El chico lluvia.
"—¿Bueno?
— ¿Hablo con la fábrica de dioses griegos? Se les escapó uno...y me está preguntando cómo se usa el amiguito que tiene entre las piernas"
—Bueno...quítate la ropa.
Ándale...picarona.
Ignoro la vocecita de mi mente y me concentro en encontrar el modo para que Regen se bañé y dejé de apestar, vale, yo misma tengo miedo de lo que estoy diciendo.
Regen no es un niño, es un adulto, la forma de su mandíbula en un aire salvaje y maduro, la comisura de su boca y la anchura de sus hombros, por no hablar de su altura y el abdomen definido, todo eso aseguran que Regen no es ningún niño pequeño.
Y es...bueno, es guapo.
Me aclaro la garganta antes de dedicarle los dos pulgares arriba para asegurarme que todo va bien, el lo entiende y yo me doy la vuelta rápidamente para no ver cosas que no.
Escucho como entra a el baño ¿Cómo lo voy a bañar? No tengo ni puta idea, pero que la fuerza de Andrés el que llega cada mes nos acompañe.
Tengo los ojos cerrados y espero pasiente que se quite el pantalón, cosa que creo que no hace bien porque escucho el sonido seco de alguien caer.
— ¿Estás bien? — pregunto un poco preocupada.
— ¿Es normal que mi pie no se mueva?
Abro los ojos de golpe, seguro se lo torció o rompió, lo miro y efectivamente está en el suelo pero tiene una gran sonrisa en la cara, está medio desnudo pero el boxer...
Ojos arriba idiota.
—¿Te duele algo? — le pregunto mientras me aclaro la garganta.
—Si...quizás si revisas más de cerca — hace una mueca y no puedo evitar preocuparme.
Me quito los tenis para poder meterme a la parte del baño ya que está un poco húmeda, me amarro el pelo rojizo en un moño que no me sale tan bien como las chicas de los libros o películas que lo hacen ver muy fácil, je.
Me acerco a el lentamente, no puedo evitar ponerme nerviosa, me muerdo el labio mientras me agachó un poco tratando de ver mejor su pie, lo toco un poco y el hace una mueca.
—Lo...lo siento — me disculpo.
Está vez lo toco un poco más despacio, siento su respiración en mi nuca.
— Sabes gotita...
—¿Que? ¿Te duele mucho?
— Quizás si te acercas un poco más y miras mejor...
Me agacho un poco para poder estar a la altura, siento como el me toma el hombro y me dice al oído:
— Me gusta como te preocupas por mi gotita — sonríe tapándose la boca — Oh sí y me mie.
Abro los ojos, ahora no solo huele a caca de caballo también se hizo pipi, me levanto de golpe pero el me lo impide haciendo que caiga de culo y este se moje por el agua.
Y se ríe, esa sonrisa de "caiste" lo miro incrédula tratando de comprender, pero entonces el estira la mano y abre la regadera.
—¡Regen!
—¿Si? — pregunta don inocente.
— Me estoy mojando toda...
—Si...eso es lo que quería gotita.
Lo miro incrédula mientras el sonríe, las gotas de la regadera mojan mi pelo y hacen que mi ropa se empape.
— Te odio — digo mientras le lanzo el shampoo, el lo esquiva.
— No, no me odias — sonríe como si supiera algo que yo no — Me gusta que estes mojadita.
—¿Que? — le pregunto.
—¿Que? — me sonríe inocente.
Vale, debo de dejar de tomar todo lo que dice a doble sentido.
El shampoo por el golpe se abre haciendo que el suelo quedé resbaloso por el líquido en jabonado.
—Mierda — digo.
—¿Mierda? — pestañea y sonríe como si le gustará la palabra — Mierda.
—¡No digas eso!
— ¿Porque mierda no quieres que diga mierda?
— Es una mala palabra.
— Eso me recuerda...aún no me explicas para que sirve esto grande que tengo — le aparto la mano de un golpe antes de que me enseñe a qué se refiere.
Al parecer mis reacciones le causan gracia pero no dice nada.
Vamos maestra Summer, demuéstrale dónde se incerta su pajarito. «Cállate».
Escucho como se carcajea, hasta su carcajada me recuerda que no es un niño, es grave de esas que tienen los actores de tele que saben que están buenos y alimentan más ese "estoy bueno" con sus carcajadas.
— Es que ese tema es complicado — le digo y puedo sentir el calor en mis mejillas.
—¿Por qué? — pregunta — Vamos explícame.
— Bueno...es que no creo ser la indicada para decirte que hacer con tu...bueno con tu cosa grande.
¿Cosa grande? ¿Es encerio?
Vale es un nombre extraño pero es el nombre con la que el lo identifica, es un nombre de mierda pero bueno, tampoco soy muy creativa con dichos nombres.
— También me tienes que decir porque me duele en las mañanas.
Abro los ojos...mucho que explicar y procesar, ayuda.
Me huele a qué veremos porno. «En verdad cállate, esa no es una opción».
—No quise decirte porque...bueno no quería que te preocuparas.
Claro me voy a preocupar por tu erección mañanera.
¿Y ahora como le explico esto? No estoy prepara para dar clases de sexualidad, bueno ni siquiera estoy segura si lo que se es verdad...bueno últimamente empiezo a dudar de todo lo que aprendí.
No es como si le dijera "Oye Regen la erección es solo tu amiguito diciendo *hola ando hot primer aviso* en las mañanas"
— Te lo explicaré...solo dame tiempo ¿Vale? — digo intentando que me comprenda.
— Vale — asiente y yo le sonrío.
No puedo moverme hasta que todo el shampoo se haya limpiado, de lo contrario terminaremos ambos besando el suelo y viendo el trasero de las hormigas de cerquita.
Aprovecho para limpiarle el pelo con el poco shampoo que le queda, no me sorprende no ver diferencia entre la espuma blanca y su pelo.
—Cierra los ojos chico lluvia. — le digo.
— ¿Por qué? Me gusta verte cerca.
El jabón le cae a los ojos y se queja, sonrío mientras le repito un "te lo dije" el gruñe imitandome con una vocecita fingida, al final termina queriendo tallarse los ojos desesperado pero le aparto la mano, diciéndole que se puede hacer daño.
Doy gracias que tenga el boxer puesto.
Paso el estropajo por su cuerpo evitando cierta parte de abajo de la que el se siente orgulloso porque según el es "muy grande"
Se queja cuando más jabón de cae en los ojos y le sopló para que la espuma se quite un poco.
— Hueles bien gotita.
—Bueno tu hueles a popo de caballo — me burlo.
—Yo no sabía que era eso, además fue buena idea porque ahora estamos aquí.
—¿Te parece buena idea que estemos aquí cuando yo no debería de estar mojada?
—Si —sonrie— Es una buena ideaaa.
Alarga las "a" sonriendo mientras yo le pasó el jabón por el pelo y el cuerpo, hago que estire los brazos para limpiarselos, tomo el jabón y lo tallo en mis manos para hacer espuma, cuando mis manos están con espuma las acerco lentamente a su rostro, agradezco que la espuma este espesa, de lo contrario mis manos tocaría directamente su rostro.
Maldita tu le quieres tocar otra cosa ¡Está chiquito! Bueno...menos lo de abajo pero ¡Está chiquito! «Cállate, yo no pienso eso.»
Las palmas de mis manos rozan levemente sus largas y espesas pestañas, escucho como suspira, un leve aroma a lluvia se libera en el pequeño cuarto de baño, me remuevo incómoda mientras trato de enfocarme en limpiarlo correctamente.
Una vez que creo que está completamente limpio alzo la mano para abrir la regadera de agua con más fuerza para que esta le quite el jabón.
—Esta frí...fria— se queja.
— Que pena — sonrío.
Tomo su rostro con rapidez para que lo alce y el jabón se limpie por completo de sus ojos, veo como la espuma se lava hasta dejar su rostro limpio.
Mis manos se ven diminutas en su rostro, el contraste de color de piel es notorio, cuando su rostro queda libre de jabón el abre los ojos pillandome mirándolo, intento apartar las manos de su rostro pero el pone las suyas encima de las mías.
—No, solo un poco más — dice mirándome.
La regadera sigue soltando gotas de agua y pronto noto como el jabón se va hiendo poco a poco, eso no es distracción, sus ojos atrapan mi mirada evitando que mi atención este en otra cosa que no sea en el.
Solo el.
En automático cierra los ojos como si el agua le causará algún tipo de satisfacción, la mata de pelo espeso color plateado y ese aire tierno pero salvaje es algo característico de el, las cejas pobladas y los labios carnosos, todo el demuestra peligro y al mismo tiempo una paz completa.
Aprovecho que tiene los ojos cerrados nuevamente para observarlo con más detenimiento, no llevo mucho tiempo de conocerlo, ni siquiera sabía si alguien como el podía llegar a ser real, más sin embargo ahí está, disfrutando el agua, demostrándome una vez más que quizás aquello que me enseñaron...quizás no es verdad y quizás todo es mentira.
Regen no es alguien normal, el no es el típico chico al cual pueda salir al mundo y realizar una vida normal, y eso me apena ¿Saben? Me apena porque el ve al mundo como necesita verse, sin distinciones, sin diferentes color de piel, sin diferentes estilos de cuerpo, el es así y el mundo necesita personas así, no necesita personas que solo sepan destruir.
Si las personas fueran lluvia, bajarían para dejar huella en el mundo, así como la lluvia deja el leve rastro de su olor, cobrarían vida.
Porque aunque esté nublado, si la lluvia cae, si el olor llega y cuando los sentimientos salen, quieran o no eso también tiene su propio tipo de arte.
Nuevamente me pilla mirándolo, bajo la mirada apartando las manos de el pero entonces el toma mi rostro.
¡Yuju, manoseo del romántico!
— Tienes unos ojos muy bonitos — susurra.
Si yo te dijera todo lo bonito que tienes...
Abro la boca como idiota por la intensidad de su mirada, vale necesito alejarme...el problema es que el no me deja y tampoco es como si mi cuerpo me ayudara respondiendo las órdenes que le manda mi cerebro.
Su pulgar toca levemente mis labios, su mirada hipnotizada sigue cada movimiento que hacen mis ojos y boca, estamos tan cerca que su respiración se convina con la mia.
En un movimiento su mano me empuja y yo automáticamente como si mi cuerpo estuviera entendiendo lo que quiere el, me pongo a ahorcadas sobre el, la tela húmeda de nuestras prendas hace que todo se sienta más cerca.
—Regen...deberíamos terminar de bañarte —logro pronunciar.
El pone una mano atrás de él apoyada en el suelo para inclinarse y verme mejor, mientras que la otra no suelta mi cintura y da pequeños toques con delicadeza.
—Me gusta tenerte así —dice en un tono juguetón.
—No deberíamos...somos amigos.
—¿Ser amigos significa que no puedo tenerte así? —pregunta frunciendo el ceño.
—Eso no hacen los amigos —trago saliva.
Entonces la mano que rodeaba mi cintura se movió hacia arriba haciendo que sus dedos quedarán debajo del broche de mi sostén, eso me hizo arquear la espalda y al hacerlo los ojos plateados del chico lluvia se fundieron en una oscuridad juguetona.
—Si es eso, entonces no quiero ser tu amigo.
—¿En...entonces que quieres ser?
—Algo con lo que no me impida tenerte así o hacer esto...
Sentí como una gota se resbalo por mi cuello y antes de que esta se escondiera por el escote de mi blusa, sus labios la atraparon y al contacto con mi piel esta ardió.
—O esto...
Otra gota más cayó en mi mejilla y el hizo lo mismo, la atrapó entre sus labios dejando un beso delicado que hacía que mi respiración se entrecortara.
Estaba cayendo en los encantos de un ser inexplicable, un ser que consideraba timido y inocente pero cuando mis ojos se cruzaron con los suyos, cuando el plateado quedó sumergido en el negro color de sus pupilas, supe que aunque fuese inocente, el tenía curiosidad y esa curiosidad le satisfacía, yo lo hacía.
—Te veo todos los días...más sin embargo siempre tengo curiosidad de ti.
—¿De mi? — pregunto extrañada.
—Si, de ti...
De una manera loca, puedo sentir como mi corazón tomaba efecto ante esas palabras, trato de calmarme pero dejó de funcionar cuando sus manos fueron a parar a mi pelo.
— Me gusta más así.
Dijo en cuando desató el moño mal hecho con la que mi cabello estaba amarrado, mi pelo rojizo me hizo cosquillas por debajo de la espalda en cuando esté quedó suelto.
Pero aún así no apartó sus manos, y creo que una parte de mi se sentía bien con su cercanía.
¿Qué carajos me pasa?
Doy un suspiro cuando se acerca a mi y empieza a tocar mi pelo con...¿Adoración? No, es curiosidad, solo eso, dejo de respirar cuando sus manos dejan mi pelo y con el dorso de la mano toca mi cuello y sigue con mi rostro.
—De todos los humanos que puede haber en este mundo, tu eres la única que me hace sentir que quizás no soy tan diferente a los demás.
El baja la mirada.
—Y eso me asusta, porque eso significa que dependo de ti — alza la mirada y me toma el rostro con ambas manos — Así que por favor no te alejes nunca de mi gotita.
Y con una sonrisa mientras le pasó la toalla por el cuerpo casi desnudo le aseguro.
— Vale, te voy a molestar por un gran tiempo.
—¿Eso significa estar conmigo?
— Ajam, así que prepárate para aguantarme por un tiempo.
—Pues me preparo porque quiero aguantarte toda la vida — me susurra para después darme una sonrisa.
***
Promesas...nunca prometas algo que probablemente no cumplirás.
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