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Capítulo VIII: Hermosas mentiras.

Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.

La oficina de Tsunade se encontraba en silencio, Kakashi Hatake había sido el último en llegar y al cerrar la puerta logró apreciar mejor a las personas que estaban ahí. Sonrió por ver de nuevo a Jiraiya recargado sobre la pared, detrás de Tsunade y Shizune, Naruto y Sakura también estaban cerca, daba la impresión de llevaban tiempo esperando, y aunque sabía de que trataría esa reunión, Kakashi se tomó su tiempo para llegar. Necesitaba meditar para sí mismo antes de tomar decisiones.

—Sasuke asesinó a Orochimaru, pero todavía no ha regresado— Kakashi no se sorprendió al escuchar a Naruto hablar antes de que diers algún saludo —Debemos ir a buscarlo— pidió hacia Tsunade, que permanecía más seria de lo normal.

—Sabemos que deshacerse de Orochimaru no era su objetivo— le recordó Kakashi dando un corto suspiro, sus alumnos habían creído erróneamente que Sasuke regresaría después de estar bajo la influencia de Orochimaru.

—Es Itachi Uchiha— murmuró Sakura apretando sus manos, odiaba más a ese hombre después de lo que les hizo a sus amigos en la última misión de Ino.

—Jiraiya y yo hemos conversado mucho sobre ese tema— comenzó Tsunade apoyando su mejilla en su mano derecha —Creemos que sería buena idea capturar a Itachi— Shizune colocó una carpeta sobe el escritorio después de la señal de su maestra.

—¿Capturar a Itachi?— Kakashi tomó la carpeta entre sus manos y la abrió para poder recorrer las hojas que había dentro.

Había muy poca información sobre el posible paradero de Itachi, pero existía algunas notas sobre sus habilidades que quizás les podrían ayudar en combate.

—Es una u otra, capturar a Sasuke o a Itachi. El resultado sería el mismo— respondió Jiraiya levantando los hombros, personalmente, no estaba seguro de si era bien momento para buscar a Sasuke.

—¿A qué se refiere?— indagó Naruto sintiéndose desorientado, ellos querían de regreso a su amigo, no al psicópata hermano mayor de Sasuke.

—Si logramos atrapar a Itachi Uchiha, Sasuke eventualmente tendría que regresar— le explicó Tsunade, extrañamente se sentía con suficiente paciencia como para lidiar con Naruto ese día.

—¿Podemos hacer eso?, ¿Podemos intentar atrapar a Itachi?— Naruto miró en dirección a Kakashi, tal vez con su ayuda y la de Sakura, su maestro podría capturar a Itachi. Aunque seguía siendo un riesgo siquiera pensarlo.

—No será sencillo, pero podemos formar un buen escuadrón para lograrlo— Tsunade frotó su barbilla, meditando para ella si estaba escogiendo al escuadrón correcto.

Shizune también sintió cierta preocupación, dentro del equipo que su maestra quería formar se encontraba Kiba, que no tenía muchos días de haber salido del hospital.

—El equipo siete no está capacitado para búsqueda y rastreo— resaltó Kakashi, y fue entonces que Naruto y Sakura se sintieron un poco frustrados.

Era verdad, su equipo no tenía habilidades de rastreo, solamente Kakashi y sus invocaciones podían jugar ese papel, pero eventualmente iban a requerir apoyo.

—Por eso es que he pensado en el equipo de Kurenai, aunque hace falta Hinata...— Tsunade suspiró pesadamente, todavía sentía el secuestro de Hinata como un peso sobre sus hombros, no había sido capaz de proteger a un ninja de su aldea. Naruto bajó la mirada, sintiéndose triste ante la mención de su amiga —Creo que Neji podrá reemplazarla, aunque no es tanto su ámbito como Hinata, él sigue siendo capaz de sustituirla— finalizó su explicación antes de que los recuerdos de su falla la siguieran atormentando.

—Tsunade-sama, ¿Cómo podremos neutralizar a Itachi?, Fue él quien envió a todo el equipo de Ino al hospital hace unas semanas— Sakura apretó sus manos, de nuevo recordando los gritos de Chōji cada que trataban sus quemaduras.

Aunque no hirieron partes vitales y Chōji podría vivir como de costumbre, ahora su compañero llevaría cicatrices en sus brazos y piernas.

—Shino ha entrenado a un nuevo insecto paralizante, una sola de sus picaduras y el objetivo quedará inconsciente— habló Shizune, al ser la que seguía más de cerca el progreso de las investigaciones de Shino —Esa debe ser su mejor arma, pero para ello deben permitir que Shino se acerque lo suficiente— les advirtió, su batalla básicamente debía consistir en proteger a Shino y ayudarle a mantenerse cerca de Itachi.

—Y sólo se puede hacer una vez, si Itachi activa el escudo del que habló Shino, no podrán lograrlo— agregó Tsunade dándole a Naruto una mirada más severa, debían cuidarse de no ser impulsivos y atacar a Itachi directamente, de lo cotidiano, él no dudaría en levantar su defensa.

—Sé que es arriesgado, pero vale la pena— les animó Jiraiya, notaba demasiado callados a todos los miembros del equipo siete, especialmente a Kakashi.

—Lo haremos, traeremos a Sasuke de regreso— aseguró Naruto dando un toque al hombro de Sakura, su amiga pareció salir de su trance, porque le sonrió y asintió más decidida.

—Partirán en dos semanas. El insecto de Shino estará listo para entonces— les dijo Tsunade, queriendo dar por finalizada su reunión, al menos por ese día.

—¡Tsunade-sama!— Ino interrumpió en la oficina abriendo la puerta y dejándola golpear contra la pared.

Tsunade estaba por gritarle hasta que miró lo alterada que se encontraba Ino, era extraño verla tan agitada y nerviosa.

—¿Estás bien?— Naruto se acercó a su amiga, le preocupó ver su cabello desordenado, además de unas ojeras debajo de sus ojos.

—Itachi Uchiha... Itachi Uchiha estuvo aquí, me interceptó en mi habitación— soltó de pronto, logrando tener la atención de todos en aquella oficina.

—¿Qué dices?— Tsunade se levantó de su asiento, detrás de ella Shizune también pareció mostrarse más alerta.

Tanto Jiraiya como Kakashi no tardaron en adoptar una pose más ofensiva, como si esperaran que Itachi iba aparecer en cualquier minuto.

—Fue anoche, sé que debí venir en cuanto él se fue, pero no pude hacerlo— Ino tembló ligeramente, la única razón por la que no fue a delatarlo antes es porque quería ganar su confianza.

—A esta hora ya debe estar lejos de la aldea, aunque si tocó algo en la habitación de Ino podemos seguir su rastro— murmuró Kakashi tras analizar rápidamente la situación, lo ideal sería seguir el rastro de olor que Itachi pudiera haber dejado.

—Me dejó una pomada de Hinata— la joven Yamanaka mostró entre sus manos el frasco de pomada que no se había atrevido a soltar, cuando Kakashi extendió su mano hacia ella, debió por fin dejarlo ir.

Kakashi se limitó a asentir y dar un vistazo al frasco, ya tenían su primera pista para buscar a Itachi.

—¿Por qué él tenía eso?— preguntó Naruto directamente a Ino.

Reconocía el pequeño frasco, cierto día su amiga le había obsequiado algo parecido para tratar sus heridas, lo había usado hasta que se terminó, compartiendo un poco en algunas ocasiones con Sakura y Sasuke. Le molestaba que Itachi lo tuviera también y quería descubrir el motivo.

—No lo sé, pudo haberlo robado— contestó Ino restándole importancia, eso no era relevante ahora.

—Bueno, podemos seguir el olor del frasco y el que haya quedado en la habitación de Ino— comentó Kakashi hacia la Hokage, que asintió cómo única respuesta.

—¿Qué te dijo Itachi?— Jiraiya se dirigió a Ino, porque hasta ahora nadie había hecho la pregunta por la que moría escuchar una respuesta.

—Él dijo que quiere ayudarme a encontrar a Hinata. Me informó dónde la tienen, cuando puedo ir y cómo infiltrarme— la Yamanaka observó a Jiraiya y después a Naruto, de los presentes, sabía que su hiperactivo compañero era el que la seguiría sin dudar.

—Debe ser una trampa— murmuró Sakura no muy convencida, no de Ino, sino de Itachi.

—¡No lo es!— aseguró la rubia moviendo sus brazos varias veces —Él dijo que quiere liberar a Hinata antes de que su compañero se continúe obsesionado con ella— mintió un poco, quería proteger el secreto de Itachi.

—¿Su compañero?— Tsunade arqueó una ceja, creyendo que se perdía de algo importante.

—El Akatsuki que nos atacó en la última misión, él está interesado en Hinata, en un ámbito romántico. Itachi dijo que interfiere en sus planes, por eso necesita alejar a Hinata— continuó explicando Ino, resistiendo su nerviosismo y esperando que los demás no noten el ligero temblor de sus labios. Odiaba tener que mentirle a la Hokage, pero no pondría en riesgo su pequeña alianza con Itachi hasta no encontrar a su amiga.

—Sobre ese Akatsuki, realmente no he logrado encontrar algo— reconoció Jiraiya siendo sincero, hasta ahora lo único que sospechaba es que podría tratarse de algún aprendiz de Itachi, por eso sus estilos de pelea eran parecidos —Pero puede ser verdad lo que te contó Itachi, el padre de Hinata hace poco informó que alguien robó objetos personales de su hija— siguió divagando.

—¿Qué?— Ino se sorprendió, tanto por la nueva información que recibía como por el hecho de que le estén creyendo.

—Parecía algo sin importancia que los perfumes, cremas y jabones de Hinata hayan desaparecido, supongo que él los robó para dárselos— completó Tsunade la idea que Jiraiya trataba de plantear y que al parecer ni Ino, Sakura o Naruto lograban comprender.

—Me preocupa que dos Akatsuki hayan logrado burlar la seguridad de la aldea sin tener problemas— Kakashi resaltó lo que más llamó su atención, ese par debía manejarse con cuidado.

—Y deberíamos tener más cuidado del Akatsuki que logró burlar a los Hyūga en dos ocasiones, puede llegar a ser más peligroso que Itachi— analizó Jiraiya llamando la atención de Sakura y Naruto, ninguno podía imaginar a alguien que cause más interés que el propio Itachi.

