Capitulo 24
El calor dentro del carro era sofocante mientras avanzábamos por la carretera. El aire acondicionado no funcionaba y yo solo quería que paráramos en la banquina de la carretera para poder bajar y tomar aire fresco.
— En treinta minutos estaremos topándonos con una gasolinera —. Informo Noah mientras dos gotas de sudor se le escapaban.
No exagero al decir que hace mucho calor aquí.
— Perfecto —. Respondimos Stela y yo al unísono.
Los treinta minutos pasaron muy lentamente, la voz del GPS me estaba comenzando a irritar y mientras el calor era abrumador y sofocante el viento no había decidido dar señales de existencia.
Apenas Noah aparco el carro para cargar combustible, Stela y yo bajamos prácticamente corriendo y entramos en el Mini Market. El aire acondicionado del lugar era la cosa mas fascinante que pudimos sentir.
— Tomare un refresco —. Le informe a mi amiga respirando profundamente el aire casi frío y que tanto alivio me estaba brindando.
Me acerque al área de refrigeradores y abrí uno distraídamente, tomando una Sprite bien fría y extrayéndola del congelador.
Por otra parte Stela había tomado dos botellas de Coca-Cola y se encamino a la mini caja registradora donde tomo el último paquete de patatas fritas del estante y lo pagó junto con mi Sprite y sus bebidas.
Ambas nos dirigimos a la salida de aquél refrescante lugar, pero cuando estuve a punto de abrir la puerta unas pequeñas manitas golpearon mi espalda. Sorprendida me di vuelta para ver quien era, y vi a una hermosa niña de ojos cafés con dos coletas en el cabello mirándome con el ceño fruncido.
— Ustedes se llevan el último paquete de patatas fritas —. Espeto la niña molesta.
— Oh lo siento mucho preciosa, no sabía que a las niñas lindas como tu le gustaban las patatas —. Dije tiernamente poniéndome de cuclillas para quedar a su altura.
La niña se ruborizó tiernamente y con mucha timidez se escondió tras las piernas de un muchacho que acababa de aparecer a su lado
— Lo siento, pero a Magui le gustan mucho las patatas fritas —. Comentó en voz baja el muchacho que ocultaba a la niña tras sus piernas.
Lentamente subí la vista y ante mi vi a un bronceado muchacho de aproximadamente 20 años sonriente, con cabellos color avellana y con algunos músculos de su brazo marcados.
— Yo soy Marcus y ella es Magui por cierto —. Aclaro antes de ayudarme a volver a mi estatura normal.
— Ella es Stela —. Indique señalando a la chica detrás de mi —. Y yo soy Rosie.
— Un gusto conocerte bonita —. El tomo mi mano sin previó aviso y la beso dulcemente dejándome atónita y ruborizada al igual que a la niña detrás de el.
— Em yo... —. Balbucie sin éxito. A si que solo me limité a sonreír.
— Toma pequeña esta es para ti — Dijo Stel al rescate, dándole el paquete de patatas fritas a la niña que me miraba extrañada.
— Gracias —. Susurro levemente tomando las patatas y ocultándose nuevamente.
— ¿Es tu hermana? —. Me anime a preguntarle a Marcus.
— Si —. Respondió sonriente.
— Sera mejor que nos vallamos ya —. Me espeto Stela impaciente señalando con la mirada a Noah montado en el carro.
— Si es cierto — Solté —. Adiós —.Salude a el par de hermanos frente a mi.
— ¿ A donde se dirigen? —. Pregunto Marcus curioso tomando me por sorpresa.
— A San Diego. ¿Ustedes?
— Nosotros igual.
Y después de prometernos vernos algún día - ya que estaríamos en la misma playa - nos despedimos y retomamos el largo viaje.
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