Estaba recostado en su cama, mirando al techo, procesando recién todo el agotamiento. Había preferido descansar gran parte del día, saliendo ocasionalmente a comer algo a los negocios de la esquina que preparaban comida ha pedido. Todo era confuso y sinónimo de cansancio, entonces escuchó una notificación en el celular que detuvo por un momento su amable música que lo acompañaba en su letargo. La luz de su celular lo encandiló, pues el ambiente solamente era iluminado por los tenues rayos del sol que entraban a través de la cortina de la ventana.

Lo que decía el mensaje no era nada muy interesante. Solamente leyó - Éxito en su vacación Lucas-, pues lo demás era una especie de cadena con muchos emojis que le provocó una gran incomodidad visual. Simplemente, no estaba de humor para conversar con compañeros de trabajo que vivían por su rubro, y no para sí mismos. De hecho, unas de las razones de sus vacaciones era alejarse de su entorno de trabajo que tanto le pesaba en ocasiones. En ese aspecto, lo que más le molestaba era la intrusividad de su comunicación, interrumpiendo cada momento de ligero relajo o intimidad que tenía.

Suspiro con cansancio. No tenía la suficiente motivación para hacer alguna actividad que requiriera mucho esfuerzo. De hecho, estaba en esa incómoda posición de tener la presión de tener planes en mente, pero no tener la energía suficiente para poder mentalizarse para hacerlas. Lamentablemente, todo era gris en su mente. Entre la rumiación en la que estaba pensó por un momento, extremadamente ligero en el chico de la recepción: - Es lindo-. , declaró mentalmente, aunque ese esfuerzo mental no sirvió para absolutamente nada.

Se levantó para ir al baño y sintió el frío de la tarde noche, claramente estar semidesnudo no iba a ser muy útil para mantener el calor lejos de su amada camita. Cuando terminó de orinar salió del baño indignado, pero esa sensación gradualmente se transformó en un vacío en su pecho que generó un malestar que impidió su regular respiración.

Ese pequeño detalle le recordó la verdadera razón por la cual escapó de su ciudad, y justamente eso lo que le obstruía el pecho, y de paso su respiración.