—Lo es, ese tal Tobi tiene habilidad con las que nosotros apenas y podríamos soñar. Mis ataques... Ni siquiera lo tocaban, sólo parecían traspasar, como si fuera un fantasma— confesó Ino sintiendo la misma impotencia que la invadió el día que lo conoció, ese hombre era realmente peligroso, por eso tenía que apresurarse para rescatar a su amiga.

—Tenemos que salvar a Hinata de ese bastardo— Naruto apretó sus manos, estaba enfadado de lo que todos estaban insinuando. Hinata estaba en peligro, más de lo que estaba Sasuke.

—¿En dónde la tienen?— indagó Tsunade.

—Amegakure— fue la corta respuesta de Ino.

—No es una aldea con la que tengamos buenas relaciones, en realidad, no podemos contactarnos con ellos— admitió Shizune suspirando, podían descartar la vía diplomática.

—Tendríamos que entrar por nuestros propios métodos— Kakashi se cruzó de brazos, no era buena idea iniciar un conflicto con otra aldea, por lo que sería ideal tratar de infiltrarse sin ser descubiertos.

—¿Cuándo es?, ¿Cuándo dijo Itachi que podemos salvar a Hinata?— quiso saber Sakura, no confiaba en la repentina ayuda de Itachi después de que él mismo era el responsable del estado de sus amigos.

—En dos semanas, el día jueves— respondió Ino seriamente, dentro de esa habitación, todos giraron a verla con sorpresa —Itachi me contó que entrar en Amegakure no será fácil, que está vigilada por alguien que es incluso más fuerte que él— advirtió tratando que entiendan la gravedad de la misión.

—Eso no es una mentira, ya había investigado acerca de ese lugar— concordó Jiraiya, parecía que Itachi estaba diciendo algo de verdad.

—El jueves, ese hombre misterioso y Tobi se irán a cumplir con otra misión, es entonces que podremos entrar para buscar a Hinata. Itachi dijo que sólo tenemos unas horas antes de que Tobi regrese— Ino recordó la carta que Itachi le dejó con su cuervo, es en ese papeles dónde venían instrucciones más detalladas de las horas en que los dos Akatsuki no estuvieran en Amegakure. Pasó toda la noche tratando de de descifrar Su código, y cuando lo consiguió, decidió buscar a Tsunade.

—No creo que dejen a Hinata sin vigilancia— el Hatake resaltó lo obvio, si la joven fue secuestrada, no la dejarían sin protección tan fácilmente. No le darían oportunidad de escapar.

—No lo harán, una mujer se queda con ella siempre. Itachi dice que podemos engañarla si nos hacemos pasar como refugiados— explicó Ino a Kakashi, quien continuó reflexionando para sí mismo después de recibir la nueva información.

—No, no podemos seguir el plan de Itachi— Sakura volvió a hablar después de escuchar todo lo que Ino decía.

—¿Por qué no?— Ino le miró molesta, Sakura ni siquiera estaba considerando esa opción.

—Puede tratarse de una trampa, Ino— trató de explicar Tsunade, que no quería que inicie una pelea entre las dos chicas.

—¿Y qué importa?, ¿Hinata no vale la pena para arriesgarse?— le cuestionó la Yamanaka cruzando sus brazos y viéndola de mala manera.

—No es lo que intento decir— la expresión de Tsunade se volvió más severa, no le gustaba sentirse acusada.

—Cuando Sasori, otro Akatsuki, les dió información para llegar a Sasuke ustedes no lo dudaron— les reclamó Ino mirando en dirección a Sakura y Naruto, a su amiga no pareció importarle, pero Naruto no pudo sostenerle la mirada.

—Y terminó siendo un desastre— le recordó Shizune.

—Pero...—

—Ese jueves estaremos en otra misión para traer a Sasuke, Itachi debió decirte todas esas mentiras para distraernos— Sakura se dió la vuelta para encarar a Ino y tratar de hacerla entrar en razón, Itachi Uchiha solamente la estaba utilizando.

—El mundo no gira siempre alrededor del maldito de Sasuke— le gritó Ino furiosa, la rubia intentó acercarse a Sakura para golpearla y hacerla recapacitar, pero Kakashi logró tomarla de la cintura antes de que lo hiciera —¿De verdad prefieres ir tras Sasuke antes que rescatar a Hinata?, Ella es nuestra amiga— Ino se removió para deshacerse de Kakashi sin tener éxito alguno.

—Es lo correcto, Ino— le dijo Sakura volviendo a darle la espalda.

—Eres una... Naruto, ¿Tú también quieres abandonar a Hinata?— por un instante, la Yamanaka dejó sus intentos por escapar de su profesor, quería recurrir al apoyo de Naruto para que éste hiciera entender a Sakura.

Naruto de nuevo volvió a apretar sus manos, tanto como su fuerza se lo permitía, se sentía demasiado impotente, incapaz de poder decir siquiera una palabra. Las lágrimas no tardaron en brotar de sus bonitos ojos azules, tomando por sorpresa a Ino y Kakashi. Naruto no sabía la respuesta a la pregunta de Ino, no sabía a cual de sus dos amigos debía elegir. Por un lado estaba su amor y deuda con Hinata, y por otro, la promesa que aún no podía cumplirle a Sakura.

—No puedo elegir a Hinata, le prometí a Sakura-chan que traería a Sasuke de regreso— Naruto limpió sus lágrimas con la manga de su chaqueta, sin atreverse a ver a Ino por temor de notar lo decepcionada que estaría de él.

—Te lo dije, Ino. Lo mejor es ir por Sasuke y no caer en los engaños de Itachi— Sakura giró un poco para ver a Ino sobre su hombro, sus brazos continuaban cruzados, mostrando su disgusto. le molestaba que Ino fuera tan caprichosa.

Ino se mordió el labio inferior, tanto que pronto comenzó a salir sangre de una herida que hizo con sus propios dientes. Se sentía demasiado molesta con sus amigos, con Sakura por sólo pensar en Sasuke y con Naruto por no decidir por sí mismo.

—No los necesito, a ninguno de ustedes. Tsunade-sama, permítame ir con mi propio equipo— le pidió Ino en una súplica, ninguno de los mayores había intervenido en la discusión que los tres tenían.

—No, es demasiado peligroso. Sigo creyendo que es una trampa— cortó Tsunade tajante, estaba de acuerdo con Sakura, y no cometería el error de confiar en la información de un Akatsuki. 

—Ino, no nos apresuremos. Yo he estado investigando a Amegakure, cuando tenga más información podremos idear un plan para rescatar a Hinata— habló Jiraiya de pronto, esperando conseguir calmar el estado de ánimo de la joven. Parecía que de no ser porque Kakashi la seguía sosteniendo, ella saltaría encima de todos.

—No, debemos hacerlo antes de que Tobi se la lleve a otro lugar. Ella no permanecerá ahí por mucho tiempo— los ojos de Ino se llenaron de lágrimas, y pronto Naruto le siguió —Por favor— suplicó.

—No seguiremos hablando de esto, ya se tomó una decisión y es seguir con el plan para capturar a Itachi y Sasuke— Tsunade golpeó su escritorio, dando por finalizada esa discusión.

Ino se soltó de Kakashi después de unos segundos, no aceptaba que por culpa de Sakura todo su plan se arruine. La joven caminó con dirección a la salida, pero antes de irse, se quedó un momento en la puerta y volteó a ver a Sakura por última ocasión.

—Espero que te des cuenta del gran peso que pusiste sobre Naruto, Sakura— las palabras de Ino la descolocaron, Sakura miró entonces a su amiga —Él ni siquiera puede elegir buscar a la chica de la que está enamorado por culpa de tu estúpida promesa— Ino se fue dando un portazo.

Naruto no podía parar de llorar, incluso había recurrido a morder su brazo para sentir algo que no sea la impotencia que lo seguía recorriendo. Kakashi se acercó a tratar de consolarlo, y sólo hasta ese momento, Sakura se percató de que su amigo estaba temblando.

Ahora dudaba de haber tomado la decisión correcta.

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Dentro de los más escondido del campo de entrenamiento número diez, Ino Yamanaka había reunido a un pequeño pero selecto grupo para lo que sería su próxima misión. Sólo le hizo falta llamar a tres personas, Shikamaru Nara, Tokuma Hyūga y Natsuki Hatake.

Habría llamado a Neji, Shino y Kiba de no ser porque ellos serían requeridos para la misión de capturar a Itachi y Sasuke. Y Chōji aún no estaba en condiciones como para pensar en pedirle ayuda.

Con el tiempo que llevaban juntos, Ino había puesto a su pequeño equipo al tanto de la situación. Les confesó en qué consistía el plan de Itachi y porque quería seguirlo, incluso les mostró la carta de instrucciones que dejó el Uchiha. Ino confió en ellos para contarles la verdadera razón por la que Itachi les estaba dando información de Hinata, porque deseaba enfrentarse a Sasuke y no quería que otros interfieran.

—Itachi dijo que puedo usar al cuervo para enviarle una carta, si es que necesito más información— finalizó Ino mientras acariciaba la cabeza del cuervo en sus manos, al ser una invocación de Itachi creyó que sería agresivo, pero se llevó una sorpresa al descubrir a un ave muy dócil.

—Me es difícil pensar en confiar en Itachi Uchiha, pero es la única opción que tenemos por ahora— terminó aceptando Tokuma en un largo suspiro.

—No creo que Itachi esté mintiendo, él realmente quiere que estemos distraídos con Hinata para que no nos involucremos en su batalla contra Sasuke— meditó Natsuki más para sí misma, apoyaba a Ino en esa arriesgada idea, y le sorprendía que la Hokage haya decidido no considerarlo.

—Aunque le contemos esto a la Hokage, Sakura y Naruto seguirán queriendo ir tras Sasuke— interrumpió Shikamaru,sin contar que Tsunade estaría molesta al saber que Ino mintió al principio, y eso podría crear más dudas.

—Lo sé, por eso es que los llamé. Esta misión no está aprobada por Konoha, podríamos meternos en problemas y quiero saber si estarán conmigo— Ino les miró con cuidado, esperando que si alguno no aceptaba, mínimo no decidiera delatarla.

—Lo estoy, siempre puedes contar conmigo para esto— Tokuma asintió un poco más animado, su segunda oportunidad de ir por Hinata debía salir mejor que la anterior.

Ino sonrió, ansiosa por saber la respuesta de los demás.

—También estoy dentro, me agrada más Hinata que el problemático alumno de Kakashi— Natsuki rió ligeramente, era claro que quien más necesitaba ayuda era la tímida alumna de Kurenai.

