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El beso era simple, sobre mis labios, pero me había hecho sentír lo más placentero que mi cuerpo y mente habían sentido, deseaba más, más, pero recordaba también como Rusty se había burlado de mí.

Preferí no mostrar interés, agarré mis colas y con ellas lo sujeté, lo aparté de mi y lo golpeé directo en la boca con mi puño.

—Que fuerte y habilidoso, me gustan uraños, que no se dejen jeje.

—Larguese de aquí.

Le señalé la puerta apartandome lo más que pude de él, no quería ser un fácil, fui tan fácil con Rusty que me vio la cara.

—Está bien, volveré después.

El erizo se fue, me miró antes de cruzar la puerta y me sonrió triunfante, se burlaba de mí, exacto, no era más que otro que venía a burlarse de mí. Me limpié la boca con asco, escupí maldiciendole con la mirada, era mi primer beso... Mi primer beso y él... Lo había robado descaradamente. El erizo se fue, dejándome con todas esas sensaciones y emociones entre la piel.

—¡Que te iba a secuestrar! ¡Por eso bajé la guardia Tails!

Traté de justificarme, pero... ¿A quién engañaba? Incluso Tails aplaudía feliz.

—¿Te da gracia mi desgracia?

—Besoooo besoooo

—¡Cállate y no hables como bebé chiquito! Ya estás grande.

—Te gustó, te gustó, besoooo como papá y mamá.

—¡Arrrggg!

Tenía razón.

Al día siguiente mi madre se levantó muy temprano, mi padre en la pesca, ella con los pedidos de flores, estaba adornando varios canastos de palma con rosas y demás flores ornamentales, se le veía feliz no era para menos, era un gran pedido que costaría muchos rings. El pedido era en una casa, o mejor dicho, una mansión en la playa, era recientemente nueva, la construyeron hace unos meses y realmente llamaba la atención, pero todos estabamos contentos de que hubiese trabajo, tal vez poco a poco podia mejorar la vida aquí.

—Nine te dejo a Tails para que lo cuides, por favor trata bien a los clientes eh.

—Ya sabes que lo hago bien.... A veces. —Dije eso recordando mi encuentro con ese erizo.

—Bueno, nos vemos hijo, ya metí todo a la camioneta, te quiero.

Mi madre se fue, quedé a cargo de mi hermano y de la floristería, no teníamos muchos clientes por que este pueblo apenas y llegaba a los 70 habitantes, pero era peor no tener nada.
Mi hermano jugaba con las cosas de mi madre, las bajaba de su habitación hasta la floristería y se probaba los tacones de nuestra madre, se pintaba la cara y hacia los ademanes de hembra, parece ser que ese niño de grande va a elegir ser hembra, yo no, jamás permitiré que me hagan hembra, físicamente soy macho y me percibo como uno, seguramente ese erizo... Quisiera hacerme su hembra... Pero ¡NO! ¡NUNCA!

Dejé que Tails jugara con las cosas de mi madre, si se las quitaba iba a hacer berrinche y no estaba de humor para "acompañar" su tragedia.

—Buenos días.

—¡Bue-! Es usted de nuevo, si no va a comprar no venga a molestar.

Era de nuevo él, el erizo negro atractivo, le miré lo más desinteresado que podía pero una flor silvestre que llevava en su mano captó mi atención. Una magnolia blanca.

—Esta flor es de un árbol muy hermoso, lo encontré cerca del centro de la villa, me recordó a tus bigotes, no los pude tocar, pero seguramente sean suaves como los pétalos de esta flor.

—¿Terminó su intento de cortejo? Me despierta más emoción dos moscas apareandose.

¿En serio? ¿Moscas apareandose? ¡Va a pesar que nos urge!

—Que fetiche tan más extraño.

Ahí estaba tu metida de colas Nine ¡Eres un tonto!

—¡Fetiche de moscas! ¡Fetiche!

—¡Tú callate!

Tails me ignoró y dejando todo fue corriendo frente a ese erizo y...

—Hola, soy Tails, y mi hermanito se llama Nine.

Dio información no autorizada.

—¡Cállate!

Intenté detener a esa zorro traicionero, le tapé la boca con una de mis colas pero salió volando para seguir riéndose de mí y ventilar mis cosas.

—¡Y le gustó el beso!

¡Mentira! Volé hasta Tails sin importarme nada, debía callar a esa cría incordiosa 

—Que bueno que te gustó Nine, yo soy Shadow, un gusto conocerte, vengo a invitarte a salir, hay que hacer las cosas bien ¿No crees?

—¿Qué? ¿Estás queriendo pedirme una cita?

—¡Cita! ¡Cita!

Descendí con la cría en brazos, estaba impresionado ¿iba en serio? O sólo... ¿Seguía siendo una brona de mal gusto como la de ayer?

—Ajá, y podrás cerrar la floristería y llevarte a tu hermanito.

—No gracias, y de verdad, no quiero verte.

Claro que no iba a aceptar a la primera, por supuesto que no. Dejé a mi hermanito en el suelo y me hice el digno.

—Está bien.

El erizo que... Ahora sabía su nombre, dejó sobre el mostrador la magnolia, se alejó sin dejar de mirarme, retrocediendo en pasos lentos.

—Investigué que esa flor representa el honor, la honestidad y la constancia, seguiré buscándote, hasta que me des un sí, además de que tiene un olor dulce y cítrico, y eso es lo que siento que eres, una mezcla de ese olor, me fascinas.

