Capítulo II: La mujer del lago.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
Si estás leyendo esta carta, quiere decir que yo ya habré partido a mi misión, soy muy cobarde como para decírtelo de frente o tan siquiera estar cerca para esperar tu respuesta. Si te soy sincera, a estas alturas no creo que desee escuchar la respuesta a mi confesión. Me casaré pronto, después de cumplir diecinueve años. Lo hago por mi clan, por ello debo renunciar a ciertas cosas.
¿Ya lo sabías?, Hace poco fui nombrada como la líder del Clan Hyūga, seguramente te enteraste porque toda la aldea habla de la ceremonia. Tal vez no te diste cuenta, suelo pasar desapercibida a tus ojos. Somos amigos, pero no soy tan cercana a ti, puede que no sea tan importante como para que estés al pendiente de lo que sucede en mi vida.
Cuando regresaste, me sentía realmente feliz, la aldea no era la misma si no te veía de casualidad haciendo alguna broma junto a Shikamaru-kun o Sakura-san. Creo que muchos te extrañaban, después de todo, eres como un sol. Brillas tanto que tu luz es capaz de salvar a otras personas. Te he admirado demasiado, por muchos años he callado lo que provocas en mí.
Antes solía rendirme sin haber comenzado, lloraba todo el tiempo detrás de los árboles cuando mis manos sangraban y no podía continuar entrenando. Me sentía como una desgracia, porque es lo que mi padre siempre me repetía, fue muy triste que yo lo terminara creyendo. Probablemente todavía lo hago. Entonces te conocí, eras el niño al que todos rechazaban, pero el mismo que jamás se rendía. Siempre te esfuerzas, consigues lo que te propones, estoy segura de que algún día cumplirás tu sueño y serás Hokage. Yo espero poder verte siendo muy feliz.
Naruto-kun, tú me has inspirado a ser una mejor persona, a dar todo de mí para mostrarle al mundo que soy una persona capaz de realizar lo que me propongo. Tu sonrisa me salvó, tu sonrisa le dió luz a mi vida. Estoy enamorada de ti, tanto que lo único que deseo es ver que continúes siendo tan feliz como hasta ahora, aunque eso signifique que mis sentimientos no sean correspondidos.
No quiero presionarte, puedes fingir que no leíste esto y seguiremos siendo amigos si todavía quieres mi amistad. Aunque te amo, no puedo ofrecerte más que eso, porque como dije al principio de mi carta, me casaré pronto.
Te amo, Naruto-kun. Espero que algún día puedas encontrar una persona a la cual amar, una persona que te ame como lo mereces.
Con todo mi amor,
Hinata Hyūga.
Las lágrimas cayeron a la hoja de papel, Naruto llevaba varios minutos releyendo la carta de Hinata. También observó la bufanda, gorra y guantes que ella tejió para él, estaba muy conmovido, Hinata se aseguró de que no pase frío. Apretó la carta contra su pecho, no tenía idea de que su amiga se sentía de esa forma, y que alguien dijera que lo amaba provocaba un sentimiento hasta el momento desconocido.
Se colocó la ropa que Hinata le hizo con tanto cariño, podía sentir su calidez, como si Hinata estuviera ahí con su tímida sonrisa y sus mejillas rojas. De pronto, se levantó de su cama completamente decidido. Iría hasta la torre a preguntar a Tsunade cuando regresaba Hinata de su misión, necesitaba hablar con ella urgentemente. Los días en que la ojiperla se encontraría fuera, le darían tiempo para ordenar sus ideas. Con suerte, Iruka y Kakashi le darían un buen consejo.
En la torre del Hokage todo se volvía un completo caos, Tokuma Hyūga había regresado sin completar su misión y con una noticia devastadora para el débil corazón de Hiashi. La actual líder del Clan había sido raptada mientras intentaba salvar la vida de su prometido. Es de esa manera en que Tokuma lo relató, él fue noqueado, pero Hinata no se rindió fácilmente. El Hyūga se encontraba muy preocupado por el bienestar de la mujer que amaba, Hinata había caído en las manos de unos criminales y todo porque no fue lo suficientemente fuerte como para protegerla.
Neji Hyūga al igual que otros miembros del clan permanecían en la oficina de la Hokage en espera de instrucciones, otros de los convocados fueron el equipo ocho de Kurenai, y el equipo de Gai, Kakashi y Sakura se unieron por petición propia. Tsunade hablaba con ellos para intentar idear un plan, mientras Shizune y Sakura atendían las heridas de Tokuma. Hasta el momento todo estaba siendo manejado en secreto, aunque era cuestión de tiempo para que toda la aldea y poblados de los alrededores se enteraran de que el Clan Hyūga sufría una gran perdida, algo que Tsunade buscaba evitar. Con las descripciones de Tokuma, Tsunade pidió que se elaboraran retratos para expandir su búsqueda, la suma de dinero que ofrecían por su captura resultaba ser muy generosa. Otra medida que se tomó, fue el de tratar de esconder el secreto de que Hinata fue raptada, por ello su búsqueda sería clasificada como confidencial. La Hokage no pensaba permitir que alguien viera débil a su aldea, solamente porque un miembro vital para un Clan tan importante como el Hyūga se encontraba desaparecido. Ella tenía la esperanza de que Hinata regresara bien en poco tiempo, era una chica fuerte que no se dejaría vencer.
