Tradición navideña
Era una mañana encantadora, Yoongi amaba las mañanas de navidad, recordaba lo emocionado que se encontraba al despertar y ver los regalos, era una sensación llena de ilusión, que esperaba año tras año, sus padres veían detrás de ellos con una enorme sonrisa, sabía que cuando tuviera una familia sería una tradición que haría con sus hijos. Pensaba que todas las familias eran iguales, que tenían tradiciones que los unían, pero, al momento de crecer se dió cuenta que no era así y lo que tenía su familia era algo especial.
Cuando conoció a Jimin este se encontraba muy sorprendido por todo lo que veía hacer a su familia, por las reuniones, los domingos de desayunos, las fiestas o simplemente el apoyo y la comprensión, se sintió mal por él, tras conocer a la madre de Jimin y a su padre ausente lo entendió aún mejor. Después de eso, quiso compartir con Jimin lo que tenía, el amor y el calor de una familia, es por eso que se había vuelto tan cercano a todos, en especial de su madre y su Nana. Al tener hijos, no imagino que ambas crianzas se verían forzadas a luchar, él quería hacer las cosas de una manera y Jimin, al jamás haber experimentado alguna de ellas pensaba que era una perdida de tiempo.
Ahora ambos estaban en la misma posición que sus padres habían estado años atrás, observando con una sonrisa la emoción de sus hijos, Chaewon no dejaba de gritar feliz por las muñecas que descubría, Jihoon no era tan efusivo como su hermana, pero estaba sonriendo en grande después de días de seriedad.
—Tengo un regalo para ti—susurró Jimin llamado su atención.
Yoongi se volvió para verlo antes de sonreír, eso era algo que claramente no había esperado, pero no por eso dejaba de lado la agradable sensación que le causó en el pecho y el estómago.
—¿De verdad? —preguntó con un murmullo.
—Sí—asintió—. No es algo extraordinario, pero, creo que puede gustarte.
—Me encantaría verlo.
—Lo tengo en casa, tendré que ir allá, tomar algunas cosas y eso...
—Te llevaré, hoy quiero salir en la tarde—volvió los ojos hacia sus hijos—. Es una tradición de nosotros tres.
—Oh—susurró Jimin.
Cuando se separaron, Jimin accedió a dejar que los niños pasaran navidad y año nuevo con él, alegando que tenía mucho trabajo esos días, era la primera navidad que pasaban juntos después de cuatro años de divorcio. Después de una mañana entretenida mirando a sus hijos y sobrinos jugar, tomaron en desayuno, fue agradable y cálido, entre risas y buenas anécdotas. Una hora más tarde estaban camino a la casa de Jimin, quien lucía mucho mejor que la tarde anterior, aún le preocupaba, de vez en cuando se quedaba en completo silencio, con la mirada perdida, atrapado en sus pensamientos. Bajaron del auto, Jimin entró a la casa y él lo siguió.
—Está arriba
—¿Quieres que te ayude?
—No, todo lo tengo a la mano—dijo con una mueca—. ¿Para cuánto tiempo tengo que empacar?
Yoongi se encogió de hombros. —No lo sé ¿Quieres pasar año nuevo con nosotros?
Por un momento hubo dudas en el rostro de Jimin, antes de que sus ojos se ilunaran y sonriera, se dio la vuelta para subir, Yoongi se quedó sentado en el sillón. Recordaba la primera navidad que pasaron juntos, Jihoon acababa de nacer, llevaba días en el mundo, fue tan cansado cuidar de un recién nacido, que hubieran olvidado por completo que era navidad de no ser porque sus padres los despertaron para cenar algo, fue un largo camino y después de que tuvieron un lugar propio donde vivir, habían decorado de forma exagerada, fue la primera vez que lo hacían solos y la última, seguía sin saber la razón de ello, sólo montaban un árbol, pero no había más. Jimin ni siquiera lo sacó ese año.