Shikamaru suspiró —Esto será problemático, pero te elijo a ti— la Yamanaka se sonrojó ligeramente por sus palabras —En esta ocasión no seguiré a Naruto, te seguiré a ti— le prometió tomando su hombro por unos segundos.

—Gracias, gracias a los tres por creer en mí— Ino limpió las pequeñas lágrimas que se acumularon en sus ojos, estaba feliz de recibir el apoyo de alguien más.

—Ino, en esta misión debemos considerar un plan b. No podemos darnos el lujo de volver a perder por apresurarnos— le advirtió Shikamaru retomamos su seriedad de antes, debía ser claro con su amiga si quería que otro incidente como el anterior no volviera a repetirse.

—Lo sé, no volveré a ser imprudente— la rubia levantó su mano derecha, como si con eso estuviera haciendo un juramento de honor.

—Si lo mencionaste, quiere decir que ya pensaste en nuestro plan b— le dijo Tokuma a Shikamaru.

Shikamaru sonrió —Lo hice, mientras escuchaba a Ino hablar sobre el plan de Naruto y Sakura, pensé que no era tan mala idea— reconoció al mismo tiempo que jugaba con el encendedor en sus manos.

—Pero a nosotros no nos interesa traer a Sasuke— Natsuki arqueó una ceja, sentía curiosidad por lo que Shikamaru estaba tramando.

—Pero si a Itachi— el Nara cerró su encendedor y le dió un vistazo a Natsuki y Tokuma.

—¿De qué hablas?— quiso saber Ino.

—Esperemos a qué Itachi termine su batalla, él deberá quedar herido, así podremos capturarlo— comenzó a contar Shikamaru —Ino, deberás llevar lo necesario para tratar cualquier herida posible— continuó hablando, aunque a veces parecía que divagaba para él mismo.

—Espera un momento, ¿Por qué haríamos eso?— indagó Tokuma confundido.

—Si Shikamaru, ¿Por qué lo haríamos?, Les dije que el día de la batalla de Sasuke es el mismo en que podemos ir por Hinata— repitió Ino cruzando sus brazos, por un instante sintió que su amigo no le prestó atención antes.

—Si... No logro comprender hacia dónde vas— Natsuki frotó su mejilla, un tanto nerviosa por la posibilidad de que Ino y Tokuma se disgusten con Shikamaru.

—Escuchen, Itachi es una pieza importante para Akatsuki, si nosotros lo tenemos, podemos negociar con ellos— explicó Shikamaru atentamente, fue entonces que sus acompañantes parecieron entender y dejaron de lado las sospechas.

—Entiendo, no es una mala idea— murmuró Tokuma asintiendo.

—Pondríamos hacer un intercambio, nosotros entregamos a Itachi si nos dan de regreso a Hinata— finalizó Shikamaru entrelazando sus manos, ahora no quería fallar, por eso debía explorar otras alternativas.

—¡Eres un genio, Shikamaru!— celebró Ino sintiéndose orgullosa.

—Pero ambos eventos ocurren al mismo tiempo, eso significa que nos tendremos que separar— interrumpió Natsuki antes de que Ino se continúe emocionando, no estaba segura de que dividirse sea la mejor idea.

—Haremos dos grupos, uno intentará rescatar a Hinata y el otro seguirá el plan b— se limitó a decir Shikamaru por ahora.

—Separarnos es arriesgado, pero creo que el equipo b debería tener más cuidado. Por lo que le contó Itachi a Ino, es probable que el Akatsuki de la máscara esté en su batalla— Tokuma apretó sus manos, aún estaba frustrado por su último encuentro con él, y no sabía cómo iban a reaccionar ambos al verse por segunda ocasión.

—Creo que el único que puede enfrentarse a él eres tú, senpai— le dijo Natsuki al Hyūga, recordando su misión anterior, ese hombre solamente reconocía a Tokuma cómo un oponente.

—Creo que puedo hacerlo— aceptó Tokuma sin sentir temor.

—Tokuma-san no podría infiltrarse en Amegakure según la información de Itachi, es verdad que debe ir con el equipo b— admitió Shikamaru, no le gustaría que Tokuma se enfrente al Akatsuki de la máscara, pues parecía que ninguno de los dos lograba tener cordura —Ino es la única que puede curar a Itachi si pensamos en el peor de los casos, dónde Sasuke logre dejarlo al borde de la muerte... Ino, tu deberás ir con el equipo b y evitar que Itachi muera— le pidió el Nara mirándola directamente a los ojos, quería asegurarse de que Ino sería capaz de hacerlo.

—Lo haré— Ino asintió convencida.

—Shikamaru, yo soy la que tiene más experiencia para infiltrarse y obtener información, creo que seré de más ayuda si intento entrar a Amegakure— Natsuki levantó su mano derecha por unos segundos, capturando entonces la atención del Nara.

—¿Crees que puedas hacerlo sola?— preguntó Shikamaru solamente para confirmar.

—Arriesgaré todo para traer a una compañera de Konoha de regreso— fue la respuesta que recibió de la Hatake.

—¿Irás con nosotros Shikamaru?— la rubia le miró con ligera sorpresa.

—Me gustaría ir con Natsuki para no dejarla sin apoyo, pero si Tokuma y tú se pueden encontrar con ese sujeto... Creo que podré ayudar a Tokuma en un enfrentamiento— Shikamaru guardó por fin su encendedor, sentía que finalmente llegaba a un acuerdo son sus propios pensamientos.

—Entonces tenemos un plan— afirmó Tokuma.

—Natsuki, no importa si fallas, sólo intenta obtener toda la información que puedas sobre el estado de Hinata y su próxima localización— pidió Shikamaru, puesto que si su compañera iba sola, existía más desventajas para ella.

—Entendido— contestó la joven.

—Equipo b, nosotros no podemos perder. Tenemos que ser la segunda oportunidad— advirtió el Nara, Natsuki tenía permitido perder, pero ellos debían esforzarse por ser el respaldo de su compañera.

—¡Sí!— respondieron Tokuma e Ino al mismo tiempo.

—¿Y cómo lograrán rastrear a Itachi?, Tienen el Byakugan de Tokuma y a Ino como una ninja sensor, pero no sé si será suficiente. No tenemos ni siquiera una pista de dónde pueda estar— Natsuki nuevamente levantó su mano para resaltar otro punto que la tenía indecisa, Ino pareció meditarlo también.

—¿Ino no puede enviarle una carta para pedir que se reúnan?, Le podríamos tender una trampa— dijo Tokuma tratando de encontrar una solución, no podían dejar todo a Shikamaru.

—No creo que él quiera verme, es decir, su prioridad es enfrentar a Sasuke— explicó Ino resoplando, comenzaba a detestas que Sasuke se interpusiera en sus planes.

—Es verdad, quizá Itachi no se reúna contigo, pero el si— Shikamaru señaló el cuervo en manos de Ino —Puedes enviar una carta a Itachi, el cuervo nos guiará hasta él— indicó el pelinegro, consiguiendo la aprobaciones de los demás.

—¿Crees que podamos seguir el ritmo de su invocación?— Ino se mordió el dedo pulgar, el cuervo de Itachi podía llegar a ser muy rápido.

—Podemos intentarlo con otra invocación que nos lleve— sugirió Natsuki dudando un poco.

—Entonces está decidido— habló Tokuma.

Sus compañeros asintieron, dando por finalizada la reunión de ese día.

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Hinata apretó un poco más la toalla que enredaba su cuerpo, el vapor dentro de los baños a los que Konan la había invitado daban la impresión de que podrían cubrir su cuerpo, pero le seguía dando vergüenza pensar en estar desnuda frente a otra persona.

Aunque sólo estarían ellas dos, creía que lo mejor sería entrar de una vez al agua, así no tendría que enfrentar el proceso de que Konan la vea sin la toalla.

Cuando la puerta de la única entrada se movió, la ojiperla quedó paralizada por un instante, se dio la vuelta temiendo que su compañera haya llegado ya, pero se llevó una sorpresa al ver a Tobi sin portar su bata de siempre.

—¿Qué hace aquí?, Konan-san llegará pronto— Hinata retrocedió hasta que su espalda chocó con la pared, ahora se sentía más nerviosa que antes.

—No quiero asustarte, sólo me preguntaba cómo te sientes hoy— el Uchiha cerró la puerta y se acercó lentamente hacia ella.

El color en las mejillas de Hinata iba aumentando con cada uno de sus pasos, le avergonzaba estar casi desnuda frente a él.

—Bueno, me acabo de dar una ducha con el jabón que compró antes, eso fue muy relajante— admitió la joven mirando en otra dirección, una pequeña sonrisa brotó de sus labios al recordar que con ese pequeño momento que volvió a estar en su habitación.

—¿Te gustó lo que compré para ti?— preguntó, sabiendo que le gustaría la respuesta.

—¡Sí!, Es el mismo jabón y las cremas que yo utilizaba— respondió Hinata feliz —¿Dónde las consiguió?, Pensé que sólo las vendían en mi aldea—

Fue el turno de Obito para mirar hacia otro lado, no quería decirle que se transportó a su habitación solamente para robar algunas de sus pertenencias, lo había hecho porque quería comprar lo mismo para ella y que con eso pudiera sentirse más cómoda. Konan le había recomendado crearle un ambiente más agradable para una joven de su edad, y por ello terminó comprando varios productos femeninos en su antigua aldea.

—Ah, no te preocupes por eso. Si necesitas, puedo conseguirte más con una anciana que tiene productos de importación— mintió para restar importancia y que pudieran cambiar de tema, su acompañante pareció no notarlo.

La Hyūga asintió —Está bien, gracias—

Antes de poder decir algo más, el rostro de Hinata se ruborizó al percatarse de que el Uchiha ya estaba frente a ella.

—¿Puedo besarte?— habló cerca de ella, una sutil caricia sobre la mejilla de la ojiperla le hizo dar un pequeño salto.

—¿¡Eh!?— el color rojo en su cara aumentó considerablemente —¿Quiere besarme?—

—Demasiado— Obito acarició los labios de Hinata, tomando su tiempo para imaginar cuál sería su sabor ese día.

Ella llevaba alguno de los protectores de labios que le obsequió.

—Puede... Pero sólo un beso— aceptó la azabache bajando la mirada.

—Entonces cierra los ojos, no te atrevas a abrirlos— fue una orden que Hinata ya esperaba, por lo que se limitó a asentir y cumplir con su petición.

Escuchó la máscara de Tobi al caer por el suelo, después de eso, los segundos de silencio fueron interrumpidos por un fuerte beso. Sentía los labios de él presionando contra los suyos, ansioso por seguir explorando tanto como podía. Las manos del Uchiha fueron a parar a su nuca y su mejilla, haciéndole casi imposible que pueda apartarse. Su estómago se sintió tenso al principio, pero se fue tranquilizando conforme sentía que él se movía en sincronía con ella.

Cuando sus labios se separaron, Hinata suspiró al sentir que lo siguiente era su cuello. Obito estaba acariciando con su boca el espacio entre su cuello y su clavícula, mordiendo algunas zonas sin importarle dejar una marca sobre su piel.

La Hyūga tomó los hombros de Obito en el instante que percibió cómo su mano se colaba entre su toalla y comenzaba a acariciar su intimidad.

—Solamente e-era un be-beso— susurró, incapaz de detenerlo. Y no precisamente porque no pudiera hacerlo.

—Recuerdo que prometiste hacer todo lo que yo quisiera— le dijo Obito sonriendo, deteniéndose solamente para ver cómo aparecía una adorable mueca en su rostro —Aun así, quiero tener tu consentimiento. ¿Puedo quitarte la toalla?—

—To-tobi...—

Terminó asintiendo tímidamente, la verdad es que no quería detenerlo. Deseaba seguir experimentando con todos esos sentimientos que nacían en su interior.

¿Era solamente atracción física?

Quizá, el haber pasado años sin tener acercamientos románticos con otras personas le estaba cobrando factura.

Obito sonrió nuevamente ante su respuesta, no dudó en quitarle la toalla, haciéndolo despacio para aumentar la expectativa de ella y la suya también. Su cuerpo no tardó en reaccionar al verla desnuda, era la primera vez que podía verla de esa manera, disfrutaba de la buena iluminación y también del vapor que los cubría. Hacía de esa vista algo mucho más erótico.

Hinata lo sintió deslizarse por su cuerpo hacia abajo, deteniéndose por un instante para jugar con el hueco de su ombligo y después seguir avanzando hasta el que era su verdadero objetivo. Cuando la boca del Uchiha alcanzó su centro, su cuerpo pareció gritar de alegría. Un escalofrío recorrió su espalda al mismo tiempo que su piel se erizaba y sus pezones terminaban de endurecer.

—¡Tobi!—

Cubrió su boca con la mano izquierda para reprimir sus gemidos, mientras que con la derecha apretaba el cabello del Uchiha para acercarlo más a sí misma.

Podía sentir los suaves besos que depositaba cerca, su lengua húmeda trazando líneas sobre ella, él la estaba saboreando como si se tratara de un dulce postre. Probablemente lo era.

Otro gemido más fuerte que el anterior brotó de su boca, en comparación, los otros parecían ser sólo murmullos. La voz cargada de placer de la ojiperla continuaba motivando al Uchiha, que sentía como su erección se volvía más dolorosa. Necesitaba ayudarse a aliviar su propio placer, sin embargo, no podía alejarse de la joven, quería complacerla porque eso seguía aumentando la excitación que sentía.

—Tobi...—

Hinata sintió que por un momento perdía la cabeza, las manos de él se habían unido para su gran deleite, comenzaban a explorar acariciando la parte interna de sus muslos. Lentamente iba tentando la zona hasta encontrar un pequeño botón, que al estimularlo consiguió que el placer de ese momento se intensificara.

El momento final de ese encuentro se sintió cerca, las piernas de la Hyūga comenzaban a temblar como si de una gelatina se tratase, su espalda se había arqueado contra la pared y lo único a lo que pudo aferrarse fue al cabello de Obito.

Su primer orgasmo llegó con fuerza, más de la que él había demostrado con sus besos, un último grito y después lo que sintió fue como si estuviera desorientada. Se sentía tan agitada al igual que después de correr por kilómetros, extrañamente el agotamiento también apareció y después de eso una increíble satisfacción.

Hinata estaba amando esa nueva experiencia.

Obito se apartó de ella después de haber conseguido que Hinata alcance las estrellas, la abrazó con cuidado y le ayudó a sostenerse para que no cayera al suelo. Se fue limpiando un poco el rostro, se había retirado los guantes para poder estar a plenitud con la Hyūga, y justo ahora, disfrutaba de ayudarle a sentarse sobre la toalla que le había quitado antes.

—¿Te gustó?— el Uchiha sonrió, le agradaba ver cómo su respiración seguía estando alterada.

Era el único en verla de esa manera y eso lo hacía sentirse orgulloso.

—Y-yo...—

Antes de escuchar su respuesta, Obito cubrió sus labios. Podía sentir la presencia de Konan, ella no tardaría demasiado en llegar.

Estaba tan absorto en la dulce Hinata que no se percató de Konan hasta ahora.

—Me darás una respuesta la próxima vez, debo irme. Konan estará aquí en unos minutos— el Uchiha se levantó del suelo, apartándose de los brazos de Hinata, que pronto dejó de aferrarse de él.

Lo último que Hinata sintió fue un tierno beso en la frente. Al abrir sus ojos, no encontró rastro de Obito por ningún lado, él había desaparecido en segundos.

Asustada, la ojiperla medio dobló la toalla y corrió hacia la bañera que estaba a poca distancia. Tenía el tamaño suficiente para al menos cinco personas, así que ambas podrían estar separadas. Lo suficiente para que Konan no note algo inusual en ella.

Pronto, Konan apareció por la puerta vistiendo una ligera bata, por su actitud, Hinata descubrió que su acompañante no se percató de algo extraño.

La hermosa mujer solamente pudo ver a una muy tímida Hinata tratando de esconder sus senos entre el agua.

—¿El agua es agradable?— preguntó Konan antes de entrar.

—Lo es, se siente cálida— respondió de inmediato, Hinata agradecía que el vapor impedía que Konan la viera desnuda.

Konan asintió para finalmente deshacerse de su bata y entrar al agua, viéndola, Hinata terminó de entender porque todos la consideraban un ángel. Ella era la mujer más preciosa que hubiera conocido hasta ahora, incluso más que Sakura o Ino.

Las dos comenzaron con una pequeña rutina de belleza acompañada de una charla, ambas sin notar que cierto Uchiha se había quedado a escuchar del otro lado de la puerta.

—Hinata, te invité a tomar un baño conmigo porque hay algo que quería decirte— inició Konan sin titubear, justo después de haber colocado una bonita fragancia en el agua —Algo que no quería que alguien más escuche— murmuró, estaba segura de que sólo en ese sitio podrían tener privacidad.

—¿De qué se trata?— quiso saber Hinata con curiosidad.

La Hyūga había tomado el jabón líquido para frotar un poco su cuello, queriendo que con la presión de sus dedos desaparecieran las marcas que Obito había dejado.

—Pensé en tu problema, sé que debes hacer para evitar que sellen a tu hermana, y la respuesta no es esconderte—  los ojos de Konan se posaron en las manos de su acompañante. Por el tono de las marcas, imaginaba que eran de ayer o incluso hoy.

—¿De verdad?, ¿Hay una opción?— la azabache se detuvo en ese instante, observando con más atención a Konan.

—Finge no tener hijos, creo que podrías falsificar una orden médica si pagas bien— propuso la mayor sin mostrar ninguna expresión en su rostro, lo que complicaba que Hinata pudiera leerla.

—Bueno, creo que sí podría conseguir una orden médica— susurró, las dos primeras personas en qué pensó fueron en Sakura e Ino.

—Si no puedes tener hijos, tendrán que aceptar a tu hermana como tú sucesora— continuó Konan, Hinata le miró con sorpresa, esa no era una mala idea —Puedes consultarlo con tu prometido, estoy segura de que él te apoyará— la mujer se acercó a la Hyūga con el pretexto de ayudarle a lavar su cabello.

Hinata asintió, permitiéndose ser cuidada por Konan. Se sentía bien que sus manos suaves frotaran su cabello, y esperaba poder ayudarla también cuando terminen.

—Tokuma-kun es una buena persona, él dijo que me apoyaría en todo lo que yo decida— sonrió al recordarlo, le agradaba estar a lado de Tokuma, le hacía sentir protegida.

—Si quieres, después de unos años puedes planear tener hijos con él si así lo deseas, y decir que sólo se trató de un error— Konan empezó a enjuagar su cabello, deslizando sus manos hacia sus hombros para ver un poco más las marcas que notó antes.

Madara no había sido delicado con ella.

—Es un buen plan, tal vez funcionará si logro que mi padre y nuestro consejo firmen una orden, dónde Hanabi será la siguiente. Así no podrán retractarse cuando Tokuma-kun y yo tengamos hijos— habló Hinata, que parecía absorta en sus pensamientos, reflexionando para sí misma si tenía posibilidades de triunfar con ese plan.

Del otro lado de la puerta, Obito enfureció al escuchar la propuesta de Konan, y aún más com la respuesta de Hinata. La Hyūga en verdad estaba considerando la opción de regresar a su aldea y abandonarlo.

Lo peor es que no podía obligarla a seguir a su lado, el trato de ambos siempre fue tenerla con él hasta que ella pudiera solucionar sus problemas.

Estaba molesto, pero más que eso, se sentía traicionado. Su pecho se oprimía al imaginarla teniendo hijos con otro, viéndola formar una familia y felicidad que él no podía darle.

—Entonces si has pensado en tener hijos con él, ¿Verdad?— Konan sonrió, terminando con lo que hacía y aceptando cambiar de rol con la joven.

Hinata se sonrojó fuertemente —Y-yo sólo... Hablé sobre hijos con Tokuma-kun porque mi clan nos pediría un heredero— intentó explicar, no quería que su amiga piense que Tokuma o ella estaban pensando en sexo antes de la boda.

—¿Y él que dijo?— preguntó.

—Tokuma-kun dijo que le gustaría que sea una niña, que se parezca a mi— la Hyūga sonrió, sintiéndose avergonzada por sus propias palabras.

—¿Estás enamorada de él?— indagó Konan mientras disfrutaba de la ayuda de Hinata.

—Me gusta, él es amable conmigo y siempre me lleva un obsequio. Tokuma-kun besa bien y es más alto que yo— Hinata soltó por un momento el cabello de su amiga para cubrir sus mejillas, estaba demasiado ruborizada.

—Entonces besa bien, ¿Eh?— Konan se frotó los ojos para después abrirlos, se acercó rápidamente a Hinata, más interesada en su conversación.

El sonrojo en las mejillas de la joven aumentó —Ah, sí, pero también es muy fuerte— su voz se fue perdiendo un poco, ahora hablaba muy despacio.

