.16
Nuevamente los olores de un desayuno espectacular, siendo preparado, entraba por las fosas nasales de SeokJin, obligandolo a abrir sus ojos y recapitular que no se hallaba en su cama, que prácticamente había pasado una vez más la noche con Jungkook, pero no solo eso, sino que le había prometido al chico dar un importante paso en su ahora, reciente relación amorosa.
—Carajo... —susurraba con voz ronca. Estaba muy bien descansado, su cuerpo gritaba de puro placer, sus músculos no estaban para nada rígidos esa mañana.
Y su polla, obviamente dura a esas horas, sabía que podía ser atendida de inmediato de diferentes formas. El pensamiento era más que simplemente satisfactorio.
El olor a café recién hecho se colaba también en su sentido del olfato y escuchaba esos pasos descalzos llegando a la cama. Cuando miraba en dirección a la persona que lo observaba desde arriba con una sonrisa angelical y fresco como lechuga, SeokJin quería morderle la boca. De buena manera, solo para que dejara de sonreír así. Era más cegador que el sol entrando por los ventanales.
— ¿Buenos días? —soltaba Jungkook.
No está de más aclarar que SeokJin se encontraba tieso, boca arriba con sus ojos enfocados en el pelinegro. Su rostro era petreo.
Jungkook fruncia sus labios—. ¿Estás a punto de entrar en pánico? —preguntaba, su mano pasaba por encima de lo que sería la visión de SeokJin, pero este no movía sus ojos del rostro de Jungkook, así que el hombre suspiraba y dejaba la taza de café al lado de la mesa de noche—. ¿Quieres hablar ahora que no estás volando alto por un reciente orgasmo? Entenderé si piensas diferente...
SeokJin lo veía sonreír tenso, o más bien era algo así como una mueca. No llevaba remera, y tenía un bonito pantalón de chandal cayendo por sus caderas.
—Estás sin remera, incluso te duchaste... Estoy teniendo algo así como un orgasmo visual —exclamaba SeokJin con su voz ronca ahora, no solo por motivos de estar recién levantado. Se sentaba sobre la cama y la sábana caía, descubriendo su denudez, Jungkook suspiraba. No era momento de estar todo caliente y desesperado—. Ven aquí... —soltaba SeokJin.
Sus manos sujetaban las caderas de Jungkook y lo atraían hacia él, Jungkook volvía a suspirar mientras pasaba el nudo en su garganta, sus manos sobre los hombros de SeokJin eran un claro párate.
—No hagas esto... —susurraba sin fuerzas. Él necesitaba también tener su mente clara.
SeokJin suspiraba y finalmente hablaba con seriedad—. No estoy entrando en pánico, yeobo —mencionaba.
—Pero tenías esa cara de loco, mirando el techo... Estás desconcertado... —respondía el pelinegro en puchero.
SeokJin sonreía—. Sip, de hecho lo estoy —admitía—, pero te estás equivocando sobre que estoy a punto de entrar en pánico —suspiraba mientras sus dedos pulgares acariciaban las caderas de Jungkook sin apuro—. Sólo me sorprendió despertarme aquí en tu apartamento otra vez, pero no sentir ganas de salir corriendo... Cómo que también esperaba entrar en pánico ¿Sabes?
Jungkook lo miraba unos momentos y luego sonreía, una sonrisa preciosa de puros dientes, SeokJin lo creía un bebé en el cuerpo de un hombre fornido ¿Cómo podía sonreír así? El barman se quedaba prendido y congelado de ese bonito rostro.
— ¿Oh, Jin? —Jungkook se inclinaba—. ¿Estás bien? ¿Ahora sí estás entrando en pánico?
El barman reía dulcemente y Jungkook era repentinamente derribado a la cama y debajo del cuerpo del otro hombre todo tatuado y precioso, y muy desnudo.
