Hace doce años....

—Este se ve bien, sí es este.

Jimin elevó una ceja mientras veía a Taehyung, probandose el octavo pantalón de su closet, siempre que se ponía uno decía que era el indicado, suspiró aburrido.

—Vamos a llegar tarde.

—Nadie llega temprano a las fiestas—rio por lo bajo—. Oye, no me dijiste ¿Quién te invitó?

—SeokJin, mi compañero.

—¿Con el que te peleaste a pastelazos? 

—Dígamos que nos hicimos buenos amigos—elevó una ceja—. Lloramos el otro día por un platillo que no nos salía, ahora hablamos bien, me dijo que es el cumpleaños de su novio—se encogió de hombros—. Una fiesta es una fiesta.

—Bueno, es una forma increíble de conocer a alguien ¿No?

—Eso es lo que tú necesitas, yo no.

—¿No estabas saliendo con Hoseok? Se ve un gran tipo.

Jimin asintió distraído con su celular. —Es un buen chico, pero, no lo sé aún, tiene algo que no me convence.

—Desde que te conozco dices eso de todas las personas que se acercan a ti.

—Me aburro fácilmente, no lo sé, necesito algo más...intenso.

—Lo tóxico está de moda, cuidado.

—No soy tú—Jimin rodó los ojos—. Harías lo que fuera por tener un romance de película o novela literaria, es lamentable.

—¿Qué tienes? Desde ayer estás molesto.

—No es nada—se encogió de hombros.

—¿Peleaste con tú madre?

—No, todo está bien, ahora está viajando con su nuevo esposo, y papá feliz por el nacimiento de su nuevo hijo.

—Entonces es eso.

—No, no es nada, estoy bien.

—Sabemos que no es así, siempre que pasa algo con tus padres te portas como un idiota. No vayas a beber tanto.

—No lo haré, además quiero divertirme, estoy bien, lo prometo, no dormí bien, por eso estoy de malhumor.

Taehyung suspiró y asintió. —Bien, si tú lo dices.

Jimin no contesto, la realidad es que estaba muy molesto, no sabía la razón de su enojo, era algo que pocas veces controlaba, siempre fue así, sus emociones cambiando de forma abrupta, dándole dolores de cabeza sin poder controlar sus reacciones que a veces eran agresivas, su vida era diferente, nunca sintió que era feliz, no comprendía los sentimientos de euforia de las personas a su alrededor, no tenía un sueño, una anhelo o deseo. Vivía por el simple hecho de vivir, odiaba la universidad, no tenía muchos amigos y sus relaciones siempre fueron pasajeras e insignificantes, podía decir que nunca se había enamorado.

Hoseok era una buena persona, lo conoció en el taller de danza en la universidad, y la atracción fue inmediata, le gustaba estar con él, era divertido y amable, pero, sentía que faltaba más.

Llegaron a la fiesta, era grande, no conocía a la pareja de Jin, por lo que sabía era alguien de último año, los vio un par de veces en el campus de la escuela tomados de la mano, eran lindos, Jimin quería algo así, aunque no creía en el amor para toda la vida, sí deseaba una relación relevante y duradera.

—Vaya, hay mucha gente.

—Sí, pero, yo me conformo con el alcohol.

—Eres imposible—bufó Taehyung—. Dame un cigarrillo.

—Sí, jefe.

Sacó la cajetilla nueva y se la tendió, Jimin, caminó a dónde había cerveza y tomó una, abriéndola para comenzar a beber, al primer trago sonrió, le encantaba beber, Taehyung le tendió los cigarros y prendió uno, le dió una calada y miró alrededor.

—No veo a SeokJin, debe estar por allá jodiendo con su novio.

—Que suerte—bufó—. Hace meses que no jodo con nadie. BoGum fue el último.

—Que llorón—rio.

—Ay calla, tú frigidez no da para mucho.

—¡Idiota! —le dió un golpe en la nuca.

—Deja de llorar, vamos a bailar, necesito diversión.

Jimin se dejó jalar a dónde otras personas bailaban, no eran muchas, la mayoría estaba alrededor hablando o bebiendo, pero Taehyung siempre fue una persona que le gustaba divertirse sin importar lo que los demás pudieran decir, era algo que admiraba de él. Bailaron juntos, riendo sin parar, Jimin se dejó llevar, la música, las risas, los gritos, todo le hacían olvidar quien era y lo que sentía.

Bebió mucho más, relajando su cuerpo por completo, no encontraba a SeokJin, quería agradecerle por haberlo invitado y por la gran fiesta que estaba dando, pero había muchas personas alrededor, personas que eran desconocidos, Taehyung miraba a alguien y lo sabía por la forma en la que sonreía y sus ojos brillaban.

Siempre envidio la forma en la que Taehyung conseguía todo lo que quería, tenía un rostro muy hermoso, un cuerpo de infarto, altura, seguridad y una personalidad vibrante, era lo que cualquiera desearía. A diferencia de Jimin, que siempre se sintió como un bicho raro, le sorprendía haber tenido parejas anteriores, sus habilidades afectivas y su seguridad eran casi nulas.

