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SeokJin apenas había pegado un ojo, no podía entender cómo Jungkook, luego de varios meses soltero, podía ser tan pegagoso en la cama. Abrazándolo, olisqueando dormido su aroma, acariciando su pecho con su nariz y suspirando satisfecho. Dios, Jungkook era hermoso y SeokJin se volvía jodidamente loco.

Cuando la mañana siguiente había arribado, no se había dado cuenta en que momento se había rendido, pero no se sentía suficiente cuando sus párpados comenzaban a abrirse, pero para sus sorpresa, no había ningún peso muerto sobre él, apretándolo y durmiendo por poco encima suyo. De hecho, se encontraba solo en la cama, desnudo y somnoliento, pero cuando aspiraba sentía el olor a café y tostadas.

—Oh, joder... Que delicia —soltaba con voz ronca, fregando sus ojos.

Su estómago gruñía y no recordaba haber tenido ese tipo de despertares. Él solía darlos... Solía. Pero era la primera vez, que al parecer era despertado con uno.

Cuando se sentaba en la cama, su regazo estaba tapado con la sábana, Jungkook, estaba con un camisón de seda color azul, una media colita recogida y dos tazas de café en sus manos. Lo estaba mirando con ojos divertidos, mientras sorbia su néctar negro y se acercaba a alcanzarle el otro a su invitado.

— ¿Dormí mucho? —preguntaba ronco, tomando la taza.

Jungkook lo miraba y asentía—. Lo hiciste —respondía relajado. Bien, al menos el chico no estaba enloqueciendo por haberse acostado con él, eso era un punto a favor, SeokJin tenía que reconocerlo.

Cuando bebía su líquido negro, gemía complacido ante el sabor. Jungkook abría sus ojos sorprendidos, pero luego su mirada cambiaba a una cálida. Dulce.

— ¿Por qué estás tan tranquilo? —cuestionaba el mayor.

— ¿No debería estarlo? —se mofaba—. Tuve buen sexo, me levanté algo adolorido, pero dolor del bueno... ¿Debo enloquecer por eso?

SeokJin tenía ganas de gritar de la frustración, quizás si Jungkook le gritara o negara que no quería lo que había sucedido—pero había sido claro que sí lo había querido y mucho—quizas, así sería más fácil levantarse de esa cama y salir de allí como alma que lo lleva el viento, pero contrario a eso, Jungkook se acercaba más y quitaba un mechón de pelo de su bonito rostro, mientras seguía con esa estúpida—pero encantadora—sonrisa de ángel.

—Deberías dejar de sonreír así, es un poco desconcertante —intentaba no sonar desagradable y al parecer lo había logrado, porque Jungkook sonreía en respuesta.

Al parecer no había creído que era engreído en absoluto, porque su sonrisa se ensanchaba aún más, segundos después.

—Lo haces a propósito ¿no? —cuestionaba, tomando otro sorbo.

—Por supuesto, funciona al darme cuenta como me miras cada vez que te sonrió —exclamaba Jungkook.

SeokJin apenas y tosía, pasando el líquido negro y caliente por su garganta para luego mirar la sonrisa, ahora engreída, del pelinegro.

— ¿Y cómo te miro? —preguntaba con demasiada seriedad.

Jungkook volvía a sonreír—. Como si te gustara.

SeokJin aspiraba y soltaba el aire por su nariz, su mandíbula se apretaba y dejaba el café sobre la mesa. Jungkook había notado lo rígido que todo su cuerpo se había puesto. Sus brazos tatuados se habían marcado más, la vena en su cuello parecía latir más rápido y su torso estaba tenso. Antes de decir otra cosa que pudiera ahuyentar al castaño se apresuraba a dejar su taza junto a la de SeokJin en su mesa de noche.

—Hey, hey... Era broma —soltaba Jungkook, sonriendo de lado.

SeokJin lo miraba y sus cejas se elevaban, como si sintiera compasión por el menor, tenía que detener ese brillo en los ojos Jungkook porque no quería ser el bastardo que tuviera que romperle el corazón.

—Creo que debería irme —exclamaba, poniéndose de pie y dejando que la sábana se deslizara por su regazo, dejando a la vista todo su cuerpo desnudo y atrapando los ojos, para nada tímidos de Jungkook.

