Día de campo
Sentía los besos húmedos en la curvatura de su cuello, que iban subiendo lentamente, su cuerpo estaba abrazado por aquella fuente de calor que le erizaba la piel, la mano Sueve y experta acariciando su cintura, bajando a su estómago, gimió muy bajito, para que nadie pudiera escucharlo, se volvió y miró a Yoongi con ojos brillantes.
—Buenos días—susurró adormilado—. Aún no amanece.
Yoongi rio besando su pecho. —Tenemos que irnos para llegar allá a tiempo.
Jimin asintió, recordando que ese día irían los cuatro a un día de campo en el lago, la idea inicial era que Yoongi pasaría por ellos por la mañana, sin embargo, una llamada en la noche lo trajo hasta ahí, se quedó sin el conocimiento de sus hijos que a esa hora ya estaban dormidos, subieron a la habitación e hicieron lo que mejor sabían hacer, Jimin durmió entre sus brazos y se sintió tan bien, feliz y despreocupado de todos los problemas. Yoongi volvía a ser lo que completaba su vida, quien le ayudaba a dejar de lado el dolor y la angustia.
—Entonces debemos levantarnos, para que ellos no vean que te has quedado.
—Bien, ¿Tomamos un baño juntos?
—Sí, apesto a sexo.
—Me encanta como hueles—dijo oliendo su cuello—. Vamos.
Jimin le sonrió con anhelo, antes de levantarse y ambos ir al baño.
—¡Papá! —Chae se lanzó a los brazos de Yoongi cuando bajo después de que Jimin la preparara.
—Bebé. ¿Estás lista?
—¡Si!
—Hola papá.
—Hola cariño—abrazó a su hijo mayor—. ¿Tienes todo preparado?
—Sí, ¿Nos iremos ya?
—Sí, en el camino comeremos algo, pararemos en un lugar ¿Está bien?
—Increíble ¿Me vas a enseñar a pescar?
—Claro, por eso iremos.
Jimin bajo con las cosas de Chae y les sonrió. —Listo.
Jihoon no estaba feliz de que él saliera tan amenudo con ellos, eso era algo que Jimin podía ver a simple vista, pero al parecer Yoongi lo ignoraba por completo, salieron de la casa y después de poner las cosas en el maletero del auto, subieron, Chaewon iba feliz, para ella que jamás había tenido a sus dos padres juntos, esos días eran sumamente especiales.
—¿Estás bien? —preguntó Yoongi en voz baja mirando a Jimin.
—Sí, lo estoy, ¿Y tú?
—Me siento de maravilla—se encogió de hombros.
El viaje al lago fue ameno, los niños se quedaron dormidos, por lo que decidieron no hacer la parada a desayunar y seguir el camino, tenían todo lo necesario para comer ahí, Jimin siempre había adorado estar en la naturaleza, hacer cosas fuera, Yoongi antes, no había tenido el tiempo necesario de hacerlo, pero ahora, era como si ellos estuvieran arreglando los errores del pasado.
Llegaron al lago antes de medio día, fue un camino largo, los niños despertaron emocionados, se estacionaron y bajaron las cosas, Chaewon comenzó a correr por alrededor.
—No te vayas a caer—dijo Jimin a su hija.
Yoongi y Jimin armaron un pequeño campamento con sillas de exterior y mesita, comieron algo ligero mientras miraban el lago, Jihoon no paraba de hablar de pescar algunos peces, y Chaewon de que quería nadar un poco.
—Iré con Jihoon ¿Tú puedes quedarte con ella?
—Claro, arrojaremos piedras al lago ¿Verdad?
—¡Si! Y jugaremos a las sirenas.
Jimin soltó una carcajada, Yoongi lo observó con una sonrisa, le gustaba esa sensación de familia que tenían en ese momento, él había crecido dentro de una familia muy unida, con valores claros y un gran sentido de la lealtad y la comunidad, siempre pensó que cuando creciera se casaría y tendría hijos, con quiénes podría formar dulces recuerdos, tales como los de su infancia, pero, las cosas no siempre resultan como se esperaba.
Jamás pensó que sería padre a los veinte años, ni mucho menos que su situación emocional y de pareja con Jimin no sería estable, no lo culpaba de todo a él, había trabajado mucho en sí mismo los años que estuvieron separados, para entender que ambos tuvieron la responsabilidad de su fracaso como matrimonio, la suya fue que siempre cedió a todo, nunca puso un límite y se encerró en sí mismo, por eso, ahora quería que las cosas fueran diferentes.
Aún faltaba mucho para que ellos pudieran crear una relación fuerte y duradera, pero, quería lograrlo, porque en su corazón siempre estuvo Jimin, cuando terminaron salió con otras personas, pero nunca sintió lo mismo, necesitaba sentir que ellos de alguna manera podían ser felices, lo amaba, veía lo bueno de él y estaba dispuesto a poner todo de su parte para avanzar.
—¿Cuánto tardan en picar?
Yoongi miró a su hijo, ambos estaban en el barco esperando, lo había enseñado a insartar la carnada y a lanzar el anzuelo, ahora, ambos estaban esperando, creía que era un buen momento para hablar con su hijo.