—Listo—dijo bajando después de unos minutos, con una bolsa de gimnacio grande en la mano, se enderezó esperando que se acercará, parecía nervioso, se sentó a su lado, a una distancia considerable, sacó entonces una caja ciadrada no muy grande, envuelta en un papel de regalo azul rey con un moño rojo.
Lo tomó elevando una ceja debido a la curiosidad. Empezó a abrirla, curioso, los regalos de Jimin eran algo a lo que debía estar atento, como podía salir bien o muy mal, dependiendo de la situación y sus ocurrencias, debajo del papel había una caja marrón claro, la abrió riendo por la forma tan descuidada como la selló, se detuvo un momento antes de abrirla por completo, se quedó observando el objeto, al principio no comprendió de qué se trataba, miró a Jimin con una interrogante.
—¿Un reproductor portátil de casets? —preguntó.
—Yo...no sabía si aún...ya sabes...¿Aún tienes los casets de música que te dejó tu abuelo? Creí que...bueno, sería lindo probar si aún funcionan.
Su expresión cambio por completo, Yoongi dejó de sonreír como tonto que no comprendía el regalo, para volver a verlo, está vez con un nudo en la garganta, su abuelo, le había dejado una pequeña colección de casets, una que conservaba hasta ese momento, siempre se decía que encontraría algún reproductor, pero llegaba a olvidarlo con facilidad ya que esa colección aún estaba en su recamara en casa de sus padres. Le gustaba pasar tiempo con su abuelo cuando era un niño, le contaba las mejores historias de aventuras que parecían sacadas de una película, fue quien le enseñó el amor hacia ciertos estilos musicales, aún los escuchaba, él le había enseñado a Jimin y juntos disfrutaban de la música, que lo haya recordado, era un toque especial, demasiado, dejó la caja en la mesa de centro y se volvió para abrazar a Jimin, con cuidado de no lastimar su brazo.
—Gracias—susurró antes de besar su sien.
—¿Te gusta? —preguntó alejándose para sonreír—. Lo busqué hace...bueno, cuando decidimos volver.
Yoongi asintió un poco incómodo, debían tener esa conversación, pero estaba inseguro de la forma de hacerlo, suspiró pesadamente antes de sacar de su saco una caja pequeña de terciopelo rojo, Jimin lo miró perplejo.
—No, no es un anillo.
—Uff—bufó—. Veamos.
La tomó, Yoongi estuvo pendiente de su reacción, cuando Jimin abrió la caja se quedó en silencio, creyó que no le había gustado, pero una sonrisa llena de dulzura se dibujo en sus labios.
—Es un guardapelo—explicó—. Mi abuela lleva uno de estos siempre, dice que dentro están las fotos de la persona que más ama en el mundo.
Jimin saco el guardapelo color dorado, circular con un pequeño diamante en medio, Yoongi lo abrió con cuidado, esperando la reacción de Jimin, a quien se le cristalizaron los ojos, no perdió la sonrisa, eso le alivio por completo.
—Chae y Jihoon cuando eran bebés—dijo con ternura—. Busque muchas fotografías, pero creo que estás tienen algo especial, fue el primer día que estuvieron con nosotros.
—Eran tan pequeños—susurró—. Jamás había cargado a un bebé antes de Jihoon, cuando me lo dieron estaba aterrado, sentía que podía dejarlo caer y lastimarlo...es irónico ¿No? Mi miedo se hizo realidad, lo lastimé.
Yoongi puso una mano sobre la de muñeca de Jimin, apretando ligeramente.
—Sé que no es un buen momento, pero, la vida no tiene por qué ser de esta manera Jimin, no podemos ni debemos vivir heridos para siempre, será difícil, pero, la sanación existe, yo sé que Jihoon te ama, se siente herido y es normal, sólo tenemos que ser pacientes y hacer que recuerde que es amado, yo sé que lo amas demasiado, puedo verlo en tus ojos, en el cambio que has hecho por ellos. Sólo falta dejar el miedo atrás y formar una nueva oportunidad.
