tomaba cuando ella quería darse un baño. Llevaba tanto tiempo esperando por Hinata que todavía no le parecía haber obtenido suficiente de ella, y no es como si la ojiperla se hubiera quejado hasta el momento.
Bostezando ligeramente, Hinata abrió sus ojos perla, despertando gracias a las suaves cosquillas que le provocaron las manos de Obito. Su piel se sentía un tanto áspera, pero no era como si realmente le importara.
—Buen día, Obito-kun— Hinata le sonrió tímidamente, abrazando más su cuerpo para esconder su rostro entre su torso y su hombro.
—No me provoques tan temprano, ojos de ángel— el Uchiha acarició sus cabellos, soltando una risa cuando sintió el ligero salto en el cuerpo de su acompañante.
La respiración de ella tan cerca de su cuerpo erizaba su piel.
—Pe-pero ya lo hicimos anoche también— susurró Hinata avergonzada, como queriendo hacerlo entrar en razón. No esperaba que lo primero que hicieran al despertar sea tener sexo.
—Debía disfrutarte antes de irme— le respondió Obito dando un ligero beso a la coronilla de su cabeza.
—¿Te irás?— la joven se separó ligeramente de él, su partida se sentía muy repentina.
—Necesito encontrarme con Sasuke— fue lo único que le dijo, porque realmente no quería entrar en detalles con ella.
Seguramente no estaría de acuerdo con lo que Sasuke y él hacían.
—¿No puedo ir contigo?— apretó ligeramente su brazo, una parte de ella no quería dejarlo ir.
—En otra ocasión, ahora intenta descansar— Obito le sonrió, por lo que Hinata se permitió sentirse un poco más tranquila.
—¿Puedo quedarme aquí?— quiso confirmar, pues no deseaba sentirse como una intrusa en el hogar que perteneció también a Shisui.
—Claro, puedes quedarte aquí si lo deseas. Es tu nuevo hogar— le respondió Obito de inmediato, estaba seguro de que a su hermano le habría gustado que Hinata también los acompañe, después de todo, era la mujer de la que se había enamorado.
Hinata le miró ilusionada, se sentía como si Obito le permitiera entrar un paso más en su vida —Voy a decorar, cuando regreses verás como consigo mejorar todo— habló con buena actitud, habían limpiado el sito pero ella quería volver a darle vida a la casa.
Y a su mente llegaron los consejos de Ino sobre las flores, porque quizá sería buena idea comenzar con el jardín.
—Estaré impaciente por volver— le dijo Obito antes de darle un corto beso —Sólo... ¿Puedes conservar las cosas de Shisui?— pidió con el tono de melancolía que lo acompañaba siempre que hablaba de su hermano.
—Por supuesto, no pienso tirar algo de Shisui-kun. He visto fotos muy lindas de ustedes— Hinata le sonrió, era lindo ver las fotos de Obito y Shisui cuando aún eran unos niños. Incluso había podido ver algunas de Itachi y Kakashi siendo más jóvenes.
—Quizá debamos cambiar los marcos y agregar fotos tuyas también— comentó Obito pensativo, aunque era algo que normalmente no haría, le agradaba la idea de tener una fotografía con Hinata.
La Hyuga se sonrojó ante la idea de que ahora parecían una pareja.
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Hinata se encontraba curando las heridas que Sasuke tenía de su última misión, ambos habían decidido sentarse sobre el tronco caído de un árbol en busca de un poco de comodidad. La Hyuga no entendía bien porque Sasuke le había pedido ayuda a ella siendo que tenía a Karin en su equipo, pero no se negó a su compañero, y de igual forma, estar cerca de él le ayudaba a cumplir con lo que le pidió Obito. Vigilar a Sasuke mientras él partía para reunirse con Pain y Konan.
Al ver de nuevo sus propias manos, Hinata se obligó a concentrarse y no divagar tanto en sus pensamientos, estaba terminando de vendar el torso de Sasuke, por lo que ajustó bien la venda y dio por finalizada su tarea unos segundos después.
Sasuke se sintió cómodo cuando Hinata terminó y pudo colocarse la camiseta que ella le había llevado, si algo le comenzaba a agradar de su compañera era su silencio.
