Capitulo 48
8 Años más tardé.
— ¡Rosie! ¡Te llame millones de veces! —. Exclamo Stela al cruzar el umbral de la puerta de mi casa.
No la casa de mis padres. Mi casa, en mi hermosa ciudad cerca de la casa de mis padres, pero no en la de ellos.
— Si lo se, lo siento mucho —. Respondi antes de cerrar la puerta luego de que Stela ya se encontraba dentro. -El trabajo esta acabando conmigo —. Confesé, ya que era cierto.
— Oh cariño estoy muy orgullosa , mi madre dijo que todos hablan maravillas sobre ti —. Informo Stela antes de apretujar mi mejilla como si fuera una chiquilla.
En estos últimos 8 años, luego de graduarme de la tan prestigiosa y hermosa Universidad de Stanford, comencé a arrojar mi currículum en varios hospitales. ¡Hasta que por fin me llamaron! Y ahora me consideran una de las mejores cirujanas de mi hospital, lo cual es una locura ya que comencé hace poco a ejercer mi trabajo. Tal vez sea que no tengo mucha competencia.
Por otra parte, mi pequeña casa nueva era otra bendición, la conseguí a muy buen precio y me queda razonablemente cerca de todo. Aunque tengo que hacerle algunas reparaciones como en el tejado, o las cañerías de agua con goteras, o las vallas del jardín...
— ¿Y Noah? —. Pregunte recordando a mi amiga
— Oh ya sabes, en el trabajó —. Respondió Stela despreocupada mente.
— Hace tiempo que no lo veo —. Pronuncie en un suspiro.
— Si lo se, pero tengo algo que contarte —. Anunció Stela cambiando de tema.
— Soy toda oídos.
Nos acomodamos una al lado de la otra en las sillas frente a la mesa. Ya que sofá no poseo. Y luego de estarnos lo mas cómodas posibles, y de que nos sirviera un vaso de jugo mi amiga emocionada comenzó a balbucear.
— Stela no te entiendo nada —. Confesé junto a una pequeña risa.
— Es que Noah y yo...
La situación me ponía un tanto nerviosa, pero Stela en vez de tranquilizarse y hablar con calma continuaba balbuceando.
— Stela, solo cuenta me de una vez —. Corte tajante finalmente.
— Noah y yo... —.Volvió a repetir dubitativa.
— ¿Noah y tu? —. Pregunte exhausta por el suspenso de la charla.
— ¡Noah y yo nos casaremos! —. Soltó finalmente en una gran exclamación de alegría.
Mi mandíbula prácticamente se descolocó ante la noticia, por que si bien era algo de esperarse por parte de la pareja. No creí que sería tan pronto.
— Te felicitó —. Logre decir mientras una lágrima de emoción rodaba por mi mejilla.
Nos fundimos en un abrazo enternecedor y permanecimos así varios minutos. Ver a Stela caminando hacia el altar con un vestido blanco y flores en su mano era una imagen hermosa. Y del otro lado esperándola estaría Noah, con su sonrisa perfecta y un elegante traje hecho especialmente para el.
— Oh estas a punto de llorar —. Dijo tiernamente Stela mirándome con una amplia sonrisa.
Un par de lágrimas de emoción volvieron a colarse sin permiso en mis ojos. Y simplemente las deje ir.
— Rosie, ¿Te gustaría ser mi dama de honor? —. Pregunto Stela sonriendome divertidamente.
¿Que acaso la respuesta no es obvia?
— ¡Claro que si! —. Exclame alegre y ambas volvimos a fundir nos en un acogedor abrazo.
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