Capitulo 1
-¿Es enserio Magh?- La vos de Valentina no podía ser más borde eh indiferente, estaba molesta y lo entendía o sea yo también lo estaba pero no veo la maña de molestarse conmigo y hablarme de la manera tan grotesca como lo estaba haciéndo.-Tenemos semanas sin salir, ¡por Dios!, pronto regresaremos a clases y vernos será más difícil por que se vendrán temporadas de exámenes, es que acaso no sabe eso Benjamin. No entiendo su manía por tenerte siempre tan controlada... en ves de parecer su novia pareces su esclava.
-Ya sabes como es él, Val,- intento calmarla absurdamente, conociendo tan bien a mi amiga estará con el coraje el resto de la tarde.
Benjamin es mi novio y lo cierto es que desde que salimos de vacaciones de verano no eh podido pasar tiempo con mi mejor amiga, pero el evita a toda costa que salga con ella, se que esta mal en ese aspecto y es por eso que hoy hable con el eh intente hacerle ver las cosas desde mi punto de vista. -Escucha val, se que ustedes no se agradan y jamás los eh obligado a que se lleven bien, ni nada de eso. Pero también quiero que me entiendas, yo quiero mucho a Benjamin y si, se que crees que soy una tonta por aguantar sus celos absurdos y sin sentido pero yo ya aprendí a sobrellevar esa fase de él-suspire pesadamente y apague mi celular para que mi novio dejara de llamarme, tengo una hora con Val y Benjamín ya me ah marcado 4 veces,- Solo, ¿podrías por favor intentarlo también?-Levante mi Iphone para mostrarle que lo había apagado regalandole una pequeña sonrisa, ella me sonrió también mientras asentía sin muchas ganas.
-Solo digo que es muy curioso que te haga tantos dramas, digo, tu nunca le haces ningun pancho y él te tiene prohibido hablarle hasta a los chicos de clases. Eso es exagerado desde mi punto de vista
-No le celo por que no tengo motivo alguno, y para aclarar, no me tiene prohibido hablarle a nadie. Si no lo hago es solo para evitar disgustos en nuestra relación, Vale. -sentenciae, dando por terminada la plática, claro que conociendo mi amiga no la dejaría tan fácil.
--Eso que ustedes tienen no terminara nada bien, -aseguro la muy bruja molesta a más no poder y casi lanzando humo por las vias respiratorias. -como qué me llamó Valentina. Oh veras como soy más bruja que la anciana impostura de la Colonia.- una ves termino su discurso intente de todas las maneras posibles no reírme de sus ocurrencias pero alfinal fracase y estalle en carcajadas provocando que se resbalara de mis manos mi malteada de chocolate. - Serás bruta, ¡venga!, vamos a sentarnos a esa banca de ahí, no nos calara el fastidioso sol, ya me tiene sudando desde hace un buen rato.- Nos encontrábamos en un parque muy famoso de la ciudad, la gente acostumbra a salir por las tardes a hacer rutinas de ejercicio, a caminar, leer o simplemente conversar como es el caso de val y el mío. El parque es grande, está rodeado de bellos árboles y pinos, también hay juegos infantiles para los niños: resbaladillas, columpios y de más. Los caminos son angostos hechos de piedra para impedir que la gente cruce por el bien cortado y limpio césped, a cada cuatro o cinco metros hay bancas para centarse, algunos comerciantes vienen a este lugar a vender sus productos: un hombre de edad avanzada está vendiendo juguetes tallados en madera para los niños, hay puestos y carritos de comida rápida y otros de bebidas que es donde yo y vale compramos nuestras malteadas y a la cuál toda vía ni me terminaba cuando está terminó exparcida por el suelo apedreado.
Conocí a Valentina en un convivio de la escuela a honor al día de las madres. Los maestro de la primaria a la que asistíamos se habían puesto de acuerdo a que un niño o niña de cada salón dijese un poema a nuestras madres frente a todas ellas y por ende frente a todos los alumnos. Eh de aceptar que en el momento en el que el director paso por el salón y nos explicó en lo que consistía en proyecto me pareció bastante interesante y hasta emocionante, así que me ofrecí para escribir y redactarles el poema a nuestras progenitoras, igual no es como que haya tenido mucha competencia ya nadie de mi salón estaba interesado en el concurso, cabe mencionar que algunos niños hasta me agradecieron el hecho de que yo fuera a ser la participante de 2.A
Dure días en lograr aprenderme el poema que yo misma escribí, era una niña y el poema no era tan bueno pero yo en aquel tiempo me sentía más grande que William Shakespeare y Charles Bukowski juntos.
