Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5



Debía tratar de ignorar todo a su alrededor.

Estar encerrado en una especie de nave de inteligencia superior a la tierra por más de dos días, era su límite en estar en contacto con la misma gente.

No sabía ni porque desde un principio solicitaron que él fuera aquel planeta, donde fuera que estaba, según el chorro de babas que Hal le dio antes de abordar. Lo único que sabía es que era seguro para humanos, por su similitud con la atmosfera de la tierra. Una misión sin prioridades es lo que se pudo llamar desde el principio en un planeta raro, donde todo estaba conectado entre sí, una especie indígenas raros que ni se tomaría la molestia de averiguar. Estar entrometiéndose en una guerra que no les correspondía era la cereza a sus problemas más recientes. Su lugar a proteger era la tierra, si no podían con los de su hogar, menos con el de los demás.

Parecía que su fama le precedía incluso años luz de la tierra. Parece que un linterna amigo de Guy, estaba de paso por la tierra, y vio su pelea contra Superman, antes que todo se fundara. Esparciendo como vieja chismosa la pelea de un humano, con la especie en extinción los Kriptonianos.

No hacía falta decir que en Oa, todo tiene oídos. Cual red de infección, esparciendo el rumor de la existencia de un humano sin poderes hacerle frente a un Kriptoniano, además de un mutante parecido, pelear contra conquistadores de mundos, invasiones alienígenas y seguir vivo. Tampoco ayudaba que Hal, que no quería quedarse atrás en comentar sus hazañas, se le escapa uno que otro comentario, que el murciélago era el estratega de la liga de la justicia.

Estar en un mismo lugar con Hal y sus pullas era soportable. El segundo día ya quería matar a Guy por sus constantes comentarios a su traje. Agradecía que Jhon se mantuviera en el margen. Clark parecía disfrutar comer sus huevos revueltos, mirándolo divertido.

Pero lo que no soportaba jamás, era las coqueterías de Gardner con Hal de manera tan abierta. Con las insinuaciones pasadas del tono y el aroma de lujuria alfa. No le pareció buena idea que solo alfas estuvieran encerrados en una sola nave con un omega. La territorialidad era inevitable, era un consuelo que Jon siendo beta, mantuviera a raya la testosterona. Pero le irritaba que se desbordada un poco su autocontrol con ver a cada hora, la forma descarada de Guy hablarle a Hal.

No iba a caer ante la naturaleza, desde los 12 en su primer celo, se prometió nunca caer ante el alfa en su interior.

Todos parecían notar su mal humor de mil demonios que se cargaba. Con aroma háblame-y-te-mato por donde pasaba. Le irritaba tanto no controlar 100 % su ser.

¿estás seguro que no es por Hal?

La pregunta traicionera de su inconsciente lo tomo de sorpresa, hace unas horas. Frunció el ceño. Claro que no era por eso. No era un maldito mocoso.

-llegamos- nunca sintió tanto alivio al oír las palabras de Clark.

El planeta era como la tierra, solo que las hojas de los arboles eran de tonos rojizos, rosados y naranjas. La tierra parecía ser blanca, como arena de jardines japoneses. Un toque místico del planeta, con el basto azul a unos kilómetros de donde estaban aterrizando.

El abrir de la compuerta, entrando el oxígeno del planeta le alivio un poco. El hedor de la testosterona comenzaba a agobiarlo.

-eres tu- exclamo Clark.

Demás se avergonzó un poco cuando se lo había dicho el kriptoniano hace 24 horas. Él fue el primero en comentar, antes de subir a la nave, que no quería tener la nave apestada. Mira que el primero en hacerlo.

-¿Qué te parece Bats? ¿No es perfecto para vacacionar?- Hal sugirió, moviendo sus cejas gracioso.

Bruce solo suspiro en cansancio. Hal nunca dejaría de ser aquel omega que conoció en aquella azotea, persiguiendo a un alíen raro escupe fuego.

-solo terminemos con esto. Quiero volver lo más pronto. Jason es capaz de hacer una fiesta en la mansión. Damián estrellara mis aviones, y Dick de seguro se pondrá mis trajes por juego-

Hal rio ante la imagen en su mente. El patriarca se veía tan frustrado como sereno en mencionar anécdotas y tips de su extraña familia de la noche. Ser padre soltero debía ser difícil.

A veces se preguntaba si Bruce no ha pensado en conseguir a una pareja que ame y cuide a sus hijos. Parecía que el murciélago estaba muy ocupado como para salir a tomar cervezas. Eso lo hacía recordar aquella vez que lo invito a salir por unos tragos. Recibiendo una negativa del murciélago, que tenía un caso serio, con los ojos pegados en la pantalla de la computadora en Atalaya. Oh, sorpresa que 20 minutos después, lo hayo casi inconsciente, durmiendo en su silla.