— ¿Por qué sonríes tan mágico? —cuestionaba, viendo el rostro de Jungkook y cada detalle de él.
El pelinegro sonreía—. Nunca me dijeron algo así, dicen que tengo risa de bebé maldito o vieja bruja —decía divertido.
SeokJin rodaba los ojos y reía —. Esa es tu carcajada, tu sonrisa es preciosa —decía acariciando la mejilla de Jungkook con su dedo pulga. El otro hombre se quedaba paralizado, pero su corazón galopaba ante la mirada que estaba recibiendo del barman y de las caricias en su rostro y labios, más esas dulces palabras.
—Woah, tú si puedes ser realmente dulce —mencionaba Jungkook, llevando sus manos al pelo lacio de SeokJin y enredando sus dedos allí—. Puedes ser tan cursi todo tatuado y duro.
SeokJin resoplaba—. Es culpa tuya si digo estupideces
—Ya lo arruinaste —se mofaba Jungkook y reía divertido.
SeokJin acercaba su boca y mordia una de sus mejillas—. ¿Qué hiciste conmigo? Digo cosas cursis y no quiero salir corriendo ¿Qué me espera luego si sigo así? —la pregunta era dicha con tal seriedad que Jungkook notaba por primera vez lo vulnerable que SeokJin se veía y la cierta inseguridad en salir, quizás herido.
Suavizando su sonrisa, lo atraía por un beso casto que se volvía fogoso, dejándolos a ambos con la respiración colgando de un hilo. La dura erección de SeokJin se clavaba en la cadera de Jungkook, deseoso, pero sin realmente presionarlo por más.
Cuando el beso terminaba, un hilo de saliva los unía, a Jungkook le parecía caliente y le daba otro beso, pero luego hablaba—. Lo que sea que venga luego en esta reciente relación... Solo espero que nos encuentre juntos ¿No creés?
Jin suspiraba y lo miraba fijamente, esa mirada intensa que hacía a Jungkook removerse, pero que no le gustaría vivir sin ella de ahora en más.
—Estuve distanciado de ti creyendo que mi estúpido ego te había alejado, realmente no quiero volver a sentir ese tipo de adrenalina... Lo que sea que venga, que nos encuentre juntos —afirmaba.
Jungkook sonreía aliviado, quizás en algún momento el sentimiento de pánico también lo dejaría poco a poco a él.
—Sé que comenzamos con el pie izquierdo y nuestras personalidades pueden llegar a chocar mucho, pero... Aprendamos a manejarlo ¿De acuerdo?
SeokJin lo miraba unos segundos y le parecía increible lo mucho que Jungkook podía ceder por... ¿Por agrado? ¿Amor? El pensamiento lo sacudía, pero no le daba una segunda mirada, solo sonreía al bonito chico debajo de él y se inclinaba para besarlo, por supuesto Jungkook lo recibía sin tapujos. La dura polla se clavaba en los muslos ajenos hasta que el pelinegro se acomodaba y sorprendía al barman metiendo la mano entre ambos, SeokJin ya no era el único con el mástil alto.
Los dedos hábiles de Jungkook tomaban ambas pollas y comenzaba a trabajarlos juntos, el pre-semen derramado de ambos facilitaba el trabajo.
—No creí que harías nada, ya todo duchado y bonito —mencionaba SeokJin, moviendo su pelvis para follar la mano de Jungkook y crear fricción contra la mismísima polla aterciopelada del dueño de esa mano.
Jungkook tenía sus ojos negros vidriosos y firmes en SeokJin y viceversa.
—No podía no hacer nada por ti en este estado —decía sobre los labios de un SeokJin que se acercaba y se burlaba de él, sin besarlo, solo apoyando su carnosa boca sobre la suya, así que lo agarraba desprevenidamente y lo mordía.