—Deberías cuidarte más, Sasuke-kun— le comentó la chica, sonando más a orden que a sugerencia. Hinata sentía el deber de proteger a Sasuke por su deuda con Itachi, que había salvado su vida.
Sasuke asintió, el tacto de Hinata le parecía cálido, todo en ella en realidad.
—Tengo curiosidad en saber porque estás con Tobi. De todos, nunca imaginé que tú ibas a huir de la aldea— comenzó Sasuke dándose la vuelta hacia ella cuando finalmente se vistió de nuevo.
—Es complicado... Pero es debido a una situación con mi hermana— respondió Hinata bajando los hombros, encogiéndose un poco en su propio sitio.
Sasuke se rió por su respuesta—¿En serio?—
—¿No me crees?— ella le miró con cierto rencor, después de que aparentemente se habían vuelto una especie de aliados, ahora Sasuke mostraba dudas.
—Es obvio que estás con él, cuando nos quedamos en la misma guarida la última ocasión tus gritos no me dejaban dormir— le molestó el Uchiha, le agradaba ver cómo el rostro de su compañera se volvía rojo en cuestión de segundos.
Hinata se apresuró a cubrir sus mejillas, moviendo su rostro de un lado a otro —Pe-pero qué dices... Realmente es por mi hermana, no escapé por estar enamorada— intentó aclarar, sus sentimientos por Obito vinieron después de conocerlo y saber su trágico pasado.
—¿Qué sucede con tu hermana?— indagó Sasuke, tomando como iniciativa el que ella decidiera hablar del tema.
—Me nombraron líder de mi clan ahora que mi padre enfermó y está por retirarse. Hanabi debía pasar a la rama secundaria y ser sellada— le contó Hinata bajando la mirada, el tema con Hanabi siempre sería delicado de tratar, y hasta ahora, seguía tratando de pensar lo que debía hacer después de que su romance con Obito llegue a su fin.
—¿Sellada?— repitió Sasuke completamente desorientado.
Hinata asintió —El sello del pájaro enjaulado es cruel... Se creó para destruir nuestros ojos cuando el usuario muere, ayuda a proteger nuestro Byakugan— le terminó confesando a su compañero, que parecía genuinamente ajeno a la tradición de su clan, incluso cuando era algo que los demás ninjas solían señalar.
—¿Pero?— la animó a continuar.
—También hace superior a la rama principal sobre la secundaria, prácticamente los hace unos sirvientes, la rama principal puede castigarlos cuando desee— y eso es algo que odiaba de su clan, por eso es que cuando se convirtió en líder, con ayuda de Sakura y los padres de Shikamaru e Ino comenzó a diseñar otro sello, mismo que no estaba teniendo los resultados que esperaban.
—Si yo fuera tu hermana, preferiría tener un sello a no volver a verte— Sasuke se quedó viendo al cielo, los colores del atardecer le hacían sonreír, pues le recordaba a cuando Itachi lo llevaba en su espalda después de sus entrenamientos.
Él habría preferido cualquier cosa antes que perder a Itachi.
Hinata se sorprendió por sus palabras, estaba huyendo para evitar que el sello atormente a Hanabi, pero no se había puesto a pensar en lo mucho que debía estarle afectando su ausencia a su hermana menor.
—Solamente quiero protegerla— se defendió Hinata ante la mirada de Sasuke, que se sentía más pesada que antes.
Ganando de nuevo su atención, Sasuke le dió un golpe suave en su frente, provocando que Hinata recuerde a Itachi con ese toque.
—Tonta, ella sólo debe querer estar con su hermana mayor— le dijo Sasuke, por alguna razón, tenía la confianza de ser sincero con ella y no esconderse en su sarcasmo como usualmente acostumbra.
—Regresaré con ella, pero no por ahora— suspiró la ojiperla, aunque amaba a Obito, necesitaba seguir vigilando sus movimientos.
—¿Estás con Tobi para seguir sus pasos o porque realmente estás enamorada de él?— preguntó Sasuke directamente, Hinata se sonrojó por su correcta deducción.
—También es complicado— terminó por aceptar la Hyuga, ganando una pequeña palmada en la espalda a modo de consuelo.
