Te amo;

a las once y media de la noche,

a las once y media de la mañana,

a las tres y cuarto de la madrugada.

Te amo;

con el alma en la mano,

con el corazón en el cráneo,

con la piel en los pies.

Te amo;

como el volar de una mariposa,

como el maullido de un gato enjaulado,

como la fealdad de un lagarto.

Te amo;

como solo yo puedo amarte,

con un pie adelante y otro quebrado,

con mis vestidos rasgados,

con mi pelo cortado.

Te amo;

porque simplemente te amo.

Con los ojos cerrados y los dedos callados,

con la nariz tupida y el sol en mi sonrisa.

Te amo

porque existo,

existo porque te amo.

Te amo porque simplemente te amo.