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Jungkook miraba a SeokJin asar la carne fuera, en la terraza de la madre de su hijo mientras Hyunjin jugaba en línea con uno de sus amiguitos. Él no solo estaba observándolo junto a Chanyeol sino que estaba cortando unas verduras junto a Nayeon quien, cantaba una canción, muy ajena a su forma obsesiva de mirar cada jodido detalle de SeokJin frente a un asador con los puños de su prenda superior hasta sus antebrazos y esos tatuajes que quizás eran ridículos y algunos carentes de sentido para Jungkook, pero a él se le veían tan bien.

Y su pelo semilargo, la forma en que lo tiraba hacia atrás porque el viento lo ponía en su rostro.

—Siempre es agradable ver cómo babean por el padre de mi hijo —decía Nayeon repentinamente.

Jungkook se asustaba por tenerla cara a cara con esos grandes ojos adorables y saltones mientras sonreía divertida ¿Cuándo había dejado de cantar? Dios, estaba literalmente perdido en SeokJin.

En ese instante, Chanyeol entraba y abría el refrigerador mientras gritaba:— Jin ¡¿Soju o cerveza?!

Y SeokJin finalmente giraba logrando que sus miradas se encontrarán, era ridículo como su corazón de agitaba porque notaba como el ceño fruncido del barman se suavizaba y sonreía dulcemente por una fracción de segundo al verlo, para luego contestar a Chanyeol.

—Cerveza —y luego, dibujaba una sonrisa sucia, relamiendo sus labios y mirando a Jungkook otro poco más.

Seductor y provocativo.

Jungkook resoplaba—. Presumido —decía, tocando su mejilla enrojecida.

—Estabas babeando, chico. Se dió cuenta casi sin verte —mencionaba Chanyeol divertido y saliendo nuevamente a la terraza para encontrarse a SeokJin.

—Yo no-... Estaba babeando —susurraba con un puchero.

Nayeon reía divertida.

—Él sabe el efecto que tiene en las personas, no intentes ocultarlo y luchar —decía la mujer.

—Oh, créeme. Dejé de luchar hace tiempo —resoplaba con una sonrisa mientras seguía viéndolo.

SeokJin y Chanyeol tenían buena relación, no entendía como la mujer a su lado podía seguir siendo amiga de un dios griego como lo era SeokJin y Jungkook odiaba llamar "dios griego" a simples mortales. Y no es que Chan estuviera mal, en absoluto. El tipo era alto y bien construido con carita divertida y ojos nobles, pero SeokJin era todo un huracán de tés blanca y labios carnosos. Ojos nobles también, pero muy peligrosos, con miradas lascivas y sugestivas que ponían a Jungkook duro en un nano segundo. Y él sería capaz de hacer lo que SeokJin dijera sin importar qué tan loco sonara, él obedecería cualquier orden que viniera de ese hombre, con esa voz grave y ronca que ponía cuando estaba excitado y esos ojos de lobo a punto de comerse a su presa.

Sí, Jungkook se encontraba con ganas de ser su presa esa noche luego del distanciamiento que habían tenido.

—Y estás babeando de nuevo, woah —exclamaba Nayeon—. Te cortaras un dedo, por favor dame eso —decía con dulzura.

—Lo siento, yo... No sé cómo es que me quedo viéndolo... Pienso muchas cosas mientras lo veo, no solo lo veo como imbécil —se excusaba inmediatamente y Nayeon lo miraba con sus cejas en alto, quedaban en silencio y luego se echaban a reír al mismo tiempo—. Lo siento, sí, yo babeo demasiado cuando lo veo —admitía avergonzado, solo un poco.

—Tranquilo, están en el apogeo de la relación —decía ella.

—Oh, no sé... No sé si llamarlo "relación" —mencionaba dudoso.

Nayeon fruncia el ceño y miraba hacia donde su esposo y ex, se encontraban hablando de deportes, luego miraba a Jungkook.

—Si no fuera una relación, no estarías aquí

—Edtoy aquí porque Hyunjin es muy bueno apretando dónde debe —exclamaba.

Nayeon reía—. Ay, sí. Lo saco de su madre —admitía—. Pero créeme, conozco a ese imbécil bien parecido, como la palma de mi mano —luego se acercaba más y susurraba—. Eres muy importante, se nota en sus ojos y me gusta verlo así, ven sígueme —exclamaba.

Jungkook sonreía y la seguía a la cocina para finalmente poner las verduras a hervir y otras aparte que serían para la carne. No lograba ver a los otros dos fuera en la terraza y estos tampoco los veían por lo que Jungkook se animaba:

— ¿Puedo hacerte una pregunta un tanto íntima? —susurraba.

Nayeon hacía un puchero demostrando que pensaba cautelosamente en su respuesta, pero relajadamente respondía—. Estás saliendo con SeokJin, así que deduzco que debe tratarse de él, por lo que sí. Puedes hacerme cualquier pregunta que te sirva de guía aquí, cariño —exclamaba con dulzura y diversión.

Jungkook sonreía—. ¿Qué le pasó? —preguntaba sin vueltas.

—Se cayó de bebé, pero está bastante pasable —decía con humor.

Jungkook abría sus ojos y luego reía adorablemente—. Dios, puedo entender porque una vez se amaron. Tienen un humor peculiar.

Nayeon alzaba su mano con su dedo índice extendido hacia arriba y lo movía en negación—. No nos amamos en pasado, aún lo hacemos. Solo que de forma diferente, siempre seremos familia. HyunJin fue nuestro mejor error —decía con una sonrisa divertida, lo mismo que SeokJin le había dicho—, pero ya... —Nayeon suspiraba—. Seguramente te refieres a por qué es tan reacio al romance ¿Quizás?

Jungkook mordía su belfo inferior, ansioso y asentía. Sus ojos grandes y atentos—. Yo creí que tú habías sido quien rompió su corazón y luego su confianza fue cuesta abajo —exclamaba.

Nayeon reía—. Nop, yo solo lo engañé y rompí su corazón, pero ahora sabe muy bien lo que quiere y no son las mujeres —exclamaba divertida, pero luego su sonrisa suave desparecía—. Él lamentablemente se enamoró del hombre equivocado, muy muy equivocado —susurraba.

Jungkook apretaba sus dientes—. Él sigue diciendo que no es bueno para mí, pero estoy seguro que lo es. Somos buenos juntos, lo sé —susurraba, luego reía—. Y lo más divertido es que él es todo lo que no quería y nunca quise —resoplaba exageradamente, luego se cruzaba de brazos, apoyado en la encimera mientras Nayeon lo observaba.

El perfil de Jungkook era precioso, como todo de él, lo sabía. Si le agradaba a su hijo, es porque lo valía en muchos sentidos.

—La imagen que él tiene de sí mismo, podría ser el motor que lo empuje a romper mi corazón, sin embargo no puedo alejarme —exclamaba Jungkook.

Nayeon suspiraba—. Si estás aquí, eres importante. Aunque le cueste admitirlo o lo haga de forma misteriosa y con mensajes subliminales

—Sí, te creo en eso. Pienso que alguna vez fue un fiel creyente del amor y el romance —decía Jungkook.

Nayeon se sorprendía por aquello, pero asentía—. Ah, Jin siempre fue muy romántico, bueno en su momento

—Él era realmente un romántico empedernido ¿No? —Jungkook hacía la pregunta con ojos brillosos y curiosos que causaban un "Aww" en Nayeon.

—Lo era —admitía con tristeza—. Pero ahora es lo que es. Es un buen hombre, solo lo rompieron demasiado.

Jungkook mordía su lengua, necesitaba hablar de eso con SeokJin, pero...

—Sé que debería hablar esto con él y preguntarle a él. Pero estoy seguro que no se abrirá conmigo como deseo —decía con un puchero, mirando sus dedos.

Nayeon se compadecía y hacía un chiste—. No lo hará cariño, Jinnie no es pasivo —Jungkook levantaba su cabeza y se sonrojaba suprimiendo una risa, Nayeon en cambio, se descostillaba por su frase—. ¡Lo siento, lo lamento! —reía, mientras Jungkook negaba y sonreía tímidamente—. Ay, no estás acostumbrado a mi humor, cariño.

Luego de más risas, Jungkook suspiraba y la miraba fijo —. Espero estar alrededor el suficiente tiempo para poder conocer tu humor más a fondo —y sonreía dulcemente.

Nayeon lo miraba con dulzura—. Eres importante para él y me recuerdas mucho al viejo SeokJin —mencionaba.

— ¿Él era un romántico y más, no? —insistía, más como una pregunta retórica.

Nayeon reía—. Sí, lo era.

Jungkook suspiraba—. Me ha dedicado canciones horribles... Bueno no "horribles", pero todas tienen el mismo mensaje —decía con un mohín en sus labios—. Que él no es bueno para mí.

Cuando los segundos pasaban, Jungkook miraba a Nayeon y la notaba sorprendida.

— ¿Qué?

— ¿Él te ha dedicado canciones? —se sorprendía y preguntaba para estar segura.

—Por el momento una, directamente y otra que puso al venir aquí indirectamente, pero lo confronte al respecto—exclamaba, rascando su nuca—. ¿Por qué?

—Definitivamente eres diferente para él —exclamaba, dejando todo en el fuego para cocinarse y luego giraba, también se apoyaba sobre la encimera y se cruzaba de brazos—. Él solía hacerlo conmigo y luego con él —exclamaba—. Es un detalle hermoso, él realmente era muy romántico antes de ser roto.

Jungkook la miraba fijamente—. ¿Qué le hizo ese imbécil? —el pelinegro no lo conocía, pero ya lo odiaba.

Nayeon suspiraba—. Lo rompió —exclamaba—, jugó con él. Con sus sentimientos, deliberadamente y más veces de las que me gustaría recordar —la mujer bonita, volvía a suspirar—. Era posesivo, tóxico, celoso. No quería que nadie viera o tocará a SeokJin, pero él no podía darle más que unas simples noches de folladas salvajes... SeokJin caía cada vez porque ya sabes cómo es uno cuando está enamorado —mencionaba viendo al pelinegro a los ojos—. Tienes la esperanza de que "hoy será el día en que se de cuenta que me ama y me tomara en serio". SeokJin lo creyó por mucho tiempo, pero ese día jamás llegó. Hasta que se dió cuenta y decidió soltarlo.

Jungkook fruncia el ceño y su pecho se oprimía, nunca entendería cómo había personas que jugaban de esa forma con los sentimientos de otros.

—SeokJin jamás fue un hombre depresivo, pero su amor no correspondido lo llevo a su ruina —exclamaba—. Cuando HyunJin tenía seis años, lo perdió en el centro comercial debido a que estaba discutiendo con este imbécil y recriminandole lo de siempre "Dices que no puedes amarme, pero no quieres verme con nadie más y bla bla bla" —Nayeon suspiraba—. Cuando se dió cuenta que HyunJin no tomaba su mano comenzó a buscarlo desesperadamente —la mujer reía sin gracia—. Estuvo veinte minutos con el corazón en la boca buscándolo, con millones de horrible ideas que lo atacaban hasta que lo había encontrado en una tienda llorando y preguntando por él, se odió a sí mismo. Se odió tanto que fue un golpe de realidad, estaba tan consumido en su dolor que por poco pierde lo único que realmente amaba... SeokJin lo soltó luego de ese episodio, pero no volvió a ser el mismo.

Jungkook suspiraba, su garganta hecha un nudo—. No puedo imaginar su desesperación

—Y la mía, me había llamado en el proceso en que lo estaba buscando y yo solo intentaba calmarlo mientras estaba como loca e igual de desesperada al otro lado. Casi lo mato —susurraba luego—. Pero a veces nos encerramos en nuestro dolor, siempre estuve para él... Luego de eso, dejé de ser su confidente. Se volvió un fuckboy y estaba bien con eso, pero se perdió demasiado en el papel no dejando entrar a nadie más y luego encontrando cierta satisfacción en dejar al otro imbécil esperando o con las ganas, o saliendo de la cama antes que él.

Jungkook fruncia el ceño—. ¿Lo siguió viendo? —preguntaba sorprendido y con un sabor amargo en la boca.

Nayeon resoplaba y asentían—. No es lo mismo, literalmente solo es basura para Jin. Kang Joon está jodidamente obsesionado con SeokJin, siempre fue así, solo es un maldito manipulador de mierda. Pero está obsesionado, no puede dejarlo.

Jungkook se sentía enfermo del estómago, no le gustaba cómo había sonado la última parte de todo aquello que Nayeon había contado. Le recordaba las palabras de SeokJin en la habitación de HyunJin, momentos atrás.

"Estoy fallado, Yeobo. Estoy roto"

Jungkook quería golpear "al sin rostro" que había echado a perder parte de la esencia de SeokJin. Pero él había sido muy honesto en tomar el asunto en sus manos y "repararlo". Un corazón roto se repara con amor, no sería nada fácil, pero Jungkook sabía que valdría la pena. Por dios, él incluso había intentado salvar su relación con Min Gyu casi un año atrás, definitivamente intentaría darle a SeokJin un cariño que tenía más que merecido.

Y quizás, quien sabe, enamorarlo... Jungkook era intenso, sí, pero no podría asegurar si estaba o no enamorado. Esto que sentía por Jin era totalmente nuevo y arrebatador. El deseo carnal, la química en la cama, la química en sí entre ellos. No quería irse a dormir en las noches "suponiendo" lo que sería estar con SeokJin, él quería estar con SeokJin.

Aunque el historial del hombre fuera mucho más de lo esperado.

—Eres bueno para él, eres muy bueno. Sonríe de forma diferente y por lo que Dahyun me contó, lo tienes totalmente a tus pies —mencionaba Nayeon.

—Oh, Dahyun, la barwoman —exclamaba, saliendo de sus pensamientos, pero aún viéndose consumido por estos.

Nayeon, volvía a sentir que su corazón se estrujaba—. Me recuerdas mucho al antigüo SeokJin.

Jungkook sonreía y luego suspiraba—. No sé si sabes que nos detestabamos porque yo soy muy soñador.

Nayeon hacía una mueca—. Tengo entendido que tú lo detestabas porque él es muy salvaje —exclamaba divertida.

Jungkook hacía una mueca y asentía—. ¿Él te lo dijo?

—Nop, la chismosa de Dahyun

— ¿Alguien dijo mi nombre? —resonaba la voz de la rubia en la cocina. En ese entonces cuando veía a Jungkook sus ojos se abrían enormemente—. Oh, dios. Te trajo aquí.

Claro, Dahyun y su novio también estaban invitados.

Jungkook reía—. Cómo que no tuvo mucha opción

—No se la dí —exclamaba Nayeon—. Tenías razón, es un ángel de ojitos grandes.

Jungkook se sonrojaba con el "Oh" saliendo de sus labios mientras que Nayeon y Dahyun se derretían sin tapujos por verlo tan adorable.

"Awww" sonaba en conjunto, justo cuando SeokJin entraba a la cocina con su camiseta levantada en sus antebrazos y frente descubierta. Sus cejas se fruncian...

— ¿Qué sucede aquí? —preguntaba al ver cómo las dos mujeres tenían acorralado a Jungkook.

Ambas volteaban y Nayeon tomaba la palabra—. Solo creemos que tu chico es adorable —Dahyun asentía con puchero.

SeokJin rodaba los ojos—. ¿Adorable, eh? —repetía de forma dudosa, Jungkook alzaba sus cejas y sonreía—. No estoy seguro... Usualmente ha sido muy ácido conmigo, por decir lo menos —se cruzaba de brazos frente al chico.

Jungkook hacía una O con sus labios—. ¿Por qué dices eso?

— ¿Qué? Es la verdad, has sido antipático y luego caliente como el infierno —afirmaba y Jungkook se sonrojaba mientras que las mujeres se reían y golpeaban a Jin por lograr que Jungkook se viera tímido y más adorable.

—Mujer, tu esposo necesita las verduras y tú —señalaba a Dahyun—. Tu novio se ve perdido... Ve por él. Vayan ambas —ordenaba el barman.

Nayeon tomaba el cuenco con las verduras que pondrían junto a la carne y lo miraba "fingidamente" mal—. Solo quieres meterle a Jungkook la lengua en la garganta.

Jungkook apretaba sus ojos evitando reír por ese comentario, Dahyun se reía camino a la salida de la cocina y SeokJin se encogía de hombros.

—Solo le meto la lengua porque es lo único que puedo meterle en casa ajena y con horario de protección al menor —respondía y justo ahí, Jungkook le daba un buen golpe al costado de su cabeza.

—Eres tan vulgar —soltaba gravemente, mientras SeokJin sobaba la zona afectada.

Y las risas femeninas abandonaban la cocina.

—Yeobo, eso dolió —acusaba el barman con un puchero.

Probablemente, el primer puchero en meses que Jungkook le veía. Lograba con facilidad derretir su corazón.

—Fuiste muy específico, Jin —respondía con otro mohín, pero luego sus manos se posaban en las caderas del otro hombre y lo atraían hacia él.

Los ojos de Jungkook eran dos galaxias inmensas, hermosas. Y sus ojos estaban igual. La mano de Jungkook despegaba y se posaba en su mejilla mientras lo miraba con una sutil sonrisa y SeokJin no podía evitar cerrar sus ojos e inclinarse hacia el toque.

—Gracias... —susurraba Jungkook.

SeokJin abría sus ojos y fruncía el ceño—. Aún no te atornille a la cama para que me agradezcas —decía con voz grave.

Jungkook se sonrojaba y calentaba al mismo tiempo mientras lo empujaba y gritaba su nombre.

—Joder, no hagas eso tan de repente —exclamaba el pelinegro.

SeokJin se reía y lo volvía a acorralar entre su cuerpo y la encimera, sus ojos negros estaban fijos en los labios de Jungkook, mientras lo notaba sutilmente nervioso y lo veía relamerlos con su lengua.

— ¿Por qué me agredeces entonces? —preguntaba seriamente.

Jungkook se encogía de hombros—. Por haber dejado de ser un idiota y haberme permitido acercarme a ti —exclamaba—. Sé que no debe ser fácil.

SeokJin lo miraba entrecerrando sus ojos y aclaraba su garganta—. ¿Nayeon te dijo algo?

Jungkook suspiraba—. Le hice un par de preguntas —susurraba cabizbajo—. Sé que estuvo mal, yo solo quiero saber más de ti, pero tú no me dices todo lo que deseo saber.

Podía sentir como el cuerpo de SeokJin estaba más tenso frente a él. Se temía que nuevamente pudiera arruinarse el momento, pero esconderle que había hablado con Nayeon cuando claramente SeokJin había preguntado al respecto, era una receta para el desastre ocultarle su curiosidad.

SeokJin suspiraba—. Pregúntame a mí de ahora en más, pero... Tenme paciencia ¿Ok? Es bastante obvio que soy bueno para follarme a personas y endulzarlos a mi modo diciendo todo lo que quieren oír y no hacerlos sentir rechazados, pero claramente olvidé como relacionarme realmente en profundidad —admitía.

Jungkook sentía que su corazón saltaba o danzaba dentro de su pecho. Estaba arruinado por ese hombre, pero no podía evitar sonreír y enroscar sus brazos alrededor de largo cuello de SeokJin.

—Tendré toda la paciencia del mundo —luego sus labios besaban sutilmente los de SeokJin, suave y sin apuro, con poca presión se alejaba y sonreía.

SeokJin había cerrado los ojos una fracción de segundo y los abría para mirarlo fijamente con pupilas dilatadas.

—Mírate —susurraba el barman—. Si eres adorable —añadía con un tono de sorpresa.

Jungkook rodaba sus ojos y lo imitaba con un tono sardonico, pero antes de siquiera terminar aquella imitación, SeokJin lo besaba. Estampaba sus labios a los de Jungkook un poco más fuerte y firme, luego mordía el labio carnoso inferior del que el pelinegro era dueño y lo obligaba a abrir sus labios para darle paso a su lengua.

Sus brazos se enroscaban en la diminuta cintura del chico y lo apretaban con ganas mientras se adueñaba de su boca con un beso intenso y desgarrador que hacía a Jungkook temblar y sentirse a flor de piel, ardiendo y deseando. Incluso gimiendo cuando los dientes de Jin rastillaban su labio inferior y con su lengua calmaba cuál bálsamo.

Era un beso sucio e intenso.

—Dios~... —gemia Jungkook, llevando su mano al cuello de SeokJin para alejarlo medio segundo. Sus ojos estaban desorbitados y muy negros, sus mejillas sonrojadas y sus labios rojos e hinchados—. ¿Te quedarás en mi apartamento esta noche? —preguntaba con su otra mano engullendo parte de la ropa de SeokJin.

El barman tenía una mirada lobuna intensa que hacía juego con sus labios carnosos y rojos.

—Sexo de reconciliación, definitivamente me quedaré contigo ¿No era algo obvio? —se mofaba con ternura y la vez, jodidamente candente.

Jungkook asentía, en estado de lujuria en erupción.

—Solo quiero asegurarme —respondía, empujándolo lejos y limpiando su belfo inferior de forma tan seductora que dejaba a SeokJin ardiendo, tal y como había dejado al pelinegro con ese beso pasional.

Cuando la visita llegaba a su fin, SeokJin se encontraba ansioso y le resultaba extraño porque hacía ya hace un tiempo que no se sentía de "esa forma" por nadie. Pero Jungkook le había sonreído en ocasiones random, acariciado sutilmente en otras, para que solo él supiera que lo había tocado. Y luego jugaba mucho con HyunJin y se reía de los malos chistes de Nayeon.

El chico encajaba tan bien en su pequeña y extraña familia que, cuando se habían despedido de la pareja de la casa, la pareja invitada y su pequeño hijo, tener a Jungkook en su vehículo hacía que se sintiera como un adolescente virgen y hormonal que no sabía que hacer para poder llamar la atención de crush.

Él solo deseaba poner sus manos y boca por sobre todo el cuerpo del chico. Este parecía indiferente a la tensión que emanaba del cuerpo de SeokJin, por lo que sonreía y le contaba algo que había hecho con HyunJin y Dahyun mientras reía, se estiraba sobre el asiento y ajustaba su cinturón de seguridad.

SeokJin lo veía sonreír y hablar sin parar que, no estaba seguro que era esa sensación cálida y burbujeante en su pecho, haciendo cosquillas en la punta de su lengua para decir alguna idiotez mientras Jungkook sonreía con dientes y todo.

— ¿Qué? —preguntaba el pelinegro de repente, cuando notaba que estaban listos para partir, pero SeokJin no arrancaba el auto.

El barman se sentía atrapado en medio de algún acto, por lo que alzaba sus cejas y rebuscaba entre palabras, pero se sentía extrañamente perdido.

—Sólo quiero tenerte desnudo de una jodida vez y poder atornillarte a la cama hasta que ninguno de los dos tengan ganas de respirar y luego volver a empezar —respondía a cambio.

Jungkook se sonrojaba una vez más, solo un poco en shock, pero relamía sus labios y asentía totalmente de acuerdo. Tan dócil y hermoso que, SeokJin estaba más que seguro que lo tomaría en el jodido auto.

—Entonces enciende el auto de una vez porque estoy totalmente a bordo de la idea.

La voz dulce de Jungkook había salido más ronca y SeokJin de inmediato sentía un tirón en su polla, de inmediato giraba la llave y encendía el motor del auto, arrancaba, pero frenaba de repente y tomaba a Jungkook de la nuca para jalarlo, besarlo de una forma más posesiva y cruda de que lo había hecho en la cocina de Nayeon.

Y lo más excitante de todo el asunto era que Jungkook parecía derretirse bajo su toque y los besos posesivos que le estaba dando, no se parecía en nada a sus inicios. Meses atrás donde simplemente él era todo lo que Jungkook no quería e incluso Jungkook lo calentaba de pies a cabeza, pero él solo quería huir de ese chico soñador y demasiado románticamente ambicioso.

Ahora estaba seguro que no quería soltarlo, de hecho no podía soltarlo aún y todavía no habían salido del cordón porque su mano sostenía la cabeza de Jungkook y sus dedos se enredaban en sus hebras. Le provocaban cosquillas al otro hombre que estaba siguiéndole el paso a la hora del beso, mientras gemía suavemente por las sensaciones. SeokJin lo soltaba por falta de aire y daba una, dos y tres mordidas al labio de Jungkook. Luego bajaba a su mentón con otras mordidas que se dirigían al cuello de Jungkook y hacían a este suspirar y ahogar sus gemidos.

—Jin~... Haces que sea muy difícil pensar. Llévame a casa y cumple tus sucias promesas, quiero ver lo que se siente "sexo de reconciliación" contigo —susurraba juguetón.

Y el barman caía en picada en esos ojos y esa sonrisa de ensueño. No sabía en qué momento le había dado a Jungkook el poder de hacerlo... "Feliz" pero lo había hecho y estaba demasiado embobado como para asustarse de lo tan metido que estaba en Jeon Jungkook, aunque aún le costará decirlo en voz alta sin que sus piernas tiemblen y su pulso se acelere cual demente a juego con los latidos de su corazón.

Llegué, mejor tarde que nunca, no?

👁️👄👁️

Con amor, niñita NanyKoo 💜

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