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Jungkook no estaba seguro si se encontraba en un universo alternativo, una dimensión desconocida o que diablos, pero no podía creer estar presenciando a SeokJin en el auto con música para chicos en el stereo y cantando a la par de su- .. De su hijo.

El niño se reía con puros dientes porque SeokJin cambiaba las voces a la hora de cantar cada estrofa y le hacía caras chistosas por el retrovisor. ¿Como es que ek tipo de brazos tatuados, actitud arrogante y al parecer experto—según sus propias palabras—en ser un cretino, era un padre tan adorable?. Es que Jungkook estaba prácticamente babeando a su lado y con su mentón tocando el suelo del auto.

— ¿Pasa algo, Yeobo? —cuestionaba SeokJin de repente.

Jungkook parpadeaba—. ¿Quién eres y qué hiciste con el tipo malo del bar?

SeokJin fruncía su ceño—. Está aquí, sentado a tu lado. ¿De qué hablas? —fruncía el ceño divertido.

Jungkook negaba, sonriendo de lado—. Oh, no. Este señor... —le señalaba de arriba—. Es un-... —Jungkook mordía su labio y Seokjin se detenía en un semáforo.

— ¿Qué es? —susurraba provocativo.

—Tú eres...

—Papi es un gran imitador de voces ¿lo viste? —preguntaba el niño, interrumpiendo el momento con su dulzura e inclinándose hacia adelante—. ¡Papá, muéstrale!

—Aish, no. HyunJin, Jungkook no quiere ver eso —se excusaba SeokJin.

El pelinegro alzaba las cejas—. ¡Si, quiero! —gritaba.

— ¡Haz al Tío Donald que tanto me gusta! —pedía el niño, zamarreando a SeokJin por el brazo.

El castaño se había negado unos segundos, hasta que con la peculiar voz del Tío Donald, le decía que dejara de zamarrear su brazo. SeokJin hacía rostro divertidos y sus ojos se abrían de forma graciosa. HyunJin reía a carcajadas y Jungkook lo hacía con él. Era una risa tan divertida y dulce la que brotaba de los labios del pelinegro que, SeokJin se había quedado colgado de esa risa de puros dientes. Parecía un niño grande y no estaba seguro quien se veía más adorable, si su hijo o el chico a su lado, pero una bocina detrás de ellos los volvía a la realidad.

—Uh, papá olvidó que debía conducir —mencionana a HyunJin, con una sonrisa pequeña, abultando sus mejillas y Jungkook aún no lo podía creer.

Estaban en el parque, sentados en una banca viendo cómo HyunJin jugaba con otros niños que ya conocía.

— ¿Entonces él te llamo para que lo trajeras al parque a ver a sus amiguitos? —preguntaba Jungkook.

SeokJin reía—. Lo tengo un poco mal acostumbrado y se tomó muy en serio lo de "papá te llevará a ver a tus amigos cuando quieras"... Es como tú con lo de las citas, solo que él tiene citas de juegos con sus amiguitos, una tras otra —se burlaba SeokJin.

Jungkook fruncia su ceño y lo golpeaba de forma juguetona, una sonrisa tiraba de sus labios. Antes de sentarse en la banca y ver a HyunJin, habían ido por unos lattes fríos para degustar mientras el niño se divertía. Ahora Jungkook miraba de reojo la sonrisa relajada de SeokJin, sus ojos eran brillantes y la mirada era dulce, siguiendo cada movimiento de su hijo.

— ¿Soy el cretino de la historia, cierto? —cuestionaba.

SeokJin fruncia el ceño y lo miraba—. ¿De qué hablas? —preguntaba confundido.

—Es que... Mírate, eres papá y tu hijo te adora —señalaba.

— ¿Qué con eso? ¿Que tiene que ver con qué te llames bastardo? —cuestionaba, volviendo a Jungkook.

El pelinegro suspiraba—. Hace unos meses nos conocemos y te he tratado como si fueras el peor bastardo Playboy del mundo y yo un ángel

—Oh, soy un bastardo Playboy —admitía, riendo ladino y sensual—. Solo que ahora, soy el padre de ese niño revoltoso —señalaba a HyunJin—. ¡Ten cuidado con tus amigos más pequeños, Hyun! —soltaba en grito dulce.

Jungkook reía dulcemente—. He sido un cretino desde que te conozco y me has salvado de dormir con puro imbécil allá afuera —exclamaba el pelinegro, en un puchero y cabizbajo.

SeokJin se removía en la banca, la imagen de Jungkook en los brazos de los últimos extraños que habían pisado su bar estas últimas semanas le retorcía las entrañas.

—Si, bueno. De todas formas, no te equivocas conmigo. Soy un cretino insensible que no cree en el amor y que te ha llevado la contra desde el día uno —afirmaba—. Tampoco eres el malo

—Pero si fui un desagradecido, cada vez que me dijiste que estaba con un imbécil, dude de tu palabra, cada vez... Tú solo fuiste bueno conmigo —admitía más bajo.

SeokJin se inclinaba, tomando su oreja como si fuera sordo—. Lo siento, no te oi. Repítelo

— ¡Ya!. Te debo una disculpa —señalaba el menor.

—No exageres —mencionaba el castaño—. Pero si quieres reivindicarte, no puedo impedirlo —alzaba sus manos y terminaba su latte helado, volviendo sus ojos a HyunJin.

Los segundos pasaban y Jungkook finalmente exclamaba:—Quiero reivindicarme, Jin —mencionaba, suavemente—. Estoy en deuda contigo.

El castaño suspiraba y con lentitud miraba a Jungkook, no sabía si quería ir más allá con ese bonito chico, pero ya le había presentado de prepo a su niño y dejado ver una parte muy privada de él. Era obvio que la puerta estaba abierta para continuar con esto de conocerse y hacer lazos y quién sabe que podría suceder allí.

Iba a decir que, no era necesario nada de eso. Qué Jungkook no tenía que pagar ninguna deuda, ni disculparse y mucho menos reivindicarse con él, pero los ojos de éste estaban tan brillosos esa media mañana que solo se dejó vencer por la bonita sonrisa cautelosa de Jungkook.

—Bien, Yeobo. ¿Qué tienes en mente para pagar tu deuda conmigo? —preguntaba.

Jungkook relamia sus labios—. Cerveza...

—Me gusta ¿a dónde quieres ir?. No sé si exista un bar mejor que el mío —se vanagloriaba.

Jungkook sonreía, su pulso latía rápido y su garganta pasaba el nudo que se había hecho recientemente.

—Mi apartamento —soltaba seguro, mirando al frente, al hijo de SeokJin.

Era más fácil seguir mirando al niño que, ver los ojos llenos de sorpresa de SeokJin.

— ¿Te parece buena idea? —preguntaba SeokJin, con un tono menos juguetón.

Jungkook aclaraba su garganta y asentía, sorbiendo de su latte frio—. Cocinare para tí. Esta noche —afirmaba fecha y hora—. ¿Puedes a las nueve estar en mi apartamento? —finalmente se giraba y tal como esperaba, SeokJin lo estaba viendo. Fijo e intenso. Tan serio y callado que ponía a Jungkook de los nervios—. Di algo —rogaba en un susurro, volviendo a mirar al frente.

—Tu apartamento, eh...

—Sip, viniste esta mañana sin invitación, puedes volver esta noche con una —se mofaba. Luego miraba a SeokJin y le sonreía.

—Si me sonríes de esa forma, diré que si a lo que me propongas —mencionaba SeokJin, desviando la mirada de Jungkook.

Este relamia sus labios y sentía a su corazón tener un pequeño lapso de taquicardia.

—Entonces ven a las nueve —soltaba más seguro, no queriendo ser rechazado por SeokJin.

El susodicho lo miraba unos segundos en silencio y luego asentía.

—De acuerdo, Kook... Veremos qué tan buen cocinero eres —soltaba relajado.

Bueno, no estaba relajado en absoluto. Sabía que era una mala idea, pero ¿Como podía rechazar al chico de los ojos brillantes que justo ahora era "Kook" con él y no Jungkookzilla?. Sin alcohol, solo cafeína y un atento Jeon. No se recordaba tan débil por un par de ojos grandes y sonrisa encantadora.

