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Capítulo VII: Un aliado inesperado.

Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.

—Señorita, despierte por favor. No quiero hacerle daño— la tocó con su máscara, porque ese era el único objeto real que podía sostener, algo que fue muy curioso al principio. Hinata no respondió, su respiración era tan tranquila que comprendió que ella dormía —Genial, Shisui. Mira lo que hiciste— se recriminó a sí mismo, enfadado por haber asustado a la única persona que lo había visto en años.

El silencio invadió la cueva por más de quince minutos, Shisui esperaba pacientemente a que la joven despierte, sus intentos por ayudarle fueron en vano, ella sólo se quejaba débilmente. La observó con curiosidad mientras ella dormía, tenía una piel que se veía suave, un cabello brillante y unos labios rosados, su vestido se había subido dejando al descubierto sus perfectos muslos, mismos a los que Shisui se obligó no ver. En simples palabras, podía decir que era muy bonita, sus facciones finas y su figura le daban el aspecto de una joven que debía venir de una buena familia, Shisui no lo dudó, ella era una Hyūga, una a la que recordaba, Hinata, la primogénita de Hiashi.

—¿Dónde...?— el Uchiha dejó de divagar en sus pensamientos al escuchar la voz de Hinata, la ojiperla se fue incorporando poco a poco. Sentía la presencia a su lado, aunque de momento decidía ignorarlo.

Shisui se colocó nuevamente la máscara, creyendo que así la joven no volvería a desmayarse —¿Se encuentra bien?, ¿No golpeó su cabeza?— agitó una mano frente a ella, a Hinata le fue imposible no verlo.

Los ojos perla de la joven se posaron sobre la máscara de la persona frente a ella, llevaba vestimenta ninja, por lo que dedujo debía tratarse de un ANBU, aunque no llevaba el traje especial, usaba una máscara como la de ellos.

—Estoy bien, sólo me encuentro mareada y siento frío— Hinata se abrazó a sí misma para entrar en calor, Shisui fue consciente entonces de los temblores que sufría el cuerpo de la Hyūga.

—Está empapada, quizá deberíamos hacer una fogata— le propuso Shisui, Hinata asintió en automático. Ambos esperaban a que el otro continúe hablando, que dijera como es que podrían encender un fuego, ahí no parecía haber ramas que funcionen para su objetivo.

—¿Mi padre lo ha enviado?— la ojiperla lo miró de reojo, su acompañante se removía inquieto en su propio lugar, como si quisiera decirle algo y no se atreviera.

—No conozco a tu padre, así que la respuesta es no— sus dedos tocaron la máscara por unos segundos, respiró profundamente y se armó de valor para quitarla de su rostro y permitirle a ella ver su verdadera identidad —Mi nombre es Shisui...

—Uchiha... Shisui Uchiha— interrumpió Hinata confundida, parpadeó en varias ocasiones y frotó sus ojos, no podía creer que él estuviera frente a ella —Yo te recuerdo— un sonrojo cubrió sus mejillas cuando los recuerdos que parecían muy lejanos la golpearon con fuerza, el rostro de Shisui se hizo entonces muy familiar, recordaba verlo cerca de Sasuke.

Shisui rió por su reacción, le agradaba más verla avergonzada que asustada —Yo también te recuerdo. Nunca te he devuelto tu paraguas— sentado a su lado, Shisui apoyó su codo sobre su rodilla, y casi de inmediato, permitió a su barbilla descansar en su mano derecha.

—Usted es... Es el niño del dibujo— la Hyūga gateó de prisa hasta donde había arrojado su mochila, la abrió y tiró el contenido al suelo. Shisui la miró buscar entre los objetos, Hinata había tomado una bata como la de Obito, y ahora tentaba las bolsas.

—¿Qué niño?— Hinata le mostró el dibujo dónde estaban Obito y Shisui, ella lo había guardado en su mochila porque sentía que ahí estaría más seguro. Shisui sonrió al verse a lado de su hermano, todavía recordaba ese día.

—Es él— Shisui se sorprendió un poco cuando Hinata volvió a hablar mientras lo señalaba en el dibujo, asintió como única respuesta —Y Tobi es el hombre que lo acompaña en este otro dibujo— Hinata le dejó ver entonces otra imagen, una dónde se encontraba su padre.

Shisui no pudo evitar reír ante la lógica de la chica, su hermano mayor no era tan viejo —¿Crees que el hombre de la máscara es mi padre?— al decirlo en voz alta, de nuevo una risa brotó de su boca.

Hinata se avergonzó al verlo reír, había decidido creer en Itachi así que no le importó si podía equivocarse —¿No lo es?—

Shisui negó sonriendo —Es mi hermano mayor— confesó, la expresión de sorpresa de la joven frente a él le pareció divertida.

—¿Uchiha Obito?— Hinata frotó su barbilla, pensando que aunque Itachi se equivocó, no estaba lejos de encontrar la verdad.

Shisui asintió una vez más —No creí que... ¿De verdad pensaste que él era tan viejo?— Shisui rió de las expresiones de Hinata, que se avergonzó todavía más por ello.

—N-no yo... I-itachi-kun l-lo dijo, y-yo imaginé que...— Hinata guardó silencio, sintiendo que sólo estaba balbuceando.

—No es mi padre, es Obito— Shisui sonrió, la pequeña Hyūga era la primera en hacerle compañía después de mucho tiempo, por fin sentía que no se volvería loco.

—Aun así, tengo un plan— comentó Hinata con determinación, si ambos hermanos se reunían, Shisui podría detener a Obito de los planes que Itachi tanto temía.

—¿Cuál plan?— indagó él mirándola con atención.

—Si Shisui-kun habla con Obito-san, él puede...

—No me es posible hablar con Obito— interrumpió Shisui a Hinata, confundiendo a la joven en el proceso.

—¿Por qué no podría?— Hinata estornudó ligeramente, el sonrojo en sus mejillas ahora no logró llamar la atención del Uchiha.

Shisui bajó la mirada, meditando cuáles podrían ser sus palabras y eligiendo ser directo —Yo no estoy vivo— confesó frotando su mejilla.

El rostro blanco de Hinata se volvió incluso más pálido  —¿Q-qué?— por instinto, retrocedió unos pasos.

—Mi espíritu sigue aquí, por eso estoy hablando contigo. Aunque, yo he muerto hace años— Shisui miró el pequeño lago del que Hinata había salido hace poco, antes creía que los ancianos de su clan inventaban historias, ahora descubría que era verdad.

Por alguna extraña razón, Izanami había condenado a los Uchiha a parar ahí.

—N-no, eso no e-es posible— la joven Hyūga retrocedió los pasos que Shisui avanzaba hacia ella, se detuvo solamente cuando tropezó y cayó al suelo.

—Lo es, he intentado que me veas todo este tiempo. Siempre me escuchabas, creo que tenemos alguna conexión— habló Shisui con emoción, en tantos años que trató de llamar la atención de Itachi u Obito, la única en notarlo era esa joven

—N-no es...

—¡Ah!, ¿Y sí te enseño algo?— preguntó el Uchiha mostrando una sonrisa en sus labios.

—¿¡Eh!?— Hinata cubrió su boca con su mano, avergonzada con la idea de Shisui.

—No es algo pervertido, sólo quiero ganar tu confianza— se apresuró a aclarar Shisui, pensándolo bien, no se escuchaba correcto cuando lo decía en voz alta —¿No te gustaría impresionar a mi hermano con una técnica de fuego?, ¿Me creerás si te enseño a hacerlo?— trató de convencerla con eso, sabía por lo que veía de las interacciones entre ambos, que Hinata siempre trataba de demostrar que aprendía rápido.

Hinata se sonrojó fuertemente, le agradaba imaginar que podría ganarse el respeto se Tobi —Yo... Quiero intentarlo— porque si lo lograban, podría sentir por un momento que llegaría a tener tanto talento como Shisui.

Shisui sonrió nuevamente, convencer a Hinata quizá sería más fácil de lo que creyó —Respira bien antes de comenzar — extendió su mano hacia ella y depositó su dedo índice en la frente de la chica, Hinata se sorprendió al no poder sentirlo —Reúne la mayor cantidad de chakra que te sea posible, concéntrate en el y enfócate bien. No debes temer, si muestras cualquier signo de debilidad, saldrás lastimada. El alcance de tu técnica dependerá de la cantidad de chakra que logres reunir— le advirtió el Uchiha siendo más serio.

Hinata cerró sus ojos e intentó seguir su instrucción, fue en el momento en que Shisui "tocó" sus hombros, que sintió un calor difícil de explicar. Shisui tenía razón al decirle que no debía estar atemorizada, Itachi también se los decía en varias ocasiones, si retrocedía, no podría avanzar. Aunque el fuego quemaba su boca, si podía controlarlo, eso ya no sucedería.

—Puedes hacerlo, Hinata— la ojiperla escuchó al Uchiha animándole, logrando que se arme de valor para no defraudarlo.

—Si funciona, intentaré frente a tu hermano— habló en esta ocasión Hinata, la ojiperla apretó sus manos y continuó en su intento de concentrarse.

Shisui rió ante la escena —Me gustaría verlo—

—Katon: Gōkakyū no Jutsu— Shisui sintió la emoción de Hinata cómo propia, la Hyūga de nuevo sentía sus músculos esforzarse y a su corazón latir con fuerza.

Hinata se asombró por la forma en que mejoró su técnica, la consideraba incluso un poco más fuerte que cuando fue instruida por  Itachi.

—¡Eso es!— Shisui aplaudió con alegría, orgulloso de que su pequeña lección haya funcionado.

—Gra-gracias— murmuró Hinata un poco cansada. Si bien su técnica no había mejorado tanto en su rango de alcance, ahora su fuego era una linda mezcla de rojo y azul, justo como el fuego que Itachi le había enseñado a manipular de mejor manera.

—Se ve increíble, Hinata. Aunque todavía no logras aumentar la distancia de tu ataque, el calor es más fuerte que antes— Shisui intentó elogiar más a la joven, sabía que esa era la manera correcta de ayudarle a que no se desanime en su primer intento. Es así como él lo hacía con otros Uchiha  —Hey, Hinata, ¿Estás bien?— indagó el Uchiha al ver qué la chica de nuevo tenía las mejillas rojas.

—Creo, creo que yo...— Hinata no logró terminar su oración, se desmayó y cayó al suelo como anteriormente lo había hecho. Shisui de nuevo fue incapaz de sostenerla.

—Maldición, debimos encender esa fogata. Seguramente estás ardiendo en fiebre— el pelinegro se arrodilló junto al cuerpo inconsciente de Hinata, lo único que podía hacer por ella era verla hablar dormida.

—¡Hinata!— Shisui levantó la cabeza al oír a su hermano mayor, se sorprendió de ver a Obito avanzar desde donde estaban las piedras de sus ancestros hasta llegar a ellos.

—Obito, lo siento— Shisui habló bajando la cabeza, aunque era consciente de que su hermano no podía escucharlo.

—Itachi es un demente por enviarte aquí— Obito corrió unos pasos más para llegar a Hinata, estando con ella tocó su frente —De nuevo tienes fiebre, pequeña torpe— el Uchiha suspiró frustrado, ella era tan irresponsable. Si estaba desmayada ahí, nadie podría ayudarle.

—Shisui-kun— Obito se tensó por el murmuro de Hinata, no comprendía de dónde podía conocer la Hyūga a su hermano menor. Shisui se preocupó por la ojiperla al ver su cara más roja que antes.

—¿De dónde...?— el Uchiha miró un poco más allá de Hinata, encontrando su mochila vacía y con todas sus pertenencias sobre el suelo. Dejó a Hinata un momento para ir a recoger, quedando congelado en su propio sitio cuando descubrió los dibujos de su familia cerca de su capa —No me permites pensar bien— Obito terminó de recoger todo y regresarlo a la mochila, se la colgó al hombro  y después se dirigió de nuevo con Hinata para cargarla en sus brazos.

—Cuídala, Niisan— Shisui los vió desaparecer en un remolino que reconocía bien, se trataba de las técnicas de su hermano.

El equipo diez de Konoha se encontraba en cierta parte del inmenso bosque, instalándose en la parte que creyeron más segura para poder pasar la noche, los tres trataban de ayudarse mutuamente para formar su campamento. Shikamaru armaba su tienda de campaña, misma que compartiría con Chōji, Ino terminaba de acomodar su saco de dormir en su propia carpa y Chōji se encargaba de preparar un poco de comida para la cena de los tres.

—Odio que haya tantos mosquitos— Ino suspiró y se dirigió hacia Shikamaru para ayudarlo, ella ya había terminado su tarea.

—He pedido refuerzos a la Hokage— les contó Shikamaru repentinamente, sabía que había tardado en decirles, pues era probable que los refuerzos llegarán en menos de media hora.

—¿Qué?— soltó Chōji, dejando de prestar atención a los pescados que estaba asando.

—¿A qué viene eso?— quiso saber Ino, ella al igual que Chōji, había dejado su labor de lado por un momento.

—Escuchen, lo que les diré debe ser un secreto, no quiero meter a Hinata en problemas si su padre llega a enterarse— comenzó Shikamaru rascando su cuello, él no pensaba mal de su compañera, pero si le daba cierto temor la posible reacción de sus amigos respecto a lo que sabía.

—¿Qué sucede?, Anda, dilo ya— exigió Ino cruzando sus brazos.

—Tengo un informante, él me confesó que ha visto a Hinata con Itachi Uchiha— les confesó Shikamaru, tomando su tiempo para analizar los rostros y ligeros movimientos de Ino y Chōji —No sé bien que clase de relación mantienen, pero mi informante dice que parecen maestro y alumna— finalizó el Nara, dejando inquietos a sus dos acompañantes.

—Eso es imposible, no veo a Hinata traicionando a Konoha— Chōji fue el primero en salir en defensa de Hinata, su compañera le parecía una persona muy gentil, no podía visualizarla a lado de Itachi Uchiha.

—Ella sabe lo que Itachi significa para Sasuke-kun, lo que Sasuke-kun significa para mí— habló Ino mordiendo su labio inferior, tenía que tratarse de un malentendido. Hinata no podía estar de lado del hombre que había hecho sufrir tanto a Sasuke.

Shikamaru se sintió irritado al escuchar a Ino, aparentemente, Ino todavía gustaba de Sasuke —Lo sé, tampoco creo que Hinata nos esté traicionando— el pelinegro terminó de poner la tienda de campaña, su amiga había olvidado ayudarle con eso —Si Hinata no está con Itachi por voluntad, quiere decir que fue secuestrada. Será difícil salvar a Hinata de Akatsuki, ustedes lo saben bien— miró de reojo a sus amigos, quienes rápidamente asintieron.

Tanto Chōji como Ino se entristecen al recordar a Asuma, la prueba de lo que Akatsuki era capaz de hacer estaba en la muerte de su maestro.

—Por eso pediste refuerzos— habló Chōji haciendo ver lo obvio, ellos tres solos no podrían enfrentarse a Itachi.

—Será más difícil movernos siendo un grupo grande, pero si entramos en una batalla, tendremos más probabilidades de salir con vida— intentaba ser positivo con esa idea, pero ser demasiados era arriesgado, tendría que organizar muy bien sus cartas antes de siquiera pensar en enfrentarse a Akatsuki. No sabía quién podría estar acompañando al Uchiha.

—¿A quién llamaste?— preguntó Ino con aún más interés, aunque sospechaba que podría tratarse de algunos Hyūga.

—Tokuma Hyūga, Neji, Kiba, Shino y a Natsuki— Shikamaru aceptó los sacos de dormir que Ino le ofrecía para terminar de organizar su espacio.

—¿La prima de Kakashi-sensei?— Chōji se sonrojó ligeramente, Natsuki le agradaba demasiado, ella siempre era amable con él. Aunque era consciente de que sólo parecía verlo como un hermano menor.

—Sí, a ella. Tsunade la recomendó junto con Tokuma si es que pensamos encontrarnos con Itachi Uchiha— el Nara dio un largo suspiro, para nada me agradaba la idea de enfrentarse a Itachi, pues sabía de antemano que tendría alguna baja en su equipo.

—Me parece bien, esta vez no perderé ante uno de ellos— aseguró Ino convencida de sí misma, Chōji no tardó en apoyarla.

Shikamaru, a diferencia de sus amigos, seguía sintiéndose preocupado de volver a ver a un Akatsuki. Se preguntaba que clase de compañero tendría Itachi y si ellos eran capaces de hacerle frente.

—Eso huele realmente delicioso— para sorpresa de los tres jóvenes, Kiba y Akamaru aparecieron de un salto entre los arbustos. Ino se asustó al verlos llegar sin previo aviso, estaba tan concentrada en su plática con Shikamaru y Chōji que no lo sintió llegar.

—No aparezcas sin avisar, puedes provocar un accidente— habló Shino tranquilo, detrás de él venía Neji.

—Buenas noches— saludó el castaño con un ligero movimiento de su cabeza.

—¿Podemos ayudar en algo?— Tokuma se acercó al grupo, Ino no pudo evitar pensar en que su amiga tenía un buen gusto.

—Tal vez debemos armar más tiendas y preparar la cena— opinó Natsuki caminando a lado de Tokuma, se sentía más cómoda a lado de alguien con quién ya había compartido otras misiones.

—Yo puedo preparar más comida para ustedes— se ofreció Chōji levantando su mano, en realidad ya estaba preparando algo de comida extra.

—Te ayudaré— Natsuki le sonrió, haciendo que Chōji se sintiera apenado cuando ella llegó a su lado —Kiba, Shino, ustedes ayuden a armar las tiendas— les ordenó dándoles una rápida mirada.

—De acuerdo— accedió Kiba, Shino se limitó a asentir.

—Tokuma-senpai, deberías descansar un poco, fuiste el que más guardia hizo en el camino— le aconsejó Natsuki a su compañero, al ser el mayor, Tokuma se había sentido con la necesidad de estar cuidando de todos los demás.

—Creo que me sentiré más útil si Shikamaru me da un informe de sus planes— le dijo Tokuma dirigiéndose más al Nara que a su compañera, puesto que indirectamente le estaba pidiendo que lo pusiera al tanto de la situación. Shikamaru no dudó en acercarse a él.

—Neji, tú tal vez...—

—Puede ayudarme a pescar más peces— Ino interrumpió a Natsuki, que asintió sin mayor problema.

—Me parece bien— Neji dejó su mochila en el suelo y se fue tras Ino, Shikamaru los miró partir juntos, olvidando por un instante que seguía hablando con Tokuma.

—Vayan con cuidado— pidió Natsuki antes de que los dos se perdieran entre la oscuridad del bosque.

Neji e Ino caminaron juntos y en silencio, los dos parecían sentirse bien de esa manera, y fue una lástima que debieran dejarlo por haber llegado a la orilla del río.

—¿Dónde está la red?— indagó Neji, que hasta ese momento se percató de que Ino no llevaba una consigo.

—En el río, instalé una pequeña trampa. Podemos atrapar los peces ahora o esperar— Ino caminó unos cuantos pasos hasta llegar a un árbol, mismo en que se recargó sobre su espalda

—No necesitabas mi ayuda— Neji miró a Ino, tratando de averiguar lo que tramaba.

—Estoy muy estresada, Neji— la rubia le sonrió sutilmente, en la oscuridad de la noche, para Neji, lo único que brillaba eran sus bonitos ojos azules —Sé que tú también lo estás— ella le hizo una señal con su dedo índice para que se acerque, el Hyūga obedeció sin pensarlo.

—Prometimos no hacerlo de nuevo— murmuró Neji cruzando sus brazos, esperando que por la poca luz, su sonrojo no se volviera evidente.

Cuando Hinata se había comprometido e Ino seguía muy frustrada por su romance con Shikamaru, ellos dos se habían reunido para hablar de sus penas, aunque como era de esperarse, terminaron bebiendo demás y terminaron en un hotel sin saber exactamente lo que hicieron durante toda la noche.

—Pero yo estoy muy frustrada, necesito distraerme sólo un momento. Mañana quiero estar concentrada para ir por Hinata— la Yamanaka se acercó a Neji y tocó su abdomen con sus dedos, no recordaba bien como fue pasar la noche con el primo de su mejor amiga, pero Neji había sido muy gentil con ella al siguiente día.

—Yo no...

—Solamente una noche más— pidió Ino viendo sus ojos perla, sin poder resistirse a ella, Neji terminó besando a su amiga, haciéndole sonreír una vez más.

—Supongo que ahora sí recordaremos— susurró Neji riendo un poco.

—Tengo una condición, no pienso llamarte Neji-niisan— se burló Ino dándole un ligero toque a su nariz, Neji se sonrojó ante su petición.

—No te lo pediría— dijo el Hyūga avergonzado. Cuando estuvieron en ese hotel, Neji se había disculpado por llamarla como su prima, así como ella le pidió perdón por nombrarlo de otra manera.

—Claro— continuó riendo Ino.

—También tengo una petición— murmuró Neji, queriendo jugar de la misma manera que ella.

—¿Cuál es?— Ino arqueó una ceja, ligeramente intrigada.

—No quiero que menciones a Shikamaru— fue el turno de Ino para sentirse apenada, aunque ella logró reponerse más rápido, para mala suerte de Neji.

—Eso dependerá de que tanto me hagas olvidar— la Yamanaka frotó la erección que comenzaba a notarse en el pantalón de Neji, antes de que él pudiera decir algo más, lo silenció con un beso más demandante que el anterior.

Obito pateó la puerta del hospital para abrirse paso, llevaba a Hinata en brazos, y en su desesperación, no le importó ser delicado con el inmueble. El Uchiha dio una rápida mirada a la sala de espera, que para su fortuna no mantenía a ninguna persona, algo que atribuyó a qué eran las tres de la mañana.

Las enfermeras que se encontraban en recepción dieron un pequeño salto en cuanto lo vieron entrar de esa forma, la mayor quiso reprender al hombre por su comportamiento, pero su intento murió dentro de su boca. Reconocía a la joven que iba inconsciente, también la capa de nubes rojas y la máscara naranja.

—Necesito ayuda, ella tiene fiebre y no despierta— Obito miró a Hinata, que cerró con más fuerza sus ojos, quería tocar su frente y comprobar por sí mismo si estaba empeorando o no.

—Tokuma-kun...— el Uchiha rechinó los dientes al oírla susurrar el nombre de otra persona.

—Debe ser un resfriado de nuevo— una de las enfermeras se acercó a ambos para tocar la frente de Hinata, comprobando que si fiebre si era alta.

—¿Por qué se enferma siempre?— preguntó Obito, más para sí mismo que para la enfermera. No sabía si era el cambio de temporada, pero no me agradaba que Hinata tuviera que visitar el hospital con frecuencia.

—No sé con qué la alimentan ustedes, pero lleva una dieta muy deplorable. Sus defensas bajaron mucho por el cambio de alimentación y de temporada, cuando se recupere le daré vitaminas y una mejor dieta— la anciana le recriminó con una severa expresión en su rostro, en ese momento, no le importaba ser irrespetuosa con ese hombre. La joven enfermera que siempre le acompañaba, no pudo hacer más que sentirse orgullosa de su superior.

La mayor de las enfermeras caminó en dirección a una de las puertas del sitio, Obito no entendió si debía seguirla o no.

—Por aquí— la otra enfermera se acercó y le hizo señas a Obito para que las siguiera —Debemos llevarla a la habitación que tiene la tina— le dijo, y fue entonces que Obito corrió detrás de ellas.

La anciana abrió la puerta y avanzó rápidamente hacia la tina para abrir la llave del agua fría, su compañera por otro lado, buscó en la pequeña hielera de una esquina algunas bolsas de hielo.

—El agua fría bajará su fiebre— explicó la enfermera al Uchiha, sentía que si no lo hacía, él podría reaccionar mal.

—De acuerdo— respondió Obito.

—Puede dejar a la paciente en la cama, nosotros nos encargaremos del resto— le dijo la menor de las enfermeras, tenían que quitarle algo de su ropa a la paciente antes de llevarla a la tina, no quería que ese hombre siguiera ahí cuando eso suceda.

—¿Segura?— preguntó el Uchiha no muy convencido.

—Sí, mejor debería llamar a su otro compañero, el también se preocupa por la señorita— la enfermera sonrió, el otro compañero de su paciente le parecía más amable y menos intimidante que el sujeto de la máscara. 

Obito dejó a Hinata sobre la cama, acariciando su mejilla antes de abandonar la habitación y dar un portazo. Estaba molesto ante la idea de esa joven enfermera, él no quiere a Itachi ahí.

Pasó el resto de la noche queriendo permanecer despierto, pero cuando entendió que las enfermeras no saldrían a darle noticias, decidió sentarse en una de las sillas reflexionar un poco.

No se percató de en qué momento se quedó dormido, había despertado cuando algunos rayos de sol comenzaban a colarse por la oscuridad de la noche que se iba despejando. La razón por la que sus ojos se abrieron fue por el movimiento que hizo la puerta principal al abrirse. Itachi había entrado al pequeño hospital, Obito lo observó en silencio por varios minutos, sin poder creer que de verdad estuviera ahí.

—¿Tú qué haces aquí?— Obito se levantó de su asiento, enfadado con Itachi por aparecer cuando él no lo había llamado.

—El cuervo que dejé con las enfermeras me guió de nuevo aquí, estaba cerca por la misión que me encargaron, sobre el hombre que mató a su esposa— explicó Itachi siendo paciente, desde que se percató de que Madara estaba en el mismo sitio, y que ambos se dieron cuenta de la presencia del otro, podía sentir el ambiente más pesado.

—¿Lo mataste?— preguntó el mayor de los Uchiha.

—Lo hice— contestó Itachi rápidamente.

—Entonces vete, no me interesa saber más de ti— ordenó Obito entrecerrando los ojos, paciencia es lo último que tenía.

—Sólo quiero saber que sucedió, lo último que sabía es que...

—La enviaste al templo, por eso está aquí— le interrumpió el Uchiha molesto —Hinata es muy imprudente, no debiste enviarla sola— avanzó unos pasos hacia Itachi, pero se detuvo antes de estar tan cerca, no quería iniciar una pelea en el hospital.

—Ella no es una niña, sabe lo que hace— le dijo Itachi levemente molesto, no iba a permitir que Mandara lo culpe. Él no siquiera sabía que le había sucedido a la joven Hyūga.

—Simplemente no lo parece. La enfermera dijo que viene seguido por resfríos— Obito, al igual que Itachi, trató de mantener la compostura. Aunque comenzaba a sentirse más tenso, deseaba que Itachi se fuera y no lo moleste más, deseaba que nunca se vuelva acercar a Hinata.

—Los cambios de clima no le han hecho bien— mintió Itachi, si Hinata visitaba tanto el hospital es porque buscaba medicamentos para su enfermedad, mismos que ayudaban a qué sus síntomas no empeoren.

—Es lo que veo— murmuró Obito de mal humor.

—La señorita ha despertado— la enfermera mayor salió de la habitación justo a tiempo para interrumpir la incómoda situación —Itachi-san, ella quiere verlo— habló la mujer sonriendo hacia el menor de los Uchiha.

Obito les miró molesto —¿Ella sabe que estoy aquí?—

—Sí, pero insistió en ver a Itachi-san— informó la enfermera, Itachi suspiró, eso sólo podía seguir provocando que su acompañante se haga ideas equivocadas.

Obito cruzó sus brazos y se dejó caer en su asiento de nuevo, se sentía demasiado molesto con Hinata por preferir ver a Itachi antes que a él.

Itachi por otra parte, agradeció a la enfermera y caminó hacia la habitación, entrando en aquel espacio hasta que ambas mujeres salieron para darles privacidad.

Cómo parte del plan de Shikamaru para espiar a los Akatsuki, Ino intercambia su mente con pájaros o ardillas del bosque, su propósito era obtener más información sobre una aldea en específico. Un informante de Shikamaru les había contado que nuevamente tenían a Hinata en un hospital, así que Ino se concentraba en ese sitio mientras Shikamaru y Chōji cuidaban su cuerpo.

Igual que desde hace cundo día, Ino escogió cambiar de mente con un pequeño pájaro de plumas color café. Llevaba algunos minutos volando sobre el hospital y deteniéndose en algunos árboles para mirar con más detenimiento. No podía acercarse demasiado al hospital y tampoco quería llamar demasiado la atención.

—Debo acercarme más— Ino voló por la entrada del hospital, cerca de un árbol, esperando el momento perfecto para fingir estrellarse contra el vidrio de la puerta y las ventanas.

La Yamanaka se detuvo de pronto en el árbol a su lado cuando observó a un Akatsuki salir del hospital, lo reconoció rápidamente por la capa, pero su máscara naranja le impedía ver su rostro.

Obito por otra parte, miró con más detenimiento al pájaro que siempre se paseaba por el hospital y que no se parece a otros que habitaban en la aldea. Quizá estaba siendo un poco paranoico, pero desde el primer día nunca le dio un buen presentimiento, incluso ahora estaba pensando que es una invocación. El Uchiha utilizó uno de sus Kunai para derribarlo, Ino apenas y alcanzó a salir de su técnica.

Shikamaru y Chōji se preocuparon al verla despertar bruscamente.

—¿Estás bien?— preguntó Chōji tocando su hombro para ayudarla a sentarse.

Ino tocó el sitio justo dónde sentía sus latidos —Hinata está ahí, lo sé— habló ella despacio.

—¿Cómo lo sabes?— el Nara la observó sin estar muy convencido por las palabras de su amiga.

—Hay un Akatsuki ahí, tiene la misma capa de nubes rojas. Él debió darse cuenta de mí, me atacó— explicó Ino tratando de controlar sus nervios, si bien no era su cuerpo el que lastimaron, sabía que ese hombre no fallaría su tiro. El pájaro que uso ya debería estar muerto.

—Entonces los Akatsuki si llevan a Hinata a ese hospital cuando se enferma— comentó Neji perdido un poco entre sus propios pensamientos.

—Las enfermeras de la ocasión anterior nos mintieron— Kiba gruñó molesto por lo que sucedió aquel día, las enfermeras les impidieron salvar a Hinata esa vez.

—¿La persona que viste era Itachi?— quiso saber Natsuki, necesitaba estar segura de contra quién se iban a enfrentar.

