19- La fuerza que hay en mí (Dinámica 2 #Concurso SpaceAnglsAwards).
En la segunda dinámica del concurso Space Angels Awards nos pedían que escribiéramos una historia de entre 600 y 1.000 palabras dando a conocer lo que más temíamos y una manera de superar esa fobia o miedo.
Es lo más cercano al miedo por lo que he pasado (no soy una persona asustadiza) y se la dedico a todos los que han atravesado o están atravesando una experiencia similar, ya que este enemigo no respeta edades, ni credos, ni géneros.
Mientras estoy conectada a la máquina electrónica que controla que caiga, gota a gota, la mezcla que acabará contigo, mi enemigo, imagino qué país recorrerá la protagonista de mi próxima novela o cómo será el final del cuento que burbujea por salir desde dentro de mi mente o las nuevas salidas que gozaré con mis amigos y compañeros de trabajo, entre festejos, bailes, cenas interminables. No impedirás que vuelva a disfrutar con el perfume a rosas y lilas que impregna mi ropa ni con el sabor de mi desayuno preferido, esa tostada con aceite de oliva y tomate, el zumo de naranja y el café con leche. Ni me alejarás, tampoco, de las caricias de los rayos de sol en verano, a la hora en que los parapentes cruzan el cielo de un extremo a otro, dejando su sombra sobre la playa. Porque no te tengo miedo: sí respeto. Sé que no eres invencible.
Resulta curioso, ¿verdad? A veces parece que las palabras tumor maligno o cáncer infunden pavor en los demás, por el mero hecho de pronunciarlas. Que, necesariamente, quimioterapia, tacs, radioterapia, resonancias magnéticas, operaciones, exploraciones, conducen a un camino sin retorno, en el que ya no seremos más nosotros mismos. Que ese poderío momentáneo y ese ensañamiento de la enfermedad (y de esos odiosos vocablos, ¿para qué negarlo?) nos estrellan contra el fondo de un abismo sin salida. ¿Si camináis por un muelle y caéis al mar, acaso, dejáis de patalear y de dar brazadas, resignados, en lugar de nadar hacia la orilla? ¿Si veis que un niño se va a despeñar por la montaña en la que os encontráis, le permitís desplomarse?
Nada es eterno, ni siquiera tú, enfermedad. Me recreo en el tacto del papel, tan familiar, y dejas de existir. Las hojas se llenan de letras y de esperanza, en tanto lucho contra ti: el líquido que ahora me baña las venas es mi salvación. Además de barrerte como a un tronco durante la crecida furiosa de un río, se lleva lo negativo, no es tiempo de dudas. Me inunda el espíritu con energía, aunque se la quite a mi cuerpo por semanas, y me creo capaz de realizar proezas. ¡Soy energía! Puedo darle vida a mi abuela en una poesía y traer al presente su risa, música para mis oídos, y el amor de sus miradas, que me calentaba el alma; para no rumiar en ti lanzo una nave de acero a recorrer el infinito, muy lejos de nuestra galaxia, uniendo culturas que existen, ya fuera de mi imaginación, y rozo el frío del metal contra la piel, me he trepado en ella y voy a la velocidad de la luz; los dioses del Olimpo están aquí, detrás del aparato de la quimio, oigo sus susurros, y se mezclan con pitonisas, gárgolas, vampiros, reyes de la antigüedad; una adolescente escribe su historia en una agenda y soy yo que he vuelto al pasado: hay días en los que soy una niña.
—Piensa en algo bonito —me dijo el cirujano, hace meses, antes de que la anestesia me durmiera.
Y yo le hice caso, me fui a Venecia: recorrí cada canal, cada puesto de venta de máscaras y cristal de Murano. En el Ponte di Rialto, inclusive, volví a hacerme una foto.
—¿Ha estado bien tu viajecillo? —me preguntó el enfermero al despertar, sonriendo—. Hablabas de góndolas.
Estaba segura de que, una vez más, cuando todo pasara, volvería a sacar esa fotografía allí, en el mismo lugar.
Y aquí estoy ahora, afirmando mis pies sobre el suelo, no permitiré que me hagas una zancadilla y la flaqueza me invada. Los días han pasado y hoy te he vencido. No sé si es un adiós definitivo o un simple ¡hasta la vista!: lo que sí sé es que, si regresas, volverás a sacar la fuerza que hay en mí para combatirte, hasta terminar contigo de nuevo...
https://youtu.be/YBEfkC3Nf50
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro