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Capitulo 59

Hoy se irán Stela y Noah

Esa frase se repetía en mi mente una y otra vez. Era muy extraño para mi pensar en despedirme de ellos, que fueron, son y serán mis mejores amigos. Miles de recuerdos pasan por mi mente, desde la vez en que Noah dio ese pésimo discurso en el baile de graduación hasta aquella noche en que los descubrí juntos en nuestra habitación de aquel hotel en San Diego. Sin importar que siempre permanecimos juntos ellos son muy importantes para mí ya que se que siempre estarán para escucharme, entenderme y aconsejar me. Tantos años de amistad nos habían unido enormemente tanto como a una familia y ahora que se irán una parte muy importante de mi se irá con ellos.

Salí de la ducha y luego de secar mi cuerpo con la toalla me vestí y salí del cuarto de baño sin importarme que mi pelo mojado roceara  de pequeñas gotas de agua el piso.

Ate mi cabello húmedo en una coleta de caballo improvisada y salí de mi pequeña casa, no sin antes tomar las llaves de mi carro.

Conduje por las calles de la ciudad acompañada por el suave sonido de la voz de Ed Sheeran en la canción "Photograph" la cual reproduci en mi estéreo una y otra vez sin cansarme.

Al llegar finalmente a la casa de Stela y Noah, baje del carro con pocos ánimos y camine vacilante hasta la puerta de entrada donde luego de tocar el timbre una pequeña niña a quien reconocí como prima de Stela me abrió la puerta.

— Hola Karol, soy Rosie —. Le  recordé, ya que me miraba extraño. Como si no me conociera.

— Rosie ¿Estuviste llorando? —. Pregunto la niña dulcemente y con cierto tono de preocupación.

Un poco desconcertada me miré en la pantalla de mi móvil -Un excelente espejo- y pude notar que efectivamente bajo mis ojos se dibujaban ciertas líneas negras producto de el contacto de mi maquillaje con alguna que otra lágrima rebelde.

—¿Estas triste por que Stel y Noah se marcharán? —. Pregunto la niña en tono inocente.

— Si —. Respondí sin ser capas de agregar nada más.

Ella asintió con lo cual de algún modo me dio a  entender que me comprendía, al menos un poco.

Apresurada saque de mi bolso unas toallitas desmaquillantes y limpie mi rostro lo mejor que pude.

Al ingresar en la sala de estar no me sorprendí al ver a muchas personas rodeando a mis amigos y brindándoles palabras de aprecio y apoyo.

— Rosie viniste —. Dijo en un tono bajo la madre de Stel al verme.

— Buenas tardes Carmen —. Salude cordial —. Creo que estamos las dos en el mismo estado.

Ella me sonrió a duras penas y luego de intercambiar algunas palabras más se alejó de mi con la excusa de tener que ir a buscar a su automóvil algunos objetos que traían recuerdos para Stela y Noah.

Di algunos pasos más por la sala y no me sorprendí al ver a mis padres a quienes sin dudar me acerqué.

— Hola —. Salude.

— Oh cariño.

Inmediatamente mi madre me envolvió en sus brazos a modo de contención y no pude evitar comenzar a llorar nuevamente.

Hoy se irán Stela y Noah.

De tan sólo recordar ese simple hecho ya mi mente traía nuevos recuerdos hacia mi, pero que está vez involucraban a mi madre.

Flashback

— Niños prepare galletas vengan aquí —. Nos ordenó mi madre desde el umbral de la puerta de mi casa, interrumpiendo nuestro juego de tiro al blanco con una torre de latas y pequeñas piedras.

— ¡El que llega primero gana! — Exclamo Noah y comenzó a correr en dirección a mi madre retandonos a una carrera tanto a Stela como a mi.

Stela y yo nos miramos mutuamente y sin dudarlo echamos a correr hasta mi hogar donde como las niñas de ocho años que éramos devoramos aquellas galletas tan deliciosas que mi madre preparó.

Fin del Flashback.

Oh Rosie no llores, recuerda que estén lejos o cerca ellos siempre serán tus amigos y estarán allí para ti —. Susurro mi madre en intención de animarme al mismo tiempo que acariciaba dulcemente mi cabello.

— Si lo sé, gracias mamá —. Atine a decir cuando mis lágrimas cesaron.

Minutos más tarde un poco más calmada me aparte de mis padres y me dispuse a hablar con Stela y Noah...o al menos intentarlo.

— Stel —. Balbucie al ver a mi amiga frente a mi.

Ambas nos abalanzamos una sobre la otra en un fuerte abrazo, ignorando todo a nuestro alrededor.

