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HyunJin había terminado de jugar y su entrenamiento, ahora el pequeño se encontraba corriendo hacia la pareja-… Hacia el par que SeokJin y JungKook formaban.

—Hey, campeón —soltaba SeokJin extendiendo sus brazos y flexionando una rodilla parea atrapar a su pequeño.

JungKook quería pensar que eso no era ardiente y adorable, pero no podía evitarlo cuando HyunJin enroscaba sus bracitos alrededor de largo cuello de SeokJin y este lo tomaba con los suyos y lo levantaba como si nada del suelo para girar con el niño que no dejaba de reír. Dios, seguramente así se veía SeokJin al sonreír de oreja a oreja porque el niño era su viva imagen.

Y algo de esa sonrisa lograba ver en el rostro de SeokJin. Una cálida sensación se presentaba en su pecho pensando que solo su hijo era el dueño de esa sonrisa ancha y hermosa. Tan dulce… No podía detener sus propios pensamientos y anhelos cuando pensaba que le gustaría ser la segunda razón de esa sonrisa.

—Mira quien está aquí y almorzará con nosotros —mencionaba SeokJin.

JungKook salía de su ensoñación cuando escuchaba a HyunJin gritar “Junguk-ah Hyung”. Dios, estaba hecho un imbécil ¿Qué mierda estaba haciendo Jin con él?

—Hola, pequeño. Me alegra verte —despeinaba al niño y luego chocaban puños.

— ¿Me viste jugar? ¿Crees que soy bueno? —preguntaba el niño, distraídamente tomando su mano para salir del club.

SeokJin torcía su cabeza cuando veía que HyunJin no había perdido la comodidad con Kook, pese de haberlo visto una vez. Y debía admitir que su hijo era un niño peculiar y quisquilloso que no siempre aprobaba a todo el mundo o mucho menos darse con tanta facilidad y comodidad con un extraño de una vez. Así que no podía evitar verlos caminar con una sonrisa en su rostro, iban adelante de él mientras charlaban como si se conocieran de hacía tiempo ya. Hasta que una mano pequeña lo tomaba de su bíceps para detenerlo.

—SeokJin, lamento detenerte justo ahora —Min-Ha aparecía nuevamente en escena. JungKook y HyunJin giraban, volviendo sobre sus pasos—. Se viene un almuerzo familiar pronto en el club —mencionaba sonriente a ambos hombres, pero más a SeokJin. ¿Y es que podían culparla por la fascinación con el barman? La mujer continuaba—. Haremos una parrillada, queremos colaborar para que los niños tengan una semana de vacaciones en Jeju luego de finalizar las clases y los campeonatos. Habrán juegos y rifas y podrán venir muchos más fuera de los padres de los niños, todo el club estará ayudando —mencionaba la mujer, acariciando el brazo de SeokJin.

Este parecía tan acostumbrado al contacto ajeno que no se mosqueaba de la suave caricia que la mujer estaba dando. Era eso o lo estaba disfrutando. JungKook fruncía el ceño y empujaba el interior de su mejilla con su lengua. HyunJin tiraba de él y JungKook se inclinaba cuando con su mano le indicaba que quería susurrarle algo.

—La señora Min-Ha siempre toca mucho a mi papá cuando viene al club —mencionaba el niño.

JungKook lo miraba y hacia una mueca divertida—. Lo he notado —respondía y HyunJin se reía con él.

—Ahora… —la mujer continuaba—. Tu esposa no la vemos seguido por lo que me veo en la obligación de invitarte a ti —tanto SeokJin como JungKook habían entendido esa indirecta-directa para saber el estado civil del hombre.

Cabe aclarar que Nayeon había aparecido poco y nada en el club y cuando lo había hecho Chanyeol no había estado con ella. Era normal que creyeran que estaban juntos. Pero Min-Ha albergaba la esperanza de que quizás no fuera así.

— ¿Mi esposa? —cuestionaba SeokJin alzando sus cejas y dibujando una sonrisa atractiva.

JungKook podía ver el exacto momento en el que cual el calzón de la mujer se la caía hasta los tobillos, por lo que rodaba sus ojos.

Pero HyunJin interrumpía—. Mi a-ppa y eom-ma no están casados —afirmaba—. Son buenos amigos. Mamá está casada con Chan a-beo-nim*—afirmaba—. Ella vendrá con él. A papi le gustan los hombres y vendrá al día de la familia con JungKook —asentía muy convencido y luego miraba a JungKook—. ¿Cierto, Junguk-ah Hyung?