Sasuke lo imaginaba, pues sin querer Karin escuchó una de sus conversaciones, donde Hinata parecía no estar de acuerdo con algunas de las acciones de Tobi.
—¿Conociste a mi hermano?— cambió de tema, no le agradaba demasiado la idea de hablar sobre la relación de Hinata con su nuevo aliado.
La joven Hyuga asintió con una bonita sonrisa dibujada en sus labios —Itachi-san es una buena persona—
—¿Crees que esté vivo?, Tobi dijo que Konoha se llevó su cuerpo— Sasuke apretó sus manos, le molestaba que su aldea quiera seguir usando a su hermano incluso ahora de muerto.
—Itachi-san estaba muy enfermo, aunque usamos varios tratamientos, ninguno funcionaba. Podíamos retrasar sus síntomas pero nunca eliminarlos— se sinceró un poco, aunque se sentía triste por no poder decirle que Itachi tenía la posibilidad de seguir con vida.
Le había prometido a Obito que no le diría sobre las sospechas que tenían, e incluso aceptó la última voluntad de Itachi, que era "morir" a manos de su hermano menor.
—Sabes que quiero destruir la aldea, ¿No?— quiso aclarar el Uchiha, que imaginaba que Hinata no iba querer estar de su lado al saber que su hermana podía resultar herida.
—Lo entiendo, pero debes considerar que hay personas inocentes. Personas a las que Itachi deseaba proteger— trató de aconsejarle Hinata, atreviéndose a tomar su hombro.
—¿Y qué propones?, ¿Que siga la voluntad de Itachi?— Sasuke se rió ante su inocencia, no había otra respuesta, Konoha debía sufrir por sus malas elecciones en el pasado, por estar en una paz que había significado la muerte de su hermano mayor.
—Sé que no será suficiente para ti, pero hay otras formas. Puedes intentar que Danzo enfrente su verdad, que la aldea le dé la espalda debe ser más doloroso que morir— comentó la Hyuga mientras veía fijamente sus propios pies, al estar sentada sobre el tronco del árbol, no lograba tocar el suelo.
Sasuke se sorprendió con su propuesta, no esperaba que Hinata fuera una persona con ideas vengativas.
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Hinata continuaba regando las flores con una sonrisa en el rostro. La calidez del sol matutino conseguía que los colores de los tulipanes resplandezcan aún más. Ella se sentía agradecida por la amabilidad de sus nuevos vecinos, quienes no solo le habían regalado las hermosas flores, sino que también habían traído un aire de frescura y camaradería a su nueva casa.
—¡Es maravilloso tener nuevos amigos viviendo en la casa de a lado!— decía una joven tan solo tres años mayor que Hinata. La mujer, con una mano en su vientre abultado, le sonreía —Me siento muy afortunada de tenerte como vecina, Hinata. Con el bebé en camino, es reconfortante saber que alguien tan amable vive al lado.
—Para mí también es un placer— respondió Hinata, sintiendo una conexión especial con su nueva amiga —Si alguna vez necesitas ayuda con algo, no dudes en pedírmelo. Estoy aquí para lo que necesites, especialmente cuando llegue el bebé—
Su vecina asintió agradecida y continuó acomodando sus flores. Ambas mujeres, unidas por la cercanía y la amabilidad, sabían que habían encontrado en la otra a una amiga con quien compartir no sólo el amor por la jardinería, sino también un poco más acerca de sus vidas.
Hinata seguía los consejos de Yaeko para poder plantar algunas otras flores, con el embarazo de su vecina era natural que deba estar siempre en casa, gracias a ello entabló una buena relación con la joven mujer, quién terminó confesando que su esposo era un comerciante nuevo en el país del hierro y que salía desde temprano a promocionar sus productos de limpieza.
—Le he pedido a mi esposo que me deje más detergente, así podemos lavar ropa juntas— le contó su vecina con una gran sonrisa en el rostro, tener a Hinata viviendo a lado le ayudaba a ni sentirse sola.
—Yaeko-san es muy amable, pero debe permitirme comprar esos productos— le pidió la Hyuga contagiada de su buen humor.