—No, era otro. Llevaba una máscara naranja con forma de espiral— Tokuma abrió un poco más sus ojos al escuchar a la joven amiga de su prometida, esa máscara naranja la recordaba bien.

—Los informes que tenemos de Akatsuki no mencionan a alguien así— murmuró Natsuki, sabía un poco de Akatsuki gracias documentos de Tsunade, pero entre los miembros no aparecía alguien así. Suponía que debía tratarse de un nuevo recluta.

—Akatsuki siempre se mueve en pareja, alguien más debe estar acompañando a Itachi— comentó Shino hacia sus compañeros, aunque no supieran nada del nuevo integrante, con Itachi ya tenían suficiente como para moverse con mucho cuidado.

—¿Qué haremos, Shikamaru?— indagó Chōji, le causaba temor enfrentarse a Itachi siendo que en el pasado ni siquiera sus maestros lograban estar a su nivel, incluso Kakashi salía muy herido de un enfrentamiento contra él. 

—Debemos esperar, no sabemos qué tan peligroso sea ese nuevo sujeto. Necesitamos seguir observando a nuestro enemigo— habló Shikamaru mientras mordía su dedo pulgar, no le gustaría ir a ciegas contra Akatsuki, necesitaba saber si su nuevo enemigo era igual de fuerte que Itachi o podría ser más fácil enfrentarse a él.

—¿Estás loco?— Ino lo miró entre sorprendida y molesta, causando cierta confusión en el Nara —Esos dos tienen a Hinata de prisionera, no puedo permitir que esté otro día lejos de nosotros— la rubia apretó sus manos con fuerza, se sentía frustrada, ya llevaban varios días esperando y ni siquiera estaban un poco cerca de poder contactarse con su amiga.

—No voy a arriesgar esta misión, Ino. Quiero traer a Hinata de vuelta pero sin ninguna baja— le advirtió Shikamaru, no deseaba perder a alguien más de la misma manera en que tuvieron que despedirse de Asuma. Aunque no lo dijera seguido, aún tenía ese trauma.

—¡Eres un idiota!— la joven Yamanaka se levantó del suelo, apartando incluso a Choji, que seguía preocupado por ella —Yo no pienso quedarme de brazos cruzados— susurró de mal humor, quiso alejarse de sus amigos, que parecían reunirse a su alrededor para ver mejor su discusión con Shikamaru.

—Ni se te ocurra, Ino. Soy el líder de la misión, así que tienes que obedecer— evitando que se fuera de su pequeña reunión, Shikamaru tomó el hombro de su amiga, que se sentía más frío gracias al clima —No pienso traerte a otra misión de rescate si continúas así— la amenazó, creyendo que será la única manera de hacer entrar en razón a Ino.

—No tiene que haber otra misión, podemos ir ahora mismo por Hinata— gritó Ino exasperada, parecía como si Shikamaru no entendiera que su amiga corría gran peligro.

—Estoy de acuerdo con Shikamaru, no podemos arriesgarnos a fallar. Necesitamos más detalles sobre a quién nos enfrentamos— le dijo Tokuma a Ino, intentando también tomar su brazo para alejarla de Shikamaru, esos dos estaban por atacar al otro de continuar así.

Sus compañeros asintieron, todos de acuerdo con la idea de Shikamaru, Ino entonces se sintió todavía más frustrada.

—Traidores— murmuró la Yamanaka mientras regresaba a su tienda de campaña, Natsuki no tardó en seguirla para tratar de hablar con ella.

La mañana en  ese bosque era aún más fría que el día anterior, el invierno había decidido por fin mostrar más de sí en esa temporada, y aunque Ino sentía el viento calando incluso en sus huesos, solamente se colocó una capa blanca sobre su traje morado favorito.  

—Lo siento, Shikamaru. Yo no pienso quedarme a esperar— Ino se ajustó su porta armas al muslo, saliendo con cuidado de su tienda y empezando a correr para burlar a Chōji, que estaba haciendo guardia.

Los pequeños copos de nieve que cayeron sobre su cabello y su rostro no lograron llamar su atención, los pinos antes verdes ahora comenzaban a llenarse de nieve al igual que casi cualquier superficie. Ino iba más distraída saltando de rama en rama y volviendo a sus últimos recuerdos, la última vez que miró a Hinata, no había sido tan amable con ella como le habría gustado. Y de saber que ya no la volvería a ver… Le habría gustado despedirse.

Esa tarde era fresca, señal de que el otoño estaba empezando a dar paso al invierno. A Ino realmente no le intereso el clima o la bonita puesta de sol que se podía ver desde el campo de entrenamiento del equipo diez, solamente podía concentrarse en golpear el árbol frente a  ella, no le importó ni siquiera estar dañando la suave piel de sus manos con cortes y sangre. Ella sólo trataba de aliviar su frustración con Shikamaru, puesto que aunque ambos se habían acercado más con el tiempo, llegando a confesar tener sentimientos románticos por el otro y a besarse en más de una ocasión, Shikamaru aun la trataba como a una amiga y seguía detrás de Temari.

—Ino-chan, te he traído flores— los pensamientos de Ino se vieron interrumpidos por una voz suave, la rubia dejó de ver al árbol frente a ella para mirar en dirección a Hinata, a la que no sintió llegar.

—¿Girasoles?— la joven Yamanaka frunció el ceño, sin entender todavía porque su amiga estaba ahí.

—Sé que estos no son tus favoritos, pero creí que sería lindo que cuides de ellos— Hinata le sonrió débilmente, no sabía muy bien de qué forma debía animar a Ino, pero había leído en un libro de Sai que cuidar de flores y plantas ayudaban a alguien a distraerse —Tardé en encontrarte, Chōji-kun dice que no estás en casa últimamente— murmuró ella entristecida, Ino realmente estaba muy decaída, pero Sakura estaba siempre en misiones y no podía ayudarle.

—Vete de aquí, Hinata. No necesito tu lastima o la de alguien más— le ordenó Ino de mal humor, odiaba que todos intenten tratarla como si estuviera desahuciada. 

N-no, te equivocas— intentó explicar la Hyūga, aunque sin tener éxito.

—¿Crees que soy tonta?, Me quieres dar eso para distraerme— Ino apartó por completo su vista del árbol y se dio la vuelta para enfrentar a Hinata, que retrocedió un paso al verse descubierta.

—Yo, solamente... Entiendo por lo que estás pasando— le dijo Hinata sintiéndose triste, comprendía un poco a Ino. Shikamaru no miraba lo grandiosa que era su amiga, y eso era lo mismos que Ino le solía decir acerca de Naruto. Si alguien sabía cómo era tener un amor no correspondido, esa era ella.

—Claro que no, tú no entiendes nada— habló Ino molesta, Hinata se sorprendió por su reacción —¡Ya vete de aquí!— le gritó, puesto que por más que trataba de ser amable, la verdad es que se estaba desquitando con alguien que no tenía culpa de su situación. 

—Pero, Ino-chan— susurró la ojiperla cabizbaja.

—¡Te dije que te fueras!— Hinata se asustó cuando Ino le gritó con más fuerza que antes, los pequeños pájaros que estaban cantando por ahí volaron, y el único ruido en aquel sitio fue el de la maceta de los girasoles cayendo al suelo. La maceta terminó rompiéndose en varios pedazos, lo que volvería imposible que vuelva a quedar como antes —Tú nunca vas a entender lo que siento, ni siquiera te atreves a hablarle a Naruto, ¿Qué vas a saber de relaciones?— Ino no miró los girasoles, se concentró solamente en los ligeros temblores de su amiga.

—Y-yo...—

—Vives en tu fantasía unilateral de la que evidentemente no vas a salir, así que deja de comparar mi relación con Shikamaru con algo como lo que tú tienes— le dijo Ino, quien terminó desquitando su frustración con Shikamaru en Hinata. La rubia reaccionó sobre lo que había dicho sólo hasta que logró lágrimas en los ojos de Hinata —L-lo siento, no quise decir...— cubrió su boca, avergonzada de su comportamiento y creyendo que podría decir otra palabra que pueda herirla.

—Es verdad, no puedo saber cómo te sientes. Soy muy torpe, ¿No?— resistiendo sus ganas de llorar, Hinata le sonrió y limpió sus lágrimas con su chaqueta.

—No, Hinata... No debí decir todo eso, sólo estoy molesta y...—

—No importa, tienes razón, no debería tratar de aconsejarte— la Hyūga le dió la espalda, de esa forma Ino ya no vería que continuaba llorando —Debo irme, ya voy tarde a mi entrenamiento— se despidió con un simple movimiento de mano.

Ino vió a su amiga partir, se sintió todavía más frustrada que antes, así que se dejó caer sobre el suelo y trató de ver si podía reparar la maceta de los girasoles. 

De regreso al presente, Ino parpadeó para retener sus lágrimas, odiaba que ese fuera el último recuerdo que su amiga tenía de ella, no era justo para ninguna de las dos, y todo parecía ser culpa de Shikamaru. El mismo que seguía retrasando su misión de rescate.

—Espérame un poco más, te traeré de regreso— Ino se detuvo cuando miró el hospital más cerca.

Había logrado infiltrarse en la aldea sin demasiadas complicaciones, no era una aldea que tuviera vigilancia, por lo que cualquiera podía entrar y salir sin ser registrados. Ino tocó su banda ninja, pensando que si se la quitaba podría fingir ser alguien enfermo de una aldea vecina, de esa manera lograría entrar al pequeño hospital. Pensó que quizá así podría ser más sencillo encontrarse con Hinata y pensar en un plan para huir juntas, aunque primero debe investigar la condición de su amiga.

Antes de que pudiera quitarse la banda ninja, alguien apareció detrás de ella, la habían logrado interceptar, impidiendo que pueda iniciar su plan. Ino se detuvo cuando sintió un kunai en su nuca.

—Tobi piensa que los ninjas de Konoha son muy tontos— Obito fingió bostezar, le aburría tener que tratar con su antigua aldea, pero admiraba un poco que esa joven hubiera llegado tan lejos —Arriba las manos, chica rubia— Ino levantó sus manos a los costados de su cabeza, siguiendo la instrucción del hombre a su espalda.