—Umm. Yo-….eso es-... —pasaba el nudo en su garganta, verdaderamente sorprendido.

El pelinegro sentía que le faltaba el aire. Podía sentir sus mejillas ardiendo, no porque le avergonzara que se supiera que era gay y que HyunJin lo tenía muy asimilado, al parecer  y SeokJin tampoco se veía incómodo. Solo Min-Ha, quien había dejado de tocar al castaño y había abierto sus ojos enormemente, era la sorprendida. El barman quería estallar en risas por la boca suelta de su hijo.

—Somos una familia grande —mencionaba SeokJin, salvando a Jungkook y HyunJin asentía frenéticamente—. Vendremos. Cuando tengas las entradas compraré cinco, así que resérvame esa cantidad. Gracias, Min-Ha. Ahora debo llevar a mis chicos a comer porque están hambrientos. Un gusto —se despedía de la mujer con un suave toque en su cintura y luego salía de allí, tomando la mano libre de HyunJin.

Cuando iban camino al estacionamiento el niño los había soltado para jugar con unos amigos en el trayecto de llegar al auto de SeokJin.

— ¿Estás bien? Lamento que mi hijo te haya incomodado con sus palabras —mencionaba con dulzura.

JungKook giraba su rostro y ahí estaba esa sonrisa dulce pintada solo para él. Joder, quería agarrar el rostro de SeokJin en plena calle y besarlo hasta que le dolieran los labios ¿Qué estaba mal con él? Estaba hambriento, como SeokJin había mencionado, pero no tenía nada que ver con la comida.

Así que se obligaba a recomponerse, aclarando su garganta y llevando su cabello hacia atrás.

—No me sentí incómodo —sonreía cortésmente en dirección a la imagen de HyunJin—. Solo no me esperaba que tu pequeño, Hyun Jin-ah, fuera tan intelectual.

SeokJin reía—. Es muy vivo cuando se lo propone y le caes muy bien —añadía.

JungKook lo miraba y le sonreía—. Él también me agrada mucho

—Puedo organizarles un encuentro para juego. Ambos son aficionados a las citas —se mofaba. JungKook reía con más ganas y empujaba dulcemente al castaño  y luego se ponía serio, SeokJin se apresuraba a preguntar—. ¿Qué sucede?

—Nada —mencionaba intentando restarle importancia, sabía que iba a sonar como un imbécil si sus pensamientos salían por su boca.

—Tu bonito rostro se contrajo a una mueca seria e hiciste un puchero tentador ¿Quieres decirme que paso por tu cabeza?

JungKook y por poco se enrojecía por segunda vez en lo que iba del día—. Emm… Esa mujer sí que te toca demasiado. HyunJin dijo que siempre que puede lo hace.

SeokJin detenía su andar y se quedaba perplejo, JungKook giraba para verlo y veía esa sonrisa burlona y engreída en su rostro.

—Solo es una observación, quita esa estúpida sonrisa —mencionaba con firmeza.

SeokJin se aproximaba a él—. ¿Yeobo, está celoso?

—Dije que fue una observación —JungKook se ponía más de frente a SeokJin.

Este tenía esa sonrisa que de burlona pasaba a sensual—. Yeobo se puso celoso —repetía con voz grave, acomodando un mechón rebelde detrás de su oreja.

Se le erizaba por completo cada vello de su cuerpo ante la mirada depredadora del barman y ante lo cerca que estaban.

—Yo no dije eso —se las arreglaba para decir.

—Pero es así —provocaba el mayor.

—Oh,  ya quisieras ¿no? Jodido engreído —soltaba, intentando lucir más amenazante y menos dócil—. Bésame el culo si pretendes que te cele —provocaba despistadamente.

O quizás no tanto, porque SeokJin se aproximaba otro poco y sus labios se resecaban por lo que debía de lamerlos y eso llevaba a que los hermosos ojos rasgados del barman se posaeana sobre estos.

—Puedo besarte eso y más. Lo que me pidas —susurraba.

JungKook iba a caer de rodillas en cualquier momento. En pleno estacionamiento del club deportivo del hijo de su-…. De su… Umm, no sabía cómo definir su relación, si es que esta podría llamarse así.