— Te echaré muchísimo de menos —. Susurramos al unísono en el oído de la otra.

Tanto ella como Noah me habían explicado varias veces que su partida era necesaria, el había conseguido un muy buen empleo en Alaska que aquí jamás conseguiría y debía marchar cuanto antes. Stela obviamente iría con el. Ella había encontrado una bonita casa en Alaska, y ya tenían planes de buscar un bebé apenas se hubieran instalado correctamente.

— Siempre seras mi mejor amiga —. Le asegure.

— Y tu la mia, de eso no tengas dudas —. Afirmo ella antes de romper nuestro abrazo para poder ver nuevamente mi rostro —. Nos hablaremos por teléfono cada vez que tu quieras, no te puedo prometer que será lo mismo pero intentaré que todo sea como hasta ahora.

— Yo también Stel, no te podrás  deshacer de mi tan fácilmente.

Ambas nos dedicamos una pequeña sonría y Stela puso en su rostro una expresión que daba a entender que había recordado algo.

— Tengo algo que darte.

Sin decir más nada tomo mi mano y me llevo a su cuarto, donde luego de revolver en una caja que tenía la inscripción "Fotos" saco efectivamente una foto enmarcada.

Al acercar a mi aquel retrato a mi pude ver que nos mostraba a mi y a Stela de pequeñas fundidas en un gran abrazo donde a ella se la podía ver sonriente y a mi seguramente también me encontrarían así en ese momento.

Flashback

Stela y yo corríamos riendo por el  patio trasero de mi amiga. Donde jugábamos usualmente.

Ese día en particular, el pasto se encontraba húmedo y eso provocó que caiga y raspara mis rodillas. Mis pequeñas rodillas me ardían y Stela había sido la primera en acudir a ayudarme, con algunas palabras tranquilizadoras colocó unas banditas en mis raspones y luego me abrazo sonriente dándome a entender que ya todo estaba bien nuevamente.

Fin del Flashback.

Muchas gracias Stel.

—Oh Rosie es sólo una foto, además ya tengo mi copia —. Me aseguro ella poniendo su mano izquierda en mi hombro.

— No me refiero solo a esto —. Anuncie señalando la foto —. Si no a todo lo que hiciste por mí durante todos estos años. Gracias Stel.

Ella me sonrió de lado y se limitó a no decirme nada. Pude notar que estaba a punto de llorar.

— Chicas las estuve buscando por todas partes —. Irrumpió Noah.

Al vernos su expresión despreocupada cambio a una mirada que dejaba entrever una pizca de tristeza.

— Oigan chicas, todo está bien no quiero que estén tristes.

El se acercó a paso lento hacia nosotras y abrió sus brazos, donde ambas nos abalanzamos cual adolescentes.

— A ti también te extrañare mucho Noah —. Confesé aún sumida en el abrazo.

— Rosie, sólo imagínate que nos fuimos de vacaciones —. Aconsejo mi amigo acariciando mi cabello.

             Lo intentaré.

Nos apartamos los tres y nos dedicamos una pequeña sonrisa.

— Prometo ir a visitarlos al menos en sus cumpleaños —. Dije un poco en broma un poco seria.

— Y nosotros vendremos para tu cumpleaños y año nuevo —. Confeso mi amiga.

El día siguió su curso, todos se despedían de mis mejores amigos o simplemente conversaban con ellos.

La casa se veía ya medio vacía, no había televisión, ni sofás, ni electrodomésticos. Básicamente todos los muebles ya no estaban, a excepción de algunos que son los que no quieren llevar. Como sus dos mesas de noche, objetos que Noah siempre odio.

— Hola Rosie —. Me saludo Jacob con una sonrisa de lado.

Absorta en mis pensamientos no lo había visto llegar, ni mucho menos caminar hacia mi. Cuando le eché una ojeada no me sorprendí al notar que estaba tan guapo como siempre.

— Hola Jacob —. Salude está vez yo un tanto apenada —. No note que viniste.

— Si eso imaginé, a menos que no quisieras saludarme.

— ¿Tendría que saludarte?

— Bueno pues, sería lindo

Me dedico una de sus radiantes sonrisas y guiño su ojo izquierdo. Como siempre hace cuando intenta coquetear conmigo.

¿Se dio cuenta que me encanta que lo haga?

Rosie —.  Llamó Jacob.

— ¿Si?

— ¿Querés salir conmigo este sábado?

¿Esto es una broma verdad?

— Jacob  me estoy despidiendo de mis mejores amigos —. Solte irritada — No creo que sea un buen día para pedirme una cita.

— De acuerdo como tú digas.

Posó su mirada en otro punto de la sala. Esto es indignante.

— ¿Ahora vas a ignorarme?

Hizo como si no me escuchara y siguió con su mirada fija en otro lado.

— Wow —. Exclamé irónica —. Cuanta madures.

— Acabas de rechazarme —. Bufo el.

— No te rechace —. Desmentí —. En ningún momento dije que no quería salir contigo el sábado.

— ¿Eso es un si?

— No —. Observé su rostro de indignación y Solte una risotada (La primera en días) —. Es broma, claro que si.

— Pasare por ti el sábado a las 20:00.

— Yo no te abrarire la puerta hasta las 20:15 —. Replique.

—¿Por que?

Llegaste tarde a nuestra primera cita, así que te haré esperar.

—¿Por que, que? — Pregunté fingiendo no entender de lo que me estaba hablando.

El entre cerro sus ojos, pero no le dio más magnitud al asunto.

Antes de irme de la casa de Stela y Noah, para que pudieran descansar antes de emprender el viaje a sus nuevas vidas en Alaska, abraze fuertemente a mis amigos y aferrada a el obsequio que Stela me había dado me fui.

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Stela y Noah ya se encuentran en Alaska, hoy por la mañana me mandaron más fotos de su hermosa casa. Muero de ganas por conocerla.

Escuche que tocaban la puerta y el timbre, cuando vi el reloj marcaba las 20:00 puntualmente. Jacob decidió llegar temprano hoy, pero yo lo haré esperar de todos modos.

Continúe colocando maquillaje por mi rostro y arreglando me la ropa, un poco de perfume, un vaso de agua y para cuando me quise dar cuenta ya eran las 20:15.
Abriré la puerta.

— Buenas noches Rosie —. Saludo apenas me vio.

Jacob parado allí frente a mi, con un perfume muy embriagador y un sutil pero bonito atuendo de camisa y jeeans. Como siempre.

— Buenas noches Jacob.

Ambos nos miramos y sin necesidad de decir nada nos entendimos. Yo coloque apresurada mis brazos rodeando su cuello y el posando sus cintura me atrajo más hacia su cuerpo uniendo nos en un coordinado beso que no tenía ganas de finalizar.

Caminamos tomados de las manos hacia su auto. El conducía con calma y yo me limitaba a observar por la ventana el paisaje de la ciudad. Gente caminando, autos avanzando, perros ladrando y algunas otras cosas más.

— Se que no me lo dirás —. Supuse —. Pero no moriré por preguntarlo — Hize una pequeña pausa dramática para obtener su atención —. ¿A donde iremos?

El sonrió de lado y volvió a mirar el camino.

— Ya estamos cerca —. Afirmo.

Lo cierto es que algunos minutos más tarde aparcó en el estacionamiento de un muy bonito restaurante.

Al ingresar todo era muy acogedor, en las mesas había velas (Más decorativas que útiles) y los manteles y cortinas eran de un color rojo vino muy elegante.

El mozo nos guió hacia una mesa que se situaba junto a la ventana, la cual se encontraba oculta tras las cortinas.

Ambos observamos la carta por unos minutos hasta que nos decidimos y escogimos pastas. Lo clásico.

— Rosie cuenta me sobre ti.

— ¿Que quieres saber?

— No lo sé, sólo dime lo  que tú quieras.

Dude unos segundos, pero opte por decir lo primero que se me cruzó por la mente.

— Mi nombre es Rosie Castle, tengo 26 años, mis padres se llaman Lisandro y Elizabeth, mi hermana Magui y mis mejores amigos...buenos ya los conoces —. El asintió en respuesta y yo continúe —. Estudié medicina en la Universidad de Standford y actualmente trabajo de eso —. Sin saber que más decir sólo me mantuve en silencio unos segundos — Ahora cuenta me de ti.

— Mi llamó Jacob Gonzales, tengo 28 años, mi padre falleció hace unos años y mi madre Eva vive con mis dos hermanas Lucy y Zendaya, trabajo de profesor de historia en una preparatoria cerca de aquí, vivo solo al igual que tu y tengo un pequeño cachorro llamado Rufus conviviendo conmigo.

— Oh eso es mucha información —. Dije sincera —. Realmente lamento lo de tu padre.

Extendí mi mano sobre la mesa y el la tomo para brindarme algunas caricias en ella.

— Ya quiero conocer a tu familia y a Rufus.

El sonrió y justo cuando estaba por decir algo, nuestra comida llegó.

* * *
Hola!
Nos quedan tres capítulos más el epílogo.
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