Obito se quedó observando a Ino con detenimiento, aparentemente, de espalda tenía una complexión similar a Hinata, sólo que la rubia era ligeramente más alta. Imaginaba que podían tener la misma edad.

—¿No piensas hablar, chica rubia?— Obito volvió a hablar después de terminar con sus deducciones, Ino permaneció en silencio —Mmm, el cabello rubio es casi algo único de los Yamanaka, ¿Eres una de ellos?— preguntó, sabiendo que no tendría una respuesta por parte de ella.

—Eso no te interesa— soltó Ino enfadada, lo malo de que estuviera detrás de ella es que no siquiera sabía si se trataba de Itachi Uchiha o no.

—¡Oh!, Si hablas— el Uchiha rió de forma infantil, justo como su personaje lo indicaba —Si eres una Yamanaka, entonces eres tú quien estaba tratando de espiarnos con pájaros. Bonito truco, Tobi lo admira— le dijo, ahora confirmaba que sus sospechas eran ciertas, alguien había intentado acercarse a ellos.

—Si vas a matarme, hazlo ya— le animó Ino, no tenía miedo a morir, sólo se lamentaba por no haber podido cumplir con su misión.

—Pero Tobi no quiere hacerlo... No aún— la Yamanaka sintió un escalofrío al escuchar que la voz infantil de su adversario cambiaba a una voz más gruesa —Lárgate de aquí ahora que lo estoy permitiendo, no se te ocurra acercarte de nuevo. No tendrás la misma suerte— Obito le quitó el kunai de la cabeza, no quería ser el responsable de matar a un posible amigo de Hinata, no quería darle a la jóven Hyūga una razón para temerle.

Ino se alejó unos pasos de él, dándose la vuelta para enfrentarlo con un Kunai que tomó de su porta armas —Entrégame a Hinata ahora mismo— le ordenó, no estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente. Y se sentía más valiente al ver que no era Itachi.

Obito rió de nuevo —Tenía razón, ustedes son unos idiotas— el Uchiha pateó la mano de Ino, logrando que ella suelte su arma. Cuando ella trató de sacar otro kunai, Obito tomó sus manos y la acorraló contra un árbol, Ino se quejó por el golpe en su espalda —No estás en posición para negociar conmigo— le susurró, su voz de nuevo causó temor en la joven.

—No sabes de lo que puedo ser capaz de hacer con tal de salvar a mis amigos— Ino le miró con rabia, no entendía porque, pero algo en ese sujeto gritaba que era peligroso. No debía tomarlo a la ligera.

—Entonces, tú debes ser Ino-chan— mencionó Obito sonriendo, Ino se sorprendió, ¿Por qué él sabía su nombre? —Eres tal como describe Hinata, aunque yo añadiría imprudente a tu lista— los ojos azules de Ino se abrieron en gran manera al sentir que el sujeto enmascarado le clavó un kunai en el abdomen.

—Tú, maldito— la joven escupió la sangre que se reunió en su boca sobre la máscara de Obito, que molesto le golpeó la mejilla.

—Agradece que no fue tu rostro, supongo que vives de ello— Obito deslizó el mismo kunai por la mejilla hinchada de Ino, teniendo cuidado para no hacerle daño —Hinata está bien bajo mi cuidado, ella ya no los necesita...—

—Cállate— le exigió Ino tratando de liberarse.

—No pienso permitir que la apartes de mí, y no me interesa si son amigas o no. Si te metes en mi camino, te eliminaré— el Uchiha empujó a Ino al suelo y lanzó el kunai de su mano derecha en dirección a la cabeza de la Yamanaka.

Kiba apareció repentinamente, y para sorpresa de ambos, interpuso su mano para evitar el golpe fatal a Ino. La sangre de Ino en el Kunai pronto se mezcló con la de Kiba, que no mostró señal alguna de dolor.

—Kiba...— Ino se impresionó al ver a su compañero, y aún más por el hecho de que la protegió con su propio cuerpo, se sentía conmovida. Kiba se quitó el Kunai que se clavó en su mano y lo arrojó lejos de ellos.

—Maldición, Ino. Te dije claramente que debíamos esperar— Shikamaru bajó de uno de los pinos cercanos y aterrizó cerca de su amiga, sin decir más, tomó a Ino para levantarla del suelo y alejarla del Akatsuki.

—Estás sangrando, te hirió— Natsuki miró la herida en el abdomen de Ino, aunque no era muy grande, si era profunda, probablemente necesitaría puntos de sutura.

—Parece que salen incluso debajo de las piedras, ¿No son un grupo demasiado grande?— Obito observó con detalle a todos los ninja que llegaron, contaba a ocho personas, aunque prestó más atención a los dos Hyūga y a la prima de Kakashi, sólo ellos habían logrado llamar su atención.

—¿Dónde está Hinata-sama?— exigió saber Neji, ese era el Akatsuki del que no tenían conocimiento alguno, pero con su Byakugan podía observar que Itachi se encontraba en el hospital.

—No tengo porque responderte— habló Obito tranquilamente, no creía que ese grupo de Shinobi represente un gran obstáculo para Itachi y él.

—Tokuma-senpai, deberíamos retirarnos, Ino está herida— le dijo Natsuki a su compañero, Obito miró entonces al Hyūga a quien se dirigía ella, recordando que Hinata murmuró su nombre.

—No es nada grave, puedo seguir— Ino trató de ponerse de pie sin la ayuda de Kiba, pero sintió un pinchazo en su herida y cayó nuevamente. Chōji la logró sostener antes de que se lastime y la obligó a sentarse en el suelo.

—Así que, debo imaginar que tú eres el prometido de Hinata— Obito activó su Sharingan y observó con odio a Tokuma, que permanecía en silencio. Detestaba que el tuviera tanta suerte, Hinata en cualquier momento podía regresar a Konoha y casarse con su prometido, ella lo había escogido a él porque seguramente estaba enamorada.

—¿Dónde tiene a Hinata-sama?, Será mejor que la entregue— Tokuma reconoció la máscara del Akatsuki, era él quien los atacó el día del secuestro de su prometida. Apretó sus manos con tanta fuerza que sus nudillos parecieron tornarse blancos, Neji notó que su compañero se encontraba molesto.

—Cuando ella y yo nos conocimos, tú también estabas ahí— Obito recordó a Tokuma por ser el Hyūga inconsciente que Hinata trataba de proteger, y cuando las imágenes de una joven angustiada por su acompañante llegaron a su mente, se sintió más enfadado. Ella realmente lo amaba —¿Qué es para ti?— preguntó, era obvio que Hinata era correspondida, eso lo enfermaba.

—Eres un lunático, tú fuiste quien atacó al prometido de Hinata y la secuestró— le reclamó Kiba furioso, ese hombre era el responsable de que su amiga esté lejos de ellos, era él quien secuestró a la chica que quería como a una hermana menor.

Obito se molestó aún más al escucharlo, no tenían porque recordarle que Hinata estaba comprometida con otro hombre.

—Pensé que Hinata tendría mejor gusto— el Uchiha movió su cuello para tronarlo ligeramente —No importa, no pienso devolverla— sus ojos rojos se fijaron solamente en una persona, si lo eliminaba, tendría el camino libre. Siempre y cuando Hinata no se entere...

Ino lanzó un Kunai hacia Obito cuando lo miró centrando toda su atención en Tokuma, creyó que estaría distraído y que podría darle al notar que no se movió ni un centímetro. Para todos fue una sorpresa ver que la pequeña arma traspasaba su cuerpo, como si se tratara de una persona falsa la que estaba delante de ellos.

—Alguien está muy entusiasmada con morir— le dijo Obito sonriendo, el grupo se quedó inmóvil cuando el Akatsuki levantó levemente su máscara —Katon: Gōkakyū no Jutsu— no acostumbraba entrar en un enfrentamiento siendo Tobi, puesto que deseaba guardar las apariencias, pero esos ninjas de Konoha habían logrado acabar con su paciencia. No le importó tampoco atacar con esa técnica, sólo quiso concentrarse en Tokuma y poder lastimarlo.

—La técnica que les enseñé, rápido— Natsuki gritó cuando vió que el Akatsuki los atacaría con un jutsu de fuego. Su ataque le parece familiar a los Uchiha e imaginó que se debía por ser compañero de Itachi. Natsuki había preparado desde antes una maniobra en equipo para protegerse de los ataques de Itachi.

Shino, Kiba, Neji, Shikamaru, Chōji y Natsuki realizaron varios sellos a la misma velocidad que su oponente para poder crear una barrera hecha de tierra, misma que apenas y los alcanzó a cubrir a tiempo. El fuego de Obito se extendió por dónde la tierra no los cubría, haciendo que todos sientan el calor. Natsuki se sorprendió con el poder de ese ataque, que le parecía igual o incluso más fuerte que los ataques de Itachi.

La tierra se comenzó a agrietar después del segundo ataque del Akatsuki, pero antes de que los ninja de Konoha pudieran hacer algo, una parte de la barrera cedió y cayó sobre Chōji, que gritó adolorido cuando el fuego logró alcanzar sus brazos y piernas.

—¡Chōji!— Ino lloró al ver caer a su amigo, quiso ir corriendo hacia él pero Tokuma se lo impidió, Ino no estaba en condiciones de moverse libremente.

—¡Chōji!— Shikamaru al igual que Ino, deseaba ir con su amigo, pero sabía bien que si dejaba de apoyar a sus compañeros, la barrera caería por completo.

El ataque de Obito terminó después de unos segundos, el Uchiha había regresado su máscara a su sitio para impedir que alguno de los presentes pueda ver siquiera su barbilla. Era sencillo comprender que tenía la ventaja, y los ninjas de Konoha también lo sabían.

Shikamaru y Neji se acercaron a Chōji y le quitaron la parte de la barrera que cayó sobre él. Aunque la tierra lo había aplastado, también lo protegió de sufrir más quemaduras.

Neji no tardó en revisar su pulso, en vista de que el Nara no lo hacía —Es estable, pero debemos llevarlo al hospital, sus quemaduras son muy graves— habló el Hyūga para Shikamaru y Shino, que eran los más cercanos a la escena.