No lo diría en voz alta, pero le pareció tierna la imagen del el-crimen-no-descansa, durmiendo, con un leve ronquido en la silla. La cabeza hacia atrás, con la boca un poco abierta. No mentiría si no le pareció algo sexy el cuello del hombre.

La edad no le parecía afectar tanto, tenía sus canas en su melena, sí, 'pero le daba el toque candente a su persona madura. Él no era más que un niño a su lado, teniendo en cuenta que tiene 10 años menor que el caballero de la noche.

-¿Dónde acamparemos?-

-en la nave- respondió Clark en tono seguro.

Bruce se dio cuenta el trasfondo de la palabras del hombre de acero.

-no soy una maldita taza de porcelana- la voz oscura y molesta les hizo erizar. El hombre seguía teniendo aquella habilidad de intimidar a cualquiera.

-no estoy diciendo eso Bruce, es solo que...-

-no tienes poderes, eres humanos con juguetitos y solo te necesitamos como consultor de guerra- las palabras de Guy sonaron demasiado duras como burlonas. Parándose en el círculo de espacio personal del millonario, bajo la mirada aterrada de Clark, que rogaba que el magnate no le arrancara la garganta. Jhon negó con la cabeza en pesar, pero por el linterna.

-retira tus palabras...-

-Bruce...-advirtió Superman.

-oblígame- reto el linterna.

El Wayne tuvo que contar hasta el número 23 para calmarse. Muy pocas veces tenían esta conversación, y le sacaba de quicio. Era un simple humano, si, uno que puede patear el culos a la gran mayoría de los presentes si fuera necesario.

-te recuerdos que también eres uno. Sin el anillo no eras más que uno- Bruce miro con detenimiento el anillo en su mano, mirándolo indiferente. Guy lo miro con ojos abiertos, con su traje desapareciendo. Mirándose su mano, donde se suponía que debía estar su anillo.

-Los linternas son tan confiados, que podría robarles el anillo en sus propias narices-

Hal recordó la vez que le hizo lo mismo en las alcantarillas. Había subestimado a Batman, que con solo mirarlo a los ojos lo desarmo.

-ahora mírate, no eres más que un humano igual que yo. Con solo un juguete que te da el poder de volar y demás. ¿Pero sabes la diferencia entre tú y yo?- el aroma agresivo y frio del millonario hizo temblar al omega Jordan. Guy no almendro, manteniéndole la mirada, aunque con el nerviosismo al flote.

-que sigo siendo Batman, con o sin juguetes- le lanzo el anillo al aire, que con algo de torpeza lo tomo en sus manos.

El hombre se dio media vuelta elegante, con la capa ondeando al aire hacia la nave.

-tu ganas Clark, me quedare en la nave. Puede que me parta una uña- gruño subiendo la compuerta y perderse dentro del vehículo.

El hombre de acero suspiro cansado. No era su intención expresar eso. El hombre de la noche se le pasara el enojo posiblemente al día siguiente siendo optimistas. Se elevó con John, prometiendo volver para el anoche planetario después de hablar con los nativos. Guy con el orgullo herido, se fue volando, refunfuñando enojado hacia el sur, puede que ha entrenar.

Hal pensó de verdad lo que dijo Bruce. Incluso sin sus armas seguía siendo Batman, posiblemente pueda matar con un movimiento mortal de dedos como en las películas, vistiendo cualquier prenda.

Era tan asombroso como preocupante.

Sentía que Batman comenzaba absorber cada vez mas al caballero de Gotham, quedando poco de Bruce Wayne. Le Hera un misterio ese hombre. Muy impredecible de lo que vaya a pensar o decir.

Se preguntó a quien había invitado unas cervezas, si al original, el justiciero o al millonario.

A veces le chocaba un poco esa actitud rehúyete algún contacto social con las personas.

Pero también se divertida de lo lindo al invitarlo después de cada misión para hacerlo rabiar.


-----------------------------------------------------------------------


Le había tomado unas 6 horas ubicarlo, pero todo esfuerzo debía vale la pena. El tercer Robin no era tan fácil de ubicar. Siendo el Drake un experto en el Hacker electrónico, le fue un milagro triangular su posición, además de los disparos en almacenes aeronáuticos.

Red Robin se sorprendió un poco cuando el cristal el techo se quebró, apareciendo en escena un nuevo personaje. Nada más que su hermano mayor Dick Grayson. Aunque vio de reojo la katana de mango verde conocida que desenfundo para combatir. No hizo preguntas, estaba muy ocupado esquivando los Hidra 6 de defensa en los tráileres.