Ligeras lágrimas recorrieron las mejillas de Jimin, este bajo nuevamente la mirada al guardapelo.
—No sé cómo hacerlo Yoongi. En verdad no lo sé.
—¿Por qué no intentas acercarte un poco a él estos días? Hablar de cosas normales, de sus dibujos o lo que ha visto en televisión.
—¿Y si no quiere hablar conmigo?
—Lo intentas nuevamente al día siguiente y así, en algún momento él va a hablar, Jihoon necesita saber que estás ahí, confiar en que no te iras ante cualquier provocacion.
Yoongi observó a Jimin quien se quedó en silencio, mirando a la nada, como si estuviera pensando en esa posibilidad.
—Creo...que puedo hacerlo.
—Sí, claro que puedes, nunca aceptaste un no por respuesta.
—Eso era antes—hizo una mueca.
—¿Quieres hablar de lo que sucedió? Sé que dijimos que lo dejaríamos de lado por unos días, pero, me preocupa saber cómo te sientes.
—Estaré bien, voy a trabajar duro.
—¿Sabes? No tienes por qué hacerlo solo, hay muchas forma de recibir apoyo, un terapeuta o algo más que te haga sentir bien.
—Voy con un terapeuta, bueno, tuve que dejarlo un par de semanas porque estaba ocupado.
Yoongi asintió, no sabía si estaba bien introducir las opciones que tenía, sin embargo, creía que no podrían estar solos por unos días y necesitaba que Jimin lo pensara mientras estuviera en un lugar neutro, al lado de personas que lo querían y sus hijos.
—Jimin—suspiró—. ¿Realmente te caiste?
Pudo sentir como Jimin se tensó, incómodo, se separó un poco, sin mirarlo a la cara.
—Sí...Jin me llevó al doctor.
—Jimin, ¿Realmente te caiste?
—¿No me crees? —bufó ahora un poco más a la defensiva.
—No quiero hacerte sentir mal, pero, sé bien que cuando tienes una crisis te haces daño, necesito saber si eso está pasando de nuevo.
—No está pasando nada—negó aún sin mirarlo.
Yoongi tragó en seco, todo el avance que había tenido se estaba desvaneciendo, así era con Jimin, por un momento podía ser su mayor aliado y por el otro se convertía en su enemigo, lo trataba de comprender, él no había tenido alguien que realmente se interesará en su problemas, creía que pasaba desapercibido y así era, Yoongi jamás lo habría pensado, no hasta que su relación comenzó y se dió cuenta de que Jimin siempre tenía moretones en los brazos, araños y cicatrices, al preguntarle siempre había una excusa, una caída, a veces no sabía ni siquiera cómo estaban ahí. A medida que su relación se hacía más sería, la fachada de relajación y de bienestar de Jimin caía a pedazos, salía su parte insegura, agresiva y despreciativa, a menudo escuchaba comentarios sobre su físico, sobre todo lo malo que hacía, a veces hablaba de que era el mejor, dejaba de comer días para bajar de peso y después en un ataque de ansiedad tenía atracones.
Antes no pudo verlo como lo que era, él también era un adolecente, jamás se había enfrentado a esas situaciones, trataba de ayudarlo, pero terminaba en peleas, los celos de Jimin eran enfermo, y él llegó al límite de su paciencia y lo único que quería era alejarse aunque lo amaba, sin embargo, llegó Jihoon y lo detuvo por completo, ahora no sólo tenía que cuidar de Jimin sino también de su hijo.
—¿Estás seguro? Puedes confiar en mí Jimin, al final del día, siempre voy a apoyarte y me preocupo por ti, eso nunca va a cambiar.
Se quedaron en silencio unos momentos, antes de que Jimin se levantará y se acercará a una repisa, quitó un libro y sacó una cajetilla de cigarrillos y un encendedor, volvió al sillón, puso uno en sus labios y lo prendió, Yoongi alargó la mano tomando también uno, ambos dieron un par de fumadas en silencio.
