Prólogo.
Primer encuentro.
Mimi no está bien.
No quiere comer y está algo decaída, no quiero ir sola hasta el centro veterinario, porque si me toca recibir una mala noticia, lo más justo es que alguien esté junto a mí. Tal vez estoy exagerando, pero Mimi es mi bebé, la considero mi hija.
Tomo mi teléfono y busco en la lista de contactos a Daisy, mi mejor amiga. Ella odia a Mimi, tanto así que siempre la insulta diciendo que es una rata. Pensé que Daisy era inteligente, claramente un hurón no está ni de cerca a ser una rata. Los hurones son una subespecie de los turones, unos animalitos carnívoros que al pasar los años fueron domesticados para cazar conejos. Siempre se lo repito a Daisy pero ella solo me contesta un parece una rata, así que para mí lo es, pasaron los años y dejé de explicárselo.
Presiono el nombre de Daisy en la pantalla de mi celular y espero.
—Hey, Amy.
—Daisy, necesito tu ayuda.
—Dime que no es nada relacionado con historia, mi cabeza está a punto de reventar.
—En realidad, ¿crees que me puedas acompañar al veterinario?
— ¿Otra vez tu rata?—Aquí vamos de nuevo—. No.
—Por favor, acompáñame—suplico.
—Amy, me duele la cabeza—Trata de excusarse.
—Por fis, Daisy. Por tú mejor amiga y Mimi.
—Lo haré por ti, pero ni creas que lo haga por esa rata, aborrezco a ese animal.
—Los hurones no son ratas—digo por enésima vez. ¿Pero por qué tanto odio?
—Lo que sea. ¿Dónde nos vemos?
Le digo que venga a mi casa, lo más seguro es que llegue en un santiamén porque no vivimos muy lejos de la otra, trato de hacerle mimitos a Mimi pero ella mueve la cabeza y me evita.
Señor, que no sea nada malo.
Escucho el timbre sonar minutos después, cargo a Mimi, ella tiene una pechera que está unida a una cadena para que pueda caminar en la calle. Abro la puerta y me consigo con Daisy.
— ¿Lista?—pregunto.
—Si—responde mirando a Mimi con asco.
—Vamos, Daisy. No veas así a mimi—la regaño.
Empezamos a caminar y puedo darme cuenta que Daisy se distrae por algunos momentos viendo a Mimi caminar, no puede ser más irritante. Llegamos al centro veterinario y algunos perros y gatos ya se encuentran ahí con sus dueños. Daisy y yo caminamos hacia el mostrador, un chico está de espaldas hablando por teléfono. Él se voltea al sentir nuestra presencia, ambas nos sorprendemos al ver de quién se trata.
Es Bart, un intocable y tiene también un hurón en las manos.
Aquí les traigo el prólogo. Los primero capítulos tendrán relación con #RUL así que disfruten el punto de vista de nuestra Amy :)
Mañana subiré el primer capítulo.
Gracias por los que aún me siguen leyendo.
Saludos.
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