Dick pocas veces había combatido con otra cosa que no fueran sus bastones. La sensación del filo rasguñando la carne comenzaba a darle unas sacudidas por su columna vertebral. Un cosquilleo en su nuca, y el aire de la pólvora y sangre le pareció dulce. Unas aspiradas y parecía ser un Carmelo lo que olfateaba.

No hizo caso al grito de dolor del lacayo que apuñalo en unas costillas, ni tampoco su reflejo en los cristales rotos, que parecía ser un nuevo hereje.

Asustaba un poco la gratificación de encajar su puño en el rostro de aquel criminal. Adrenalina al cien, con las comisuras de sus labios levantándose hacia arriba.

-¡Dick!-

Gruño en respuesta. Quitando la punta de la katana en la yugular de un hombre, que suplicaba no hacerle daño. La hoja brillante del titanio en su mano le dio el reflejo de sus ojos, que parecían debatirse entre el rojo y el azulejo. Le gusto.

-Dick, ya se rindieron- dijo Tim al ver la abstracción de su hermano.

Nigthwing era más de bastones que armas con filo. Eso era para su hermano menor, el sanguinario Robin. Parecía que el papel se había invertido un poco. Las forma de pelear era más agresiva, según vio el número de inconscientes casi medio muertos en el suelo.

-Necesito tu ayuda Tim- Dick dio media vuelta, con la voz preocupada, mirándolo angustiado.

El cambio de actitud repentino le hizo arquear la ceja, pero no dijo nada.

-¿ayuda? ¿Tu? ¿Qué paso con el demonio?- se tensó al escuchar el gruñido del alfa.

-¡Damián está en problemas! ¡Lo han secuestrado!-

Tim lo miro incrédulo. El principito de Gotham no era nada débil. Él pensaba siempre que llegaría un día a la mansión y encontraría a un rehén atado a su cama. No pensó nunca que sería al revés. Miro a Richard, que se quitó el antifaz, rebelando sus ojos azules cristalizados. Aunque Dick era muy dramático cuando se trataba de Damián.

-Dick, enserio estoy muy ocupado. Damián no es indefenso en lo absoluto, podrá el solo- suspiro cansado, tecleando en su teclado holográfico.

Richard miro con enojo a Tim, con los dedos apretándose en sus palmas. No podía hablar en serio... no había venido en vano para nada. Con cada minuto que pasaba, su pequeño le podía estar pasando cosas peores. Ya había pasado dos días desde que fue capturado.

-¡Damián fue secuestrado por Espantapájaros y Frio! ¡Está en peligro!-

Tim hizo una mueca. Bueno, siendo ellos los que lo tenían cambiaba un poco las cosas. Aun pensaba que el actual Robin puede apañárselas solo. Además que tienen de por medio su pésima relación. Pero poniendo esas cartas en la mesa, tenía que ayudar.

-déjame terminar mi caso y luego te ayudo. Te juro que solo me falta una cosa y ya-

Tim se había esforzado mucho en resolver sus casos en Stark City. Que Arsenal haya estropeado un poco sus planes al meterse sin invitación lo hizo retrasarse. Un socio rebelde de Cerebro había establecido su propia red de mercado de armas. No había que mencionar que con tecnología robada y fuera de este mundo. Con objetivos no precisamente buenos. Ya habían destruido en un chasquido de dedos una estación de metro.

-¿es más importante tu caso que tu familia?- pregunto serio, con el ambiente tensándose.

-llevo días en esto. No puedo dejar las cosas así como así-

-pero Damián...-

Apretó los dientes el Robin rojo, le chocaba tanto que siempre su hermano mayor mencionara cada vez que podía a su hermano menor. La luz de sus ojos, el angelito, el hermanito que nunca pudo tener y ahora tiene. El enfurecía.

-Damián esto, Damián lo otro, ¿acaso solo piensas en él todo el tiempo?. ¡Puede esperar! ¡Te dije que estoy ocupado! ¡Tengo algo impor- el golpe en su mejilla no se lo espero, derribándolo en el suelo a unos metros.

Le costó unos momentos parpadear para retomar el conocimiento. Se tocó la mejilla, chasqueando la lengua al sentir dolor. Miro a Nigthwing, que parado a su frente, lo miraba enfurecido. Tenía el puño aun apretado, los músculos tensos, y los dientes apretándose.

El aroma agresivo le inundo la nariz al omega Red Robin, tapándosela un poco por lo agrio que era el aroma.