—No lo hago si ellos están cerca.
—Yo tampoco—respindió encogiéndose de hombros.
—Perdí el control, pero, eso no volverá a suceder, no lo haré de nuevo, es algo que pasó y ya, no estaba pensando con claridad, me sentía muy mal después de hablar con Jihoon, y mi madre no ayudó mucho con las cosas que me dijo, bebí demasiado y....bueno, golpee la mesa, llamé a Jin y me llevó al hospital—se encogió de hombros—. Todo va a estar mejor, volveré a terapia.
—Va a ser así, volverás, te creo, pero ¿Cuánto tiempo durará? Si lo sigues abandonado y postergando va a ser cada vez más difícil, no has estado bien, lo entiendo, es demasiado para cualquier persona, más, si tomamos en cuenta la culpa que sientes. Puede ser peligroso Jimin.
—¡No le haré daño a Chae! —gruñó.
—No, no se lo harás a ella, pero ¿Y a ti? ¿Crees que está bien hacerte daño? No hablo de tu mano, sino de tus pensamientos, Jimin, necesitas ayuda, no porque estés loco, no porque estés haciendo algo malo, no por el pasado, necesitas ayuda porque te estás lastimando a ti mismo.
—Volveré a terapia.
Yoongi suspiró pesadamente, agradecía el hecho de que Jimin haya sido honesto con él, que le dijera la verdad de lo que sucedió esa noche, sin embargo, ahora que lo sabía, no podía fingir que nada estaba pasando, podía verlo en sus ojos, la inestabilidad de Jimin era peor que años atrás, antes parecía estar molesto con el mundo, sus reacciones eran agresivas, pero ahora, parecía al borde de la desesperación.
—Hay un lugar—dijo con una mueca sin saber cómo expresar lo que quería decir—. Es un lugar a las afueras de la cuidad, al aire libre, como un retiro, ahí hay personas especializadas en ayudar a quienes lo necesitan.
Jimin le miró de golpe. —¿Un centro de rehabilitación? No soy un alcohólico, mucho menos un drogadicto.
—No lo eres y ese lugar no es para eso, no digo que tienes que hacerlo sino quieres, pero, sería un lugar donde pudieras descansar, pensar y hablar con personas que se sienten similar a ti, hay mucho que no puedo hacer, ninguno de nosotros está capacitado para eso, es una opción, a veces ayuda escapar un momento del mundo y centrarse en uno mismo.
—No quiero ir a otro lugar—negó—. Puedo hacerlo solo, siempre he logrado salir de esto.
—Lo has hecho, eso es algo que te voy a reconocer siempre, pero, ¿Cuáles son las consecuencias que has tenido que enfrentar por ello? Jihoon necesita mucho de nosotros Jimin, necesitamos hacer que sane, y no podemos hacerlo si nosotros no hemos sanado, yo también estoy dispuesto a volver a buscar ayuda, quisiera que tú hicieras lo mismo. Aclaro que no es tu culpa, es de los dos, ambos nos hemos equivocado mucho, y ahora tenemos que enfrentarnos a la situación de nuestro hijo. No te pido que aceptes, pero, ¿Podrías pensarlo?
—Las personas van a hablar Yoongi, así hablan de mí, ahora tendrán razones válidas para hacerlo, tu familia, la mía, nuestros amigos, mis compañeros de trabajo, es demasiado.
—Nadie tiene por qué enterarse, podríamos decir que estás en un curso fuera del país, todos lo creerían, no necesitamos dar explicaciones de nada.
Jimin mordió su labio inferior, lucía indefenso, Yoongi quiso acercarse y besar sus labios, hacer que olvidará el mal rato y que dejara de lado esos sentimientos, pero, no podía hacerlo, no estaba bien seguir ignorando lo obvio.
—Lo voy a pensar—susurró sin mirarlo.