Konan no pudo evitar reír —Me agrada que estés enamorada de él y no de Madara—

Hinata abrió más los ojos —Sí... Enamorada de Tokuma-kun...—

Estando en ese sitio, Hinata se preguntó porque a su mente sólo llegaba Obito Uchiha.

Obito no tardo en levantarse de su improvisado asiento en el suelo, ya no quería seguir escuchando a Hinata hablar de que estaba enamorada de otro, así que se perdería retirarse.

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El cuervo de Itachi volaba en círculos sobre la misma área, de esa forma estaba tratando de avisarle al Uchiha que estaba ahí con una nueva carta.

A pocos metros, Shikamaru, Tokuma e Uno corrían en esa dirección.

—¡Ahí están!, Puedo sentir el chakra de Itachi y Sasuke, pero el de Itachi es muy débil— anunció Ino mientras avanzaba con mayor rapidez, solamente debía correr un poco más y llegaría.

—Es verdad, Sasuke parece estar inconsciente pero no tiene heridas graves. Itachi... Creo que sólo deben quedarle unos minutos— continuó Tokuma viendo todo con su Byakugan, los latidos de Itachi parecían ir demasiado lentos.

—Date prisa Ino, no importa Sasuke, dirígete primero a Itachi— le advirtió Shikamaru, puesto que aunque Sasuke era su compañero, justo ahora su prioridad era el mayor de los hermanos.

Ino asintió sin decir una palabra, no pensaba perder más tiempo. Los tres corrieron hasta llegar a la escena, por un segundo, Ino sintió una punzada en el corazón. Sasuke estaba recargado sobre lo que quedaba de una pared, estaba herido e inconsciente, junto a él, Itachi Uchiha se desangraba.

Reaccionó rápido cuando entendió la gravedad de la situación, as que avanzó los últimos pasos que le quedaban por llegar a Itachi, y seguida de ella, se acercaron Tokuma y Shikamaru.

Shikamaru se apresuró a quitarse la capa que llevaba para tenderla en el suelo e improvisar una camilla, de esa forma Itachi estaría en un lugar más "limpio". Tokuma optó por ayudar a Ino a acomodar a Itachi sobre la capa, también quitó algunos cabellos del rostro del joven.

Itachi abrió un poco los ojos, se sentía débil y su vista ahora parecía fallar más que antes.

—¿Sasuke?—

Ino tocó su frente para tratar de comprobar si tenía fiebre —Hoy no vas a morir, ¿Entendiste?—

Pronto, Itachi perdió la conciencia, logrando que Ino se sienta un poco frustrada. La Yamanaka se mordió suavemente el labio antes de comenzar a tratar a Itachi, su tarea se volvió un poco menos difícil cuando Tokuma ofreció su ayuda y le guió con su Byakugan.

Shikamaru los pasó de largo y se acercó a revisar a Sasuke —¿Cuánto creen que tarden en tratar a Itachi?— preguntó.

Ino metió a la boca de Itachi una pastilla, misma que lo forzó a comer —Puedo estabilizarlo un poco con medicamentos, y frenando el sangrado de algunas heridas, pero debemos trasladarlo a un hospital o cualquier sitio mejor para que pueda reposar— indicó Ino, había llevado todo lo que creyó necesario para tratar cualquier herida de batalla, aún así, prefería tener a Itachi en un sitio donde no pueda moverse. Así sus heridas no se volverían a abrir.

—No podemos quedarnos aquí, o nos encontraremos con Akatsuki. Intenta curar sólo lo esencial para irnos ahora— le pidió Shikamaru con menos delicadeza de la que pretendía. Se sentía nervioso porque no tenían mucho tiempo.

—¿Sasuke está bien?— quiso saber Tokuma, no le agradaba la idea de abandonarlo a su suerte.

—Eso creo, quizá se dislocó el hombro pero aparentemente no tiene nada más grave— respondió Shikamaru mientras lo evaluaba, no era un experto, pero quizá unos días de reposo serían suficientes para que se recupere.

—No sé si podemos llevarlos a ambos, además, si despiertan en el camino...— murmuró Tokuma.

—Itachi no despertará, le dí un sedante— interrumpió Ino sin dejar su labor —Y Sasuke... Que Sakura y Naruto vengan por él, igual, es lo único que les interesa— soltó molesta, amaba a Sasuke, pero desde su última discusión con Sakura y Naruto, le había tomado un gran rencor a él también.

Tokuma prefirió no decir más, se limitó a ayudar a Ino colocando vendas en algunas de las heridas superficiales de Itachi, y al mismo tiempo, Ino terminó de coser una herida más profunda.

Repentinamente, Ino se detuvo después de sentir un escalofrío —Ya no tenemos tiempo, siento más cerca el chakra de ese Akatsuki— advirtió la joven tratando de controlar el temblor en sus manos.

—Lo veo hablando con cuatro personas más, tres hombres y una mujer. Dos de esos hombres llevan espadas— habló Tokuma para llamar la atención de Shikamaru.

—Debe ser Kisame, el compañero de Itachi, ellos siempre van juntos— el Nara miró los alrededores, un gran bosque los rodeaba, lo que tal vez les ayudaría a escapar.

—Tomemos a Itachi y vámonos de aquí— pidió Ino cuando finalizó su trabajo de curación, había cubrido lo esencial para que Itachi pudiera se traslado por al menos unos kilómetros.

—No, si nos llevamos a Itachi nos alcanzarán rápidamente— resaltó Shikamaru de inmediato, llevar a un herido los retrasaría.

—¿Quieres enfrentarlos?— Tokuma levantó una ceja.

—No, tengo otro plan— Shikamaru sonrió, apostaría toda su suerte a esa idea.

Por otro lado Obito permanecía de pie frente a Kisame, a quien recién había decidido revelarle su identidad. Detrás de él, Suigetsu temblaba, no podía creer que Kisame obedeciera a un hombre que solamente le mostró su rostro. Le hacía temer el pensar en quien podría ser y cuál era la razón de que Kisame lo siga sin protestar. Jugo y Karin estaban más preocupados por Sasuke que por los Akatsuki que habían aparecido.

—No se muevan de aquí— advirtió Obito después de colocarse nuevamente su máscara.

Karin miró al enmascarado desaparecer en segundos, se sentía nerviosa por la situación que se estaba formando, podía sentir el chakra de Sasuke pero no el de Itachi. Además, había dos personas más en el lugar.

Obito no tardó en llegar al sitio que Zetsu le había indicado anteriormente, fue una sorpresa ver a Ino Yamanaka y Shikamaru Nara tratando de llevarse a Sasuke. Los ojos oscuros del Uchiha se movieron rápidamente en dirección a Itachi, pero él parecía estar muerto, justo cómo lo dijo Zetsu. Ya no podía sentir el chakra de Itachi.

—¿No te rindes, Ino Yamanaka?— Obito observó a ambos jóvenes, que de inmediato soltaron el cuerpo de Sasuke al notar su presencia.

—¿Qué quieres, fenómeno?— Ino nuevamente sentía que él miedo la recorría cómo si de un cubo de hielo se tratase, sin embargo, pretendía mostrarse fuerte frente a él.

—Ino...— recriminó Shikamaru, su amiga podía llegar a ser muy imprudente.

Obito miró la cicatriz en el abdomen de Ino y sonrió —¿Quieres otra marca?, ¿Debería hacerla en tu rostro en esta ocasión?— la provocó, porque aunque no la conocía demasiado, podía notar que era una chica problemática.

—Maldito— Ino apretó ambas manos, tratando de resistir y no caer en sus burlas.

Zetsu apareció para interrumpir la peculiar escena, Obito lo miró de reojo, enfadado por su lentitud.

—Llegas tarde, estos dos querían robarse a Sasuke— el Uchiha parecía no mostrar ninguna emoción, aunque Zetsu sabía interpretarlo, su compañero estaba molesto.

—No todos podemos transportarnos cómo tú— Zetsu se acercó a Itachi, haciendo que Ino y Shikamaru retrocedieran —Está un poco frio— habló el Akatsuki.

—Llévalo, yo tomaré a Sasuke— Obito se acercó a Sasuke y tomó su cuerpo para cargarlo sobre su hombro, no le importó tener un poco de cuidado por sus heridas.

—¡No te puedes llevar a Sasuke-kun!— Ino trató de acercarse a ellos pero Shikamaru la detuvo antes de que avanzara —Está bien si quieres tomar el cuerpo de tu compañero, pero Sasuke es nuestro— le dijo la joven al mismo tiempo que luchaba por soltarse de su amigo.

—Ino, detente. No es buena idea iniciar un enfrentamiento contra él— advirtió Shikamaru en voz baja.

—Obedece a tu amigo, Ino. Antes de que me arrepienta de no matarlos a ambos— habló Obito haciendo uso de lo último de paciencia que le quedaba, los gritos de Ino conseguían estresarlo.

—Tú...—

—Sé una chica inteligente— fue lo último que dijo.

Ino apretó sus manos y guardó silencio, ante sus ojos azules, el enmascarado había desaparecido en un remolino, llevando consigo a Sasuke, al otro Akatsuki y a Itachi.

Ino sonrió cuando ya no sintió el chakra de ninguno de ellos —Soy más inteligente que tú, imbécil— se burló sonriendo una gran satisfacción.

Shikamaru rió a su lado —Me alegra que no se lo hayas dicho— el Nara tomó su mano sutilmente.

—Te lo dije, esta vez no sería imprudente— ella le guiñó con su ojo derecho, de nuevo sentía que hacía un buen equipo con Shikamaru.

—Vámonos de aquí, debemos alcanzar a Tokuma y ayudarlo a llevar a Itachi— le dijo Shikamaru aún sin soltar su mano.

Ino asintió, deshaciéndose del agarre de Shikamaru para poder correr en la misma dirección que Tokuma se había ido. Debía alcanzarlo para seguir cuidando la salud de Itachi.

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Natsuki se ajustó un poco más el gorro de su capa, llevaba ese atuendo porque se esa manera podía cubrir su cabello. Al principio tenía miedo de llamar la atención con eso, pero al igual que ella, todos los habitantes de la aldea llevaban impermeables para la lluvia. Sus sandalias ninja las remplazó por unas botas que le compró a un vendedor local, fingió que se dejaba estafar para así continuar con su fachada de ser una extranjera desesperada por ayuda.

Su infiltración había sido exitosa, pero el encontrar a Hinata llevó un poco más de tiempo. La joven Hyūga llevaba días sin aparecer, había llegado unas semanas antes para poder establecerse sin levantar sospechas, y por lo que escuchaba de otros aldeanos, Hinata no visitaba la plaza a la que siempre iba porque estaba ocupada preparando alimentos junto con otras mujeres.