La puerta de la oficina se abrió repentinamente, Naruto se dejó ver con una expresión alegre, el Uzumaki todavía no se percataba del ambiente de tensión dentro de aquella habitación llena de gente. Tsunade, por otro lado, le miraba furiosa por su impertinencia. Sakura se preocupó por su amigo, Naruto llevaba puesta la ropa que Hinata le obsequió, lo que indicaba que había leído la carta. La noticia de su secuestro sería muy fuerte de recibir para él.
—Abuela Tsunade, ¿Por qué hay tanta gente aquí?— la rubia golpeó su escritorio con fuerza, Naruto dió un salto en su lugar por su increíble fuerza. Comprendió que Tsunade estaba de muy mal humor.
—Aprende a tocar antes de entrar, idiota— estalló todo su enojo contra Naruto, el Uzumaki perdió el color de su rostro ante el evidente peligro que sentía. Apreciaba su vida lo suficiente para saber que debía retirarse, pero su curiosidad por descubrir que sucedía era más grande.
—Tsunade-sama, creo que Naruto debería ser incluído en la misión de rescate. Es un buen refuerzo— habló Kakashi en busca de calmar a su superior. Tsunade volvió a su asiento, meditando en la propuesta de Kakashi. Era una buena idea, Naruto se volvió muy fuerte en su entrenamiento con Jiraiya, eso lo podía asegurar.
—Tienes razón. Si Hiashi está de acuerdo...— abrió espacio para que el Hyūga diera su opinión, gesto que Hiashi agradeció con un asentimiento de cabeza.
—Lo estoy, lo que más me interesa es encontrar a mi hija. Entre más sean, cubriremos un mayor espacio— esos hombres ya deberían estar muy lejos junto con su hija, y Hiashi no se perdonaría si le sucedía una desgracia a su pequeña Hinata. Nunca fue un gran padre, empero, su enfermedad le hizo reflexionar sobre todo lo que dañó a su primogénita. El último tiempo que convivió con ella para prepararla al cargo, le sirvió como una recompensa de lo que perdió en el pasado. Su hija parecía volver a quererlo, como cuando era una niña que apenas aprendía a caminar y sus ojos brillaban solamente al ver a sus padres.
—¿A su hija?— Naruto dirigió su vista de Hiashi a Tsunade, en busca de una explicación —¿Qué está sucediendo?, ¿Dónde está Hinata?— miraba a gran cantidad de Hyūgas, pero sin rastro de su amiga. Sabía que ella permanecía en una misión, pero un presentimiento en su corazón le decía que algo malo le ocurría a Hinata.
—Hinata fue secuestrada, Tokuma llegó herido y sin alguna pista del paradero de su prometida— los ojos azules de Naruto se detuvieron entonces en el castaño al que Sakura y Shizune terminaban de curar, Naruto se abalanzó hacia él con molestia.
—¡Naruto!— lo llamó Sakura para evitar que hiciera una tontería, pero fue muy tarde. Su amigo había golpeado a su paciente, y ahora lo sujetaba del cuello de su chaleco ninja.
—Tú debías protegerla, por tu culpa mi Hinata no está— Neji fue quien detuvo al Uzumaki, alejándolo de Tokuma en contra de su voluntad, el rubio se removía queriendo escapar aunque sin gran éxito. Comenzó a llorar al comprender la gravedad, Hinata fue secuestrada, no podría hablar con ella sobre lo que su carta le hacía sentir.
—Mi prima es la líder del Clan Hyūga, te pediré que no te refieres a ella como si fuera tu propiedad— Naruto bajó la mirada debido al regaño de Neji, las manos las apretaba con fuerza —Respeta también a su prometido— al Hyūga no le gustaba pedir eso último, pero si su prima había escogido a Tokuma se debía respetar su decisión.
—Yo daría mi vida por Hinata-sama, y lamento mucho no ser yo quien esté en su lugar— Tokuma limpió el rastro de sangre que tenía en la comisura de su boca, ya se sentía muy culpable por todo lo que sucedía, no tenían que recordarle que era su culpa —Estoy enamorado de ella, por eso mismo iré a buscarla sin importar mi condición.
Naruto seguía con la mirada baja, estaba frente al prometido de Hinata, y ella fue clara en su carta al decir que se casados con él. Su deber con su clan era el motivo porque su amiga no estaría con él, porque Tokuma Hyūga es quien ocuparía el lugar con el que recién imaginaba una posibilidad.
—Naruto, para esta misión necesito que seas obediente. Tus superiores serán los Hyūga— Tsunade le habló con calma, su tono no dejaba lugar para protestas. Naruto asintió, no tenía sentido ir en contra y correr el riesgo de ser eliminado de la misión de búsqueda.