—Debiste irte cuando te lo permití, Ino Yamanaka. Te lo dije, no ibas a tener suerte— Obito estiró un poco sus brazos y giró en dirección a Tokuma, Ino se sintió más impotente que antes, ese Akatsuki se estaba burlando de ellos, realmente no significaban una amenaza para él.

—Shikamaru, ¿Estás bien?— Shino se acercó a su amigo al ver qué estaba aterrado viendo a Chōji, parecía no estar en sí.

—Bastardo— Kiba utilizó su Gatsūga junto con Akamaru para tratar de golpear al Akatsuki, pero de nuevo la técnica no funcionó y pareció recordarles que se enfrentaban a un espejismo.

Obito por el contrario, usó su Kamui para traer de su dimensión un Tantō, mismo con que dió un profundo corte sobre el abdomen de Kiba. El castaño cayó al suelo quejándose del dolor, Akamaru lo acompañó llorando a su amigo, que permanecía mal herido.

—No quiero perder el tiempo con ustedes, prefiero enfrentarme a ti— Obito señaló a Tokuma con el mismo Tantō que hirió a Kiba, el Hyūga se posicionó delante de Ino para tratar de protegerla.

—No lo hagas, Senpai. No caigas en su trampa— pidió Natsuki en voz baja, el enemigo solamente los estaba provocando, y si actuaban siendo tan impulsivos cómo Kiba, podrían terminar fuera de combate.

—Shikamaru, tienes que reaccionar— Shino agitó a su compañero con fuerza, pero el Nara pareció seguir en estado shock.

Ver a Chōji tan grave le traía sus recuerdos sobre la muerte de Asuma.

—Te dije que teníamos que vigilar al enemigo, si me hubieras hecho caso no estaríamos así— le dijo Natsuki a Ino a modo de reprimenda, la joven Yamanaka no pudo objetar contra ella y desvió de nuevo su vista hacia donde se encontraban Chōji y Shikamaru. 

—Tobi— Itachi salió del hospital cuando las enfermeras fueron a buscarlo a la habitación de Hinata, no esperaba encontrarse con ninjas de Konoha en ese sitio.

—Ve por el Hyūga que está con el Aburame, yo me encargo de Tokuma y Natsuki— le ordenó Obito sin entrar en demasiados detalles, y no es como si Itachi hubiera pedido una explicación.

Itachi observó el grupo rival, reconociendo a un Aburame por sus lentes y después a un Hyūga por sus ojos. Terminó asintiendo hacia Tobi cómo señal de respuesta, no quería hacerle daño a los amigos de Hinata, así que prefería dejarlos desorientados con Genjutsu.

—¿Sabes mi nombre?— Natsuki se adelantó un poco a Tokuma para tratar de atacar a Obito con su propia katana, para Obito no fue difícil esquivarla con su tanto.

—Sólo puedo reconocerte por ser la prima de Kakashi Hatake— Obito le restó importancia y la obligó a retroceder con una patada que la joven no pudo evitar.

—Soy más que su prima— la Hatake se alejó unos metros más de él para poder realizar unos sellos de manos, que Obito creyó reconocer. La joven colocó su dedo índice y anular cerca de sus labios con el propósito de dirigir el agua que salió de su boca formando un dragón.

Lamentablemente, su ataque no logró llegar a Obito, Itachi había activado su Susano y con el protegía a su compañero también.

A Shino le causó curiosidad ver cómo el ataque de su compañera no había atravesado el extraño escudo de Itachi, no dudó en desplegar sus insectos para que estos lleguen a sus enemigos, pero sus fieles compañeros tampoco pudieron atravesar la técnica de Itachi.

—Neji, es como un escudo. Un escudo impenetrable— le informó Shino a su compañero, que se encontraba a sólo unos pasos de él.

—Con eso Tokuma y yo tampoco podremos acercarnos lo suficiente— Neji dejó de hablar para centrar su atención en Itachi, debía existir algún punto ciego, algo que vuelva vulnerable el escudo de Itachi.

Fue en un ligero instante, que sus ojos conectaron por accidente con los de Itachi, comprendió su error cuando ya era demasiado tarde. Para Shino fue una sorpresa ver a Neji caer de la nada.

—Ese maldito Uchiha— Natsuki gruñó y vio a su equipo para evaluar sus opciones, sólo Shino, Tokuma, Shikamaru y ella continuaban disponibles para pelear pero Shikamaru seguía sin reaccionar.

Shino se limitaba a tratar de proteger a sus amigos con sus insectos, que estaban listos para atacar de ser necesario.

Tokuma se movió en una posición de defensa cuando miró desparecer a uno de los Akatsuki, no sabía cómo lo hacía pero parecía que su cuerpo estaba siendo absorbido por la tierra. Obito atacó a Tokuma con su tanto pero el Hyūga logró detenerlo con un Kunai, el Uchiha sonrió por su rápida reacción.

—No sabes cuánto voy a disfrutar acabar contigo— le dijo Obito saboreando sus propias palabras e iniciando un enfrentamiento cuerpo a cuerpo contra el prometido de Hinata.

Natsuki se unió rápidamente a esa batalla con la intención de usar su katana para herir el costado del Akatsuki, no le sorprendió que su katana pasara a través de él, lo que si llamó su atención fue que cuando eso sucedió, el puño del hombre enmascarado también atravesó a Tokuma.

—No te olvides de mí— le dijo Natsuki queriendo llamar su atención, el Uchiha no respondió y se limitó a combatir con ambos al mismo tiempo.

—Natsuki, protege a los demás— le ordenó Tokuma seriamente, Itachi seguía ahí y Shino no podría enfrentarlo solo.

—No te dejaré solo con este loco, Senpai— Natsuki se distrajo tratando de ver si lo que sucedió hace poco volvía a ocurrir, no logró defenderse cuando Obito le atravesó el abdomen con el Tantō.

—¡Natsuki!— gritó Ino asustada, su equipo lentamente iba cayendo.

Tokuma tomó a su compañera y la alejó de su enemigo para llevarla junto a Ino —¿Estás bien?— preguntó mientras hacia presión en su herida.

—Escucha, creo que cuando peleamos juntos, logro ver un poco más de su técnica— la joven tosió un poco para escupir algo de sangre, Ino dejó de curarse a sí misma y se acercó más a su compañera para auxiliarla.

—Sigamos peleando, Tokuma Hyūga— lo animó Obito riendo, por fin había conseguido lo que deseaba, un combate sólo entre ellos dos.

—Ya no es necesario que me ayudes, puedo hacerlo solo— Tokuma tocó el hombro de su compañera y sonrió, ahora lo único que podía hacer por Natsuki era dejarla a cargo de las buenas manos de Ino.

—¡Tobi!— Hinata apareció repentinamente en la entrada del hospital, todos los presentes voltearon a verla cuando su voz se hizo presente en medio de la nevada. Quizá era el clima, pero sus amigos la notaron más pálida, incluso sus piernas temblaban.

—Hinata...— Obito dejó de prestar atención a Tokuma y dió un paso hacia Hinata, no sabía cuándo fue que ella despertó y cuando tiempo llevaba viendo ese enfrentamiento.

—Hinata-sama— Tokuma sintió un poco de alivio al verla viva, su querida Hinata estaba con bien.

—N-no lastimes a mis a-amigos, por fa-favor...— la Hyūga intentó caminar hacia Obito por querer detenerlo, pero sus piernas seguían temblando demasiado por el frío. Obito se alejó de los ninjas de Konoha y corrió hacia Hinata justo a tiempo para atraparla entre sus brazos antes de que ella cayera por culpa de la nieve.

—Hinata, no es...— intentó explicar Obito, aunque no sabía bien que podía decirle.

—T-te lo su-suplico. No lastimes a nadie, haré todo lo que me pidas— Hinata lo miró llorando, en ese momento se tía tanto miedo del Uchiha y de lo que podía llegar a hacer.

Obito le acarició la cara antes de que ella desvíe la mirada hacia Tokuma, podía sentir el temor de Hinata hacia él y eso le dolía. El Uchiha suspiró y cargó a Hinata de mejor manera, ella se escondió entre su torso mientras él le apretaba con más fuerza contra sí mismo.

—Ya escuchaste a la princesa, Itachi— habló Obito tranquilo, Itachi no tardó en desactivar su Susano y caminar hasta llegar a ellos —Nos vamos de aquí— se dirigió tanto como para Hinata cómo para Itachi.

—De acuerdo— accedió Itachi sin decir más.

—Será en otra ocasión, Tokuma Hyūga, Natsuki Hatake— Obito les sonrió, aunque era consciente de que ellos no lo verían por su máscara.  Pasaron sólo unos segundos para que se llevara a Hinata e Itachi con ayuda del Kamui.

Tokuma apretó sus manos frustrado, casi todo su equipo estaba fuera de combate y su enemigo de nuevo desaparecía con su prometida frente a sus ojos.

Una vez más Hinata se sacrificaba para protegerlo.

—Al menos el hospital está aquí— bromeó Natsuki riendo hasta que la herida de su abdomen le dolió.

Ino miró como Tsunade, Shizune y Sakura recibían a sus compañeros heridos en el hospital, todo parecía ir más lento que de costumbre. Chōji es quien se encontraba más grave y aunque ella lo había atendido con ayuda del hospital de aquella pequeña aldea, lo mejor fue regresar de nuevo a Konoha. La Yamanaka trató de seguir a las tres mujeres, pero Tsunade la detuvo antes de que siquiera se acerque a su amigo Chōji.

—Ya hiciste suficiente, vete a casa— Tsunade gritó alterada antes de irse tras la camilla que lleva a Chōji, Ino se quedó pasmada en su propio lugar.

—Ella sólo está angustiada, ¿Tu herida está bien?— habló Shizune llamando su atención, su maestra había desquitado su frustración por la misión fallida en Ino.

—La traté a tiempo, no fue nada importante— le restó importancia la rubia, lo único que le interesaba ahora era saber de Chōji.

—Te veré después— Shizune le sonrió débilmente y se retiró cuando Tsunade le gritó para que la siguiera.

Sakura se quedó un instante más a lado de Ino —¿Hinata-chan estaba bien al menos?—

Ino negó con la cabeza —No lo parecía— murmuró cabizbaja.