Luego de esa mañana hiperactiva, HyunJin quería ir a McDonald's y meterse en esos juegos entretenidos que había en el restaurante de seúl. Por poco y Jungkook había querido escapar para no interrumpir el día padre e hijo, pero los chicos Kim le había insistido y él no había podido negarse, había sido relajado, divertido. Habían cruzado todo tipo de miradas que hacían que el interior de Jungkook se sintiera extraño, como un adolescente frente a su Crush, o algo así. Era extraño, SeokJin le sonreía tan dulce y sincero, sin sarcasmo, sin segundas intensiones y eso ocasionaba estragos en su cabeza.

Al finalizar el almuerzo, iban camino al estacionamiento, pero el niño ofrecía una carrera a los adultos y había tomado repentinamente la mano de Jungkook para asegurarse que fuera corriendo con él e hicieran equipo.

— ¡Yo soy tu papá! ¿Por qué te vas con Jungkook? —se quejaba Jin, detrás de ellos.

Pie perfecto para que ambos traidores comenzarán a correr en dirección al auto, dejando a SeokJin solo y corriendo a medias detrás de ellos.

— ¡Hey! ¡¿Por que corren si yo soy el conductor?! ¡No irán my lejos, par de salvajes! —se quejaba detrás

Jungkook y HyunJin se reían a la par cuando habían llegado al vehículo, burlándose de que el castaño era muy lento y que era un perdedor.

—No pagaré por el helado, debido a que se burlan del único adulto a cargo —mencionaba divertido.

Jungkook abría su boca—. Yo también soy adulto, yo pagaré el helado —se ofrecía.

HyunJin gritaba una gran "si", pero SeokJin no iba a dejarlo hacer eso.

—Nop, Yeobo... Yo lo haré —soltaba el mayor, poniendo la mano en su hombro, luego el tacto desaparecía y Jungkook se quedaba con ganas de más, pero SeokJin debía de meter al niño en el asiento trasero y ponerle el cinturón—. Vamos, hijo. Arriba. Tú también —le decía al pelinegro.

Cuando el castaño finalmente se acomodaba dentro, antes de encender el motor del auto, HyunJin preguntaba:

— ¿Jungkook y tú están casados? ¿Por eso le llamas Yeobo? —cuestionaba.

SeokJin abría sus ojos, al igual que Jungkook y se miraban incómodamente, balbuceando al mismo tiempo sin saber que responder con exactitud, aunque era un gran y obvio "no", pero el subconsciente de ambos había hecho cortocircuito, hasta que SeokJin se ubicaba.

—No, cariño. Jungkook no es eso — «no sé que es, pero no es eso» pensaba confundido.

—Pero le llamaste Yeobo y solo las parejas se llaman así. Como mamá a Chanyeol y Chanyeol a mamá —mencionaba tranquilo.

Jungkook abría sus ojos. Enormes, brillosos y curiosos, para soltar en un susurro "¿Mamá?"

—No vayas allí —advertía SeokJin, susurrando.

Luego entrecerraba sus ojos en forma de advertencia, queriendo lucir amenazante, pero Jungkook apretaba sus labios evitando reír. Oh, por supuesto que iría allí, luego. Había tiempo para curiosear.

—HyunJinnie... —soltaba Jungkook, girando para verlo—. En realidad es un apodo del tipo "divertido" —hacía comillas—. En realidad tu padre y yo no estamos casados. Solo somos amigos —soltaba Jungkook, sorprendiendo a SeokJin quien, ahora lo miraba curioso y con su mentón alto, entonces Jungkook reafirmaba—. Muy buenos amigos y por eso me llama así. Es un chiste interno

—Oh ¿puedes contarme el chiste? —preguntaba inocentemente.

— ¡Nop! En otro momento, cariño —se metía SeokJin—. Siéntate bi-... —el teléfono de éste interrumpía justo a tiempo, así que lo atendía—. Hola, Nayeon... —suspiraba, apretando el puente de su nariz—. Nuestro hijo ya comió —exclamaba, luego Jungkook le veía apretar sus dientes—. Quería ir a McDonald's y lo lleve. No, no siempre come porquerías conmigo —setenciaba y suspiraba. Jungkook sentía pena por el hombre, lo único que había hecho había sido ocuparse de su hijo, cuidarlo hacerlo reír y complacerlo un poco, ojalá y él hubiera tenido al menos eso por parte del imbécil que había dejado a él y su madre a la deriva—. Lo llevaré, estamos en camino. No grites, gastas energía en vano. Nos vemos.

La llamada era cortada y Seokjin llevaba su cabello hacia atrás, luego miraba a su hijo—. Sin helado, campeón. Tu mamá me dijo que debo llevarte porque tienes el cumpleaños de tu Tía Sana.

Jungkook veía al niño hacer un puchero y luego de eso, el camino al apartamento de HyunJin había sido rápido, con menos ansiedad esperaba ahora dentro del auto de SeokJin, esperando a que éste volviera. Cuando lo hacía, se dignaba a apreciar el look que tenía aquel día. Pantalones de jean negros, botas, una camiseta azul y campera de cuero apenas levantaba y esos tatuajes que se asomaban entre su mano y muñeca.

Jungkook estaba apreciando demasiado la vista. Al entrar al auto y encontrarse nuevamente solos luego de varias horas, el aire se llenaba de tensión. SeokJin se veía más serio de lo que había estado antes de subir a dejar al niño.

— ¿Todo bien? —preguntaba con dulzura.

SeokJin lo miraba, apoyado sobre su asiento.

—Cuidado, Yeobo. Hasta pareciera ser que te importo —se mofaba, suspirando e intentando colocarse la careta de: "nada me afecta, soy un chico malo y duro"

Jungkook rodaba sus ojos, el tono sarcástico había vuelto, pero no dejaría que eso se fuera por la borda, dejaba a SeokJin conducir en paz y cuando lo dejaba en frente a su apartamento, se quitaba el cinturón y lo miraba fijamente.

—A las nueve ¿me oíste? —soltaba.

—Seguro, las nueves menos cinco me tendrás tocando el timbre —replicaba.

Jungkook escondía su sonrisa.

—Eso espero —luego abría la puerta y giraba a ver a SeokJin otra vez. El castaño alzaba la cejas esperando—. La pasé muy bien hoy. Gracias por eso

—Un placer haberte visto sonreír más de una vez —soltaba el barman.

Jungkook sonreía tímidamente.

¡Aish! ¿Qué estaba mal con él?. Parecía un colegial enamorado, rápidamente aclaraba su garganta, el silencio estaba lleno de tensión, luego de una larga y acalorada mirada al castaño, se despedía—: Jin.

—Yeobo —respondía este.

Jungkook resoplaba—. Eres todo un caso —y se bajaba del auto con una sonrisa demasiado estúpida en su bonito rostro.

Eran las nueve menos diez y el timbre de Jungkook sonaba, efectivamente, era SeokJin, cinco minutos antes de lo planeado y a Jungkook comenzaban a sudarles las manos. Segundos más tarde le permitía la entrada y se encargaba de ver que su mesa estuviera decente. Había preparado el asador en el  centro de su mesa mientras los pedazos de carne de cerdo comenzaban a cocinarse. Luego había todo tipo de vegetales para acompañar la cena de esa noche. Unas botellas de soju y cerveza y el timbre principal sonaba.

Antes de abrir, se miraba al espejo.

— ¿Por qué mierda me miro al espejo?. No es una cita —se recordaba. Luego tomaba el coraje de abrir su puerta y ahí estaba el presumido barman.

Pantalones de jean azul oscuro y una camisa verde con negro y obviamente sus tatuajes a la vista. La camisa de SeokJin llevaba dos botones desabotonados. Podía apreciar las clavículas que se vislumbraban y el cuello largo. SeokJin lo había dejado recalculando, mientras que él llevaba una remera blanca dentro de sus skinnys negros...

SeokJin le sonreía y luego daba una rápida mirada a la cintura de Jungkook y las piernas musculosas atrapadas en su pantalón. Recuerdos fuertes querían venir a molestarlo, pero se enfocaba en el bonito rostro del chico y su cabello negro ondulado. Aish, es que Jungkook era una tortura.

—Iba a romper la tensión con un chiste ácido, pero el olor a carne de cerdo me distrajo —afirmaba—. Traje el helado que no pudimos compartir con HyunJin como postre.

Jungkook ponía ojos de borrego y tomaba la bolsa con la caja—. Él realmente tenía ganas de un helado —soltaba, encaminándose al refrigerador y dejando que SeokJin cerrara la puerta como si fuera su casa.

Al entrar se sorprendía de cómo la mesa de Jungkook era un espectáculo. El pelinegro le veía la cara de sorpresa y abría sus brazos para dejarlos caer.

—Yo realmente me esforcé esta noche —soltaba.

SeokJin sonreía—. Me agrada, también me esfuerzo cuando preparo tus tragos, lo máximo que haré esta noche será somek —señalaba el soju y la cerveza.

—Soy bueno en eso... —replicaba Jungkook, ofreciéndole asiento y sentándose el también—. Come, sinvergüenza —soltaba divertido.

SeokJin reía—. Si tienes sentido del humor. Mírate —mencionaba—. Increíble, muero de hambre.

Jungkook sonreía y se ofrecía a servirle, había música con un volumen suave y el aire no parecía tan pesado al estar ocupados masticando y halagando la habilidades culinarias de Jungkook.

—No es la gran cosa, solo tengo que mirar que no se queme de más —mencionaba, luego de varios halagos y chistes.

—Solo diré que se nota que te esforzaste y me siento halagado, realmente te acabas de reivindicar —afirmaba—. Aunque no es tan difícil ganarse ni perdón si cocinan para mí.

Jungkook se reía.

Y continuó, riéndose, haciendo chistes y rodando los ojos cuando SeokJin hacía uno malo. La comida aún seguía ahí. SeokJin había mezclado un poco de soju y cerveza y eso les relajaba a ambos, pero Jungkook ya no podía con su ansiedad.

—HyunJin... —soltaba de repente y Seokjin, sabía que se venían las preguntas curiosas—. ¿Cuantos años tiene?

—Cumplirá nueve en unos meses —respondía, bebiendo su quinto vaso de somek, no podría decirse que estaban "ebrios" pero un poco más ligeros, si.

Tampoco estaba seguro que fuera el "quinto" trago.

—Me hice toda una película, pero creo que ni siquiera se acerca a la realidad...—exclamaba—. ¿Tienes un pasado heterosexual o su mamá es...?.  No sé cómo preguntarlo, pero quiero saber.

SeokJin tomaba otro poco y sonreía—. Pasado heterosexual. Nayeon y yo nos conocemos desde niños, nuestras madres son buenas amigas. Crecimos juntos y éramos los típicos imbéciles de los cuales suponían que terminarían casados con la familia coreana perfecta.

Jungkook se levantaba de la silla y optaba y por sentarse al lado de SeokJin. El castaño se reía porque el chico no disimulaba su curiosidad.

— ¿Qué pasó? —preguntaba.

—Fracasamos, eso pasó —soltaba escuetamente.

Jungkook chasqueaba su lengua—. Dime qué pasó, claramente es obvio que fallaron, pero tú dijiste que eras gay... Bueno no lo dijiste, pero ah... La camarera —soltaba de repente, recordando la primera vez que se vieron—. Eres bisexual

—Soy gay, solo que lo descubrí por mis veinte, veintiún años cuando descubrí que Nayeon me engañaba —mencionaba relajado.

—Oh... ¿Ella te engañó a ti?

—Esperabas lo contrario ¿no? —se mofaba—. La madre de mi hijo destrozó mi corazón. Ella no solo me engañó sino que me dejó por ese tipo

— ¿El tal Chanyeol? —preguntaba, recordando que HyunJin lo había mencionado.

SeokJin reía—. No, Chan es un buen hombre. Este era un imbécil que la engatuzo, se la llevó a la cama y luego la volvió a engañar y la dejó

—Uh, karma —soltaba, repentinamente, preparando otro somek para él y Seokjin—. Aunque eso no me dice como te volviste gay.

SeokJin reía—. Mi corazón destrozado comenzó a llevarme por diferentes bares, sin rumbo. Mucho alcohol para ahogar las penas y una mañana me desperté con un hombre en la cama

—Fuerte —susurraba Jungkook, con sus ojos abiertos de par en par.

—Sip, lo fue. Realmente lo fue, puedes reírte, pero no es un proceso simple descubrir tu sexualidad de una después de una metida de pata y sexo casual —sonaba serio—, pero por algo se empieza —soltaba burlón otra vez. Jungkook reía adorablemente, había algo en esa sonrisa que lo hacía querer decir estupideces y volverse un payaso solo para hacerlo reír así—. Cuestión que, mientras Nayeon vivía su relación yo me estaba descubriendo a mi mismo. Hasta que una noche me llamó llorando porque el imbécil la había dejado por alguien más y quería verme. Estaba destrozada, vulnerable y...

—Te acostaste con ella —exclamaba.

SeokJin asentía—. Creo que en parte fue por consuelo y para ver si yo seguía yendo por ese camino, pero nop. Fue soso y aburrido, pero esa noche concebimos a HyunJin. Es el único buen accidente de mi vida...

— ¡SeokJin! —soltaba Jungkook, golpeando su brazo, mientas este se reía y lo tomaba de la muñeca, justo antes de darle otro golpe.

— ¡Respeta a tus mayores, mocoso! —soltaba divertido, mientras Jungkook intentaba atinarle otros golpes que lograba esquivar y lo sujetaba fuerte solo para que el pelinegro se quejara y gimiera de la frustración, cuando terminaba con ambos brazos cruzados tipo cruz y trabados por culpa de Jin, que lo tenía así para que no pudiera golpearlo más. Luego lo atraía más cerca y susurraba cerca de su rostro—. Eres un busca pleito y así no se tratan a las visitas.

Jungkook se reía, ligero y dulce, cerrando sus ojos.

—Ya, me haces doler —mencionaba con un puchero que hacía algo dentro de los pantalones de SeokJin, así que era liberado de inmediato.

— ¿Has hablado con alguien nuevo? —cambiaba de tema, enfocándose en Jungkook, ahora—. No te rindas, encontrarás a tu roto

— ¿Mi roto? —soltaba Jungkook, confundido.

—El roto para tu descosido —añadía, bebiendo por completo su vaso. No estaba seguro cuanto había bebido, pero estaba con la vista nebulosa.

Y Jungkook lo miraba codicioso, cuando creía que no lo notaba.

—Estoy cansado para eso... Bastante decepcionado —admitía honesto—. Tú siempre tienes razón —soltaba, apoyando su codo en la mesa y mirando a SeokJin—. No importa a quien elija, como y en cual sitio. Siempre es el mismo tipo de imbécil. Solo quieren llevarme a la cama —puchereaba.

SeokJin asentía y veía la mirada intensa de Jungkook sobre él.

—No puedo recordar de la noche aquí contigo —soltaba de repente.

SeokJin apretaba sus dientes—. No hay nada que recordar, Yeobo. Tranquilo...

—Ppff, soy atractivo ¿Cómo hiciste para negarte? —cuestionaba con ceño fruncido.

SeokJin alzaba sus cejas—. Hiere un poco tu ego que no hubiera querido nada contigo ¿no?

—Muérdeme, engreído. ¿Y de que se supone que hablamos? Aparte de las cosas obvias que hicimos según las marcas de mi cuerpo y el tuyo... —aclaraba su garganta y se ponía todo colorado, quizás también era el efecto del alcohol, no estaba seguro—. ¿Como me rechazaste y por qué no te golpeé?

SeokJin reía, Jungkook estaba ebrio, o quizás con su lengua floja, no se veía verdaderamente perdido como aquella noche. Jungkook estaba muy consciente de lo que hacía y decía.

—Te dije que no me aprovecho del otro sujeto cuando está más inconsciente que despierto —se encogía de hombros—. Me gusta estar en igualdad de condiciones, saber que la otra persona realmente me desea o al menos haber tomado más de diez cervezas juntos

— ¿Diez cervezas? —soltaba confundido.

—Verás, es como una regla simple que tiene el ser humano y a veces ni siquiera se da cuenta. Dos personas que tienen cierta atracción o compatibilidad, se emborrachan juntos y según la naturaleza misma de uno, con más de diez cervezas encima y mientras la cosa sea consensuada, terminan follando.

Jungkook se removía en su silla sorprendido—. ¿Tú no querías-...? —se señala a sí mismo y ni siquiera podía terminar la frase.

SeokJin relamia sus labios—. ¿De donde viene la música? —preguntaba de la nada, evitando responder.

Jungkook suspiraba, luego parpadeaba y tomaba su teléfono de alguna parte de su mesa.

—De mi teléfono ¿por qué? —preguntaba confundido.

— ¿Puedo elegir una canción? —preguntaba, Jungkook alzaba sus cejas y le entregaba el aparato desbloqueado. SeokJin le sonreía y buscaba una canción en la app de música—. Te dejaré una canción y quiero que tomes en cuenta lo que dice... —miraba su reloj—, me iré.

Jungkook abría su boca—. ¿Por qué? ¿Ya?. Pero, apenas pasamos las doce y me gusta cómo va la noche contigo

SeokJin mordía su labio inferior—. Y yo también la pasé genial, en serio —la música comenzaba a sonar.

"Romantic Disaster" de Lil Lotus y Chrissy Costanza.

La mano de SeokJin se posaba en la rodilla de Jungkook y este lo miraba. Cerca hambriento, mientras la canción sonaba y relamia sus labios.

—Deja de jugar al chico rudo, me gustó lo que vi hoy de ti —soltaba en un susurro ignorando lo que SeokJin le decía a través de la canción—. Un par de tragos más. No estoy ebrio, sé lo que te estoy pidiendo...

La pista llegaba al estribillo y era casi cómico como realmente encajaba con ellos. Con el momento, con todo.

"Ambos sabemos que esto es un desastre romántico. La pesadilla viene después. Así que no te hagas ilusiones, porque solo te decepcionare".

—Jin... Creo que me gustas —susurraba con lentitud—. Y no creo que seas el cretino que te esfuerzas demasiado en demostrar.

El castaño necesitaba no alterarse por la confesión recibida.

—No creo ser suficientemente bueno para tí. No creo que entiendas que no puedo querer de la forma en la que tú lo haces —SeokJin acomodaba un mechón en la oreja de Jungkook—. Y todo lo que te dije sobre mí es cierto.

Luego besaba la frente de Jungkook y se ponía de pie, caminando decidido a salir por esa puerta y no volver a mirar a Jungkook como lo había hecho ese día. Como lo venía haciendo ya un tiempo, él era una muy mala idea para ese chico.

—Aún no comimos el postre —mencionaba Jungkook detrás de él—. No pienso abrirte la puerta si no degustas el helado conmigo —exclamaba, logrando que SeokJin girará sobre sus talones y lo viera acercarse de a poco a él.

—Puedes comer el helado por ambos —aseguraba el castaño.

Jungkook fruncia el ceño y se acercaba más a SeokJin, lo miraba seriamente, pero con sus ojos brillosos y labios húmedos y hambrientos.

— ¿Quien te hizo creer que tú decides por mi? Y si, quizás esto sea una muy mala idea como dice tu canción, pero asumiré las consecuencias —susurraba de forma ronca, para luego lanzarse directamente a los labios de un SeokJin que, le hubiera gustado esquivarlo, pero solo estaba esperando ansioso a que Jungkook finalmente le comiera la boca.

Y por eso lo envolvía entre sus brazos, tomándolo de esa cintura diminuta que lo volvía loco, mientras las manos del pelinegro tomaban firmente su cabeza y con sus labios devorando los suyos, abarcaba su cavidad con su lengua ansiosa.

Qué Jungkook lo deseara, que supiera donde se estaba metiendo era lo que deseaba, si le pedían ser honesto... El problema era que, él no estaba seguro donde se estaba metiendo.

Es que esta canción se volvió de la principales del fic xnsnszkzksks la encontrarán en su mini playlist. Y estos dos son el consuelo para las que sufren por el Jinkook en mis otros fics, aquí son tan sabrosos y desastrosos...

Y AHHHH, TERMINE LA RONDA
EROTOFONOFILIA ✅ (10/6)
ANATEMA ✅ (12/6) ᶜᵉʳᶜᵃ ᵈᵉˡ ᶠⁱⁿᵃˡ
REMEMBER ME ✅ (20/6) ᶜᵉʳᶜᵃ ᵈᵉˡ ᶠⁱⁿᵃˡ
HOLA, SOY VANTE ✅ (21/6)
UPSIDA ✅ (22/6)
ILLECEBRA ✅ (22/6)
¿Y SI DIGO QUE NO? ✅ (24/6)

Con amor Niñita Nany 💜

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