—Lo siento— murmuró hacía Tokuma, el castaño no se molestó en responder, era consciente de que Naruto no estaba siendo sincero.
—Será ideal que comencemos a trazar nuestro plan y las posibles rutas. Sin interrupciones esta vez— Tsunade se dirigió a los presentes, enfocando su última oración a Naruto. Kakashi, Hiashi, Tokuma y Neji se acercaron a la Hokage para ayudarla a crear una estrategia.
La oscuridad del lugar le hacía sentir abrumada, lo único que podía apreciar con claridad es al hombre que la acompañaba, y que permanecía sentado en el suelo sin intención aparente de moverse. Después de haberla rescatado, el hombre de la máscara desapareció un momento para asegurar el bienestar de Tokuma. Hinata insistió en que él estuviera a salvó para que el trato estuviera completo. Lo primero que Obito pensó es que ella no comprendía ni un poco la situación en que se encontraba, pero se obligó a tranquilizarse, necesitaba los ojos de esa joven para sus planes.
—Yo...
—Espero que seas capaz de defenderte por tu cuenta— Tobi interrumpió lo que fuera que la ojiperla estuviera por decir, su voz de tintineo le irritaba de alguna manera. Tenía tiempo sin escuchar una voz tan cálida como la de Rin —El lugar a donde iremos está infestado de trampas, y es lo que quiero que descubras— Hinata asintió en silencio, ella era muy buena analizando terrenos desconocidos. Junto a Neji en misiones conseguía encontrar trampas que un ninja con ojos comunes no podría ver —Las trampas están diseñadas para que a un usuario del Sharingan pasen desapercibidas, aunque tengo la teoría de que un Hyūga podría descubrirlas con ayuda del Byakugan— Hinata observó cómo el hombre sacaba una manzana de la mochila que tenía en las manos, sonrió cuando él se la entregó. Ahora tenía que comer después de varias horas, ya no estaba segura de si había pasado un día.
—Gracias— mordió la manzana, el sabor rápidamente se extendió por su paladar. Le encantaba poder degustar una fruta después del estrés que le provocó el peligro que sentía por Tokuma. Ahora que sabía que él no fue gravemente herido e incluso regresaba a la aldea, Hinata se encontraba más aliviada.
—Escúchame bien, no pienso estar detrás de ti cuidándote— el Uchiha desvió la mirada al verla, la chica tenía ambas mejillas llenas, y un pequeño rastro de manzana en sus labios —¿Qué afinidad de chakra tienes?— Hinata se apresuró a pasar la manzana para poder responder.
—Fuego y rayo— ella frotó su barbilla suavemente, en el pasado su maestra Kurenai les hizo una actividad para descubrir ese detalle. Ella todavía lo recordaba, aunque no fue entrenada en el ámbito del ninjutsu, conocía un poco de lo que le sería posible realizar.
—Perfecto, manejo esos elementos— ella sonrió antes de volver a morder la manzana, al menos tenían algo en común —Eres experta en Taijutsu, seguro que si te enseño algunas técnicas las podrás combinar con tus habilidades— Tobi retrocedió un poco al notar que ella avanzaba emocionada hacia él —No te confundas, es solamente para que puedas defenderte a larga distancia. Ya te dije que yo no pienso estar al pendiente de tu seguridad— a pesar de sus palabras, Hinata continuaba feliz con la idea de aprender nuevas habilidades. Tal vez no todo sería malo como imaginó.
—Le prometo que aprenderé rápido, no se arrepentirá— Hinata sonreía, intentaría aprender todo sobre ese hombre antes de pensar en regresar a la aldea. Cuando Hanabi estuviera fuera de peligro, y lograra que su padre viera que era un miembro importante que podía reemplazarla en el futuro, sería el instante de volver a Konoha. Por ahora intentaría descubrir que tramaba el hombre de la máscara.
—Eres muy torpe— Obito tomó el mentón de la joven, con sus dedos limpió el rastro de manzana que permanecía a la orilla de sus labios —Pequeña torpe—Hinata se sonrojó por el contacto con el hombre, él se había quitado uno de sus guantes para limpiar su boca, y su piel no era fría como imaginó que sería.
—Lo siento...— susurró en cuanto la soltó, le avergonzaba tanto no haber tenido su rostro limpio.
—No te disculpes por eso— le restó importancia al asunto, de verdad no quería entrar en una conversación sobre sus acciones. Se decía sí mismo que sólo hizo porque le gustaba el orden y la perfección, la mancha de manzana le irritaba.
—¿Me dirá su nombre?, Quiero saber cómo debo llamarlo— siguiendo con la idea de desviar la atención de lo que pasó anteriormente, Hinata preguntó lo que tanto quería saber desde que él la rescató, necesitaba conocer el nombre de la persona que le estaba ayudando.
—Es Tobi, así debes llamarme— el Uchiha volvió a colocarse el guante que se quitó, Hinata se había quedado viendo lo poco de la piel de ese hombre. Cuándo la tocó, no fue un contacto áspero, en realidad su piel era un poco suave.