—Te buscaré cuando termine mi turno aquí— Sakura tomó su hombro y se despidió con un pequeño apretón, debía irse para atender a sus propios pacientes, Kiba y Neji,  de ambos, Kiba sería más difícil de tratar.

—¡Ino!— Naruto corrió hacia su amiga cuando logró encontrarla, deteniendo a la joven antes de que ella se vaya del hospital —¿Dónde está Hinata?, ¿Qué sucedió?— preguntó un tanto alterado, él estaba comiendo ramen con Sai y Sakura cuando a su amiga la llamaron de urgencia en el hospital.

Ino se mordió el labio inferior antes de hablar —Fallé, me apresuré y por mi culpa todos están heridos— Naruto le miró sorprendido, sintiéndose triste al ver a Ino tan deprimida —No pude traer a Hinata-chan, solamente la miré unos minutos...—

—Maldición, estuvieron más cerca que nosotros— el Uzumaki apretó sus manos, pensando que si hubiera acompañado a Ino en esa misión cómo se lo pidió a Tsunade, no habrían lastimado a sus amigos, incluso podrían haber recuperado a Hinata.

—Naruto, tenemos que salvar a Hinata-chan. Akatsuki la tiene, tú sabes de lo que ellos son capaces de hacer, Asuma-sensei...— murmuró la joven Yamanaka sin atreverse a terminar.

—Y Gaara...— Naruto sintió que apretaron su pecho al imaginar a Hinata en peligro, la vida de Hinata corría peligro con Akatsuki.

—Tú lo entiendes, ¿Verdad?— para sorpresa del rubio, Ino comenzó a llorar, Naruto no pudo hacer más que rodearla torpemente con sus brazos.

—La traeremos de regreso— le prometió indirectamente, él deseaba más que nadie poder traer a Hinata de nuevo.

La habitación de Ino se encontraba particularmente en silencio a esas horas de la noche, la joven se encontraba envuelta en una sábana, intentaba dormir pero sin obtener buenos resultados. Suspiró por décima ocasión, estuvo por darse la vuelta tratar con otra posición cuando un ruido ajeno a ella llamó su atención, alguien estaba tocando la única ventana.

Sus ojos se abrieron de golpe, y casi de inmediato se descubrió el rostro, no tardó en incorporarse hasta quedar sentada sobre el colchón. Sus ojos se movieron hasta la ventana, encontrando a Itachi Uchiha sentado en el marco, al pie de su ventana. La sorpresa y el miedo pronto invadió a la joven Yamanaka.

—Buena noche, Yamanaka Ino— Itachi dejó de ver la luna en el cielo y fijó sus ojos oscuros sobre Ino.

Ino instintivamente se cubrió más con su manta, llevaba una pijama muy corta y no quería que él note eso —¿Qué demonios haces aquí?— la rubia miró hacia el rincón opuesto de su habitación, dónde tenía sus armas, no creía poder pasar a Itachi para recogerlas.

Itachi observó en la misma dirección que ella —No busco iniciar una pelea— aclaró con calma.

—Debiste pensarlo antes de entrar a mi habitación cuando dormía, cretino— sería poco decir que Ino se encontraba asustada, pero pretendía demostrarse fuerte ante su rival.

—No estoy aquí como tu enemigo, quiero decirte dónde puedes encontrar a Hinata-san— el Uchiha se levantó de su improvisado asiento, Ino retrocedió hasta que topó con la cabecera de su cama. Ante la atenta mirada de la joven, Itachi dejó un frasco con pomada sobre la cama de Ino, que de inmediato la reconoció bajo la luz de la luna.

Ino se quitó la manta y gateó hasta llegar a la orilla de la cama para recoger el frasco, Itachi se sonrojó al ver que ella sólo llevaba una camiseta grande y unas pantaletas.

—¿De dónde...?, ¿Tú le robaste a Hinata-chan?— Ino ocultó el frasco detrás de sí misma, como si eso fuera a impedir que Itachi lo robe de nuevo.

—Es la pomada que Hinata-san me obsequió cuando se enteró de que Tobi me apuñaló— le confesó Itachi mostrándose sincero, quería hacerle ver a Ino Yamanaka que Hinata confiaba en él, así que ella podía intentar no tenerle tanto.

Ino abrió la boca tratando de decir algo pero se detuvo y analizó mejor la situación, justo como lo haría Shikamaru. Por alguna razón, su instinto no percibía a Itachi como una amenaza.

—Claro, Hinata-chan es tan inocente que es capaz de ver bondad en un par de monstruos como ustedes— murmuró ella de mal humor, no creía por completo que Hinata le haya dado una de sus pomadas a Itachi Uchiha, aunque si creía al Akatsuki de la máscara capaz de apuñalar a su propio compañero.

—El día que nos encontraron en el hospital, llamaste mi atención— Itachi decidió ignorar su insulto, Ino se asombró y se sonrojó por su repentina confesión —Tobi también te apuñaló, la pomada hizo que mi herida cierre y no deje una cicatriz tan grande, pensé que te ayudaría también— le explicó pacientemente, había visto en Ino a una joven sumamente linda, y no le gustaría que su bonita figura se vea opacada por una cicatriz causada en un momento de poca cordura de Madara.

—Ya es tarde para mí— la Yamanaka bajó la mirada y se sintió avergonzada, ahora por culpa del hombre enmascarado, tenía una cicatriz que hacía lucir menos atractivo su abdomen.

—Lo lamento, Tobi puede ser irracional si se trata de Hinata-san— habló Itachi en un suspiro, su compañero aún no admitía tener sentimientos románticos por la joven Hyūga, pero esto terminaba resultando obvio. Él se preocupaba demasiado por ella y temía que cualquiera pudiera alejarlo de la chica.

—Pude notarlo— Ino cruzó sus brazos, su vergüenza pasó a segundo plano cuando fue reemplazada por el enojo —¿Qué es lo que quieres?, No creo que hayas venido hasta aquí sólo para darle una pomada especial a una desconocida— fue directamente a lo que me interesaba, porque eso de estar hablando con Itachi Uchiha en su habitación le ponía nerviosa.

—No eres tan desconocida, Hinata-san me habla mucho de ti, parece admirar tu gran determinación— elogió Itachi levemente sonrojado, tratar con mujeres nunca fue su mayor fuerte, y esa joven en especial volvía todo más complicado. Ino no confiaría en él fácilmente, lo cual era predecible.

Ino apretó sus manos, sintiendo la frustración en su corazón —Devuélveme a Hinata-chan— pidió mientras se volvía imposible poder retener sus lágrimas. Aún después de su última discusión, Hinata seguía hablando tan bien de ella. 

—Quiero que contestes algo, de eso dependerá mi interés en ti— Itachi se sentó sobre la cama de su acompañante, observando una vez más a la luna, como pidiendo en silencio algún consejo de su parte. Fue un buen inicio para él ver qué Ino no retrocedía esta vez.

—¿Qué es?— exigió saber la Yamanaka.

—Si te fuera posible saber dónde se encuentra mi hermano menor y Hinata-san, pero solamente puedes salvar a uno de ellos, ¿A quién elegirías?— el Uchiha volvió a ver a la joven directamente a los ojos, el negro y el azul lucharon por tratar de descubrir más del otro, y sorpresivamente, ambos creyeron encontrar algo interesante.

—A Hinata-chan— Ino ni siquiera pensó antes de responder a su pregunta —De verdad amo a Sasuke-kun, pero él... Se fue por voluntad propia, Hinata-chan fue secuestrada por el psicópata de tu amigo— y de recordarlo, Ino ardía de coraje nuevamente, no había podido salvar a su amiga, además de que confirmaba lo peor. Akatsuki la tenía en su poder.

—Supongo que pudiste notar que está enamorado de ella— mencionó Itachi desviando la mirada, la relación que Madara mantenía con Hinata le parecía peculiar, había nacido de la supervivencia de la joven sólo para florecer más rápido de lo que hubiera imaginado.

—¡Él está loco!— la Yamanaka levantó sus brazos exasperada. 

Itachi admitió para sí mismo que Uno tenía razón, y se preguntó si Hinata también estaba loca por corresponderle a Madara.

—Hinata-san se ha vuelto su única debilidad, también su más grande tesoro. No permite ni que la brisa de la mañana la rasguñe— Itachi suspiró, algo que le daba pesar era morir dejando a una joven inocente bajo las manos de Madara, y aunque al principio lo consideró, ahora le causaba remordimiento —Por eso fue tan agresivo y descuidado, le querías robar a la mujer que ama— intentó explicarle a su acompañante, aunque era claro que ella no iba a querer entenderlo.

—Tiene una retorcida imagen sobre el amor, él está obsesionado con Hinata-chan, la secuestró— Ino sintió escalofríos al recordar que su amiga había prometido hacer cualquier cosa sólo porque los dejara ir.

—Tus habilidades me impresionaron, entraste en la mente de un pájaro y lograste controlarlo para espiarnos— Itachi prefirió cambiar ligeramente el tema, Ino se asombró nuevamente por sus palabras, era extraño recibir elogios de un criminal tan peligroso como lo era el hermano de Sasuke —Si Tobi no fuera tan observador, nos habrían sorprendido— admitió, aunque él salía algunas veces para revisar los alrededores, los animales del bosque nunca le parecieron diferentes.

—¿Y?, ¿Por eso estás aquí?— preguntó la chica arqueando una ceja.

—Creo que eres capaz de salvar a Hinata-san, solamente necesitas la ayuda de alguien como yo— reveló parte de su propósito, porque después de tanto pensarlo, creía que esa era la mejor opción.

—¿Por qué necesitaría tu ayuda?— soltó Ino enfadada, ella no quería el apoyo de un criminal.

—Porque puedo decirte dónde esconde Tobi a Hinata-san, también cuando es que puedas tratar de rescatarla— el Uchiha la miró de reojo, como era de esperarse, Ino cambió su ceño fruncido por una mueca de asombro.

—¿De verdad lo harías?, ¿Cómo saber que no es una trampa?— con cierta desconfianza, Ino decidió seguir con esa conversación hasta sus últimas consecuencias.

—Sasuke está cada vez más cerca de dar con mi paradero, no tengo porque evitarlo, así que tendremos un enfrentamiento— le contó Itachi sin más, aunque se lo dijera, Ino no iba a entrometerse con ese asunto, no le diría cuando ni donde pensaba hacerlo —No quiero que ninguno de ustedes interfiera, y como mi último favor a Hinata-san, le daré su libertad— finalizó el pelinegro sin dejar de verla.