SeokJin sentía que esa mirada le elevaba la presión sanguínea y todo el calor en su cuerpo se acrecentaba. Jungkook alzaba la mirada de su miembro erecto a sus ojos intensos y luego caía de rodillas. Ponía sus grandes manos sobre la cadera de SeokJin y su lengua salía para repasar desde la base hasta la hendidura.

SeokJin apretaba sus dientes y ojos, luego siseaba y miraba a Jungkook con fuego en sus orbes.

—Kook...

—Una vez más, luego dejaré que te vayas —susurraba, relamiendo sus labios y aleteando sus bonitas pestañas, logrando que SeokJin deslizara sus dedos por su cabello y lo tomara con firmeza.

Una vez más, luego se iría.

SeokJin había tenido dos grandes amores hasta el momento, la primera había sido Nayeon, la madre su hijo, cuando aún creía que era heterosexual. Él y Nayeon tenían una muy buena relación, no se crean lo contrario, solo se ponía molesta en ocasiones que SeokJin no respetaba la correcta alimentación de Hyunjin, pero no tenía nada que recriminarle, él era el padre que ella había esperado que fuera y más, solo le daba celos en ocasiones que ella fuera la mamá seria y él, el papá divertido. Pero nada más allá de eso, ellos eran buenos amigos. Luego, obviamente tenía a su mejor amigo desde la secundaria, Lee Jung Hwan, quien también era el famoso socio en su bar. Jung Hwan, manejaba más la parte administrativa y SeokJin se encargaba de atender el lugar como un gerente activo, hacerse cargo de lo que faltaba, gestionando los inventarios y el stock que luego repasaba con Jung Hwan junto, poniendo por obra aquello por lo que se había preparado cuando no tenía idea de qué quería hacer al salir de la preparatoria.

Una noche su padre había tenido una charla que lo había dejado pensando:

"¿Qué es eso que jamás pasa de moda, puede ser divertido e incluso puede hacerte viajar por el mundo si así lo quisieras?" El SeokJin de aquella época había pensado en algo extravagante como actuación o cantante, pero su padre había exclamado "Barman". Y el chico creyó que lo estaba engañando, pero le había mencionado que no era un curso largo y que si decidía seguir una carrera que incluyera años de esfuerzo, aún estaría a tiempo mientras seguía ganando conocimiento con lo otro.

Por lo que SeokJin había creído que no era una mala idea antes de quedarse estancado así qué, de esa forma había comenzado su curso de coctelería y había terminado por amar la profesión y quiso aprender un poquito más, por lo que había incluido cursos de Mixología, aunque muy pocas veces estaba detrás de bambalinas inventando nuevos tragos, pero se sentía finalmente satisfecho y muy decidido. Con sus conocimientos y los de su amigo, quien había optado por curso de administración de restaurantes, montar su propio bar, realmente se veía como algo factible y espectacular y no se habían equivocado. Tenían todas las armas, solo que Jung Hwan le gustaba más estar fuera de foco y solo concentrarse en ser el gerente aburrido fuera de la acción, mientras que a SeokJin realmente le encantaba toda la locura del momento. Pero ambos con su Título de Asociados en Administración de restaurantes.

Claro que necesitaban un contador... Y ese era el flamante primo menor de Jung Hwan, Seo Kang Joon.

SeokJin había conocido a Kang en su momento, pero luego el chico se había ido a Estados a Unidos para estudiar allí y volver con su título. Al estar en Corea, el chico había optado de que era hora de salir del clóset y vivir más relajado. Feliz y satisfecho con su decisión, estaba listo para aceptar a Jung Hwan y SeokJin como sus clientes. Claro que cuando Kang y Jin se habían vuelto a ver, ambos jugaban para el mismo equipo y ambos habían sentido la jodida chispa de algo interesante naciendo entre ellos.

Seo Kang Joon había sido el "primer amor" de un SeokJin completamente gay. Dios, ellos realmente encajaban, eran perfectos, tan atractivos que, la gente siempre se les quedaba viendo—y babeando—cuando se volvían "indecentes" en la calle, demostrando su fascinación por el otro. Pero SeokJin quería avanzar, quería algo más sólido que el simple "folla amigo", o "el chico de fin de semana". Él estaba seguro de salir del menú por Kang Joon, pero Kang, no lo estaba. Lamentablemente fuera de la cama, no se encontraban en la misma página y pese a que SeokJin había sido honesto con sus sentimientos, Kang había jugado demasiado con ello, confundiendolo sobre no querer nada serio, pero no dejarlo follar con nadie más. Siendo demasiado posesivo y celoso si SeokJin se volvía algo libertino, pero nada tolerante si SeokJin le planteaba las mismas escenas.

Kang Joon era hermoso, pero era tóxico y había envenenado el corazón del Barman, tan al punto en el que SeokJin había dejado de creer en el amor, en querer formar otra familia y dejar de pensar que había gente destinada a conocerse, amarse, casarse y luego envejecer juntos. Kang Joon, había arruinado a SeokJin.

Había sido una odisea superar al hombre porque, ellos realmente eran muy buenos en el sexo, en la química que tenían juntos y cuando Kang se "permitía" sentir, ellos realmente congeniaban muy bien. SeokJin creyó muchas veces que el imbécil se había enamorado, pero era tan... Bueno, imbécil como para permitirse dejarlo entrar en su corazón y entregarle el suyo.

Si, Kang había sido casi una experiencia religiosa, por poco y contratando a un exorcista que lo sacará de su maldito sistema. Pero un día, finalmente, SeokJin lo había superado. Sin embargo tenía que seguir viendo al imbécil una vez al mes porque era parte de su trabajo. Y tengan por seguro que el imbécil lo seducía cada vez, al parecer le gustaba ser rechazado porque SeokJin no caía ante sus ojitos de cachorros y sus labios pomposos de seda.

Bueno, no siempre caía... Pero a veces se daba el gusto de follar ese culo y salir de la habitación sin un maldito beso y eso dejaba a Kang siempre algo descolocado, disfrutaba ver cómo lo sacaba de su zona de confort que, el sexo en sí.

Al día siguiente de haber salido del apartamento de un Jungkook demasiado sonriente y dulce—porque claro, no había podido negarse a un mañanero—porque Jungkook le sonreía "tan bonito" que, él se consideraba, en ocasiones un hombre débil. Y joder que él no quería jugar con ese precioso hombre, él no quería y no consideraba que lo había hecho, pero aún así, cuando Jungkook había besado suavemente sus labios, se había quedado colgado del momento, cuestionándose ¿qué mierda había hecho?.

Y así estaba, casi desgarrando la barra mientras la limpiaba y la limpiaba. Iba a hacer mierda la madera pulida y Jung Hwan iba a romper su culo si la arruinaba. Las puertas del bar estaban sin llave, pero no estaba abierto al público aún, solo era SeokJin haciendo su inventario, limpiando aquí y allá. No queriendo pensar en Jungkook...

— ¿Quieres hacer que la madera se vuelva un maldito espejo o que diablos? —soltaba "esa" voz que, en un día como hoy, solo podía conseguir un SeokJin malhumorado y respondón.

— ¿Y qué si quiero? —le soltaba, casi ladrando.

Kang Joon alzaba sus cejas y sus manos en alto, proclamándose en son de paz.

—Mi primo aún no llega, quería pedirte uno de tus tragos especiales —mencionaba, sentándose frente a él, al otro lado de la barra mientras le sonreía de "esa forma" que, SeokJin conocía muy bien.

El castaño relamia sus labios y asentía, sin más que decir, mientras se disponía a preparar un trago del que Kang era fanático. Para su suerte, ya había puesto música para no estar solo sumergido en sus pensamientos y al menos distraerse con la buena vibra de su playlist, pero no había servido de mucho... Hasta ahora que, era la encargada de llenar el silencio incómodo. SeokJin le estaba dando la espalda a su contador y ex amante. Aunque gracias a los espejos detrás en su pared, podía ver cómo Kang estaba disfrutando la vista.

«Maldito imbécil»

Cuando finalizaba, se giraba y le brindaba el trago a su invitado.

—Que lo disfrutes, aunque es un poco temprano —mencionaba sin gracia y volvía a limpiar unos vasos que tenía pendiente.

Kang Joon tomaba la pajilla y jugaba con ella entre sus dientes y lengua, mientras veía a SeokJin muy concentrado.

— ¿Te hiciste más tatuajes desde la última vez? —mencionaba, viéndolo descaradamente.

Para su suerte, la última vez había sido hacía varios largos meses en los que no tenía que haber lidiado con él, porque se venía escapando para no seguir cayendo en su círculo vicioso... Y porque su cabeza tenía a Jungkook todo el tiempo en ella, dando vueltas sin pagar renta.

—Nop, no me he hecho nada nuevo —mencionaba secamente.

— ¿Te comieron la lengua los ratones o se te metió algo incómodo por el culo? ¿Qué con esa cara de muerto? —exclamaba.

SeokJin resoplaba—. No tengo cara de muerto y nada se me metió por el culo, gracias por preguntar ¿y tú cómo mierda has estado? —continuaba.

Justo en ese entonces, había tomado un vaso y lo había sacudido para quitarle el agua y el cuello de su remera se había removido, dejando notar un sutil chupón que se asomaba por su largo cuello, pero más hacia el lado de su clavícula. Kang Joon alzaba sus cejas y miraba la marca, recordaba que SeokJin no era tan fanático de esas cosas, al menos no a la vista. Así que su estómago se volvía un pequeñísimo nudo que se mofaba de él al sentirse levemente afectado.

— ¿Quién fue? —se señalaba a sí mismo su cuello.

SeokJin enarcaba una ceja—. Que te importa

— ¡Woah!. Diablos ¿has estado tan mal atendido para recibir a un viejo amigo como un maldito ogro luego de meses de no verlo? —se mofaba—. Vamos, Jinnie, solías detestar que te dejarán marcas a la vista... ¿Ya te pusieron el anillo?.

SeokJin fruncia su cejas—. ¿Por qué una marca significaría que me pusieron el anillo? —cuestionaba sarcástico.

Kang Joon reía, fuerte y alto—. Lo siento, quizás ya encontraste a alguien con quien formar tu familia deseada ¿o solo era conmigo ese sentimiento? —susurraba casi de forma sensual, pero a SeokJin le provocaba querer golpearlo.

—No es de tu jodida incumbencia

—Sigues soltero —afirmaba seguro—. ¿A qué hora sales hoy o a que hora comienzas?. Podría sacarte ese mal humor, Jinnie.

Justo cuando el castaño apretaba sus puños y la rejilla en uno de estos, Jung Hwan llegaba.

— ¡Llegué! —gritaba y él sabía, solo por el rostro de SeokJin que, Kang Joon ya lo había cabreado.

—Justo a tiempo —mencionaba el Barman—. Llévatelo arriba.

—Ay, dios. ¿Qué te hicieron Jin? —se burlaba una vez más. Pero Jung chocaba puños con su amigo y ponía su mano sobre el hombro de su primo.

—Kang Joon-ie, arriba, vamos... —pedía sonriente.

El chico miraba a SeokJin mientras se levantaba. Ambos cruzaban esa mirada fija que no se apartaría del otro de ninguna manera o seria tomado como derrota. Kang Joon incluso estaba caminando hacia atrás sin dejar de ver a SeokJin.

—Camina como una persona normal, imbécil —le soltaba SeokJin y el chico estallaba en risas.

Cuando subía escaleras arriba, a la oficina, miraba a Jin una última vez y le tiraba un beso. El barman suspiraba, negando con su cabeza y fregando su rostro. Lo último que necesitaba era ver a Seo Kang Joon, había pasado por alto la fecha, necesitaba trabajar hacer algo, pero había olvidado que era "su" día. Resoplaba, mientras seguía fregándose el rostro con sus manos, hasta que una voz dulce resonaba desde la entrada.

— ¿Puedo pasar? —Jungkook sonaba demasiado soñador, hasta en su tono de voz y SeokJin se tensaba de nuevo.

Cuando bajaba sus manos, veía al pelinegro con el cabello algo sudado y ropa deportiva. Al parecer venía del gimnasio o quizás de correr. Pero se veía jodidamente bien, sus aretes colgaban de sus bonitas orejas y su cabello negro se ondulaba en las puntas.

— ¿De dónde vienes? —cuestionaba asombrado.

—Gimnasio —respondía Jungkook, ya lo había sospechado ¿por qué lo había preguntado?, no lo sabía... Al parecer se ponía un poco estúpido ahora con la presencia del menor y la bonita sonrisa que no quería desaparecer de su precioso rostro—. ¿Molesto?, miré por las puertas si eras tú el que estaba dentro antes de animarme a entrar.

SeokJin, finalmente, sonreía.

—No Kook, no molestas —exclamaba con un tono más suave—. ¿Quieres algo de beber?

Jungkook fruncia su ceño y miraba su reloj—. ¿A las tres y media?

