Cartas de Luka
¿Me estaba arrepintiendo de haber roto con Chloe? Ni siquiera lo ponía en duda, el dolor tras su ausencia era completamente real, y mis deseos por regresar a ella, a esos momentos que la tenía entre mis brazos y ella me dedicaba su atención se volvían un anhelo que comenzaba a atormentar mi alma.
Aunque fueran una total mentira, aunque fuese un secreto o incluso un juego; quería probar de su amor una vez más.
—Buenas tardes ¿Me podría dar un helado de choco-menta?— la chica frente mío frecuentaba el lugar, daba propinas generosas y siempre buscaba sacarme conversación. Para mí sus intenciones eran claras, sin embargo, no me sentía de ánimos para corresponderle.
Siempre pedía el mismo sabor. Siempre bloqueaba mi vista de la entrada al establecimiento.
Cada vez que sonaba la campana, buscaba esquivar el cuerpo de esa chica para ver quien acababa de llegar con la esperanza de que fuera Chloe, que una vez más buscara desesperada la hora en la que terminara mi trabajo para poder escapar juntos.
"Querida Chloe ¿Recuerdas cuando me confesaste que en realidad tú color favorito era el azul? ¿Eso también era mentira? Sí es así, era una mentira muy linda"
A veces mi masoquismo me guiaba a lugares donde no debía regresar. Y una vez estaba a pasos de aquel hotel viendo la cima como un punto lejano al que jamás sería capaz de llegar.
En eso la veo bajar de un auto frente al hotel. Se le ve triste, unas inmensas ganas de correr a abrazarla me entran, pero mis pies quedan completamente congelados ante su presencia.
—Luka ¿Cierto?— regresó la mirada. Reconozco a la chica aunque no me acuerdo su nombre. Era uno de los amigos de Chloe que me presentó aquella vez, aunque lucía bastante cambiada con respecto a ese día, por debajo del saco negro podía observar una sudadera gris ordinaria.
—Sí...— respondí.— yo lo lamento, pero olvidé tu nombre ¿Eras una de las amigas de Chloe, no es así?— ella sonrió con tristeza.
—Sí, eso supongo. Soy Aurore.— me tendió la mano para saludarla.— Tú actúas extraño ¿Por qué no vas con ella?— las palabras no salieron de mi boca.— ¿Ya rompieron?
—¿Tú sabías que ella y yo teníamos algo?— una extraña sensación invadió mi cuerpo, sintiendo la pequeña posibilidad presente de que quizás yo hubiese confundido todo y ella jamás me había ocultado de nadie. Aunque de cualquier manera, eso no cambiaría en nada la situación actual. Ella negó rompiendo toda mi débil teoría.
—No, pero era bastante obvio.— respondió.— Y aún así ¿La sigues viniendo a ver? Sí que la debes querer.
Ella no indagaba en porqué Chloe y yo habíamos roto, parecía imaginarlo de alguna manera, y eso me llenaba de más dudas a mí.
—¿Qué tanto la conoces?— ella agachó la vista tras mi pregunta.
—No somos tan cercanas pero he oído bastante de ella, y también la he visto por años, así que supongo que la conozco algo.
Aún había una pregunta atorada en la punta de mi lengua.
—¿Sabes que relación tiene con él?— no sabía el nombre de aquel chico, pero tenía el presentimiento de que el rubio que se me quedó mirando el día que me acerque a ella en el concierto al aire libre tenía algo que ver con la historia que Chloe me había contado el otro día. Esperaba que la pregunta fue clara.
—¿Con Félix? Ni siquiera yo sé, creo que mucho menos ellos.
—¿A qué te refieres?
Ella giró su mirada.
—No sé si yo te deba hablar de esto, sólo te puedo decir que ellos sienten algo por el otro, sólo que Chloe ni siquiera sabe lo que siente.— no lo decía con malicia no por juzgarla, únicamente había seguridad en sus palabras.
—¿Él sí lo sabe?
Ella asintió.
Quería seguir preguntando, escudriñando en ese lazo que tenía con aquel "Félix"; pero las respuestas sólo me seguirían lastimando. Ahora sólo me podía consolar con pensar que al menos él sí sabía lo que sentía por ella y que no jugaría con sus sentimientos, no sería un acto de confusión como yo lo fui para Chloe.
—Creo que ya está anocheciendo. Debería irme a casa.— pronuncié por lo bajo. Aurore regresó su mirada comprensiva hacia mí.
—¿No quieres ir a verla? Puedo hacer que te dejen subir a su suite.— negué.
—Ahorita está vulnerable, probablemente aceptaría cualquier propuesta que yo le hiciera. Además, creo que ya le he dicho todo lo que le quería decir.— en ese momento ella frunció el ceño, parecía que le había indignado mi comentario.
—Pues no lo parece.— respondió.— Por lo que me imagino esta no es la primera vez que te paras afuera del hotel para poder verla. Dime ¿Por qué lo haces?— ¿Quién se creía esta niña?
—Y tú ¿Por qué lo haces?— abrió los ojos de par en par.— No digas "me imagino" porque también te he visto afuera del hotel ¿Qué es lo que te evita que vayas con tu supuesta amiga a consolarla justo ahora? Yo tengo excusa, soy el ex después de todo.— me sentía molesto, sabía que no debía, pero quería sentirme menos cobarde de lo que en realidad era.— Pero tú no deberías tener ninguna excusa. Ve y abrázala o algo.— reclamé.— En vez de quedarte parada aquí y criticar mi manera de comportarme.
Ella dio un par de pasos frente mío. Lucía molesta, pero al mismo tiempo triste e indignada.
—Bien, déjame me presento. Soy Aurore, la niña tonta que estuvo perdidamente enamorada del mismo chico enamorado de su mejor amiga por años, y que en un acto desesperado para que él por fin se deshiciera de esos sentimientos de amor por ella, lo incentivo a besarla esperando que ella recalcara que sólo lo veía como un amigo — había empezado con un tono lento, pero las últimas palabras las había dicho con un tono frenético y, como ella había dicho, desesperado. Su pecho estaba agitado. Tomó aire intentando calmarse.— Ahora que lo pienso fue una estupidez, ni siquiera sé cómo creí que eso funcionaría.— decía cabizbaja.— Nadie espero que Chloe actuara así, y aunque para nadie fue claro en ese momento, para mí sí. Ella también se sentía enamorada de él, sólo que la tomó por sorpresa.
Así que ella fue la que inició todo este efecto mariposa.
Y aunque gran parte de sus actos eran cuestionables, no lucía como mala persona, parecía bastante arrepentida y me preguntaba si ya había hablado de esto con alguien más.
La sujeté de la mano y ella alzó su mirada confundida hacia mí.
—Ven, vamos los dos. Quizás no sea momento para hablar de nuestros sentimientos con ella, pero los dos queremos ayudarla ¿No es así?
Ella sostuvo su mirada sobre mí unos segundos más intentando procesar mis palabras y finalmente sólo sonrió.
—Sí, así es.
El trayecto hasta la suite fue silencioso. En el hotel ya parecían conocer bien a Aurore así que no tardó nada en que la dejaran ir hasta donde Chloe.
Estaba nervioso, sentía mi corazón quererse escapar de mi pecho. En el momento fue fácil decir que ya no volvería a ver a Chloe, pero con el paso de los días se volvió un balde de agua en el que ahogaba mi cabeza todas las noches sin dejarme respirar.
¿Qué le diría? No, ni podía cuestionarle nada, ahora ella necesitaba de mí, ya habría tiempo después ¿Él le habrá hecho algo para hacerla sentir así de mal? ¿Y si sí? Entonces ¿Qué haría yo? ¿Me enojaría contra él y le intentaría demostrar que le soy incondicional? ¿No luciría muy aprovechado? ¿Cómo mantenerse neutral ante una situación así? ¿Cómo cuando la herida todavía estaba muy abierta?
Cuando abrió la puerta de su habitación, por fin la pudimos ver.
Estaba parada en el enorme balcón de su habitación. Caminé hasta ahí sintiendo que las piernas me temblaban.
—Chloe.— las palabras a penas y salieron de mi boca. Ella regresó su vista en seguida. Tenía los ojos rojos, su llanto probablemente ya tenía rato que cesó.
—Luka.— soltó en un suspiro, dibujando una débil sonrisa a pesar de su tristeza. Extrañaba ver ese gesto de ella, pero justo ahora, hubiera deseado que no se hubiera forzado.
Me acerqué a ella sin dar uso de razón al momento y la abracé. Había extrañado tenerla así, entre mis brazos, sin importar qué, solamente quería tenerla segura entre mis brazos.
—¿Qué haces aquí?— preguntó bajito, sin despegarse del abrazo. Deposité un beso en su cabellera y me alejé.
—Vine con Aurore.— regresó su vista atrás mío. Al parecer a penas se había percatado de que ella estaba aquí. A Chloe se le notaba confundida, pero no molesta, sólo queriendo saber qué estaba pasando.
—Pero... ¿Cómo?
Aurore se empezó a acercar. Sus pasos eran lentos y temerosos, pero poco a poco se le veía tomando valentía.
—Yo... sé que ya me perdonaste por lo que te hice pero aún así, no quiero sólo tus disculpas, quiero que me veas como una amiga, una de verdad.— fue una oración corta, en realidad, pero resumía perfectamente todo lo que ella me había dicho.
Este momento era de ellas. La redención de dos rivales.
Chloe fue la que se aproximó a ella y también la abrazó. Me sentía feliz por Aurore, no me había dado cuenta que tan lastimada estaba hasta que por fin vi brillar sus ojos al momento de que Chloe la rodeó.
Antes su mirada había estado apagada, quizás por la culpa, pero ahora podía empezar a notarse mejor.
—Chloe ¿Qué sucedió ahora?— le preguntó la fémina.
Ella por fin se separó del abrazo y se nos quedó viendo a ambos.
—¿Por qué luces triste?
Chloe se tumbó en uno de los sillones que estaba ahí y nosotros procedimos a hacer lo mismo. Parecía que las palabras no querían salir de su boca pero estaba tomando fuerzas para decirlo.
Fuera lo que fuera, la apoyaría. Fuera lo que fuera, la apoyaría. Fuera lo que fuera, la apoyaría. Repetía una y otra vez en mi mente.
—Félix se va a mudar a Inglaterra.
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