Yaeko negó rápidamente —Estás empezando, es mi deber ayudarte—
—Entonces, prepararé esta semana el pastel de lavanda que tanto te gusta— propuso Hinata deteniendo por un momento su actividad de preparar la tierra.
—Eres tan linda, Hinata-chan— los ojos de Yaeko brillaron, demostrando así su entusiasmo.
Hinata rió ligeramente por el cumplido, ambas se estaban compartiendo semillas de algunas verduras cuando el ruido de un ave volando sobre ellas llamó su atención. La Hyuga no tardó en reconocer al cuervo que aleteaba como el mismo al que Itachi siempre le prestaba para estar comunicados. El cuervo bajó lentamente hasta posarse sobre la madera de la cerca, Hinata se acercó al ver que en su pata llevaba un pequeño papel.
—¿Es una carta de tu esposo?— le preguntó Yaeko con un tono que demostraba su curiosidad.
—Sí, apenas partió ayer pero parece que ya me extraña— mintió Hinata para no levantar sospechas de su vecina, quien inocentemente reía por su broma.
—Obito-san está muy enamorado de ti, Hinata-chan— le dijo Yaeko cubriendo su boca, Hinata asintió con una sonrisa para cubrir su mentira.
Hinata tomó la carta esperando saber alguna noticia de Itachi, pero debió tratar de esconder su asombro al reconocer la letra de Ino. Aunque realmente no hizo mucha falta, Yaeko parecía haber querido darle privacidad, porque se alejó de ella para ir por más agua para sus plantas.
La joven comenzó entonces a leer la carta de su amiga, estaba sorprendida de saber que Itachi se encontraba con Ino pero le alegraba saber que él seguía con vida. Aunque lo que más llamó su atención en esa carta fue que Ino hablaba de un intercambio para Obito, uno donde le ofrecía la oportunidad de asesinar a Danzo Shimura.
Sabía lo que Danzo representaba para Obito, era la persona que asesinó a Shisui.
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Por las mañanas Ino se dedicaba a acomodar flores en su tienda, así le daba la oportunidad a su madre de descansar un poco más antes de que le ayude a cubrir su turno en la florería.
Ahora se dedicaba a acomodar unos girasoles en los estantes, y al tener el negocio abierto, no le sorprendió escuchar como la puerta se abría para dar paso a un cliente. Su cuerpo entero se tensó al reconocer el chakra de quien estaba parado justo en la entrada, se dió la vuelta para enfrentarlo, encontrándose con un hombre joven de cabello castaño y ojos oscuros. Imaginaba que debía estar usando un jutsu para cambiar su apariencia, pues Madara no estaría delante de ella sin su máscara puesta.
—Ha sido difícil reunirme contigo, Ino Yamanaka. Pareces pasar todo el día en el hospital— Obito mantuvo su transformación, mostrando una sonrisa enigmática mientras se acercaba lentamente a Ino.
Ino, sintiéndose un poco nerviosa por la presencia del Uchiha y su habilidad para infiltrarse en su aldea sin ser detectado, mantuvo la compostura.
—¿Qué quieres?— Ino miró discretamente en dirección al aparador de su tienda, justo donde tenía unas tijeras. Se preguntaba que tan rápido podría llegar.
—Me interesa el intercambio del que has hablado— la voz de Madara interrumpió el hilo de sus pensamientos, los ojos oscuros de él parecían ver con interés las gerberas, mismas que decidió tomar.
—¿Puedo confiar en que me entregarás a Hinata-chan?— la joven Yamanaka apoyó su peso en su pierna derecha y cruzó sus brazos, fue de esa forma en que él pudo notar que estaba molesta.
—Si ella así lo desea, lo aceptaré— le contestó Obito mientras una sonrisa cínica se firmaba en sus labios, sabía perfectamente que a esas alturas Hinata no iba querer irse.
—Haré que Danzo salga de la aldea en dos semanas, aunque probablemente lleve algunos anbu con él— le informó Ino con tal de seguir teniendo su interés, después de tantas vueltas, Itachi y ella habían elaborado el plan perfecto.
—¿Y?— le animó a continuar.