—De acuerdo— murmuró asintiendo, para Tobi era un verdadero sufrimiento tener que lidiar con la felicidad de esa joven. Simplemente no estaba acostumbrado a que alguien a su alrededor estuviera feliz —Yo soy Hinata Hyūga— su mano derecha se dirigió hacia su pecho, se estaba señalando a sí misma para enfatizar su presentación.
—¿Ya terminamos con las presentaciones?— le preguntó fastidiado, la ojiperla no se percató por completo de su mal humor.
—Sí...— ella guardó silencio por un momento, pensando en cómo continuar la conversación. No le gustaría quedarse en un silencio al igual que antes —¿A dónde iremos?, ¿Cuál es el lugar que usted quiere investigar?— esas eran las preguntas que venían a su mente, sí lo ayudaría, debía saber exactamente en qué lo estaría apoyando. No le gustaría que su aldea se viera en problemas por su culpa.
—Naka no Jinja* ese es el lugar— la confusión se reflejó rápidamente en el rostro de la joven, que no había escuchado antes ese nombre. No sabía si se trataba de alguna aldea pequeña o una montaña. Tobi sonrió sin ser consciente al ver que ella intentaba descifrar por su cuenta de que se trataba.
—¿Dónde se encuentra?— una pequeña pista le vendría bien ahora que no tenía idea de que sitio tendrían que visitar.
—En Konoha— el cuello de la Hyūga se giró ligeramente hacia él, los ojos perla de Hinata lo vieron con sorpresa. Ella no quería regresar a su aldea y correr el riesgo de ser encontrada por sus compañeros Shinobis. Tobi no agregó más después de su declaración.
—¿Qué?, ¿Regresaremos a Konoha?— sentada en el suelo, Hinata acercó sus piernas hacia su pecho, abrazándose a ellas en un intento por consolarse. Konoha es el lugar del que deseaba huir, no quería ser la responsable de que su hermana estuviera sellada, esa era la maldición que atormentaba a su primo Neji. Hinata no se consideraba tan fuerte como para ver sufrir a las dos personas que más le importaban.
—Tampoco me hace ilusión regresar, pero es necesario— admitió con sinceridad, esperando que ella se sintiera mejor. No necesitaba a una niña llena de dudas ahora, ellos ya tenían un trato, y no le agradaba que jugaran con él.
—¿Puedo preguntarle qué es ese lugar?— la ojiperla trató de tranquilizarse, si Tobi la miraba tan asustada, probablemente decidiría cancelar su acuerdo. Por el momento Hinata no pensaba permitirlo, ella requería estar oculta por un tiempo, y que mejor que en esa dimensión desconocida.
—Ya lo estás haciendo, pequeña torpe— ella hizo un mohín denotando su molestia por el nuevo apodo que Tobi decidió darle. El Uchiha sonreía al ver su objetivo de hacerla enfadar cumplido —Naka no Jinja es un antiguo santuario de los Uchiha, allí existe un monumento de piedra que contiene todos los secretos del Clan y de la historia de los ninjas desde sus comienzos. Sólo se puede acceder a ella completamente con la ayuda del Rinnegan— Tobi inició su explicación lentamente, ella lo escuchaba atentamente. Siempre había creído que el legendario Rinnegan era sólo una leyenda, en los pergaminos de historia de su Clan no se hablaba mucho sobre el tema —O en su defecto, podremos usar el Sharingan y el Byakugan. Para eso te necesito— Tobi extendió su mano derecha hacia ella, esperando que Hinata aceptara ir con él.
Hinata se detuvo a unos centímetros de estrechar su mano con la de el hombre frente a ella —¿No corremos el riesgo de ser atrapados?
—Es cerca del distrito Uchiha. Nadie frecuenta hoy en día ese lugar, y dónde nosotros estaremos es más bien subterráneo— cerrando ambos ojos fuertemente, la Hyūga tomó por fin la mano de Tobi, aceptando una vez más su trato. Confiaba en que no serían encontrados, era verdad que nadie se acercaba al espacio en que habitaban antes los Uchiha —En la sala principal del santuario, nos vamos a dirigir al séptimo tatami. Para poder entrar a la sala principal, usaré algunos sellos. Debajo del tatami, encontraremos el verdadero lugar que me interesa— Tobi finalizó con más indicaciones, y Hinata se esforzó por memorizar sus instrucciones al pie de la letra.
—Entonces, ¿Estaremos bajo tierra sin la posibilidad de ser descubiertos?— si lo pensaba mejor, nadie la buscaría en Konoha, es último sitio en el que se les ocurriría investigar. Pronto consiguió estar tranquila, se había convencido de que no debía preocuparse.
—Si eso es lo que te preocupa, te aseguro que será el menor de nuestros problemas— Obito solía visitar el santuario en varias ocasiones, nadie había sentido su presencia antes, por eso siempre regresaba y se desplazaba por lo que alguna vez fue el lugar donde los Uchiha se reunían.
—De manera que usted quiere que lo ayude con las trampas del lugar— el hombre enmascarado asintió, permitiéndole continuar con su siguiente pregunta —¿Tan peligrosas son?