JungKook quería besarlo de nuevo.

— ¡A-ppa! —Llamaba HyunJin solo a un par de metros—. ¡Vamos! ¡Apresúrense, tengo hambre!

JungKook parpadeaba y se alejaba a toda velocidad. SeokJin relamía sus labios y fregaba su frente. Su cabeza, mente y corazón no parecían estar en conexión alguna, porque se sentía muy inestable. Así que por los siguientes minutos, se concentraría en el viaje a su resto bar favorito donde había juegos para que HyunJin se entretuviera luego del almuerzo.

Tanto JungKook como él habían sentido como su miembro estaba alerta a cualquier provocación del otro, pero necesitaban no estar medio duros en presencia de un niño. A quien el castaño agradecía que tuviera afinidad con Kook porque le había hablado en todo el viaje sobre esto y aquello y JungKook era muy bueno siguiéndole el paso.

El almuerzo había sido más ligero de lo esperado, ambos habían enfocado su chií para comportarse como adultos responsables y no como animales en celo. Hasta que HyunJin se perdía en los juegos y ellos se quedaban tomando un café corto negro, luego de la comida.

SeokJin estaba intensamente admirando los rasgos de JungKook. Su nariz pronunciada. Sus ojos gentiles y grandes. Sus labios finos, pero con el inferior más lleno. Y su peculiar lunar debajo de este.

—Estás entretenido con la vista ¿O solo es idea mía? —mencionaba, girando su rostro en dirección al barman.

—Quiero besar ese bonito lunar bajo tu labio —susurraba.

JungKook agradecía estar sentado y agradecía tener este tipo de palabras del hombre que se había dado media vuelta en la madrugada para evitar ir a su apartamento. Aún había algo allí.

—Si quieres tanto besar mi lunar ¿Por qué no llegaste a mi apartamento esta madrugada? —preguntaba, viéndole fijamente.

SeokJin largaba todo el aire por su nariz y se veía obligado a bajar la mirada.

—Sabes porque no llegue —susurraba y luego alzaba la vista para ver al menor a través de sus pestañas—. No quiero lastimarte.

JungKook apretaba sus dientes y hacía sonar su cuello—. Somos dos adultos. Ya te mencione que de mi corazón me encargo yo ¿No escuchaste la canción que te dediqué?

SeokJin sonreía y negaba. Este hombre lo volvería loco y ni siquiera entendía porque le gustaba tanto lo decidido que jodidamente era. Aunque no fuera bueno para él y lo sabía. Era lo peor que alguien como JungKook podía conseguir. Él no quería ser ese cretino. No con ese hombre tan hermoso y soñador.

—Me recuerdas mucho a mí. Bueno al viejo SeokJin —corregía—, por favor, no seas igual de clemente conmigo.

JungKook lo miraba con dulzura, luego sonreía y preguntaba—. ¿Cuándo me invitaras a tu apartamento? Me debes un momento a solas.

SeokJin no podía evitar sonreírle con dulzura. JungKook sería capaz de bailar como el ser más estúpido del planeta si conseguía pintar esa bonita sonrisa en ese hermoso rostro y luego lo veía ponerse exageradamente pensativo y con una mano en su mentón exclamaba:

— ¿Quieres que te invite a mi apartamento o a mi apartamento? —cuestionaba el castaño.

JungKook abría su boca sorprendido—. Define eso que acabas de decir —había sonado tan divertido de la desfachatez de SeokJin que no podía evitar reír. El castaño se le quedaba viendo como imbécil y el rostro de JungKook se calentaba—. No deberías mirarme así si quieres hacerte el fuck boy conmigo.

SeokJin alzaba sus cejas por el apodo y luego reía dulcemente—. Bien. Tengo un lugar para mis folladas. Justo encima de Lips y luego mi apartamento real verdaderamente equipado para tener a un niño conmigo.

JungKook entendía totalmente porque lo hacía y no se sorprendía en absoluto. Después de todo era el hombre que le había enseñado lo sucio que se podía jugar.

Pero Kook se sentía con suficiente confianza para responder—. ¿De cuál apartamento crees que soy digno de conocer? —susurraba viéndole fijamente.

SeokJin suspiraba y relamía sus labios, su mirada se dirigía a un HyunJin que se acercaba a ellos frotando sus ojos—. Lo sabrás cuando deje a HyunJin en lo de su mamá —su brazo se estiraba en dirección al niño quien tomaba la invitación de sentarse en su regazo mientras lo acunaba allí y peinaba su cabello alborotado.

JungKook no podía evitar que su corazón se acelerara. El cabello negro de SeokJin estaba hacia atrás. Su remera negra de mangas cortas dejaba sus tatuajes al aire y esos brazos se marcaban mientras sostenían  a su hijo. Era un concepto salvajemente dulce y encandilánte.

JungKook podría verlos a ambos por horas.

— ¿Ya te divertiste? —preguntaba el barman con dulzura, mientras besaba la frente de su hijo.

HyunJin estaba con un puchero en sus labios y seguía estrujando sus ojos con sus manitos mientras asentía—. Quiero dormir, pero no quiero terminar el día contigo ¿Puedo quedarme a dormir en tu casa?

SeokJin alzaba la vista, dejaba solo una opción sobre a qué apartamento dirigirse luego.

JungKook enarcaba una ceja—. Ibas a llevarme al número dos ¿No? —quería sonar divertido, aunque le dolía haberse creído por unos momentos un poco especial.

SeokJin negaba con su cabeza—. Le diré a tu madre que te quedaras conmigo. De todos modos ya tenía un invitado para llevar a casa. JungKook vendrá con nosotros ¿Te parece bien?

Y la mandíbula del pelinegro caía en la mesa, no literalmente, pero su boca se abría y se cerraba. SeokJin le sonreía con ternura al mismo tiempo que HyunJin asentía sin problemas.

—Bien, entonces déjame pagar por esto…—mencionaba SeokJin.

—Yo lo pago. Llévalo al auto, está muy cansado —mencionaba el menor.

—No vas a pagar tú —afirmaba el barman.

—Si lo haré. Llévalo, puedes pedir la cena de esta noche y estamos a mano.

SeokJin abría sus ojos fingiendo sorpresa.

— ¿Primero te auto invitas y luego me haces pagar por la cena dejando en claro que no te quedarás solo un par de horas? Eres un temerario —su tono era juguetón.

Dios. JungKook lo adoraba.

—Tú te quedaste en el mío, hoy haré lo mismo. Una pijamada de a tres ¿Qué dices HyunJin-ah? ¿Soy más divertido que tu a-ppa, cierto?

El niño hacía un esfuerzo en abrir sus ojos, sonreír y asentir. SeokJin se quejaba con un falso grito de desagrado.

— ¡Ya! La traición —soltaba.

HyunJin se reía somnoliento, pero luego se aferraba al cuello de SeokJin.

—Llévalo, yo pago —repetía JungKook.

SeokJin suspiraba poniéndose de pie—. Hecho. Pero no compraré la cena de esta noche. Serás privilegiado de probar mi comida —mencionaba seductor y JungKook caía en el juego.

Poniéndose de pie para alcanzar al castaño, sus labios se pegaban a su oreja y susurraba—; Me encantaría verte cocinando y probar lo que sea que venga de ti —y simplemente, mordía fugazmente el lóbulo de SeokJin y se dirigía a la caja registradora.

El mayor suspiraba casi frustrado.

—Va a matarme —susurraba, poniéndose en marcha con un HyunJin medio dormido en sus brazos.

—Junguk-ah Hyung no es un asesino —replicaba dormido.

Y SeokJin volvía a reír.

Cuando habían llegado, Jungkook se sorprendía de aquel espacio tan moderno, pero con una habitación para su hijo, un invitado y la suya propia. Sala de concepto abierto. Cocina a un par de metros y un pequeño juego de comedor.

—Tienes buen gusto —mencionaba, mirando en una repisa las fotos familiares de SeokJin.

Era como todo un hombre nuevo.

—De hecho... —respondía SeokJin, Jungkook lo miraba nuevamente—. Si tengo muy buen gusto —susurraba, viéndolo de arriba hacia abajo—. Acostaré a HyunJin, tengo vino. Cerveza... Toma lo que quieras, siéntete como en casa.

Después de eso, el barman se había tomado su tiempo para quitarle al niño la ropa sudada, luego lo mandaría a darse un buen baño, pero por el momento lo dejaría dormir. Cuando volvía a la sala, encontraba a Jungkook con una botella de vino y dos copas, una llena y otra a medio beber. Cuando sus ojos conectaban, el pelinegro sonreía.

SeokJin se acercaba a paso lento mientras veía a Jungkook acomodarse en su sofá en su espera y sonaba su cuello nuevamente. Sentándose a su lado, lo miraba cautelosamente y luego su mano iba hacia el dicho lugar, tomando a Jungkook por sorpresa.

Sus dedos eran gentiles—. ¿Qué haces?

— ¿Te duele? —preguntaba, acercándose un poco más y llevando su otra mano para masajearle el cuello lado a lado—. Lo hiciste un par de veces hoy ¿Te duele? —repetía.

Una voz suave, pero baja y grave. Jungkook se quedaba sin aliento.

Una mirada fija aparecía entre ambos y los ojos del otro miraban la boca ajena. Una respiración pasaba, dos... Y Jungkook atrapaba los labios carnosos de un SeokJin casi sorprendido que tardaba en responder. Sus manos habían quedado en el aire mientras el chico buscaba meter su lengua y sus manos empuñaban su remera, atrayendolo hacía él.

"Mmm~" la voz de Kook era dulce y sonaba aliviada al sentir los labios de SeokJin separarse para permitirle el paso a su lengua y ahí, perdía la batalla.

Sus manos accionaban sobre la cabeza de Jungkook, abría su boca e intensificaba el beso, casi tirándose encima del chico para cubrirlo con su cuerpo y el pelinegro casi y se dejaba vencer, pero contrario a eso, se impulsaba y terminaba a horcajadas de SeokJin.

Automáticamente, llevaba sus manos a la cadera del chico y con delicadeza y más atrás, apretaba sus glúteos. Jungkook gemia en su boca y empujaba su pelvis hacia adelante. Jin lo sentía duro como una roca y cuando aplicaba fricción de su miembro al abdomen firme ajeno, perdía la batalla y necesitaba gemir suavemente fuera de la boca de este. Pero cuando lo hacía, SeokJin mordía ese belfo inferior carnoso del que era dueño.

—Jin... —jadeaba, recibiendo mordidas y chupones en su mentón y su lunar. Las manos del barman estaban amasando sus glúteos y estaban peligrosamente dirigiéndose hacia el frente de su jean—. No podemos... No podemos —rogaba, moliendose al cuerpo ajeno y recibiendo un fuerte abrazo que le permitía restregarse contra él.

SeokJin lo miraba con su líbido en su punto más alto. Sus ojos inyectados en lujuria. Su piel caliente y su polla dura.

—Lo sé... Lo siento —jadeaba, aflojando sus brazos.

Su cabello estaba desaliñado, Jungkook lo admiraba respirar de forma agitada y todo en él era perfecto y Jungkook solo se encontraba deseando más. Se sentía casi derrotado, dejando caer su frente sobre la de Jin.

—No se suponía que te lo dejara tan fácil —susurraba, calmando su respiración. Acariciando la nariz del barman con la suya y luego mordiendo su labio inferior rojizo—. No se suponía que me subiera en tus piernas desesperado por estar contigo —su boca se deslizaba por el mentón de SeokJin.

Suave y sedosa piel bajo su lengua. Y los gemidos dulces que salían de los labios del castaño.

—No se suponía que quisiera desnudarte y besarte como un maldito demente —susurraba en la oreja de SeokJin y succionaba el lóbulo.

El barman lo entendía. En serio lo hacía, no se suponía que llevara a Jungkook a su apartamento. No se suponía que volviera a caer ante sus bonitos ojos negros y grandes... Ante su cuerpo de infarto. Sus manos se metían bajo la ropa de Jungkook y clavaba suavemente sus dedos por ese abdomen perfecto.

Sentía y veía los abdominales del pelinegro tensarse y ponerse más duros. Más marcados. SeokJin mordía su labio y miraba de forma sombría a Jungkook, segundos antes de tirarlo sobre su sofá, levantar su ropa para ver ese torso perfecto y pasar su lengua húmeda por ese eight packs que el pelinegro se cargaba.

Jungkook no podía evitar encorvar su espalda y enroscar sus musculosas piernas en la cintura—casi espalda de SeokJin—, porque este comenzaba a bajar peligrosamente. Tenía que detener eso.

—Tu hijo, Jin... Puede despertarse, joder no lo haremos con él durmiendo en su habitación y sé que puedes ser un salvaje de lo mejor. Pero también puedo asegurar que no está entre tus planes follar con una persona mientras tu hijo duerme.

Los besos provocadores y peligrosamente al borde de su bajo vientre, cesaban. Sus piernas se aflojaban y SeokJin se sentaba. De inmediato Jungkook se ponía decente.

—Lo siento —repetía el barman—. HyunJin tiene sueño ligero a esta hora. Comenzaré con la cena —mencionaba, sonriendo a Jungkook más relajado y dulce.

El chico asentía. Cuando veía que SeokJin se acomodaba su erección, sus mejillas se calentaban, estaban jodidos. Bueno, no jodidos aún, pero estaban duros y la situación era tan deliciosamente tensa.

Suspirando tomaba todo lo que quedaba de su copa caso de un trago. SeokJin había hecho algo similar y luego servía dos copas y seguía al castaño a la cocina.

— ¿Usas delantal? —preguntaba más tranquilo.

SeokJin alzaba la vista, lo miraba unos segundos y sonreía con calma, negando luego con ceño fruncido.

—Me veo ridículo

—Seguro y te ves ardiente

—No ayudas —advertía.

Jungkook sonreía—. Lo lamento, lo lamento —alzaba sus manos y lo dejaba hacer unos momentos largo en los que tomaba su teléfono y ponía música.

—Así cocino más motivado —mencionaba SeokJin ligeramente.

Jungkook bebía otra copa disfrutando la vista.

—Ya sé —soltaba de repente—. Ping pong de preguntas y respuestas mientras te ayudo

—Soy algo peculiar con la cocina. Puedo cocinar solo, gracias por la oferta —mencionaba, poniendo manos a la obra con otra parte de la cena.

Necesitaba tenerlas ocupadas o las pondría nuevamente sobre Jungkook y este ya había dejado en claro que no sucedería y había tenido razón, no iba a follarlo mientras su hijo dormía pacíficamente en la habitación contigua.

—Entonces ping pong de preguntas y respuestas —repetía Kook, bebiendo de su copa.

SeokJin suspiraba—. Hecho, comienza tú

—Por supuesto —añadía con seguridad—. Seguro y tuviste millones de encuentros casuales, así que di-...

—Millones no —interrumpía SeokJin—, pero más de los que puedo recordar —mencionaba y miraba la reacción de Jungkook—. No sé a dónde vas con esto ¿Pero puedes manejar tus celos dependiendo de lo que vayas a preguntar?

— ¡Ja! Yo no-... No siento celos —decía con mejillas enrojecidas. SeokJin alzaba sus cejas y comenzaba a poner una sartén en el fuego—. No me veas así

—Vamos a pretender que no eres celoso —se mofaba con dulzura—. Arroja tu pregunta.

Jungkook reía negando—. ¿Tu mejor encuentro casual? —SeokJin fruncia el ceño, miraba a Kook enarcando una ceja y este le daba un suave golpe en el hombro—. No soy celoso y sería estúpido celarte justamente a ti

— ¡Ouch! Te pusiste salvaje —se burlaba de forma atractiva, pero la sonrisa de Jungkook y sus labios brillosos por el vino recientemente ingerido, le obligaban a seguirle el juego.

—Vamos... Alguno debes de recordar, Casanova

— ¿Sabés? Tengo un historial largo, pero no creo haber tenido más de 100 relaciones íntimas como Giacomo —mencionaba con rostro inocente. Jungkook rodaba sus ojos—. De acuerdo, de acuerdo... A ver déjame rememorar

— ¡Dios, eres una pesadilla! —acusaba el pelinegro. Sentándose sobre un taburete y viendo a SeokJin cocinar las verduras mientras exageraba con su rostro "pensativo"—. Ya, solo suéltalo. Alguien debe de haber

—De hecho, sip —respondía, sin dejar de preparar la cena. Jungkook creía que se veía increíble—. Mucos meses atrás, have casi un año quizás, tuve que cubrir a un conocido en un importante evento en un bar —comenzaba—. Había tenido un turno activo en Lips y anterior a eso HyunJin había tenido una fiesta de cumpleaños

—Oh, papi responsable —susurraba Jungkook.

SeokJin lo miraba fijamente—. Ten cuidado como dices la palabra "papi" frente a mí —susurraba acercándose solo un poco a Jungkook. El pelinegro pasaba saliva, el barman se relajaba, se alejaba y volvía a su relato—. Cuestión, era de madrugada, estaba exhausto y me veía como la mierda

—Tú no puedes nunca verte como la mierda —decía Kook, sirviéndose otra copa.

—Ten cuidado con ese elíxir, cariño —soltaba SeokJin gravemente, Kook volvía a rodar los ojos y el castaño encontraba el ademán muy divertido y seductor en partes iguales—. Bien, muchos hombres y mujeres habían intentado conquistarme, pero me sentía jodidamente asqueado. Cuando estoy muy cansado soy insoportable

— ¿Oh?

—Sí, no quieres ver eso —reía, mientras dejaba las verduras a un lado y comenzaba con la carne—. Rechace a mucha gente hasta que necesitaba ir al baño a mojarme el rostro porque estaba que moría del maldito sueño, pero nuestro baño estaba ocupado y yo necesitaba dejar la barra unos segundos. Así que aproveché y me dirigí al baño de hombres. Vacío y tranquilo, comencé a mojar mi rostro

—Espero que no sea lo que estoy pensando —susurraba Jungkook, una bonita sonrisa divertida.

—Déjame acabar antes de que saques tus conclusiones

—A ver...

—Un chico entraba mientras me secaba y recuerdo que era más alto que yo. Musculoso, ojos rasgados, era el diez de esa noche y nuestras miradas habían conectado en el espejo y había sonreído de lado

—Y te dijo que estabas probablemente muy bueno —suspiraba Jungkook.

SeokJin comenzaba a reír—. "Te ves como la mierda" fue lo que dijo —comenzaba a reír y Jungkook no lo podía creer—. Fue el único tipo en toda la noche que no me dijo nada bonito o atractivo. Me dijo la verdad, yo me veía como la mierda...

— ¿Y lo recuerdas por eso? —cuestionaba el menor sorprendido.

—Fue diferente —se encogía de hombros.

— ¿Qué le dijiste? ¿Solo dijo eso y se fue?

SeokJin alzaba la vista, ojos negros y profundos, Jungkook sentía su boca seca—. ”¿Quieres arreglar eso por mí?" Respondí y luego su bonito 1, 80 y algo, se metió conmigo en un cubículo, me senté y me dió una muy buena mam-...

—Ya, ya. Entendimos —soltaba Jungkook con puchero.

SeokJin carcajeaba—. Dijiste que no te pondrías celoso

—No lo estoy —se defendía inclinándose hacia adelante.

SeokJin se acercaba y lo estudiaba con ojos cerrados, inclinándose más cerca de él y quedando a centímetros—. Estás enojado

— ¿Lo recuerdas solo por una mamada? Siquiera, no sé ¿Repetiste? —SeokJin torcía su cabeza y hacía una mueca—. Solo responde —pedía Jungkook, tomando su remera y acercándolo.

SeokJin suspiraba—. Si, follamos. Pero cuando me di cuenta que abrazaba demasiado salí corriendo... Era obvio que venía de una relación y se estaba equivocando conmigo —se encogía de hombros.

— ¿Quizás y era el indicado? —se mofaba Jungkook, aunque le dolía ver qué SeokJin pasaba de las personas con tanta facilidad.

—No lo era... —afirmaba viéndole fijamente y removiendo hasta la entrañas del pelinegro con esa afirmación—, ni siquiera recuerdo su nombre. Solo un chico atractivo que me dió una buena mamada y buen sexo, pero luego pase de él

—Eres frío —soltaba Jungkook, con su lengua más pesada.

SeokJin reía dulcemente y llevaba su mano a la mejilla del menor y estaba se tiraba sobre el tacto, cerrando sus ojos y suspirando—. Creo que tomaste mucho y muy rápido. No más vino para ti.

Jungkook esbozaba una sonrisa con sus ojos cerrados y moviéndose sobre la palma de SeokJin para que este siguiera acariciándolo. Parecía un gatito pidiendo cariño.

— Entonces ¿No te pusiste celoso? —Jungkook negaba, abriendo sus bonitos ojos grandes y oscuros—. ¿Y con la mamá de club?

Jungkook suspiraba y se acercaba otro poco—. ¿Por qué te importa si me afecta que otros te toquen o...? —sus manos acariciaban los brazos de SeokJin con suma delicadeza, haciendo cosas raras con el pecho del susodicho y su bajo vientre—. No me afecta que otros-... —suspiraba cuando su propia mano subía para acariciar el rostro de SeokJin, sus dedos querían tocar los carnosos labios del barman, pero cuando su pulgar iba a trazar una línea sobre el belfo inferior, SeokJin atrapaba el mismo y chupaba suavemente.

Jungkook se quedaba sin aire.

Mientras su dedo era lentamente chupado, sus músculos se tensaban. Su espalda sentía un escalofrío de esos deliciosos y su polla se ponía dura. Quitando el dedo, respiraba pesado y cuando los labios de SeokJin estaban desocupados...

Él lo volvía a besar.

Preciso, intenso e inmediatamente abría su boca para dejarlo tomar posesión de ella. Bajando con cuidado del taburete, acorralaba el cuerpo de SeokJin entre la mesada y el suyo. Sus manos se metían bajo su remera y sus dientes mordían los labios carnosos del barman.

—Ssss... Tranquilo —gemía SeokJin, dejándole hacer.

—No estoy celoso —repetía Kook en un susurro sobre sus labios. SeokJin soltaba una risa de culo engreído y se ganaba una mordida en su mentón por parte del pelinegro—. Es en serio —sus largos dedos se metían en el pantalón de SeokJin y comenzaba a desabotonarlo.

El barman llevaba su boca al cuello del chico—. Voy a fingir que te creo —decía allí.

—Fue una estúpida mamada en un baño... Puedo hacerlo mejor —apostaba. Ahora sus dedos tiraban solo un poco el jean hacia abajo y luego de un beso sucio compartido, Jungkook caía sobre sus rodillas y cuando iba a bajar el cierre para poder liberar la erección prominente de Jin una vocecita hablaba.

"¿A-ppa?"

Jungkook se sentía repentinamente en todos sus sentidos y acomodaba el pantalón de SeokJin para alejarse de él.

El castaño giraba intentando contener la risa—. Hey, HyunJin-Ah... ¿Descansaste? —preguntaba dulcemente, poniéndose decente e ignorando los deseos de su polla

— ¿Y Junguk-ah Hyung? —preguntaba el niño somnoliento.

Jungkook apretaba sus dientes, enfriaba su cuerpo y se ponía de pie, muy lejos de SeokJin.

—Aquí estoy, amiguito ¿Quieres que juguemos a algo mientras tu a-ppa nos prepara la cena? —se aproximaba a un HyunJin más sonriente.

Pero SeokJin se ponía en modo "papá serio" —. Sin vídeo juegos hasta que te des un baño —se acercaba el peculiar par y con una mano en la cintura de Kook añadía—. Yeobo, mira las verduras por mi, este pequeño necesita sumergirse en agua.

HyunJin reía entre dormido y divertido, Jungkook asentía con una sonrisa embobada porque "SeokJin en modo papá responsable" hacía cosas raras en su pecho. Cuando asentía, el barman le sonreía y por unos segundos miraba sus labios. Jungkook deseaba un casto beso, de esos de pareja, antes de que se retirara.

—Bien... Yo- emm... Volveremos en unos momentos —mencionaba SeokJin.

—Claro, sip... —Jungkook suspiraba y se alejaba para dejarlos pasar. Veía como SeokJin se perdía en los pasillos y luego suspiraba y se maldecía—. Apenas tomaste un par de copas y ya querías abusar de él, hazte el difícil. Carajo.

Luego se disponía a mantener un ojo en las verduras, por más caliente que estuviera... Deseaba probar la comida del barman. Y si lo pensaba en frío, la noche iba demasiado bien como para arruinarla por sus deseos carnales.

Jin era bueno en el sexo, jodidamente lo sabía. Pero este SeokJin padre de familia era todo un nivel que quería simplemente sentarse disfrutar y absorber lo más que pudiera de dicha faceta, porque era lo más honesto en ese hombre que lo traía con su cabeza al revés. Sonriendo suspiraba una vez más y se prometía no volver a provocarlo ni dejarse provocar.

Al fin de cuentas una cita de juegos con Kim HyunJin y Kim SeokJin, no le parecía mala idea.

No les pasa qué 🌌SeokJin papá🌌

Perdón si ven errores de deditos y espero hayan disfrutado.

Con amor niñita NanyKoo

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