—Gracias por hacerlo, recuerda que siempre voy a querer lo mejor para ti Jimin, sea cual sea nuestra situación, eres el amor de mi vida y el padre de mis hijos, yo quiero que estés bien y que seas feliz.
Jimin se encogió, dió una calada mas y asintió.
—Sigo pensando que no deberías hacerlo, lo más normal en esta situación es odiarme, por todo lo que he hecho, por las malas decisiones que he tomado.
—Podría hacer eso, pero ¿De qué serviría? —suspiró—. En estos años hemos tratado en vano de mantenernos alejados, siempre caemos en lo mismo y hace tiempo que se volvió más que sexo, la única razón por la que dices que no podemos estar juntos es por Jihoon, pero, no creo que sea la respuesta, deberíamos luchar para ser una familia.
Jimin sonrió a medias. —¿En verdad has perdonado lo que hice? Las infidelidades romper una relación y las llevan a un lugar sin retorno.
—Te odie demasiado—chasqueo la lengua—. No comprendía por qué estabas haciendo eso si yo trataba de darte todo, después me sentí muy inseguro, aún no sé si eso se va a repetir, quiero creer que no es así, que nos amamos, al menos yo te amo.
—Yo también te amo Yoongi, claro que te amo, y estoy asustado como el demonio por ello.
—Somos un desastre ¿No es así? No sé lo que vayas a decidir, yo estoy poniendo mi corazón sobre la mesa, te amo y quiero una vida contigo, quiero avanzar y sanar, darle una buena familia a nuestros hijos, pero, tú aún puedes decidir lo contrario y quedarte con él.
Yoongi esperó, estaba nervioso, si bien, sabía que Jimin lo amaba, no estaba seguro de que ese amor fuera suficiente, él tenía un punto, se habían lastimado tanto que parecía estúpido querer regresar, estaba un poco herido porque Jimin eligió a Eunwoo, aunque lo entendía y él también estaba saliendo con alguien, no estaba orgulloso de sus acciones, quería hacerlo diferente.
—¿Con quién? —preguntó Jimin con una ceja alzada.
—Con Eunwoo—hizo una mueca.
Lo vió reír, Jimin rio ligeramente al tiempo que negaba.
—Terminé con él, porque sé que no estaba listo para una relación, además, bueno, Eunwoo es un hombre dulce y bueno, no merecía migajas, no puedo amarlo, no de la forma que él esperaba, por eso era mejor terminar todo.
Yoongi no sabía cómo sentirse, una parte de él habría deseado escuchar que lo dejó porque en realidad lo amaba a él, asintió con seriedad.
—Lo siento, sé que te gustaba.
—Ambos sabemos que no es verdad, pero, dime ¿Y Jeongyeon?
—Bueno—hizo una mueca—. No he hablado con ella en días, no está en la cuidad, voy a terminarlo todo, tampoco puedo estar en una nueva relación, no cuando sé que no podemos estar lejos el uno del otro, no me gustan las infidelidades y aún así estoy siendo deshonesto con ella.
Jimin soltó una carcajada. —Así que antes éramos el amante del otro, pero ahora yo resulte siendo sólo tu amante ¿No es irónico?
—Si lo pones de esa forma, lo es—bufó.
—¿De verdad quieres terminar con ella? Podrías continuar, ya sabes, nosotros deberíamos mantenernos separados.
Elevando una ceja, Yoongi tocó su mejilla, acariciando de forma dulce.
—¿Crees que debamos hacer eso? ¿No es momento de aceptarlo?
—Creo que no deberíamos estar juntos, no así.
—Yo tampoco creo que debemos estar juntos, pero tenemos dos opciones, la primera es de verdad intentar estar separados el uno del otro, olvidar lo que sentimos y sólo ser amigos, sin sexo, sin cariño y sin pretender que somos del otro, o, la segunda opción, aceptar lo que sentimos, tomando en cuenta lo que vivimos y tratar de hacerlo mejor, no digo que estemos juntos ahora, pero, podríamos trabajar de la mano para empezar a construir algo mejor ¿Soy muy iluso por querer eso?