—Lo llevaré hasta el punto medio entre Konoha y Sunagakure, así su combate no llamará la atención. Podrás emboscarlos en el bosque— finalizó Ino, no debía revelar más que eso, de la firma en que engañaría a Danzo no debían hablar, pues sentía que Madara podría tratar de arruinar su idea para hacerlo por cuenta propia.
—Y a cambio quieres los ojos de Mikoto Uchiha para Itachi. Entonces él está vivo— Obito sonrió de nuevo, el que Itachi estuviera vivo no era parte de sus planes, pero realmente le importaba poco, su ex aliado moriría cuando Pain invada Konoha, y para eso sólo faltaba poco.
Obito había decidido que la invasión a la aldea se realizaría el día en que Hanabi Hyuga y Neji Hyuga no estuvieran en la aldea, no dañaría a la familia de Hinata, sabía que se sentía perder a alguien tan especial.
Además, la propuesta de Ino solamente había servido para mover unas fichas antes de jugar su carta final.
Había llegado el momento de debilitar a Konoha.
—Te lo daré también si me aseguras que entregarás a Hinata-chan— le ofreció Ino, tenía a Itachi como su plan b, si Madara no entregaba a su amiga, Itachi podía recuperarla al tener su vista de nuevo.
—Puedes quedarte con él, no me interesa. Sasuke está siendo un buen reemplazo, es alguien más obediente— le respondió Obito mientras se entretenía tomando algunas rosas, Ino comprendió entonces que él no estaba mintiendo, de verdad le importa poco lo que suceda con Itachi.
—De acuerdo, los ojos y Hinata-chan a cambio de Danzo— habló la rubia, levantando su voz para atraer la atención de Madara.
Obito le extendió su mano derecha —Tenemos un trato—
Ino aceptó tomar su mano —Lo tenemos—
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Incómoda por la situación que se estaba desarrollando, Ino tomó su brazo y miró un instante a su padre para luego fijar sus ojos azules en Danzo. La oficina de Danzo era como el lugar horrible que imaginó, sin ventanas, con poca luz y con ojos mirando de todas partes, sus ninja de raíz parecían estudiarla a ella y a su padre con gran detalle.
La joven suspiró, había convencido a su padre de acompañarla pero le hacía sentirse verdaderamente culpable el haberle mentido. Pero la fortaleza de su padre es lo que hacia más realista su mentira, él demostraba que verdaderamente creia en ella.
Para poder hacer creíble su mentira, Ino le pidió a Hinata una de las camisetas de Sasuke, misma que envió con el cuervo de Itachi. Gracias a la prenda, el clon que usaba para imitar a Sasuke podía disfrazar su olor y engañar a cualquiera para pasar como el verdadero, incluso había convencido a Sakura de reunirse con su clon para hacer su trampa más creíble. Estaba segura de que Danzo no podría sospechar.
—Adelante, Ino— le animó su padre tocando suavemente su espalda.
—No quería delatar a Sakura, pero alguien debe hacer algo— murmuró Ino conteniendo las lágrimas, el hombre frente a ella pareció tener cierta compasión por ella.
—¿A Sakura Haruno?— preguntó Danzo, Ino asintió levemente.
—La he visto reunirse con Sasuke-kun a las afueras de la aldea, no he querido decirle a Tsunade-sama porque protegerá a Sakura, como siempre lo hace— continuó la joven Yamanaka, esta vez apretando sus manos, como quien tratara de contener sus sentimientos.
Danzo movió su cabeza para indicarle que comprendía, sabía bien que Tsunade tenía preferencias por su alumna.
—¿Se reúnen seguido?— quiso saber Danzo, sólo como una forma de probar la sinceridad de Ino, él ya tenía conocimiento sobre las visitas de Sasuke Uchiha a su aldea.
—Al menos dos veces por semana, por lo poco que he logrado conseguir de información, Sasuke-kun quiere invadir la aldea— le informó Ino mordiendo su labio inferior y viendo a su padre, como una petición de apoyo.
—La situación es grave, Ino y yo tememos que la Hokage no lo tome en serio— habló Inoichi, aunque hubiera preferido hablar primero con Tsunade, entendía porque Ino quería recurrir a otra persona, y en esa ocasión confiaría en la idea de su hija, que ya se había esforzado mucho al delatar a una de sus mejores amigas.