Debió esperar pacientemente para que por fin Hinata hiciera su aparición, justo en el día en que Itachi había mencionado, lo que indicaba que su compañera no estaba vigilada por el Akatsuki de la máscara.

Natsuki se abrió paso entre la multitud de madres y niños que se juntaba en la plaza, no le importaba recibir empujones o pisadas para llegar a Hinata. La había visto repartir algunos juguetes a los niños, así que se mezcló tratando de aparentar ser una más de las madres.

—Hinata-san— la llamó, la Hyūga se dió la vuelta al sentir una mano sobre su hombro — Estoy aquí para ayudarte— le susurró, aprovechando que ahora sólo los niños estaban cerca.

—¿Natsuki-san?— Hinata se asombró cuando miró mejor su rostro y pudo reconocerla.

Natsuki le entregó una pequeña nota con discreción —Actúa normal y sigue entregando los juguetes— pidió sin perder la compostura.

—Sí— la ojiperla reaccionó rápidamente y volvió a prestarle atención a los niños.

—Lee la nota después, vamos a reunirnos al atardecer. Te llevaré de nuevo a Konoha— le prometió ella con una leve sonrisa, podía notar que Hinata se encontraba bien, quizá un poco pálida, pero eso podía deberse al clima.

—N-no es un buen momento, Konan-san está por aquí, si te ve se arruinará el plan— le dijo Hinata sintiéndose un poco nerviosa, no sabía de qué forma podía reaccionar Konan.

—Entonces me iré ahora— habló Natsuki, Hinata asintió levemente.

Hinata miró que su compañera le sonrió, empero, cuando estaba por alejarse, Konan se atravesó en su camino.

—No eres bienvenida en nuestra aldea— Konan levantó la voz, llamando la atención de todos.

Las madres no tardaron en tomar a sus hijos para huir de la plaza, temiendo que se inicie un enfrentamiento.

Hinata se sorprendió por la actitud de Konan, no esperaba verla intervenir, así que avanzó hacia ellas para interponerse entre las dos.

—Konan-san, aunque ella no es de aquí, sólo busca comida y un refugio porque su familia...—

—No van a engañarme— le advirtió Konan.

—Pe-pero...— susurró Hinata nerviosa.

—Si permito que escapes, tendré problemas con él— le recordó Konan volteando a verla, si bien no le agradaba demasiado Madara, tampoco dejaría de seguir sus órdenes.

—¿Él?, ¿De quién habla?— Natsuki se dirigió a Hinata en busca de respuestas.

—Natsuki-san, será peligroso si Tobi te encuentra aquí, prefiero que estés a salvo y regreses a Konoha— Hinata tomó las manos de su amiga y sonrió para intentar demostrar que no pasaría nada malo.

Natsuki apretó sus manos, frustrada —¿Estás bien?—

—Sí, de nuevo mi estado de salud mejoró— le informó Hinata sin dejar de sonreír, era cierto que se resfriaba seguido, pero no era nada tan alarmante cómo Obito pensaba siempre.

—No pienso repetirlo— amenazó Konan.

—Está bien— Natsuki levantó las manos y fue avanzado hacia atrás.

Había visto que Hinata todavía conservaba el papel con su ubicación, así que se retiraría por ahora para esperar reunirse con ella en su lugar de encuentro.

Konan tomó la mano de Hinata cuando vio a Natsuki alejarse lo suficiente.

—Lo siento, Hinata. Vas a regresar a tu habitación— Konan se llevó a Hinata sin soltar su mano, Hinata sólo observó a Natsuki irse.

Apretó el papel en sus manos, no tenía un buen presentimiento.

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Por la noche, Hinata entretuvo un poco tejiendo una bufanda que quería obsequiarle a Konan por su hospitalidad. Sin ser su obligación, la bonita mujer se había dedicado a cuidarla y guiarla en algunos aspectos.

Mientras seguía tejiendo, su mente se desvió al incidente de la mañana, quería salir de su habitación para poder reunirse con Natsuki, pero sabía bien que Konan al igual que todos los empleados vigilaban la torre donde se encontraba. Escapar no sería sencillo y podía correr el riesgo de poner en peligro a Natsuki o Konan, así que tendría que dejar pasar esa oportunidad de tener contacto con su aldea.

Para sorpresa de la joven Hyūga, Tobi había entrado a su habitación sin haber llamado a la puerta antes, lo que la obligó a dejar de lado las agujas y el estambre. El Uchiha parecía alterado, quizá molesto, lo notó por la forma en que cerró la puerta con brusquedad, incluso por como pasó su mano derecha por su cabello.

—¿Se encuentra bien?— la azabache dió un salto cuando Obito tiró al suelo una banda de su aldea con una línea horizontal marcada en el centro.

La reconoció como la banda de Itachi, y se lamentó lo peor.

—Los estúpidos de tus amigos burlaron a Zetsu y se llevaron a Itachi— soltó Obito molesto, el cuerpo de Itachi había resultado ser sólo una sustitución, y para camuflar el olor, los ninja de Konoha le habían dejado la banda puesta.

Se sentía furioso con Zetsu por haber caído en una trampa así, pero estaba todavía más enojado consigo mismo, porque no se atrevía a matar a los amigos de Hinata precisamente para no tener problemas con ella.

Y aún así, ella pensaba dejarlo, la escuchó decírselo a Konan.

—¿Qué?, ¿Itachi-san está bien?— la Hyūga se llevó la mano cerca del pecho, su corazón de pronto se sentía más oprimido, ese era el mal presentimiento que tenía antes.

—¿Y cómo voy a saberlo?— habló el Uchiha con ironía.

Hinata se asustó por el grito de su acompañante que llenó la habitación, de nuevo terminó sentada sobre su cama, sin saber cómo reaccionar.

Un sonrojo apareció en su rostro cuando él avanzó hacia ella y se detuvo hasta poder tomar sus mejillas, tenerlo frente a ella le ponía nerviosa.

—¿Qué intenta?— Hinata cerró los ojos, esperando su siguiente movimiento.

—¿Te asusto?, ¿Por eso quieres abandonarme?— indagó con cierta preocupación, no le gustaba verla temblar bajo su contacto.

Aunque no era por miedo que ella estaba temblando.

—¿Eh?, No, yo no...— la ojiperla abrió sus ojos, sorprendida por la extraña conclusión a la que él había llegado —Lo único que temo es no saber nada sobre usted, me da miedo no conocer a la persona que comienza a gustarme— ella  tomó las manos de Obito, que seguían sobre sus mejillas.

Obito se sonrojó ligeramente —¿De verdad te gusto?— le agradaba escucharla decir eso.

—Si no me gustara, no lo dejaría besarme— confesó Hinata cohibida, habían hecho más que unos inocentes besos, y le sorprendía que el no se diera cuenta de sus sentimientos.

Pero no lo culpaba, ella también había tardado en entender que se estaba enamorando.

—Sí, entiendo— murmuró el Uchiha, se sentía avergonzado por no haberlo considerado antes.

—¿Puedo verlo?— indagó.

—¿Qué?— contestó desconcertado.

—Siempre me pide cerrar los ojos cuando me va a besar, no conozco su rostro...— y con sólo mencionarlo, Hinata sintió como Obito alejaba sus manos de sus mejillas —Y tampoco me dice su nombre— continuó intentando.

—Hinata...—

El Uchiha miró hacía el suelo, al sitio donde había caído la banda de Itachi. Estaba frustrado con toda esa situación, por un lado se se tía molesto de haber sido engañado, pero ahora sólo estaba ahí, tratando de besar a una joven que no tenía nada que ver con su problema.

—Por favor, yo soy sincera con usted— le dijo Hinata mientras le miraba fijamente.

Él suspiró.

—Obito— habló tras varios minutos de silencio —Mi nombre es Obito Uchiha— confesó.

Hinata sonrió, sabía que él estaba diciendo la verdad, por lo que se permitió poder confiar más.

—Me gusta el nombre— admitió ella tímidamente.

—¿Sólo el nombre?— bromeó Obito con ella, Hinata no tardó en sonrojarse.

—S-su rostro, ¿Puedo verlo?— pidió en un intento por no desviarse de su plan.

—Quita la máscara— accedió el Uchiha asintiendo.

Los ojos de Hinata se abrieron más debido al asombro, no esperaba que realmente él quisiera confiarle su secreto, ya había avanzado mucho al poder conocer su nombre, pues estaba enterada de que nadie más lo sabía.

Con nerviosismo y timidez, Hinata acercó sus manos hacia la máscara de Obito, pero a diferencia de otras veces, ahora no estaba cerrado los ojos. Fue retirando lentamente, como si tuviera miedo de que él se arrepintiera de último momento.

Justo cuando la pudo retirar de su rostro, la máscara se le cayó de las manos y terminó en el suelo. Sin ser consciente, sus ojos se llenaron de lágrimas que no tardaron en caer sobre sus mejillas. Su corazón latía más rápido y su llanto silencioso se hizo más presente.

Podía reconocerlo, era alguien parecido a su hermano menor, y se trataba del mismo hombre que aparecía en sus sueños.

—Cumpliste tu promesa, volviste a encontrarme— murmuró la joven sin importar que lo que decía no tuviera sentido para él.

Obito se sorprendió de verla llorar y torpemente intentó limpiar sus lágrimas, incluso se quitó los guantes para poder hacerlo mejor.

—¿Por qué estás llorando?— quiso saber, no pensaba que la sorpresa fuera demasiado para ella.

—Obito-san es muy atractivo— confesó Hinata nerviosa, abrazándose a él para que no pudiera notar el increíble rubor que cubría sus mejillas.

El Uchiha también se sonrojó, y agradecía que ella no pudiera verlo.

—Haces que pierda la cabeza, ojos de ángel— Obito besó la coronilla de su cabeza, consiguiendo que la joven lo abrace con más fuerza.

—Quiero quedarme con Obito-san, por favor— pidió ella tratando de no volver a llorar.

—Está bien— el Uchiha acarició su cabello, ella le parecía tan frágil en ese instante.

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—¿Viste eso, Indra-kun?, Yo nunca fallo en el tiro con arco— alardeó Hanae al tiempo que daba saltos para festejar su gran victoria.

Indra miró por unos segundos los blancos a los que ella había dado, en ningún intento falló. Después, posó sus ojos negros sobre ella, que seguía emocionada con sus logros.

Le pareció adorable.