—Algunas son para los que intentan entrar al santuario, otras son para destruir la información que allí se oculta. Lo que menos requiero es perder todos esos conocimientos— perder los secretos que ocultaba el santuario no era una opción, Obito necesitaba revisar completamente el lugar para poder armar un plan donde Madara Uchiha no formara parte. También requería más información de la supuesta voluntad de Madara, él no confiaba en aquel anciano que lo salvó de morir aplastado.
—Lo entiendo. Le prometo que encontraré todas las trampas del lugar para que la información que necesita no se pierda— en el clan Hyūga siempre solía entrenar con Neji en ese ámbito, ellos dos juntos eran increíbles encontrando las trampas que acechaban en los espacios a los que los enviaban en misiones. Hinata por fin se pondría a prueba sin Neji, estaba emocionada por medir su potencial.
—Bien, eso es lo que quería escuchar de ti— le pasó una pequeña mochila, Hinata comenzó a revisar su contenido. Era comida, en su mayoría frutas —Dentro del santuario hay una trampa más, una de las que te debes proteger con extremada precaución. Necesito que me prometas que por ningún motivo te acercarás a ella, ni creas que voy a salvarte si caes en sus engaños— la ojiperla dejó de contar sus alimentos para verlo, entendió que era momento para presentar atención.
—¿A ella?, ¿De quién está hablando?— indagó confundida por sus anteriores palabras, en unos segundos cerró su mochila y la dejó a un lado para escuchar todo lo que él tenía que decir.
—Sé que crees en los cuentos de hadas, pero no todo en el mundo son flores y brillos en el aire— la Hyūga se enfadó nuevamente por su manera de dirigirse a ella, Obito no sonrió en esta ocasión. No era su intención molestarla —Así como existe el bien, existe el mal. Y también los espíritus que provocan el caos y se aprovechan de los humanos— Hinata evitó reír al ver la seriedad con que hablaba.
—¿Cómo fantasmas?— el Uchiha asintió, lo que terminó por confundir a Hinata. Las historias de fantasmas eran solamente eso, historias que las personas inventaban para asustar.
—En el lugar al que iremos, se encuentra un lago. Los Uchiha antes solían hacer oraciones para que los espíritus de sus difuntos pudieran descansar ahí— Obito recordaba las historias que los ancianos del Clan solían contar, también las advertencias grabadas en algunas piedras —Desde la masacre, el espíritu que habita en el lago ha vuelto a enfurecer. Nadie le venera como en el pasado— y en teoría era su culpa, las muertes del Clan Uchiha era todo gracias a él.
—¿Quien es ella?— pidió saber la joven Hyūga, ella no recordaba ninguna leyenda parecida sobre el Clan Uchiha. Tal vez Tobi intentaba asustarla con historias falsas sobre espíritus malignos.
—Parece una mujer dócil, pero creeme que usará cualquier truco para ponerte las manos encima y llevarte con ella— el ojo con que Tobi la observaba era de un profundo color negro, Hinata sintió escalofríos, sin saber si eran producto de su relato o la forma en que la veía —Si te tiene, no podrás salir, ni siquiera si mueres ahogada— Tobi cruzó sus brazos, agachando un poco la cabeza para romper el contacto visual con la Hyūga.
—¿A qué se refiere?— Hinata entrelazó sus manos y las llevó frente a su pecho, no le agradaba que él tuviera como una opción que muera ahogada.
—Si mueres en el lago, tu espíritu no tendrá descanso. Pasarás todo el tiempo rondando por el santuario sin poder obtener la paz— ella parecía horrorizada con su declaración. Al Uchiha no le interesaba la cantidad de almas que pasaban cerca del lago sin obtener descanso, lo único que quería era no perder tan rápido a la joven que le ayudaría con sus planes.
—¿No está tratando de jugarme una broma?— fue su último intento de creer que todo era un chiste, esperaba que Tobi de pronto comenzara a reír y a burlarse de ella por ser tan crédula.
—¿Crees que me gusta hacer bromas?, ¿Piensas que soy un idiota o qué?— el Uchiha se exaltó por su insistencia en imaginar que todo eran simples cuentos, Hinata retrocedió un tanto asustada por su repentino mal humor.
—No, no quise decir eso...— quiso tranquilizarlo, incluso le ofreció una manzana en señal de ofrenda de paz. El Uchiha tomó la fruta y regresó a su postura inicial —Es sólo que me cuesta creer en esta historia— Hinata esperó que él se quitara la máscara, pero Tobi solamente la movió lo suficiente para poder comer de la manzana. Además se colocó en una posición donde no le era posible ver con claridad.
—Pues será mejor que lo creas, porque yo no pienso salvarte de nuevo. ¿Me has entendido?— volvió a morder su manzana, ese joven era ingenua si creía que con una manzana se olvidaría de su molestia. Todavía se encontraba enojado con ella por insinuar que lo que decía eran mentiras.
—Lo entiendo, no debo acercarme al lago— murmuró finalmente, de igual manera no tenía intención de acercarse a un lago subterráneo. Ahora menos, no quería comprobar si las historias de fantasmas eran ciertas o no.
