De alguna forma, al ver la actitud nerviosa de su amante, y hasta cierta forma ingenua, le provocaba ternura. Cuando realizó los preparativos para el desayuno no pensó mucho, simplemente hizo lo primero que vino a su mente, pues se sentía extrañamente confundido, pero sin la extrañada e incómoda sensación, era como si algunas piezas se acomodaran en su cabeza. 

El trauma seguía ahí, pero su impulsividad era mucho más grande que la posible reactividad, era como se dejara guiar por una melodía en su mente tan dulce y pacificadora que se asemejaran a unos sintetizadores llenos de paz y calidez que hacía un eco en las sensaciones que sentía mientras preparaba el café. 

Pensó racionalmente que el sexo había sido excelente y que quería dar una especie de cumplido por eso, como ser amable con su pareja sexual después del coito. Cuando completó ese pensamiento recordó un par de ocasiones en donde había tenido sexo casual con personas aleatorias de Grindr y ellos fueron muy maleducados con él, básicamente no quería repetir el patrón.

El ambiente en la cocina era frío, los rayos del sol entraban tibiamente por las cortinas. Un color anaranjado impregnaba la escena y de pronto se escucharon un par de gotas afuera de la casa, entonces el aguacero cayó casi como una señal divina inexplicable. Iván al percatarse del ruido de la lluvia sintió una gran sensación de bienestar dentro, ese sonido lo transportaba a un lugar húmedo y cálido en su interior en donde se sentía protegido, un lugar oculto en donde, sin saberlo siempre iba cuando perdía la fe y la rutina lo dominaba.

En su alma sentía una resonancia pacificadora, una extraña sensación de presencia en el presente que le sorprendía. - ¿Así se siente estar despierto?- pensó mientras untaba mantequilla a unos panes tostados. No le encontró sentido a lo que pensaba y decidió ignorar a su parlanchina mente.

Un aroma a café recién hecho y pan tostado impregnaba toda la cocina. - Todo esto es como naranjo-, se dijo a sí mismo mientras miraba como la luz entraba por las cortinas, y nuevamente no le encontró sentido a lo que pensaba, era como si su mente quisiera decirle algo, pero no entendiera nada de sus crípticos mensajes. Por última, ignoró y prefirió ordenar la tabla con las cosas para el desayuno, preparándose para ir a su habitación para ver si Lucas ya había despertado.