—Es impresionante que lo logres, la distancia es demasiada— habló Indra sin verla, trataba de darle un elogio pero sin que pareciera demasiado importante, no quería que el éxito pronto se le suba a la cabeza.

Hanae sonrió —Mis ojos son mejores que los tuyos— presumió lazando su arco hacía él.

El castaño suspiró, ya era tarde.

—Mejor déjame ver tus manos— le pidió para cambiar de tema.

Hanae se sentó a su a lado, aún sin dejar de sonreír. Antes de que le mostrara sus manos, Indra tomó sus muñecas para verlas por su cuenta.

—¿Para qué?— preguntó la joven, sentía curiosidad por la impaciencia de su primo.

—Quiero ver si ahora manejas mejor el fuego— le explicó tranquilo, tratar con Hanae era mejor que hacerlo con su hermano.

Con la ojiperla podía entrenar sin temor a que el objetivo de ella fuera superarlo. Hanae solamente quería ser fuerte para proteger su aldea y llamar la atención de su hermano menor, lo que últimamente le estaba molestando.

—Mis llamas son blancas, ahora mis golpes crean tanto daño interno como externo— Hanae esperó a que Indra soltara sus manos para mostrarle como alrededor de su piel se formaba un válido fuego —Es gracias a ti, ¡Eres increíble, Indra-kun!— comentó ella con gran ánimo.

—Sé que lo soy— Indra sonrió, debía admitir que le gustaba mucho cuando ella lo admiraba.

—¿Crees que ahora pueda estar con Ashura?— la ojiperla desvió la mirada, nerviosa por escuchar la respuesta de su primo.

Indra dejó de sonreír.

—¿De verdad te sigue gustando mi hermano?— él se cruzó de brazos, no entendía como una mujer fuerte como ella se interesaba en un perdedor como Ashura.

—Y-yo...—

—¿No puedes verme a mí?— le preguntó mientras tomaba sus manos nuevamente.

Hanae se sorprendió por su repentina confesión, su hermana mayor ya le había contado que creía que Indra sentía algo por ella, incluso Ashura decía que le alegraba que su hermano pudiera convivir más con otra persona.

—Indra-kun...—

De pronto, todo comenzó a verse negro, como si la imagen frente a él estuviera desapareciendo.

—Indra-kun—

—Indra-kun—

—Indra-kun—

—Indra-kun—

Sasuke-kun—

—Sasuke-kun—

—Sasuke-kun—

Sasuke parpadeó repetidamente, sus ojos por fin se abrieron, pero en cuanto sintió la poca luz de la habitación, volvió a cerrarlos. Aquel sueño le había dejado una sensación extraña, y cuando de nuevo abrió sus ojos, se cubrió con la mano. Sus ojos lentamente se fueron adaptando a la luz, de esa manera logró notar a la chica de sus sueños sentada a su lado, colocando un pañuelo sobre su frente.

Frotó sus ojos en un intento por entender lo que sucedía, pues parecía que continuaba dormido. Tardó un momento en reconocerla, la joven de sus sueños y su antigua compañera de academia eran muy parecidas, prácticamente idénticas.

Tenía demasiado tiempo sin verla, antes recordaba verla acompañando a Sakura o tratando de no desmayarse frente a Naruto. Y ahora, le sorprendía un poco su vestimenta. Si bien tenía los mismos ojos, su cabello había crecido demasiado, además, usaba ropa que no creyó que vería en ella alguna vez. Cómo una blusa sin mangas o un obi que se ajustara a su cintura.

—Sasuke-kun, ¿Estás bien?— Hinata dejó otro pañuelo húmedo sobre el brazo derecho de Sasuke, tratando de cubrir los sitios en qué debía bajar la inflamación.

—Hyūga... ¿Estamos en Konoha?, No puedo reconocer el lugar— murmuró el Uchiha sintiendo la garganta seca, lo que le indicaba que debía llevar varios días inconsciente.

La única razón por la que su compañera de academia la estuviera atendiendo es que Naruto y Sakura lo habían llevado de regreso a Konoha después de su batalla.

Lo siento, Sasuke. No habrá una próxima vez—

—En realidad no, estamos en otro sitio— trató de explicar Hinata, interrumpiendo por un momento los recuerdos de Sasuke.

—¿Dónde está Itachi?— indagó, quería asegurarse de que todo hubiera terminado.

—Lo siento...— la Hyūga bajó la mirada.

Sasuke intentó incorporarse, aunque casi de inmediato, Hinata lo detuvo tomando sus hombros, logrando así que el Uchiha quedara solamente sentado.

—¿Cuánto tiempo llevo dormido?— él frotó su frente, se encontraba mareado y demasiado desorientado.

—Algunos días, sentirás dolor o entumecimiento pero estarás bien si descansas— le animó Hinata sonriendo, estaba segura de que Itachi, Naruto y Sakura estarían felices de que Sasuke estuviera con vida.

—No entiendo que hacemos aquí, ¿Dónde estamos?— insistió Sasuke empezando con su mal humor.

—Hum, sobre eso...—

—Ya hiciste suficiente, Hinata. Gracias— habló Obito desde la esquina opuesta de la habitación.

Los sentidos de Sasuke se dispararon en señal de alerta, levantó el rostro en la dirección en qué provenía la voz, sólo para encontrar a un hombre sentado sobre una silla que se recargaba en la pared.

La luz no llegaba hasta ahí, por lo que no podía distinguir de quién se trataba.

—¿Quién eres tú?— Sasuke elevó la voz, algo en esa presencia no le daba confianza.

—Tobi te rescató, él y yo te hemos curado— confesó Hinata tratando de intervenir por el bien de ambos.

No sabía que planes tenía Obito, y por lo visto, Sasuke no quería saber nada de él.

—Hinata, ¿Podrías dejarme a solas con Sasuke?— le pidió el Uchiha, y para Sasuke no pasó desapercibido el ligero cambio en su tono.

—Está bien— Hinata quiso levantarse pero Sasuke tomó su mano, impidiendo que lo hiciera.

—No me interesa lo que tengas que decir, me voy de aquí— soltó Sasuke irritado.

—Suelta su mano— le ordenó Obito fijando sus ojos en aquella pequeña unión.

Sasuke se desconcertó un momento, aunque después entendió a qué se refería, no se percató de en qué momento había tomado la mano de su compañera, pero la terminó soltando.

Obito se acercó entonces hacia ellos, y cuando la luz de la pequeña lámpara que había en la habitación lo iluminó, Sasuke por accidentes usó el Amaterasu en él, incendiando su máscara.

—Tobi— Hinata corrió en su dirección, preocupada por el ataque de Sasuke a Obito.

El Uchiha retrocedió nuevamente a la oscuridad de la habitación para poder quitarse la máscara y que Sasuke no lo viera. Antes de que Hinata se acerque más, se deshizo de la máscara y de las llamas del Amaterasu.

—Supongo que antes de morir, Itachi intentó protegerte— el pelinegro suspiró y posó su mano frente a Hinata, que se detuvo antes de poder tocarlo.

—Hyūga, regresa aquí— le ordenó Sasuke molesta —Nos vamos— finalizó.

—¿Quieres irte con ella?— Obito sonrió de medio lado, no le gustaba la aparente confianza de Sasuke hacia Hinata.

—Sasuke-kun, no es...—

—No quiero escuchar nada de él— la cortó antes de que ella dijera algo más, era obvio que su compañera estaba de su lado.

—Lo harás, es momento de que conozcas la verdad— el Uchiha se cruzó de brazos y se recargó sobre la pared.

—Iré por algo de sopa, espera sólo un poco, Sasuke-kun— Hinata se fue de la habitación sin esperar una respuesta, dejándolos solos.

Sasuke se obligó entonces a escuchar lo que ese tipo tenía para decir. Sintiéndose más furioso y desconsolado con cada palabra que salía de su boca.

La verdad de Itachi.

¿Realmente conocía a su hermano?

Aún en contra de cualquier lógica, Sasuke le creía, le creía a un hombre que ni siquiera le mostraba quién era.

Y peor aún, se arrepentía por lo que le había hecho a su hermano.

Sasuke, al igual que Hinata e Itachi, había encontrado en ese Uchiha a un aliado.

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Con pasos rápidos y sin importar importunar en el hospital, Shikamaru, Ino y Natsuki abrían las puertas del hospital para darle la entrada a Tokuma, quién llevaba en su espalda a Itachi. Afortunadamente, a esa hora no había pacientes que recibir, sólo enfermeros que se preparaban para un día más de trabajo.

—¡Rápido, una camilla!— gritó Ino desesperada, se había separado del grupo sólo para dirigirse a las primeras enfermeras que encontró.

—Una camilla— repitió una de las enfermeras hacia dos de sus compañeras, que corrieron para cumplir con la petición de Ino.

Tsunade, Shizune y Sakura también se encontraban ahí, las tres haciendo una inspección de rutina al hospital para realizar el inventario. Tsunade se sorprendió de ver a los cuatro en el hospital, habían desaparecido sin dar razones, incluso Natsuki se había marchado desde hace aproximadamente dos semanas.

—¿Dónde estaban ustedes?, ¿Quién es el herido?— Tsunade fue la primera en reaccionar, acercándose hacia Ino en busca de respuestas.

—Ino-san, aquí está— las enfermeras llegaron con la camilla que se había solicitado.

Shikamaru y Natsuki se apresuraron entonces a ayudar a Tokuma a dejar a Itachi sobre la camilla.

Sakura se cubrió la boca al ver de quien se trataba el herido —Es Itachi Uchiha— su voz fue tan baja como un susurro.

—Estarás bien, Itachi. No puedes morir, no ahora que estamos en casa— Ino sujetó la camilla de Itachi antes de avanzar, el Uchiha apenas y la miró, estaba levemente consciente.

—Supongo que las explicaciones podrán esperar, ¿No?— le habló Shikamaru a Tsunade, quien decidió pasar por algo su tono de sarcasmo.

Tsunade observó sólo por unos segundos la situación, tomando una decisión rápidamente, justo cómo su cargo se lo exigía siempre. La rubia se dio la vuelta para centrar si atención en el personal del hospital, tenía que ser directa al dar sus indicaciones, y esperaba poder intimidar lo suficiente.

—Escuchen, acompañen a Shizune a llevar a Itachi al área privada del hospital, y no se les ocurra decir una palabra sobre esto. Aquí no tenemos de paciente a Itachi Uchiha, ¿Entendido?— su voz se elevó tanto que los enfermeros no hicieron más que temblar bajo su mirada. No entendían que sucedía, pero estaba claro que no se encontraban en posición de objetar.

