Como una plegaria fue ese pensamiento que bajó desde lo más profundo de su inconsciente. Era una señal muda que intentaba llamar a su inocencia, pero todos esos recuerdos feos de su infancia llegaban como rayos impiadosos a la tierra. Luego se escucharon las primeras flautas que tomaban el rol del mismísimo cielo para que entendiera y soltara, fue casi como un sonido imperceptible, pero que se sentía en el peso del aire.

Su mente giraba en los mismos recuerdos mientras , a medida que los repetía, se distorsionaba en algún grado sutil. Por ejemplo, en el tono de su voz, o en la dulzura de las expresiones de su expareja. Como todo, había algo en su mente que sabía que lo intentaba, y que en ese intento estaba su valor, aunque el peso de cada intento le pesara en su conciencia.

Cada vez que salía de su fantasía tenía la irremediable necesidad de consumir un cuerpo, o consumirse a sí mismo hasta que olvidara todo de alguna forma. Nunca ingirió alguna droga muy fuerte, pero sí le gustaba fundir su cerebro al ver varios capítulos de alguna serie excesivamente larga. En este proceso tenía predisposición con Grey's Anatomy , aunque ver algún reality le hacía sentir igual de satisfecho.

Se sentía atormentado al visualizar cuando lo acompañó en el funeral de sus padres, o cuando quedaban para ver acostados en su sillón cama todo el día un maratón de Friends. Siempre detestó esa serie realmente, pero compartir algo con él le hacía sentir especial y querido, una sensación cálida en el pecho , junto con su característico olor a limpio, le fascinaba.

En ese momento no le importaba hacer algunas cosas que no le agradaban del todo, como por ejemplo escucharlo, hablar, en un monólogo circular de la responsabilidad en el bienestar y responsabilidad que una persona debería tener en su vida. Lo cual, de forma irónica, no cumplió ninguna , a la hora de la verdad.

Con todos esos recuerdos bailando en su conciencia ya era una especie de tango cargado de neblina en el escenario. Algo romántico, pero que le costaba entender la sincronización de esos dos cuerpos en movimiento. Simplemente se sentía maravillado por algo tan hermoso que no podía tocar ni existir, pues ya para ese momento todo lo que figuraba real eran simples memorias deformes y asimétricas a su conveniencia para sostener una corriente de pensamiento masoquista.

No se sentía satisfecho, pero se conformaba con tener sexo esa noche con alguna persona que le pareciera ligeramente atractiva.

En ese momento, de alguna forma escucho una flauta dulce y reverberada a lo lejos, con muchas capas que la distorsionan. Algo dentro suyo sintió que era una especie de señal divina, pero la atribuyó rápidamente a un delirio o a un mini episodio psicótico producto de su dolor.