Capítulo XII: Amnesia.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
Ino Yamanaka apareció en la habitación de Itachi Uchiha con un ramo de tulipanes en sus manos, mismo que depositó en el jarrón que estaba sobre el buró a lado de la cama. No le gustaban las habitaciones de hospital, así que las flores le ayudaban a relajarse. Observó cómo los pétalos de colores brillantes añadían un toque de calidez al ambiente frío y estéril del lugar.
Los tulipanes, con su belleza simple y serena, parecían irradiar una energía positiva en toda la habitación.
—Sé que estás despierto— le dijo Ino con un corto suspiro, al mismo tiempo que tomaba asiento en la silla junto a la cama de Itachi.
—Buenos días, Ino-san— respondió Itachi, abriendo lentamente los ojos y girando la cabeza hacia ella. Su voz era suave, pero llena de gratitud. Apreciaba el gesto amable de Ino, quien se había convertido en una aliada comprensiva y atenta.
—Llevas ya tres semanas pero no mejoras, y no es por tu pelea con Sasuke, esas heridas han sanado— Ino se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en la camilla, dedicándole una mirada de preocupación.
—Te lo dije antes, Ino-san. Estoy enfermo, no hay una cura para eso, porque ni siquiera han podido descubrir que es lo que tengo— contestó con sinceridad, sabía que la recuperación después de su batalla sería un proceso lento, y que le daría tiempo para idear un nuevo plan, aunque seguía teniendo el mismo problema de antes. Su corazón pronto dejaría de latir.
—No pienso dejar que mueras, créeme. He estado estudiando para encontrar una cura— habló Ino apretando su bata médica, se sentía frustrada por tener la vida de Itachi entre sus manos.
—¿Por qué estás tan interesada en mi?— preguntó Itachi, con una ligera sonrisa que apenas se asomó en sus labios.
—Te necesito con vida, le pediré al maniático de tu amigo un intercambio. Hinata por ti— se apresuró a explicar Ino, ignorando el calor que sentía en sus mejillas.
Itachi rió ligeramente ante su plan —Lo has subestimado, no creo que funcione. Madara no dejará ir a Hinata por mi— en su condición, ya no era de utilidad para Kagami Uchiha, y él parecía verlo como competencia cuando se trataba de Hinata.
—Sé que intentas engañarme, pobre de ti si intentas escapar. No te dejare ir— le advirtió la Yamanaka, que no creía para nada en la historia de que Itachi no era importante para Akatsuki.
—Me gustaría verlo, Freesia— habló Itachi con cierto ánimo, su sonrisa logró descolocar más a su acompañante.
—¿Cómo m-me llamaste?— las mejillas de Ino tomaron un fuerte color rojo, debió esconder su rostro tras su flequillo para que él no pudiera notarlo.
—Lo siento, eres cálida como esas flores. Me recuerdas a las freesias que mi madre solía plantar en su jardín— le dijo Itachi sin dejar su sonrisa de lado.
Creía que era un apodo apropiado para ella, debido a que sólo podía distinguir el color morado de su ropa, y ese era el color favorito de su madre. Las flores que ella solía plantar eran en su mayoría moradas, por eso es que terminó asociando a Ino con ese viejo recuerdo.
El sonrojo en las mejillas de Ino aumentó gracias a su explicación —T-tú...— Ino mordió su labio inferior en un intento mantener la compostura —Mejor dime qué juego tienes, ¿Por qué finges amnesia con los demás excepto conmigo?—
—Eres la única en quien puedo confiar por ahora, fingir amnesia me da tiempo— le confesó el Uchiha, sabía que de esa forma no iban a intentar adentrarse en su mente.
—Hablemos de Hinata— le pidió Ino, queriendo volver al tema que realmente le interesaba.
—Debiste rescatarla cuando te dije, ahora no podrás acercarte a ella. Madara estará más alerta— murmuró el joven girando su rostro hacia la ventana, sabía que lo tenían en una habitación en el sótano del hospital, por eso es que no podía ver ningún rayo de sol.
—Tu compañero está obsesionado con ella, necesito rescatarla antes de que le haga daño— la rubia apretó ambas manos, le preocupaba demasiado su amiga. Era evidente que ese hombre no era alguien estable, y temía que le hiciera daño a Hinata si ella ya no se prestaba a su juego.
Itachi suspiró, haciendo notar más su cansancio —Lo sé... Pero, Hinata-san parece poder controlarlo— admitió.
—¿A qué te refieres?— soltó Ino, sintiéndose molesta por su insinuación.
—Creo que Hinata-san corresponde a sus sentimientos, ella está interesada en él, en una menor medida cabe aclarar— comentó mientras tomaba unos segundos para reflexionar sobre la situación de ellos dos.
Kagami era una persona que llevaba demasiado tiempo sin importarle a alguien, y Hinata había llegado para prestarle la atención que él mismo no sabía que necesitaba. Podía entender porque él se encariñó con ella.
—No es posible, Hinata no podría fijarse en él— exclamó Ino levantándose de su silla y golpeando la camilla con sus manos, esa idea le parecía absurda.
—Hinata siente que puede rescatarlo— continuó Itachi, convivir con Hinata le hizo poder conocer un poco más de la joven.
Ella parecía ser así, queriendo ayudar a otros sin obtener algo a cambio, lo hacía solamente por el hecho de que la otra persona lo necesitaba.
—¿Por qué tienes que tratar de ayudar a todos?— Ino apretó sus manos con más fuerza, estaba molesta con Hinata, por ver bondad donde no la había.
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Hinata dejó de correr cuando por fin encontró a Obito al frente de una fogata, asando peces y preparando lo que parecía ser una tienda de campaña. Con la respiración aún agitada, dió unos pasos lentos hacia él para rápidamente terminar corriendo de nuevo en dirección a sus brazos.
Obito la recibió un tanto confundido, pero no se negó al gran abrazo de la joven, que se aferraba a él con fuerza.
La Hyuga todavía se sentía afectada por su conversación con Izanami e Izanagi, pero ahora había un poco más de esperanza para ambos. No iban a morir a manos de la reencarnación de Indra, en esa vida, ella podría estar con Obito.
—Obito-san, no lo sentía— Hinata sollozó contra su torso, llenando su ropa con sus suaves lágrimas —Pensé que se había marchando— susurró, aún sintiéndose ansiosa.
—Solamente me fui un momento para ver a Sasuke, pero eso fue cuando estabas explorando por la mañana. He estado aquí todo el tiempo— le dijo Obito mientras acariciaba su cabeza en busca de poder tranquilizarla, sentía curiosidad por saber que la tenía tan angustiada.