Se fue, cruzó esa puerta y sentí sus palabras recorrer mi cuerpo, moví mis colas inconscientemente y Tails me fastidio por eso.

—Estás moviendo las colitas feliz, te gusta el erizooooo, te gustaaa.

—¡Tails!

El erizo parecía sincero, no intentó otra cosa más que cada día dejarme una flor de magnolia en el mostrador, sonriendo y yéndose sin más, no me dirigía la palabra ni yo lo hacía, simplemente nos mirabamos, un silencio incómodo pero a la vez... Estúpido, me sentía como un niño. Luego agrego con la flor una nota con palabras de amor, las leí, fuera de su vista, y... Aunque él no lo sabía yo las guardaba, en un diario junto con estas palabras que ahora escribo, mi diario nunca había sido tan denso, con páginas y páginas llenas de él, y entonces, otros días si que me habló, me coqueteaba a su estúpida y anticuada manera, era lindo, pero aún así no debía permitirme ser engañado. Mi cuerpo pedía a gritos su cuerpo, era una sensación desesperante y a la vez confortante, el estar enamorado permitia a mi cuerpo cambiar, mi olor lo hacía, estaba preparado para llamar a su pareja y aparearse, el olor era para él, sin embargo lo podían oler los demás y eso lo evitaba con pastillas supresoras, ajenjo en té y en refriegas sobre mi pelaje. No podía permitir que nadie supiese mis cambios, y sobre todo él, Shadow no debía saber a ciencia cierta que moría por otro beso suyo...

—Me alegra que hayas dejado tu trabajo y aceptases que les invite un helado.

Al final... No pude resistir decirle que sí a un helado, ya tenía 2 meses cortejandome, sin descanso, y yo tratando de controlar mi olor, él no lo hacía, podía oler perfectamente su olor, me llamaba y era irresistible, si no lo veía más, si no sentía su olor, me moriría, dolía no sentirlo cerca, la conexión hacia que la no correspondencia nos enfermara, seguramente él lo sentía, lo soportaba y yo... Igualmente, una electricidad que nos atraía, un deseo que nos dominaba.

—¡Helado! ¡Helado! Mi hermano siempre me compra un helado, diario, pero suele esperarse a que te vayas para salir de su "zona segura"

—¿Zona segura? Jajaja ¿Qué significa eso Nine?

—Teme soltar todas sus colas a t-

—¡Callateeeee! ¿De dónde sacas tanta información?

—Makdjakakks

—¡Quiero un helado de menta!

Grité ruborizado tratando que Shadow no se haya dado cuenta, pero... Lo hizo, su rostro me lo dijo.

—¡Yo también quiero de menta!

—¡A ti ni te gustaban!

—Saben horrible pero con el tiempo le agarras el gusto, como ha Shadow, así dijiste.

Rodé los ojos y pedí al cielo que Chaos me llevase ya... Esa cría habladora... Traicionera... Me vendía indiscriminadamente.

—Así que ya me agarraste gusto eh... señor, que sean 3 de menta, me intriga el sabor.

Fuimos caminando hasta una banca de madera cerca de una palmera, me sentía como una familia, el niño en medio, los padres rodeandolo, vi a Shadow de reojo él también me estaba viendo, así que desvíe la mirada asustado.
Nos sentamos y Tails estaba en medio, pero el canijo  se bajó para sentarse a la orilla dejándonos... Juntos, comencé a temblar de las piernas, tenía tanto miedo al contacto.

—Ese zorrito me agrada, sabe cosas, y creo te sabe más cosas a ti.

Tails se ensucio todo de nieve, comía muy tosco aún.

—¿Y? No es nada importante, sólo ya me acostumbré a tus intentos de cortejo.

Temblaba comiendo mi helado, temblaba de tsn solo pensar en lo cerca que tenia a ese erizo.

—Nine, ¿No funcionan mis intentos de cortejo?

Se acercó a mí, demasiado cerca, con su mano derecha enguantada, acarició una de mis colas, no pude más y solté un gemido lo menos sonoro que pude, cerré los ojos por las sensaciones placenteras que eso me provocó y terminé por romper el helado con la fuerza que reprimía en mis manos, me ensucie todo, sentí el frío alimento mientras Shadow me miraba impresionado y Tails riendo a carcajadas.

—¡Pareces un bebé! ¡Ya te ensuciaste todo jajaja!

Se burló mi hermano menor, mis mejillas se pusieron calientes derritiendo rápido el helado.

—Lo siento, me sobrepasé contigo, voy por servilletas para que te limpies.

Asentí sin palabras, dejé que Shadow se alejara para tratar de calmarme pero algo en mi estaba sucediendo, mi cuerpo había reaccionado a su tacto.

-Ooooooooooooh parece que te acabas de bañar con el mejor shampoo.

Era evidente incluso para mi hermanito, mi pelaje se puso amarillo brillante, muy sano y suave, entre mis piernas la excitación era eminente, no podía seguir allí, así que me levanté y dejé todo atrás, a mi hermano, a Shadow, corri, corrí lo más que pude hasta llegar a mi casa, debía llegar antes de que todo terminase delatandome.


Continuará....

Bueno, segundo cap de este fanfic, con emoción quiero llegar a la parte dulce de este drama.

Gracias por leer.

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