Jimin negó. —A veces pienso mucho, últimamente más de lo normal, me imagino que habría pasado si no hubiera jodido todo, no lo sé, supongo que no puedo regresar el tiempo, y me da miedo el futuro, ¿Y si sale mal nuevamente?
—También tengo miedo, pero, al mismo tiempo pienso que estaré perdiendo una gran oportunidad, ¿Qué tal si todo sale bien? Bueno, eso depende de nosotros, creo que también deberías pensarlo, yo tengo claro que te amo y quiero intentarlo de la forma correcta, pero, siempre aceptaré tu decisión—le sonrió a medias antes de ponerse de pie—. Deberíamos irnos.
—Vamos—asintió tomando la mano que Yoongi le ofrecía.
—¿Me dirás a dónde vamos? —preguntó Jimin a Chaewon, mientras la peinaba.
Ella negó con una enorme sonrisa. —Nooo, papá dijo que no, es una sorpresa.
—Bueno, entonces deberé esperar, listo, quedaste preciosa.
—Siii—salto del banquillo y salió corriendo, Jimin suspiró antes de negar y salir también de la habitación.
El misterio sobre la salida "tradicional" de Yoongi con los niños, lo tenía emocionado, no sabía que esperar, pero conociendo a Yoongi podría ser cualquier cosa. Le gustaba esa nueva sensación, cuando se imaginó los días festivos creyó que estaría solo, comiendo algo de sobras y trabajando duramente, ese cambio de planes, después de lo que hizo, fue como un curita en el corazón, no cerraba la herida ni la hacia cicatrizar, pero, le ayudaba a dejar de sangrar.
Caminaba por el pasillo hasta las escaleras cuando escuchó la voz de Yoongi, se detuvo unos momentos fuera de la habitación semiabierta. Dentro estaba Yoongi sentado en la cama, Jihoon estaba parado frente a él, parecían tener una conversación seria por el semblante de sus rostros.
—No lo entiendo, ¿Por qué?.
—Jihoon—suspiró pesadamente—. Jimin está lastimado, y además, quería pasar tiempo con ustedes, no creí que invitarlo sería algo malo.
—Él quiere pasar tiempo con su hija, no conmigo.
Yoongi lo tomó de los hombros con delicadeza.
—Eso no es así hijo, él también quiere estar contigo.
—No tienes que mentir, él no me quiere cerca.
—No, no es así, Jimin te quiere, pero, no sabe cómo acercarse a ti, ¿Por qué no hablas un poco con él? No le has dirigido la palabra.
—No quiero hablar con él, no quiero que esté aquí y no quiero hablar con él. No lo quiero.
—Jihoon...Jimin va a venir.
—Arruinará el paseo.
—No, no lo hará.
—Se hizo daño ¿Verdad? —preguntó con un susurro.
—Se cayó, fue eso.
Jihoon asintió. —¿Y si nos lastima de nuevo?
Yoongi no respondió, abrazo a Jihoon y beso su cabeza, Jimin vio como le decía algo al oído, después Jihoon sonreía, se apartó con un nudo en la garganta, cuando creía que estaba viendo una pequeña luz en el camino, cuando trataba de convencerse de que las cosas podrían mejorar, creyendo las palabras de Yoongi, sobre un futuro juntos, formando una familia sana y feliz; la realidad golpeaba su rostro con fuerza. Jihoon jamás lo iba a perdonar, no importaba lo que hiciera, así se esforzará por ser mucho mejor, para su hijo, él era la peor persona del mundo. Bajó, ya sin esa emoción.
Se quedó lejos de la sala dónde escuchaba a los señores Min y a Chae riendo, ellos podían tener una vida feliz y tranquila sin necesidad de tenerlo cerca, Yoongi tendría que renunciar a él y encontraría el amor. Todos estarían bien, la vida seguiría, el mundo no se iba a detener porque él no estaba cerca.
—¿Listo? —preguntó Yoongi.
—Amm yo estaba pensando, está es una tradición de ustedes tres, creo que sería buena idea si van ustedes.
Yoongi hizo una ligera mueca, Jimin trató de mantenerse en control.
—Está bien si vienes—la voz de Jihoon llamo su atención. Miró a su hijo, sus ojos parecían demasiado duros para pertenecer a un niño de once años—. Chae estaría feliz de tenerte ahí.
—Yo...
—Vamos—dijo Yoongi con una sonrisa a medias.
No pudo decir nada más, los siguió a la sala, se despidieron de los padres de Yoongi y subieron al auto, Jihoon y Chae iban atrás, pusieron música y se prepararon para el viaje, ninguno de los dos dijo nada en todo el camino, Jimin estaba perdido en sus pensamientos, sin saber qué es lo que tenía que sentir, estaba confundido.
El viaje los llevaba fuera de la cuidad, Jimin miró a Yoongi con una ceja alzada, pero este sólo le correspondió con una sonrisa, a medida que avanzaba el tiempo y llegaban a su destino, Jimin empezó a sentir su corazón latiendo con fuerza, sonrió al ver el lugar.
—¿Jisan? —preguntó con una enorme sonrisa.
—Sí, vinimos a esquiar—respondió con el mismo entusiasmo.
—¡Esquiar, siii! —gritó Chaewon emocionada, incluso Jimin pudo ver a Jihoon sonreír.
—Esquiar—susurró.
Bajaron del auto y entraron al parque temático, había muchas personas por la temporada, el aire de las montañas lleno sus pulmones, hace años que no estaba ahí. La primera vez que estuvieron en ese lugar fue debido a que le dijo a Yoongi que le daba curiosidad esquiar, no pensó que en su siguiente cita lo llevará ahí, ese día se divirtió tanto, que no dejaba de sonreír, fue increíble y después de un día perfecto, Yoongi le dijo Te amo por primera vez.
El entrar fue rápido por el acceso que Yoongi había comprado antes, sus hijos se cambiaron con ropa especial para esquiar, cascos y lentes, Yoongi hizo lo mismo, aunque Jimin estaba consciente que no podría esquiar por su cuenta debido a lo lastimada que estaba su mano, si podía estar cerca de ellos. Fue emocionante, como recordar viejos tiempos, Yoongi le ayudó a vestirse y a ponerse en la cabeza un gorro de lana grueso, además de añadir unos lentes que dejó en su frente, sus ojos no podían despegarse de Yoongi, se veía realmente apuesto, y no dejaba de pensar en el pasado, en ellos dos siendo adolecentes, riéndose el uno del otro mientras caían en la nieve, sus ojos se cristalizaron, no podía creer lo mucho que deseaba regresar el tiempo, a cuando todo era más sencillo y sólo se preocupaban por amarse, sin restricciones, sin pensar en el futuro o las consecuencias.
—Listo y bonito—susurró para que los niños no lo escucharán—. Vamos niños, debemos enseñarles a su padre como han aprendido a esquiar.
Jimin realmente no creyó que Yoongi hablara en serio cuando dijo que Chaewon y Jihoon sabían esquiar, pero, lo hacían, aunque su pequeña aún le faltaba mucho camino por recorrer, al menos no estaba cayendo de frente como él lo hacía, Jihoon era realmente bueno, lo observaba fascinado. Estar atento a lo que pasaba a su alrededor, a Yoongi moviéndose ágilmente, cuidando de Chae que se apoyaba con los bastones y Jihoon, que manejaba muy bien sus pies y su postura, hubiese querido hacer lo mismo, pero, su mano se lo impedía.