—Obito-san... No quiero que Obito-san se aparte de mi— la joven Hyuga volvió a esconder su cabeza entre el cuello del Uchiha, que para es punto ya comenzaba a preocuparse.
—¿Con quién hablaste que estás tan nerviosa?— quiso saber Obito mientras continuaba acariciando su cabello, suspiró al no obtener respuesta de ella —La luna está hermosa hoy— confesó Obito en voz baja, cambiando de tema para bien de ambos.
Hinata de sonrojó al escuchar su última frase, se apartó de él, levantando la mirada hacia el rostro de Obito, sin importarle que el llanto le haya dado un mal aspecto. Necesitaba ver directamente al Uchiha, y le sorprendió ver el ligero sonrojo pintado en su rostro.
Al principio creyó haber escuchado mal, recordaba que en una de sus tantas noches de chicas con Sakura e Ino, sus amigas le contaban que esa era la frase con que los hombres confesaban su amor.
El Uchiha sonrió ligeramente, imaginaba que ella no había entendido el significado oculto entre sus palabras, pues la miró dirigiendo sus bonitos ojos en dirección a la luna llena.
—¡Obito-san me gusta!, ¡Me gusta mucho!— confesó con un fuerte grito y los ojos cerrados. Se sentía tan nerviosa que creía que podía desmayarse en cualquier segundo.
—Eres muy tierna— habló él conmovido, Hinata abrió sus ojos lentamente, se había sorprendido cuando sintió que Obito acariciaba su mejilla.
—Obito-san...—
—También me gustas, ojos de ángel— se sinceró Obito para después depositar un corto beso sobre su frente —Pero no estoy seguro de que debas estar conmigo—
—¿De qué habla?— confundida, Hinata se apartó de él. Ahora los dividía la distancia de los brazos de la Hyuga.
—Lo mejor será que te regrese a tu aldea— le dijo Obito, evitando por un segundo los ojos tristes que le veían. No deseaba hacerlo, no quería separarse de ella, pero Konan tenía razón, ese no era un sitio para ella.
—N-no... No puede decirme eso, no después de esto— le reclamó Hinata con la voz agitada —Obito-san corresponde a mis sentimientos—
—Por eso necesito protegerte, no voy a desistir a mis planes, Hinata— la interrumpió el Uchiha sujetando los hombros de la joven, que de inmediato lo apartó sin delicadeza —Y cuando estoy contigo, olvido cuál es mi verdadero propósito—
—¿Sus planes?— repitió ella, conocía vagamente lo que Obito buscaba gracias a Itachi, pero hasta ahora, Obito nunca le había contado su verdadero objetivo.
—Voy a crear un mundo sin guerra, un mundo en que todos puedan vivir en paz— inició Obito, tomando las manos de la ojiperla con la esperanza de poder trasmitirle de esa forma su honestidad.
—¿Cómo puede lograrlo?— indagó ella con una curiosidad evidente en su voz.
—Con el Tsukuyomi Infinito, es el genjutsu de mayor nivel. Pienso proyectarlo en la luna— le reveló Obito pero sin entrar en demasiados detalles, ella no debía saber el proceso que tenía que seguir para completar su plan. Estaba seguro de que no estaría de acuerdo.
—A Shisui-kun no le habría gustado esto— Hinata le miró enfadada, sus ojos rodeados de lágrimas parecían una mezcla de decepción y enojo.
Era la misma mirada de Shisui.
Obito se levantó del suelo en qué estaba sentado, le molestaba demasiado el hecho de que Hinata creía conocer mejor a su hermano que él mismo.
—Yo no pienso vivir en un mundo donde mi hermano no esté— habló Obito con un ligero temblor que recorría su cuerpo. Para que su vida tuviera sentido necesitaba recuperar lo que le arrebataron.
—Será sólo una ilusión— lo intentó disuadir, poniéndose de pie para poder acercarse nuevamente a él.
—Si es necesario crear una ilusión para estar en un lugar donde Shisui vuelva a sonreír, entonces lo haré— la cortó Obito, dando por finalizada esa conversación.
El Uchiha caminó con determinación, sus pasos resonaban en el sendero de hierbas y ramas secas que conducía a los antiguos templos de la aldea. La brisa del bosque parecía susurrar entre los árboles, como si intentara consolar su alma atormentada. Sabía que lo que quería hacer desafiaba las leyes de la naturaleza y la moral, pero su dolor era demasiado profundo para ser ignorado. La pérdida de Shisui había dejado un vacío en su corazón que ninguna realidad podía llenar.
Hinata observó cómo la figura de Obito se perdía entre las sombras, sintiendo una mezcla de preocupación y frustración. Entendía el dolor de perder a alguien querido, pero también sabía que vivir en una ilusión no era la respuesta. Quería detenerlo, convencerlo de que enfrentar la realidad era el camino correcto, pero las palabras no parecían suficientes para alcanzar el corazón endurecido de Obito. Sus ojos perla reflejaban la tristeza y la frustración de ver a la persona que amaba consumido por su dolor.
Mientras Obito se alejaba de Hinata, sus pensamientos se centraron en los recuerdos de Shisui. Recordaba su risa, su fuerza y la luz que siempre traía a sus días más oscuros. Si crear una ilusión podía devolverle esos momentos, aunque fuera temporalmente, estaba dispuesto a pagar cualquier precio. Con una determinación inquebrantable, había decidido desafiar a los dioses y la realidad misma para recuperar lo que había perdido.
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En la oficina de Tsunade se encontraban la mayoría de los principales involucrados en la tarea de encontrar a Hinata Hyuga, a excepción de Ino, que como igual que los últimos días, pasaba todo su tiempo en el hospital. Tsunade dirigía la junta de ese día, siendo acompañada por Shizune y en ese día por Jiraiya también. Hiashi, Neji y Tokuma eran los principales representantes del clan Hyuga, siendo asesorados por Kakashi y Natsuki, como ya se estaba haciendo costumbre, ellos parecían haber formado un buen equipo. Los más jóvenes resultaron ser el equipo siete, ocho y diez.
Sakura se sentía un poco cohibida en esa reunión, sentía la profunda mirada de sus compañeros, Neji, Kiba y Shino parecían odiarla al igual que a Naruto. Ellos estaban molestos desde que se enteraron de que mientras trataban de capturar a Itachi, el equipo de diez junto a Tokuma y Natsuki se arriesgaban para tratar de recatar a Hinata. Aquella misión había creado una división entre sus antes muy unidos compañeros. Cómo Kiba les había gritando antes, habrían preferido al menos que les confiesen la información que poseía Ino, así pudieron idear un mejor plan.