—Tienen que atrapar a Sasuke-kun, él ahora está con Akatsuki, debe saber dónde tienen a Hinata-chan— para ese momento, Ino no logró contener sus lágrimas y un sollozo escapó de su boca. Su padre le acarició los hombros como una muestra de consuelo.
Danzo intentó disimular su asombro ante las palabras de Ino, por un momento había olvidado a la hija de Hiashi. Si lograba rescatarla, seguramente podría ganarse su confianza, además de que Hiashi y los Hyuga estarían en deuda con él.
—Gracias por su información—
Ino se sintió menos tensa, Danzo había caído en su trampa.
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Con ayuda de Ino, Danzo había logrado interceptar una carta de Sasuke a Sakura, y con eso había iniciado una comunicación con el propio Sasuke. El Uchiha estaba dispuesto a entregar a Hinata a cambio de un enfrentamiento contra él, por lo que deducía que ya debía estar enterado de lo que sucedió con Itachi en el pasado.
Danzo ahora se dirigía hacia el lugar de encuentro en el bosque, había tenido que ir con pocos anbu para no llamar la atención de Tsunade con su salida, y finalmente sólo pudo llevar a dos personas con él.
Cuando los tres se fueron acercando más al lugar de encuentro, Danzo logró captar a Hinata, la joven estaba amarrada a un árbol, además de llevar una venda que cubría su boca. Al acercarse finalmente a una mejor distancia, incluso pudo notar sus lágrimas. Observó en una de las ramas del árbol en que estaba Hinata a un hombre de máscara naranja y capa como la de Sasuke, el Uchiha tampoco había decidido ir solo, lo cual era predecible.
Sin esperar a que dijera algo, Sasuke se abalanzó contra Danzo, mientras tanto, Obito decidió enfrentar a los dos ninja que lo acompañaban. No quería que nadie le estorbe en el momento en que asesine a Danzo.
La noche era especialmente fría en aquel bosque, un intenso enfrentamiento estaba por desatarse. Obito y Sasuke se encontraban frente a Danzo Shimura, el enigmático líder de raíz que había hecho pactos oscuros en su búsqueda de poder.
La luna brillaba en lo alto mientras Danzo desplegaba el Sharingan implantado en su brazo derecho, listo para enfrentar a los dos Uchiha. Con una mirada despiadada, Danzo desató una serie de jutsus y comenzó a atacar sin piedad especialmente a Sasuke.
Obito, con su Mangekyo activado, esquivaba ágilmente los ataques de Danzo, mientras que Sasuke desplegaba su Chidori para contrarrestar los embates de Danzo. La batalla era intensa, llena de destellos de luz y una energía palpable en el aire.
A pesar de la fuerza y habilidad de Danzo, Obito y Sasuke mantenían la calma y luchaban en perfecta sincronía. Con movimientos rápidos y calculados, lograron acorralar a Danzo, quien comenzaba a mostrar signos de fatiga.
Fue entonces que Danzo decidió revelar el ojo de Shisui Uchiha, Sasuke se sintió más molesto que antes, estaba pensando en que forma atacarlo cuando sintió a Tobi moverse a su lado.
Su compañero le había arrebatado a Danzo el ojo de Shisui.
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Ino estaba recostada en el césped, con sur piernas sobre un tronco viendo hacia las ramas más altas, se encontraba esperando a Madara en el campo de entrenamiento número tres.
Después de la muerte de Danzo, los ninja de su aldea de habían estado movilizando más hacia las fronteras, tratando de proteger cualquier punto débil, incluso los hombres de Danzo habían decidido salir de sus escondites para proteger la integridad de la aldea.
Tsunade había dado el comunicado oficial de que Danzo había salido a una misión diplomática hacia Sunagakure cuando se encontró a un enemigo al que no pudieron identificar, pues los hombres que lo acompañaban estaban desaparecidos y lo único que pudieron encontrar en el sitio fue a Danzo decapitado.
