Capitulo 60
La cena transcurrió en calma, algunas caricias, algunas sonrisas y al finalizar la noche acordamos otra cita. Justo para la cual me estoy preparando en este momento.
Esta vez el lugar lo elegiré yo y que mejor que ir al cine. Por internet pedí dos entradas para la película de terror de turno. No quería parecer aburrida arrastrándolo a ver alguna película romántica.
Me acerqué a la nevera y tome la gaseosa, me serví en un vaso y bebí. Cuando vi el reloj note que eran las 20:38 pm. Jacob tenía un retraso de ocho minutos. ¿Por que no me sorprende?
Encendí la televisión y me quedé mirando el programa que ya estaba puesto. Era un canal de noticias, justo en este momento estaban informando la temperatura. El clima según la TV sería bueno, no estaba pronosticado lluvia para esta noche, pero si nubosidad.
Minutos más tarde escuche que tocaban la puerta, sabiendo claramente quien podría ser, tome mi bolso y me dirigí a abrir.
- Hola Rosie perdón por la demora.
El muchacho ante mi se apresuró a disculparse y yo me limite a asentir.
- Creo que ya me acostumbré -. Confesé muy a mi pesar.
- Prometo que intentaré llegar a tiempo la próxima vez.
-¿Quien dijo que habrá próxima vez? -. Mi pregunta lo dejo desconcertado por un instante.
- Yo digo que habrá próxima vez -. Sin dejarme tiempo a reaccionar, justo después de que pronunciará su frase colocó apresurado ambas manos en mi cintura y me aproximó rápidamente hacia el.
Nuestras narices se rozaban. Mis ojos se cerraron y segundos después sentí un suave roce en mis labios.
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- ¿Quieres palomitas? -. Me pregunto Jacob al notar que miraba en dirección al sector del cine donde venden palomitas, dulces y refrescos.
- ¡Claro! No puedes venir al cine sin comprar palomitas -. Mi última frase había sido dicha con una pizca de verdadera indignación y también un poco alta por lo cual un par de personas se voltearon a vernos y rieron.
- Tienes razón -. Atinó a decir Jacob resignado.
Compramos las deliciosas y dulces palomitas con unos respectivos refrescos y luego nos encaminamos a la sala de cine. Claro no sin antes entregarle nuestros boletos a un muchacho que trataba de asegurarse que nadie ingresará a la sala sin haber pagado.
- Fila 45 asientos 6 y 7 -. Repetía constantemente mientras leía las pequeñas plaquetas que indicaban la numeración de filas y asientos, buscando justamente la fila 45 y los asientos 6 y 7 que eran los que se nos habían asignado.
- Rosie esa es la fila 45.
Miré a Jacob quien señalaba una de las tantas filas de asientos y Solte un bufido.
- Pudiste haberlo dicho antes.
Caminamos hasta llegar a dicha fila y luego observé el número de los asientos. El que estaba observando ahora tenía justamente el número 20, por lo tanto tendríamos que avanzar 13 asientos hasta llegar al asiento
Al llegar al asiento 8 pude notar que obviamente el 7 estaba ocupado por otra persona y el 6 también. Una pareja que seguramente estaba en una cita al igual que nosotros ocupaba nuestros lugares y hablaban sin cesar en ellos.
- Disculpa.
Evidentemente llame su atención ya que ambos abandonaron su charla para fijar sus ojos en nosotros.
- ¿Que sucede? -. Pregunto la muchacha de la pareja en un tono hostil como queriendo hacerme notar que la estoy fastidiando.
- Ustedes están ocupando nuestros lugares -. Afirme está vez yo con el tono de molestia.
- Eso no es posible, nosotros tenemos la fila 45 asientos 6 y 7 - Explico está vez el muchacho en un tono más cordial.
- Pero nosotros también -. Defendió está vez Jacob.
- Muestrame sus boletos.
- Se los entregamos al muchacho que cuida el ingreso a la sala.
Idiota.
- Pues nosotros también.
La sala del cine comenzaba a llenarse y me asustaba un poco el hecho de que nos quedáramos sin asientos por este par de idiotas.
- Iré a hablar con el supervisor, o alguien que solucione está situación -. Dije molesta y seguida por Jacob me alejé de ese par y salí de la sala.
Los pasillos del cine estaban muy llenos de personas que iban y venían entrando y saliendo de distintas salas.
- Disculpa -. Mientas pronunciaba la palabra sacudí un poco el hombro del chico que anteriormente nos había quitado los boletos para entrar en la sala.
- ¿Que sucede? - Pregunto apenas se volteo, viendo fijamente hacia mis ojos.
- Dos imbéciles están ocupando nuestros asientos.
Esta vez el que había hablado había sido Jacob, quien se interpuso entre nuestras intensas miradas y prácticamente me oculto tras el.
Escena de celos detectada.
- ¿Que quieres decir con eso?
- ¿Que acaso eres sordo? - Pregunté está vez yo irónica -. Pedimos nuestros boletos por internet, no hay alguna forma de que entren en su base de datos o lo que sea y se cercioren de que ellos están equivocados.
- Haré algo más sencillo -. Explico -. Entraré en la sala y les preguntaré qué película quieren ver, suele pasar que se confunden de sala.
-¿Pero no se supone que tu estas para asegurar que eso no pase?
El chico me ignoro e ingreso a la sala, dirigiéndose directamente hacia la fila 45 asientos 6 y 7. No sin antes pedirle a uno de sus colegas que lo cubra.
Al llegar a nuestros respectivos lugares, la pareja seguía allí por lo tanto el les pregunto amablemente que película querían ver. Y lógicamente se habían equivocado de sala.
Sin pedir disculpas pasaron ambos por mi lado y dedicándome una mirada de odio vi como la rubia con su novio se alejaba de nosotros y dejaban nuestros lugares libres minutos antes del comienzo de la película.
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- La verdad que la parte donde la muchacha corre y cae al tropezar con una rama fue muy mal actuada -. Confesé mientras salíamos de la sala.
- ¡Si exacto! -. Exclamo Jacob coincidiendo conmigo -. Pero la peor parte de todas fue cuando los dos estaban durmiendo y el asesino aparece en el cuarto.
- ¡Es verdad! Osea, el entró en la casa, se metió en el cuarto, se escondió hasta que se durmieran. Pero nadie lo noto -. La última frase la dije con una pizca de sarcasmo y el se limitó a reír ante eso.
Podrías convertirte en una ejemplar crítica de cine.
- Oh maldición.
No pude evitar decir al ver a través de las puertas transparentes del cine como la lluvia caía sin piedad.
Gracias chico del clima.
- ¿Quieres esperar aquí hasta que valla por el auto? - Se ofreció gentil Jacob al ver la escena del exterior.
- No claro que no, es sólo un poco de agua.
Traté de sonar despreocupada, pero lo cierto es que mojarme me haría ver terrible, ya que el maquillaje se correría y mi cabello se esponjaria. Además de que podría pescar un resfriado.
- ¿Segura que no me quieres esperar aquí? - Volvió a preguntar.
- Claro que si, iré contigo.
Prefiero quedarme.
Salimos uno junto a él otro de el cine. El panorama se veía bastante desolado y las pocas personas que quedaban corrían frenéticas hacia sus autos. Jacob había apartado tan lejos que ni siquiera corriendo evitaríamos mojarnos de pies a cabeza. Miré mi bonito vestido blanco, y los tacones negros. Que pena que tengan que mojarse.
Caminamos un poco bajo la torrencial lluvia, hasta que note que mis pies comenzaban a mojarse, y sin dudarlo saque mis tacones y comenze a caminar descalza por el mojado suelo.
-¿ Rosie que haces? - Pregunto Jacob sorprendido.
- Es divertido y además ya estoy mojada. ¿Que más da?
Comenze de repente a saltar aún descalza en pequeños charcos de agua o a salpicar a mi alrededor al igual que una niña.
- Puedes clavarte algo en el pie -. Advirtió Jacob mirando atentamente por donde yo pisaba.
Minutos más tarde como seguí sin prestarle atención a sus advertencias, note como dos brazos me sujetaban y levantándome en voladas del suelo Jacob comenzó a correr hasta llegar al auto. Donde en una maniobra muy extraña sin bajarme de sus brazos abrió la puerta del copiloto y me sentó en el asiento.
Yo cerré la puerta y segundos después note como el se sentó a mi lado.
Me sentía incómoda y fría. El agua que escurrían mi cabello y vestido llegó a mojar todo el asiento. Y mis zapatos ya eran casi un desperdicio.
- ¿Tienes frío? - Pregunto Jacob quien estaba casi o más mojado que yo.
- No te preocupes.
Sacudí mi mano un poco y sin darme cuenta lo moje aún más.
- Si quieres puedes venir a mi casa -. Ofreció el muchacho -. Queda cerca de aquí -. Hizo una pequeña pausa para doblar a la izquierda -. Te secas un poco, comemos algo y luego te llevo a tu casa.
- Está bien.
Sin cruzar ni una palabra más, ambos nos concentramos en mirar el camino. La lluvia caía sin parar y las calles de alguna forma milagrosa no se inundaban.
Comenzamos a transitar por una zona en la que nunca estuve, pero por lo poco que veía las casas eran bonitas. Es decir, las típicas casas de clase media.
Sin previo aviso Jacob aparcó en frente de una de las casas, y saco un pequeño control -del compartimiento que se encuentra en la puerta de su derecha -. En el control presiono uno de los botones y segundos después la puerta del garaje que estaba frente a nosotros se había abierto por completo y el sin dudar ingreso rápidamente.
Bajamos ambos del carro y vi como lentamente la puerta del garaje comenzaba a cerrarse otra vez, sintiéndonos en la débil luz de una lámpara.
- Ven por aquí.
Jacob señaló una puerta que se encontraba a su lado y luego de abrir ambos ingresamos en la cocina. El espacio era amplio y se extendía hasta lo que era una sala, con sillas y mesa a juego, una gran televisión y un poco más alejados unos hermosos sofás de cuero negro con una chimenea a gas.
- Rosie subiré a cambiarme y luego te traigo un poco de ropa -. Aseguro Jacob -. Tienes toallas en el baño si es que quieres.
Asentí sin prestar mucha atención a lo que dijo, y después de observar como entraba en uno de los cuartos ingrese al otro que efectivamente era un baño. Sin prestar mucha atención a los detalles más que a la ducha de mampara transparente y los azulejos blancos que lo cubrían todo, tome una gran toalla y luego de quitarme el mojado vestido me cubrí con ella - Cabe destacar que del auto salí descalza -.
Ya seca pero con un poco de frío salí corriendo del baño envuelta en la toalla y encendí la pequeña chimenea para luego sentarme frente a ella en una hermosa y cálida alfombra blanca que se encontraba tendida en el suelo.
Minutos más tarde Jacob salió de aquel cuarto y traía puestos unos jeans con una camiseta blanca y pantuflas. Al verme sólo cubierta por la toalla sus ojos se abrieron como platos pero segundos más tarde volvieron a su estado normal.
- Tienes ropa sobre mi cama -. Informó - Pero si quieres quedarte así no me molesta.
Reí ante su último comentario y camine tratando de ser lo más provocativa posible hasta entrar en el cuarto.
Sobre la cama vi algunas prendas, que resultaron ser una camiseta y unos shorts que no me quedaron tan grandes como creí que me quedarían. Así que ya vestida y abandonando la toalla doblada sobre una silla que había en el cuarto, salí nuevamente a la sala donde Jacob había colocado una película y estaba sentado en uno de los sofás mirando atentamente.
- ¿Que película es ? - Pregunté curiosa.
- El extraño caso de Benjamín Button.
- Oh adoro esa película.
Corriendo cual niña llegué al sofá donde me acomodé y junto con Jacob disfrutamos la película.
***
Hola!
Dos capítulos más, el epilogo y terminamos está historia 😨😓 Sigo sin creerlo.
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