Se abrazó a sí mismo, de repente sintiéndose vivo, había una sensación en su pecho, algo que le llamaba, que estiraba su alma hacia ese momento tan especial, ¿Y si dejaba de tener miedo? ¿Qué pasaría si se esforzaba más? ¿Si cedía ganaría o perdería? Quería aceptarlo, y quedarse para siempre con esa emoción que recorría su cuerpo entero. Quería ser feliz, quería vivir, pero, ¿Podría hacerlo?
Salió de sus pensamientos cuando vio a Jihoon caer de forma rápida, no se detuvo a analizar lo que sucedía y salió corriendo hacia él, incluso si su mano dolía como el demonio, se hincó a su lado y con la diestra ayudó a levantarlo, quitó la nueve de su rostro y levantó sus lentes.
—¿Estás bien? —preguntó aún limpiando sus mejillas.
—Sí...
Los ojos de Jihoon se cristalizaron, Jimin soltó el aire de golpe.
—¿Te duele algo? —acarició su mejilla con su pulgar.
Jihoon negó y le sonrió a medias. —Gracias.
—Lo haces fantástico, en verdad estoy sorprendido—dijo sin dejar de acariciar su rostro, aprovechando que Jihoon no huia de su cariño—. Deberías enseñarme a hacerlo algún día. Me gustaría aprender del mejor.
—Papá me enseñó, él es quien sabe hacerlo—se encogió de hombros.
—En eso tienes razón, pero, él está enseñándole a Chae, tú puedes enseñarme a mí.
Jihoon asintió, bajando ligeramente su mirada.
—Pero, estás lastimado en este momento, tendríamos que volver a venir.
—¿Podría venir nuevamente con ustedes?
La pregunta se quedó en el aire por unos momentos, hasta que Jihoon regresó la mirada hacia él y frunció ligeramente el ceño.
—Sí, está bien, puedes venir.
—Gracias.
Jihoon se separó de él y se levantó, sin decirle nada se puso los lentes y siguió su camino, Jimin no se movió, se quedó ahí, sintiendo el hormigueo en sus dedos, tener contacto de cualquier tipo con Jihoon siempre era entre emoción y dolor. Lo amaba demasiado, pero no sabía cómo acercarse. Yoongi llegó a su lado y le miró con una ceja alzada.
—¿Quieres hacer ángeles de nieve?
—No, Jihoon cayó y vine a ver si estaba bien, hablamos, durante más de tres minutos—sonrió a medias—. Eso es algo bueno ¿No? —suspiró.
Yoongi rio por lo bajo antes de ayudarlo a levantarse.
—Es muy bueno.
—¿Por qué está es su tradición, Yoongi? —preguntó mirándolo a los ojos.
—Porque es un recuerdo especial que tenía contigo, y de alguna forma quería compartirlo con ellos, les gusta, mucho, después de aquí vamos al restaurante, comemos y tomamos algo caliente y terminamos haciendo un mono de nieve.
Jimin sonrió enternecido, alargó la mano para tomar la de Yoongi, sus dedos fríos hicieron un contraste interesante con los enguantados del pálido.
—Ve con ellos, yo los veré desde aquí.
—Iré con Jihoon, deberías ir con Chae, está con los demás niños y los profesores.
Jimin asintió, emprendiendo camino hacia el lugar donde Chaewon reía con los otros niños.
—Jimin—llamó Yoongi, se volvió para verlo—. Le gusta el anime, y los animales, más los acústicos.
Sonrió a medias, Jimin no sabía muchas cosas de su hijo, porque este no compartía sus gustos con él, pero, quería acercarse, necesitaba a ese niño más de lo que necesitaba cualquier cosa. Jimin quería vivir por él.
Espero que no se cansen por tanto drama, pero, bueno, ya saben, confíen en el proceso y en el desarrollo de personajes.
Muchas gracias por leer y apoyar la historia, por favor no se olviden de comentar y votar.
Asi es el collar que Yoongi le dió a Jimin 🖤💛
🖤🖤🖤
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