—Tener a Itachi con amnesia no será de mucha ayuda para dar con el paradero de Hinata— habló Tsunade con pesadez, consiguiendo que todos volvieran su vista a ella.
—Considero que deberíamos someterlo a un interrogatorio— opinó Shikamaru, quizá podrían adentrarse en su mente para recuperar sus recuerdos perdidos.
—En su condición actual, Itachi no podría resistir un interrogatorio— le dijo Shizune a manera de advertencia, aunque sabía que todos deseaban someter a Itachi a alguna clase de tortura mental, no estaba en condiciones de soportarlo.
—Las cartas que me envió Hinata antes de que me pidiera marcharme de Amegakure nos dan su ubicación— les recordó Natsuki, hasta el momento era la única pista prometedora sobre el paradero de la primogénita de Hiashi.
—Nunca había escuchado hablar de la ciudad de las alturas, algo debe estar mal— murmuró Kakashi más para sí mismo que para los demás, no existía una aldea con ese nombre, no una que él conociera.
—Quizá es una clase de código, Kakashi-sensei. Puede que Hinata nos estuviera cifrando su carta por si era interceptada— intervino Sakura al ver que su maestro parecía meditar aquel asunto.
—Si es así, debemos descifrarlo antes de que pase más tiempo. Hinata dijo en su carta que sólo estaría unos días en ese sitio— les pidió Naruto con una preocupación evidente, sentía que solamente estaban perdiendo el tiempo con reuniones sin sentido. Debieron empezar a buscar desde que Natsuki había llegado con esa información.
—No se trata de un código, esa aldea existe, aunque es prácticamente una ciudad perdida— comenzó Hiashi mientras apretaba el bastón que llevaba para poder caminar mejor. La enfermedad de su corazón avanzaba rápido y no se detenía, le preocupaba morir antes de haber podido encontrar a su hija.
—¿A qué se refiere?— preguntó Jiraiya, por fin se sentía interesado en la conversación.
—Es una de las aldeas de nuestros antepasados, Madara Uchiha robó la información que teníamos cuando atacó a mi clan después de asesinar a Hoshi Hyuga— les explicó el Hyuga, para todos era conocida la historia sobre el gran enfrentamiento de Madara Uchiha y Hashirama Senju, pero muy pocos sabian que Madara atacó a su clan para provocar al Hokage.
—Debe haber un propósito para llevar a Hinata a esa aldea, quizá quieran usar sus ojos para poder explorar los secretos del Byakugan— continuó Kakashi tras pensarlo bien, si en el pasado Madara Uchiha había robado esa información, queria decir que aquella aldea escondía algo.
—Estoy de acuerdo, probablemente quieran robar sus ojos después— Hiashi cubrió su boca con un pañuelo para ser más discreto con su tos, no le sorprendió ver sangre en su pañuelo.
—No creo que estén mucho tiempo en ese sitio, su base parece ser Amegakure— ignorando el semblante pálido del padre de su amiga, Shikamaru decidió seguir tratando de analizar las acciones de Akatsuki.
—Creo que deberíamos tratar de buscar la aldea donde está Hinata antes de que la lleven a Amegakure, infiltrarse ahí será más difícil— les dijo Shino, apartando algo por primera vez en esa reunión. Si alguien tan capacitada como Natsuki había sido descubierta en menos de una hora, quería decir que era un sitio difícil de acceder.
—Shino tiene razón, debemos buscar la ciudad de las alturas— apoyó Kiba, que estaba seguro de seguir a Shino en todo lo que dijera. Aunque no lo decían, Shino era como su lider de equipo.
—No será sencillo, todo lo que sabíamos sobre su ubicación se perdió— les recordó Tokuma, su antepasado también era el hijo de Hoshi Hyuga, aunque a diferencia de Hiashi, a su familia le había tocado formar parte de la rama secundaria.
—Debe haber algo que nos ayude, no me agrada la idea de que un Akatsuki esté mejor enterado de la ubicación de la aldea que permaneció a nuestros antepasados— murmuró Neji con cierto rencor por la persona que tenía a su prima. No le había contado a su tío para no preocuparlo, pero ese hombre parecía tener un interés peculiar en Hinata.
—Quizá los ancianos del clan Hyuga puedan tener algunas respuestas— comentó Choji con cierta duda, en su clan los ancianos eran quienes más sabían sobre todo lo referente a la historia, quizá en el clan Hyuga podría pasar algo similar.
—Mi abuelo Bin solía hablarme sobre las historias que su madre le contaba, Hoshi decía que se encontraba en lo alto de una montaña, cerca del país del hierro— les confesó Hiashi, después de Hoshi, el Clan Hyuga no se había interesado demasiado en investigar sobre esa aldea. Hoshi Hyuga ya había obtenido las técnicas secretas de su clan, así que no creían poder sacar más provecho a una ciudad perdida.
—Por eso la llaman ciudad de las alturas— murmuró Naruto, encontrando sentido a su nombre.
—Podemos reducir nuestra búsqueda con esa información, en el país del hierro sólo hay cinco montañas que son tan altas como para que nadie las haya querido explorar— les dijo Kakashi con cierto alivio, ya no sería tan difícil dar con la ubicación de la aldea.
—Sai nos podría apoyar con la búsqueda, puede crear algunas aves que les ayuden a buscar desde las alturas— Tsunade sonrió ligeramente, sintiendo más confianza gracias a las palabras de Hiashi y Kakashi. La ciudad de las alturas ya no le parecía una aldea del todo perdida.
—Y deberíamos incluir al menos a un Hyuga en cada equipo, sus ojos nos ayudarán a encontrar la aldea— le propuso Hiashi, con gente de su clan la búsqueda sería más efectiva.
—Entonces nos prepararemos para partir mañana— ordenó Tsunade, ganando que todos comiencen a asentí o a celebrar en silencio, como era el caso de Naruto.
—Yo iré a Amegakure— habló de pronto Jiraiya, llamando la atención de los demás —Debemos contar con la posibilidad de que Hinata no se encuentre en la ciudad de las alturas. Y tenía tiempo queriendo investigar Amegakure— agregó, la búsqueda de aquella joven sólo era una razón más para seguir con sus planes.
—En su carta, Hinata menciona que hay una mujer que puede manipular el papel a voluntad, es alguien difícil de enfrentar— le dijo Natsuki para que Jiraiya decidiera mantener cierta cautela, si Hinata le había prácticamente suplicado que se marche, debía haber una razón muy importante. Su vida corría peligro en Amegakure.
—Y aparte de Tobi, hay un hombre más al que Hinata no pudo describir. Aunque dice que es alguien a quien incluso Itachi no se atrevería a enfrentar— completó Shikamaru, él también había leído las cartas de Hinata una y otra vez, esperando ver algo que pudiera estar pasando por alto. Ella no les pedía huir porque quisiera quedarse en ese sitio, ella realmente estaba preocupada por su seguridad.
—Ni lo intentes, Jiraiya— le advirtió Tsunade, su tono de voz dejaba en claro que no estaba dispuesta a hacer de esa propuesta una discusión.
—Es algo que debo hacer— aseguró Jiraiya, dando por finalizada esa reunión.
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Ino había estado trabajando incansablemente, tratando de descubrir la causa de la misteriosa enfermedad de Itachi. A pesar de sus esfuerzos y conocimientos médicos, no lograba encontrar una explicación clara. Lo que más le llamaba la atención era que los síntomas de Itachi resultaron ser sorprendentemente similares a los que comenzaron a manifestarse en Hiashi Hyuga. Esta coincidencia despertó su curiosidad y la necesidad de investigar más a fondo.
Decidida a encontrar una solución, Ino pensó en pedir ayuda a alguien con habilidades únicas que pudieran proporcionar una perspectiva diferente. Fue entonces cuando recordó a Neji, conocido por su Byakugan, y su gran habilidad que le permitía ver el flujo de chakra y detectar irregularidades internas. Ino estaba convencida de que la visión de Neji podría revelar algo que sus métodos convencionales no habían logrado detectar hasta el momento.
Gracias a que Neji había accedido a su petición, Tsunade y Shizune se habían reunido con ellos para presenciar el análisis de Neji sobre Itachi. Jiraiya y Kakashi también se encontraban en la habitación, únicamente como método de seguridad contra Itachi. Aunque gracias a Ino, el Uchiha estaba inconsciente gracias a un sedante.
Mientras Neji seguía examinando a Itachi con ayuda de su Byakugan, Kakashi parecía reflexionar para sí mismo. Nunca imaginó que tendrían a Itachi de regreso, menos que estarían usando a una de sus ninjas médicos más talentosas para encontrar una cura a su enfermedad. Si bien era cierto que Itachi no los atacaba o intentaba escapar debido a su amnesia, Kakashi aún se mantenía alerta, pronto llegaría el momento en que Itachi pueda recordar de nuevo.
—¿Puedes ver algo?— le preguntó Ino, sintiéndose un poco preocupada.
Neji llevaba visualizando a Itachi por poco más de una hora, tenía al Uchiha inconsciente por un sedante que le administró sin que él lo supiera, sólo así podía conseguir que lo examinen.
Hasta el momento, Ino no lograba comprender porque Itachi no parecía estar interesado en recuperarse, y eso sólo conseguía que su tarea de encontrar una cura se volviera más difícil.
—Hay una alteración en su corazón, pero no se debe a que su red de chakra esté perturbada— le informó Neji sin dejar de ver el mismo punto, no lograba encontrar una explicación clara para lo que había descubierto.
—Entonces hay otro factor que está alterando su corazón— murmuró Tsunade pensativa, nunca había tenido a un paciente con síntomas similares a los de Itachi Uchiha.
—Ninguna enfermedad cardíaca que hayamos registrado es similar a la de Itachi— habló Shizune para su maestra e Ino, que parecían perdidas en sus propios pensamientos.
—Al menos ahora ya saben que el problema principal es su corazón— les dijo Kakashi cruzando sus brazos, ahora tenían una pista más fuerte que podían seguir.
—No es suficiente— se quejó Tsunade.
Neji forzó un poco más su vista para tratar de ver lo que tanto llamaba su atención —Hay otro hilo de chakra en su corazón, no parece estar conectado a su red pero puedo ver energía en ese pequeño hilo. Es muy delgado— intentó explicar el Hyuga, es como si dentro de Itachi hubiera algo ajeno a su sistema que también desprendía cierto nivel de energía.
—Parásitos— susurró Ino, llamando la atención de los presentes —Es lo más factible— aseguró, con esa teoría cobrando más fuerza dentro de su mente.
—¿Por qué lo crees?— indagó Tsunade, fijando su vista en ella.
—He estudiado todas las enfermedades cardíacas y los venenos que afectan al corazón, ninguno genera los síntomas de Itachi, debe tratarse de un parásito— comenzó a explicar Ino, sintiendo como su por fin encontrara la respuesta a todas sus dudas. Neji había logrado darle un sustento a sus ideas.
—Puede ser alguna nueva enfermedad— Shizune trató de persuadir a la joven, pero ella estaba lejos de dejarse llevar por su superior.
—Esto es solamente una hipótesis que he estado elaborando, pero... Cuando ayudaba hace dos años a Kiba y a su hermana en el tratamiento de sus perros ninja, encontramos varios casos en qué los perros se veían afectados por un gusano del corazón— inició a relatar Ino, su convivencia con Kiba y su hermana le habían ayudado para entender muy bien el funcionamiento de los perros y de sus extraños parásitos —Sus síntomas comenzaban con una tos, le seguían la dificultad para respirar, fatiga o debilidad y la anemia. Su fin era el paro cardíaco— finalizó la Yamanaka, ese era el destino que le esperaba a Itachi. Pues ya lo había salvado de su primer infarto hace una semana.
—Pero los gusanos del corazón no se transmiten a los humanos— opinó Kakashi, aunque Ino tenía razón, los síntomas de Itachi encajaban perfecto para ese parásito. Incluso parecía que Neji lo había visto.
—Sé que no pueden, no son capaces de sobrevivir, pero que tal si es un caso único— continuó Ino, esperando que los demás entendieran porque tenía puesta su esperanza en esa teoría.
—Ino tiene razón, en el pasado, Orochimaru solía crear parásitos para eliminar a sus enemigos a largo plazo. De esa forma también evitaba ensuciarse las manos— interrumpió Jiraiya, que hasta el momento había permanecido en silencio, sólo analizando cualquier posible movimiento de Itachi.
—Puede que Orochimaru quisiera atacar a Itachi cuando se unió a Akatsuki, con el propósito de robar sus ojos— aceptó Kakashi, puesto que parecía la vía más acertada —Pero no tiene motivos para dañar a Hiashi, además, ellos dos nunca han interactuado— ante esa afirmación, la habitación se llenó de silencio.
Incluso Ino no tenía una respuesta.
—Hay una persona a la que le puede interesar la muerte de mi tío— se atrevió a decir Neji, desactivando su técnica para poder dirigir su mirada a los demás en la sala. Ya había terminado con Itachi Uchiha.
—¿Quién?— indagó Tsunade, apretando ligeramente la mandíbula.
—Antes de que mi tío enfermara, Danzo fue a visitarlo, quiso ganarse su favor para nombrarse Hokage en el futuro. Mi tío no aceptó, él dijo que Kakashi-sensei le parecía una mejor opción— les informó Neji, si bien al principio no le pareció algo importante aquel encuentro, por la actitud de Danzo con su tío los siguientes meses, entendía que no estaban en buenos términos.
—En el pasado, Danzo y Orochimaru llegaron a ser cercanos debido a experimentos en común— recordó Kakashi un tanto cansado, la situación sólo parecía complicarse más.
—Es posible que hayan descubierto la forma de evolucionar al gusano del corazón. Mientras Orochimaru colocó un primer prototipo en Itachi, Danzo usó algo de mejor calidad— Jiraiya frotó su barbilla, cansado de que su amigo le siguiera dando problemas incluso después de haber muerto.
—Eso explicaría porque el gusano tardó tanto en llevar a Itachi a este punto, pero a Hiashi-sama lo hizo caer más rápido— Shizune abrió más sus ojos, entendido por fin la gravedad de todo lo que estaban planteando.
Danzo intentaba asesinar a Hiashi.
—Ese maldito infeliz se atrevió a infectar a alguien tan importante como Hiashi— Tsunade apretó sus manos con fuerza, sintiendo una increíble rabia recorriendo su cuerpo. Sus palmas comenzaron a sangrar cuando sus uñas se encajaron en su piel.
Sin esperar alguna otra opinión, la rubia salió furiosa de la habitación de Itachi, dispuesta a hacerle frente y poderlo llevar por fin a un juicio, Shizune salió detrás de ella en un intento por detenerla. Kakashi terminó suspirando, debía seguir el ejemplo de Shizune e ir tras Tsunade, pues no podían acusar a Danzo sin tener pruebas. Neji también se unió a ellos, no creía que fuera pertinente alertar a Danzo, él no debía enterarse de que sabían de sus planes.
Ino se acercó a la cama de Itachi, tomando su mano y usando la otra para tocar su frente, notaba algunas gotas de sudor en el rostro del Uchiha, así que le preocupaba que pudiera tener fiebre.
Jiraiya se quedó un momento en el marco de la puerta, quería irse también, pero la acción de Ino llamó su atención.
—Te prometo buscar información del parásito que tiene Itachi y dártelo antes de irme. Hace muchos años que tengo investigaciones de Orochimaru en mi poder, y ahora que murió es más fácil robar sus laboratorios— le dijo Jiraiya para atraer a la joven, que parecía más concentrada en revisar que medicamento le debía suministrar a su paciente.
—Gracias— le agradeció Ino mientras en sus ojos brillaba un rastro de esperanza.
Jiraiya notó las flores en el buró a lado de la cama del Uchiha y sonrió —Itachi es afortunado de tener tus cuidados— habló con cierto tono juguetón.
Las mejillas de Ino adquirieron un suave tono rojo —No es lo que está pensando—
—Es peligroso enamorarse de Itachi, ¿Sabes?— le advirtió, aunque estaba seguro de que ella no le haría caso.
Ino le recordaba a Tsunade en ocasiones, ambas se negaban a desistir.
—No es así...—
—Ya sé que la amnesia de Itachi es mentira, y parece que él sólo quiere hablar contigo— Jiraiya rió ligeramente, pensando que a las mujeres de verdad les gustaba el amor complicado.
Aunque para fortuna de Ino, Itachi también parecía interesado en ella.
—Nos vemos después, Ino— sin darle tiempo de dar una respuesta, Jiraiya se despidió con un movimiento de su mano derecha y salió por la puerta.
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Hinata estaba tomando un baño en un río que bajaba por la montaña, el agua era fría, pero estar ahí le ayudaba a despejarse. Con sus ojos cerrados, siguió frotando su cabello y tirando agua sobre ella con ayuda de un pequeño recipiente. Estaba agradecida de tener de vuelta su jabón favorito, el olor que dejaba cuando se iba la espuma era muy agradable.
Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando sintió un par de manos en su cintura, quiso atacar, pero entonces la presencia de Obito fue perceptible para ella.
La ojiperla se quedó inmóvil por un momento, tratando de calmar su respiración acelerada. La presencia de Obito era inconfundible, pero la situación seguía siendo inesperada y un tanto incómoda. Lentamente, giró la cabeza para mirar a Obito, quien tenía una expresión seria en el rostro, pero sus ojos mostraban una preocupación genuina.
—Lamento mi comportamiento anterior, ojos de ángel— Obito acarició su espalda desnuda, el agua llegaba a su cintura, lo que le hacía desear sacarla de ahí para poder apreciarla por completo.
—Obito-san...— susurró la Hyuga mientras tomaba las manos de Obito, dispuesta a apartarlo.
—¿Estás enojada conmigo?— el Uchiha recargó su cabeza detrás de la espalda de Hinata, uniendo su frente a la piel húmeda de ella.
—Sí, lo estoy. Obito-san solamente está jugando conmigo— respondió la joven queriendo apartar a su acompañante, aunque era difícil, las manos de Obito se aferraban a ella en un pequeño abrazo.
—¿Por qué crees eso?— le preguntó para después depositar un suave beso en su hombro.
—Le confesé mis sentimientos, dijo que también gusta de mi, pero después... Obito-san quiso regresarme a la aldea— un corto sollozo involuntario se dejó escuchar por parte de Hinata, que trataba de no ceder antes las caricias del Uchiha. Decidió mirar al frente, porque de esa forma Obito no podría verla.
—Lo lamento, es verdad que me gustas— Obito besó nuevamente su hombro, atreviéndose a llevar sus manos a espacios más íntimos de la ojiperla, ganando un ligero gemido de su parte —Y también quiero seguir mis planes, no quiero lastimarte con eso—
—Hay una forma de traer de regreso a Shisui-kun— le confesó Hinata en voz baja, ya lo había pensado después de hablar con Izanami.
—¿Cómo?— indagó, deteniendo por un momento sus toques sobre ella.
—Puedo hacer un trato con Izanami e Izanagi, pedirles que te devuelvan a Shisui-kun— Hinata sonrió, aunque era consciente de que él no la veía por estar a su espalda.
—¿Y qué van a querer ellos a cambio?— el Uchiha se quedó con sus manos puestas en la cintura de Hinata, no sentía un buen presentimiento con esa conversación.
—A mi, haremos un intercambio. Yo ocuparé el lugar de Shisui-kun— la Hyuga miró hacia la luna llena, por el bien de todos y la felicidad de Obito, estaba dispuesta a sacrificarse.