—Algo frutal, sin alcohol... ¿Si o no?

Jungkook asentía—. De acuerdo, pero ¿viene gratis? —preguntaba, sentándose en la misma silla en la que había estado Kang.

—Con esa sonrisa tuya... Definitivamente —exclamaba sonriente. Luego se giraba y maldecía, haciendo una mueca totalmente diferente a su reciente sonrisa dulce.

Mierda, mierda y más mierda. «Contrólate»

Jungkook estaba tras él, tarareando la canción que SeokJin le había dedicado porque justo, estaba sonando en su playlist, por los altos parlantes. Cuando terminaba su trago, se lo entregaba a Jungkook y éste sonreía, sorbiendo de inmediato.

— ¿Ya te sabes la canción de memoria? —preguntaba, mientras apoyaba sus brazos sobre la barra y miraba directamente a Jungkook.

El chico gemía suavemente, mientras hacía una cara de placer por la riquísima bebida dulce y frutal. El cabello de SeokJin se erizaba, justo en la zona de su nuca por aquello. Jungkook abría los ojos y luego asentía.

—Es una canción muy pegajosa, me gusta —exclamaba.

—El punto no era que te terminará gustando... Jeon —mencionaba.

Jungkook fruncia su ceño—. ¿Ah no?. Diablos, lo siento, pero es un buen ritmo...

—Lo es, pero el punto era que-... —Jungkook ponía su mano sobre sus labios, mientras sus ojos negros brillaban con diversión, no había una pizca de decepción en ellos, a pesar de que SeokJin estaba intentado darle un maldito mensaje de rechazo aquí.

—Sé lo que intentas decirme. Que no eres lo suficientemente bueno para mí, que voy a terminar decepcionado. Que eres una pésima idea... Lo sé, Jin, escuché la maldita canción una y otra vez.

Cuando quitaba su mano, SeokJin estaba mordiendo su belfo inferior.

— ¿Qué haces aquí si la escuchaste? —preguntaba.

Y justo cuando creía que rompería las ilusiones del chico, éste solo se encogía de hombros y sonreía.

—La última parte hace alusión de saber que esto terminará mal, pero no lo sé... Aún crees en el amor, no me mientas —mencionaba, jugando con la pajilla de su trago con su lengua, pero en Jungkook era una manía sensual y preciosa.

—Creo que el amor es... —SeokJin tocaba su mentón y Jungkook sorbia una gran cantidad de la bebida en la espera—. Es una perdida de tiempo —respondía con honestidad—. Créeme, Kook...

Jungkook hacía un puchero, SeokJin ya no le estaba llamando Yeobo y le molestaba, un poquito mucho.

— ¿Una perdida de tiempo, eh? —replicaba Jungkook pensativo y cuestionando sus palabras.

Para ese entonces la bebida ya estaba acabada y Jungkook miraba la hora de su teléfono.

— ¿Tienes cosas que hacer? —preguntaba SeokJin. Jungkook asentía—. ¿Otra página de citas?

El pelinegro alzaba la vista y golpeaba su brazo con dulzura. ¿Por qué Jungkook no se enojaba? ¿Dónde estaba ese chico que se molestaba por todo lo que le decía?.

—Cosas del trabajo, estoy renovando una parte del spa, así que... Tengo que correr —exclamaba, levantándose de la banqueta—. ¿La música viene de tu teléfono? —cuestionaba de repente. SeokJin alzaba sus cejas y asentía—. ¿Me dejas poner una canción?

El castaño torcía su cabeza como un cachorro confundido, pero luego de ver la sonrisa destructora de icebergs que, Jungkook poseía, le entregaba el móvil con la app de música abierta. El chico sonreía y buscaba, al parecer una canción en particular.

—Ya que para ti el amor es una perdida de tiempo y no crees en él o quizas te hirieron mucho en el pasado... —exclamaba tipeando en el teléfono del Barman, teniendo toda su atención fija solo en él y dando play a su canción—. Te diré que se me conoce por ser muy persuasivo y diablos que me gustas... —repetía, consiguiendo que el corazón de SeokJin saltará cada que lo repetía—. Así que te ofrezco perder tu tiempo conmigo.

El equipo de sonido del bar se llenaba de un ritmo pegagoso, una canción muy conocida.

— ¿Steve Aoki? —exclamaba SeokJin.

