Fuiste mi primer amor. Tu perfume calmaba mi llanto de bebé; tu mirada azul adivinaba cada una de las emociones negativas que me traspasaban igual que flechas.

  Tus caricias dulces me consolaban. Sabía que uniendo fuerzas enfrentaríamos a gigantes, a demonios o a los monstruos que se escondían debajo de la cama. Construíamos castillos de arena y nos inclinábamos a hacer reverencias cuando te anunciaba que por los puentes levadizos cruzaban princesas.

  Tuviste tiempo de arrullar a mi hija, abuela: el Destino te lo concedió. Hoy solo me reconfortan los recuerdos, las imágenes amarillentas y tu fragancia a manzano...

https://youtu.be/senHNfARAgI