- Los de inteligencia creen que es un tipo llamado Kim LeeHyun. Dicen que Kim era socio de Shield y de otras personas en un proyecto que fue todo un fracaso.  - hablo HoSeok leyendo el expediente del tipo. Se acomodó mejor en su asiento mientras se rascaba la cabeza. - Y que estuvo en una prisión federal y que perdió su fortuna. El sujeto desapareció desde que salio y las fechas coinciden con los primeros secuestros, JungKook. - cerro el portafolio y miró a su compañero para que diga algo respecto al caso. - ¿Tu que crees?

- Creo que si algo no soporto es ser niñera. - le dio un café a su amigo.

- Relajate; escucha solo tenemos que recoger a las chicas, llevarlas a Seul y así quedamos bien con el jefe.

- No llegue al FBI para convertirme en niñera. - dijo un poco enojado, él se había vuelto policía con la idea de ser como su héroe de la infancia Iron Man. Como no encontró una manera de tener poderes, ser policía fue lo más cercano que encontró. Si, aun sigue idolatrandolo un personaje de una película para niños a pesar de tener más de veinte años. - Quiero estar cerca de la acción.

- Claro brócoli, estarás ahí. ¿Pero podríamos hacer esto primero?

- Si. - resignado le dio un sorbo a su cafe. HoSeok iba a hacer lo mismo pero se puso a pensar en algo.

- ¿Me lo pediste con leche? - le preguntó un poco aterrado.

- No, se que eres intolerante a la lactosa. Lo supe cuando la última vez casi se te salen las ideas. - rieron con lo último.

- Mira ahí están tus chicas. - refiriendose al avión que acababa de aterrizar.

- Oh no.

- Vamonos, a trabajar.

Las chicas bajaron lentamente del avión, ambas rubias eran modelos en todo sentido de la palabra. Largas piernas, ropa fina, fiel blanquecina esas chicas eran demasiado atractivas.

- Hola soy Jeon JungKook- pero antes de terminar de presentarse fue interrumpido por una de las rubias.

- Ya donamos a los lugares infantiles. - solo pasaron menos de 5 minutos en conocerse y ya creían que JungKook era un puberto.

- Wow, esperen, esperen. - las chicas rodaron los ojos ante la insistencia del peliverde. - Aguarden chicas estamos aquí para acompañarlas a Seul.

- Ah. - les pasaron sus bolsos de mano y un bolso más grande donde traian a su perro. - Las maletas están en el avión. Toma a Baby y limpia su bolso no se aguanto y evacuó por doquier.

Las rubias siguieron su camino dejando a los policías con un perro cagado mirando lo perras que son.

Se subieron al auto que se le fue asignado por la agencia, pero cuando HoSeok iba a ir en el asiento del copiloto notó la presencia del perro, un perro de raza pomerania marron claro.

- ¿Y ahora qué?

- Baby tiene que ir adelante. - le dio una sonrisa.

- ¿Entonces yo me voy corriendo?

- O...

- Hubiera corrido. - dijo con el ceño fruncido, una vez que el auto arrancó se chocó con la ventana. Lo habían mandado a la parte trasera, enterrado en los equipajes de las chicas.

Continuaron conduciendo por varios minutos. - Oigan. - logró respirar tras sacar su cabeza entre la pila de equipajes. - ¿No creen que son demasiadas maletas para un fin de semana? - se rieron por el comentario.

- Esto no es sólo un fin de semana.

- Es el fin de semana. - continuó su hermana.

- El día de trabajo de Seul. El último fin de semana de la temporada y solo los más famosos estarán ahí. - dijo Melissa con una sonrisa en el rostro.

- Y solo los mejores de los más famosos llegan a la portada de la revista Seúl.- Melinna no podia estar más emocionada.

- Y es nuestro año. - rieron ambas. - Oh. Abre la ventana a Baby le agrada la brisa fresca. - JungKook obedeció. - Sólo espero que el avión privado de los Mingkyu se estrelle en el caminó.

- No me digas, Melissa.

- Pensaste igual.

- Lo se pero tu lo dijiste. - esas gemelas tenían algún tipo de telepatía. - Tu sabes que Momo te detesta por acostarte con su novio.

- No era para tanto. ¿Y eso que? Duermo con el novio de todas.

Los chillidos del perrito les llamó la atención. Se había salido del auto y ahora estaba colgando del cuello por su correa.

JungKook trataba de salvar a Baby pero le costaba por tener el volante. Además el grito de las hermanas Shield lo alteraban. JungKook logró salvar al perrito pero por consecuencia tuvo que desviarse del camino y frenar con fuerza que no fue nada grave ya que había bolsas de aire. Pero las chicas al mirarse se asustaron. Una tenía el labio roto y la otra una rasguño en la nariz. Gritaron como nunca para después llorar.

- Hobi Hyung ¿Estás herido?

- ¿Como te digo? - otra vez fue aplastado por la pila de equipajes.

       
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- No pueden creer que iremos a Seul con mi rostro luciendo ¡Así! - señaló su rostro, comenzando a llorar de nuevo.

- N-No es tan grave, solo usa maquillaje.

- ¡¿Maquillaje para esto?! - exclamo Melissa señalando su nariz. - Estoy. Muy. Molesta. ¡Por que este es el peor día de mi vida! - el pecoso las miraba con miedo, una mujer enojada es motivo para orinar en tus pantalones. - Fui a que me arreglaran la cejas y dije: "Las quiero como Kim Jisoo" y un estúpido me hizo ver como Yu Takeyama, estaban del asco. - Melina miro al peliverde asintiendo. - Me iba a dar. Una maldita SR.

- ¿Oye que es una SR?

- ¡Le va a dar una super rabieta! Sera mejor que te alejes. - Jeon no sabia que decir no quería que ella los explotara en mil pedazos.

- ¡Voy a llamar a su jefe! - Melissa estaba enojada, JungKook le decía que se calmara que no era necesario llegar a extremos. - ¡No, voy a llamar al dueño de la compañía! - pero el pelinegro le decía que se tranquilizara -Tienes razon. Mejor escribire una carta - saco un papel y una lapicera de quién sabe donde.                

- ¡No, no, no! No escribas una carta, solo calmense, tranquilas. Solo quedense aqui el fin de semana, hagan lo que quieran. - pero Melissa no le tomaba importancia, a había comenzado la carta. - No salgan de aquí, porque, porque; si lo hacen alguien podría ver sus horrendas cicatrices.

- ¡¿Cicatrices?! - dijeron ambas asustadas y llorando.

Jeon salió de ahí, dejando a las rubias llorando.

- ¿Y? - preguntó impaciente Jung.

- No quieren ir.

- ¿De que hablas?

- De que no quieren ir. Hobi Hyung este fin de semana en Seúl significa todo para ellas. No quieren presentarse ante nadie con una nariz arañada y un labio partido.

- Esta bien, ok. - se paró encima de una silla. - Entiendo.

- ¿Que haces?

- Nada, solo me mataré antes de que el jefe lo haga. - usando su corbata como soga. La ató con la barandilla de las cortinas. - Bai bai, JungKook.

- Oh, vamos. - los sujeto de las piernas y le ayudo a bajar. - No seas ridiculo.

- ¡No soy ridiculo! Tu oiste al jefe. Un tropiezo más y nos vamos los dos.

- Lo se, lo se.  - el telefono del rubio comienza a sonar.

- Tal vez sea él. - contesta. - ¿Si? Hola. ¿Que pasa jefe? Escuche hay algo que queremos decirle. - pero antes de que contara la verdad JungKook le quitó el teléfono.

- ¿Si, si jefe? Es que HoSeok Hyung y yo queremos agradecerle la oportunidad señor. - el de rayo comienza a decir que no era cierto mientras era empujado por el pecoso que seguía en el teléfono. - Solo querían detenerse a comer algo.

- ¡Hey, eso no es- - JungKook le aprieta las bolas antes de terminar la frase. HoSeok se tira al pisa por el dolor.  - Si, tres horas. Si no llegan ahí las rebanare las mando en un paquete. De acuerdo, adiós. - colgó la llamada para marcar otro número.

- ¿Porque dijiste eso? Las chicas no llegarán jamás ahí. - seguía en el piso agarrandose su entrepierna.

- Oh, claro que lo estarán. - se llevó el celular en el oído esperando a que cierta persona conteste la llamada. - Hola, Lisa. ¿Quieres ser parte del equipo?