—¿Qué demonios estás diciendo?— Obito tomó el delegado brazo de Hinata para obligarla a darse la vuelta, no podía creer que ella de verdad estuviera considerando la idea de morir, pero la expresión tan serena en su rostro le hacía ver qué ya parecía haber aceptado esa decisión.
—De esa forma, será real— le intentó explicar Hinata.
—No pienso aceptar eso, Hinata. No quiero un mundo del que no seas parte— el Uchiha acarició sus mejillas, ver cómo ella comenzaba a llorar le oprimió el pecho —Estoy enamorado de ti— confesó por fin.
—Yo quiero que Obito-san pueda ser feliz— continuó ella mientras dejaba que él limpie sus lágrimas.
—Entonces quédate un tiempo más a mi lado— besó tiernamente sus labios, disfrutando del contacto y del aumento en su ritmo cardíaco.
—¿Y será suficiente?, Yo no estoy de acuerdo con su plan, siempre tendrá la duda de si lo voy a traicionar o no— la ojiperla se dejó consolar por él, le gustaba como tomaba su rostro entre sus manos.
—Eres a la única que dejaría que me apuñale, ojos de ángel— se sincero, porque si sus planes tenían que fallar, prefería que fueran por la propia mano de la persona que amaba.
—Obito-san...—
Hinata se aferró a Obito cuando este decidió usar su técnica para enviarlos a otro lugar, no reconoció el sitio, pues a diferencia de las guaridas oscuras a las que la llevaba, el interior de esa casa parecía muy acogedor.
—Te amo, Hinata. Aunque quise evitarlo, me fue imposible no caer ante tus ojos— la confesión y el beso que le siguió después subió el calor en sus mejillas, que justo ahora debían estar muy rojas.
—¿Dónde estamos?— preguntó antes de dejarse llevar por completo, Obito se había sentado en la cama de la habitación, y la había llevado consigo para dejarla sobre sus piernas.
—En el país del hierro. Estamos en la casa a la que Shisui y yo veníamos de vacaciones— le explicó vagamente mientras se quitaba el suéter que llevaba ese día, Hinata miró su clavícula con ojos atentos.
La luz de la luna que entraba por la ventana le daba un toque más seductor a su piel.
La Hyuga intentó ayudarle a deshacerse de su ropa, ella ya estaba desnuda, así que necesitaba que estuvieran en igualdad de condiciones para no sentirse tan avergonzada. Se terminó recostando sobre él, aprovechando la cercanía para robar tantos besos como podía.
—Obito-san...— gimió cuando sintió que él comenzaba a jugar con sus dedos.
Sentía uno de sus brazos rodeando su cintura con fuerza, como si le quisiera impedir escapar, entendió el motivo cuando los dedos de su mano derecha entraron en ella con delicadeza. Hinata se avergonzó de su propia voz, su grito había sido tan fuerte que le daba pena pensar que alguien más podría escucharla, le aterraba sólo imaginar a sus vecinos regañando por su comportamiento tan obsceno.
—Puedes llamarme con más confianza— le habló él cerca de su oído, Hinata debió morderse los labios para evitar soltar otro grito.
Cuando sintió sus dedos moviéndose dentro de ella, un gemido involuntario salió de su boca. Se cubrió los labios con ambas manos, no podía evitar esa reacción de su cuerpo, una voz que desconocía como propia escapada desde su garganta sin que ella pudiera hacer algo para evitarlo. Su cuerpo estaba actuando sin su consentimiento.
—Obito-kun— gimió ella, teniendo que apartar sus manos de su boca para aferrarse a los hombros del Uchiha.
Al sentirla preparada, Obito retiró sus manos de ella, para gran decepción de Hinata, que se incorporó nuevamente para quedar sentada sobre él. Quiso preguntar porque se detenía justo en el mejor momento, pero creyó encontrar la respuesta cuando vió su erección. Se sonrojó fuertemente al comprender que sería lo siguiente que harían, y se sorprendió al ser consciente de que realmente deseaba hacerlo.
Sin esperar a que Obito se moviera, Hinata lo tomó entre sus manos para poder explorar un poco antes de finalmente llevarlo hasta ella. El tacto contra su piel parecía muy caliente, pero ver el rostro sonrojado de Obito y sus ojos puestos en cada uno de sus movimientos logro excitarla más.
—Te amo, ojos de ángel— Obito tomó sus manos cuando ella por fin se acomodó sobre él, permitiendo con eso que sea ella quien lleve el ritmo esa noche.
—Yo también te amo— Hinata le miró feliz, entusiasmada por su confesión y ese momento tan íntimo que compartían.
El cuerpo de Hinata subía y bajaba sobre el Uchiha, sus movimientos eran lentos al principio pero aumentaban conforme ella iba encontrando el ritmo adecuado. Los constantes choques de sus cuerpos lograban que el placer se fuera intensificando, la ojiperla sentía un placer tan profundo que le obligaba a gemir con más fuerza.
De vez en cuando se inclinaba más sobre Obito para alcanzar sus labios, sellando de esa forma cualquier ruido de su parte. Mirándola con anhelo, el Uchiha se apoyó en sus codos para poder bajar al cuello de Hinata, deslizándose hábilmente por su piel con húmedas caricias. Cuando él llegó a sus senos, la cabeza de Hinata pareció nublarse por unos minutos e inconscientemente terminó clavando sus uñas en los hombros de Obito.
Sus respiraciones al igual que sus latidos se fueron acelerado, ambos comenzaban a agitarse, perdiendo la noción del tiempo y sólo importando la unión que ambos estaban teniendo. En los últimos momentos, Obito decidió ayudarle sosteniendo su cintura para aumentar la velocidad de sus embestidas, fue tanto su placer que Hinata terminó mirando perdida hacia el techo mientras el Uchiha mordía su hombro y dejaba una marca sobre su blanca piel. Sentían el final cerca, el placer que se había instalado en ambos buscaba salir con fuerza.
El primero fue Obito, quien con una última embestida terminó llegando a su límite, Hinata le siguió enseguida, sintiendo su cuerpo vibrar cuando percibió todo dentro de ella.
La Hyuga se dejó caer sobre Obito, fascinada con la sensación de estar tan unida a él.
Ella aún respiraba entrecortadamente cuando percibió que Obito se apartaba de ella con la clara intención de continuar. Sus ojos brillantes por el deseo observaron como se posicionó entre sus piernas para embestirla nuevamente, siendo él quien estaba desde arriba en esa ocasión.
Hinata se dejó llevar por sus caricias, no quería perder esa fantástica conexión con Obito.