Todo marchaba de maravilla pero cuando se llegó el dia y el momento en el que otros alumnos pasaban a redactar su obra de arte frente a toda la escuela, aquella chispa de inseguridad y terror me alcanzó, ver las caras de cada alumno frente a todos me desestabilizó por completo dejándome atónita, los chicos que estaban pasando se encontraba tan nervioso que tartamudeaban a un nivel de que el poema no se entendiera o leían demaciado rápido por los nervios. Verlos de ese modo no ayudó en el estado en el que me encontraba sino que más bien lo empeoró.
Fue entonces que sentí el resoplido de alguien a mis espaldas y cuando me giré encontré a una niña del 2.D, por lo que sabia de ella es que había sido transferida de otra escuela el año pasado y que era demaciado problemática por lo cual no tenía amigas.
Se encontraba recargada en el respaldo de la pared de la cancha de básquet, todos los familiares y alumnos incluyendo los maestros se encontraban dentro de la cancha que las profesoras arreglaron con globos y meses de regalos para las madres. Al ver a esos niños tan nerviosos decidí que lo mejor era salir un momento y despejarme un buen rato mientras llegaba mi turno y así lo hice. Lo que no acababa de entender es por que ella no se encontraba dentro de la cancha.
Su mirada estaba perdida en mis movimientos y acciones, me veía con una chispa de curisudad más su rostro se encontraba serio e intrigante.
Nunca me había detenido a observarla bien, pero a simple vista parecía una simple niña que no encaja con sus compañeros, no se ve con cara de que le aya clavado un lápiz en el brazo a una de sus compañeras por querer ayudarla a realizar un trabajo, como es uno de los rumores que se cuentan por los rincones.
Estaba tan perdida observándola que no entendí lo que me dijo.
-¿Dijiste algo? -Pregunte con vos tímida.
-Si, -respondió con fastidió- Qué no voy a golpearte, así que deja de mirarme de ese modo.-Susurró exasperada mientras tomaba su largo cabello negro como el carbón y se hacía una coleta mal hecha. Sus ojos se apartaron de los míos situadondolos en algún punto detrás de mí.
-Yo nunca pensé eso. - le aseguré con simplesa mientras perdía mi vista en la hoja de papel que se encuentraba entre mis manos, al menos los nervios disminuyeron, pensé.
Ella soltó una pequeña risa burlona así que regresé a mirarla, levantó una de sus espesas cejas y hablo sin borrar la sonrisa ladeada del rostro.
-¿Entonces dices que no te da miedo que te clave un bolígrafo en un ojo? -pregunto con sarcasmo.
-¿Por que eh de tener miedo?, si hicieras eso yo puedo hacer exactamente lo mismo, ya que también tengo bolígrafos y dos manos con las cuales defenderme. - le respondí con gracia y ella solo sonrio, pero esta sonrisa fue diferente a las otras, se veía sincera.
-¿Quieres que lo digamos juntas?- señaló el poema- así tal ves no te de tanto miedo estar frente a toda esa gente y con el temor de cambiar las palabras o salir corriendo de ese caos. - aseguró ella más animada que hace unos momentos.
-¿De-de verdad?- tartamude con entusiasmo, y esque encerio mi quería decir el poema sola, me aterraba. Ella ya no respondió solo se acercó hasta donde yo me encontraba y se puso a leer el poema junto a mí.
Entonces me di cuenta de que todo lo que decían de ella era mentira y si no lo era sus razones habrá tenido para hacer todo lo que se dice por los pasillos.
Después de unos segundos en absoluto silencio ella decidió romperlo iniciando con una amistad que no sabía que dudaría tanto.
-Me llamo Valentina, por cierto.
-Un gusto Vale, yo soy Magaly.
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