SeokJin soltaba un gemido ronco y se regocijaba en sentir la lengua de Jungkook pasar por dónde había mordido, lo ponía peor, empujaba más duro y Jungkook perdía el control de ambos por lo que quitaba su mano y se encargaba de ser él quien los mastrubara y joder que Jungkook le agradecía hacerse cargo porque a él solo le encantaba retorcerse debajo de ese hombre. La prominente imágen del barman alzándose sobre él con sus tatuajes sin sentido, su tés blanca en otros lares, labios hinchados y pelo revuelto era...
—Dios... Eres sexo en todas sus formas —decía gimiendo desesperado y necesitado de correrse.
SeokJin reía ladino, pero enseriaba sus rasgos cuando sentia que ambos necesitaban más. Jungkook arañaba la cintura de SeokJin y sus piernas se movían necesitando quitarse el estúpido pantalón, pero repentinamente luego de un trabajo de rápida maniobra, se corrían, era suave y sus cuerpos zumbaban, pero sus pollas estaban duras aún, Jungkook quería gritar de la frustración, pero se sorprendía cuando los dedos de SeokJin pasaban por su glande y el suyo propio tomando su corrida y llevando dos de sus dedos a su agujero.
—Sí~... —sollozaba cuando las dos extremidades se metían con facilidad debido a la noche anterior que habían follado, la esencia de ambos en los dedos de Jin que lo tenían a medio estirar ya— ¡Oh, rápido! —soltaba sorprendido cuando los dedos se curvaba y su punto dulce cantaba con placer, sus ojos se cerraban y centelleaban—. Entra en mí —pedía ronco, quitando la mano de SeokJin de su culo.
El barman sonreía con la mirada nublada de lujuria y algo más—. Sus deseos son órdenes, mi príncipe —exclamaba con voz grave, Jungkook temblaba de excitación, ese hombre era demasiado hermoso y sexy, Jungkook no recordaba haberse cruzado con alguien tan peligroso para su salud, SeokJin debía venir con advertencias, aunque de hecho, si había venido así, pero no evito que Jungkook cayera rodando en sus encantos.
SeokJin bañaba su polla también con la esencia ya derramada de ambos, pero buscaba un poco del lubricante en la mesa de noche, Jungkook estaba estirado, pero quería deslizarse con facilidad y follarlo hasta que le reiniciará la existencia a ambos.
Jungkook lo miraba atónito y desesperado mientras se quitaba el pantalón, se abría de piernas y sus manos comenzaban a acariciar el abdomen de SeokJin cuando lo tenía listo para alinearse. La punta del glande le hacía cosquillas y lo hacía anhelar.
SeokJin se le quedaba viendo repentinamente—. ¿Qué? —preguntaba—. No entres en pánico ahora, te necesito —decía, mientras tomaba la estrecha cintura del barman y lo empujaba dentro.
SeokJin caía sobre sus manos al sentir la presión de la estrechez de Jungkook, seguía deliciosamente apretado a pesar de haberlo follado horas atrás y recientemente una previa estirada. Cuando caía y evitaba aplastarlo, Jungkook lo rodeaba con sus piernas y entre ambos daban el último empujón para estar unidos.
Los ojos negros intensos de Jungkook, brillaban hermosamente, tan vidriosos y llenos de todo. No quería dejar de verlos nunca. Eran demasiado intensos los sentimientos que se arremolinaban en su polla, queriendo explorar en millones de palabras enredadas, necesitaba centrarse, era muy pronto para estar tan profundo en esta reciente relación.
Mejor era estar profundamente enterrado en jungkook, por lo que salía hasta dejar solo su glande dentro y luego empujaba fuerte, Jungkook encorvaba su cintura y gemía tan bonito. Tan dulce y roto. Le encantaba el sonido con esa voz preciosa. Le encantaba cada curva de Jungkook, sus musculosas piernas a punto de evitar que pudiera moverse. Sus uñas romas clavándose en su espalda, era un incentivo de lo mejor y como Jungkook gemía y pedía "por favor" constantemente.
Ese hombre era su perdición, pero una perdición a la que no le temía. No era nada similar a la perdición que Kang Joon había sido. Aborrecía a ese hombre y lo quería lejos de Jungkook y de él, no permitiría que nada ni nadie más los seperara, había sido un imbécil al alejarse de Jungkook, había estado mal, desolado y triste.
Alguien que lo hacía sentirse así y luego al verlo lo hacía sentirse alto e intocable como Jungkook lo hacía sentir, merecía todo tu esfuerzo y fe. Ellos podrían hacerlo funcionar. Él lo haría, no se consideraba en absoluto el hombre de los sueños de Jungkook, pero se esforzaría en serio. Él complacería al bonito chico que gemía bajo su cuerpo y se corría fuertemente, pintando el pecho y abdomen de ambos mientras apretaba su rígida polla y luego simplemente lo vaciaba. Se corría como un demente dentro de Jungkook y le gustaba la visión de sus fluidos saliendo de la entrada de Jungkook y escurriendose entre sus muslos.
Eso ameritaba una ducha de a dos. Dónde una segunda follada había salido y es que Jungkook lo tentaba y él se dejaba tentar. Luego de eso, cuando se ponía un pantalón cómodo de su ahora, bonita pareja, un hombre de los mil infiernos de lo precioso que era, llegaba a la mesa con un auténtico desayuno coreano esperando por él.
—Oh, woah... —exclamaba sentándose, ambos solo usaban un pantalón cómodo y sin nada arriba. Jungkook a veces quedaba hipnotizado por las mangas en los brazos de SeokJin y toda la tinta que lo cubría.
También se ponía cachondo. Jin tenía un rostro angelical con labios afelpados, ahora su cabello semi largo estaba húmedo y era todo precioso y caliente. Jungkook sacudía su cabeza, era una contradicción ver su cara angelical con su cuerpo infernal.
—Esto es demasiado —mencionaba el barman, mientras comenzaba a degustar todo a su paso—. Mmm, joder...
Jungkook alzaba sus cejas ante el gemido—. Soy más que solo una cara bonita —decía orgulloso, ocultando sus mejillas rojas por el gemido que SeokJin había dado. Similares a cuando lo follaba.
Los ojos del barman lo miraban por debajo de sus arqueadas pestañas—. Sí. Eres todo músculos y ojos hermosos —añadia con voz ronca, pero luego volvía a comer.
Jungkook terminaba con la cara roja y sacudiendo su cabeza para que SeokJin se callara. Y de hecho, se había mantenido callado los siguientes veinte minutos, solo la música sonaba y Jungkook lo miraba atónito. Había comido todo a su paso.
— ¿Tenías hambre? —decia entre la sorpresa y la diversión.
—Necesitaba recuperar energía y honestamente hace tiempo no tengo este tipo de desayunos, solo café y marcho —mencionaba Jin—. El último fue hace meses atrás cuando visite a mis padres, mi madre siempre se asegura que coma todo lo que no me ve comer en el año.
Jungkook abría sus ojos de cachorro, Jin nunca había mencionado a sus padres, pero la verdad sea dicha, en tiempo en el que se habían relacionado, solo hablaban de Jungkook, Hyunjin y como SeokJin había terminado en su estado actual laboral y sentimental.
—Nunca mencionaste a tus padres —decía sonriendo.
¿Quizás sería muy pronto para sugerir el hecho de que quería conocer a quienes criaron a ese especimen tan atractivo? Jin ya conocía a su madre.
—Nunca preguntaste y nunca salió el tema, viven en Hadong-gun. No viajan mucho por la salud delicada de mi padre por lo que llevo a Hyunjin en las vacaciones y sus cumpleaños —decía sonriendo.
—Oh, que dulce —mencionaba Jungkook, mordiéndose la lengua.