Ino unió los puntos en su conversación y entonces la extraña aparición de Itachi en su habitación cobró sentido. El rescate de Hinata significaría una distracción del combate de Itachi y Sasuke, ese Uchiha solamente estaba usando a su amiga para beneficio propio. A Ino realmente no le interesó lo que pudiera suceder con ellos, solamente quería a Hinata de regreso.

—Te prometo que no voy a interferir con ustedes, pero tienes que decirme dónde la tienen— accedió Ino sin pensarlo demasiado, sólo había dos escenarios para el enfrentamiento de ambos hermanos. El primero en que Sasuke regresaría a la aldea después de vencer a Itachi, o el segundo, en qué Itachi vencería a su hermano menor, quién trataría de enfrentarlo nuevamente en otra ocasión.

—Amegakure— contestó Itachi impidiéndole que siguiera pensando en su compañero de academia.

—¿En serio?— indagó confundida.

El Uchiha asintió —En dos semanas, el día jueves, podrás rescatar a Hinata-san— le dijo sin dejar de verla, de esa forma Ino podría notar la sinceridad en sus palabras.

—¿Qué pasa si me encuentro de nuevo con tu amigo?— preguntó Ino con cierta preocupación que esperaba no delatar, no creía que el sujeto de la máscara les permitiera escapar de nuevo ni aunque Hinata le prometiera amor eterno.

—Tobi no estará ahí, ese día saldrá para cumplir otro asunto conmigo— le contó Itachi e Ino imaginó que se trataba del día de su enfrentamiento —Aun así, deberás cuidarte y no confiarte— advirtió un poco pensativo.

—¿A qué te refieres?— murmuró ella desconcertada, si Tobi ni Itachi estaban, no debía haber peligro.

—Amegakure está protegida por dos personas, un hombre que es un gran rival para mí o para Tobi, y una mujer que daría incluso su vida por proteger lo que ella más valora— comenzó Itachi siendo más severo, de verdad esperaba que Ino no falle su próxima misión, porque la seguridad de Hinata y de la propia Yamanaka estarían en juego.

—¿Alguien que puede ser incluso más fuerte que tú y el sujeto de la máscara?— Ino sintió un pinchazo en el abdomen, Itachi asintió cómo respuesta.

—Ese día, el líder entre las sombras de Amegakure no estará ahí, deberás entonces tratar de burlar a Konan. No será tan sencillo— admitió esto último frotando su barbilla, aunque Konan solía ser amable, eso no la convertía en una mujer débil, Konan era demasiado inteligente y engañarla a ella sería como el equivalente a tratar de burlaron a él.

—¿Ella también es muy fuerte?— la Yamanaka se mordió el dedo pulgar, sabía que su misión no sería sencilla, pero en esta ocasión planeaba no ser imprudente.

—Lo es, además, es demasiado inteligente— Itachi dejó escapar el aire que reunió por la boca, todo se complicaba pero quizá que el Tobi no estuviera ahí les daba una pequeña oportunidad —Tu mayor posibilidad es que Hinata-san vaya hacia ustedes por voluntad propia— porque pensando en todas los posibles escenarios, ese resultó ser el mejor.

—¿Qué dices?— la joven le miró sin comprender.

—Hinata no es por completo una prisionera, puede ir libremente por la aldea siempre y cuando no se acerque a los límites— el Uchiha volvió a mirar a Ino, que buscaba en él cualquier rastro que le indicara que estaba mintiendo —Konan siempre le pide que la acompañe a repartir ayudas entres los habitantes, puedes acércate a ella en ese momento, hacerle saber que estás ahí— había visto en varias ocasiones a personas diferentes acercándose a Hinata pidiendo un poco de comida, nadie levantaba sospechas de Konan puesto que eso era lo que ambas hacían.

—Si Hinata me reconoce, podemos acordar un lugar para vernos y planear una forma de retirarnos— habló Ino sintiéndose emocionada con la idea, por fin tenían información más precisas que les ayudaría a encontrar a su amiga.

—Hay un problema más, tienes que hacerlo rápido. El líder de Amegakure siempre se percata de cuando alguien entra a la aldea, así sea sólo un pequeño pájaro, él desconfía de todo— Itachi lanzó otra advertencia antes que la emoción de la joven continúe aumentando. Los trucos de espionaje de Ino no podrían funcionar contra Nagato, él era capaz de sentir cada presencia que ingrese a su aldea y por cualquier mínima sospecha podría traer de regreso a sus seis caminos.

—Pero dijiste que no estaría ahí— le recordó Ino un poco desorientada.

—Lo más peligroso de él no, pero queda el vigilante eterno de Amegakure— no podía darle muchos detalles sobre la organización para no ponerla en peligro, lo mejor que Ino termine cualquier conexión con Akatsuki en cuanto recupere a Hinata.

—No nos podremos infiltrar— la rubia se mordió el labio inferior, su emoción bajó y su mente pareció recordarle que debía mantener la cabeza fría.

—Podrían si reducen el número de su equipo en comparación al anterior, además, deberán ir los que tienen características menos distintivas. Intenten pasar como un pequeño grupo de refugiados— el Uchiha le dio una opción que causó de nuevo la esperanza en Ino, si bien Itachi consideraba que su plan necesitaba más suerte que nada, era el único que podía funcionar.

—Los Hyūga no podrán entrar y nuestro equipo debe limitarse a máximo tres— murmuró Ino ganando una confirmación por parte de Itachi —Lo comprendo— la rubia sonrió, se iba aferrar a ese plan.

—Es todo lo que puedo aconsejarte, el resto depende de ustedes— Itachi se levantó de su asiento en la cama y se acercó a la ventana, ya era momento de partir.

—¿Qué pasa si la información que me diste cambia?, ¿Si ese hombre tan peligroso regresa antes?— Ino lo detuvo tomando su mano, impidiendo así que el Uchiha se escape de la habitación.

Itachi miró la mano de Ino unida a la suya, Ino lo soltó sintiéndose un poco avergonzada por su atrevimiento —Mira— el pelinegro realizó unos sellos cortos para hacer aparecer a un pequeño cuervo —Si tienes que preguntarme algo, puedes enviarme una carta con el— le ofreció el Akatsuki, Ino tomó al cuervo de Itachi y asintió.

La Yamanaka acarició la cabeza del cuervo y sintió —Supongo que te debo una— le dijo mientras veía con ternura al ave.

Itachi le devolvió la sonrisa —Eso me agrada— giró lentamente hacia la ventana, Ino se sintió sólo un poco atraída a ver cómo el cabello de Itachi danzaba con la noche.

Ino lo observó a ríe la ventana y salir de la habitación de la misma manera en que había entrado, en silencio. Caminó hasta ahí para cubrir de nuevo con las cortinas pero se quedó viendo como Itachi corría entre las sombras.

Konan estaba limpiando el sudor de la frente de Hinata producido de su fiebre, para ella no resultaba una molestia, al contrario, cuando la joven Hyūga era consciente podía tener conversaciones con otra mujer, su primera amiga en años. Detuvo sus movimientos cuando la puerta de la habitación se abrió y apareció Madara, Konan sabía que a él le gustaba estar a solas con la Hyūga.

—¿Cómo sigue?, ¿Ha mejorado hoy?— Obito se acercó ellas centrando su atención en Hinata, como seguían al pie de la letra las indicaciones del médico, era probable que Hinata se recupere de su resfriado en unos días.

—Está bien, en la mañana despertó y comió un poco de sopa. Ya tiene menos fiebre— Konan dejó una pequeña toalla húmeda sobre la frente de Hinata y miró a Madara detrás de ella —Madara-san, puedo cuidar de ella sola— se ofreció, porque de verdad esperaba que esa joven inocente no se involucre con una persona oscura como lo era ese hombre.

—No hace falta, no es tu obligación— le dijo Obito para negar su amabilidad, Konan era muy buena con Hinata desde que llegaron y aunque le gustaba que la Hyūga hiciera una amiga, no pensaba responsabilizar a Konan del cuidado de Hinata.

—Iré por otra sopa, la despertaré cuando regrese— mencionó Konan para retirarse, si continuaba insistiendo, podría levantar sospechas.

—Me quedaré con ella entonces— Konan asintió ante las palabras de Madara y se marchó sin decir más.

—E-ella es bonita— Obito se sorprendió al ver qué Hinata tenía los ojos abiertos, aunque sus mejillas seguían sonrojadas por la fiebre.

—Tú también lo eres— el Uchiha se sentó sobre la cama tomando un espacio a lado de la cabeza de la joven.

—Usted m-me agrada— Hinata rió un poco, su compañía no le incomodaba —Cuando regrese a mi aldea, l-lo invitaré a mi boda— le confesó en voz baja, como si se tratara de un secreto que sólo ellos podían escuchar.

Obito acarició las mejillas de Hinata —No me invites a tu boda, ojos de ángel. Si lo haces, trataré de robarme a la novia— le advirtió, para ella podría ser una broma pero él no estaba mintiendo.

Hinata le sonrió —Tal vez... Me gus-gustaría ver qué lo intente— lo animó, sintiendo sus mejillas calientes y no precisamente por la fiebre.

Obito sonrió también —Sí que estás muy enferma, ¿Eh?— apretó las mejillas de la joven consiguiendo hacerla enojar. 

—N-no las estire así— se quejó Hinata haciendo un mohín.

Notas de la autora:

• Puede contener errores ortográficos.

• Aquí uso un personaje nuevo para beneficio de la trama, su nombre es Natsuki, a quien dejaremos como prima de Kakashi ✨ me faltó hablar más sobre su aspecto pero es así como la imagino

La imagen no me pertenece, créditos a su autor 🙇🏻‍♀️

• Por fin un encuentro directo entre Itachi e Ino que varios ya debían estar sospechando, ¿Se imaginan como será el enfrentamiento de Itachi y Sasuke? 👀

• Y al final un poco de Obito y Hinata coqueteando para no perder la costumbre 🤭

Dejen sus votos y comentarios 💖

Nos leemos en la próxima actualización 👀❣️

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