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Ino iba corriendo por los pasillos del hospital hacia la habitación de Itachi, después de la intervención que le hizo para quitarle el parásito con éxito, la recuperación de Itachi había sido un poco lenta, lo que generaba preocupación en la joven Yamanaka. Ella sentía una responsabilidad especial por su estado y por eso, todos los días, sin falta, se dirigía a verlo para asegurarse de que estaba mejorando y también para ofrecerle su apoyo. Ella era el único médico que visitaba a Itachi, pues tanto Tsunade como Shizune no parecían ni un poco interesadas.
Mientras ella seguía corriendo por el pasillo, Shikamaru tomó su brazo para detenerla. La repentina acción sorprendió a la joven, estaba tan absorta en sus pensamientos sobre la salud de Itachi que no se percató de la presencia de Shikamaru. Con una mezcla de sorpresa y confusión, Ino giró para encontrarse con la mirada seria de su amigo.
—Tenemos que hablar, Ino— le dijo Shikamaru con un tono lleno de frustración y molestia.
Ino, aún con la urgencia de ver a Itachi reflejada en sus ojos, asintió lentamente —Llevo prisa, Shikamaru. Espero que sea rápido— agregó ella mostrándose impaciente.
—¿De nuevo verás a Itachi?— el Nara subió su ceja derecha, un poco desesperado por la actitud que había tomado su amiga las últimas semanas.
—Necesito que se recupere— respondió Ino con un suspiro profundo. Entendía a dónde podría querer llegar su amigo, pero ella sentía que su deber era estar ahí.
—¿Por qué estás tan obsesionada con Itachi?— le reclamó repentinamente Shikamaru, consiguiendo que Ino se sorprenda por su actitud —Desde que lo rescatamos no dejas de esforzarte por él, esto ya ni siquiera tiene que ver con Hinata—
—¿Qué dices?, Lo estoy cuidando por ella, necesito que Itachi esté vivo para el intercambio— le gritó ella furiosa, insinuar que le importaba más Itachi que Hinata había conseguido encender una gran molestia en ella.
—Él podía sobrevivir hasta el intercambio sin necesidad de que cures su enfermedad, ahora debemos esperar hasta que termine su tiempo de recuperación— soltó Shikamaru, contagiado del mal humor de su amiga. Igual que otros, consideraba que Ino solamente perdía el tiempo, y alguien debía hacérselo entender.
—Estoy curando su enfermedad para poder tratar de mejor forma al padre de mi mejor amiga— Ino golpeó el hombro de Shikamaru con su dedo índice —Hiashi-sama también está enfermo, Itachi es la forma de poder curarlo sin tener los riesgos que tuvimos con él— le explicó, aunque muy en su interior sentía que no tenía porque hacerlo.
—No me mientas, Itachi se volvió tu proyecto personal, pero no por el padre de Hinata— le dijo Shikamaru con ironía, el interés de Ino por Itachi ya comenzaba a preocupar a Choji también.
—Ahora resulta que todos creen saber sobre mi relación con Itachi— se burló Ino, detestaba que ahora todos fingían estar preocupados por ella.
—Sé que él no tiene amnesia, los escuché hablando la semana pasada. ¿Siquiera le has preguntado por Hinata?, Porque parece que ella ya no te interesa— continuó Shikamaru, dejando salir todo lo que se había estado guardado. Estaba celoso por la cercanía de esos dos, pero estaba todavía más molesto porque justo ahora él resultó más involucrado en la misión de encontrar a Hinata que la propia Yamanaka.
Los ojos de Ino brillaron con enojo, su cuerpo reaccionó por instinto, dando una gran bofetada a su amigo. El golpe resonó por todo el sitio, y sumado a los gritos de antes, el escándalo terminó por llamar la atención de las enfermeras del hospital. Incluso el equipo siete que también se encontraba ahí había decidido acercarse a ellos al verlos discutir.
—Chicos creo que sería bueno que ambos se relajen un poco— intervino Kakashi, en vista de que los dos jóvenes seguían dando miradas asesinas al contrario.
—¿Shikamaru te está molestando, Ino?— Sakura se acercó a Ino, que en silencio aceptó que Sakura toque su hombro.
—Solamente digo la verdad, Ino nos está ocultando cosas— Shikamaru se cruzó de brazos, toda esa situación se estaba volviendo demasiado problemática.
—¿De qué hablas?— preguntó Naruto, sintiéndose confundido.
—Itachi no tiene amnesia— terminó confesando Ino, para gran sorpresa del equipo siete y del mismo Shikamaru, que no esperaba que ella realmente se los diría.
—¿Él sabe dónde está Hinata?— Naruto tomó a Ino de su bata médica, desesperado por el silencio de su amiga.
—Naruto— le advirtió Kakashi, logrando que el rubio suelte a la joven.
—Le es imposible saberlo con exactitud, pero cree que puede haber regresado a Amegakure, por eso ustedes no la encontraron en la ciudad de las alturas— les explicó Ino bajando la mirada, entendía la molestia de Naruto, pero dolía más ver su mirada decepcionada.
—Entonces deberemos esperar a tener noticias de Jiraiya-san— les dijo Sakura en un intento de mejorar el ánimo.
—Sí, él podrá encontrarla— Naruto sonrió un poco cuando sintió la mano de Kakashi sobre su hombro, confiaba plenamente en Jiraiya.
Ino bajó la mirada, sintiéndose molesta con Shikamaru por ponerla en esa situación.
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Ino estaba acomodando flores en el buró al lado de la cama de Itachi, como ya se le había hecho costumbre. Cada día, seleccionaba con cuidado las flores más hermosas y frescas de su florería. Sin embargo, hoy su expresión parecía diferente, más sombría, como si una nube oscura hubiera empañado su habitual brillo.
—Las flores de hoy... Pareces estar triste, Freesia— comentó Itachi, moviendo su rostro hacia a Ino. Había llegado a conocerla bien en esas visitas diarias y podía percibir los cambios sutiles en su humor.
Ino se detuvo por un momento, sus manos todavía sosteniendo un ramo de lirios blancos. Suspiró profundamente antes de responder.
—Jiraiya-san falló en su misión de rescatar a Hinata, murió en batalla a manos de Akatsuki— un sollozo involuntario se dejó escuchar por parte de la joven Yamanaka, estaba preocupada por la estabilidad de Naruto, que recién había partido a un nuevo entrenamiento
—Lo siento— Itachi se incorporó para sentarse sobre la camilla —Yo te traeré de regreso a Hinata-san. Esta noche me iré de la aldea, necesito encontrarla para saber que tanto han avanzado los planes de Madara— su voz era suave, pero cargada de una preocupación genuina.