-tu... tu eres igual a ellos- fue todo lo que dijo antes de Salir del almacén. Bajo la perpleja mirada de su hermano, que se tocaba la mejilla incrédulo.

Dick acelero a fondo su motocicleta, rechinando el neumático contra el asfalto. Al diablo con Tim. Lo buscaría por su propia cuenta. Su hermanito menor debe estar sufriendo, lo sentía en la venas.


----------------------------------------------------------------------


No sabía a qué jugaban, pero no sabía si era bueno o malo.

Bueno, no sabía si era juego los disparos que oyó hace unas horas.

Ya habían pasado más de 4 días, según conto las veces en que el sol pasó por su ventana pequeña. Espantapájaros con frio se turnaban para cortarle la piel hasta hacerlo desangrar. No le habían dado comida en todo este tiempo. Su estómago tenía una gran acidez, con el dolor en su vientre latente. Estaba bañado en sangre seca. Agradecía que fuero piadosos un poco y lo descolgaron del techo, pero aun así lo tenían amarrado cual perro en la pared. Con la manos encadenadas por atrás, con múltiples vueltas a su alrededor para asegurarse que estuviera bien atado. Tampoco ayudaba con los lingotes de acero que están atado a sus pies. Pesados como sus 3 hermanos juntos en cada pie, impidiéndole moverse.

Hace dos días que escucho un alboroto abajo una noche, con disparos y estallidos hasta que se detuvo horas después. Desde entonces todo estaba en silencio. Desde entonces no había subido ninguno de los dos criminales arriba, para darle su dosis de tortura.

Había sido golpeado hasta el cansancio, rasguñado, y con el hambre apunto de matarlo. Pero orgulloso estaba aun consiente.

Hasta ahora debía pensar que, o simplemente lo abandonaron, esperando a que muriera lentamente de hambre. O, que ocurrió algo, no dándoles alternativa que escapar, dejándolo en la casa. No le importaba de todas maneras ahora, estaba solo, con la mínima oportunidad de escapar.

Se preguntó cómo estaría su hermano Dick. Probablemente buscándolo sin descanso. Por mucho que tenga las esperanzas que su hermano mayor lo encuentre, debía también actuar.

En su bota, poseía ganzúas de hierro, en caso que tuviera que allanar un auto. Por más que quería alcanzarla, no podía, porque estaba en su planta de los pies y no podía quitárselas.

Unos pasos en la planta baja lo alarmaron. Pesados y grandes. Podía tratarse de un hombre de gran estatura, probable alfa o beta.

Un cabello rubio se asomó por la puerta de madera blanca una vez abierta. Se tensó en su sitio, con las miles de estrategias en su cabeza para arrancarle la garganta.

El hombre decidió entrar, rebelando a un adulto joven, ojos azules, cual adonis enfundado en traje. Parece que tenía la completa atención del hombre, que lo miro fijo.

-un Robin. Que sorpresa- murmuro, avanzando hacia él. El omega se tensó, con los gruñidos en su garganta y las manos listas para enredarle la cadena al cuello y estrangularlo. Ese hombre no era bueno.

El hombre lo agarro bruscamente del rostro, ante los forcejeos del menor y mordidas en sus manos.

-quieto-

-nunca- se mordió el labio, dándole una patada en las costillas. Le cabreaba la voz de mando, peor no podía afirmas que no le afecto.

Un barrido de piernas fue lo suficiente para derribar lo en el suelo. Estaba débil, con la falta de sangre en sus venas y el hambre haciéndole mella. El alfa rubio lo tomo del rostro nuevamente, quitándole el antifaz de su rostro.

El rubio lo miro, de pies a cabeza, analizando su rostro joven y las facciones árabes. El aroma era de un omega. No mentiría, era una joya entre arena el chico. Silbo un poco al temple y resistencia del niño, impresionante.

Damián le sostuvo la mirada como fiera, con los ojos jades prendidos en fuego mortal.

-eres hermoso. Ascendencia árabe por supuesto. ¿Eres virgen no?. ¿Cuántos años tienes?-

-púdrete maldito pervertido- el escupió en su rostro.

El rubio se limpió, lanzando una carcajada al aire. Era sin duda un omega único. La sangre seca y extendida en todo su uniforme le decía que lo habían torturado, con los moretones en su piel. Deben haberlo matado de hambre. Definitivamente sorprendente que sea un Robin, compañero del caballero de la noche.

-me recuerdas mucho a alguien. Eres perfecto-

Damián se resistió al sentir el paño bañado encloroformo en su nariz. Trato de contener la respiración, pateando el abdomendel hombre, que con gruñidos se resistía.

la oscuridad se extendio.   

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro