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.12

La cena con los chicos Kim había sido muy entretenida. Jungkook acostumbraba a cenar solo, pero no esa noche y le había gustado como había transcurrido toda la cosa.

HyunJin era un personaje muy peculiar y hacía muchos chistes de papá que provocaban a Jungkook a reír a carcajadas. Sus dientes lucían orgullosos y su risa era un constante desafinado "ha ha ha" y SeokJin lo miraba embobado. Sonaba como una risa aniñada y adorable, le encantaba como sonaba a sus oídos, le encantaba como se veía. Los ojos de Jungkook se arrugaban y él se perdía en su rostro.

«Hermoso» pensaba, luego sacudía su cabeza.

— ¿Qué número no se puede contar, Jungkook-ah hyung? —preguntaba el niño, ya con el postre sobre la mesa.

—Mmm, no lo sé ¿Cuál? —preguntaba curioso.

SeokJin debía de reconocer el esfuerzo, era el chiste número veinticinco y Jungkook aún se reía.

—El "sin-cuenta" —soltaba con su boca llena de helado de chocolate.

La imagen era adorable, era un mini Jin lleno de chocolate en la boca, riendo como si fuera el mejor comediante. Jungkook ya lo adoraba y no podía evitar reírse fuerte al respecto.

—Bueno, HyunJinnie... Ya cariño, dejarás a Jungkook sin risas —mencionaba SeokJin.

— ¿Puede pasar eso? —preguntaba el niño abriendo sus ojos—. Entonces no te haré reír más, sino luego mi papá se quedará sin tus risas y le gustan mucho —afirmaba preocupado.

SeokJin alzaba sus cejas y Jungkook hacía una pequeña "O" con sus labios.

— ¿Quién dijo eso? —desmentía al niño.

HyunJin chasqueaba su lengua y palmeaba el brazo de SeokJin—. A-ppa, tus ojos brillan mucho cuando Jungkook-ah Hyung sonríe, así que yo lo digo —se tocaba su pecho muy seguro de sus palabras.

SeokJin sentía que sus mejillas se tornaban rojas y Jungkook mordía su labio inferior ante la observación del niño.

— ¡Aish! Que cosas dicen los niños hoy... Ya, despídete de Jungkook, tenemos que llevarlo a su casa.

El pelinegro negaba—. No es necesario, puedo tomar un taxi —mencionaba, intentando esconder las ganas que tenía de hablar más sobre los ojos brillosos de SeokJin cuando lo veía sonreír.

—No, Yeobo. Te hice venir sin tu auto porque prometí llevarte...

—A-ppa no dejará que te vayas en taxi —aseguraba HyunJin.

—Exacto, ya deja de comer helado y ponte algo en los pies. Vamos... —ordenaba, quitándole el tazón restante de helado de chocolate. Jungkook se le quedaba viendo fijamente—. ¿Qué? —preguntaba.

Jungkook alzaba sus brazos y negaba—. Nada, solo te observo... No me di cuenta que te brillan los ojos cuando sonrío —se burlaba relajado.

SeokJin negaba, mirando hacia otro lado y riendo—. Los niños dicen cosas fascinantes... —mencionaba, poniéndose de pie y levantando la mesa.

—Claro, seguro —afirmaba, ayudándole.

Con solo miradas que decían mucho y a la misma vez nada, Jungkook se dejaba llevar a su casa por los chicos Kim. Al llegar, HyunJin terminaba dormido en el asiento trasero, por lo tanto el interior del auto de Jin era silencioso y cómplice.

Cuando se detenía frente al apartamento, Jungkook suspiraba y se quitaba el cinturón, aclarando su garganta, miraba a SeokJin:

—Me divertí mucho hoy.

El barman sonreía e imitaba la acción de quitarse el cinturón, cuando quedaba libre, su brazo se extendía y con sus nudillos, acariciaba el rostro de Jungkook. El chico nuevamente cerraba los ojos y se inclinaba sobre el toque.

Derretía el frío corazón del hombre frente a él. De hecho, su sola presencia hacía estragos con SeokJin.

«No deberías acariciarlo así» se regañaba y su mano abandonaba el rostro de Jungkook repentinamente.

— ¡Auch! —soltaba el pelinegro, una sonrisa torcida y no podía evitar negar con su cabeza.

—Dilo... —suspiraba SeokJin.

Jungkook reía—. No diré nada, tú solo te das cuenta —susurraba y luego miraba a HyunJin dormír—. Saludalo de mi parte, no resistió el viaje.

SeokJin miraba hacia atrás y el niño estaba verdaderamente dormido.

—Le agradas mucho —mencionaba, mirando la bonita sonrisa que tenía el chico mientras contemplaba a su hijo.

—Bueno, él también me agrada a mí, incluso puedo asegurar que lo adoro. Es más listo que tú—y luego sonreía—. Te veré por ahí —añadía con toda su fuerza de voluntad, palmeaba la pierna del barman y salía rápidamente, antes de hacer alguna idiotez.

SeokJin quedaba descolocado en su lugar, viendo cómo Jungkook le sonreía desde afuera mientras rodeaba el frente de su vehículo para subir a la acera y dirigirse a su apartamento. Sus pies picaban por bajar, los de Jungkook pesaban no queriendo alejarse, cuando comenzaba a poner la clave, estaba tomando todo de su fuerza de voluntad por no girar y mirar una última vez a SeokJin. Ya había cedido demasiado y estaba agotado por esa noche.

Cuando la puerta de su edificio se abría, sentía la mano de SeokJin en su cintura y como lo giraba sorpresivamente, casi haciéndolo tropezar por lo cual sus manos se posicionaban en el pecho del castaño. Sus ojos denotaban sorpresa, pero brillaban como una noche estrellada hermosa para el mayor.

— ¿Qué significa que me verás por ahí? —preguntaba SeokJin.

Su aliento cálido golpeaba el rostro de Jungkook.

El pelinegro pasaba saliva—. Significa que estoy dejándote respirar... —respondía, luego se paraba mejor, pero SeokJin igual lo sostenía de la cintura, cerca y apretado. Podía sentir los músculos ajenos total y completamente tensos, su cuerpo estaba pegado al del barman y la presión en su parte baja lo hacía ponerse demasiado ansioso, hambriento. Sin disimular, suspiraba y dejaba caer suavemente su frente a la ajena—. Si no vas a decir nada, tengo que entrar... Mañana me espera un día largo.

SeokJin no estaba tan diferente a Jungkook, podía sentir ese cuerpo tonificado tenso y caliente. Le gustaba el aroma de Jungkook y como encajaba en sus brazos. Le encantaba como descansaba su frente en la suya y lo hermoso que se veía desde cualquier ángulo y aún, tan pero tan cerca de él.

Jungkook suspiraba—. ¿Y por qué bajaste? —preguntaba, alejándose un poco y alzando la vista.

SeokJin abría su boca y nada salía de ella. Jungkook alzaba sus cejas, esperando.

—No me saludaste —exclamaba, encogiéndose de hombros.

Jungkook fruncia el ceño y evitaba sonreír—. Lo hice, te dije: "te veré por ahí".

SeokJin resoplaba—. Eso no es un saludo... —rodaba los ojos.

Jungkook sonreía y se cruzaba de brazos—. ¿Qué tipo de saludo quieres? ¿O qué tipo de saludo puedo darte? ¿Quieres un abrazo? ¿Quieres un beso en la mejilla? ¿Aquí? —tocaba con la punta de su dedo índice, la comisura de los labios de Jin, luego los movía unos centímetros y acariciaba el labio inferior del barman—. ¿Un beso aquí? —susurraba suavemente.

La voz suave de Jungkook era sensual... Hacía cosas raras con todo su cuerpo. Y su rostro y sus ojos.

—No lo sé —susurraba.

Jungkook suspiraba y dejaba caer su mano y su cabeza.

— ¿Qué hicieron contigo para que seas tan malo a la hora de relacionarte con otro hombre? —cuestionaba—. Me pides que no te tome en serio, pero me miras de esa forma que me encanta... Y no lo estoy imaginando. Me pides que no me ilusione, pero me besas y sé que luego no quieres dejar de hacerlo —Jungkook respiraba—. Me pides que no te vea cómo nada más que una jodida de una noche, pero te dije que sé cuidarme solo y que me gustas... —el pelinegro se encogía de hombros—. Admiti lo más difícil e importante, me gustas. Así de imbécil y ni siquiera tan imbécil, solo estás algo fallado

—Exacto —añadía SeokJin, sin saber que decir.

Jungkook gritaba de repente frustrado—. ¡Por dios! Te gusto, yo te gusto... —exclamaba, tocando su propio pecho—. ¿Por qué pretendes que no te pasa nada? ¿O por qué quieres pretender que solo es atracción física? —Jungkook daba un paso hacia adelante y se aferraba a la cintura de SeokJin, acariciaba su nariz a la ajena y lo sentía aspirar fuertemente por sus fosas nasales y tensarse por su cercanía—. No sé cómo manejarme, soy aficionado a las citas y ni siquiera sé si puedo pedirte una ¿Por qué? ¿Por qué eres tan terco? —susurraba sobre sus labios.

Al instante, sentía la mano de SeokJin sobre su mejilla y como estrellaba sus labios a los suyos. No podía evitar gemir satisfecho y frustrado al mismo tiempo, abriendo su boca para que su lengua y la de SeokJin volvieran a reencontrarse, acariciarse y saborearse.

Ahora ambas manos del barman tomaban su rostro mientras le fundía el cerebro y las pocas ideas ordenadas con esa boca. Esos labios salvajes frotándose a los suyos. Su lengua tomando posesión del beso. Adueñándose del ritmo, de su boca... Adueñándose de él. Jungkook aspiraba fuertemente para no acabar el beso, para seguir comiéndose la boca ajena con las mismas ganas que no habían menguado ni un poco.  Pasar casi todo un día con SeokJin le había hecho darse cuenta que era una maldito muerto de hambre por el tipo en cuestión.

Antes no podía ni verlo y ahora sentía que se ahogaba sin él. La intensidad de su porpia atracción y sus sentimientos revueltos lo tenían mareado. Y los besos de SeokJin, lo volvían un maldito ebrio de amor. Pero no podía decir eso, SeokJin era como un gatito que se encuentra en la calle, al cual si intentas acariciar por demás o tomarlo a la fuerza, solo lograrías asustarlo.

Jungkook sabía que debía de andar con cuidado, pero inclusive SeokJin estaba desatado, aunque solo queriendo asegurar que todo se trataba simplemente del buen sexo. Jungkook era un soñador, sí, pero haber sido un aficionado a las citas, le había hecho darse cuenta que ningún tipo jamás lo había besado y mirado como lo hacía SeokJin.

Aunque este quisiera negarlo y ahí estaban. Bebiendo de la boca del otro como si no lo hubieran hecho horas atrás.

Pero una garganta se aclaraba y ambos se separaban. Solo sus bocas, SeokJin seguía acunando su rostro y Jungkook seguía aferrado a su cintura.

— ¡Oh! Umm- ¿DongHan, cierto? —saludaba a su vecino y se alejaba del barman, limpiando sutilmente la comisura de sus labios.

Este era el tipo que lo había intentado conquistar meses atrás en la cafetería, cuando había conocido también a SeokJin, el mismo que ahora se conformaba con saludarlo y verlo de lejos. Jungkook era una exquisitez para la vista de su vecino, quien ahora tenía sus cejas alzadas en sorpresa. SeokJin lo había reconocido también, tenía buena memoria fotográfica y era bueno recordando rostros, así podía evitarlos con facilidad luego.

—Sí, el mismo —respondía, mirando incómodo y sorprendido, en partes iguales a SeokJin al lado de Jungkook—. No sabía que tenías pareja —daba su observación en voz alta—. El hombre que te dará la casa y la familia mencionada tiempo atrás ¿Eh?

Jungkook abría sus ojos, relamía sus labios y no le debía nada al tipo, pero tampoco tenía por qué mentirle.

—Oh, él es-...

—Kim SeokJin —estiraba su mano para saludar al tipo. Tenía toda esta aura de macho alfa a su alrededor y Jungkook se le quedaba viendo cuando lo atraía nuevamente a su cuerpo, poniendo su mano en su cintura, ceñida allí—. Creo que te ví cuando intentaste abordarlo en la cafetería, meses atrás y te rechazó muy a su estilo —reía ladino.

Jungkook lo observaba atónito, ajeno a la sorpresiva mirada de su vecino, solo lo notaba cuando reía incómodo y lo contemplaba rascando su nuca.

—Sí... Bueno, no soy su tipo, así que no lo intenté —se encogía de hombros—. Igual seguimos siendo vecinos —el tipo le guiñaba el ojo y Jungkook sentía como SeokJin enmarañaba su ropa, a la altura de su cintura—. Siempre es un placer verte ir y venir —soltaba, poniendo la clave en la puerta.

—Hijo de-... —susurraba SeokJin, pero Jungkook ponía su mano sobre el pecho del castaño y lo miraba sorprendido. El vecino en cuestión, reía divertido y se metía rápidamente adentro, solo por si acaso y Jungkook no sostenia bien a SeokJin—. Aish, es un imbécil... —exclamaba, chasqueando su lengua. Jungkook lo miraba sin decir nada—. ¿Qué?

El pelinegro suspiraba—. ¿Lo preguntas en serio? —cuestionaba con seriedad, luego se alejaba del agarre de SeokJin.

—De acuerdo... Sí, soy un imbécil

—No sé si reír o golpearte al respecto —cuestionaba—. Ahora me celas descaradamente, no es la primera vez que lo haces... Pero sí luego de saber que me gustas, pero me pides que no vaya por tu camino.

SeokJin suspiraba—. Lo siento, no sé cómo hacer esto...

—Oh, sabes cómo hacerlo —añadía Jungkook—. Sabes muy bien como hacer esto, solo que eres un cobarde —susurraba.

SeokJin abría su boca para responder, pero la voz adormilada de HyunJin, sonaba desde su auto.

—A-ppa... Ya vamos a casa, Jungkook-Ah Hyung llegó a salvo —exclamaba, fregando su ojito, mientras volvía a levantar la ventanilla.

—Llévalo a casa —mencionaba Jungkook—. Lamento ser esto... Sé que soy jodidamente intenso, lo sé y no te culpo. Soy el rey del drama, ya lo sabes... Pero tú necesitas-... —Jungkook apretaba sus puños y sus labios—... Necesitas dejar de ser tan cobarde y admitir que soy más que un simple revolcón, porque noticia de última hora —susurraba cerca de su rostro—. Ya lo sé. Todos lo saben... Inlcuso tu hijo. SeokJin iba a responder, pero Jungkook tapaba su boca—. Solo vete... Si sigo viéndote, voy a querer golpearte y luego besarte y luego golpearte de nuevo —y así como si nada, lo empujaba suavemente y se metía a su apartamento.

Cuando caminaba hacia el elevador, seguía mirando a un SeokJin que aún no se movía de su puerta. Jungkook reía cansino, negaba con su cabeza y lo saludaba con un ademan entre relajado y estresado.

—Ay, si soy un imbécil... —susurraba SeokJin.

— ¡A-ppa! ¡Vamos, Jungkook ya entró, deja de mirar hacia adentro! —soltaba su hijo otra vez.

—Lo siento, campeón. Lo lamento —una vez dentro, verificaba que HyunJin tuviera el cinturón nuevamente apretado y correctamente puesto.

— ¿Jungkook-Ah y tú ya son novios?

— ¿Qué? ¿De dónde sacaste eso? Solo somos amigos —exclamaba. HyunJin rodaba los ojos—. Oye, no me hagas eso

—No me mientas entonces —decía el niño con puchero.

—Yo no miento —respondía SeokJin, con otro puchero igual de adorable.

Dios, el niño era su reflejo.

—Sé que solo soy un niño, pero los amigos no se besan en la boca como tú y Jungkook-Ah Hyung —soltaba, el barman alzaba sus cejas—. Tú besas a Jungkook como Chanyeol a-beo-nim besa a eomma... Incluso más —asentia abriendo sus ojos de forma inmensa.

SeokJin estaba entre entrar en pánico y reír.

Pero optaba por reír—. Kook es... Es demasiado bueno para papi —respondía con suavidad.

HyunJin torcía su cabeza y negaba—. Jungkook-Ah y tú son buenos juntos. Tú cuidas de él y él cuida de ti —luego sus pequeñas manos tomaban el rostro de SeokJin—. Y tus ojos brillan mucho cuando lo miras y yo le caigo bien. Él es perfecto —sonreía adorablemente.

SeokJin sentía cierta nostalgia cuando recordaba a Jungkook y todas sus palabras. Su garganta se cerraba solo un poco, despienaba a su hijo en un ademan cariñoso y fraternal, para luego conducir a su apartamento y no pegar un ojo en toda la noche.

La semana de Jungkook había iniciado demasiado movida. El spa de su madre cumplía sus buenos doce años y llegaba el momento de celebrarlo, por lo que comenzaba a hacer cuentas y comenzaba a buscar lugares donde puediera llevar a todo el personal y a sus familias para festejarlo como se merecían. No había faltado a ninguna fiesta, pero sería la primera en la que no estaría con Min Gyu.

El año anterior, muchos habían preguntado para cuando la boda, Jungkook sonreía y Min Gyu igual, aunque entre los dos, Gyu siempre era el más tenso.

Resoplando se recostaba sobre su silla y llevaba su cabello hacia atrás, no sabía por qué había pensado en su ex. Tenía que admitir que enterarse de su compromiso había sido menos doloroso de lo esperado y todo se debía a qué estaba más que hasta la médula de Kim SeokJin y al parecer no lo sabía.

—Ay, lo que me faltaba... Fijarme en el chico demasiado lastimado en el pasado como para darme una maldita chance —suspiraba y fregaba su rostro.

Tampoco había dormido bien luego de su despedida. SeokJin aún no había enviado nada... Pero no esperaba que lo hiciera, al fin de cuentas era SeokJin. Un tipo que lo traía loco, al que posiblemente también lo tenía loco, pero no haría nada al respecto porque no se creía bueno para él y toda la excusa barata que venía con eso.

¿Jungkook era intenso? Sí.
¿Se enamoraba con facilidad? No del todo, pero idealizaba sus encuentros y citas, más que a los hombres en sí, esperando a que florecieran en algo más.

Era más que claro que estaba enamorado de la idea del amor y el matrimonio, pero problamente, como su madre le había dicho, Min Gyu no había sido el amor de su vida, solo su primer amor o quizás ni eso y por eso no se veía tan afectado por la noticia, ni siquiera lo había pensado hasta ese momento en el que estaba comparando sus sentimientos solo para saber con exactitud hacia donde iba con esto.

Se había puesto a pensar como se sentía con su ex, los encuentros que había tenido con otros amantes y como todo su cuerpo vibraba ante la sola compañía de SeokJin.

Suspiraba, apoyando sus brazos en la mesa y descansando su frente sobre las palmas de su mano, para luego sostener su cabeza y resoplar.

—Así es como se siente estar realmente bien jodido... Y eso fue el eufemismo del año —antes de que pudiera lamentarse, su teléfono sonaba, cuando veía el identificador su contador le llamaba—. Señor Oh —saludaba amablemente.

No le parecía extraño que el hombre se comunicará con él antes de tiempo, sabía que el señor Oh ya no podía estar tan disponible como en el pasado debido a su delicada salud, por lo que estaba pasando a sus mejores clientes con su sobrino.

Básicamente Jungkook lamentaba perder al hombre, pero confiaba si se lo había dejado a merced de su sobrino, ahora solo quedaba acostumbrarse, así como en su momento dicho señor Oh, había comenzado a tratar con él y no con su madre.

Para el momento en que la llamada había finalizado, notaba que tenía un mensaje de SeokJin. Sus ojos se abrían y lo leía con su pulso acelerado, pero chasqueaba su lengua y suspiraba.

—Solo es un maldito mensaje... —se reprendía—. A ver... Ya —volvía nuevamente a tomar su teléfono y cuando abría el mensaje, se sorprendía.

Ese día en el bar, antes de que Jungkook recibiera su mansaje, SeokJin se encontraba haciendo el inventario junto a Daehyun, como era inicio de semana el bar se encontraba cerrado en ese horario y tenían que reponer mucho de todo.

Se encontraba revisando, haciendo cuentas y tenía un increíble puchero y sus cejas fruncidas eran protagonistas en su rostro tallado.

—De acuerdo ¿Que sucede contigo, jefe? —cuestionaba la rubia, casi tan tatuada como él, pero con un rostro aniñado con ojos gigantes y negros.

SeokJin suspiraba, soltaba la birome y la miraba fijamente, al otro lado de la barra.

— ¿Por qué crees que sucede algo conmigo?

—El inventario suele ser extrañamente revitalizante para ti porque ves lo mucho que crece "Lips" y reponer mucho significa vender el doble... Pero hoy tienes cara de pocos amigos y como empleada de aquí, puedo asegurar que no nos está yendo mal para que tengas ese rostro pintado tan mal humorado —soltaba con ese tono condescendiente y algo divertido con el que siempre se dirigía a SeokJin.

El barman reía secamente—. Estás delirando, cariño. Estoy muy bien —alzaba sus cejas y pintaba una sonrisa de calma, totalmente falsa.

Daehyun rodaba los ojos—. Seguro que tu problema tiene nombre y apellido. Mide 1,78 o 1, 80 centímetros. Tiene bonitos ojos, rostro y sonrisa angelical con un cuerpo de infarto y una voz suave y melodiosa.

SeokJin resoplaba—. ¿Por qué dices su nombre?

—Oh, si es por él... Y yo no dije su nombre —se burlaba, girando para seguir con su trabajo.

SeokJin golpeaba el cuaderno con la birome y movía sus piernas, Daehyun ya había tirado la caña, él solo tenía que-...

—Lo celo como si fuéramos algo... Y no lo somos —añadía, la rubia sonreía, SeokJin no podía verla—. No sé que somos... —susurraba.

Daehyun limpiaba sus manos, tomaba dos cervezas y las abría para darle una a Jin y otra para ella misma, pero esta vez optaba por sentarse al lado del barman.

SeokJin tomaba la botella y le daba un largo trago.

—De acuerdo... Tomando coraje...

—Lo que te dije es básicamente el resumen y lo más importante. Él no es mi pareja y yo... Mi cabeza está revuelta —mencionaba.

— ¿Tu cabeza o tu corazón, jefe? —preguntaba.

SeokJin suspiraba—. No soy bueno para él —exclamaba con preocupación—. Jungkook es-... Él es precioso, Dae. Simplemente no soy bueno, voy a lastimarlo.

La rubia lo miraba pensativa—. Esa es la excusa que dices porque en realidad tienes miedo de que él te lastimé a ti —aseguraba, bebiendo su botella.

—De acuerdo, quizás... No lo sé

—Solo admite que te gusta, ve por él... Ni siquiera te gusta, te encanta Jungkook. ¡Joder! Te brillan los ojos, no puedes dejar de verlo si está cerca. Tienen esta química intensa cuando están juntos. Solo date una chance... No siempre fuiste así, no olvides que soy amiga de Nayeon y sé que siempre fuiste un tipo romántico que se metió con el hombre equivocado...  Kang fue un imbécil que te arruinó, pero supéralo... No seas él.

SeokJin relamía sus labios y su mentón descansaba sobre su mano.

—Realmente no quiero lastimarlo...

—No lo harás... Lo lastimas haciendo esto —la rubia le señalaba—. Te alejas, eres frío y caliente. Le das esperanzas y luego lo saboteas. Te saboteas a ti mismo. Date y dale una chance, ustedes serían geniales juntos y sino funciona, al menos lo intentaste

—Eso no es un buen consejo —respondía.

—Si lo es ¿O quieres dejar a Jungkook como el chico del "y que hubiera pasado si"?

SeokJin la miraba con esos ojos intensos, intentando lucir impenetrable.

— ¿Qué habría de malo en decir que no? —susurraba SeokJin.

Daehyun apretaba su brazo—. ¿Qué habría de malo en decir que sí? —el barman resoplaba—. Cuando te enredas con un chico tú no piensas...

—Exacto...

— ¿Por qué piensas tanto ahora entonces? —añadía.

—Ay, Dae

—Dae nada. Hablo en serio —respondía la rubia, firme y decidida—. Usualmente follas una vez y a otra cosa mariposa, te aburres y no te interesa probarlo una vez más... ¿Pero te aburriste de Jungkook? ¿Te cansaste de besarlo? ¿De tocarlo? ¿De ver cómo se pone cada vez que estás cerca, cada vez que lo tocas y lo besas? —la chica era insistente y los recuerdos de SeokJin simplemente se activaban—. Ahí está esa mirada hambrienta

—Pusiste imágenes en mi cabeza —acusaba, su cuerpo estaba caliente y sus pupilas dilatadas.

—Solo deja que la cosa avance. Quieres verlo, llámalo. Quieres besarlo, besalo. Quieres celarlo, hazlo... Quieres quedarte con él luego de follar, quédate. Abrazalo, solo deja de intentar terminar algo que recién está comenzando —SeokJin la miraba con preocupación—. No me veas así, no dejes que Kang Joon gane. Pudiste superarlo e incluso usarlo a tu antojo, pero sigues estancado en el amor... Kang termina ganando de una forma u otra. Tú no eres como él.

Luego de eso, no dejaba que el barman dijera nada más porque incluso sabía que había dicho más de lo necesario, pero no sé arrepentía. Ella había conocido al viejo Jin, sabía que ese hombre seguía allí dentro de él. Y tenía más que seguro que Jungkook era la clave para romper su cascarón.

Cuando habían terminando el inventario y hecho la nueva lista de pedidos, tomaba su teléfono y se replanteaba sobre si era buena idea o no, llamar a Jungkook. Había jugado con su teléfono, hasta que había sentido que sus bolas eran lo suficientemente grandes como para animarse a escribirle si estaba libre para un llamado.

Después de enviado, Jungkook llamaba antes que él pudiera hacerlo.

— ¿SeokJin? —decía apenas era atendido.

—Hey, niño bonito —saludaba. Jungkook reía, SeokJin podía imaginar que era esa sonrisa torcida suya tan peculiar—. ¿Molesto?

— ¿Cómo puedes molestar cuando soy yo quien te llama? —le respondía con ironía.

—Pero fui yo quien comenzó con la interacción de hoy

Y tengo que darte gran crédito por eso —halagaba con dulzura.

—Me gusta eso... ¿Qué más puedo obtener aparte de más crédito?

Jungkook tarareaba pensativo—. No lo sé ¿Qué quieres de mí?

Y joder, esa pregunta abarcaba mucho. Sentía el nudo en su garganta y sus manos sudar. Sabía cómo jugar a la hora de follar y dejar, pero se sentía un completo novato con esto del "romance y algo más".

—Hay una película en estreno que quiero ver... —soltaba relajado.

Oh, hace años no voy al cine —mencionaba el pelinegro.

—Autocinema "Park Dong-ju" —exclamaba—. ¿Tú y yo, en una cita oficial? —preguntaba entre dientes, nervioso. Jungkook quedaba en silencio un gran tiempo, hasta que SeokJin verificaba si seguía en linea—. ¿Estás ahí?

Jungkook reaccionaba, que nunca se enterará que había saltado de su silla en su oficina y había ahogado un grito de sorpresa.

Umm, sí. Definitivamente, me encanta la idea, nunca he ido al autocinema —respondía.

SeokJin respiraba—. Genial. Te encantará... Lo prometo —su voz era más ligera y sensual.

Seguro que sí —respondía Jungkook de igual forma.

Se sentía como un estúpido adolescente ante ese flirteo.

—Bien, seré honesto. Mi semana está repleta. Tenemos algunos días reservados para festejos especiales, la primera es el jueves, pero estaré libre para las once porque otros chicos van a cubrirme... ¿Te parece bien ese horario y día? Luego trabajo hasta tarde —mencionaba con sinceridad.

Jungkook asentía al otro lado—. De acuerdo, jueves a las once pasaré por Lips, yo también tengo cosas que hacer aquí y una fiesta aniversario que planear... Así que me parece perfecto poder desenchufarme casi al finalizar la semana.

—Genial... ¿Entonces, hasta el jueves? —mencionaba.

Intentaré pasar a saludarte antes del jueves ¿O eso es demasiado para ti? —preguntaba el pelinegro.

SeokJin reía—. Mentiría si dijera que no me gustaría verte antes, aunque sea un saludo al pasar por la vereda de mi bar...

Perfecto.

Jueves había llegado más de lo esperado, pero no se habían visto antes. Lamentablemente Jungkook se había visto más que ocupado en el spa, temas laborales, tema de la fiesta aniversario y había conocido a su nuevo contador. Un tipo joven y atractivo que podría haber jurado, le había coquetada un tercio del tiempo juntos.

Pero Jungkook solo tenía cabeza para un hombre.

Camino al bar Lips, lo sentía más ruidoso que de costumbre. Había gente afuera, adentro y en el fondo, celebrando a alguien que cumplía años... Al parecer, al menos estaban cantando el cumpleaños feliz y eso era un indicio.

Cuando llegaba a la barra, Daehyun lo saludaba sonriente.

—Mira lo que tenemos aquí —soltaba la chica.

Jungkook sonreía—. ¿Está aquí o huyó de que llegara? —se reía, pero a decir verdad, esperaba que no fuera cierto.

—Tu hombre se está poniendo pasable arriba, puedes subir, si te animas... —señalaba las escaleras, Jungkook la miraba y Daehyun lo alentaba a subir, hasta que finalmente lo hacía.

El lugar estaba repleto y ruidoso ¿Cómo podía Jin tener un apartamento arriba de esta locura? Él no podría, nunca.

Cuando llegaba veía un par de puertas, ese lugar era más grande de lo esperado, pero optaba por ir en dirección a la puerta que no era de vidrio y que no decía que era un baño, las probabilidades de errar eran pocas.

Golpeando fuertemente, esperaba. Ansioso, suspiraba y se movía inquieto.

— ¿Será que siquiera puede oír-...? —la puerta se abría antes de que pudiera continuar su sentencia.

SeokJin lo atendía con su torso desnudo. Estaba a medio vestir y olía a fresco y dulce.

Jungkook relamía sus labios.

—Yeobo... —saludaba.

No estaba seguro si lo había oído o había leído sus labios carnosos rojos y brillantes, quizás ambas.

—Tú planeaste atenderme así ¿Cierto? —preguntaba.

SeokJin reía como el buen culo engreído sensual que era, tomaba su remera y lo arrastraba dentro, cerrando la puerta tras él y apoyándolo sobre esta. Cerca, sensual, intimidante y hambriento.

—Viniste —susurraba, acariciando el rostro de Jungkook.

El chico alzaba su mentón—. Si se dudaba sobre la presencia de alguien en esta cita, no era la mía. Por supuesto que iba a venir, aunque no estaba seguro que estarías esperando —sus manos se aferraban a la cintura estrecha del barman, y acariciaba la piel allí—. Pero es injusto que me recibas así —soltaba con su voz ronca.

Se preguntaba si SeokJin tenía algo en particular en sus paredes, porque la acústica dentro, no se veía tan interrumpida por el sonido de afuera.

— ¿No tienes autocontrol? —preguntaba, presionando sus caderas a las de  Jungkook, ambos comenzaba a endurecerse.

— ¿Contigo? Creo que no —su voz era tan sedosa, suave y lo hacía verse tan dócil.

Luego SeokJin recordaba las palabras de Daehyun: "Si quieres besarlo, besalo" y tomaba los labios de Jungkook con tal suavidad que hacía al pelinegro verse desesperado por haber respondido más eufórico.

Mmm~...

Jungkook gemía cuando sentía que la lengua de SeokJin era suave. El beso se sentía diferente, la forma en que SeokJin lo besaba era delicada, con parsimonia y dedicación. Sus piernas temblaban, su lengua se derretia cuando acariciaba la ajena, su cuerpo se iba quemado a fuego lento y su corazón latía demasiado rápido.

Cuando SeokJin cortaba el beso con una mordida, su polla recibía el memo. Sus ojos se abrían lentamente cuando los labios de SeokJin le habían dejado hipersensibles.

—Me encantaría seguir besándote, pero en serio tengo intenciones de llevarte al autocinema —mencionaba el barman.

Y Jungkook cedía. Sonriendo, se alejaba y dejaba que SeokJin se vistiera, cuando estaba decente, este tomaba sus llaves y billetera.

— ¿Estás listo? —preguntaba, el pelinegro asentía.

Segundos después se encontraban bajando las escaleras del bar Lips y muchos ojos se posaban sobre el barman estrella más deseado de allí. Jungkook notaba las miradas, pero también notaba la mano de SeokJin sobre su cintura. A su lado, ceñido allí, sin intenciones de alejarse, mientras lo guiaba entre la multitud.

Hasta que alguien se cruzaba.

— ¡Jinnie! —decía un chico atractivo, muy llamativo, pero más pequeño y colorido que Jungkook. También se veía más joven.

—Hey, JiHun —saludaba, el chico iba directo a colgarse de su cuello, más que dispuesto a ignorar a Jungkook, pero cuando se acercaba una mano lo frenaba.

El chico miraba la misma sobre su pecho y alzaba la vista.

—Estamos con prisa, si puedes hacerte a un lado, sería un gran jodido favor —exclamaba Jungkook.

SeokJin sonreía ladino, apretaba su cintura y se despedía—. Lo siento, tengo que llevar a mi chico a una cita. Que te diviertas —exclamaba y luego salía de allí con Jungkook a su lado—. Eso fue caliente —susurraba en su oreja.

Jungkook se estremecía y lo miraba unos momentos para coquetear con sus bonitos ojos y SeokJin quedaba hipnotizado, caminando de forma complicada entre la gente, hasta que volvían a chocar contra un cuerpo poco más grande que ambos.

— ¡Lo sentimos! —gritaba Jungkook, por encima de la música—. ¡Permi-...! —iba a pedir el paso, pero sus pies se detenían en seco cuando reconocía a la figura frente a él.

— ¿Kook? —Min Gyu yacía frente a él y estaba tan sorprendido como Jungkook, pero el shock se volvía diez veces peor cuando Min Gyu saludaba al barman—. Jin, extraño verte de nuevo —ignoraba por completo la mano del barman sobre la cintura de su ex.

SeokJin parpadeaba atónito, él recordaba a Min Gyu, sabía quién era en su historial... Pero no sabía quién era para Jungkook.

— ¿Ustedes se conocen? —Preguntaba sorprendido, soltando apenas su agarre.

Jungkook lo miraba, su pulso estaba en su punto más alto y no se sentía tan bien leer el sombrero que su ex traía puesto "Futuro esposo".

Apenas podía hablar por muchas sensaciones juntas ¿Ellos se conocían?, sintiéndose mareado salía rápidamente de allí, empujando a Min Gyu en el proceso.

— ¡Yeobo! —SeokJin iba a ir en busca de él, pero la mano del chico alto lo detenía—. ¿Qué haces?

— ¿Estás saliendo con Jungkook? —preguntaba sorprendido.

— ¿De dónde lo conoces?

—Es mi ex pareja.

Y SeokJin se sentía solo un poco, jodidamente mareado.

👀👀👀

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