—Perfecto, Hinata— Obito sonrió antes desde otro bocado a la manzana.
Había pasado menos de un mes para que Obito considere a Hinata apta para la misión que emprenderían dentro del santuario. La ojiperla ya lograba dominar algunas de las técnicas del elemento fuego que Tobi le enseñó, ella permaneció oculta todo el tiempo en la extraña dimensión en la que sólo él tenía la forma de entrar y salir. Tobi se encargaba de conseguirle provisiones y de llevarla a lugares donde pudiera tomar un baño, Hinata agradecía que le permitiera seguir cuidando de su aseo personal. No quería permanecer sucia en aquel lugar donde la luz del sol no brillaba nunca. Aunque intentaba aprender un poco del hombre que la ayudó a mantenerse oculta, no obtenía gran información, mucho menos de sus planes. Él era reservado, no le dirigía la palabra a menos que fuera absolutamente necesario, y siempre resultaban ser sólo unas cuantas oraciones.
Con la técnica de Tobi a la que Hinata todavía no se acostumbraba, lograron llegar al Santuario Nakano sin ser detectados por los ninjas de Konoha. Tobi comenzó el recorrido según las instrucciones que le contó desde un principio, Hinata caminaba detrás de él sin perder detalle de sus movimientos. Primero una serie de de sellos para acceder a la sala principal, después caminaron hasta el séptimo tatami. Al llegar al lugar correcto, Tobi comenzó a quitar la madera del suelo, Hinata observó con sorpresa como se abría ante sus ojos un pasadizo oculto. Él entró antes que Hinata, y cuando ambos ya estuvieron dentro de las escaleras que los llevarían a su destino, Tobi cerró la única entrada.
En la pared más cerca había una serie de antorchas, con un pequeño soplo de la boca del Uchiha ésta encendió rápidamente. Hinata estaba fascinada con su nuevo descubrimiento, ante sus ojos se extendía un escondite hecho en su mayoría por roca, casi podría asegurar que nadie en la aldea conocía su existencia. Fue tocando las paredes que se sentían húmedas por alguna razón, en todas partes había grabados diferentes, en algunos se podía ver la luna. Tobi tomó otra antorcha y se la entregó después de prenderla, Hinata poco a poco se fue separando de él para seguir explorando las paredes. Durante todo el trayecto que bajaron las escaleras, el Uchiha no podía evitar ver el rostro de la joven, sus ojos brillaban con la luz del fuego que sostenía cerca de su cara. Ella parecía ajena a la maldad que se sentía en el ambiente, su sonrisa se notaba sincera y mostraba su entusiasmo. Era como una niña que descubría algo nuevo, y verdaderamente lo estaba haciendo.
—Activa tu Byakugan. Revisaremos los alrededores para asegurarnos de que nadie nos ha seguido— le ordenó para evitar seguir pensando en lo inocente que se veía la joven, Hinata obedeció de inmediato. Las venas se marcaron alrededor de sus ojos, no fue necesario para ella usar sellos.
—¿Eso quiere decir que nos vamos a separar?— preguntó sin dejar de caminar, iniciando con una examinación al santuario. De verdad deseaba no encontrarse con algún ninja de Konoha que pudiera reconocerla, no estaba lista para volver.
—Exacto, aunque no hay nada de que preocuparse. Las trampas del santuario se encuentran en los espacios dónde hay información importante. Nosotros todavía no iremos a inspeccionar los monumentos de piedra— ella asintió a sus palabras, eso sólo significaba que todavía no comenzaría su búsqueda de trampas. Por ahora se centraría en rastrear intrusos, aunque dudaba que existiera alguno.
—De acuerdo, revisaré el lugar en busca de algún sospechoso— Tobi no sentía que trabajar a lado de Hinata era tan malo como pensó originalmente, ella le obedecía y no protestaba como lo haría cualquier otro miembro de Akatsuki. Eso le gustaba, con Hinata no entraba en discusiones sin sentido, tampoco debía fingir ser otra persona para cubrir apariencias. Esa chica era muy ilusa a su parecer, jamás sospecharía cuáles eran sus verdaderas intenciones. Probablemente le ayudaba el hecho de que Akatsuki aún no realizaba movimientos importantes, también que Hinata estaría incomunicada mientras estuviera junto a él.
—En media hora nos reuniremos en este mismo punto, ¿Has comprendido?— Hinata por fin lo miró, Obito no se mostró impresionado por ver el Byakugan en acción.
—¡Hai!
Hinata decidió ir por el lado Sur del santuario, dejó de prestar atención a la arquitectura para concentrarse en encontrar alguna figura que no fuera la de Tobi. Lograba ver cada pequeño animal que habitaba entre las sombras, cada insecto por más diminuto que era, realmente no existía algo fuera de lo común. Continuó por el Este, estando todavía en la sección Sur, pronto una gran cantidad de chakra captó su atención. Forzó su Byakugan para llegar más cerca en esa dirección, entonces descubrió que no era chakra, se trataba de un lago donde una extraña niebla flotaba sobre el agua. Caminó hacia el lugar, casi como si estuviera hipnotizada, sentía una fuerte conexión, como si una fuerza desconocida la estuviera atrayendo mejor que un imán a un metal. Su Byakugan se desactivó sin que fuera consciente de ello, el viento sopló solamente para acariciar su rostro y apagar su antorcha.