—Mirando así pareces una perra en celo.

—Calla, no mires, pero es muy guapo.

Jimin hizo exactamente lo que su amigo le había dicho que no hiciera, miró al frente, cerca de la escalera estaba un chico alto, cabello negro largo y buenos músculos, vestía de negro y tenía un brazo entero tatuado, Jimin elevó una ceja.

—No creía que tus gustos eran tipos mamados y tatuados ¿No eres del tipo más formal y serio?

—Ajam, pero este es caliente, esos tipos formales y serios siempre terminan lastimandome, quien sabe a lo mejor ahora con uno así sería diferente.

—O serás uno más del montón que lleva a la cama.

Taehyung bufó rodando los ojos. —Me beneficio también yo y... Oh Dios mío, viene para acá.

Jimin observó al chico apuesto acercarse, este sonrió a Taehyung, quien parecía estar hoperventilando.

—Hola, soy JungKook.

Taehyung no contestó y Jimin le dió un codazo, para que reaccionara.

—Oh, hola...soy Taehyung y él es Jimin.

Jimin sólo sonrió, JungKook parecía igual de nervioso que Taehyung y eso le pareció peteticamente tierno.

—¿Quieres tomar algo?

—Ammm si, si quiero.

—Vamos.

—Jimin—dijo mirándolo.

—Ve.

—Bien—susurró con la emoción contenida.

Jimin tomó otras dos cervezas, ya con esas llevaría unas ocho, estaba poniéndose ebrio, salió al patio de la casa y se sentó en las escaleras, fumó otro cigarrillo y bebió, sintiéndose solo. Él quería su cuento de hadas, pero, desechó la idea al darse cuenta que era problemático, le dolía no ser tan estable como para querer a alguien en verdad.

—¿Tienes encendedor? Presté el mío.

Elevó la vista, ahí, había un chico, más alto que él, cabello negro, un poco largo, piel pálida, ojos pequeños y profundos, delgado pero con músculos definidos. Se puso nervioso, sin duda era un chico muy apuesto. Sacó de su bolsillo el encendedor y se lo dió.

—Gracias—dijo con una sonrisa prendiendo su cigarrillo, después le devolvió el encendedor—. ¿Aburrido?

—Mi amigo me dejó por ir a ligar con alguien que parece maleante.

La risa del chico, hizo sonreír a Jimin, de verdad le parecía muy apuesto.

—Me pasó lo mismo con mi hermano, ¿Me puedo sentar contigo? No me gusta fumar de pie.

—Sí, claro, no hay problema.

Se sentó a su lado, a una buena distancia, el chico también estaba bebiendo una cerveza, ambos tranquilos, escuchando la música de fondo.

—Me llamo Yoongi, por cierto, Min Yoongi.

—Yo soy Park Jimin.

—¿Conoces a Namjoon?

—No—dijo apenado—. Me invitó SeokJin, su novio, es mi compañero de aula.

—Oh, Jin, ¿Estudias gastronomía?

—Sí, de hecho Jin y yo somos rivales o lo éramos.

Yoongi se echo a reír, Jimin se sintió más seguro, aún estaba nervioso, tenía miedo de decir o hacer algo que hiciera ver lo patético que era, pero, Yoongi parecía ser alguien tranquilo y en paz.

—Conociendo a Jin, dió pelea ¿Verdad?

—No me conoces a mí, estoy seguro que terminaría ganando, soy muy buen cocinero.

—Mmm, he probado la comida de Jin y es muy buena—le miró con una ceja alzada—. No puedo decir lo mismo de ti.

—Puedo mostrarte cuando quieras—se encogió de hombros—. No me molestan los retos.

—Oye, me gusta eso, sí, acepto y...

—¡Yoongi! —un chico se acercó a ellos—. Nam está tan ebrio que lo están haciendo bailar canciones de grupos de chicas y todos graban.

—Ya voy—negó.

—¿Irás a salvar al cumpleañero?

—No, iré a grabarlo para recordarlo toda la vida, me dió gusto conocerte Jimin, nos vemos por ahí.

—Sí, nos vemos.

Yoongi se levantó y lo dejo, Jimin mordió su labio inferior, Yoongi le había dejado con una sensación en el pecho que otros no pudieron con más, suspiró y se levantó, quería irse, cuando entró a la casa había un desastre, observó en una esquina a Yoongi reír grabando a Namjoon, negó, tenía una hermosa sonrisa, miró a las escaleras dónde Taehyung subía junto a JungKook, bufó, eso era todo para él. Salió de ese lugar, quedándose con esa sensación en su pecho, esperaba volver a verlo.

—¿Una cita? Vaya que ustedes van en desorden. ¿Una cita después de que se han cenado por una semana?

Taehyung rio por lo bajo. Estaban frente a la universidad, conversando antes de las próximas clases.

—Bueno, sí, pero, me gusta y él me dijo que yo le gustaba, así que me pidió una cita.

Su mejor amigo no paraba de hablar de JungKook, parecía emocionado y feliz, Jimin no estaba seguro de si lo suyo sería duradero, pero no dijo nada, no era su asunto. Había pasado una semana de la fiesta, y Tae no era el único que no la había superado, Jimin también pensaba mucho en esa noche y en Yoongi a quien no había visto por ninguna parte, estaba seguro que no estudiaba en ese campus, tal vez era de otro lugar.

—¿Por qué es cara? ¿Sigues pensando en tu chico misterioso?

—No, no lo hago.

—Ajam, si, claro, empiezo a creer que lo alucinaste.

—Idiota, no tengo tan buena imaginación, no parece estudiar aquí.

—Conoce a Jin ¿No? ¿Por qué no le preguntas?

—No es importante, no estoy desesperado.

—Claro, sigue diciendo eso.

—Ya—le dió un pequeño empujón en el hombro—. Déjame en paz.

—Oye ¿Me acompañas a ver a JungKook boxear después de clases?

—¿Tú malandro también boxea? Si que es un estereotipo. Oye, pero ¿No estudiaba medicina?

—Si, pero es una especie de súper chico que puede hacer todo.

—Bien, no tengo nada qué hacer, nos vemos en la salida.

Se despidió de Taehyung, regresando a su edificio, al llegar al aula, se encontró con SeokJin, pensó en lo que Taehyung le había dicho, y aunque estaba apenado se acercó a él.

—Hola Jin.

—Hola Jimin. ¿Necesitas algo?

—No, nada.

—Las calificaciones del periodo serán dadas mañana, apuesto a que tendré el primer lugar.

—Sueñas—rodó los ojos antes de reír—. Oye te iba a preguntar algo, ammm, en la fiesta de tu novio conocí a alguien, no sé si sepas quién es, se llama Min Yoongi.

SeokJin le miró con una ceja alzada. —¿Conociste a Yoongi? Ah—le sonrió con picardía—. ¿Y qué tal?

—Mmmm no, nada, me preguntaba si estaba estudiando en esta universidad.

—No, él va a otra, una muy prestigiosa, su familia es algo así como rica, estudia relaciones internacionales.

Jimin elevó una ceja, su situación económica no era mala, sin embargo, su familia no era rica y conocer a alguien que lo era, le pareció interesante. Hasta el momento sabía algunas cosas, Yoongi era apuesto, amable y adinerado, podría ser el amor imposible de cualquiera.

—Oh, entiendo.

—¿Quieres su número?

—No, sólo fue curiosidad, gracias Jin.

Volvió a su asiento, ahora sí antes crecía que jamás llamaría la atención de Yoongi o de cualquier otra persona, ahora lo confirmaba, tal vez Yoongi tenía pareja, alguien a su altura, no había mucho para él. Aunque no quería, eso le deprimió.

Sus días eran aburridos, vivía con un vacío que aborreció desde siempre, pero que no sabía cómo llenar, pensaba que si encontraba el amor, dejaría de sentirse de esa forma. Pero, a cada lugar que iba se apartaba de las personas.

Taehyung estaba emocionado viendo la demostración de JungKook, era bastante bueno en lo que hacía, no pudo evitar sentir envidia por su mejor amigo, aunque trataba de desechar ese sentimiento, cuando el chico bajo del cuadrilátero, Taehyung se acercó a él, dejándolo solo, bufó tomando su celular.

—¿Jimin?

Su nombre, le hizo levantar la vista, miró a un lado encontrándose con Yoongi, este le miró con una sonrisa.

—¿Yoongi?

—Sí, vaya, no creí encontrarte aquí, ¿Qué haces en este lugar? Es la primera vez que te veo.

—Vine a acompañar a mi mejor amigo, quería ver entrenar a su maleante.

Yoongi rio al tiempo que negaba. —¿A si? ¿Y quién es?

—¿Ves a esos dos que se están mirando como si fueran una pieza de pay, bueno ellos. ¿Y tú qué haces aquí? ¿Entrenas?

—No, no lo hago—rio por lo bajo—. Vengo a apoyar al maleante, es mi hermano.

Jimin enrojeció hasta las orejas. —Lo....lo siento.

—No, si tiene finta de maleante, pero es buen chico.

—Ahora me siento muy avergonzado.

—No debes, ya que estos dos parecen muy entretenidos sin nosotros, ¿Por qué no vamos por algo de beber?

—Es muy temprano para beber ¿No?

—Hablo de ir por un café o helado.

Jimin cubrió su rostro. —Dios doy tanta pena.

—No, creo que es lindo, eres lindo, entonces ¿Vamos?

—Sí, vamos.

Fue así como comenzó, algo que ellos creían que sería la experiencia más linda de sus vidas, pero que resultaría en un caos perfecto.

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