—No te puedes marchar, tu operación fue hace poco y aún no te has recuperado— sus ojos azules de inmediato se fijaron en Itachi, se encontraba tan enfrascada en sus flores que no se había percatado de que Itachi trataba de ponerse de pie.
—No puedo seguir aquí y permitir que Sasuke trabaje para Madara, necesito enfrentarlo— le explicó Itachi tranquilo, que para sorpresa de Ino, podía ponerse de pie sin problemas aparentes.
—¿Cómo piensas enfrentar a Madara si ni siquiera puedes ver?— le gritó Ino con gran molestia, Itachi se sorprendió ante su respuesta.
—¿Cómo te diste cuenta?— indagó el Uchiha suspirando, creyó estar manejando mejor el problema de su ceguera para que Ino no lo note.
Pero quizá con ella sus defensas disminuían.
—¿Creíste que no lo notaría?, Me pusiste ese apodo porque lo asocias con el color de mi ropa, cuando llevo otro tono no me puedes reconocer— agregó Ino apretando sus manos, estaba demasiado molesta con Itachi por querer irse así como si nada cuando ella lo había ayudado en todo.
Se supone que el debía confiar más en ella.
Itachi suspiró nuevamente —Es verdad que no puedo ver, aún así... Me siento culpable con Hinata-san— terminó confesando, ante la perpleja mirada de Ino.
—¿Por qué?— la joven se cruzó de brazos, sentía que se estaba perdiendo de un detalle.
—Dejé en ella el peso de detener a Madara, y no es justo. Hinata-san se vio involucrada solamente por un accidente, no es su deber hacerle frente, es mío— continuó el Uchiha con gran determinación, quizá fue egoísta de su parte dejar en una joven la responsabilidad de salvar al mundo shinobi.
No había alguien que ayude a Hinata, incluso de su enamoramiento por Tobi.
—Necesitarás ver para poder rescatarla— le resaltó lo obvio, Ino quería hacerle entender que en su estado actual lo único que haría es que lo maten.
—Hay una forma, Madara tiene los ojos de mis padres. Sí me haces un trasplante, podré ver de nuevo— le dijo Itachi mientras trataba de caminar por su habitación, había pasado mucho tiempo en cama, y era momento de que trata de recuperar fuerzas.
—¿Dónde puedo encontrarlos?— Ino le miró atentamente, hacer un trasplante de ojos a esas alturas no debería ser tan difícil.
—Es mejor que le hagas tu propuesta del intercambio a Madara— le indicó Itachi mientras trataba de adaptarse a su entorno.
—Dijiste que Madara no iba a cambiar a Hinata-chan— la Yamanaka llevó su mano derecha a su cadera, apoyando parte de su peso sólo en una de sus piernas.
—Hay algo que Madara desea, asesinar a Danzo— le contó Itachi tranquilamente, Ino se sorprendió por su revelación, no esperaba que esos dos tuvieran algo que ver entre sí.
—¿Por qué?— indagó Ino, dejando por un momento su molestia.
—Nunca confesó sus razones, pero siempre ha querido eliminarlo. La razón por la que no lo ha hecho es que Danzo nunca sale de la aldea, y Madara no se muestra para evitar alertar a otras aldeas con sus habilidades. Además de que Danzo siempre está rodeado de miles de sus seguidores— pensando solo para sí mismo, Itachi por fin creía entender parte de las acciones de "Madara". Con ayuda de Hinata había descubierto su identidad, y si Kagami se había enterado de las causas en la muerte de Shisui, se volvía completamente entendible todo el rencor que sentía por Danzo.
—Si le entrego a Danzo, puedo pedirle a Hinata y los ojos para tu trasplante— dedujo Ino rápidamente, ganando un asentimiento por parte de su acompañante.
—Sólo debemos idear una manera para sacar a Danzo de la aldea— agregó Itachi, con su seriedad habitual.
—Le puedo tender una trampa a Danzo, hacerle creer que Sasuke-kun está cerca, él quiere encerrar a tu hermano por sus crímenes— se atrevió a decir Ino, por el momento, es la única opción que se le ocurría para llamar la atención de Danzo.
—¿Usar a Sasuke de carnada?— Itachi se giró en dirección a Ino, no le agradaba demasiado esa idea.
—Le diré que Sasuke-kun está con Madara y sabe del paradero de Hinata, Danzo va querer aprovechar esa oportunidad para ganarse a Hiashi— le expresó Ino sin titubear, sabía de antemano que Itachi podría no estar de acuerdo, pero eso poco le importaba.
—Pero debemos acercar entonces a Madara— opinó el Uchiha —Le enviaré un cuervo de tu parte a Hinata-san—
—¿Sabes dónde está ella?— Ino le miró entre sorprendida y molesta, Itachi le seguía guardando muchos secretos.
—Uno de mis cuervos está familiarizado con el olor de Hinata-san, lo enviaré a Amegakure para que comience a buscar desde ahí— le dijo Itachi ante el cambio en el tono de voz de Ino, estaba aprendiendo a conocerla, y había resultado ser una joven con reacciones un tanto explosivas.
—De acuerdo— murmuró Ino para después permanecer en silencio.
Ver a Itachi tratando de estirar un poco su cuerpo le pareció extrañamente lindo.
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Notas de la autora:
• Puede contener errores ortográficos.
• Bueno no quiero como que parezca que Itachi e Ino se enamoran en un sólo capitulo jaja es más bien que los demás así lo perciben, pero Ino todavía no confía en Itachi y es más su deseo de salvarlo para mantenerlo como aliado y también para curar a Hiashi. Aunque el apodo de Itachi a Ino si fue un pequeño acercamiento, a los Uchiha se les darán los apodos en esta historia 🤧❤️
• Si bien Itachi está curado, aún falta mucho para que pueda volver a la jugada.
• También espero haber retratado un poco mejor la dinámica de Itachi y Hinata, Itachi dejó en ella la tarea de eliminar a Obito si era necesario y es por eso que Hinata también quiere hacer lo posible por detenerlo. Y así es como ha tenido la idea de traer de nuevo a Shisui, por la tarea que le dejó Itachi y por su última conversación con Izanami e Izanagi.
• Para esta historia necesitaba darle algo más de peso a Obito para que desee continuar con sus planes aún después de reconocer que está enamorado de Hinata, Rin conforme avanzara la historia no sería suficiente por eso terminé incluyendo a Shisui como su hermano. Rin fue por quien lo comenzó pero Shisui fue como rectificó que hacía lo correcto. Y aunque no está dispuesto a detenerse ni por Hinata, si aceptaría que ella lo asesine para terminar con lo que ella no está de acuerdo.
Dejen sus votos y comentarios ❣️
Nos leemos en la próxima actualización 👀💜
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