Escuchaba algunos susurros, incluso algunas manos que tocaban sus brazos e intentaban detenerla. Debería darle escalofríos por lo tenebrosa que resultaba ser la situación, en cambio, sentía un poco de paz. Una voz dulce le hablaba al oído, y unas manos frías tocaban sus mejillas y apartaban su cabello. Hinata se sentía entre dos líneas, había perdido el control de su cuerpo, era como si alguien más ocupara su lugar. En segundos volvía a ser consciente y recordaba las advertencias de Tobi, buscaba huir pero era llamada nuevamente y su mente se volvía de otra persona.
La magia fue rota al estar a diez metros del lago, la Hyūga movía sus manos lentamente, como si estuviera recuperando su cuerpo poco a poco, y es lo que estaba pasando. Observó entonces a un niño jugando cerca de la orilla, Hinata lo llamaba pero él no se daba la vuelta. El pequeño fue entrando al lago que Tobi le había prohibido, el agua rápidamente le cubrió hasta su cintura. Hinata decidió ignorar las advertencias de Tobi que se repetían en su mente una y otra vez, corrió a gran velocidad para detener al niño, y cuando estuvo por tocar su espalda, él desapareció en una espesa niebla. La ojiperla de inmediato caminó hacia la orilla, el agua estaba mojando parte de su ropa, presentía que lo peor pasaría, y lamentablemente tuvo razón.
Tropezó con una piedra dentro del lago, con el miedo avanzando a gran paso dentro de su sistema, Hinata se arrastró hasta la orilla. Consiguió salir del lago, y entonces cometió el error de ver atrás, encontró su reflejo en el agua, aunque con un detalle diferente. Su reflejo sonreía, y Hinata estaba lejos de encontrarse feliz.
—Por fin has venido a verme, hermana— los labios de su reflejo se movían, al mismo tiempo que una voz casi maternal se dejaba escuchar. Hinata la creía familiar, cómo si ya la hubiera conocido antes.
—¿Hermana?— repitió la manera en que la llamó, no tenía sentido que le dijera hermana cuando no tenían ningún tipo de conexión. Hinata solamente tenía una hermana, una niña cinco años menor, su adorada Hanabi.
—Es natural que no me recuerdes, yo en cambio no olvido tus lindas facciones— su voz era amable, y a pesar de ello Hinata ya sentía un escalofrío recorriendo su espalda —Eres más joven de lo que recuerdo.
—No me hagas daño, no quería molestarte— la ojiperla lograba ver como unas ramas verdes salían del agua y se acercaban a tomar sus manos. Quería irse corriendo, empero, se sentía congelada en su propio lugar. Por amor del cielo, lo que decía Tobi era real, y ella no sabía cómo enfrentarse a un espíritu furioso.
—No puedo hacerte daño, sólo me es posible capturar Uchihas— le confesó, las ramas que la tenían presa iban acariciando sus muñecas. No le apretaban, pero le hacían imposible huir. Hinata se creía atrapada, algo le impedía levantarse o incluso defenderse.
—Yo no soy uno de ellos. Por favor, déjame ir— le suplicó esperando obtener compasión de su parte. Claramente sus ojos delataban que no era una Uchiha, sin embargo, no estaba segura de que la mujer del lago notara la diferencia.
—Por ahora no puedo llevarte conmigo, pero no será lo mismo en el futuro— su tono se volvió un poco más siniestro, haciendo temblar a la ojiperla por culpa del miedo. Ella no sabía cómo enfrentarse a un fantasma.
—¿Qué quieres decir?— se atrevió a preguntar en sus últimos rastros de valentía. Era consciente de que iba perdiendo la fuerza de su cuerpo, sentía que podría caer dormida en cualquier momento.
—Estaremos juntas de nuevo— su voz fue dulce de nuevo, el espíritu con el que hablaba estaba feliz al decir eso.
—¿De qué estás hablando?
—Pronto, llevarás a un Uchiha en tu interior— las ramas acariciaron suavemente su vientre, el rostro de Hinata se volvió más pálido al comprender a que se refería —Entonces podremos estar juntas de nuevo— su reflejo le miraba con ternura, justo como su padre la veía en las últimas semanas que pasó a su lado. Lo identificó como cariño, un cariño fraternal, y no comprendía porque esa mujer sentía es por ella.
—N-no es posible... Sasuke-kun... Itachi-san— Hinata estaba confundida con la predicción de su futuro, no tenía ningún sentido. Jamás iba a involucrarse con su antiguo compañero de academia, Sakura vivía perdidamente enamorada de Sasuke al igual que su amiga Ino, ella no traicionaría a sus amigas de esa forma. Y por otro lado, a Itachi jamás le dirigió la palabra, él ni siquiera debía saber de su existencia.
—No estoy hablando de ellos— la expresión en el rostro de su reflejo se endureció, la persona de quién hablaba no debía ser de su agrado.
—Pero son los únicos Uchiha que sobrevivieron a la masacre de su Clan— insistió Hinata para descubrir la verdad, quería saber quién era el hombre que la mujer misteriosa observaba en su futuro.
—Ese hombre que te acompaña, no es quien piensas— las ramas soltaron sus muñecas, dejando un rastro de agua que no se molestó en quitar. Estaba más consternada por lo que la mujer del lago estaba insinuando.
—¡Hinata!— su reflejo desapareció del agua, en el lago no se podía ver nada, a pesar de que el agua era limpia y cristalina. La Hyūga sintió unos brazos rodeando su cintura, en cuestión de segundos se vió a salvó y siendo cargada por Tobi a un sitio más apartado.
—Tobi... Yo...
—Demonios, te ordené que no te acerques a ella— el Uchiha sacudió su cuerpo varias veces, a Hinata le fue difícil reaccionar y volver a la realidad. Por otra parte, Obito se encontraba furioso, era la primera vez que Hinata desobedecía a sus órdenes, y odiaba cuando alguien no hacía lo que pedía.
Hinata se miró todavía entre los brazos de Tobi, él no la había apartado de su lado. Las palabras de la mujer del lago la invadieron dejándola en una estado de shock. "No es cierto, él y yo no..." —¿Usted es un Uchiha?— sus pensamientos se encontraban divididos, no se sentía ella misma después de ese encuentro.
—¿Ella te lo dijo?— su enojo fue reemplazado por un tono más serio.
—¿Eso quiere decir que lo es?— los ojos de Hinata temblaban, estaba frente al hombre con que aquel espíritu selló su destino. No podía ser cierto, ella amaba a Naruto, también estaba comprometida con Tokuma. ¿Cómo es que terminaría esperando un hijo de un criminal?, De un hombre que no conocía, alguien a quien ni siquiera le había visto el rostro.
—Lo soy— no serviría negarlo, estaba seguro de que Hinata no le iba a creer después de haberla escuchado a ella. El espíritu que habitaba en el lago era demasiado astuto y manipulador —Debiste obedecerme, pequeña torpe— la joven comenzó a llorar, sorprendiendo a Obito, que no creía que la forma en que la llamó fuera tan mala como para provocar su llanto.
—¿Todo l-lo que e-ella di-dice se vuelve reali-realidad?— continuó llorando, no deseaba que su presagio se convirtiera en verdad.
—Ella ha vivido más años de los que puedes imaginar, sus predicciones no fallan— eso es lo que sus antepasados solían decir, y no creía que unos ancianos estuvieran inventando cosas sólo por querer.
—No sé si quiero mi destino— Hinata sollozó contra el torso de Obito, el Uchiha no lograba comprender su extraño comportamiento. Antes demostraba valiente al punto de proponerle trabajar para él, ahora parecía que se rompería con cualquier toque. En contra de lo que deseaba hacer, terminó abrazándola torpemente.
—¿Qué te ha dicho?— no sabía si se arrepentiría de consolar a Hinata, pero de algo estaba seguro, no le servía una joven que lloraba.
—Dijo que alguien lo traicionaría, y que yo también sería gravemente herida. No quiero morir sin antes ver a mi hermana menor— no encontró mejor mentira que aquella, y él no notó que no decía la verdad. Sus lágrimas funcionaban para hacer creíble su falso destino.
—Evitaré que sus palabras se hagan realidad— le prometió mientras dirigía su vista a la espesa niebla del lago. No permitiría que una persona arruine sus planes, ahora estaría más atento a su alrededor y seguiría todos los pasos de las personas involucradas en sus asuntos.
Tal vez, tener a esa Hyūga no fue una mala inversión después de todo.
Notas de la autora:
• Puede contener errores ortográficos.
• Perdonen la tardanza, he tenido problemas con mi computadora y también mi internet :c
• Naka no Jinja* se refiere al Santuario Nakano.
• ¿Les gusta la imagen de la multimedia? 👀 Es un pequeño edit que hice usando imágenes del anime 😊
• Bueno, en este capítulo Naruto ya ha leído la carta de Hinata, y piensa que es lindo ser amado. Por eso también es que desea buscarla.
• Decidí agregar este personaje "fantasma" para darle un tinte más oscuro a la historia. Aunque realmente no creo volver el fic en algo muy siniestro xd
Me inspiré en una serie pero dándole mis propias ideas. Este nuevo personaje tiene conexión con los Uchiha, es como alguien a quien le rendían oraciones y ella les concedía predicciones para su futuro. Aunque esta mujer les guarda rencor, ¿Pueden adivinar cuál es su historia?, ¿Creen que le haga daño a Hinata? 👀
• La edad de Obito en esta historia será de veintisiete, Hinata está por cumplir los diecinueve.
Dejen sus votos y comentarios 💖
Nos leemos en la próxima actualización 👀❣️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro