Ojos de gacela,

sonrisa de zorra elegante,

guantes de seda.

Movimientos de magnate,

torpezas de principiante,

mente de un criminal.

Pero, corazón de copo de algodón.

Una caricia en el dorso de una mano,

un susurró cerca de mi oído,

guiño indiscreto a mis impulsos contenidos.

Individual a la sombra,

ingenua solo para atraerme,

me envenenas con tu canto,

hasta quedar ebrio de tu encanto.