—Tranquilo Yeobo, los conocerás seguramente... Si eso quieres, mi madre siempre me pregunta si tengo novio o sigo siendo una pesadilla — se encogía de hombros divertido y el rostro de Jungkook se iluminaba.
—Lo siento si me veo ansioso —decía riendo tímidamente—. Tú conoces a madre y ... No me da pánico que me presentes a tus padres... Aunque quizás a ti sí, lo lamento. Reduciré la velocidad —exclamaba.
SeokJin reía a carcajadas y Jungkook se le quedaba viendo como imbécil—. Eres tan adorable, yeobo
—Ugh, basta... Mis mejillas se ponen coloradas, no sé por qué, no hables así —le daba un leve empujón a su pierna bajo la mesa.
Luego de eso, el teléfono de Jungkook sonaba con un mensaje y suspiraba, su ceño fruncido, su rostro había cambiado mientras miraba atentamente su teléfono.
— ¿Todo bien? —preguntaba SeokJin.
Jungkook forzaba una sonrisa—. Sí, eh... Mi madre me recordó que tengo que organizar contigo la fiesta de aniversario laboral para mis empleados y~... —Jungkook mordía su labio inferior.
— ¿Y qué?
El pelinegro le daba su teléfono para mostrarle una foto que su madre le había enviado. SeokJin notaba que era una invitación y cuando la leía su rostro cambiaba.
— ¿El imbécil de tu ex los invitó a su boda? —preguntaba sorprendido.
—Mi madre y la suya se hicieron buenas amigas, seguramente así recibió mi madre la invitación —decía con voz extraña.
Jin no podía resistir el impulso de sentarse a su lado, todo ese tiempo había estado frente a Jungkook desayunando, pero ahora necesitaba estar cerca.
—No tienes que ir —decía, encontrándose a si mismo acariciando el pelo de Jungkook y acomodandolo de alguna forma. Sólo necesitaba tocarlo.
Jungkook entrecerraba sus ojos y se aproximaba a su toque.
—Por supuesto no tengo que hacerlo —mencionaba susurrando.
—Fue muy descarado de su parte, estoy sorprendido... Fue desubicado —exclamaba SeokJin, mientras sus dedos no podían dejar de acariciar el rostro de Jungkook.
Aish, tan meloso. De acuerdo, él iba a dejar de acariciarlo.
—No te detengas —pedía Jungkook sonriendo suavemente cuando veía que SeokJin alejaba su mano—. Y con respecto a Min Gyu, no estoy tan seguro que haya sido su idea. Su madre me tiene mucho cariño, se puso realmente mal cuando supo que habíamos terminado... Quizás ella lo obligó a que me invitará, no me sorprendería
— ¿Con que fin? ¿Que vuelvan a estar juntos? —preguntaba el barman, con cierta amargura en su voz.
Jungkook reía y se acercaba a él, sus rostros a poca distancia y luego de eso, el pelinegro lo besaba castamente, pero la mano de SeokJin se cernía en su nuca y profundizaba el beso. Había olvidado que tenía derecho de lamerlo en cualquier momento y estaba todo hecho un adolescente verde acariciándolo simplemente. Cuando mordia su labio inferior Jungkook reía sin aire y se alejaba.
—Dios. Eres insaciable... —mencionaba con su frente sobre la del barman.
—Tu culpa y como te ves —mencionaba Jin.
El teléfono de Jungkook volvía a sonar y su madre preguntaba si iba a reconsiderar la idea de asistir o de inmediato estaba diciendo que no contarán con su presencia. SeokJin leía el mensaje por encima ya que Jungkook no ocultaba la pantalla de él, así que suspiraba.
—Dí que no...
—Podría, pero podría también cerrar esa historia, aunque la consideraba cerrada, para ser honestos. Menos mal que lo ví antes en su despedida de soltero sino hubiera sido más extraño aún...
SeokJin lo observaba de cerca—. ¿Extraño malo o extraño bueno?
Jungkook reía—. Solo es extraño, sé que si fue idea de su madre no fue con mala intención, ella en serio me adora, pero si fue su propia idea, estoy confundido, como sea sigue siendo un idiota... —lo decía divertido, encogiéndose de hombros.
SeokJin tomaba su teléfono y revisaba nuevamente la foto de la invitación.
—Al menos estoy invitado —mencionana el barman.
Jungkook fruncia el ceño—. ¿De qué hablas?
—Aquí dice que están invitados tu madre, tú y compañía... Ese soy yo —añadía con una sonrisa ladina sensual, señalándose a sí mismo.
Jungkook reía—. Tú no serías capaz... —decía entre la diversión y la incredulidad.
— ¿No me crees capaz de asistir a la boda de tu ex, contigo? Por dios, solo imaginalo... El tipo va a ponerse la soga al cuello y entre el público estarán el bonito ex al que jamás, jamás, va a recuperar luciendo jodidamente follable, estoy seguro y a su lado... Uno de los tantos tipejos que lo habrán follado cuando estaba de soltero antes de encontrar a su amado al que le estará diciendo sus votos... —la voz de SeokJin sonaba diabólica junto con su sonrisa—. Es muy divertida la escena, porque al idiota que le pidió un poco más de simple sexo-... —SeokJik se señalaba—, estará de la mano del hombre al que dejó escapar porque lo consideraba muy intenso... Y a ti si te estoy dando mucho más aparte del buen sexo.
Jungkook lo miraba sorprendido—. ¿Tú realmente saliste corriendo de él?
—Demasiado meloso para mí gusto
—Soy incluso más meloso que él —mencionaba Jungkook.
—Sí, pero él no era el correcto. No eras tú y yo no soy él, que seas intenso, ahora me calienta —susurraba sobre los labios de Jungkook—. Pero sólo conmigo ¿Capicci?
Este reía y lo besaba—. Siento que es una justicia divina... —mencionaba Jungkook con sus párpados pesados porque SeokJin ahora estaba besando su rostro.
—Se le dice karma, mi vida —susurraba el barman, ay, era insoportable, primero no podía dejar de tocar a Jungkook y ahora no podía dejar de besarlo. Era igual o más intenso que el chico entre sus brazos—. Será un buen cierre. Si lo necesitas.
Jungkook suspiraba, levantaba su cabeza y SeokJin mordia su mentón, su cuerpo vibraba con esos besos dulces. Quería más de todos ellos en toda su anatomía.
—No voy a mentir y negar que parte de mí no estaba triste porque él había encontrado algo que yo buscaba con desesperación cuando se suponía que de los dos era él quien no quería una relación demasiado seria... Él se va a casar y me invitó justo cuando decidiste decirme que sí quieres algo serio y exclusivo conmigo... —Jungkook buscaba la mirada de SeokJin—. ¿Si quieres esto, cierto?
El barman notaba el brillo peculiar en los ojos de Jungkook y su corazón se sacudía. No quería volver a ver la vulnerabilidad y duda pintadas en ese bello rostro nunca más.
—Si lo quiero. Si te quiero —susurraba.
Y no había costado tanto decirlo como esperaba. Jungkook sonreía, sus ojos incluidos se arrugaban a los lados por la bella sonrisa que pintaba. Sus brazos se enroscaban en el cuello de SeokJin y exclamaba:
— ¿Quieres ir a la boda de mi ex conmigo? Encuentro la situación muy divertida...
El barman le sonreía de vuelta—. Estoy a favor de la diversión, siempre.
Jungkook sonreía y lo besaba, otra vez. SeokJin no sé ofendida en absoluto, le gustaba totalmente y respondía efusivamente, tomando el mentón de Jungkook y besándolo con fuerza e ímpetu. Jungkook se quedaba sin aire...
—Odio alejarte, pero me robas el aire... —decía con sus ojos negros algo vidriosos de lujuria, sorpresa y sus pupilas dilatadas—. Antes necesitamos arreglar la fiesta de aniversario laboral de mis empleados ¿Creés poder arreglarme una cita con tu colega?
SeokJin relamía sus labios de forma sensual, queriendo retener el sabor de Jungkook y luego asentía.
—Hwan estará jodidamente encantando de conocerte al fin —su mano nuevamente acariciaba la mejilla de Jungkook.
Daba gracias al cielo que el chico fuera tan meloso y no se cansara de tenerlo en su espacio, porque no podía dejar de ser tan pegajoso, al parecer.
— ¿De verdad? —preguntaba.
—Sip, él es un maldito curioso —decía sonriendo—. Pero volviendo al tema de la boda estoy totalmente a bordo de cerrar ciclos y todo, pero ¿Estás seguro? Entenderé si te resulta difícil —su tono final había querido sonar comprensivo, pero sonaba irritado.
Jungkook sonreía—. Tranquilo, no voy a oponerme cuando el cura dé el ultimátum... Pero quizás me haga bien simplemente entender que consiguió un feliz para siempre más rápido que yo...
Jin resoplaba—. Una boda no siempre significa eso, pero estoy a bordo de ser la compañía que la tarjeta resalta junto a tu nombre. Fue consciente de que alguien como tú no estaría solo por mucho tiempo —y nuevamente volvía a estar encima de Jungkook, pero esta vez sus manos iban a la cintura estrecha de su amante y lo manejaba a su antojo para sentar a Jungkook a horcajadas en su regazo—. Otra cosa... Esto significa que tu madre sabrá oficialmente que consiguió su cometido sobre emparejarnos ¿Cierto?
Jungkook abría sus ojos—. Dios, esa mujer va a saltar en una pata
—Ella es genial, habladora hasta por los codos y un poco intimidante, pero debo decir que me hizo adorarla desde un inicio —sus labios besaban fugazmente los de Jungkook.
El chico enroscaban sus brazos alrededor del cuello del barman—. Podremos decirle a Hyunjin que oficialmente somos novios y no te quedarás sin mis hermosas sonrisas —se mofaba recordando cuando el niño había mencionado lo mucho que a Jin le gustaba verlo reír.
—Ese niño es...
—Es hermoso —completaba Kook.
Las manos de SeokJin se envolvían y acariciaban su espalda y cintura. Jungkook gozaba de cada caricia y mimo. No quería decir nada al respecto, pero él había notado lo mucho que SeokJin no podía estar lejos de él, de tocarlo y besarlo o mirarlo como siquiera hacerlo, pero olvidaba que podía.
—Sí, lo es... Lo mejor de mí —respondía Jin.
Jungkook enseriaba sus rasgos y lo acariciaba con parsimonia—. Eres un buen hombre, olvida todo lo que dije... Por favor, no eres malo para mí, si fueras eso, no debería sentirme como me siento ahora
— ¿Y como es eso? —susurraba SeokJin.
—Feliz y con un poco de miedo, somos una combinación explosiva en buenos y malos términos, pero somos buenos juntos. Me siento demasiado bien contigo.
Jin lo miraba y sonreía, luego asentía y su boca básicamente volvía a comerse la de Jungkook. Tenían varias cosas que hacer ese día, pero un par de rondas más habían sido más que bienvenidas.
Ahora que estaban dentro de la misma página y comenzando esa relación, parecían no tener suficiente del otro. Jungkook le recordaba a cada momento que no tenía que mirarlo tan anhelante, sino simplemente besarlo, tocarlo o abrazarlo. No tenía que desearlo, podía hacerlo. Podía hacer lo que quisiera con él que Jungkook nunca diría que no.
Ay que lindos son 😭😭😭
Holi, Nanyta les deja mucho abracitos y besos 🫶🏻🫶🏻
Gracias por el aguante 😊
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