Jungkook sonreía, ponía un pie sobre el fierro de la banqueta y se alzaba, apoyándose sobre la barra y acercando su rostro a SeokJin para susurrarle melodiosamente—. Si el amor es nada más que una perdida de tu tiempo... Gastalo en mí.

Y luego de eso, besaba los labios del Barman con una justa precisión que hacía a SeokJin temblar de adentro hacia afuera. Pero no pudiendo evitar devolverle el suave roce de lenguas y la deliciosa succión de labios. Cuando Jungkook cortaba el beso y se alejaba, le sonreía...

—No sé si estarás libre después de esta noche, pero... Podría esperarte con buena comida, películas. Una cama caliente...

SeokJin quería decir que no, no, diablos.

—Creo que podré salir a las dos de la mañana si consigo que se las arreglen sin mí, pero no puedo prometer nada... —susurraba como si estuviera bajo el embrujo del chico.

Jungkook sonreía y le daba otro beso rápido—. Te esperaré, a la hora que sea, avísame.

Luego bajaba de la banqueta y se dirigía a la puerta, caminando de espaldas a esta y saludando a un SeokJin que se le quedaba viendo como imbécil.

"Como si le gustará" aunque no pudiera decirlo aún.

Luego de que Jungkook ya no se encontraba allí, unas palmadas resonaban, viniendo de las escaleras donde Kang Joon sonreía mientras lo miraba casi burlón y luego bajaba a toda velocidad.

— ¿Quién era ese niño? —preguntaba.

SeokJin volvía a su papel de antipático, le quitaba el vaso de las manos y se giraba, sin responder, sin prestarle atención.

—Es el autor de la marca ¿cierto? —mencionaba tras él—. ¿Sabe que estás fallado?

SeokJin se giraba, apretando sus dientes y apoyando sus palmas sobre la barra—. No es de tu maldita incumbencia. Si estás tan aburrido, te ofrezco un baño para que te la jales un rato y no estés molestando mientras estoy trabajando.

Kang Joon tapaba su boca y evitaba reír, como le gustaba sacar de quicio a SeokJin y como le gustaba saber que aún tenía el poder de lograrlo.

—Tranquilo hombre, solo venía a dejarte el vaso, tengo que seguir hablando de números con Hyung. Quita esa cara de culo, sé que no quieres arruinar al niño así que todavía puedes divertirte conmigo.

SeokJin entrecerraba sus ojos, lo miraba unos segundos y luego gritaba—. ¡Jung! ¡Le soltaste la correa a tu primito!

Kang relamia sus labios y le sonreía ladino, justo después de eso, se veían las piernas de Jung Hwan bajar los primeros escalones mientras hablaba por teléfono con su esposa.

— ¡Kang! Vuelve a subir tu culo aquí, diablos...

Kang Joon reía, negaba con su cabeza y luego se volvía para guiñar un ojo a SeokJin.

«Kang Joon de mierda» pensaba el castaño, mientras la canción que Jungkook le había dedicado llegaba a su fin y el se quedaba completamente solo en el bar. Si la idea era espantar a Jungkook, estaba haciendo un pésimo trabajo.

Pésimo.

Ay, este Jinnie y este Jungkook 💜👄💜
Por si no saben quién es Seo Kang Joon, aquí les va 👀 tremendo... 🔥🔥

Bueno bueno, repito speech:

Para los ONLY lectores de ¿Y Si Digo Que No? sepan que habrá una pausa porque uno de mis fics en emisión llega a su final por lo que, al terminar esta rueda me encargaré pura y exclusivamente de finalizar ese fic como hago de costumbre, pero estén atentos al tablero para saber cuándo se retoma rueda, y sepan que no se abandona la historia, solo me dispongo a finalizar y darle un cierre a otra, en este caso a REMEMBER ME.

✨Rueda de actualización hasta el momento✨
EROTOFONOFILIA ✅ 24/07
ANATEMA ✅ (29/07)
REMEMBER ME ✅ (01/08)
HOLA, SOY VANTE ✅ ()
UPSIDA ✅ (04/08)
ILLECEBRA ❎ (12/08)
¿Y SI DIGO QUE NO? ❎ (14/08)

Les amito panquecitos, gracias por los 3k de seguidores y se siguen sumando, ya me salen 3,04k de seguidores *colapsa*

Con amor Niñita Nany 💜

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