—¡Hai!—

Todos terminaron asintiendo, comenzando a moverse para llevar la camilla de Itachi hacia donde Shizune les indicaba. Detrás de todos, Tsunade también corría.

—¡Date prisa, Ino!— le gritó la Hokage.

—Nos vemos después, gracias por todo— Ino se despidió de sus amigos con una corta reverencia para poder ir detrás de Tsunade.

Mientras veía como llevaban la camilla de Itachi, se prometió a sí misma que no lo dejaría morir, él era el único que podía decirle donde se encontraba Hinata. No iba a desperdiciar esa oportunidad.

Ino se detuvo cuando Sakura tomó su mano.

—Yo te ayudaré— se ofreció Sakura con gran determinación.

Ino se soltó de Sakura bruscamente, molesta por su intromisión —Tú no vas a arruinarme esto, no quiero que te involucres o lo termines transformando en algo relacionado a Sasuke— le dijo enfadada, incluso Shikamaru no se atrevió a intervenir.

—¿De qué hablas?— los ojos verdes de Sakura se abrieron un poco más debido a la sorpresa.

—Si salvé a Itachi no es por Sasuke o porque le tenga algo de compasión a ese cretino. Lo hice porque planeo usarlo, con él voy a traer a mi amiga de regreso— comenzó Ino, todo el rencor que había guardado hacia Sakura por no haberla apoyado antes por fin estaba saliendo —Si permito que interfieras, volverás a elegir a Sasuke—

—No es… Sólo quiero ayudar, soy mejor ninja médico que tú— resaltó Sakura, que para ese momento, también estaba alzando la voz.

—Únicamente yo puedo decidir sobre su tratamiento, esto lo conseguimos nosotros, no Naruto o tú— la Yamanaka la empujó con su dedo índice —¿Por qué no mejor vas a buscar a Sasuke?, Es lo que mejor se les da a ustedes dos— finalizó Ino antes de irse corriendo hacia el sitio donde llevaban a Itachi.

Sakura se quedó en silencio, apretando sus manos con fuerza y sintiéndose furiosa. Por otro lado, Shikamaru, Tokuma y Natsuki decidieron quedarse a esperar noticias, querían saber si Itachi lograría pasar la noche.

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Los sueños, cada vez se sienten más reales— Hinata estaba sentada a la orilla del lago, sabía que Itachi estaba esperando cerca, pero también que le daba privacidad.

—No son sueños, estás recordando tu pasado— le contestó Kaede, de nuevo mostrándose solamente como un reflejo.

—¿Recordando?, ¿Cómo es eso posible?— la Hyūga miró el agua en busca de respuestas, no le gustaba el misterio con que ella siempre la envolvía.

—Hermana, en esta vida, podrías despertar un don parecido al mío pero diferente a la vez— confesó Kaede sonriendo, ese era el plan que Izanami tenía para esa reencarnación de su hermana.

—No lo quiero, sólo necesito que me digas como detener las pesadillas. Las pastillas para dormir ya no están funcionando— continuó Hinata, tratando de que quien decía ser "su hermana" la comprendiera.

—¿Quieres detener las pesadillas?, Entonces debes recordar tu pasado, y enfrentarlo— le respondió Kaede sin agregar más, dando por finalizado su encuentro.

Hinata suspiró y terminó de cepillar su cabello, de nuevo sus recuerdos de aquella conversación la invadían. Apenas comenzaba a sentirse segura, ya era hora de que enfrente la historia que le perseguía.

—Buscar donde todo comenzó— la Hyūga vió sus manos —La ciudad de las alturas— murmuró, sabía quién era él único que podía llevarla ahí.

Ese era el sitio donde se encontraría con su pasado.

Se miró al espejo detenidamente, admirando en su reflejo la nueva ropa que Konan le había obsequiado, le gustaba tanto el tono lila que estaba dispuesta a hacerlo su nuevo atuendo habitual.

Era cómodo, la blusa tipo kimono no llevaba mangas, lo que permitía más el movimiento de sus brazos, el obi que se ajustaba a ella resaltaba su figura, pero extrañamente, no le hacía sentir incómoda. Lo que quizá no le agradaba tanto era lo corto del short, aunque se complementaba bien con las medias y sus nuevas botas.

Hinata reaccionó y dejó de concentrarse en ella cuando tocaron a su puerta, imaginaba quien podía ser.

—Adelante—

Obito entró a la habitación en silencio, quitándose la máscara tras cerrar la puerta. Hinata sonrió al verlo.

—Vine para decirte que Sasuke estará bien, aceptó recibir los ojos de su madre— confesó el Uchiha mientras daba un buen vistazo a la joven frente a él, realmente Konan se merecía un agradecimiento por vestirla tan linda.

—No tendrá problemas en su vista, eso me alegra— respondió Hinata más tranquila, no quería que su compañero también pase por lo mismo que Itachi.

—Sólo deberá reposar unos días más— explicó Obito sin mostrar mucho interés sobre ello, lo único que importaba es que Sasuke ya no quedaría ciego —Sé que te preocupa por ser tu compañero, pero no puedes decirle que existe la posibilidad de que Itachi esté vivo— le advirtió siendo más serio.

—Lo hare si me hace un favor a cambio— pidió Hinata esforzándose por no parecer nerviosa.

—¿Y cuál sería ese favor?— Obito se cruzó de brazos, interesado en lo que ella tenía que decir.

—Quiero que me lleve a la ciudad de las alturas, Itachi me confesó que sólo usted podía hacerlo, que sólo Obito-san conoce ese lugar— lo miró directamente a los ojos, esperando poder descubrir cualquier cambio en su expresión. No permitiría que el Uchiha le mienta.

Obito asintió —Lo conozco, mi antiguo maestro me envió ahí para robar algunas pinturas que le recordaban a la mujer que amaba— rodó los ojos al recordar a Madara y su extraña historia de amor —Su otro nombre es la ciudad de Hamura, ¿Por qué quieres ir ahí?—

—Necesito encontrar respuestas— respondió la azabache bajando la mirada, estaba nerviosa por su respuesta.

—Está bien, te llevaré. Por ahora no debo preocuparme por Sasuke, así que tengo tiempo para ti— accedió finalmente, alejar a Hinata de Sasuke sería bueno, para variar.

—Gracias, Obito-san— la joven sonrió feliz, logrando que el Uchiha se sonroje ligeramente.

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Sakura se encontraba sentada bajo un árbol, estar en el campo de entrenamiento que usaba con su equipo le traía varios recuerdos. Desde buenos como malos.

—¿Sakura-chan?, ¿Por qué querías verme?— Naruto apareció pronto, llamando su atención y obligándola a salir de sus pensamientos.

La Haruno por fin abrió sus ojos, mirando a su amigo por unos minutos.

—Naruto, hay algo que debo decirte— inició sin saber bien como debía expresarse.

—¿De qué se trata?— el rubio se sentó a lado de su compañera, no estaba de muy buen humor.

—Es sobre Sasuke-kun— Naruto abrió más sus ojos al escucharla —Lo siento, creo que fui egoísta al pensar en salvar a Sasuke-kun antes que Hinata-chan— admitió avergonzada, no es que prefería a Sasuke antes que a Hinata, sino que simplemente no podía confiar en Itachi.

Naruto bajó la mirada —Ya es tarde. Neji, Kiba y Shino se enteraron de que no les dijimos sobre la información de Itachi, sienten que los hemos traicionado y ya no quieren hablarnos— para el Uzumaki, lo más importante eran sus amigos, por eso le dolía el rechazo de ellos tres. Incluso Ino parecía odiarlo.

—Lo sé, Ino no para de culparme porque Natsuki-san tuvo que ir sola a Amegakure— Sakura suspiró, quizá si merecía el rencor de sus amigos, pero esperaba que pudieran solucionarlo de alguna forma.

—Me iré primero— le dijo Naruto, que estaba por marcharse antes de que Sakura lo detuviera tomando su chaqueta.

—Naruto, no era lo único que necesitaba decirte— murmuró ella un poco nerviosa.

—¿Y ahora qué?—

Sakura apretó sus manos —Te dejo libre de aquella promesa— los ojos de Naruto se abrieron demasiado, demostrando gran sorpresa —Ya no tienes que sentirte obligado a traer a Sasuke-kun de regreso, justo ahora debemos enfocarnos en alguien más— confesó finalmente la joven.

—¿Lo dices en serio?— Naruto tomó los hombros de su compañera.

Sakura asintió —Es mejor que busquemos a Hinata-chan, a diferencia de Sasuke-kun, ella no está fuera de Konoha por voluntad propia— resaltó ella cabizbaja, esa decisión la debieron haber tomado desde antes.

—¡Sí!, Tengo que rescatar a Hinata primero— Naruto sonrió, sintiendo que por fin le quitaban un peso de encima. Ahora ya no se debatía entre Sasuke y Hinata, podía elegir a quien más lo necesitaba sin temor a fallarle a otro amigo.

—Tienes mi apoyo— Sakura levantó su brazo derecho, contagiada del entusiasmo de Naruto.

—¿Me ayudarías para poder confesarle mis sentimientos a Hinata?— el rubio rascó su mejilla, siempre se ponía nervioso con ese tema.

—Aunque no me lo pidieras te ayudaría, eres tan idiota que podrías arruinarlo— Sakura se burló de él mostrando su lengua, acción que molestó a Naruto.

—¡Oye!, Tú ni siquiera tienes experiencia en esto— se quejó el Uzumaki agitando sus brazos

—Cierra la boca Naruto— le gritó Sakura furiosa.

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Notas de la autora:

• Puede contener errores ortográficos.

• Me tardé más de lo que esperaba porque también estoy estudiando para un examen muy importante, deseen suerte 🥺

• Ino ahora tiene bastante rencor hacia Sakura y Naruto, por eso anda soltando sus verdades xd pero era el empujoncito que ellos necesitaban para dejar de lado su obsesión por traer de regreso a Sasuke 😅

• Bueno, con este capítulo se van a mostrando más cosas, ¿No? 👀 Apuesto a que ya confirmaron quien fue el que asesinó a Hanae 😬

• Y también les deben surgir más dudas, como quién era el amor de Madara y cuál fue su historia 🙊 o que pasa con el soske 🌚

• ¿Ya pueden adivinar que papel juegan Izanami e Izanagi en la historia? 😈

Dejen sus votos y comentarios ♥️

Nos leemos en la próxima actualización 👀❣️

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