Al final, debido a todo el movimiento en Konoha, Ino había tomado la decisión de que sería mejor citar a Madara dentro de la aldea, él parecía bueno infiltrando en cualquier lugar. Lo que le sorprendió es que él realmente aceite verla ahí.
La Yamanaka se levantó desu sitio al sentir la presencia de Tobi detrás de ella, no entendía como él lograba aparecer sólo en segundos.
—Me sorprende que realmente viniste sola, era tu oportunidad de traicionarme— me comentó Obito con una sonrisa burlona, Ino detestaba su apariencia falsa, le hacía ver más detestable.
—Soy alguien de palabra, a diferencia de ti claramente, ¿Dónde tienes a Hinata-chan?— le cuestionó Ino enfadada, había deseado llevar a Itachi con ella, pero sería muy peligroso sacarlo del hospital sin la autorización de Tsunade. Además, Itachi no estaba en condiciones de tener un enfrentamiento.
—No puedo entregarte a Hinata, ella desea quedarse conmigo— le respondió Obito mientras se inclinaba para depositar un frasco en el suelo, Ino pudo distinguir los ojos dentro de aquel objeto.
—¿Y quieres que me trague esa estupidez?, Eres un maldito hijo de...—
Ino no logró continuar, sintiendo como todo a su alrededor daba vueltas. Recordaba haber corrido hacia Madara para atacarlo en un acto impulsivo, y ahora había caído bruscamente en un sitio extraño.
¿Estaba muerta?
No, las náuseas que sentía casi la hacían vomitar, eso significaba que seguía con vida.
Se cubrió la boca y se incorporó sobre sus rodillas, creyendo que sería inevitable devolver el estómago, aunque la impresión que se llevó pareció dejar en segundo plano sus ascos.
A unos metros de ella podía ver a Hinata. Sus ojos se llenaron de lágrimas al reconocer su chakra, realmente era su amiga, Hinata se encontraba frente a ella.
—Hinata...—
Lloró feliz, Hinata parecía ajena a su presencia, seguía dedicada a regar las flores del jardín trasero de una casa. Sin esperar más, Ino se levantó para correr hacia su amiga, fue fácil saltar la pequeña cerca de madera que divida las casas, no le importó caer y destrozar algunos de los tulipanes del jardín en que se encontraba Hinata. Con el ruido, ella por fin la notó, dándose la vuelta rápidamente, el Byakugan se desactivó de sus ojos al reconocer a su amiga.
—¿Ino-chan?— murmuró desconcertada.
Ino se abalanzó hacia su amiga, uniéndose a ella en un fuerte abrazo.
—Eres real, eres tú... Te he estado buscando todo este tiempo— la rubia sollozó en contra de su voluntad, no quería que su encuentro se viera opacado por su llanto.
—¿Cómo llegaste aquí?— Hinata acarició el cabello de su amiga, sin saber que debía hacer con ella ahí.
—Fue él, me ha traído— le respondió Ino, comprendiendo que Madara usó algún tiempo de técnica para enviarla con su amiga, y fue hasta ese momento que se percató de que no sentía el chakra del Uchiha, él no estaba con ellas.
—¿Tobi lo hizo?— Hinata le miró sorprendida, Obito no le había comentado nada sobre lo que planeaba.
—Hay que huir, él no está aquí, debemos irnos— comenzó Ino mientras trataba de llevarse a Hinata, pero su amiga se soltó de su mano —¿Hinata?—
—No puedo irme, Ino-chan. Sé que no lo entenderás, pero necesito estar con él— Hinata bajó la mirada, con una mezcla de determinación y tristeza en sus ojos.
—Itachi me lo dijo, sé qué sientes que debes detenerlo pero no tienes porque hacerlo sola, Itachi se encargará de todo— habló Ino con calma, tratando de ofrecer apoyo a su amiga.
Hinata sonrió ligeramente —Es mi deber, cometí el error de enamorarme— terminó confesando, no deseaba que Itachi trate de ayudarle, sabía que Obito se defendería, pero con ella...
—¿Qué dices?— Ino la observó aterrada, la idea de que su amiga estuviera enamorada de un tipo como Madara le parecía imposible.
—Para proteger el mundo como lo conocemos, debo asesinarlo, y lo haré— le dijo Hinata con tono firme, aunque su voz temblaba ligeramente.
Ino quedó sorprendida por las palabras de Hinata y el peso de su confesión. Se acercó a ella con comprensión en su mirada, sabiendo que aquel dilema debía estar consumiendo a Hinata por dentro.
—Hinata...— murmuró Ino mientras notaba las lágrimas rodeando los ojos de su amiga,
—Solamente danos un poco más de tiempo, quiero estar junto a él un poco más— sollozó Hinata, porque aunque Obito aceptó silenciosamente que sea ella quien lo asesine, Hinata todavía no quiere dejar morir la esperanza de que puede hacerlo cambiar de opinión.
—No puedes hablar en serio, ¿Quieres quedarte con él?— Ibo frotó su cabeza con ambas manos, tratando todavía de asimilar que su dulce amiga sentía algo por una persona tan corrompida como Madara.
—Ino-chan, yo...—
Ino giró en dirección a dónde había caído antes, viendo la máscara naranja de Madara, entendió que su tiempo se había agotado.
De nuevo se sintió mareada con el viaje, pero ahora reconocía estar en Konoha.
—No lo hice por ti, pensé que le agradaría ver a alguien conocido después de tanto tiempo— le contó Obito mientras observaba de nueva cuenta el frasco que contenía los ojos para Itachi, ayudar al Uchiha tampoco estaba en sus planes originales.
Ino sollozó, Hinata realmente parecía haber aceptado el cargo que Itachi dejó en ella, su amiga quería detener a Akatsuki.
—No me voy a rendir, la traeré de regreso incluso en contra de su voluntad— le contestó Ino, quién lo miraba enfadada.
—Intenta cuánto quieras, no te entregaré a Hinata— Obito suspiró, le divertía molestar a Ino pero a ese punto ya comenzaba a ser aburrido —Pero a cambio, te tengo un obsequio de Sasuke— le dijo al mismo tiempo que le tiraba un cassette.
—¿Qué es esto?— Ino atrapó el cassette por reflejo.
—Es una prueba que limpia el nombre de Itachi— confesó, llevar a Hinata a su pelea con Danzo tuvo un mayor propósito que el de curar a Sasuke al terminar.
Obito había decidido ayudar a Sasuke a limpiar el nombre de Itachi solamente porque le convenía hacerlo, por eso Hinata llevaba algunas grabadoras escondidas en su ropa. Todo lo que Danzo había confesado estaba dentro de ese cassette. Obito presentía que Ino estaría dispuesta a ayudar a Itachi haciéndole saber a Konoha toda la verdad, y el moría por ver la reacción de su aldea ante las palabras de Danzo.
—¿Qué?— Ino le miró sorprendida.
¿A qué se refería exactamente?
—Danzo confesó que la masacre del Clan Uchiha fue una orden que le dió a Itachi— habló Obito antes de irse usando su técnica, no podía permanecer más tiempo ahí.
Ino abrió aún más sus ojos, quedándose en el campo de entrenamiento, totalmente asombrada por aquella revelación y sin saber bien que debía hacer ahora.
¿La masacre Uchiha fue una orden de Danzo?
¿Habían obligado a un adolescente a asesinar a su familia y amigos?
Ino apretó el cassette contra sí misma, realmente no sabía todo lo que había detrás de la figura de Itachi Uchiha.
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Notas de la autora:
• Puede contener errores ortográficos.
• Disculpen la tardanza, tomé unas vacaciones :'D
• Quizá es corto el capítulo pero en sí tenía que hacerlo de esa forma porque es algo más como una transición hacia un nuevo y pequeño arco en la historia. Se viene una etapa de cambios en Konoha e Ino será la causante 👀
• Sasuke decidió seguir el consejo de Hinata, por eso quiere que todos se enteren de lo que le hicieron a su hermano.
• Y bueno, el encuentro entre Hinata e Ino también es algo que decidí que debía suceder, Hinata tenía que poder desahogarse con alguien sobre lo que debe hacer y lo que quiere hacer. Realmente aceptó que debe matar a Obito, pero le agrada estar viviendo con él y tratará de seguir en esa burbuja el mayor tiempo que pueda.
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