—Tarda, pero, esperemos que tengamos suerte hoy.
—Sí, espero que así sea.
Jihoon siempre era un niño dulce y amable cuando estaban juntos, como no había tenido mucha cercanía con Jimin, salvó bajo las sábanas, no sabía realmente que su hijo le guardaba un gran rencor a su padre, tenía en mente lo que sucedió en esa noche, pero, pensó que con la ayuda psicológica, las cosas mejorarían para él, fue su error asumirlo de esa forma, porque JiHoon tenía dudas y traumas, temas de conversación y cosas que tenía que saber, pero él, había estado tan dolido, siempre huyendo del pasado, que nunca quiso abordar ese tema. Aún no quería hacerlo.
—¿Te gusta venir aquí?
El pequeño le miró con una mueca, llevaba un gorro de pesca que le hacía ver más pequeño de lo que era.
—Sí, pero...
—¿Pero?
—¿Por qué tiene que venir Jimin?
—Hijo ¿Por qué estás tan molesto con la idea de tener a tu padre cerca?
—No me gusta estar con él, me gusta cuando estamos solos contigo.
—Pero ¿No crees que es mejor estar los cuatro?
—No, papá yo no quiero eso.
Yoongi suspiró. —¿Jimin te ha tratado mal? ¿Es cruel contigo? O ¿Hizo algo que te lastimo?
Jihoon se quedó en silencio unos momentos. —A mi no, a ti si. ¿Ya lo olvidaste? Él fue malo contigo, él hizo cosas malas y por eso te fuiste.
—Jihoon—susurró con un nudo en la garganta—. Cuando las personas están molestas dicen y hacen cosas que no están bien, pero las personas cambian, la vida cambia, que él y yo pelearamos en el pasado, no significa que es el malo, yo también hice cosas que no debí hacer, si me fui fue para que estuvieran bien, tú papá no tiene la culpa.
—La tiene, ¿Por qué no puedes ver qué es una mala persona?
—Jihoon, tú papá no es una mala persona. ¿Por qué dices eso?
El niño se quedó callado, mirando el agua, Yoongi no sabía que hacer o decir, ni siquiera él tenía en orden sus pensamientos pasados sobre Jimin. Era difícil, convencer a su hijo de que su padre era una buena persona, cuando la imagen que tenía de él estaba llena de un momento tormentoso para todos.
—No lo sé.
—Es tu papá Jihoon, y aunque se ha equivocado en el pasado, es un buen papá, te ama y no merece que le hables de esa forma, debes tenerle respeto hijo, gritarle, hablarle feo frente a los demás, no está bien.
—No quiero que esté cerca, llévame contigo.
—Cariño, hemos hablado de eso, no se puede.
—¿Por qué no? —hizo un puchero.
—Porque no estaría al pendiente de ti como mereces, a veces trabajo hasta muy tarde, no puedo ni hacer comida para mí, sería malo de mi parte llevarte conmigo cuando sé que no puedo cuidarte, Jimin esta siempre al pendiente de ti.
—No lo quiero a él, te quiero a ti.
—Y yo te quiero a ti, te amo, eres mi vida hijo, pero, no es posible por el momento, yo...
—No quiero que estén juntos, sólo lo hagas eso ¿Está bien?
Yoongi se quedó petrificado, no supo que responder, simplemente suspiró y asintió.
—Si no guardamos silencio el pez no llegará.
Jihoon sonrió, se acercó más a Yoongi y acomodó su cabeza en su brazo.
—Te quiero papá.
—También te quiero Jihoon.
Era complicado y era algo de lo que debía de hablar con Jimin, porque si ellos regresaban a tener una relación, incluso a vivir juntos, tenían que estar seguros de que sus hijos estarían bien con la idea, Chaewon al haber sido una bebé cuando todo sucedió, no tenía idea de lo que era que ellos estuvieran juntos, pero por la forma en la que ella respondía cuando estaban los cuatro juntos, se daba cuenta de que no le molestaba, al contrario, le gustaba estar con sus padres, en cambio, Jihoon había mucho pasando en su interior, cosas que no podía evitar ni pasar de largo, pero eran esas mismas cosas que tanto él como Jimin habían evitado hablar. Significaban una parte dolorosa de su historia, una que no querían recordar, ni que ensombreciera lo que tenían en ese momento. Si querían estar juntos, debían hacer algo con Jihoon primero.
Regresaron después de una mala racha, no pudieron pescar nada, pero Yoongi le había prometido a Jihoon que volverían ahí, solos, para poder pescar por más tiempo, su hijo parecía agradecido con la idea, llegaron a la orilla donde Jimin y Chae jugaban, el almuerzo ya estaba preparado, y escuchaban música para pasar el rato.
—¿Qué tal les fue? —preguntó Jimin con una sonrisa.
—Nada—suspiró Yoongi—. Tendremos que volver en otro momento ¿No Jihoon?
—Sí—dijo tomando asiento al lado de Chae.
—Bueno, deberíamos comer algo ¿No? Así quitan esa cara larga.
—Muero de hambre, así que acepto.
Jimin les sirvió los sandwiches y papitas fritas que había llevado, Jihoon y Chae comieron mientras jugaban entre ellos, Yoongi decidió sentarse al lado de Jimin y sonreírle.
—Creo que Jihoon debe cambiar de terapeuta, no estoy viendo ningún avance.
—También lo creo, de hecho hace dos sesiones que no quiere ir—suspiró—. Buscaré alguna buena.
Jihoon había asistido a terapia cuando era pequeño y ellos se separaron, pero, después de su alta, permaneció bien hasta que entró a su nueva escuela, dónde comenzó a tener problemas de comportamiento, molestaba a uno de sus compañeros, asustados ellos buscaron nuevamente ayuda, pero, hacía ya un par de meses de eso, y no estaban viendo mejoría, al contrario, su comportamiento estaba empeorando, al menos ahora ya no en la escuela, pero sí en casa.
—Jimin, creo que debemos hablar con él de lo que sucedió. Tú sabes de lo que hablo.
—Es pequeño para entender eso.
—Lo sé, pero, por cómo habla, yo creo que está cargando con eso y debemos intervenir.
—Yoongi—relamió su labio inferior, nervioso—. ¿De verdad estás listo para esa plática? Ni siquiera nosotros hemos hablado de ello.
—No, pero tenemos que hacerlo, estaba pensando, ¿Y si me mudo con ustedes? Tal vez necesita que ambos estemos ahí, me dijo que quiere que este con él, quiere irse conmigo.
—El problema de Jihoon soy yo Yoongi, le hice daño, y tengo terror de hablar de eso con él.
Yoongi tomó su mano y la apretó. —Pensaremos en una forma de hacerlo, todo estará bien.
Jimin asintió mirando a sus hijos, Yoongi no podía saber lo que Jimin estaba pensando, pero de cierta forma lo ponía en alerta, lo amaba, pero, a veces no estaba seguro de lo que Jimin quería o esperaba, siempre fue de esa forma y quitarse la idea de él siendo cambiante de un momento a otro, era algo que no podía eliminar fácilmente. Pero, tenía que hacerlo. El miedo era el peor aliado.
La tarde transcurrió en juegos entre los cuatro, risas y escándalo, cuando cayó la tarde, ya estaban en al auto cansados, Yoongi se sentía feliz.
—¿Les gustó este día?
—¡Si! —dijeron los niños riendo aún.
—Me gustó—asintió Jimin.
—Entonces estaría bien si nosotros cuatro hacemos más cosas juntos ¿Verdad?
—¡Si, los cuatro juntos! —sonrió Chae.
Yoongi suspiró, él no se dió cuenta de la reacción fría de Jihoon, una llena de molestia, él no pudo darse cuenta, pero Jimin sí y eso hizo que se volviera a la ventana con ganas de llorar.
Había sido un día bastante cansado para todos, Jimin acostó a Chae y Yoongi hizo lo mismo por Jihoon, después de un rato se reunieron en la cocina para beber una taza de té.
—¿Te gustó este día?
—Estuvo muy bien, pero, creo que debemos ir poco a poco, ya sabes hacer que se acostumbren.
—Si, lo sé, es nuevo para todos—suspiró Yoongi—. Debes pensar lo que dije hace rato, debemos hablar con Jihoon, decirle todo y responder sus preguntas.
—Déjame hacerme a la idea, por favor.
—Claro, no hay problema.
Yoongi se acercó y lo tomó de la cintura, acercándolo a su cuerpo, besó sus labios y susurró entre ellos.
—¿Debería quedarme está noche? ¿O estás muy cansado?
Jimin beso tenuemente sus labios, estaba por contestar que quería que se quedara con él, pero unos pequeños pasos le hicieron tensarse. Se separó de Yoongi de inmediato, viendo a Jihoon en la entrada de la cocina.
—Hijo, ¿No estabas durmiendo? —Yoongi aunque estaba tenso, se oía más en calma para hablar.
—Tengo sed.
Yoongi asintió. —Te traeré agua.
Cuando Yoongi desapareció, Jimin se atrevió a mirar a su hijo, este lo estaba observando fijamente, con un odio tal, que le hizo añicos el corazón, fruncía el ceño, mientras le miraba, Jimin desvió la mirada avergonzado. Yoongi volvió y le dió el agua.
—Bebe despacio.
Jimin no supo si Jihoon bebió despacio o no, estaba concentrado en la pared. ¿Por qué Jihoon lo miraba de esa forma? ¿Qué había hecho mal? Y más importante aún ¿Cómo podía resolverlo?
—Descansa hijo.
Yoongi se acercó de nuevo a él y miró su rostro.
—¿Estás bien?
—Sí, estoy cansado, ¿Nos vemos otro día?
—Claro, ve a descansar—besó sus labios—. Todo va a estar bien, Jimin, lo haremos bien.
—Sí, lo haremos bien.
Yoongi se despidió de él, y cuando se fue, Jimin se recargó en la pared perdido, no estaba seguro si estaba haciendo lo correcto, no sabía si Jihoon lo perdonaría, estaba tan confundido, que no hizo más que llorar esa noche.
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