La batalla de Manhattan se había extendido por días pero aquel iba a ser el último.
Cronos aún no tenia el control absoluto sobre el cuerpo del semidios pero era demasiado terco para admitirlo.
Estaba sentado en su trono con expresión cansada, su guadaña sobre su regazo, yo estaba recostada sobre la pared enfrente de él con los brazos cruzados.
-Cronos por favor... espera para atacar- él negó.
-Calixta ya lo hablamos...- solté un largo suspiro.
-Porque eres tan terco...-me fulmino con la mirada y yo levante las manos resignada- haz lo que quieras...
-Creí que era lo que hacía... además tengo un arma secreta por si Luke quiere tomar el control nuevamente...reconoció  parándose y caminando hasta mi, para acariciar mi mejilla con su mano- ¿verdad?
-Te molestaría evitar hacer eso, es... extraño que...- Cronos me miró divertido mientras que yo lo miraba mal. Entonces él me beso- no es lo mismo...- confesé cuando se apartó.
-Recuerda él Está muerto- negué.
-Sabes que lo podría salvar, si lo deseas...
-Me gustaría- confesó.
-Sabes cuando intervenir- asentí y él se fue.