Arreglarme fue un gran reto, primero porque no tengo mi habitación para hacerlo y segundo porque Liz me ha estado haciendo la tarde imposible, ella solo dice que quiere proteger lo que va a ser suyo. ¿Pueden creer eso? En fin, después de muchas peleas con las gemelas, Karen se ofreció a ayudarme y Luna prometió que escondería la escopeta del abuelo.

Otro asunto es mi madre, la pobre se encontraba correteando de un lado a otro tratando de que todo saliera perfecto, pero lo que ella no entiende es que eso no va a suceder. En otras cenas con la familia han sucedido cosas desastrosas, como cuando Gus se unió con Tommy para hacer una broma y colocaron unas cucarachas muertas en la sopa de la tía Jazmín, también recuerdo el momento preciso en que mi tío Cristóbal confesó que era gay, con tan solo decirles que mi abuelo sacó la escopeta y amenazó con matarlo si no se sacaba esas ideas de la cabeza. Y ni hablar del día en que la tía Verónica le pidió el divorcio a Nicolas frente a todos. Sé que mi familia está loca, todas las personas que no tienen sangre Butler Rodríguez siempre lo mencionan. Las parejas de cada miembro de mi familia son sobrevivientes de la pesadilla que conlleva tener nuestro apellido.

Bajo las escaleras cuidadosamente ya que no estoy acostumbrada a caminar con tacones, Karen me repitió mil veces que tendría que usarlos para sorprender a mi novio. Algo tonto porque Bart Taylor no es mi novio. Después de haberme arreglado también lo hice con Mimi, mi pequeño hurón lucía un vestido rosa y un pequeño lazo en la cabeza. Al estar en la sala, mi tío Johnny empieza a chiflar mientras que el tío Félix aplaude.

— ¡Pareces una muñequita!—exclama la tía Macarena quien aparece por la puerta de la cocina.

—Estas hermosa, Amy—menciona el tío Félix.

—Gracias—susurro y camino hasta sentarme a un lado de mi tío Bart. Él se encuentra muy concentrado en su teléfono—. Tío Bart, ¿tú vas a salvar a Bart si lo llegan a molestar?

—Es extraño que digas dos veces Bart en una misma oración.

—Solo responde por favor—suplico olvidándome de mi coherencia al hablar.

—Todo va a salir bien, Amy—Un escalofrío recorre mi espina dorsal en el momento que menciona las mismas palabras que Bart.

—Eso dio miedo.

— ¿Qué cosa?

— ¿Bart y tú se comunican mentalmente?

— ¿Estás hablando de mi subconsciente?—pregunta confundido.

—No, hablo de que Bart mencionó lo mismo esta tarde—le aclaro.

—Bueno, si tu novio lo dice, ¿por qué no confías en él?

El silencio es mi respuesta. Mimi empieza a removerse entre mis manos, sé que ella detesta estar en mi regazo y adora estar caminando por los suelos de la casa, pero no quiero arriesgarme teniendo a Yuju, Miércoles, Nerón, Mayonesa, Pinkie y Cerebro a los alrededores. No gracias, no quiero que mi hurón muera sin haber sido madre.

Hablando de eso... tengo que llevar a Mimi al veterinario.

El timbre retumba por las paredes de la casa y es como si fuera el llamado de alerta porque todos salen de sus escondites para alborotarse y darse instrucciones unos con los otros. Es extenuante ver tanta gente en mi casa pero lo será más aun cuando Bart entre a casa para que la tortuosa noche comience.

— ¡Abre, Amy!

— ¡Ya quiero conocerlo!

— ¡La escopeta ya está limpia y preparada!

Y ese último fue el abuelo. Los nervios me atacan y con manos temblorosas me acerco a la entrada con los ojos de mi familia puestos en mi espalda, exhalo profundamente mientras toco la perilla y abro la puerta encontrándome con los ojos de Bart.

—Hola.

¡EMPEZÓ LA TORTURA!

Solo diré que ya escribí tooodos los capítulos de la cena y... Mejor no digo nada :3

 ¿Qué les parecieron las otras cenas familiares? Una locura ¿Verdad? 

Espero que el capítulo haya sido de su agrado, intocables (Así decidí llamar a los lectores ah.... Nada original, lo se xD)

Saluditos y nos leemos mañana 7u7