Alrededor de las 21:00 pm, me desperté, rápidamente me di una ducha, me maquille y coloque ropa cómoda pero bonita, una falda negra acampanada, y un top gris. Que convine que unos tacones bajos plateados.

Al ir a la cocina, me prepare algo rápido, para no tener el estomago vacío y le explique a mis padres donde estaría.

—Ten cuidado, no te alejes de tu grupo, y portate bien —.  Aconsejo mi madre como si fuera una chiquilla.

Yo asentí sin prestar mucha atención y tomando mi bolso y mi móvil, salí de la casa.

Afuera no hacía ni frío ni calor, era la noche ideal, tome mi móvil y marque el numero de Stela

Llamada:

— ¿Donde están? —. Pregunte.

— Cerca —. Dijo Stela desinteresadamente y corto la llamada.

Espere en la acera aproximadamente 10 minutos, hasta que vi por la esquina de la calle asomarse el carro negro de Noah.

— Buenas noches — . Salude  entrando en el carro.

— Igual para ti preciosura —. Dijeron ambos al unisono para después largar una carcajada.

— Te vez bonita Ro —. Solto Stela sonriente —. Pero toma esto.

Luego de decir la última frase, me lanzo una chaqueta cazadora en la cara.

— Gracias —. Dije confundida —.¿Pero adonde iremos?

— Si te lo decimos no es sorpresa —. Contesto Noah.

Me coloque la chaqueta, y el resto del viaje los tres nos concentramos en escuchar musica y cantar una que otra canción.

— Llegamos —. Dijo emocionada Stela.

Salimos del auto, y dejando un poco atrás a Noah nos acercamos a un grupo de muchachos.

Ciertamente el lugar no me agradaba, había muchas motocicletas, muchachas escasas de ropa, y por sobre todo hombres, con caras serías y atemorizantes.

— El es Derek —. Señalo Stela enseñándome a el muchacho que nos llevó ayer a la fiesta de Noah.

—Si lo recuerdo.

Seria descortés de mi parte, decir que me acababa de enterar su nombre.

— Vamos Stela, la carrera esta apunto de comenzar —. Dijo Derek tomando a mi amiga del brazo alejándola.

Ambos se montaron en una motocicleta negra, yo no podía salir de mi asombre.

¿Acaso Stela enloqueció? Podría ir a la prisión por las carreras ilegales, o peor morir en un accidente

— Ro, ¿te a gustado el sitio?—. Pregunto Noah a mis espaldas.

— Ciertamente no —. Respondí con el seño fruncido —. ¿Como pudiste traernos aquí?

— Rosie, sabes como es Stela, ella tuvo la brillante idea —. Se excusó Noah.

— Ya vera ella —.  Advertí decidida.

— Ven vamos a ver la carrera —. Dijo Noah despreocupado.

Las motocicletas iban a toda velocidad vuelta tras vuelta, según lo que Noah me explicaba en cada ronda el ultimo en llegar a la meta era eliminado y el ganador se llevaba a casa un premio en efectivo, drogas, tal vez algunos móviles, y en especial una muchacha, ya sabéis para celebrar.

Stela y Derek siempre eran de los primeros en acabar la carrera, todos lo motociclistas tenían una compañera, la cual se sentaba de espaldas a el durante la carrera generalmente eran las novias, o simplemente alguien con quien se topaban.

Era una de las ultimas vueltas, Stela y Derek tenían la delantera pero alguien los arrebazo, no distingui quien pero apenas cruzo la meta su compañera se bajo de la motocicleta dando trastraspiés y comenzó a vomitar.

El motociclista miro a su alrededor, claramente buscaba una compañera, pero todas tenían pareja o estaban corriendo, claro exceptuando me a mí y a otra muchacha flacucha.

— Montate —. Ordeno el motociclista, recientemente abandonado.

— Sera mejor que vallas —. Dijo Noah empujandome contra la motocicleta —. No querrás que se enfade.

Valla Noah, gracias por tu protección.

Asustada y temblando me monte en la parte trasera de la moto, donde el conductor me dio un cinturón con el que dándole la espalda me ate.

4 carreras corrimos y puedo apostar mis dos manos a que le provoque sordera a media ciudad con mis gritos de pánico. La moto iba demasiado rápido, y al arrebazar a los demás corredores, parecía que los fuéramos a chocar y eso sumado a la escasez de luz, perjudicaba todo.

— Por favor para, quiero bajarme —. Suplicaba mientras nos acercábamos a la meta.

— Es la ultima vuelta preciosa —. Dijo cínicamente—.  Te advertí que no te metas en lo que no te incumbe.

¡Alexander! Por supuesto, ¿Como no me di cuenta antes? Solo el con toda su experiencia podría terminar siempre primero una carrera.