Norystarc.
"Tu eras mi cielo y cuando te fuiste lo único que pude hacer fue llover"
El mundo destruye, el mundo mata, los seres lluvia no fueron los causantes de la destrucción del mundo, fueron los propios humanos, eso es lo que el pueblo de Ataraxia no quiere que sepamos, se les hace mas facil hecharle la culpa a seres que llegaron al mundo que a los propios humanos.
Cuando llegaron los seres lluvia, el mundo estaba en una etapa de destrucción total, los que se supone que deberían proteger mataban, los que se supone que deberían cuidar destruyen, el pueblo estaba solo.
Los pocos que sobrevivieron vieron cómo el mundo se destruía, yo nací cuando Valeza ya estaba hecha, pero estoy segura que las generaciones de antes no la pasaron bien, murieron con miedo, con terror, y ahora se vuelve a repetir.
Corro como puedo, el suelo frío toca mis pies, las luces se prenden y se apagan en un corto circuito, las puertas de las habitaciones están cerradas, gente grita queriendo salir, pasó corriendo buscando algun tipo ayuda pero no lo encuentro, estoy fuera gracias a que me negué a entrar a mi habitación, estos días no puedo dormir gracias a que siempre pienso en Regen.
Soy la única afuera, mientras los demás están adentro, corro a la habitación de Alec buscando algún tipo de ayuda por parte de él.
— ¿Summ? ¿Summer eres tú? — pregunta por detrás de la puerta.
— Soy yo, ¿Estás bien?
No logro encontrar una respuesta, las luces se apagan por completo, el pasillo se vuelve un oscuro con gritos ahogados de gente asustada encerradas en sus habitaciones, escuchó a niños llorar, una gota de sudor baja por mi frente, y me pego a la puerta para escuchar.
— Si, estoy bien, ¿Sabes que paso? ¿Por qué no podemos salir?
— No lo se, yo no estaba en mi habitación, estaba en el invernadero, vine corriendo cuando las luces empezaron a parpadear.
Si cierro los ojos o los abro no hay diferencia de oscuridad, de repente me siento tan pequeña, tan indefensa, los gritos y llantos de niños y adultos no ayudan.
— Busca a Amanda, encuentrala y investiga que paso. — me dice.
— Alec...oscuridad, yo no veo nada...
La respiración se me va, los gritos cambian a jadeos, ¿Que está pasando? siento ganas de llorar, ganas de correr, pero no soy super heroína, esta vez, Alec me habla mas despacio que antes.
— Si no hay electricidad, el oxieno se acaba, eres fuerte Summ, la oscuridad no es mala, es hermosa si encuentras...lo bello de ella, ve.
— Cuidate...— me alejo y tomo poco aire para poder gritar lo suficiente para que las personas encerradas me escuchen — Traten de dar respiraciones pequeñas, el oxígeno se está terminando, lo arreglare ¿Vale?
Los niños ya no lloran, quiero creer que es porque entendieron mi indicación, no había enfrentado algo asi nunca, habia escuchado que alguna vez la electricidad que Valeza había generado se había terminado, nuestra ciudad está debajo de la tierra, el oxígeno que usamos no es natural, si la energía se termina, también el oxígeno.
Estiró las manos frente a mí para guiarme, seguramente de niña hubiese conocido el lugar correctamente, pero pasé más de dos años afuera, en el pueblo de experimentos, es difícil recordar algo del cual has estado alejado por mucho.
Trago saliva al imaginarme lo que pudo pasar.
Camino por los pasillos oscuros, no tengo un arma, estoy descalza y con la pijama puesta, es imposible que el miedo me inunde, abro los ojos cuando alcanzo a ver una pequeña luz, por precaución camino despacio y silenciosamente.
Alzó la cabeza sintiendo el olor agrio y frío que representa a solo una cosa, me tapo la boca para tapar el grito de miedo que se me puede salir, hay Norystarc, al menos tres o cuatro, y en medio, está Amanda con tres de nuestros hombres, los Norystarc son amenaza para todos, matan y destruyen, su aspecto atemoriza, es solo hecho de verlos tan cerca me aterra, cuando estaba con Regen vi uno, pero no sentí miedo porque Regen estaba ahí.
Ahora estoy sola y mi pueblo me necesita.
Por instinto me oculto detrás de la pared al ver como el monstruo alza la cabeza olisqueando el aire como si percibiera que estoy ahí, algunos son ciegos por lo tanto se guían de su olfato y tacto, los Norystarc están obstruyendo la entrada que da para el control de energía, si no llego a restablecerla, muchos morirán, y yo junto a ellos, no puedo morir.
No puedo morir porque aun no le he pedido perdón a Regen, aun no le digo cuanto me gusta.
Dos de ellos son ciegos, el temor se alza cuando observo la fila de dientes afilados como pequeñas agujas, una de sus manos estaba llena de lo que parecen pequeñas púas, estoy segura que tan peligrosas como sus dientes.
Doy gracias de estar descalza, me guió como puedo y caminó hasta una de las habitaciones principales donde están las armas, hace mucho que no uso alguna, tomo un latigo y lo enredo entre mis manos, el látigo hecho de un material capaz de quemar la piel y destruir en cuanto se enrosca, siempre fue mi arma favorita.
La adrenalina corre por mi pecho cada vez más, tengo miedo, quizás no viva, hace mucho que no lucho, quizás sí lo haga ¿Mi madre se sentirá orgullosa si lo hago? No importa, solo importa salvar a los que están encerrados y encontrar a Regen, vuelvo a donde están los Norystarc, puedo sentir mi corazón latir con fuerza, cada parte de mi cuerpo ponerse en alerta.
No estoy segura si los Norystarc hablan, tampoco estoy segura si hay más, me estoy jugando mi muerte, si no vuelvo, será porque trate de darlo todo por mi.
Tomó una última respiración, una calmada y tomó de un lado el arma de fuego y en mi mano izquierda el látigo, tomando valor y adrenalina lanzo mi primer golpe, el látigo toma vida casi igual que una espada con el poder de destrucción de un demonio o quizás un ángel, este se enrosca con fuerza en el cuello de uno de los Norystarc.
Veo cómo su piel se quema al contacto, intentó jalar pero es fuerte, la cosa lanza un grito potente haciendo que sus compañeros se pongan en alerta dispuestos a despedazar mi vida como el otoño se lleva las hojas de los árboles.
No me rindo, fui entrenada para esto,así que con la otra arma doy un disparo en lo que debería ser su pecho, veo con victoria como este cae al suelo retorciéndose, cuando intento dar el último golpe algo me golpea la mejilla con fuerza.
Caigo al suelo con suficiente fuerza como para que mi nariz choque con la pared y gotas de sangre caigan, veo venir al próximo Norystarc con dientes y uñas afiladas como cuchillos, ruedo por el suelo para que sus dientes choquen con el suelo y no con mi cuerpo.
Este no se rinde y se pone en cuatro patas, trago saliva y lanzó una bala que se impregna en lo que debe ser el cráneo, aún así la cosa sigue moviéndose, más lento pero se mueve, alzó la mirada cuando el tercero me lanza un zarpazo a lo cual esquivo con dificultad, el látigo vuelve a cobrar vida en mis manos y noto como muchas marcas aparecen en el cuerpo del monstruo, goteando lo que puede ser sangre.
Voy a morir.
Acabe con uno, fue suerte, pero aun no canto victoria, corro como puedo levantándome intentando ir a el cuarto de energía, si lo hago más soldados vendrán a ayudarnos, pero una de mis piernas es tomada y caigo al suelo soltando el arma, mi pie arde y gritó con fuerza ante la presión.
Hay un Norystar tomando mi pierna, lo que debe de ser sangre sale de una de sus manos, había escuchado que la sangre de estos es como ácido para nuestra piel, intentó dar una patada pero otro más se me lanza, me cubro con los brazos y me quejo cuando gotas de este caen el la parte delantera de mi pecho, casi puedo escuchar como la tela de mi pijama se quema.
El aire se terminaba, Amanda está desmayada, yo estoy perdiendo fuerza, me estoy volviendo débil, el ácido en mi piel no ayuda, cada movimiento es doloroso, aun así tomando fuerza logró soltar una de mis manos y clavar el gatillo en el pecho del monstruo, aprovecho eso para atacar al otro y amarrarlos con el látigo hasta partirlos a la mitad.
— Muy geminis de su parte — les digo a los cuerpos inertes de esos seres.
Sonrio ante mi propia broma antes de levantarme y encender la electricidad, rápidamente murmullos se escuchan, el oxígeno se restablece, todo se ilumina, suelto una sonrisa ante mi propio triunfo, claro, antes de que mi cuerpo colapse llevándome a un desmayo profundo en el cual Regen esta bien.
Pero algo me dice que el no esta bien.
***
U
n leve movimiento en mi mano me hace despertarme sobresaltada levantándome de golpe.
—Calmate, te vas a matar los piojos y a mi las neuronas.
Me aparto el pelo sobandome el área dolorosa, Alec me sonrie haciendo lo mismo, tiene el traje del hospital, se sienta en una silla que esta justo a lado de mi camilla, me vuelvo a recostar cerrando los ojos y dejando que mi corazon se calme.
— ¿Cómo está Amanda? — pregunto.
—Ella está bien, llegaste a tiempo — siento como toma mi mano — Te lo agradezco mucho.
Observo nuestras manos unidas, pero no me causa nada, no quiero su mano, quiero la de Regen, quiero su mirada dulce y sus preguntas constantes, quiero sus abrazos reconfortantes y quiero comer maruchan con el, no quiero estar aqui encerrada.
Solo lo quiero a el.
—¿Sabes algo de Regen? — le pregunto.
Separa nuestras manos como si la pregunta le quemara, alzo una ceja esperando una respuesta que no llega porque una enfermera llega pidiendo que me dejen descansar.
— Lo necesito, necesito a mi chico lluvia — le digo a Alec en cuanto pone un pie en la salida de mi habitación.
Corro riesgo al decir aquello, esta prohibido tener algun tipo de sentimiento hacia ellos, suena tonto pero se castiga, confio en que Alec no de diga a Amanda, y agradezco que la enfermera este ocupada en otra cosa.
—El no te necesita Summer, él ya está con los suyos.
— Te equivocas...
—¡No Summer! El fue solo una misión para ti, no te necesita y tu no lo necesitas, olvidalo.
Y sale, dejándome sola en medio de cables, de ropa blanca y preguntas sin respuesta, siento como mis ánimos se van al igual de como las estrellas se llevan los deseos mas profundos de mi corazón.
¿Cómo olvidar a quien es dueño de mi corazón?
Todo lo que sé, es que a los seres lluvia los llevan a un lugar en donde estan mas como ellos, se les cuida y se les da la protección que deben de tener, nunca he visto el lugar, esta prohibido para humanos ya que los Norystarc pueden oler nuestro aroma y seguirnos, nunca pondría en peligro la vida los seres lluvia, pero cada dia me estresa.
A los tres días me dejan salir, cuando camino por los pasillos algunos me aplauden y niños se me acercan a abrazarme, de algún modo se que esperan que me sienta como una heroína, debería de sentirme asi, pero no lo hago, solo sonrío por compromiso y suspiro cuando llego a mi cuarto. Al entrar encuentro una nota, es de mi madre.
"Esfuerzate mas, yo lo haria si fuera tu, es un buen comienzo"
Lanzó la nota al bote de basura, ¿Que me esfuerce más? ¿Dónde está ella ahora? Ella es la que se debe esforzarse más, se esfuerza en ser la mejor para el pueblo pero no para su propia hija ¿En que momento deje de ser importante?
Me quito la ropa del hospital quedando en ropa interior, desató la venda de mis piernas y hago una mueca al ver el círculo morado y verde que se forma, en mi pecho también hay pequeñas marcas como si fueran lunares rojos, ser de Valentía significa tener esto, cada marca es un triunfo en batalla, cada herida es una prueba de que somos valientes.
Pero no se si soy valiente, estoy en el momento en que la gente me pide que de ideas, que hable pero al momento que lo hago me callan, estoy en el momento que debo de aguantar los tratos de mi madre solo porque es mi madre, en el que mis amigos no son confiables, Regen no lo sabía, pero el mundo es feo, malo, te destruye dia a dia, no vives solo sobrevives.
Me vuelvo a poner la venda y me pongo el traje de combate perteneciente a Valentia, es de piel de color blanco con negro, es incomodo volvermelo a poner despues de un tiempo, pero en cierta manera tambien se siente bien, abro la puerta dispuesta a buscar respuestas.
Quizas si, quizas lo tengo que dejar ir, esta con los suyos ahora, pero al menos quiero despedirme, quiero...
— La señora Amanda está en una reunión — me dice la asistente de Amanda.
— En verdad necesito hablar con ella...
Alguien me toma del brazo jalandome, giro mi rostro para encontrarme con Alec, tiene el traje de entrenamiento, me toma la mano en un agarre brusco, llegamos a un lugar solitario y logro soltarme de un jalón.
—¡¿Qué crees que vas a hacer?!— me grita.
— ¿Que voy a hacer? — le gritó — Necesito saber donde esta Regen.
—Sigues con eso...
Se toma el pelo como si le artara mis contestaciones, eso me frustra y me cabrea.
— Si, necesito verlo ¡No lo entiendes, yo...!
—¿Tu que? — me interrumpe —¿Lo amas?
Me mira a los ojos con tanto coraje que yo bajo la mirada, juego con mis manos en un acto de calmarme y encontrar una respuesta, escucho como el suelta una carcajada sarcástica, la misma de cuando le dije que debíamos terminar.
— ¿La respuesta importa? — pregunto.
—Si, la respuesta importa para que mi corazón entienda el porque ya no tiene que esperarte.
Su respuesta me sorprende y alzó la mirada para verlo, ya no está enfadado, parece ¿destruido? Dos lunas negras se le forman debajo de los ojos dándome a entender que últimamente no ha dormido bien, las manos le tiemblan y la barbilla también.
—Alec...
— No digo esto para que sientas lástima de mí, se sincera conmigo y dime que sientes por mi, para ver si asi mi corazon deja de amarte.
—Tienes todo lo que amaría de una persona, pero Alec, tú no eres la persona.
El silencio se abre paso entre ambos, puedo escuchar con claridad cómo ambos aguantamos las ganas de llorar, puedo escuchar con claridad cómo a nuestro alrededor todos viven sus vidas, como si nada, mientras yo...yo le acabo de romper el corazón a mi mejor amigo.
—¿En otra vida?
Se acerca con pasos suaves, nuestras miradas se encuentran y suspiro cuando acerca sus labios a mi mejilla.
—En otra vida.
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